Tempo Año 2. Nº 7, Agosto de 2018.

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Tempo Dossier de Módulos de Investigación de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones Año 2 · Nº 7 Agosto de 2018

Staff: Responsable: Julia Pernía Adjunto: Julieta Ríos Integrantes: Lorena Olmedo, Vanesa Ruppel Consultor: Christian Gómez

Del Catálogo de Biblioteca “El otro Lacan” Un comentario del Curso “Del síntoma al fantasma. Y Retorno.” de JacquesAlain Miller

Rodrigo Cibils (*)

“Este curso gravita para mí en torno a la práctica analítica, práctica estructurada por la obra de Freud y por la enseñanza de Lacan, y, por lo tanto, no solo no se puede ahorrar hacer referencia a ella, sino que vamos a apoyarnos y a enseñar a partir de allí” Jacques-Alain Miller “Del síntoma al fantasma. Y retorno” El libro Del síntoma al fantasma. Y retorno de Jacques-Alain Miller publicado recientemente por la editorial Paidós refleja en sus veinticinco capítulos el curso dictado entre noviembre de 1982 y mayo de 1983. Luego de una serie de siete años de sistemática enseñanza de Jacques Lacan y una escansión de dos años debido a destrucciones y disoluciones: Universidad de Vincennes y Escuela Freudiana de París; Miller retoma esta segunda serie en un punto de partida que se traduce como una referencia. Se trata de lo que él mismo llamó como “el otro Lacan”, diferente al que había sido interpretado por treinta años y que consistió en oponer a la dialéctica del deseo la fijeza del fantasma. Este giro lo introduce Miller con su intervención delante del mismo Lacan en el Encuentro Interna-

cional de Caracas en 1980. En dicha ocasión, Lacan decía al auditorio en lo que fue su último seminario público, “sean ustedes lacanianos, si quieren. Yo soy freudiano”, palabras que ponían en juego el debate que continuaba manteniendo Jacques Lacan con Sigmund Freud. A partir de la reunión de Caracas se pueden leer ciertos acontecimientos y olvidos que se pusieron en juego. Sin olvidar y dejar de mencionar la serie de acontecimientos que fueron marcando la carrera de Lacan en el psicoanálisis: la escisión de 1953 donde se va en compañía de algunos otros colegas de la Sociedad Psicoanalítica de París, la excomunión en 1963 y fundación en 1964 como una “experiencia inaugural” de la Escuela Freudiana de París, y la disolución en 1980 de dicha Escuela y la creación de la que existe con el nombre de Escuela de la Causa Freudiana. Jacques-Alain Miller menciona en su libro Política lacaniana la creación por Lacan en 1979 de la Fundación del Campo Freudiano como un organismo de formación permanente. Señala que éste significante sirvió para organizar la gran reunión de Caracas, ubicándose bajo la egida de la Fundación del Campo Freudiano, haciendo uso de este significante que ya estawww.apm-blog.blogspot.com.ar


