Vol. 5 Ciudad de México Diciembre, 2017
19 de septiembre Librocleta Matilda La naturaleza La niña mártir y la mujer verdugo (segunda parte)
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Alebrijes iluminados en la Alameda Central.
Portada: Nabor Cerro de las flores Fotografía digital
Correo Mayor | Historiando | 02
La niña mártir y la mujer verdugo. Crónica de un caso de sensación Jesús Guzmán Urióstegui
II de III Varias certezas había en agosto, y dos de ellas
prueba de valentía y de fortuna económica. Can-
eran muy claras y celebradas: 1) el general Me-
tolla no. Él invertía su dinero y su globo Vulcano,
jía no intercedió por la Bejarano, y ni modo, que-
para cumplir con sus observaciones aéreas, las
daba sin protección de altos vuelos; 2) robaron la
que enviaba ya al observatorio mexicano, ya al
casa de la hiena, dejándola sin bienes y hasta sin
de París, con cuyos investigadores tenía contac-
ropa. No obstante, faltaba lo principal, que era el
to, decía. Por disposición de don Porfirio Díaz, la
declararla culpable y hacerle pagar el crimen, sin
ascensión prometida no se realizó el domingo 4,
importar el hecho de que aun el máximo castigo
pero sí el 11, con notable éxito según el redactor
fuese poco para tan grande crimen. El teatro ya
del diario El Siglo Diez y Nueve, edición del lunes
estaba dado, faltaba la representación final y la
12 de agosto del año referido.
conclusión. La Voz de México había especulado
Por esos días del 5 al 8 del mes, ya circulaba
en estos términos desde el sábado 20 de julio de
un impreso en la capital con el retrato de la Beja-
1878:
rano, y en cuyo texto se daban los pormenores del El jurado será muy concurrido, supuesta la
crimen, señalando a la mujer como pantera cruel
indignación que el crimen ha causado en
e inhumana, merecedora de sufrir tanto la justicia
la sociedad. Una verdugo y una víctima.
del mundo como la divina. En opinión de La Patria,
La víctima era una niña que ha sucumbido,
fecha del sábado 10 de agosto, el problema del re-
después de crueles sufrimientos; la verdu-
trato a que se alude es que no tenía ningún pare-
go una mujer que con su corazón de fiera,
cido con la acusada, muy diferente y sin nada que
se ha hecho indigna de su sexo. Grandes
ver con el que ellos publicaban este mismo día,
trabajos tendrá el defensor para atenuar si-
junto con una descripción de la casa del crimen y
quiera los tremendos cargos que formulará
algunos otros datos generales proporcionados por
el inteligente promotor Sr. Lic. Monroy. Ya
la propia reo a Vicente Morales.
veremos si en el jurado no se comete una injusticia.
Sabemos así que la Martínez tenía alrededor de 30 años, que era viuda del comandante de es-
Mientras el público estaba a la espera del juicio,
cuadrón Macario Bejarano, y que contaba con un
en especial las damas de sociedad, otra fémina
hijo de quince años, el cual al parecer estaba en-
prometía un caso más de sensación, pero éste
rolado en el Batallón de Zapadores. Dieron con
sí de los buenos, de los que dan orgullo. Juana
ella previa denuncia de una de sus vecinas de la
Alemán ascendería al éter, a los aires magníficos
casa número 1 y medio de la calle Corazón de
en los que Joaquín de la Cantolla y Rico también
Jesús. De acuerdo con uno de los redactores de
hacía sus alardes. Por supuesto, los motivos de la
La Patria, este lugar era lamentable, triste, sin lu-
señorita no eran científicos, al parecer, sino mera
jos, y al parecer ya saqueado por los ladrones.
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En la entrevista con Vicente Morales, efectuada días antes, la reo comentó que la prensa
memorias que escribía en prisión, las que de entrada ya eran muy esperadas.
se ensañaba con ella, que la acusaban sin darle
Aprovechando el revuelo que provocó La Patria
oportunidad de réplica, y que por lo mismo no valía
con su nota, Bejarano y sus abogados mandaron
la pena seguirle el juego. Sembrada ya su culpabi-
un remitido al Monitor Republicano, con fecha del
lidad ante el vulgo, no le quedaba más que desear
12 de agosto de 1878, el cual salió en la edición
la pena última, la máxima y, en esos momentos,
inmediata, la del 13 de ese mes. Ahí, tras alabar la
la mejor: “El peor castigo sería mi absolución. ¿A
independencia de este diario, la acusada lamen-
dónde iría a ocultar mi vergüenza? Mi nombre no
ta los juicios de los periodistas de La Patria, así
es un nombre, sino un padrón de infamia … más
como el cariz de sensación que el vulgo le daba a
vale morir. …” (La Patria, sábado 10 de agosto de
su caso, donde incluso circulaban retratos que ella
1878, p. 1-2.)
no había proporcionado, aunque reconoce que el
Añadió la Bejarano que el asunto estaba tan
del periódico a que se refiere sí era original. Su
torcido, que no faltaba el rumor de que la niña Ca-
queja le lleva a cuestionar los métodos de trabajo
simira Juárez era su hija, fruto de una supuesta re-
de Vicente Morales y su acompañante, toda vez
lación prohibida con el presidente Benito Juárez,
que se apoderaron y le dieron uso a cartas y foto-
en su tiempo; sobre esa base, los celos eran la
grafías que nada tenían que ver con lo público,
causa inmediata del maltrato. ¡Vaya ocurrencia!
sino que eran confidenciales.
La Patria vendió toda su producción del día
En un tono dramático, pide por ende que no se
10, edición que constó de cinco mil ejemplares.
le condene de antemano y que la sociedad espere
A petición pública, el 11 repitió todo lo del caso
la decisión de los jueces. No rechaza lo sucedido,
en cuestión -retrato incluido-, añadiendo otros de-
pero sí asegura que los motivos que se le achacan
talles en la sección “Sucesos del día”. Destacó
no son ciertos:
aquí que la plebe había atacado un carro de la
Escribo dentro de un calabozo, y su lobre-
inspección, tras suponer que en él iba la acusa-
guez, lo terrible de su aspecto, la privación
da, cuando en realidad se trataba del reo criminal
de mi libertad, los ruidos siniestros de la
Garnica.
prisión y el espantoso griterío que levanta
Por supuesto que no faltó el rumor de que,
una sociedad que me abomina como la
ante una causa perdida, los abogados defensores
mayor y más odiosa delincuente, han con-
aducirían el recurso de locura, tesis que alcanzaría
turbado mi espíritu, me agobian a tal ex-
consenso entre aquellos que -inocentes-, pensa-
tremo, que pierdo la fuerza de mi voluntad,
ban que sólo así se podía explicar la saña que se
que sufro de una manera imponderable y
implementó contra la niña mártir.
que casi ofuscan mi inteligencia a tal grado,
Como sea, lo virulento de cierto sector de la
que a veces hasta dudo si realmente habré
prensa provocó también respuestas encontradas
cometido el espantoso delito de que se me
en la sociedad, ya que no faltaron las voces a fa-
acusa.
vor de la acusada: que era víctima y no verdugo;
Yo tuve una niña a mi cargo, creí que era
que eran exageraciones periodísticas y que la se-
mi obligación corregirla para formar de ella
ñora no tardaría en demostrarlo, de acuerdo a las
una mujer útil por medio de la educación; y
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si no acerté en los castigos que con derecho
no era ni casa honrada ni entraron por la fuerza;
le aplicaba, si circunstancias independien-
luego, que se entrometen porque se trata de un
tes de mi voluntad y sólo resultantes de su
asunto público, y tienen la obligación de informar
constitución física, determinaron un mal, no
sobre él; después, que no aventuraron juicio al-
me siento culpable, pues protesto delante
guno, sino únicamente levantaron la voz del vulgo.
de Dios que jamás pude prever las conse-
En suma, como el caso era de interés, su labor
cuencias de la corrección; pero protesto
periodística los obligaba a visitar a la reo, para
también con la verdad que saldrá de mis
mantener al pueblo al pendiente.
labios en mi última hora, que nunca tuve in-
Pese a sus declaraciones, los redactores de
tención de dañar a esa desventurada niña,
La Patria sí que trataron los hechos con una sub-
sino simplemente de corregirla.
jetividad notoria, ya que también la tomaron contra
Se dice que yo la atormentaba, que yo
el abogado defensor, el licenciado Luis G. de la
la quemaba, que yo la martirizaba. ¡Mentira
Sierra. “Según es la urraca, así es el copete”. Si
infame! ….
este abogado fue el principal combatiente de pa-
Por razones obvias, los redactores aludidos con-
triotas ante las cortes marciales, no era extraño
testaron de inmediato a la acusada, no para entrar
que saliera en defensa de la mujer verdugo, trai-
en polémica con ella, pero sí para informar al pú-
dora ésta a la sociedad mexicana en particular, y
blico y a sus colegas respecto a su actuar. Aducen
a la humanidad en general. Eso comentaron el 14
primero que no allanaron morada alguna, pues
de agosto.
