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30 AÑOS DEL FESTIVAL DEL PORRO DE MEDELLÍN: LA MEMORIA COLECTIVA DEL PAÍS

Pareja de baile, Festiporro. Tablado Central del 30° Festival del Porro de Medellín Foto. Carlos Hurtado Cuellar Por Alonso Franco Londoño

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Inicios del Festival del Porro

En El Coco (Santa Rosa de Lima), se gozaba de sus fiestas sociales, religiosas, familiares y comunitarias con los cantos interpretados por la banda Paniagua y la orquesta Combo Bravo de Fernando Pabón; en la Navidad, las fiestas patronales, los tablados comunitarios y las rumbas de las familias Álvarez, Paniagua, Pulgarín, Ossas, Pabón… la integración y el gozo eran permitidos, no importaba si era en la calle, en el patio, el corredor, el atrio de la iglesia, cualquier sitio era el escenario perfecto.

En la historia del barrio El Coco, el porro costeño o paisa le daba inicio a la rumba callejera, al goce popular y a la unión comunitaria. Los conjuntos de cuerda de Lito Zapata y Alfonso Pérez, de Julio y Enrique Isaza, los sonidos de la trompeta de Fernando Pabón… y los pasos fiesteros de Mercedes y Carlos “Rucano”, toda una sinfonía musical y dancística; pero jamás faltaban los sonidos interpretados por la Banda Paniagua.

Una memoria construida por familias fundadoras del barrio El Coco, un tejido social que dialogó con los saberes populares de los creadores de la historia y, sobre todo, un patrimonio vivo mantenido por años en las fotos y la oralidad de quienes fueron cómplices de una transformación cultural. De ahí parte el Festival, porque continúa con el legado de quienes le aportaron a la música y al baile, no solo de El Coco, sino de la ciudad.

El año 1993 marca un hito en Santa Rosa de Lima, El Coco, pues allí, en un rincón del barrio, en la calle donde en épocas anteriores pasaban los sainetes que bajaban de La Loma para llegar al barrio Robledo; el paso obligado para los habitantes de El Coco, epicentro de rumbas y encuentros familiares, el tránsito de vehículos o mulas que iban a las misas o procesiones de Semana Santa a la iglesia de Robledo… nace El Festival del Porro.

El primer Festival del Porro es una obra de la Comunidad, de la creatividad cultural juvenil. Es un acto que dotará de experiencia para futuras actividades organizativas, en la cual llamamos a la participación y colaboración de toda la comunidad. Así para que en el futuro pueda decirse: aquí se unieron los hombres, trajeron sus alas en la mirada y volaron en la risa […] (Franco. 2010. Pp. 82).

El Coco: epicentro de la rumba paisa

Con los sabores y el baile gestados desde Enciso, Manrique, La Loma, La Toma, Guayabal y El Coco, en Medellín las rumbas familiares estaban acompañadas de los ritmos interpretados por las orquestas de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Edmundo Arias, Los Corraleros de Majagual, la Sonora Cordobesa, Pedro Laza y Sus Pelayeros, junto con ellas alternaban orquestas paisas como Los Graduados, El Combo de las Estrellas, El Combo Dilido, Los Hispanos… Así la gesta se manifestaba en las calles y tablados populares a ritmo de porro, cumbia o gaitas de encuentros comunitarios.

En este ambiente musical y de rumba, y gracias a los eventos que desde Enciso se realizaban como porro vía, tablados, encuentros de bailadores y fiestas callejeras; en El Coco (hoy Santa Rosa de Lima – Comuna 13), se gestaba la idea de darle al porro el sitial, el lugar que se merecía, un evento para bailadores, investigadores, músicos y amantes de este ritmo; era recoger esa tradición de sus habitantes y ponerla en un escenario del diálogo de saberes y memoria.