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ba disponible y siendo el comienzo de una serie de encuentros internacionales cada dos años ya que Lacan, en Caracas, dio cita a París para 1982. Así, menciona Miller, que de manera azarosa pero no carente de lógica, ese significante fue deportado y se volvió el principio de lo que tomó la forma, hace unos años, de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Entonces, luego de la reunión en Caracas, que por voluntad de Lacan y luego de su muerte, se dio la cita en París en 1982, la serie continuo en Buenos Aires en 1984 con el III Encuentro del Campo Freudiano. También, en Caracas hubo “olvidos”, y estos fueron en relación al nombre de Oscar Masotta. Llama la atención, a meses de haber fallecido, los silencios sobre los ecos del nombre de Oscar Masotta en las casi treinta ponencias de argentinos que tuvieron lugar en la reunión de Caracas y que luego fueron publicados bajo el titulo Actas de la reunión sobre la enseñanza de Lacan y el psicoanálisis en América Latina. Pero, principalmente, hay que destacar lo que menciona Enrique Acuña en su artículo “Oscar Masotta y lo tragicómico: una versión del exilio”, publicado en su libro Resonancia y silencio -psicoanálisis y otras poéticas-, que los psicoanalistas argentinos que fueron a Caracas pusieron en acto una “política de olvido” de la enseñanza de Oscar Masotta cuando se encuentran allí con Lacan sin el “Programa Masotta”, y lo que éste implica: por un lado un “programa de lectura de Freud que conduce al pensamiento de Lacan” , y por otro lado, la puesta en acto del Programa que lleva consigo una fuerza vinculante (que se inicia en Buenos Aires y continúa en su exilio) que tienen como efecto los Actos de Fundación: una Escuela como parodia de la escuela de Lacan (la Escuela Freudiana de Buenos Aires presentada ante el mismo Lacan en 1975, un año después de su fundación) y una serie de Bibliotecas posteriores en su estancia española. La intervención de Jacques-Alain Miller en Caracas tuvo un carácter inaugural, acentuando un corte, un antes y un después, que rectifica la lectura y enfatiza el error de suponer que la enseñanza de Lacan se deduce de la proposición según la cual “todo es significante”. Como referencia y nuevo punto de partida, Miller inicia éste curso poniendo en evidencia que era excesivo interpretar el conjunto de la enseñanza de Lacan a partir del escrito “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”,

volviendo sordos a algunos psicoanalistas de una parte de la enseñanza de Lacan y considerando como la entrada más fácil a su enseñanza la clave universal: metáfora y metonimia. El curso de Miller que se refleja en éste libro, pone en juego la división clínica entre síntoma y fantasma como esencial para la dirección de la cura, la cual proviene tanto de la lectura de Freud como de Lacan, como así también de la práctica analítica del propio Miller. En la primera clase, fechada en noviembre de 1982, se lee cómo una parte de la enseñanza de Jacques Lacan fue hecha para corregir la perspectiva de los psicoanalistas de la Ego Psychology y de la IPA que tomaban a “El yo y el ello” como un texto desde el cual reinterpretaban toda la obra freudiana, disimulando lo que amputaban de “Más allá del principio del placer” y anulando todo el camino de Freud. Vemos en el recorrido del libro como la experiencia analítica se enmarca por el binario: síntoma y fantasma, con una distinción que se considera esencial para la dirección de la cura. Siguiendo la distinción entre ambos, ubica que el sujeto se queja del síntoma y se complace en el fantasma. Del síntoma habla y se lamenta de él, sin embargo del fantasma más bien calla. Entonces, se colocan al síntoma y al fantasma en dos vertientes diferentes, la del displacer y la del placer. Podríamos mencionar que la oposición entre síntoma y fantasma remite a la oposición entre significante y objeto, en la medida en que en el síntoma prevalece la articulación significante (aunque también hay una implicación del objeto) y la entrada en análisis, mientras que del lado del fantasma está la prevalencia del objeto y lo que se pone en juego al final del análisis. El fantasma, a diferencia del síntoma, conduce a una problemática ética. Sin embargo, el síntoma conduce a una problemática terapéutica, a la cuestión de su curación, a lo que se apunta como “levantamiento del síntoma”. Lacan no habla con respecto al fantasma de “levantamiento”, sino más bien hace referencia al “atravesamiento del fantasma”, por lo que no se trata de su desaparición sino de entrever lo que hay detrás. Lo divertido, menciona Miller, es que allí mismo no hay nada. Sin embargo, esta nada puede asumir diferentes rostros, y solo se puede ir a “dar una vuelta por el lado de esas nadas”, si se pone en juego allí algo del orden del deseo del analista y no de un deseo terapéutico. Esto nos conduce a la frase de que “no hay clínica sin ética”, no hay clínica psicoanalítica sin implicación del analista, implicación de su querer, de su de-

