Escenas veraniegas de la vida familiar

Page 1


El copyright de los textos publicados corresponde a los autores, quienes responden a la autoría de los mismos. Todos los autores que participan de esta edición digital nos autorizaron a publicar sus obras. Esta edición es de distribución gratuita. Diseño de tapa e interior: Corina Vanda Materazzi deamorlocuraymuerte@gmail.com


DE AMOR LOCURA Y MUERTE CICLO DE LECTURAS


Escenas veraniegas de la vidafamiliar Gisell Aronson




Lecturas a la sombra

Escenas veraniegas de la vida

familiar Gisell Aronson

El sr. Xy llega, apoya la heladerita en la arena, clava la sombrilla y se va en dirección al mar. Se moja los pies, junta coraje y venciendo la temperatura fría del agua, va enfrentando una a una las olas hasta zambullirse por completo. . Ahora decide salir y emprende el camino de regreso, ejerciendo una leve resistencia a la presión del mar al replegarse. Bajo la sombrilla ya está instalada su esposa, la sra. Xx, terminando de poner el protector a cada zona de piel vulnerable al sol de cada uno de sus tres hijos. Cuando termina esta tarea y los chicos se disponen a jugar, ella se dedica a armar la mesa plegable, sacar de la heladerita los menesteres y preparar los sándwiches que conformarán el almuerzo programado para ese mediodía playero. Extrae del paquete la calculada cantidad de veintiséis rodajas de pan lactal, en función de la suma de lo que cada miembro familiar acostumbra a comer. Las unta con mayonesa e in7


Lecturas a la sombra

tercepta, entre cada par de rodajas, fetas de jamón y queso, proporcionándolas según las preferencias de los comensales. Luego dispone en la mesa los vasos, las servilletas y las bebidas. Mientras todo esto ocurre, a escaso metro y medio de la sombrilla, el sr. Xy sentado en la reposera, lee el diario bajo el sol. Solo interrumpe su lectura cuando la sra. Xx le avisa que está listo el almuerzo. Todos comen en armonía. Luego de los sándwiches, la sra. Xx les reparte una fruta a cada uno y comienza a retirar las cosas de la mesita. El sr. Xy engulle un durazno y juega con el carozo dentro de la boca. Dos hombres de una sombrilla vecina invitan al sr. Xy a un partido de tejo — Me voy a jugar con los vecinos, estoy allá, fijate — le avisa a la sra. Xx quien continúa acomodando el desorden del almuerzo. Veinte minutos después, la sra. se sienta en su reposera, mirando atenta las corridas de sus hijos, vigilando sus entradas al mar, calculando riesgos de profundidades y olas peligrosas. El sr. Xy llega dos horas más tarde y, tras comentar su cansancio, despliega una lona bajo la sombrilla. Instantáneamente, se duerme durante una hora. Al despertar, pregunta solícito: — ¿Hacés mate? La sra. Xx busca la canasta y prepara lo necesario, sin 8


Lecturas a la sombra

dejar de vigilar a los chicos que van y vienen del agua a la sombrilla y viceversa. No hay mucha más variante en los quince días que la familia ha tomado de vacaciones. Las jornadas se suceden en estos términos. Los chicos son quienes más disfrutan, hacen lo que quieren, cuando quieren y como quieren, piden y se les da. El sr. Xy mira culos en la playa, lee el diario, juega al tejo con los vecinos, toma mate, come churros. De vez en cuando se acuerda de alguna mujer que alguna vez le alborotó la respiración, pero rápidamente abandona ese pensamiento que obstaculiza toda la filosofía de superación y felicidad momentánea con la que se autoconvenció hace ya muchos años. La sra. Xx arma y desarma almuerzos y cenas, barre la arena que se desparrama en el dúplex de alquiler, tiende las camas, lava los platos y toma sol de rebote mientras relojea a los chicos. No se acuerda de nadie en especial porque se autoconvenció hace ya muchos años que el sr. Xy fue el único que en una época le alborotó la respiración. Cada uno cumple, más o menos, el rol que le fue asignado, tanto en la salud como en la enfermedad, en la urbanidad como en la ruralidad, en la riqueza como en la pobreza, en el mar como en la montaña. Ya no hasta que la muerte los separe, sino hasta que tanta unión termine por matarlos. 9


Lecturas a la sombra 1. Miguel Angel Silva

Cap74 de Cuadros

2. Claudia Aboaf

El rey del agua de El rey del agua

3. Eduardo Vardé

La que baja casi corriendo

4. Graciela De Mary

Y sin embargo se mueve

5. Celina Abud

Música de rieles

6. Miguel Ángel Di Giovanni Los sueños, los viajes 7. Diego Rotondo

El pendenciero de Mamá no me odia

8. Victoria Mora

Basural

9. Marcos Tabossi

El otro mundo de El otro mundo

10. Fabiana Duarte

Viento norte

11. Inés Keplak

Adolfo

12. Lucas Gelfo

Andy Warhol y la difícil

13. Marcelo Rubio

El caracol

14. Jada Sirkin Deja que esas manos te toquen de Yo, cuento (y otros cuentos) 15. Marcelo Filzmoser

Vecinos

16. Cristian Acevedo

La adivinanza


17. Daniel Ibaña

Mirar el fuego

18. Javo Santos

Milagro en la bailanta

19. Margarita Dager-Uscocovich Sortilegio en el rincón de los suspiros 20. Eugenia Zuran

El baile de los condenados

21. Sebastián González

Ella y él

22. Pamela Prina

La culpa es de Dolina

23. Floreana Alonso Desdibujándonos 24. Ezequiel Márquez

Intruso

25. Rosario Martínez

El aniversario

26. Valentina Vidal

La ventana cerrada

27. Ana Sofía Rey

Marea baja

28. Celina Aste

La criada

29. Emilia Vidal

La mama

30. Sandra Patricia Rey No hay agua capaz de apagar tanto fuego de Matrioshkas 31. Cristian Bernachea

El horrible olor de papá

32. Hernán Domínguez Nimo

Estimado vecino mío


33. Laura Galarza El asiento de adelante de Cosa de nadie 34. Alejandra Decurgez

Tal vez florezcas

35. Pablo Laborde Acecha 36. RaĂşl Astorga

Aquel autor nĂłrdico

37. Marina Sosa Domingo




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.