
16 minute read
Hollywood
from COSAS 378
Nació hace 86 años como hija ilegítima, un pocos años antes de la Segunda Guerra Mundial y creció en condiciones paupérrimas, Sofia Villani Scicolone logró, gracias a su impactante belleza, dedicación, talento y algo de suerte, convertirse en una de las actrices más famosas del planeta, admirada tanto por su impactante belleza como por sus inolvidables interpretaciones.

Por Yenny Nun. Fotos: Getty Images
Trabajó en más de 100 películas, muchas de ellas dirigidas por Vittorio de Sica, haciendo dupla con Marcelo Mastroianni, bajo el alero de su marido el productor Carlo Ponti quien era 30 años mayor que ella y con quien estuvo casada durante 50 años. Sophia Loren (el nombre que posteriormente le eligió su marido) logró escalar posiciones transformándose en un icono internacional. Hollywood la reconoció incluyendo su nominación como mejor actriz por Dos Mujeres y más tarde otorgándole un Oscar honorario por su contribución al cine italiano y norteamericano.
La actriz y modelo nació en un hospital de beneficencia en Roma. Su madre Romilda Villani, una profesora de piano y aspirante a actriz, crió sola a sus dos hijas en Pozzuoli, una pequeña ciudad de Nápoles atacada fuertemente durante la Segunda Guerra Mundial. Compartían un departamento de dos piezas con su abuela materna y varios tíos y tías. Sofia era delgadísima, pasaba hambre y debía huir frecuentemente de los bombardeos. Pero a los 12 años le confesó a su madre que deseaba ser actriz por lo que ella aprovechando que su hija ya mostraba una figura voluptuosa, la inscribió a los 14 años en un concurso local de belleza. Salió segunda en el concurso motivo por el cual ella y su madre partieron a Roma para conseguir trabajos de modelaje. En 1949 obtuvo el segundo lugar en el Concurso Miss Italia comenzando a realizar pequeños roles en el cine con el nombre de Sofia Lazzaro. En el concurso uno de los jueces era el productor Carlo Ponti quien ya había lanzado la carrera de Gina Lollobrigida y vio el mismo potencial en Sofia. Después de asistir a clases de Arte Dramático, la actriz debutó en un rol importante en 1954 con Oro de Nápoles y
el resto es historia. Entre sus roles más importantes se cuentan El Cid, Ayer, Hoy y Mañana, Matrimonio a la italiana, Arabesco y La Condesa de Hong Kong’. En su vida personal, Sophia se casó en 1957 con Carlo Ponti, matrimonio que no fue reconocido en Italia ya que no existía el divorcio y el director estaba casado en primeras nupcias. La pareja tuvo problemas en tener hijos, Sophia sufrió varias perdidas, hasta que en 1968 nació su primogénito: Carlo Ponti Jr. En 1972, nació su segundo hijo Edoardo y las autoridades italianas anularon los cargos de bigamia contra su marido. