ELLE DECO ARTY
CY TWOMBLY EN CASA POR JESÚS CANO.
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i hijo podría hacerlo mejor que eso”, fue la crítica recurrente a la obra de Cy Twombly. Y cuando realizó un manifiesto arquitectónico en su palacio del siglo XVII en Roma, la frase más repetida fue “no podría vivir ahí”. Edwin Parker “Cy” Twombly (Lexington, Virginia, 1928 - Roma, 2011) es un Maestro –así escrito en mayúscula– de la abstracción y un visionario como interiorista.
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la muestra como “un fiasco”. Hasta el galerista renegó. Este reportaje, que se publicaría en prensa, era la oportunidad de reaparecer. El sureño se presenta como pintor-príncipe romano. Error. La “grandeza” mostrada irritó a los críticos. Para éstos era antiamericano y, lo que es peor, no moderno. Los aplausos tardarían en llegar. Serían atronadores. Su primera vivienda en Roma, como las siguientes en Teverina, Gaeta, Itri y Lexington, también se han convertido en una referencia. “Googleen” u hojeen el libro “Cy Twombly. Homes & Studios”, cuidadosamente editado por Schirmer/Mosel, que recoge las fotos de sus sucesivas casas retratadas por Horst, François Halard, Bruce Weber, Ugo Mulas o Tacita Dean.
ás difícil que escribir sobre nada, es novelar sobre un estilo decorativo. Lo que funciona en el espacio, no tiene por qué poder construirse con las palabras. SiAurèlia Muñoz (1926-2011) Entra en la colección permanente del MoMA, pero por aquí llas Luis XV y Wassily; una cama sigue siendo una gran desconocida. La galería José de la Mano imperio con una manta de piel; la ha presentado en ARCO. Copa con cuello (1980) es una más butacas imperio y regencia delicada escultura de macramé con cuerdas de sisal y yute. italiano en pan de oro; todo se y Twombly trató su biomezcla en las distintas estancias. grafía como si de un El palazzo de los Borgia de la Via lienzo se tratara. Aquí di Monserrato, cerca de la Piazza Farnese, nunca estuvo tan desnutampoco la realidad era necesaria. “Mis padres eran ceramistas sido. Ni rastro de color en las paredes. Solo la puerta en azul pálido cilianos”, declaró. Falso. La realidad es que su madre era ama de con molduras doradas y las embocaduras en mármol gris rompen el casa y su padre era entrenador en la universidad. Asistió al Black lechoso escenario. Pero hay invitados de piedra que ponen el acenMountain College con su amante en ese momento, el artista Roto. Son Adriano, Nerón, Marco Aurelio…, formando un ejército de bert Rauschenberg. Y con él, a principios de los años 50, viajaron bustos que aparecen en cualquier parte. Directamente en el suelo o juntos por Italia y Marruecos. Ocho meses que, según muchos crísobre unas peanas, custodiando rincones o, incluso, interrumpienticos, cambió el curso de la historia del arte. Fue entonces, cuando do el paso. Y están los cuadros del dueño. Gigantes con garabatos Twombly comenzó a comprar antigüedades en su primera visita a nacidos del gesto, con manchas de color esparcidas directamente Roma. “Gastó la mitad de nuestra beca en escultura romana”, sedesde el tubo y arrastradas con la mano y textos caligrafiados a lágún Rauschenberg. En 1959 se instala definitivamente en la Ciudad piz, que algunas veces permanecen y otras solo se insinúan después Eterna. Llega con mujer –Tatiana– y un hijo, Alessandro. Ella era de haber sido borrados o tachados. En sus lienzos, como en el palabaronesa, de la familia Franchetti, conocidos mecenas. En algún cio, el futuro y el pasado se fusionan, sin posibilidad de escapar de momento, la pasión se convierte en amistad. Nunca se divorciaun presente permanente. Hasta aquí la descripción. ron. En 1964 Twombly conoció a un estudiante que luego sería su compañero sentimental hasta su muerte, Nicola del Roscio. Nunca llegaron a vivir juntos pero se transformó en chico para todo, Cy or suerte, la cámara de Horst P. Horst inmortalizó la casa en no cocinaba, no conducía, no contestaba al teléfono y le aburrían 1966. El fotógrafo y el artista habían coincidido en una fiesta. soberanamente los negocios. Del Roscio era –y es– su guardián ofiEl primero le persuade para hacer la sesión. Para Cy Twomcial. El artista tenía alergia a las entrevistas. Concedió muy pocas. bly, tal vez era una venganza tras las malas críticas que provocó su “Me criaron para no hablar de mi mismo. Odio todo esto ¿Por qué última exposición en Nueva York. Tres años antes, en la galería de debería hablar sobre las pinturas? Las hago, ¿no es suficiente?”, se Leo Castelli, presentó la serie “Nueve discursos sobre Cómodo”. El lamentaba con la escritora Dodie Kazanjian en 1994. artista Donald Judd, entonces metido a crítico, simplemente calificó
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