Muestra Folclórica del Tablado 30° Festival del Porro de Medellín

Acompañados por los grupos de cuerda de Lito Zapata, Gilberto Saraz, los Hermanos Isaza, Julio “Pollo” Álvarez y la orquesta de Fernando Pabón, los organizadores se dan a la tarea de crear un sueño, el Festival del Porro de Medellín; una gesta que está acompañada desde la Escuela Popular de Arte EPA, con los maestros Jesús Mejía Ossa “Chucho”, Carlos Tapias, Antonio Tapias y Óscar Vahos, se le va dando cuerpo a la fiesta callejera para tomarse el barrio y poner a gozar a ritmos de porro, gaitas y cumbias interpretados por grupos de chirimías, LP y danzas folclóricas que mostraban los orígenes del porro y los bailes callejeros.

El primer encuentro de la fiesta callejera fue la expresión comunitaria que integró niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, con comparsas, juegos, fiestas, goces y rumbas los habitantes le dieron vida a un evento que nace de las entrañas de sus pobladores y de su idiosincrasia, era recoger un legado histórico de las familias Álvarez, Vélez, Monsalve, Pabón, Pulgarín, Paniagua. El primer Festival fue un sueño hecho realidad, un espacio de encuentro y disfrute popular, que ahora tenía alma, vida, cuerpo y movimientos. Los organizadores en cabeza de Julián Pulgarín, Carlos Rivas, Francisco Pulgarín, Alonso Franco L., Fanny Pabón y William Álvarez, daban los primeros pasos para convertir el evento en un referente musical y dancístico para la ciudad.

El Festival del Porro: expresión social y artística

Con el acompañamiento de maestros, investigadores, bailadores, gestores culturales, la empresa privada, concejales, las organizaciones barriales y sociales y las entidades culturales, los organizadores continúan con la tarea de seguir trabajando por mantener vivo el evento; sus labores llegan a la administración municipal, la cual avala la creación del Acuerdo (028 de 1999), donde se institucionaliza el Programa de Danzas y Festival del Porro en la ciudad de Medellín, que si bien le da un impulso económico y un apoyo estatal, se requiere de otras opciones: la formación artística, la investigación y la proyección del Festival a otros escenarios locales, departamentales y nacionales.

A medida que van pasando los años el Festival tiene mayor cogida y se va convirtiendo en un evento de encuentro para bailadores, investigadores y habitantes de Medellín para disfrutar, gozar y rumbiar; con ello nacen nuevos retos; así se crea la Corporación Festival del Porro para darle una orientación de convertir en Festival de ciudad. A oídos de los organizadores del Festival Nacional del Porro de San Pelayo, Córdoba, llegan los sones y el bullicio de la fiesta callejera de Medellín, esto permite construir un puente cultural y artístico, un diálogo y un intercambio de saberes; entonces, participan investigadores como Margarita Canteros y William Fortichs, Álvaro Castellano, “Chicho” Páez, “Chicho” Cantero, Luis Alberto Pertuz, Sari Pastrana y Pablo Carvajal; acompañados de bandas como María Varilla, San Juan de San Pelayo y la Madera; Los Gaiteros de San Pelayo, el grupo de danza Catalina, ballet folclórico Uyá y una serie de organizaciones que muestran lo más rico y variado del porro palitiao y tapao construido por los habitantes de las sábanas de Córdoba.

Durante años el Festival se ha convertido en un referente cultural, artístico y musical, porque han pasado las diferentes expresiones del porro, la gaita, la cumbia y la puya, con la presencia de grandes exponentes del folclor de Colombia como Totó la Momposina, Petrona Martínez y Juancho Nieves. Junto con ellos han estado orquestas como El Combo de la Estrellas, El Tropicombo, El Combo Dilido, El Combo qué Nota, los Graduados; además de maestros como Gustavo “El Loko” Quintero, Abraham Núñez, Doris Salas, Gabriel Romero, Fernandito Pabón y Óscar Velásquez, quienes han mostrado todo su sabor, goce y sabiduría.

Orquesta del tablado central del 30° Festival del Porro de Medellín Foto. Carlos Hurtado Cuellar

El Festival es un evento incluyente donde hace presencia el porro marcado, la danza y la música interpretada por bandas pelayeras y orquestadas; ese es el escenario de difusión, fomento, cultivo e impulso de este ritmo; porque ciertos cambios socioculturales del mundo globalizado quieren desconocer, acabar y arruinar las culturas ancestrales, milenarias de origen popular y comunitaria.