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Para el 15, ya se sabía que el jurado no se establecería rápido, debido a que el defensor levantó varios actos diligenciales en pro de la Bejarano. No obstante, también se decía que sufría por la falta de ayuda, toda vez que nadie más quería entrarle al caso. Ello abría el camino a los defensores de oficio, por supuesto, como los licenciados Prieto y Arroyo de Anda, promovidos ambos por El Foro. Según este mismo periódico, el licenciado Sierra promovía sobre todo dos cuestiones: que la sesión de justicia tuviera lugar en el Palacio de Justicia, y no en otro local por más amplio que estuviera; y que la acusada no se presentara en el jurado, para evitar la ira popular contra su cliente. Para mediados de mes, tanto El Siglo Diez y Nueve, como La Patria sostenían su fallo condenatorio contra la Bejarano, en tanto La Libertad, la República y el Foro preferían no atizarle al caso, mientras que el único que sostenía su postura defensora era el Monitor Republicano. No
quiso participar en ella artista consagrado alguno,
respondían por la inocencia, pero tampoco reco-
como Josefa García. Es más, ni siquiera llegó a
nocían la culpa. Que los jurados decidieran.
representarse por esos días, ya que los aboga-
El caso se presentaba para el espectáculo, y
dos defensores promovieron un recurso en contra,
no faltaron las notas en este sentido. El Eco His-
aparte de que exigieron que se retirara un cartel
panoamericano, el Federalista, la Colonia y algu-
alusivo sito en Plateros, toda vez que daba pie a la
nos más comenzaron la fiesta: que si la Martínez
injuria, la difamación y la calumnia. Como decían
se suicidó en prisión, al tomar un potente veneno;
en el Monitor Republicano, estos tres elemen-
que si Joaquín Alcalde había aceptado la defensa
tos se podían aprovechar en la defensa, ya que,
de la reo; que el teatro Principal abriría sus puer-
al ser punibles en sí, daban motivos inmediatos
tas para un drama sin igual, con actores de primer
para lograr el amparo de la ley. En este sentido,
nivel: “La mujer verdugo” o “La niña mártir”; que
se podía cometer alguno de ellos de múltiples for-
se estaba haciendo una suscripción para erigir un
mas: de palabra, manuscrito, impreso, grabado,
pequeño monumento en el cementerio, en honor
fotografía, dibujo, pintura, escultura, represen-
de la víctima, para que la tumba no se borrara de
tación dramática y hasta con señas.
la memoria del pueblo; entre otras noticias.
El día domingo 18, La Patria volvió a publicar
Lo único cierto es que la obra teatral sí se
el retrato de la Bejarano, más el texto de Vicente
escribió, pero ni fue de Manuel Estrada y Corde-
Morales y algunos agregados, entre ellos el fac-
ro, Juan A. Mateos u otro literato de méritos, ni
símil de la firma de la señora, así como la propia
Correo Mayor |
Historiando | 06
pormenores se ignoran, para predisponer a los jurados en contra de una mujer que será tan criminal como se quiera; pero que, mientras la justicia no haya pronunciado acerca de sus delitos su solemne fallo, debe sólo llamarse presunta reo. No somos ni queremos ser defensores de la que ha atormentado a una pobre niña; mas al ver la ira, el encarnizamiento, las injurias, las calumnias mismas con que se persigue a esa mujer, nos ponemos del lado de la prensa sensata, para decir a nuestros colegas que no es ésa su misión. La Bejarano es culpable. Está bien; pero un pueblo en todas ocasiones debe manifestarse digno de su cultura; escarnecer, insultar, befar a una mujer, y a una mujer que ya está bajo la acción de la ley, llenarla de dicterios en el momento en que sufre el castigo de su falta, de su enorme falta, es ser carta de la reo publicada por el Monitor Republi-
tan crueles como ella misma se mostró con
cano. Lo hizo sobre el supuesto de que lo exigía
su tierna víctima.
la opinión pública, aunque aclaró en nota aparte
Al parecer el llamado de Juvenal surtió efecto,
que ya no volvería a hablar de semejante asunto,
pues la mayoría de la prensa se manifestó dispues-
sino hasta que se celebrara el jurado dicho. Fue
ta a no volver a encender los ánimos de los lecto-
borrego -como se decía-, ya que aunque no habló
res, centrando ahora la atención únicamente en el
a detalle, sí continuó en el tema, pues comenzó
asunto de la obra teatral y la novela de Negrete.
a publicitar la aparición por entregas de la novela
Aunque algunos aseguraban que se denunciarían
escrita por José Negrete: La Niña Mártir y la Mujer
ambas, los editores de La Patria manifestaron a
Verdugo (páginas de una causa célebre).
sus suscriptores que no habría mayor inconvenien-
Ese mismo 18, Chávarri (Juvenal) trató de
te en el tema que les interesaba, la novela, pues
centrar a todos, criticando el comportamiento de
la edición ya estaba asegurada. Obviamente, no
los periodistas en el caso. Dijo por ello en El Moni-
dejaron de hacer hincapié en el hecho de que se
tor Republicano, en su “Charla de los domingos”:
trataba de un texto magnífico, bien escrito, y que
A propósito de la Bejarano, hablemos for-
daría mucho de qué hablar. Exageraron, ya que
malmente. Ya esto es demasiado: la prensa,
esta obra de Negrete es bastante llana, como se
el anónimo, la novela, los poetas de barrio,
leerá en el apartado III, a publicarse en el siguien-
la escena misma, se conjuran para llenar de
te número de Correo Mayor.
sombras las páginas de una causa cuyos Correo Mayor |
Historiando | 07
Por su parte, la obra “La mujer verdugo o la
Variedades
niña mártir” se denunció ante el Ayuntamiento el
Postrada Juana de hinojos,
23 de este mes, sometiéndose al jurado el mar-
rogaba a San Saturnino,
tes 27. El autor era el joven Benjamín Diez de Bo-
con lágrimas en los ojos,
nilla, en tanto Francisco Hernández y Hernández
que odiase su esposo el vino. Y con tal fe lo pidió,
y Juan A. Mateos se encargaron de la defensa. De inmediato, Mateos pidió la incompetencia del
que el santo estuvo indulgente,
juicio, ya que no se tenía ahí el texto denunciado.
pues el vino aborreció
Los autores de la demanda fueron el extrovertido
y hoy sólo toma aguardiente.
Arroyo de Anda, Luis G. de la Sierra y el joven e
Para nuestros lectores, en el siguiente capítulo
inexperto Bernardo Durán.
veremos la suerte, destino y azar de la obra, de
La sesión estaba programada para las once de
la novela, y de la propia Martínez de Bejarano, de
la mañana, pero no se reunieron todos sino has-
acuerdo al jurado que se celebró hasta febrero del
ta las nueve y media de la noche. A las doce se
año inmediato, el de 1879.
presentó la resolución final. “El jurado no tenien-
La espera sería ansiosa, aunque no faltaron los
do materia que resolver, se disuelve”. En efecto,
distractores para la población, como la cuestión
como no se había presentado la obra, no podía
sanitaria de la capital debida a los miasmas, las
haber denuncia. No era legal la previa censura.
pestilencias, las inundaciones y el desaseo en
Tras este triunfo, Manuel Estrada pretendió
general. Mucho se ganaría con la construcción
seguir con el montaje de la pieza, sólo que ahora
del Gran Canal de Desagüe -opinaban-, sin em-
en el Nacional, no ya en el Principal. La fecha pro-
bargo éste seguía brillando por su ausencia, con
puesta era la del 1 de septiembre inmediato, de
promesas, estudios, análisis y pequeñas medidas
manera que los abonados podían estar contentos.
inmediatas, faltando la labor tenaz, continua y ver-
O se les devolvía su dinero, o se iban al Nacional.
daderamente efectiva. Tanto era así, que, el 31 de
El problema sería entonces para los empresarios
agosto de 1878, La Patria definió siete grandes
del Principal, ya que no se sabía cómo ni quién les
plagas para la ciudad de México, cual más peli-
pagaría lo invertido en el culebrón. Podrían ser los
grosa y verdadera representante de la incapaci-
regidores, por aceptar la queja y prohibir la repre-
dad local para alcanzar el progreso: los bandidos,
sentación, pero nunca el autor, ya que a él le to-
la policía, las leyes, los jugadores, los tahúres, los
caba por fin gozar de salud y pesetas.
aguaceros y los miembros del Ayuntamiento.