seo. Entonces, es el fantasma el que nos conduce a la dimensión ética del psicoanálisis. Jacques-Alain Miller menciona que el movimiento del síntoma al fantasma sería la orientación de la cura, marcando de este modo el desplazamiento de un acento de un binarismo lógico en la enseñanza de Lacan, binarismo que se problematiza con el agregado del “retorno” como circularidad de un resto incurable. Cabe al menos preguntarse por qué Miller decide editar y publicar en este año su curso dictado un año después de la muerte de Lacan. Vemos que a pesar de los años, el libro Del síntoma al fantasma. Y retorno mantiene su dimensión fundante con una absoluta vigencia, no solo en la enseñanza sino también en la política que conlleva. Rodrigo Cibils: Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Responsable del Módulo de Investigación “El psicoanálisis y los acontecimientos del discurso”.

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Fuentes Consultadas: -Acuña, Enrique. “Oscar Masotta y lo tragicómico: una versión del exilio”, en Resonancia y silencio -psicoanálisis y otras poéticas-. Editorial de la Universidad Nacional de La Plata. La Plata. 2009. -Gómez, Christian. “Los laicos del futuro anterior”, en revista Conceptual -estudios de psicoanálisis-, Año 12, N°13. El ruiseñor del Plata. Ediciones de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata. 2012. -Miller, Jacques-Alain. Del síntoma al fantasma. Y retorno. Editorial Paidós. Buenos Aires. 2018. -Miller, Jacques-Alain. Política lacaniana. Editorial Colección Diva. Buenos Aires. 2002. -Miller, Jacques-Alain. Rabinovich, Diana. Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma / La teoría del yo en la obra de Lacan. Editorial Manantial. Buenos Aires.

Algunas referencias en torno a la significación del falo (*) Claudia Espínola (**) El apartado V de La dirección de la cura y los principios de su poder, Lacan destaca el deseo en el análisis, tomando en primer lugar un ejemplo desarrollado por Freud: el sueño de la bella carnicera. Entiende al inconsciente en tanto estructurado como un lenguaje, en el cual el deseo está como “pensamiento del sueño” al decir de Freud. Pero así también, el deseo está en el sujeto por la condición que le es impuesta, de hacer pasar su necesidad por los desfiladeros del significante; ubica al deseo en su relación con la demanda. Y haciendo un desarrollo sobre el deseo inconsciente, plantea el significante falo. Éste permitirá la orientación al deseo. Es necesario recordar asimismo, la idea de Freud, retomada por Lacan, de que el Yo está lejos de ser una función de síntesis, sino que se verifica la incidencia de una Spaltung, que hace alejar aquel de la dominación de su discurso. En el Seminario V Lacan dice que una marca es una huella, no un significante, y entre ambos hay una relación, cito: “el material del significante participa algo del carácter evanescente de la marca” (El seminario, Libro V pp. 351). Allí aduce que el signifi-

cante es un vacío, en tanto no tiene un significado en sí mismo sino que, en su pasaje, en su articulación de uno a otro, puede haber un efecto de significación. Cuando el significante se encuentra marcado por la barra tenemos un producto de la función simbólica, el cual se distingue de la cadena general. Lacan está, por un lado, acentuando lo que viene trabajando en su Retorno a Freud, invirtiendo la fórmula saussuriana del signo y por otro, haciendo una indicación clínica, en tanto que lo que interesa al psicoanálisis es la función significante, y una característica del mismo es la sustitución en una cadena. Que es pura acción, implica la idea de vacío de significación. Hecha esta introducción, me interesa mostrar que Lacan hace un uso preciso de dos referencias literarias que dejarán de tener aquí la significación que podrían haber tenido en su origen, para metaforizar lo que quiere explicar él mismo. Cito a Lacan: “(...) pura acción del significante que se detiene en el momento en que lo vivo, convertido en signo la hace insignificante. Este momento de corte está asediado por la forma de un jirón sangriento: www.apm-blog.blogspot.com.ar