El Festival del Porro le ha aportado a formación y difusión de la expresión de la música tropical de Medellín, es el espacio de encuentro e investigación sobre la música, la danza y el baile de las tradiciones folclórica y populares de Colombia. El encuentro social, comunitario y popular ha sido fundamental en fortalecer su programación y sobre todo de hacer de barrio El Coco un lugar de diálogo intergeneracional.

30 años de expresión callejera del porro

Durante 30 años de historia que ha marcado el Festival del Porro de Medellín es el fruto de un proceso construido en las calles y el espacio público del barrio Santa Rosa de Lima, de encuentros folclóricos, artísticos, musicales y dancísticos de creadores, investigadores y compañías que han dejado la huella imborrable de sus montajes de origen ancestral.

En la memoria del Festival quedan marcados los pasos de bailadores de La Toma, Enciso, El Coco… los versos sonoros de cantadoras como Petrona Martínez y Totó la Momposina; los cantos de voces de Chico Páez, Gustavo “El Loko” Quintero, Gabriel Romero, Fernando Pabón… los sonidos de las gaitas de Canto Arena, Juancho Nieves y la Tribu de Bajarí, Pablo Carnaval y los Gaiteros de San Pelayo… los versos de las décimas de Chicho Canteros; los movimientos corporales de las danzas Catalina, Uyá y Hojarasca… que

posibilitaron construir una historia de arte realizado desde las barriadas de Medellín.

Ese tejido musical y dancístico extendido a lo largo y ancho de la ciudad, como espacio de encuentro cultural de los habitantes de las comunas, de hacer del porro un espacio de diálogo e intercambio de saberes ancestrales y populares. La historia del Festival del Porro está marcada por los vaivenes de la transformación del barrio Santa Rosa de Lima, de los cambios culturales, sociales, musicales, económicos y comunitarios, en la memoria de sus habitantes está siempre el Festival, la fiesta callejera, el encuentro ciudadano, la rumba y el gozo que por años los organizadores realizan.

“Que me toquen un porro sabanero, me toquen un porro es lo que quiero… que tiene este porro, que su música, que cuando lo oigo me dan ganas de bailar y es que mi cuerpo siente extraña sensación, como es sabanero alegra mi corazón…”

Retumba en las calles de El Coco, filas de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores llegan para el encuentro cultural y artístico para disfrutar de una danza, baile, bandas, orquestas y conjuntos de gaitas que interpretan los sones del porro, cumbia, gaitas, fandango, cantos y bullerengue. Los cuerpos en movimientos, pasos marcados, gritos de alegrías y cantos atraviesan las laderas del barrio para convertirse en la memoria de la fiesta más antigua y tradicional de la Comuna 13.

Son 30 años de historia, de memoria, de hacer, de construir, de porro, de fandango, de gaitas, porque como dice el gran Pablo Flores:

Celebración de los 30° años del Festival del Porro de Medellín

Foto. Juan José Arango “Mi porro me sabe a todo lo bueno de mi región me sabe a caña me sabe a toros me sabe a fiesta me sabe a ron. Me sabe a piña me sabe a mango me sabe a leche esperá en corrá me sabe a china esparascá en fandango. Y ají con huevos en machucá mi porro me sabe a bollo y morongo mi porro me sabe a bollo morongo. Y en mi gran celele mi amiguito Soto ya ve y en mi gran celele. Mi amiguito Soto ya ve me sabe a queso bien amasao’ con panela e’ coco de Colomboy. También me sabe a viuda e’ pescao’ con calzón ripiao bajo un ranchón. Mi porro me sabe a frutas a mamey patilla o tajá e’ melón. También me sabe a yuca harinosa asá mojá en asiento de chicharrón”. (Los Sabores del Porro)

Referencias bibliográficas

• Franco Londoño, José Alonso L. (2010). ¡Que viva el porro! Historia, desarrollo y actualidad del porro en Medellín. Diseño y letra. Medellín.

• Franco Londoño, José Alonso L. (2012). Festival del Porro de Medellín. 20 años. ¡Qué viva el

Porro! Revista Porro y Folclor. Edición Nº 10.

P 16 - P. 20

JOSÉ ALONSO FRANCO L.

Director de la Revista Porro y Folclor,

gestor cultural y docente investigador

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