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Ruinas de Huanchaca

Las denominadas “Ruinas de Huanchaca”, ubicadas en el sector sur de la ciudad de Antofagasta, constituyen un hito patrimonial, pues simbolizan, en parte, una etapa del desarrollo minero e industrial alcanzado por la zona a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, asimismo dan cuenta del esfuerzo y empuje del capital privado y de cientos de hombres y mujeres que llegados a esta ciudad y región comprometieron su vida y sus recursos en diversas actividades, con el firme propósito de alcanzar un mejoramiento de su estatus personal, pero que con dicho empeño colaboraron en el desarrollo y crecimiento de la región.

Las ruinas conforman los basamentos estructurales en donde se empotraron las instalaciones del Establecimiento Industrial de Playa Blanca, que construyó la Compañía Huanchaca de Bolivia en Antofagasta, con el propósito de procesar los minerales de plata que obtenía en sus pertenencias mineras en el altiplano boliviano: Pulacayo, Ubina, Challa y Asiento, entre otros.

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Las instalaciones del Establecimiento Industrial de Playa Blanca se construyeron entre 1889 y 1892 y “el 26 de Febrero de 1893 se fundieron las primeras barras de plata. El Establecimiento Industrial de Playa Blanca llegó a tener una planta de 1000 trabajadores, entre obreros, administrativos y profesionales, para quienes la empresa construyó un campamento que se ubicó en el sector alto, casas que fueron adquiridas años más tarde por la empresa del Ferrocarril, las que se instalaron en Avenida Argentina y se mantienen en funcionamiento hasta la fecha.

La Compañía Huanchaca de Bolivia necesitó vincular en forma eficiente el gran establecimiento Industrial levantado en Antofagasta con el Altiplano, y para eso completó entre 1885 y 1890, el tendido ferroviario entre Antofagasta y el Altiplano, luego procedió a tender una cañería para el agua potable, con ello dotó de agua potable a la ciudad. Finalmente procedió a tender líneas telegráficas que unieron distintas ciudades de Bolivia con Antofagasta, lo que contribuyó significativamente al equipamiento urbano de la ciudad de Antofagasta.

La fundición comenzó un proceso de paralización de sus operaciones a partir de 1902 y hasta 1904, luego sufrió una etapa de desmantelamiento de sus instalaciones, con posterioridad permaneció abandonada hasta convertirse en ruinas. En esta condición se mantuvo hasta que en 1996 la Corporación Pro Antofagasta (PROA) y la Universidad Católica del Norte, con financiamiento del Gobierno Regional, llamaron a un Concurso Nacional de Anteproyectos y Propuesta Urbanística para rescatar el Monumento Nacional Ruinas de Huanchaca y su entorno. En el año 2006, la empresa Enjoy, se adjudicó la licencia para desarrollar el Casino de Antofagasta, la que consideraba asumir la recuperación de las ruinas, tomando como base el anteproyecto ganador del concurso de 1996. Hoy se puede apreciar como los antiguos y monumentales cimientos de piedra han cobrando vida, con las diversas instalaciones que se han levantado en su entorno, en especial el Museo del Desierto y la conformación de la Fundación Ruinas de Huanchaca, uno de cuyos objetivos es la puesta en valor del monumento y difusión de su potente pasado.

María Teresa Ahumada Manchot

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