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:: 4 la libra de carne que paga la vida para hacer de él, el significante de los significantes, como tal, imposible de ser restituido al cuerpo imaginario; el falo perdido de Osiris embalsamado”. (Lacan, J. “La dirección de la cura y los principios de su poder”, punto V Hay que tomar el deseo a la letra. pp 609). Al decir “la libra de carne”, hace referencia a la obra de William Shakespeare El mercader de Venecia. Específicamente los pasajes en que Antonio pide un préstamo -para su amigo Bassanio, que pretende desposar a Porcia. El préstamo es de 3000 monedas de oro que pide a Shylock, un judío prestamista, que accede a dicho préstamo con la condición de que si no lo devolviera en la fecha pactada, tomaría de Antonio una libra de carne próxima a su corazón. Antonio acepta, en tanto cree poder pagarle. Luego recibe noticias de que sus barcos se han hundido, por lo que Antonio es llevado a juicio. En él se presenta a defenderlo un abogado, que es Porcia disfrazada de tal. En su alegato plantea que si al cobrarse la libra de carne, derrama una sola gota de sangre, Shylock será acusado de tramar el asesinato de un cristiano. En el Escrito, Lacan no se apega a toda la trama narrativa, sino que extrae los detalles que le permitirán, a modo de metáfora, explicar lo que a su paso se propone. De modo que “la libra de carne” tomará un valor distinto en los momentos de la enseñanza de Lacan. Con los mismos lineamientos que en su escrito sobre la dirección de la cura, retoma la frase en el seminario VI, (clase XVIII, del 22 de abril de 1959, pp 361), y aclara: el sujeto está privado de algo de sí mismo que ha tomado el valor de significante. Y continúa: ser el objeto del deseo es diferente de ser el objeto de cualquier necesidad. El objeto del deseo se mantiene en el tiempo porque viene a ocupar el lugar de lo que permanece oculto para el sujeto. El falo es “ese algo”, y es lo que el sujeto sacrifica de sí mismo, “la libra de carne empeñada en su relación con el significante”. De modo que, en razón de que algo toma este lugar, deviene objeto en el deseo”. Esto está en relación con lo escondido, lo velado. Esto da pie a que pasemos ahora al mito egipcio al que hace referencia Lacan en el párrafo seleccionado para la disciplina del comentario. Osiris es el hijo primogénito de Nut, quien sorteó la maldición de su padre Ra, de no poder tener hijos ningún día y ninguna noche del año. Sus otros hermanos fueron: Seth, Isis y Neftis. Osiris, quien sería el heredero del reino, fue anunciado como un dios bondadoso, representaba la regeneración y la fertilidad de la tierra. Seth,