Y si no les pagaba nadie, pues a conformarse
¿En qué estribaba el mal? No se sabe a bien,
y apechugar; que tuvieran fe, aunque no con la
porque había educación entre los hombres de go-
suerte de Juana, en versión de La Patria del do-
bierno; conocimiento, ni se diga, pues varios de
mingo 25 de agosto:
los médicos e ingenieros que estaban dentro del sistema, gozaban de fama hasta internacional, como Liceaga, Peón Contreras, Río de la Loza -entre los facultativos-, y Francisco de Garay, entre los segundos. ¿Acaso tenía razón el viudo a que aludió el 18 de agosto el Monitor Republicano, Correo Mayor | Historiando | 08
y convenía que todo hombre de política se casara
Otro motivo de distracción fue el que repre-
tres veces para alcanzar plena conciencia respec-
sentó Jesús Arriaga, bandido que obedecía al
to a su labor? Según dicho sujeto, la primera mu-
sobrenombre de Chucho el Roto, mismo que a
jer curaba el romanticismo; la segunda, enseñaba
veces asolaba por San Cosme, en ocasiones por
a ser humilde; mientras que la tercera convertía
los caminos de Puebla, y a veces hasta en Vera-
al hombre en filósofo. ¡Ni hablar! ¡Debe ser buen
cruz, sin olvidar que también en León tenía algu-
remedio, y excelente método!
nos secuaces. Era ladrón fino -se decía-, pues le encantaba robar en las casas sin que lo sintieran.
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“La Mati” Libros sobre ruedas
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Matilda. La emoción por el libro Nabor
El primer encuentro
¿Qué dio origen a Matilda?
Anduvimos en la Feria del Libro del Zócalo, reco-
Vengo de familia de libreros de medio tiempo.
rriendo los locales de diversas editoriales: Almadía
Desde niño he ido sumando libros a una biblio-
(“Lleve sus ricos y deliciosos libros oaxaqueños”),
teca personal, la cual tendrá aproximadamente
Ediciones Acapulco, Libros del Zorro Rojo, Edicio-
unos mil ochocientos libros, de todos los géneros
nes Tecolote, Kalandraka, Thule, sin olvidar las
y todos los temas. Algo de lo que me di cuenta,
grandes casas que absorbieron a varias edito-
es que me gusta compartir esas lecturas con las
riales. Hojeamos muchos libros, pero volvimos a
demás personas; me gusta que éstas me compar-
casa sin ninguno; era una ocasión para explorar.
tan sobre los textos que han leído, puesto que sus opiniones siempre son diferentes a las mías.
Segundo encuentro
Todo empezó hace unos dos años o dos años
Regresamos a la Feria del Libro para adquirir al-
y medio, cuando me encontré sin dinero, desem-
gunos títulos, entre ellos La vida instrucciones de
pleado. Antes, daba funciones de cuentos, a eso
uso, de Georges Perec. Estaba de oferta y eso
me dedicaba de tiempo completo, pero los pagos
aproveché. Lo he tenido en mis manos antes, en
no salían; entonces, una maestra me adelantó un
dos ocasiones, y en ambas terminé regalándolo.
pago de dos funciones y, ya con ese dinero, com-
Más tarde, visitamos Ediciones Tecolote, donde
pré algunos libros. A estos libros les sumé otros
compramos y platicamos con Erik Fonseca, quien
que ya tenía y, en una maleta, salí a las calles
nos habló de un proyecto que trabaja por su cuen-
para venderlos. Anduve en Coyoacán, en el Cen-
ta: una biblioteca en un triciclo, a la que la gente le
tro Histórico, la Roma y otros sitios.
puso por nombre “Matilda” (la Mati), como el libro
Me paraba en cualquier lado, abría la maleta
de Roald Dahl. Igual estaban ahí Lupita y su hija
y no faltaban los curiosos; era muy tímido para
Kopil, las que me comentaron sobre su pasión por
vender un libro, me daba pena ofrecerlo, esperaba
los libros y la música, Kopil ejecuta el violín.
hasta que alguien se acercara y me preguntara si los vendía, los prestaba o los regalaba. Por fin me
Tercer encuentro
animé a hablar y me fue mejor. Conforme los fui
Pasada la Feria, nos encontramos a Erik en un
vendiendo, compré otros, de manera que la maleta
café del Centro Histórico. Quedamos en vernos
creció. Me quedé en Coyoacán, y ya las personas
pronto.
terminaron por conocerme. No obstante, un buen día, que me pagan lo que me debían, hecho que
Cuarto encuentro
aproveché para pagar mis deudas. Como también
Sucedió más pronto de lo que imaginábamos: un
me cayó trabajo, dejé un poco esto de los libros.
día después de la vista anterior. Llegué y tenía una
Sin embargo, hace año y medio me entró
torre de libros traídos como tesoros de Donceles;
la tentación de abrir una librería; pero una librería
se los mostraba a Lupita. Fue entonces cuando
requiere de mucho dinero, el cual yo no tenía.
platicamos sobre “La Mati” y respecto a su labor
Para juntarlo, empecé a trabajar en una cafetería,
como librero. He aquí algo de la conversación. Correo Mayor | Literatura | 11
aparte de que le comentaba a mis amigos lo que
de semana, los demás días me iba a algunas
pensaba hacer. Así, me apoyaron con libros, o
cafeterías de Coyoacán, ofreciendo siempre una
me dieron trabajo: “consígueme tal libro”; se los
buena selección de editoriales independientes:
conseguía y se los vendía al precio que me cos-
mexicanas, españolas y sudamericanas. Como el
taban, aunque ellos siempre me daban de más.
espacio es pequeño, procuro cuidar y mantener el
Me decían: “que eso se vaya para tu proyecto”.
nivel de calidad.
Con esas aportaciones, fui juntando el dinero y, al
El proyecto está dirigido al público en gene-
cabo de nueve meses de trabajar en la cafetería,
ral. Por eso tengo literatura de todo tipo: univer-
por fin reuní el dinero para armar la bicicleta con
sal, mexicana, contemporánea, clásicos infantiles,
un librero.
fotografía, poesía en diversas lenguas. Intento
Al principio no tenía nombre ni forma, mas
tener variado, para que la selección de cada libro
se le fueron sumando otros interesados. La idea
sea un diálogo multidisciplinario. Fíjate, algo que
era que rodara en Coyoacán, que estuviera en to-
descubrí es que los llamados libros infantiles les
dos lados, que en cualquier esquina encontraran
encantan a los niños, a los jóvenes y a los adul-
libros accesibles, incluso periódicos viejos, algu-
tos. Por lo mismo, no creo en la categorización o
nas películas. No tenía definido cómo iba a ser:
clasificación de literatura infantil. Hay libros que a
quizá un triciclo tamalero, o una bicicleta normal,
los niños no les llaman la atención, pero que a los
con una caja atrás en la parrilla, como la de los
adultos sí les dicen algo; les mueven esos libros,
voceadores; incluso, podría ir la maleta con libros.
tal vez por nostalgia, o por melancolía.
Decidí invertir en algo que fuera atractivo visual-
Debo reconocer que el tamaño no me permite
mente, y me lancé a hacer el triciclo. Cuando
tener todo un acervo; por ende, si vas por un libro
le conté al herrero lo que quería, y para qué lo
en específico, probablemente no lo tenga. Mi pro-
quería, me dio un precio especial, porque se le
puesta es diferente. Por ejemplo, vas a la librería
hacía un buen proyecto cultural, el cual, aparte,
por un libro en específico; gracias a la base de
iba a estar cerca de su casa.
datos que tienen, lo encuentran, te lo dan, pagas
El segundo día que salí a la calle, llegó una
y se acabó. Aquí no. Aquí es al revés; la idea es
chica que tenía un centro cultural y me dijo: “yo
que cada uno llegue sin saber qué es lo que se va
quiero que tu bicicleta esté dentro de mi centro
a encontrar, y eso provoca una interacción entre el
cultural”. Tras pensar en las oportunidades que
librero, los libros y el futuro lector. De esa forma,
tendría mi proyecto para crecer, decidí entrarle.
aunque no vayas pensando en un título concreto,
Como el centro cultural estaba dedicado a los ni-
seguramente ahí vas a encontrar un libro que te
ños, tuve que cambiar todo el material que tenía,
va a llamar la atención, y te lo vas a llevar.
conformando una buena selección de libros infan-
También, la idea no era tener sólo libros a
tiles. Funcionó muy bien, de manera que invitamos
la venta, sino hacer intercambios y préstamos.
a las personas asistentes para que le pusieran un
En ciertos lugares se permite que las personas
nombre. Hubo varias opciones, y ganó Matilda.
escojan un libro, el cual pueden hojear mientras
A partir de ahí, se le conoció como la “Li-
se toman un café. Luego deben regresarlo, siem-
brocleta Matilda” o “La Mati”, de cariño. Debido
pre con la consigna de que no lo maltraten, que
a que en el centro cultural estaba sólo los fines
no le derramen el café encima, porque hay más
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personas que lo pueden disfrutar. De hecho, la
Andrés Fonseca. Estuvo con los Porrúa, desde el
misma persona, si no tiene posibilidad de com-
momento en que fundaron la librería. Él era con-
prarlo, puede ir a leerlo dos, tres veces, hasta cul-
tador y le daban muchos libros. Al llegar al punto
minarlo. En lo que toca al intercambio de libros, se
en el que ya no quiso estar trabajando para los
puede hacer con los que hay, o se pueden quedar
Porrúa, les pidió que le dieran los libros de saldos,
en consignación, o en donación. La elección de-
libros maltratados, libros que ya no iban a vender,
pende de cada sujeto.
o que no se habían vendido. Se los dieron, y con
Actualmente, el proyecto lo adoptó ya una
ellos mi bisabuelo puso la primera librería de viejo
librería de la Nueva Santa María. Comenzaremos
que hubo en Donceles. Esto ocurrió a finales de
a trabajar con ellos, a ver cómo funciona. Se trata
los años 1930, inicios de los cuarenta. Cuando la
de una colonia familiar, donde casi no hay jóvenes,
renta subió, tuvo que buscar otro lugar donde pu-
por lo que vamos a hacer una selección especial
diera vender sus libros. De esta forma, de Don-
para la zona, con la intención de que se acerquen
celes 101 pasó al tianguis de La Lagunilla, con-
a la librocleta. Es factible que no compren algo,
virtiéndose en uno de los pioneros de los libros
pero se van a llevar una buena charla sobre libros
de tianguis. Él vivía en Peralvillo, y de ahí se iba
o sobre cosas cotidianas.
todos los domingos para allá, con su carga en el diablo.
¿Cuáles son tus antecedentes libreros? Quizá la parte romántica es la de mi bisabuelo
Con el tiempo, varios de esos libros se quedaron en la casa materna, como parte de una
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biblioteca familiar. Después, ese acervo se incre-
cualquier edad. Pensando de manera capitalista,
mentó con otros libros que aportó mi mamá. Por
me gustaría poder generar un proyecto donde
los años 1980, ella y mi tía trabajaban en Educal
haya una “Mati” en diversos puntos de la ciudad,
(El Correo de Libros), en el puesto que estaba en
todas avaladas y adoptadas por la gente.
la plaza de Santo Domingo. Al cerrar este kiosco, le ofrecieron los libros a mi mamá, la que aceptó
Quinto encuentro
con gusto. De ahí pasaría a trabajar a la Biblioteca
Libros en el parque, en la calle, en cualquier es-
México, lugar en el que conoció a mi padre. Así,
pacio público: “Un libro es para habitarlo, más que
los libros de Porrúa y los libros de Educal, pasaron
para leerlo. Los libros son como hogares” -eso
a ser de mis primeros libros.
comentó Erik Fonseca-. Hicimos una sesión de fotos en la colonia Nueva Santa María, alrededor
¿Tus primeros recuerdos, son libros?
del Parque Revolución. En estos momentos, “La
Tengo en la mente dos sucesos al respecto. Prime-
Mati” se encuentra en un café llamado Minichelis-
ro, mi paso por la estancia infantil de la Biblioteca
ta (lugar que parece la casa del herrero, pues todo
México; segundo, una colección de la editorial
está hecho de tuercas y material reciclado, con
Colibrí, la cual creo que ya ni existe. Son libritos
mesas y sillas impresionantes). De aquí, espera
de color naranja, cuadraditos y en cada ejemplar
rodar por varias calles y colonias para llegar al
venían tres cuentos. También recuerdo las prime-
Centro Histórico, y luego seguir deambulando por
ras ediciones de una editorial que se llama Cidcli,
otros espacios de la ciudad.
así como una colección que se llamó Edilin, que ya no existe. Cuando estaba un poco más grande, mis tíos pasaban por mí y una parada obligatoria era la librería Gandhi, cuando aún funcionaba con estas características, antes de convertirse en un supermercado de papel impreso. Tengo todavía muchos libros y cómics de esa época. Debido a que en casa no tuvimos televisión sino hasta que cumplí los nueve o diez años, los libros eran el entretenimiento cotidiano en días soleados, días lluviosos, entre semana o fines de semana. Otro de los recuerdos más cercanos corresponde a una colección de lecturas clásicas para niños, hecha por Vasconcelos en los años veinte y que la UNAM retomó en la década de los ochenta, siglo pasado. ¿Cómo visualizas el proyecto de “La Mati”? Me agrada la idea de pensar en “La Mati” como un puente entre el libro impreso y las personas de Correo Mayor |
Instagram: @ek_fonseca Literatura | 15
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Colores de fin de año Dzununi Sac Nictée Guzmán May Filiberto García
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Dzununi Sac Nictée Guzmán May*
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Filiberto García**
Llega octubre, y comienzan a emerger arañas, escobas, calaveritas de azúcar y chocolate, calabazas de plástico, máscaras del Chapo o del villano en turno, de super héroes, o de monstruos con cicatrices, entre más espantosos, mejor. En las panaderías, comienzan a decorar los cristales con dibujos de artistas populares, pero que ya no están vivos: Juan Gabriel, Cantinflas, Pedro Infante. Claro, no deben faltar los panes de muerto en tamaño gigante; ya sea en dibujo o físicamente, éstos pueden aparecer en los mostradores desde muchos meses antes. En algunas panaderías se consiguen de tiempo completo, o sea, cualquier día del año. Con el pan de muerto, aparecen luces multicolores y esferas navideñas. Muchos productos se traslapan; sin dejar pasar una fecha, la mercadotecnia se hace presente para que no olvidemos
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los festejos que sucederán dos meses después. Así, aunque parezca burdo, podemos escuchar al mismo tiempo gritos y tonadas como las de “Ay, mis hijos” y “las campanas de Belén”. Estas escenas suceden a cada rato en el Centro Histórico. Basta con recorrer calles como la de Correo Mayor, o cualquiera otra del barrio de la Merced. Ahí se encuentran los productos de temporada, y hasta los que no lo son. Así, los meses de octubre, noviembre y diciembre están marcados por eventos masivos y coloridos. Por ejemplo, en octubre se celebra el desfile de alebrijes, el cual organiza el Museo de Arte Popular. Al efecto, el 28 de octubre mucha gente se da cita en la Iglesia de San Hipólito, ubicada en Puente de Alvarado, esquina con Avenida de la Reforma. Es el templo de San Judas Tadeo, y Correo Mayor | Fotografía | 17
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no faltan los creyentes que se caracterizan con la
Del 12 de diciembre en adelante, es hora del
vestimenta de este santo; incluso, hay casos en
maratón Guadalupe-Reyes, con peregrinaciones,
que familias enteras llegan vestidas de Judas.
festejos, comidas, fiestas de navidad y fin de año,
Después vienen los desfiles y ofrendas de
posadas, misas, actos de arrepentimiento sincero,
días de muertos, del 31 de octubre al 2 de noviem-
actos de arrepentimiento por alcoholes, día de los
bre, patrón cultural de primer nivel, muy digno ya
inocentes, y la magia propiciatoria para los viajes,
de figurar entre los elementos patrimoniales de
pura promesa de la regeneración de los tiempos.
la humanidad. Enseguida sucede el Festival de
¿Quién no escucha cientos de veces esa eterna
las Luces (Filux), donde varios recintos del Cen-
melodía de las campanas sobre campanas? ¿En
tro Histórico se llenan de colores, con iluminación
qué escuela no festejan con el burrito sabanero
espectacular. No obstante, igual se multiplican los
y su camino de Belén? ¿Quién no guarda la ilu-
inflables navideños, simulando muñecos de nieve,
sión para el día de reyes, en enero, sin importar la
Santa Claus con sus renos, pingüinos, osos y
rosca más que en el pretexto del jolgorio, toda vez
demás. No faltan las series de luces, esferas, ár-
que nadie está dispuesto a pagar lo del muñeco?
boles de plástico, así como los acarreos de pinos
Los tamales del 2 de febrero ya son otra cosa,
naturales sobre los coches.
pues siempre terminan invitando otros.
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#19S la derrota de los Millenials por los Millenials Rober Díaz, 2017 @betistofeles
En ellos no veo miedo, y sí disposición y euforia. Parecen una pandilla […] La creencia
nos definía ya como una generación de Millenials
Creí que la nueva entidad, Ciudad de México, iba
(esa generación nacida entre 1980 y el año 2000,
a romperse en dos. Que de aquel quebrantamien-
a la que se le ha tachado de buena para nada).
to, una inmensa barranca allanaría con forma de
Millenials ortodoxos a los que poco les importan
falla tectónica lo que hoy es este lugar, dejando al
los sucesos trascendentales (como la historia, la
descubierto antiguas pirámides derruidas. Cuan-
política, dios o el diablo, aparentemente) y que
do el movimiento de 7.1 grados Richter sacudía
a bien –o tal vez para mal–, acepta morir de esa
el edificio donde trabajo, pude ver las verdaderas
forma, abrazándose para evitar que alguien se ca-
caras de las personas que laboran conmigo; o
yera en el suelo de un noveno piso, mientras el
al menos eso creí ver. El pánico instalado en el
edificio se tambaleaba, sin buscar en realidad sal-
cuerpo, con poco tiempo para adecuar los ges-
varse, sino simplemente guardando un riguroso
tos de la cara a las convenciones sociales, trans-
orden para preparar el desenlace. Nos atuvimos
figuraba sus rostros aburridos y monótonos por
al mantra sacerdotal con el que nuestras escuelas
otros rostros, unos más envilecidos y paralizados
fueron tapizadas y con el cual crecimos: no corro,
de miedo. Fue como haber visto que envejecían
no grito y no empujo.
de súbito, y me recordó a aquellas fotografías en donde se compara el antes y el después de
La rebeldía
un adicto a alguna sustancia; toda esa descom-
Sólo una persona de nuestro piso rompió con
posición que transforma a lo largo de los años a
el código de seguridad, con los protocolos que
los adictos, sucedía, de alguna extraña manera,
habíamos seguido puntualmente apenas dos
en unos segundos. Aquella gente, al verse en un
horas antes, durante el mega simulacro con el
peligro inminente de muerte, delató nuestra pobre
que conmemoramos aquel otro sismo de hace 32
convivencia con el Caos y nuestra nula empatía
años, el cual, exactamente en el mismo día –19 de
para rebelarnos a ese otro daimon, en el que poco
septiembre–, semi destruyó la capital del país. No
creemos y al cual, sin embargo, en aquel momen-
creo que al regresar a las actividades normales
to nos encomendamos: el destino.
de trabajo, esta persona tenga vergüenza alguna, porque, dentro de los cabales, quienes en reali-
Los millenials
dad la sentimos fuimos nosotros, los que decidi-
En el edificio donde trabajo para la SEP, ubicado
mos abrazarnos de las vigas para salvarnos del
en el número 127 de la calle de Nezahualcóyotl,
colapso, dando tiempo incluso de que nos resca-
centro de la CDMX, preferimos abrazarnos ante la
taran. Pareciera que elegimos soportar la muerte
incertidumbre que el movimiento telúrico nos avi-
estoicamente, nada más para favorecer el orden
saba, pues el edificio podía caer en cualquier mo-
sin romper las reglas.
mento. No escuché rezar a nadie; a lo mejor eso Correo Mayor | Misceláneo | 26
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No corro, no grito, no empujo
sus compañeros la protegieron de inmediato. Al
Mientras recuperamos el aliento, nos dimos cuen-
lado de mí, una señora comenzó a tener arcadas;
ta que el edificio había soportado los movimien-
el estrés le exigía desalojar el miedo como fuera:
tos telúricos. Listos para desalojar, en la escalera
llorando, gritando o vomitando.
de emergencia ahora sí había mujeres y hombres mayores rezando, temblando y sollozando. Estar
Los extraterrestres
vivo en ese momento tomaba un nuevo cariz; no
A dos cuadras del edificio donde trabajamos está
se trataba de la permanencia a la que estábamos
la plaza de Tlaxcoaque, nuestro punto de seguri-
acostumbrados, se trataba de haber superado un
dad. En el trayecto, de alguna forma restableci-
estado inminente de muerte, el cual nos abría el
mos nuestro viejo orden, aunque esta vez éramos
camino hacia otro estado: el estado de oportuni-
otros: los sobrevivientes. Mientras avanzo, pien-
dad. Esa segunda oportunidad nos convirtió a to-
so, previendo que aun un espejo podría matarme,
dos, errabundos pero dóciles parroquianos de los
al caerse. Para algunos, esta condición les traerá
consejos de Protección Civil, en seres victoriosos
nuevas responsabilidades, o nuevas preguntas. A
que, por su obediencia, obtenían la vida. Sin em-
otros, en cambio, no les traerá nada, sólo un mal
bargo, todavía no estaba claro si el no corro, no
momento en el que se perdió tiempo, sólo un día
empujo y no grito, nos ayudaría para detener las
que no querrán recordar.
grietas amenazantes en los pasillos, los plafones
El terror se convierte en reacción; me muevo
a medio caer, las lámparas desajustadas, las es-
de la plaza Tlaxcoaque junto con mis compañeros,
caleras hendidas, las puertas descuadradas; no
los que van por sus autos a los estacionamientos.
era suficiente con aquella oración, aunque ningu-
Mientras caminamos, eligen una casa cercana
no la criticó, ni la desacató. La educación civil de
para reunirse y seguir en la plática, buscando ex-
mi generación, nos ayudó a llegar a un buen fin y
plicaciones. Me invitan a ir con ellos, pero les digo
escapar del terremoto.
que no, que quiero ir a ver a un amigo que vive cerca, apenas dos cuadras hacia el Eje Central,
El suicida
en la calle de Echeveste. Me despido y camino.
Afuera, en la calle de Nezahualcóyotl, luego de los
Encuentro a mi amigo, el cual me dice que, al
momentos de histeria colectiva provocados por la
terminar de bañarse, todo le dio vueltas; que, des-
muerte de un hombre, quien se desnucó al aven-
nudo, no podía meterse el pantalón; que, encue-
tarse de un segundo piso del edificio de enfrente,
rado, se había revolcado en el suelo de su baño
la gente parecía tener más claro hacia dónde ir.
gracias a las oscilaciones de la tierra. El edificio
Está en tierra, atrás ha quedado la imposibilidad
en el que vive data del siglo XVII. “Pensé que te
de luchar por la vida; ahora, en la calle, todo de-
había cargado el payaso” -le dije-, y me contestó:
pende de las astucias particulares. No obstante,
“acompáñame, voy a ver si mi suegra está bien”.
nadie rompe con las formaciones, todos vamos
Lo sigo. Atravesamos por toda la calle de Regina,
caminando en orden hacia el destino que nos fijó el
hasta llegar cerca del metro Candelaria. La gente
simulacro de un par de horas antes. En el camino,
no se ve asustada; los comercios siguen con su
alguna chica con uniforme de limpieza cayó des-
oferta, y las prostitutas que merodean Circunva-
mayada, de manera que tuve que saltarla pues
lación no parecen tener miedo.
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A pesar de lo podrido y el mal estado en el
Legendaria; están mirando hacia el cielo. Volteo a
que se ven algunos edificios cercanos al mercado
verlo también. No lo puedo creer, pero ahí están,
de la Merced, parece que no ha pasado nada. Al-
son tres esferas que parecen globos metálicos, y
gunos comerciantes comentan soterradamente
la gente comenta: “Siempre que pasa algo, esos
detalles de su sismo, mientras siguen vendiendo.
hijos de la chingada se aparecen”. ¿Quién? Me
Por el celular, comienzan a llegar mensajes sobre
pregunto a mí mismo, con sorpresa y con expec-
los edificios derrumbados; en Facebook, mis con-
tación e incredulidad. Otro dice: “Para mí, que no
tactos aseguran estar bien. En la red, comienza
son ovnis, sino que son los pinches gringos que
a hablarse de las brigadas que se están crean-
andan por todo el mundo, chingando la madre”.
do, espontáneas, para ir a los puntos donde ya se sabe que hubo derrumbes. En Whatsup, una
El silencio
cadena habla de los edificios colapsados, de las
De regreso en la casa de mi amigo, tenemos la
personas atrapadas. La suegra de mi amigo está
oportunidad de escuchar música, a gran volumen.
bien, parece que la Merced es un territorio aparte,
Estamos nerviosos, aún sin confesar que tuvimos
un espacio escindido que tiene su propio ritmo,
miedo de morir pero que la libramos, y que ahora
sus propias horas y sus propios habitantes.
también hay por qué celebrar. Sin embargo ni lo
Regresamos hacia el Zócalo para dirigirnos
intentamos. Sabemos que afuera todo está mal,
a la calle de Uruguay, donde veo a tres perso-
que hay gente que necesita ayuda. Los informes
nas paradas en la acera, frente al restaurante La
nos hablan ya de un número cuantioso de muertos.
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Las imágenes y los videos en la web nos permiten
temerosos y resignados, no como soportaron el
constatar que el temblor fue mucho más duro de
temblor. En esta ocasión, la reacción y la oportuni-
lo que suponíamos. Caemos en la cuenta que pu-
dad de seguir viviendo no los agarrará abrazados
dimos haber muerto, que nos salvamos porque,
a una viga.
de casualidad, resistió el edificio en el que nos
Están en las calles, trátese de una opor-
encontrábamos; que es una fuerza más allá de
tunidad, o del regalo de una fatalidad misteriosa,
nuestra comprensión la que ahora nos tiene con
y las calles son suyas; con esa nueva propiedad,
vida. Hay silencio y expectación. Un altavoz corta
se vuelven líderes naturales y casuales. Saben a
aquel silencio, diciendo que si no tenemos nada
quién obedecer: no es a la autoridad de enfren-
que hacer en las calles, es mejor no salir, pues
te, no es al uniformado que presume saber qué
entorpeceríamos las labores de rescate.
hacer, porque a ciencia cierta saben que nadie lo
Comemos, y luego nos preparamos para salir
sabe; entienden, sí, que es el momento de sacar
rumbo a una calle cercana, la de Chimalpopoca,
toda esa contención, toda esa frustración que las
esquina con Bolívar. Sabemos que ahí se cayó
circunstancias, la corrupción y un estado de injus-
una fábrica, que hay gente atrapada, que no se
ticia generalizado les ha colgado por el cuello. Hay
sabe el número, realmente. Algunos dicen que se
un desacato a las formas, aunque ellas les hayan
trata de 15 personas, otras que no, que eran alre-
permitido sobrevivir; en suma, el momento de co-
dedor de 50; y que se necesitan manos para quitar
bardía ha sido superado. Ahí está el ejército, la marina, las policías,
los escombros.
pero la gente no les hace caso; es ésta la que le El México bronco
dicta a la autoridad el ritmo que debe llevar el res-
Al salir hacia la fábrica caída, nos rodea una prole
cate. Comienzan a intervenir desaforadamente y
de jóvenes; algunos llevan picos y palas; otros
desbordan a los representantes, los que no tienen
sólo botes, con los que sacarán escombros. No
más que hacerse a un lado o confrontar a estos
faltaron los que tenían guantes y cascos, aunque
jóvenes que no tienen mesura, que no tienen con-
a ciencia cierta no comprendo de dónde los saca-
tención.
ron, ni cómo es que estaban tan preparados para
Hay gritos, pero también puños cerrados que
ese momento. En ellos no veo miedo, y sí dis-
quieren decir silencio; silencio porque debajo de
posición y euforia. Parecen una pandilla; los veo
esos escombros está un sobreviviente descono-
como los vi a lo largo de mi vida, durante los con-
cido, alguien que es buscado. Había oído hablar
ciertos masivos de música a los que fui: sabían a
del México bronco y no lo había visto, pero en Chi-
dónde iban, e igual no sabían muy bien a quién
malpopoca y Bolívar, los voluntarios y rescatistas
iban a ver, pero eso no los detenía.
de los barrios vecinos me hicieron conocerlo. Ese
Comprendo: así es mi generación; no hay certezas absolutas, no hay un conocimiento de
México, bien dicho, ha estado dormido, pero este temblor parece que los ha despertado.
causa; hay entusiasmo, sencilla y llanamente. También una ira sin conocimiento, pero con información que los puede hacer reaccionar así, de este modo: quieren ayudar, pero no lo harán Correo Mayor | Misceláneo | 33
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Paso del Norte Thomas Motta
La radio sonaba bien y bonito. Había de todo.
De los múltiples juegos de esas remem-
Guapachosas, como: “Se va el caimán”, “Se me
branzas, hay uno que me persigue. Ocurrió en
perdió la cadenita”, “El sirenito”, “Mi Matamoros
una mañana eterna, en la que no acababa de
querido”; rancheras, por ejemplo: “El rey”, “Me caí
amanecer y calaban el frío y la humedad. Había
de la nube”, “Paso del Norte”, o “La banda del ca-
un enorme muro de piedra y lodo; más allá, un
rro rojo”. Puros éxitos traídos directamente desde
árbol de jacaranda con muchas flores, de un mo-
la famosa Ranchera de Monterrey. No faltaban las
rado intenso; también estaba un tamarindo, árbol
radionovelas, por supuesto, Kalimán entre ellas.
enorme que parecía un gigante observándonos
¡Qué nostalgia! Luego, sonidos de guitarrazos,
día y noche, con su imponente sombra y sus lar-
tamborazos, corridos, y uno que otro bolero. Eran
gas ramas. Éste era el lugar preferido para jugar
los últimos años de la década de 1980.
a las escondidas, para trepar y poner columpios.
Tal vez era primavera en ese pueblo del Sur;
Al fondo, suenan unas campanas y una camioneta
pueblo de caminos de tierra y polvo. Recién había
arranca, con dos hermanas que suben a ella por la
entrado el primer automóvil. Antes de eso, para
parte trasera. Una de ellas estuvo a punto de caer,
transportarse nada más se usaban los caballos,
pero alguien la alcanzó por los brazos y evitó que
burros y mulas. Después de ese acercamiento
se fuera de espalda; la otra, entre la sorpresa y la
con la civilización, llegaron luego los refrescos con
emoción, sólo estiró los brazos.
gas y las cosas enlatadas. ¿Ahí comenzó el mal?
Ese día partían al Norte. Tenían que hacer
Como un presagio, vinieron las noches de
varias escalas; la primera, en la cabecera munici-
borracheras interminables, y los despertares in-
pal, de donde partirían por la noche con dirección
quietos en la madrugada, sueño interrumpido por
a la ciudad de México, debido a que sólo había
el ruido de las camionetas, las que no paraban de
una corrida a media noche. Después de llegar a
dar vueltas por las dos únicas calles que configu-
la gran ciudad, esperarían un autobús que las lle-
raban el pueblo. Y no faltaban los disparos al vien-
varía a la frontera norte, a Tijuana en específico.
to y los gritos de los más valientes, aquellos que
Supongo que no importaron las escalas interme-
se sentían dueños del pueblo. Algunos logramos
dias y el cansancio en las piernas y en la espalda.
salir por esas fechas; otros, se quedaron a sopor-
Les ilusionaría, quizá, pensar en lo que había más
tar hasta que la inseguridad los hizo huir. Para
allá de la frontera, después de los ríos y los cerros.
esto pasaron más de dos décadas.
Nosotros, lo único que sabíamos es que se iban a
De los últimos años que vivimos en nuestra casa
un lugar muy lejano, al que llegarían después de
de adobe y teja, sólo recuerdo algunos fragmentos,
mucho tiempo, de varios días de viaje. Así medía-
intermitencia de lugares y personas, más la secuen-
mos la distancia.
cia de los cerros, uno tras otro, hasta que se fundían
Más tarde nos enteramos que ya habían pa-
con el cielo en una gama de azules grisáceos -como
sado, que ya estaban del otro lado, en el Norte,
en la canción-, sólo que en este caso eran surcos de montañas.
una distancia infinita por fin alcanzada. Luego, la distancia se fue acortando con falsas promesas de
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regresar pronto, que “seguro pasando el verano”.
hijo, ellos nunca vuelven, nunca de los nuncas.”
En dicha espera, la madre les preparó tlaxcales,
No me quedó duda. De las dos hermanas, llegan
para que no se perdieran la cosecha de ese año;
noticias en forma eventual: una ya vive en Tijuana,
hasta los puso a secar, suspendiéndolos del techo
mas la otra partió un día, no al sur, no al norte; se
para evitar que se descompusieran. Pero nadie
fue a un lugar del que no se vuelve “nunca de los
volvió esa temporada, por lo que todo se fue al
nuncas”, como dijo mi abuela.
olvido. Así transcurrieron los años, sin faltar las sorpresas gratas, entre ellas las remesas y la esperanza de un futuro mejor. Nos enteramos de los cambios físicos y culturales, por supuesto: los quilos de más, o de menos, el cambio de color en el cabello, el uso del pantalón, la adquisición de un auto. Lo que no cambió fue la promesa. “Que ya vamos, pronto, tal vez para fines de año”. Y otra vez, que siempre no, que ojalá que para el próximo año. Finalmente, los matrimonios y los hijos hicieron que la idea del regreso se esfumara. Mejor ocurrió al revés: pasado el tiempo, los padres y los hermanos se reunieron con ellas en el gabacho; si las hermanas no volvían, era mejor alcanzarlas, con buena o mala fortuna, pero juntos al último. Pareciera que la demás gente del pueblo también quiso verlas, o emularlas, pues poco a poco mi tierra se fue quedando sola, abandonada, sin perro que le ladrara. Ahora está en ruinas, con una que otra voz que irrumpe en el reino del silencio. Sugiere una especie de Comala, pero en el Sur (a tu lectura, Rulfo). El pueblo se va llenando de vegetación, se está reforestando en automático, reconstruyendo lo que los habitantes nos devoramos. Los cerros se llenan de flores en septiembre, y desde lejos se puede notar el amarillo intenso con que se cubre mi querencia desde el cerro del sur, hasta el cerro del panteón que se encuentra al norte. Un día, le pregunté a la abuela sobre lo que significaba morir, y si la gente muerta podía volver alguna vez. Ella respondió enérgicamente: “No, Correo Mayor | Misceláneo | 36
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Los tres Ăşltimos dĂas de Fernando Pessoa
Correo Mayor | Literatura | 38
Los tres últimos días de Fernando Pessoa Querido mío, respondió Álvaro de Campos,
(Un delirio)
noto con placer que no me llamas ingeniero ni me tratas de usted, que te diriges a mí con familiari-
Antonio Tabucchi
dad. Claro, respondió Pessoa, tú has entrado en
Reproducción de fragmentos de la obra de Antonio Tabucchi en homenaje a Fernando Pessoa.
mi vida, me has sustituido a mí, eres tú quien hizo
28 de noviembre de 1935
que acabara mi relación con Ophélia. Lo hice por tu bien, replicó Álvaro de Campos, aquella muchachita emancipada no le convenía a
1 Antes tengo que afeitarme, dijo él, no quiero
un hombre de tu edad, ese matrimonio habría sido
ir al hospital con esta barba, se lo ruego, vaya a
un error.
llamar al barbero, vive en la esquina, es el señor
Y además, mira, todas aquellas cartas de amor
Manacés.
que le escribiste eran ridículas, creo que todas las
Pero es que no hay tiempo, señor Pessoa,
cartas de amor son ridículas, en fin, te protegí del
replicó la portera, el taxi está ya en la puerta, sus
ridículo, espero que me estés agradecido.
amigos han llegado ya y están esperándolo en el
Yo la amaba, susurró Pessoa.
recibidor.
Con un amor ridículo, replicó Álvaro de Cam-
No importa, respondió, todavía queda tiempo. Se arrellanó en la pequeña butaca donde el señor Manacés acostumbraba afeitarlo y se puso
pos. Sí, claro, es posible, respondió Pessoa, pero ¿y tú? ¿Yo?, dijo Campos. Yo, bueno, a mí me que-
a leer las poesías de Sá-Carneiro.
da la ironía, he escrito un soneto que nunca te he mostrado, habla de un amor que te incomodará,
2
porque está dedicado a un jovencito, un jovencito
¿Qué hora es?, preguntó Pessoa. Es casi medianoche, respondió Álvaro de
al que amé y que me amó en Inglaterra, resumien-
Campos, la mejor hora para encontrarse contigo,
do, a partir de ese soneto nacerá la leyenda de tus
es la hora de los fantasmas.
amores reprimidos, y algunos críticos se frotarán
¿Por qué has venido?, preguntó Pessoa. Porque si vas a marcharte hay algunas cosas de las que tenemos que hablar, respondió Álvaro de Campos, yo no sobreviviré a tu muerte, partiré contigo, antes de sumergirnos en la oscuridad te-
las manos. ¿Has amado de verdad a alguien?, susurró Pessoa. He amado de verdad a alguien, respondió en voz baja Campos. Entonces yo te absuelvo, dijo Pessoa, te
nemos que hablar de algunas cosas. Pessoa se incorporó sobre las almohadas, bebió un trago de agua y preguntó: ¿Qué estás
absuelvo, creía que en tu vida sólo habías amado la teoría.
tramando? Correo Mayor | Literatura | 39
No, dijo Campos acercándose a la cama, también he amado la vida, y si en mis odas futuristas y furibundas nada me he tomado en serio, si en mis poesías nihilistas todo lo he destruido, hasta a mí mismo, has de saber que en mi vida yo también he amado, con consciente dolor. Pessoa levantó una mano e hizo una señal esotérica. Dijo: Te absuelvo, Álvaro, ve con los dioses sempiternos, si has tenido amores, si has tenido un solo amor, estás absuelto, porque eres un ser humano, es tu humanidad la que te absuelve. ¿Puedo fumar?, preguntó Campos. Pessoa hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Campos sacó del bolsillo una pitillera de plata y cogió un cigarrillo, lo colocó en una larga boquilla de marfil y lo encendió. Sabes, Fernando, dijo, siento nostalgia de cuando era un poeta decadente, de la época en que hice aquel viaje en transatlántico por los mares de Oriente, ah, entonces habría sido capaz de escribir versos a la luna, y, te lo aseguro, por la noche, en la cubierta, cuando había bailes a bordo, la luna era tan plenamente escenográfica, tan plenamente mía. Pero en aquel tiempo yo era un estúpido, ironizaba sobre la vida, no sabía gozar de la vida que me había sido concedida, y así perdí la oportunidad, y mi vida se ha disipado. ¿Y después?, preguntó Pessoa. Después empecé a querer descifrar la realidad, como si la realidad fuera descifrable, y llegó la desazón. Y con la desazón, el nihilismo, después ya no he creído en nada, ni siquiera en mí mismo. Y hoy estoy aquí, en cabecera de tu cama, como un trapo inútil, he hecho las maletas para ir a ninguna parte, y mi corazón es un recipiente vacío. Campos fue hacia la mesa y aplastó la colilla en un platito de porcelana. Bien, querido Fernando, dijo, necesitaba decirte estas cosas ahora que quizás estemos a punto de separarnos, tengo que irme, vendrán también los otros a verte, lo sé, y a ti ya no te queda demasiado
“Poetas callejeros”, homenaje a Fernando P
tiempo, adiós.
Septiembre, 2016. Por Nabor, basado en ilu
Campos se puso la capa sobre los hombros, se ajustó el monóculo en el ojo derecho, hizo un rápido gesto de despedida con la mano, abrió la puerta, se paró un instante y repitió: Adiós, Fernando. Y después susurró: Tal vez no todas las cartas de amor sean ridículas. Y cerró la puerta. Correo Mayor | Literatura | 40
Pessoa, Cesare Pavese y Juan José Arreola en la calle Echeveste, Centro Histórico, ciudad de México.
ustraciones de Julio Pomar. Técnica: acrílico sobre madera reciclada. Dimensiones variables.
