Tempo Dossier de Módulos de Investigación de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones Año 3 · Nº 13 Noviembre de 2019
Staff: Responsable: Julia Pernía Adjunto: Aldana Macena Integrantes: Lorena Olmedo Consultor: Christian Gómez
Del Catálogo de Biblioteca Politización del arte y estética de la política Un comentario del ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica de Walter Benjamín Lorena Olmedo(*) Con una política de transmisión que provoca el deseo de leer e investigar, Christian Gómez, director de enseñanzas del Instituto Sigmund Freud, en su curso anual “La vida contemporánea por sus síntomas –pulsión y deseo en el psicoanálisis”, se refirió a La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, obra del filósofo, crítico literario y traductor alemán, Walter Benjamín escrita en el año 1935 y publicada en francés en 1936 bajo el título original “L’oeuvre d’ art a l’ époque de sareproductionmécaniseé”. Dicha referencia es abordada siguiendo una orientación en donde Christian Gómez despliega que, en lo contemporáneo, habría un diseño del yo como productor de sentido que retorna sobre sí, convirtiéndolo en una obra de arte. El ensayo de Walter Benjamín, fue definido por el autor como un escrito programático que pretende ser un intento en la dirección de una teoría
materialista del arte, plantea una transformación en la obra de arte a partir de las condiciones de producción, refiriéndose con ello a la teoría marxista del análisis de la producción capitalista, localizando los efectos que esa producción tiene sobre el campo de la cultura. Bajo esta perspectiva introduce conceptos que no son usuales para la teoría del arte, sino conceptos que causan una revolución en la política artística. Le interesó estudiar aquí la reproducción de la obra y como ésta sufre ciertas modificaciones cuando la reproducción se transforma por el efecto de la técnica y la masificación. Introduce que la reproducción técnica ocasiona un cambio no solo en colocar un producto masivamente en el mercado, sino que provoca nuevas figuraciones que se renuevan cada día, toma como ejemplo al arte gráfico, específicamente la evolución de la gráfica por la litografía y luego la fotografía. www.apm-blog.blogspot.com.ar
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Sin embargo, para Walter Benjamín, incluso en la reproducción más acabada, algo falta y es lo que nombra como la autenticidad de la obra de arte: el aquí y ahora, su existencia irrepetible que la hace singular. Si bien toda obra es capaz de ser reproducida, el autor marca una distinción entre aquella que es reproducida manualmente de aquella que lo es por la técnica, concluyendo que en la reproducción técnica se sustrae el ámbito de la autenticidad, ya que la obra prescinde de la misma: “la técnica de reproducción, desprende a lo reproducido del ámbito de la tradición. Al multiplicar la reproducción pone, en lugar de su presencia única, su presencia” (1). Resume esto bajo el concepto de aura, el cual se define como una manifestación irrepetible de una lejanía, que permite conservar el valor singular de la obra de arte y al mismo tiempo inscribirlo dentro de una tradición en la herencia cultural. Es por ello que el autor propone que en la época de la reproducción técnica de la obra de arte lo que se atrofia es el aura, ubicando como el agente más poderoso, al cine.Para Walter Benjamín, el valor que hace único a una obra de arte es que ésta de funda en un ritual donde tiene un valor útil. A partir de aquí la técnica modifica la relación de la obra de arte con la tradición y el ritual en la que se inscribe, por lo cual, tiene que recurrir a una fundamentación nueva que no es el ritual, sino a la política. Prosigue distinguiendo la recepción de la obra de arte a partir de dos acentos, uno es el valor cultual y otro el valor exhibitivo, donde la técnica produce que la obra de arte resalte más por su valor de exhibición, visto en la fotografía,atenuando su valor cultual. Es así que mediante las producciones cinematografías, Walter Benjamín muestra que el hombre se ve llevado a despojarse del aura, renunciando a ella. Esto provoca que haya una captación de la técnica, donde el hombre se transforma en un colaborador e instrumento del discurso materialista, en el cual los aparatos (cámaras, filmadoras, sonidos, etc.) comienzan a ocupar el lugar del público.Por lo tanto, la reproductibilidad técnica de la obra de arte, modifica la relación con la masa para con el arte, debido a que al disminuir la importancia social del arte, es decir, su valor cultual, aumentan la exhibición de la obra de arte en una inmediata masificación. Entonces, el cine enriqueció el mundo percep-
tivo con métodos que antes no eran captados. Para ello toma al psicoanálisis como dispositivo que permitió captar el inconsciente pulsional, es decir, aquello que antes del psicoanálisis no era percibido. Compara que el cine con su técnica permite hablar de un inconsciente óptico, es decir, aquello que no es captado por el ojo humano pero si por la cámara. En la finalización de su ensayo, Walter Benjamín, remarca la diferencia a partir de la cual la obra de arte comienza por un lado a articularse en un esteticismo de la vida política, es decir, lo exhibitivo que se muestra al espectador que es un consumidor dentro del mercado, donde los movimientos de masa colaboran al exponerse más a los aparatos que ante el ojo humano, es decir, que se observan comportamientos que comienzan a estar adecuados a los aparatos técnicos. Por el otro, Walter Benjamín le opone al esteticismo de la política, la politización del arte, es decir, que la obra de arte se ve atravesada por las transformaciones en la dimensión política que afecta la reproducción y recepción de la obra de arte. (*) Docente del Instituto Sigmund Freud, Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Coordinadora de los módulos: “Psicoanálisis y Salud Publica” y “El Psicoanálisis ante las tecnologías del yo” Notas: (1)Walter Benjamín La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica 1ra ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Godot Argentina, 2019. Pág. 88-89.
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Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura- 8/9 Presentación en el Instituto Sigmund Freud-Asociación de Psicoanálisis de Misiones Intervención de Claudia Fernández (*) Quiero saludar y agradecer, no sólo a quienes propusieron que esté en esta mesa presentando nuestro nuevo número de Fri(x)iones, sino también agradecer a los autores de ediciones anteriores que hicieron posible que exista esta publiación y a quienes escriben en esta edición. Esta publicación, no sólo es efecto de un entrecruce de artículos que provienen de diferentes discursos, sino que también es efecto de lo que elaboramos y transmitimos en el Instituto Sigmund Freud con el horizonte político de dar cuenta de aquello que el psicoanálisis puede tanto aprender, como decir de lo social. Esta presentación constituye para mí el desafío de realizar una lectura diferente de los artículos, distinta a la que he llevado a cabo como miembro del comité de edición junto al director y asesor en el trabajo de corrección y armado de la revista. La lectura a posteriori nunca es la misma. Me pregunté al leerla para esta presentación, qué sesgos atraviesan los artículos más allá de las diferentes retóricas y estilos de cada autor. Estos artículos, en su mayoría, están escritos a partir de las intervenciones en las XIII Jornadas anuales de la APM en Posadas el 2 de diciembre del 2018, pero conversan y se entrecruzan muy bien con los que provienen de otros discursos. Creo que cada uno de los artículos enseñan el psicoanálisis como un discurso indispensable para decir algo acerca de los efectos del capitalismo y sobre los síntomas sociales que conforman los debates actuales.Ya en la editorial, Christian Gómez refiere que “el neoliberalismo es el orden social, donde irrumpen las pasiones del yo”. Pasiones como el odio, que producen un trazado más duro de los límites, no sólo geopolítico sino también en un discurso. Martín Gómez, da cuenta de ello también cuando refiere a que el experimento del capitalismo compulsivo es la negación de la castración simbólica, intenta una obturación a partir de los productos que el capitalismo ofrece a listos para consumir.
Considero que con ello se intenta hacer callar la diferencia en pos de un “para todos”. Claudia Espínola en “Realidad social/fantasmática y división del sujeto”, inicia diciendo que hay una articulación entre los significantes sociales y el fantasma, ella toma la cuestión de la despenalización del aborto tratando de situar que en la masa, las posturas de conjunto dejan de lado las respuestas subjetivas. Fernando Kluge, señala lo social como efecto de discurso y va a situar que consumir un objeto en el marco del capitalismo eclipsa el deseo de cada quien. Hay una exigencia capitalista: “goza”, pero al empuje al goce del consumidor le retorna la angustia rompiendo con la ilusión de la unidad imaginaria, poniendo en juego un síntoma social en tanto haya una crisis de identidades. La angustia funcionará como clave que permita poner a hablar a alguien. Estas cosas ocurren en la calle, el psicoanálisis no es una especulación teórica. Lorena Olmedo en “La vida cotidiana en el mundo globalizado”, plantea un interrogante inicial, ¿cuál es el campo semántico actual de la cultura, entre los objetos técnicos que producen una realidad virtual y la realidad de los discursos? Refiriéndose a la globalización, en tanto significante vacío de significación a priori, localiza las riendas tomadas por el mercado con políticas neoliberales en el que todo aquel que no se adecúe queda por fuera de la economía mundial. Lo que señala aquí Lorena, en palabras de Enrique Acuña, es que el psicoanálisis sobrevive en la época en su malentendido, siendo un extranjero interior a la cultura, interviniendo en la subversión de un sentido masificante. Este nuevo número de Fri(x)iones, también nos lleva a las huellas de aquello que gran parte de nuestra ciudad invisibiliza, pero que sin embargo se presentifica como síntoma social, por ejemplo, Julia Pernía muestra, eso que permite dar a conocer la cultura mbya guaraní en tanto cultura viva. Carla Pohl en “Adicciones: contingencia y placer www.apm-blog.blogspot.com.ar
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negativo”, saca la cuestión del ámbito de lo privado, y habla del paradigma adictivo como un modo de describir a la época atravesada por el discurso capitalista, lo que permite diferenciar la adicción como presentación actual clínica de un goce pulsional, es decir el goce de cada quien, en tanto mal de cada uno. Christian Gómez, en “Exilio y retornos de Oscar Masotta”, nos enseña sobre ese resto inasimilable, imposible de captar en la máquina de producción neoliberal, a través de la vida de Oscar Masotta: “…En este sentido hay en los desplazamientos de Oscar Masotta un camino donde aparece algo de ese resto, de eso que no entra en un sistema simbólico de representaciones (por ejemplo la fenomenología, el existencialismo, el arte pop) y que lo conducen a esa consideración de aquello que tiene que ver con el psicoanálisis: el goce como otra utilidad, que es un modo de decir el resto, el objeto, pero también lo segregado”. Frixiones permite leer esto con lo que finaliza su artículo y es que hay el encuentro entre el psicoanálisis y el síntoma social, es decir la dimensión política. Finalizo con una cita de Ofelia Martínez, analista y colega amiga de Asunción, en el marco de la presentación de Fri(x)iones en esa ciudad: “Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura nos interpela desde su mismo título: escribir la palabra fricciones con una X entre paréntesis nos hace sospechar, desde nuestro oficio de analistas, sobre qué está queriendo decirnos con eso. De entrada, da lugar al inconsciente y remite a la idea de ser algo más que sólo psicoanálisis. Freud hablaba de malestar en la cultura y propuso el psicoanálisis como un dispositivo, una teoría y una práctica para lidiar con ese malestar, para interpretar los síntomas y hacer algo con eso. Pero el psicoanálisis es al mismo tiempo, un efecto de la cultura, un síntoma.” (*) Profesora de sordos. Miembro de la APM. Miembro del Comité de Edición de la Revistas Fri(x)iones – entre el psicoanálisis y la cultura - Versión redactada por el autor. Edición: Julia Pernía.
Intervención Héctor Jaquet (*) Buenas noches a todos, en primer lugar, quiero agradecer a Christian Gómez y Rodrigo Cibils por invitarme a esta presentación. Fri(x)iones es una publicación joven, pero para mí, es una vieja amiga. Creo
que desde la primera edición estoy ahí de algún modo: conociendo, leyendo y, a veces, participando. Creo que esta revista es un producto cultural que como tal resulta indispensable para reflexionar y debatir las problemáticas contemporáneas que nos atraviesan, nos involucran y que, también, padecemos. Quiero comenzar planteando que me orienté, en la lectura de este número, por localizar - más allá de la especificidad del contenido de cada uno de los autores - qué estructuras atraviesan, qué estructuras comparten, qué enunciados son los transversales a partir de los cuales se van desarrollando las propuestas de los artículos en sus temas específicos. Entonces, busqué coordenadas que fueran haciendo inteligible el recorrido para mí, dado que me aproximo a la revista desde una condición de lector outsider, desde un lugar que no es desde el corazón mismo de la comunidad analítica sino desde el borde. Borde que es, también, el espíritu mismo de esta revista. Me parece que Fri(x)iones tiene ese desenfado y esa intensidad de quien se coloca en el borde: dialoga con la ciencia, con la cultura, con la episteme desde ese lugar, con la potencia de ir hacia lo que está oculto, soterrado de algún modo y que con su propuesta lo hace emerger. A mí, me ha enseñado, me ha permitido familiarizarme y a sensibilizarme con una serie de conceptos: retorno, sujeto, malestar, Otro, cultura, inconsciente, una geografía de términos que se vuelven importantes para pensar el debate actual. Cabe destacar, que en el campo universitario de las ciencias sociales del que vengo, estamos exentos de psicoanálisis, todos nuestros debates epistemológicos, en nuestros debates políticos, en nuestros debates teóricos, están exentos de la perspectiva del psicoanálisis y me parece que Fri(x)iones todo el tiempo está pidiendo esa pista, como una perspectiva también para pensar y me parece que eso hace que el proyecto tenga fuerza. Quiero decir que nos permite reconocer un campo común, un lugar desde donde Fri(x)iones mira, problematiza y esa propuesta es una propuesta honesta e incisiva. No hay manera de ser incisivo sin ser honesto. Siempre salió a la búsqueda de un dialogo provocativo, no complaciente. Que va a la confrontación, no enfrentamiento, sino como posibilidad de copensar con otros a partir de la diferencia, principalmente desde un lugar de descentramiento, no metropolitano, al inmiscuirse con cuestiones problemáticas en la agenda de la región: los guaraníes, la cuestión con la frontera y países vecinos. Aporte
único, su marca de origen, de no clausurar ni cerrar la batalla discursiva en el seno de la cultura. El artículo de Enrique Acuña, por ejemplo, nos enseña desde una mirada psicoanalítica como el pensamiento religioso, convive con la ciencia, allí donde parecieran ser opuestos. Esto es algo que vemos brotar en la universidad, no en el sentido de las creencias religiosas privadas o particulares, sino en el hecho paradójico de que la religión se convierte en una lógica explicativa del orden del mundo en el campo mismo de las ciencias. Quiero finalizar diciendo Fri(x)iones, y todos los autores que escriben, a su manera, hacen tajos en la cultura. Ya no podemos prescindir, en el análisis de cualquier fenómeno regional contemporáneo, de sus interpretaciones. Hay que ir por nuevos espacios, hay que salir del vecindario para conquistar otros territorios de diálogo. (*) Historiador, antropólogo. Desgrabado y establecimiento del texto: Lorena Olmedo, Aldana Macena, Julia Pernía
Intervención de Laura Jacobaci (*)
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revista, el significante inutilidad con el psicoanálisis. Me parece importante poder discurrir en estos cortes de los artículos, que van transitando desde ese lugar. Pensar a la experiencia de un psicoanálisis como escudo a la voracidad del capital, me parece un desafío muy grande e interesante de reflexionar. El otro grupo de palabras es la noción de sujeto de derecho, más familiar por mi propia disciplina. No es menor el hecho que en Fri(x)iones se debate y se posiciona desde ese lugar en los artículos. No es que se menciona como dato histórico, si no que se expresa desde un lugar de lucha y de conquista en los artículos. Posicionarse desde esos lugares en acto, en el sentido aristotélico, desde la acción, eso me llamó la atención. Quizás también por el defecto profesional de hablar siempre desde la normatividad, desde la norma escrita. En la revista sentí que el sujeto de derecho de verdad lo es, y eso es importante de ser nombrado y transmitido. (*)Abogada. Miembro de AAGua (Asociación de Amigos Guaraníes) Desgrabado y establecimiento del texto: Lorena Olmedo, Aldana Macena, Julia Pernía.
Agradezco la invitación a participar de esta mesa y por las personas con quienes la comparto. Quiero referirme a ciertos términos que aparecen en la revista, y a partir de eso, contar cómo puede interactuar con ella desde el lugar de lectora. La leí de manera aleatoria e hice el ejercicio de buscar cuestiones comunes. De qué habla, qué es lo que quiere transmitir en conjunto, qué es lo se quiere, independientemente de cada uno de los artículos. Lo que me llamó la atención fueron dos subconjuntos de términos. Por un lado, el significante inutilidad,que ya lo usa Christian Gómez en la editorial y que luego circula por la revista,y por el otro lado la noción de sujeto de derecho. En cuanto la cuestión de la inutilidad, no había pensado en el psicoanálisis como un dispositivo que trata algo del orden de lo inútil en el ser humano -su sufrimiento, su goce-, como contracara del capitalismo, como aquello que puede hacer freno a la vorágine del capital, al consumo. Si bien siempre hablamos del psicoanálisis desde un lugar que no obedece a los paradigmas de la ciencia positiva -la ciencia como hija de la modernidad e hija del capital-, nunca había asociado, hasta la lectura de esta www.apm-blog.blogspot.com.ar
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Lectura // escritura en psicoanálisis (*) Claudia Espínola (**) El título de este artículo es el horizonte que supone una orientación de lectura, cuyo desarrollo no pretende acabar aquí, sino que propongo plasmar un primer recorrido. Freud en 1924 escribe su “Nota sobre la pizarra mágica”, donde compara dicha pizarra con el aparato psíquico -analogía que tiene límites. Allí dice del funcionamiento de la pizarra: “se rasga con un objeto punzante la laminilla de celuloide que cubre un estrato inferior, produciéndose así un escrito. Si se quiere destruir lo escrito, se separa esa laminilla que funciona de protección antiestimulo, y desaparece la escritura. Así, la laminilla queda lista para volver a ser escrita, pero se comprueba que en la tabla que hay debajo se mantiene la huella duradera de lo que había sido escrito, que puede leerse usando una iluminación para tal fin”. La pizarra ofrece una superficie siempre receptiva y “la capacidad de que esas huellas perduren, mediante la acción conjunta de dos sistemas, que a pesar de estar separados, funcionan entre sí”. Freud atribuye al aparato anímico un modo de tramitar la función perceptiva, con un sistema que recibe los estímulos (percepción-conciencia), y unos sistemas contiguos que alojan las bases de los recuerdos -“huellas duraderas” dice. Ya en los inicios de su obra hay referencias en torno a la escritura. Así, en la carta 52 a Fliess, del 6 de diciembre de 1896, plantea “procesos de estratificación” en el aparato psíquico, donde los rastros mnémicos tienen cierta movilidad que permiten una “transcripción”, de modo que, dice, “la memoria no se encuentra en una versión única, sino en varias, o sea que se halla transcrita en distintas clases de signos”. En este punto el inconsciente es una especie de memoria donde estaría todo escrito -es un reservorio. Freud tenía la hipótesis de que el análisis haría consciente lo inconsciente, vale decir, que, vía la interpretación se descifraría lo escrito. Por el lado de Jacques Lacan, podemos encontrar en distintos momentos de su enseñanza, una insistencia en torno a la escritura, que va de la mano de su concepción de inconsciente. En su Retorno a Freud de los años cincuenta, con su referencia a la lingüística y el estructuralismo, concibe al “inconsciente estructurado como un lengua-
je”, en tanto que encuentra los mismos elementos que en el lenguaje (significante-significado) y sus modos de combinatoria. En “Función y Campo de la Palabra y del lenguaje en Psicoanálisis” (1953) ubica la puntuación del analista como aquella que decide el sentido de los dichos del analizante, es el modo en que el inconsciente se torna legible. El inconsciente puede leerse como un texto. En “La Instancia de la letra…”, plantea la estructura del lenguaje en tanto preexistente a la entrada del sujeto en él, lo diferencia de lo evolutivo y define a la letra diciendo: “Designamos como letra ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje. Esta simple definición supone que el lenguaje no se confunde con las diversas funciones somáticas psíquicas que le estorban en el sujeto hablante.” (Lacan, Jacques, Escritos 1, pág. 475). Aquí indica que en la cadena del significante “el sentido insiste, pero ninguno de los elementos de la cadena consiste en la significación” (pág. 482), para lo cual utiliza la metáfora de las “bastas de acolchado” indicando un posible franqueamiento de la barra entre S/s, detención de la cadena. En el apartado sobre la letra en el inconsciente, Lacan destaca que en La interpretación de los sueños de Freud encuentra “la letra del discurso en su textura” y subraya que el sueño en tanto rébus -jeroglífico- “hay que entenderlo al pie de la letra”: supone así, que las imágenes del sueño deben tomarse como una cosa por otra, por homofonía, tienen valor de significante, y esta estructura de lenguaje hace posible su lectura. En el seminario con el que Lacan abre sus Escritos: “Seminario sobre la Carta Robada”, “(Le lettrevolée)” toma el cuento de Edgar Allan Poe, donde la protagonista es la carta, de cuyo mensaje no nos enteramos -no es develado-, la misma circula como un significante y lo que pone en juego es lo que detenta: quien la posee es signado por ella, determina a los sujetos en sus actos, “al caer en posesión de la carta, es su sentido el que los posee”. Los sujetos se relevan en su desplazamiento. Lacan indica que el significante supone una ausencia, es la muerte de la cosa: “materializa la instancia de la muerte” (pág. 18). La materialidad del significante no soporta la parti-
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ción, por lo que si se rompe la carta “sigue siendo la carta que es”. En este Escrito en primer lugar alude a la variabilidad, equivocidad que tiene la carta haciendo un punteo del drama del cuento. Así, los policías toman la carta como “A letter, a litter, una carta, una basura” -aquí Lacan toma estos equívocos haciendo mención del cenáculo de Joyce (pág. 19), que más adelante en su enseñanza retomará. Más adelante, en su Seminario Aún (1972-1973) en la clase del 9 de enero de 1973 indica lo nodal de situar en el discurso analítico, la función de lo escrito. A esta altura, su referencia ya no es la lingüística sino la lógica, la topología, de modo que un discurso trata de un tipo de relación: ha discriminado 4 discursos, que tienen 4 lugares estables y 4 elementos que se ubican en ellos de manera distinta en cada uno. Remite aquí a la anécdota que reza que sus Escritos no son para leer -quiere decir en primer lugar que hay una distancia entre lo que se lee y lo que se escribe. Vuelve sobre la letra como algo que se lee literalmente. Lo que se lee “más allá de lo que se ha incitado al sujeto a decir” (pág. 38). Aquí encontramos que lo escrito “no es de la misma calaña” que la función significante, es otro registro. Y en relación a lo inconsciente dice, cito: “En el discurso analítico ustedes suponen que el sujeto del inconsciente sabe leer… No sólo suponen que sabe leer, suponen también que puede aprender a leer. Pero sucede que lo que le enseñan a leer no tiene entonces absolutamente nada que ver, y en ningún caso, con lo que ustedes de ello pueden escribir”. (Lacan, Jacques. Seminario Aún. pág. 49). De modo que, lo que se lee -texto inconsciente- no es lo que se escribe. Señala asimismo, que se lee lo que se oye, lo cual supone la regla analítica fundamental, invitación a hablar, y a hacer una lectura más allá de lo que alguien dice. El significante estará relacionado al lenguaje como “vínculo”. Lacan se refiere a “los que hablan” como “vivientes” lo cual entraña a su vez la muerte. Y aquí resalta la dimensión del ser que se produce por el significante amo, imperativo. Por otro lado, subraya que se trata de saber lo que en un discurso, se produce por efecto de lo escrito. Lo que no puede escribirse, lo imposible (lógica modal), es la relación sexual -y lo escrito parte de esto- por lo cual el discurso corriente, ese disco que gira sin parar, tomándose de los preceptos y prohibiciones de una época y sociedad dada, determina los modos de vínculo, el lenguaje. A su vez, lo escrito
es del orden de lo contingente: la barra trazada entre significante y significado obliga al diciente a dar explicaciones, en tanto que no puede comprenderse y he aquí “el punto donde existe la oportunidad de que se produzca lo escrito” (Pág. 46). Enrique Acuña en “Hecho para gozar. El cuerpo escrito en Anaïs Nin” (Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas), explica cómo Anaïs Nin, al experimentar el afecto de la vergüenza y el asco, ubica un límite al goce fálico. Este recorrido permite entender que lo escrito no va de la mano de la literatura, escribir, como efecto de discurso, implica una marca, un trazo al modo de la letra china -que es signo único-, que marca un cuerpo sin ser un tatuaje, y que el inconsciente puede leerse -y gozar de ello- hasta que algo se escribe. (*) Artículo derivado de la clase: “La letra. Función de lo escrito” del Seminario Anual “Actualidad de la histeria y la obseción” del Instituto Sigmund Freud (APM) (**) Presidente de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Responsable del Módulo de Investigación “Psicoanálisis y salud pública” Bibliografía Lacan, Jacques. Escritos 1. “Función y Campo de la Palabra y del lenguaje en Psicoanálisis” (1953) , Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2008. Lacan, Jacques. Escritos 1. “La instancia de la letra o la razón desde Freud”. Siglo XXI. Buenos Aires, 2008. Freud, Sigmund. “La interpretación de los sueños” (1900). Tomo IV Obras Completas. Amorrortu editores.Buenos Aires, 1976. Lacan, Jacques. Escritos 1: “Seminario sobre la Carta Robada” (1955). Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2008. Lacan, Jacques. El Seminario, Libro XX Aún. Paidós. Buenos Aires, 2006. Acuña, Enrique. “Hecho para gozar. El cuerpo escrito en Anaïs Nin”. Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas. Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, 2009. www.apm-blog.blogspot.com.ar
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Agenda de Módulos de Investigación • El psicoanálisis ante las tecnologías del yo Viernes 6 de diciembre de 2019 18:30 hrs. Sede APM
• Lectura de los casos de Sigmund Freud Viernes 20 de diciembre de 2019 17:00 hrs. Sede APM
• Los conceptos fundamentales del psicoanálisis Viernes 13 de diciembre de 2019 16:30 hrs . Biblioteca Freudiana Iguazú
• Psicoanálisis y los acontecimientos del discurso: Lunes 30 de diciembre de 2019 20:30 hrs. Sede APM
• Psicoanálisis y Salud Pública: Martes 16 de diciembre de 2019 16:00 hrs. Sede APM
• Infancias: psicoanálisis y discursos actuales Jueves 19de diciembre de 2019 19:30 hrs. Biblioteca Freudiana Oberá Casa de la Cultura de Oberá.
• Actualidad de la clínica – respuestas a lo contemporáneo Jueves 19 de diciembre de 2019 20:30 hrs. Sede APM
Gustavo González
Asociación de Psicoanálisis de Misiones Pers. Jurídica A-3755
Comisión Directiva: Presidente: Claudia Espínola, Vicepresidente: Fernando Kluge , Secretario:Julia Pernía , Tesorero: Lorena Olmedo, Vocal: Vanesa Ruppel. Asesor: Enrique Acuña, Director de enseñanzas: Christian Gómez. Sede APM: Calle Bermudez 2716 - Posadas, Misiones - Secretaría: Martes a viernes de 18:00 a 20:30 hs. Teléfono: (0376) 4423040. E-mail: correodelaapm@gmail.com. Blog: http://apm-blog.blogspot.com.ar/
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