IDEAS PARA LA EMANCIPACIÓN DE LAS MUJERES Margrit Frei Schäffer www.corazonterricola.net
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Margrit Frei Schäffer © Ediciones Corazón Terrícola Colección Gynenergía Colectivo Wakolda © 1984 Diagramación Inés Cheuquelaf Septiembre 2013 · Niebla www.corazonterricola.net
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NOTA Este texto precursor de las ideas terrícolas fue escrito por Margrit Frei poco tiempo después de llegar a Chile luego de vivir en Centroamérica, donde trabajó en campamentos de refugiados salvadoreños en Honduras y tomó contacto con comunidades quiché de Guatemala. El texto fue difundido por el Colectivo Wakolda, formado en 1984. En él convergen las ideas del feminismo radical con las experiencias de vínculo directo con la Tierra, y a la vez se anticipan las ideas de endobiosis y exobiosis. En un lenguaje directo, propone herramientas prácticas para liberarnos de la cultura patriarcal y caminar hacia la libertad.
Mawa
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IDEAS PARA LA EMANCIPACIÓN DE LAS MUJERES 1. El primer paso para nuestra emancipación es la necesidad de sentir y reconocer que las cosas no marchan bien, que algo no anda bien en nuestras vidas y nos impide ser verdaderamente libres. 2. Tomamos conciencia de este sentimiento sin ideologías ni justificaciones. Simplemente tomamos conciencia de que algo tiene que cambiar. 3. Comprendemos que ese sentimiento de insatisfacción y disconformidad es algo benigno, es necesario para encontrar nuestro camino. 4. Nos tomamos un tiempo para profundizar en este sentimiento y para intercambiar la experiencia con otras mujeres. Intercambiamos también información sobre la condición de la mujer para formarnos una visión completa del mundo en que vivimos. 5. Observamos en qué forma la condición de las mujeres nos mantiene estancadas en la culpa y el resentimiento.
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6. Trabajamos extensamente en la relación entre mujer y Tierra hasta que este vínculo se transforme en una certeza profunda. Esta experiencia está fuera de la cultura patriarcal. 7. Con este fundamento se puede empezar a liberar nuestro cuerpo de la realidad y su fijeza. 8. Para que no perdamos en este viaje necesitamos conocer el ritmo lunar y su relación con el cuerpo femenino. Este conocimiento nos proporcionará también una estrategia para vivir. 9. Una vez conscientes de ese ritmo podemos comenzar a liberar nuestro sexo de la cultura patriarcal. Esto tiene consecuencias en todos los aspectos de nuestra vida y no exclusivamente en lo sexual o lo afectivo, como podría suponerse. 10. Comprendemos las dos polaridades de la mujer: vida y muerte. Vida porque vivimos y podemos parir, muerte que a cada una nos tocará algún día. Al comprender con el cuerpo nuestra capacidad de mantener la vida, nos alejamos del temor a la muerte y del escapismo ultraterreno, invento de la cultura patriarcal.
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11. Así llegamos a darnos cuenta que esta conciencia que hemos venido construyendo era la que cada una tenía cuando niña pequeña. Esa conciencia fue anulada por la cultura patriarcal y el concepto cristiano de “vida privada”, alejándose de nuestro cuerpo y de la naturaleza. 12. Pero ahora ya somos mujeres y estamos dispuestas a ser libres. Comienza entonces un doble trabajo: cada una de nosotras tiene que estar con su cuerpo en esta realidad sin perder su fuerza. Y al mismo tiempo tiene que vivir su juventud y el mundo que sueña que exista. Nuestra lucha es por construir ese mundo soñado en el mundo de todos los días. La clave es nunca traicionarnos a nosotras mismas. 13. Este ejercicio podemos enseñarlo a nuestras hijas. 14. Para no volvernos locas o sentirnos derrotadas en este tiempo sólo sirve la fuerza de la Tierra y la Luna. Sin estas grandes aliadas nos perderíamos en el camino. 15. Para caminar hacia la libertad encontramos en la Luna nuestra fuerza y en la Tierra una dirección para vivir.
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