CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL
Cuaresma:tiempo de creer y conversión Oración de Corresponsabilidad para la Cuaresma Dios de misericordia, Tú nos has dado este tiempo especial para reflexionar acerca de nuestras vidas, creer en las Buenas Nuevas y acercarnos más a Ti. Que esta Cuaresma nos ayude a usar el tiempo para ayunar y orar, ser más generosos y mostrar a otros cómo vivir en Cristo.
La cuaresma es un tiempo especial para el cristiano corresponsable porque centra su atención en la conversión, uno de los principios básicos de la Corresponsabilidad Cristiana. Este es un tiempo en el que la conversión encuentra expresión práctica en la oración, el ayuno y el desarrollo de comportamientos y hábitos de más generosidad. En la actual crisis, con un creciente índice de desempleo, y una recesión profunda, el tiempo cuaresmal nos invita a centrarnos con mayor intensidad en nuestra relación con el Señor y cultivar una mayor conciencia de aquellos que se encuentran en necesidad. La globalización hace que el pobre y desvalido sufran lo peor durante estos tiempos. En su mensaje para la Cuaresma 2012, el Santo Padre, nos invita a sentirnos corresponsables de los necesitados: «Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos “guardianes” de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien». La palabra «limosna» no la oímos hoy con gusto. Notamos en ella algo humillante.
Que cada día de este tiempo sea como una nueva oportunidad para renovar nuestras vidas y tener una mirada más profunda de Tu presencia activa en nosotros y en nuestra comunidad de fe. Danos la gracia de ver Tu rostro en los otros, especialmente en los pobres y en aquellos que sufren. Y a través de Tu Espíritu, enciende en nosotros el fuego de Tu amor para que así podamos ser mejores y corresponsables de Tu tarea redentora en todo el mundo. Te lo pedimos por medio de Jesús, Tu Hijo, nuestro Señor y Salvador. Amén
La Cuaresma es también un tiempo para practicar la limosna; para renunciar a aquellos servicios y comodidades materiales que nos apartan de escuchar el llanto de un frágil mundo y encontrar formas creativas para responder al pobre. La limosna reúne el amor a Dios y el amor al prójimo. Al iniciar este tiempo de Cuaresma, hagamos un compromiso concreto para la oración, el ayuno y los actos de generosidad. Oremos por la sabiduría y la fortaleza para dejar ir las cosas que se cruzan en el camino de nuestra relación con Dios; por el fortalecimiento de nuestra fe, y por la gracia para ver que los pobres del mundo no son extraños, sino nuestros hermanos.