representaba la aridez, el lado oscuro y las zonas desérticas. Osiris se casó con su hermana Isis y Seth con Neftis. En esos momentos, la humanidad vivía en estado salvaje y practicaban el canibalismo. Osiris les enseñó a cultivar sirviéndose de las inundaciones anuales del río Nilo, y a obtener vino y cerveza; les impartió leyes por las cuales regirse y les enseñó respeto por los dioses. Cumplida esta función en su pueblo, fue a otros. En ese transcurso, Seth -que odiaba a su hermano- conspiró con otros 72 hombres y la reina Aso, de Kush. En secreto obtuvo las medidas exactas del cuerpo de Osiris con las que fabricó un hermoso cofre de madera adornado con oro. Al regreso de Osiris, Seth ofrece un banquete en honor a su hermano, una gran fiesta con las mejores comidas y bebidas. En un momento de la fiesta, señalando el cofre dijo: “se lo daré a aquel cuyo cuerpo encaje perfectamente en él”. De modo que los invitados fueron probando uno a uno. Osiris observó la hermosura del cofre, y también quiso probar; dijo: “encajo y será mío para siempre”; a lo que su hermano respondió “tuyo es y lo será para siempre” -cerró la tapa rápidamente clavándolo con la ayuda de los invitados, y sellándolo con plomo fundido. Llevaron el cofre hasta el Nilo y lo arrojaron. Isis se propone encontrar el cadáver de su marido para darle la justa sepultura digna de un dios. Luego de mucho recorrido lo encuentra dentro de un pilar que sostenía un palacio (en tanto que el cofre había sido incrustado en un árbol por la corriente del río), y lo lleva nuevamente a Egipto, escondiéndolo en un pantano. Seth se da cuenta de que lo encontraron, y esta vez, destroza el cuerpo de Osiris en 14 pedazos y los esparce a lo largo del Nilo. Isis va en busca de todas las partes, pero una no pudo hallar, el miembro viril, que fue comido por 3 especies de peces que quedaron malditas desde ese momento. Isis reconstruyó el cuerpo y con su magia asemejó el miembro perdido. Luego Anubis lo embalsamó, y la momia fue oculta por siempre. Aquí, como ocurre en diferentes cultos antiguos, el falo es objeto de amputaciones, luego de lo cual se erige en objeto de celebraciones. Con este mito, Lacan está ilustrando que el falo es significante en tanto que como miembro viril está perdido (es sustituido). Permite, asimismo, pensar en el falo como premisa: al decir de Freud, la loca creencia infantil de que todos y todo tienen pene. Como dice Oscar Masotta, no se trata, entonces, de que a la niña le falte y al varón le sobre algo, sino del falo como premisa. Dicho de otra manera: hay una

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relación al falo que es independiente de la diferencia cipios de su poder”, punto V Hay que tomar el deseo sexual anatómica, en tanto que el mismo es signifi- a la letra. 1958. En Escritos 2. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2005. cante. Y hay que agregar, es significante de la falta. -Lacan, Jacques. El seminario, Libro V “Las forma(*) Texto editado del presentado en actividad de ciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 2005. Disciplina del comentario, en la Clase 3 del Ciclo -Lacan, Jacques. El seminario, Libro VI, “El deseo y 2018 del Instituto Oscar Masotta (IOM2) Delega- su interpretación. Paidós, Buenos Aires, 2014. -Masotta, Oscar. Ensayos lacanianos. Editorial ción Posadas. (**)Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Anagrama, Barcelona, 1976. Misiones; Responsable del Módulo de Investiga- -Plutarco. Isis y Osiris. Editor José J. de Olañeta, Palma de Mallorca, 2007. ción: Psicoanálisis y Salud Pública. -Shakespeare, William. El mercader de Venecia (1598). Editorial Alianza, 2010 Fuentes Consultadas: -Lacan, Jacques. “La dirección de la cura y los prin-

¿Qué es la locura? órgano-dinamismo y el problema de la causalidad (*) Julia Pernía (**) Este estado de investigación se enmarca en el módulo de investigación Psicoanálisis y Salud Pública, y se desprende un recorrido teórico colectivo, en torno al problema de la clínica diferencial de las psicosis y el concepto de locura para el psicoanálisis, tomando como corte conceptual la lectura del escrito de Jacques Lacan “Acerca de la causalidad psíquica” y sus referencias. Este eje de lectura resulta importante como orientación clínica en una época de imperio de las neurociencias, de políticas de evaluación, diagnóstico y medicalización, y por lo tanto, de una tendencia a la localización anatómica, de las llamadas enfermedades mentales, como causa. ¿Dónde localiza la causalidad el psicoanálisis? Enrique Acuña en su Seminario Clínico del año 2015 titulado Los fundamentos del psicoanálisis, partiendo de las elaboraciones freudianas, distingue causación de causa. La causa del síntoma puede localizarse en el trauma como eso que constituye un exceso para el aparato psíquico y que no puede ser asimilado. Mientras que la causación está del lado de las series complementarias, ese entrecruzamiento de factores múltiples que provocan el síntoma. Para referirse a Lacan, se detiene en tres textos que pueden ser estudiados desde el problema de la causa: “Acerca de la causalidad psíquica” de 1946 (la locura como un problema de lenguaje), “La cosa freudiana o el sentido del retorno a Freud en psicoanálisis” publi-

cado en 1956 (causalidad como implicación del sujeto a su verdad) y el Seminario Libro 7 La ética del psicoanálisis de 1959/1960 (Lacan introduce un primer acercamiento a Das Ding, la Cosa freudiana, desde la perspectiva de la sublimación). Yo me detendré en ese primer escrito. Entonces, en 1946, Lacan realiza una crítica a la posición organicista del psiquiatra francés Henry Ey, crítica que resulta actual para tomar posición en este debate. Ey intentó relacionar la génesis de la perturbación mental en su condición y naturaleza con las condiciones físicas y anatómicas del proceso cerebral. Lacan va a establecer, entonces, una crítica al órgano dinamismo para decir no que esta concepción no pueda sostenerse sino para demostrar que no contiene los caracteres de una idea verdadera. Una idea verdadera es aquella que debe estar de acuerdo con lo que es ideado por ella. Mientras que la doctrina de Henri Ey muestra una creciente contradicción, que es el hecho de no poder aislar la especificidad de la locura ¿Qué distingue al loco de los demás enfermos? Sus discípulos demuestran la dificultad de diferenciar por ejemplo entre perturbaciones neurológicas y psiquiátricas. Y que además, finaliza relacionando la psicosis a la “reacción de la personalidad”, esbozando una teoría que reduce la actividad psíquica como una “adaptación a la realidad”. A esto Lacan le opone la hipótesis de que la locura no www.apm-blog.blogspot.com.ar


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puede ser separada del problema de la significación, es decir, del lenguaje para el hombre. Hemos de ver, dice Lacan, que la cuestión de la verdad condiciona en su esencia al fenómeno de la locura, y que de querer soslayarlo, se castra a este fenómeno de la significación que tiene que ver con el ser mismo del hombre. La palabra no es signo, sino nudo de significación. Lacan emprende ese camino para estudiar las significaciones de la locura, tal como nos invitan a hacerlo los modos originales que muestra el lenguaje: “alusiones verbales, esas relaciones cabalísticas, esos juegos de homonimia (…), ese acento de singularidad que cuya resonancia necesitamos oír en una palabra para detectar el delirio (…) esos híbridos del vocabulario, ese cáncer verbal del neologismo” (1) Pero también esa coherencia que equivale a una lógica, esa característica que marca cada forma de delirio. Con el objeto de situar la causalidad de la locura, Lacan se refiere a los trabajos de dos psiquiatras franceses: Paul Guiraud y Gaetan De Clerambault, a los que considera reveladores de una posición que tiene valor psiquiátrico, y quienes mejor han delineado este problema. Me centré, en primera instancia en esta primera referencia. “Y aun más lejos va Guiraud, mecaniscista, cuando su artículo acerca de los homicidios inmotivados se afana en reconocer que lo que el alienado trata de alcanzar en el objeto al que golpea no es otra cosa que el kakon (mal, vicio, perversidad) de su propio ser.” (2) Paul Guiraud en “Los homicidios inmotivados” (1931) enseña que lejos de querer establecer un sustrato biológico, se trata de explicar y elaborar una hipótesis causal para aquellos homicidios que se presentan, basado en la terminología de su época, en los alienados, “sin intervención de una impulsión o cólera patológica”, y que incluso no parecen motivados por una idea delirante. En realidad, trata de mostrar cómo aquello que parece inmotivado tiene un móvil inconsciente. En estos pasajes al acto homicida hay un “acto de violencia” a partir del cual un sujeto intenta suprimir el kakon, termino de Monakow, matar al otro es matar la propia enfermedad. Von Monakow, un neurólogo suizo, se refiere a los crímenes de kakon cuando habla de las crisis en las psiconeurosis por una etiología sexual (traumática), en las que el enfermo busca liberarse de un estado doloroso. No obstante, Lacan extrae esta expresión de Guiraud para referirse también, por ejemplo, a

Aimée y su ataque a la actriz, diciendo que lo que hace es apuntar al objeto, kakon de su propio ser, su enemigo interno-externo a la vez. Lo que el sujeto mata, sin saber, es su propia enfermedad, el “mal”. De todos modos, a diferencia de Guiraud, para Lacan se trata de aislar la especificidad de la locura y situarla en el registro, podemos decir, de lo imaginario, en ese contexto alude a los fenómenos de transitivismo propios del pasaje al acto criminal. Lacan pone en el centro el desconocimiento esencial de la locura, ese es el corazón mismo de la dialéctica del ser. La locura aparece como el modo delirante de relación al otro que implica la alienación imaginaria. Marcelo Ale en “La locura de todos y la psicosis de algunos – vigencia del loco hegeliano” sitúa que la referencia es al individualismo hegeliano de la Fenomenología del espíritu, individualismo montado sobre los conceptos de alma bella (función de desconocimiento que constituye al yo), el delirio de infatuación o presunción (inflación narcisista del yo) y ley del corazón (la pretensión neurótica de la universalidad de sus leyes singulares). Es decir, es posible diferenciar la psicosis como estructura particular que implica la forclusion de un significante: Nombre del Padre, de la locura como universal, que en este momento de la enseñanza de Lacan, está localizada en la alienación, dice, sin mediación. En este contexto, se detiene en la función de la imago, y esas primeras identificaciones, elecciones “inocentes”, que no determinan sino esa locura gracias a la cual un hombre se cree un hombre. En ello se hace presente la ilusión fundamental de la que un hombre es siervo, mucho más que de todas las “pasiones del cuerpo” en sentido cartesiano, de esa pasión que es la de ser un hombre, es la pasión del alma por excelencia: el narcisismo. En su curso anual “Desmontajes de la significación – las vueltas de la palabra en la creación inconsciente”, Christian Gómez – director de enseñanzas de APM – localiza el pasaje de Lacan de lo imaginario al planteo de la primacía de lo simbólico, quedando lo imaginario en el lugar de lo constituido, y lo simbólico como lo constituyente. Así, la palabra cuando funciona en el registro de lo simbólico, como mediadora, se vuelve enigmática. En este contexto, se refiere a Oscar Masotta cuando enuncia que psicoanálisis y poesía comparten el hecho de llevar adelante una destrucción de la significación, por el uso que realizan del significante. Es decir, que el psicoanálisis en tanto experiencia disuelve las identificaciones - las que funcionan como ideales (valores estéticos)

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pero también aquellas imaginarias (la locura de la alienación) - al hacer aparecer otra trama, la del significante como equívoco. Esta función del significante, su acción, implica un vacío de significación. Otra será la vía, posible punto de llegada de esta investigación que se está iniciando, que tomará Lacan en los años 1975/1976, cuando al realizar una lectura de la obra del escritor irlandés James Joyce, formule irónicamente su pregunta: ¿Joyce estaba loco? Aquí se trataría, como plantea Enrique Acuña en “James Joyce, el lenguaje arte-facto”, de un anticaso, que implica una clínica de lo contingente y sin el a priori de categorías previas. Entonces, frente a la tendencia a la clasificación propuesta por los manuales estadísticos (DSM V), se trataría de desclasificar para mostrar el arreglo que cada uno hace con el agujero que sirve “para todos” los que habitan el lenguaje. Es decir, que habría un elemento imposible de decir, un agujero, como un universal que permite interpretar el silogismo lacaniano “todo el mundo es loco”. Para eso que se mantiene “sin ley y sin sentido”, habría soluciones que valen para cada sujeto. No obstante, primero, el objetivo es continuar estudiando los cortes conceptuales en torno al par locura (universal) – psicosis (particular) en los diferentes momentos de la enseñanza de Lacan, con el horizonte de responder a las coyunturas actuales en políticas de salud, que no pueden separarse de la ciencia, la técnica y el mercado.