Correo Mayor | Literatura | 41
Galería Málaga Arte Contemporáneo
Correo Mayor | Arte | 42
Entre lo tóxico y lo comestible: la naturaleza Nabor
El proyecto de la galería MÁLAGA surge en el año
una pieza que llamó mi atención. Se trata de “Me-
2012, en la calle del mismo nombre, número 92,
moria de la selva”, que es un cuadro donde se
colonia Insurgentes Mixcoac. Su objetivo consiste
plasma un elefante con una mirada muy significa-
en actuar fuera de los corredores de arte ubicados
tiva. Su mirada debe ser tóxica, porque comestible
en la zona centro de la ciudad. Así, desde el sur,
no es.” En fin, he aquí la plática con Daniela, la
sus integrantes están haciendo conexiones con
encargada del lugar.
artistas contemporáneos tanto de México, como del resto del mundo. Han expuesto obras de di-
¿Cuándo y en qué contexto surge Galería Má-
versos artistas consolidados, pero también están
laga?
abiertos a nuevas propuestas, a nuevos talentos.
La galería surgió en 2012, gracias al amor al arte
Cada exposición va acompañada de pláticas, ta-
y al afán coleccionista del dueño de la galería,
lleres y cursos dirigidos a los interesados, pues la
el señor Rafael López Esquer. Desde siempre,
galería apuesta por atraer y compartir experien-
nuestra ubicación está en la calle de Málaga, en
cias no sólo con los artistas, sino también con to-
la colonia Insurgentes Mixcoac. Este espacio nos
das las personas que se acerquen a ella.
permite descentralizar la actividad cultural que
Daniela Ramos, directora de la galería, nos
se gesta en la zona centro de la ciudad. En ese
comenta sobre los propósitos y planes de trabajo
sentido, ofrecemos un espacio alterno sito al sur
que tienen para el futuro inmediato, así como so-
de la metrópoli. Aquí, asiduos o nuevos públicos
bre la exposición “Entre lo tóxico y lo comestible:
en el arte pueden darse cita para visitar nuestras
la naturaleza”, la cual se inauguró el jueves 9 de
exposiciones temporales, para adquirir piezas de
noviembre, a las siete de la noche. Cabe decir
arte y diseño contemporáneo, o bien para asistir a
que el público presente se mostró satisfecho, dis-
los diferentes cursos y ciclos de conferencias que
puesto a compartir y a hablar de sus gustos. Por
se imparten.
ejemplo, unos preferían a Leomar, con sus técnicas artesanales y sus gestos contradictorios que
¿Qué artistas han expuesto y cómo es la re-
mandan mensajes de paz; otros se iban con Caro-
lación con ellos?
lina Pavía, que nos llenó de flores, cactus, ramas
La relación que mantenemos con los artistas es
y trozos de árboles emergiendo de algún cuerpo
muy sólida, pues se basa siempre en la colabo-
humano; a su vez, había quien prefería a Omar
ración entre ambos. Uno de los pilares fundamen-
Sahe y sus reminiscencias a las culturas popula-
tales de la galería es el apoyo al talento nacional,
res de Guerrero; Gastón Gallardo impresionó por
particularmente a los jóvenes que recién salen de
sus propuestas con la pesca incidental y su serie
diferentes talleres y escuelas de artes, o incluso
“D-Sazón”; en suma, todos tuvieron su tiempo y
que son autodidactas. Ha sido fructífero el camino
su espacio. No obstante, la nota chusca nos la dio
que hemos recorrido con la mayoría y, sin duda, es
una integrante de nuestra revista: “No me gusta el
muy gratificante apoyar a artistas como Ilan Dana,
arte contemporáneo, pero puedo decir que hubo
Francesca Dalla Benetta, Daniel Montalvo y Jorge
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Moedano, entre otros, y ver cómo se abren paso
distintas: entre lo tóxico y lo comestible. En uno,
dentro de la esfera del arte en galerías, centros de
desde el enfoque de lo estético y lo bello, se reto-
exposiciones, colecciones y demás sitios, sea a
man tanto la naturaleza como sus componentes;
nivel nacional, o internacional.
en el otro, aquélla funge como arte objeto, producto del hombre y la sociedad.
¿Qué artistas participan en “Entre lo tóxico y lo comestible: la naturaleza”?
¿Consideras que el arte tiene un compromiso
La muestra se compone de once artistas emer-
social, y, de ser así, cómo incide el arte en la
gentes, cuyo material es inédito en la galería:
sociedad?
Daniel Montalvo, Gastón Gallardo, Leomar, Caro-
Claro. Creo que el arte es un aparato muy pode-
lina Pavía, Francesco Pinzón, Inés de Antuñano,
roso, y sus discursos, al estar tan relacionados
Iván Villaseñor, Ricardo Cabrera, Mayte Espinosa,
con la psique y las pasiones humanas, exigen de-
Roberto Blanco y Omar Sahe.
finitivamente un compromiso que debe estar ligado a las acciones diarias de la galería. En nuestro
¿Qué criterios marcaron el proceso de selec-
caso, buscamos que el discurso de la galería ten-
ción?
ga relación con el entorno y con el contexto social,
Nuestro proceso de selección fue abierto, previa
para procurar con ello una mayor empatía y un
convocatoria. El curador principal es César Bur-
mayor impacto en el público, tanto el recurrente
gos, quien colabora con nosotros en diferentes
como el potencial.
proyectos. Así, la selección corrió a cargo de él, en conjunto conmigo como representante de la galería y con Mercarte, que es una agencia de branding y gestión cultural. Actualmente, César se encuentra en un viaje de trabajo por Europa (Suecia, Noruega, Suiza y Turquía), además de Asia (Corea del Sur y Hong Kong). Mediante esta gira, pretendemos establecer una colaboración con diferentes espacios internacionales, con el propósito de que derive en el fortalecimiento de los vínculos de comunidad entre artistas y público nacional y extranjero. ¿Por qué la naturaleza es el concepto eje de la exposición? En un principio, la temática de la convocatoria era abierta, pero las propuestas que más llamaron nuestra atención se fueron perfilando hacia un tema que creo nunca pasará de moda: la naturaleza. El material nos permitió manejar dos áreas Correo Mayor | Arte | 44
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Los recientes sucesos de los sismos han
afectados, para asegurarnos de que llegue a buen
mostrado una solidaridad enorme, ¿cómo se
destino y de la manera más transparente y ge-
dio en Galería Málaga?
nuina posible.
El apoyo fue parte de un proceso natural, por así decirlo, debido a las características ideológicas de
Galería Málaga Arte Contemporáneo.
los que conformamos la galería. Siempre hemos
Calle Málaga No. 92, colonia Insurgentes Mix-
respondido a favor de las causas sociales y, en
coac, Delegación Benito Juárez.
esta ocasión, fungimos como centro de acopio
Teléfono: 56 15 56 93
desde el sismo del 7 de septiembre, cuyo epi-
www.galeriamalaga.com
centro estuvo en Oaxaca. En un inicio, la ayuda
t@GaleriaMalaga
recolectada se iba a destinar únicamente a las
f@GaleriaMalaga
comunidades más perjudicadas en el Istmo; sin
i@ galeriamalaga
embargo, al momento del segundo sismo, el del 19 de septiembre, también ampliamos nuestra ac-
contacto@galeriamalaga.com
tividad de acopio en favor de Morelos y Puebla.
Lunes a viernes, 10:00 – 18:00 hs.
La respuesta de la comunidad vecinal, de las redes sociales y del público en general, ha sido muy copiosa, por fortuna. Toda la ayuda recolectada la distribuiremos de manera personal a los más Correo Mayor | Arte | 46
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Mezcal . Cerveza Artesanal . Pulque . Pizza San Jerónimo #110, esquina Pino Suárez, Centro Histórico. f @centralfunkmx
Llegué a Central Funk por error. No tenía que estar por acá, llegué y eso fue lo que pasó; me dieron mal el nombre de la calle y acá estoy... acá sigo. Testimonio de un asiduo visitante.
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CrĂłnica de una ciudad, de un personaje: la ciudad de MĂŠxico y el doctor Merolico; ya huele, ya viene, ya se siente.