¡Envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra!
CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL
Renovados por el Espíritu
Cómo vivir la vida en el Espíritu Uno nunca sabe hacia dónde le llevará la vida, por las oportunidades que te da y las decisiones que se toman. Cuando Jesús nos llama, nos dice: “Sígueme”, nos ofrece la gran oportunidad de nuestra vida. Hemos de salir de donde nos encontramos, dejar las cosas que nos atan y que nos impiden seguir al Señor. Iniciemos esta gran aventura que el Espíritu de Jesús nos anima a seguir, nos invita a ser santos: “Sed santos como mi Padre y yo somos santos” (1 P 15-16). “Sed santos, porque yo, Yahveh, vuestro Dios, soy santo” (Lv 19,2) ¿Qué significa ser santos? Ser santos significa ser separado por y para Dios. Los santos son los que dejan pasar la luz de Jesús. Una persona santa es alguien que se vacía de sí para llenarse de Jesús. Mientras más me vacíe de mi mismo, más seré llenado por Dios. “Les ruego que le ofrezcan su propia persona como hostias vivas, agradable a Dios” (Rom 12,1). Los católicos creemos en Dios, pero no le creemos a Dios. “Y no pudo hacer allí ningún milagro. Tan sólo sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos. Jesús se
admiraba de cómo se negaban a creer” (Mc 6,5-6). Nuestra incredulidad pone freno al poder de Dios. Si tú esperas, si tú confías, si crees, el Señor te da, el Señor te concede. No es suficiente hablar de Jesús, hay que hablar con Jesús primero. “Pero llega la hora y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad… Dios es espiritu y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad” (Jn 4,23-24). Que nuestra adoración sea auténtica porque sale del corazón. Jesús, siendo Dios, pasó orando. Muchas noches en oración. En los momentos más importantes de su misión mesiánica, Jesús oraba.”… Alli se puso a orar” (Mc 1,35). Jesús se iba a un monte a orar. Dime cuánto oras y te diré cuánto mides; tú puedes ser físicamente muy chico, pero ser un gigante en oración. Pablo insiste en que no hay ningún bautizado que no tenga al menos un carisma. Los ministerios que el Señor da no son temporales, son permanentes. Una persona que ha nacido de nuevo, se compromete 100% a Dios
en el servicio. Es obediente a la voluntad de Dios y a los superiores. El mejor ejercicio de la libertad es poniendo tu libertad en las manos de tus superiores, porque el Señor así lo ha constituido. El mejor ejemplo de ello es Ananías que sólo aparece dos veces mencionado en la Biblia, pero qué importante fue para la conversión de Pablo. En esa obediencia al Señor, él benefició a toda la iglesia. Corresponsabilidad en: - Servicio - Obediencia - Generosidad En el Antiguo Testamento Dios pedía el diezmo, pero en el Nuevo Testamento, Dios nos pide el 100%. Todo lo que le das al Señor, El te lo multiplica. ¿Por qué a veces estás tan pobre, nunca te alcanza lo que tienes? Seguramente porque aún no has aprendido a conocer la leyes de Dios. “Yo el Señor todopoderoso os digo: traed vustros diezmos al tesoro del templo y así habrá alimentos en mi casa. Ponedme a prueba en eso a ver si no les abro las ventanas del cielo, para vaciar sobre ustedes las más ricas bendiciones” (Mal 3,10). Dale a Dios lo que es de Dios y El te lo multiplicará.