Fuentes Consultadas: Acuña, Enrique. Seminario Clínico Los fundamentos del Psicoanálisis. “¿Sirve un análisis para causar una poética del síntoma? Comentario de la 1º y 2ª clase” Por: Verónica Ortiz. En https://enriqueseminarioclinico.wordpress.com. Buenos Aires, 2015 Acuña, Enrique. “James Joyce, el lenguaje arte-facto”. En Curarse del lenguaje – locuras y psicosis. Ruiseñor del Plata. Ediciones de la Biblioteca Freudiana. Diciembre de 2016 Ale, Marcelo. “La locura de todos y la psicosis de algunos – vigencia del loco hegeliano”. En Conceptual Estudios de Psicoanálisis. Año 12 Nº 13 Gómez, Christian. Curso Anual: “Desmontajes de la significación – las vueltas de la palabra en la creación inconsciente.” Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Comentario Clase de Apertura. Por: Claudia Fernández. Miércoles 9 de mayo de 2018. Inédito. Guiraud, Paul. “Los homicidios inmotivados” (1931). En Colección Diva número 21. Septiembre, 2000. Lacan, Jacques. “Acerca de la causalidad psíquica”. En Escritos 1. Siglo XXI Editores.

(*) El presente escrito se desprende de un estado de investigación en curso enmarcado en el módulo de investigación “Psicoanálisis y Salud Pública” de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, según el programa de investigación que fuera sugerido por el asesor del módulo. Responsable: Claudia Espínola. Coordinador: Lorena Olmedo. Asesor: Leticia García (**) Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Integrante del Módulo de Investigación Psicoanálisis y Salud Pública Notas: (1) Lacan, Jacques. “Acerca de la causalidad psíquica”. En Escritos 1. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2008 (2) Ibidem. Pág. 173

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Agenda de Módulos de Investigación • El psicoanálisis ante las tecnologías del yo Lunes 16 de julio de 2018 / Lunes 13 de agosto 20:00 hrs. Sede APM • Los conceptos fundamentales del psicoanálisis Viernes 13 de julio / Viernes 10 de agosto de 2018 16:30 hrs . Biblioteca Freudiana Iguazú • Psicoanálisis y Salud Pública: Martes 16 de julio / Martes 20 de agosto de 2018 16:00 hrs. Sede APM • Psicoanálisis y los discursos Jueves 19 de julio / Jueves 16 de agosto de 2018 19:30 hrs. Biblioteca Freudiana Oberá.

• Actualidad de la clínica – respuestas a lo contemporáneo Jueves 19 de julio / Jueves 16 de agosto de 2018. 21:00 hrs. Sede APM • Lectura de los casos de Sigmund Freud Viernes 20 de julio / Viernes 17 de agosto de 2018 17:00 hrs. Sede APM • Psicoanálisis y los acontecimientos del discurso: Lunes 23 de julio / Lunes 27 de agosto de 2018 20:30 hrs. Sede APM • Infancias: psicoanálisis y discursos actuales Jueves 19 de julio / Jueves 16 de agosto de 2018 19:30 hrs. Biblioteca Freudiana Oberá.

Asociación de Psicoanálisis de Misiones Pers. Jurídica A-3755

Comisión Directiva: Presidente: Claudia Espínola, Vicepresidente: Fernando Kluge , Secretario:Julieta Ríos , Tesorero:Lorena Olmedo, Vocales: Julia Pernía, Carla Pohl. Vocal suplente:Vanesa Ruppel. Organo de fiscalización: Rocio Rodriguez, Aldana Macena. Asesor: Enrique Acuña, Director de enseñanza: Christian Gómez.

Sede APM: Calle Alberdi 18, Planta Alta, Posadas, Misiones - Secretaría: Martes a viernes de 18:30 a 20:30 hs. Teléfono: (0376) 4423040. E-mail: correodelaapm@gmail.com.- Blog: http://apm-blog.blogspot.com.ar/


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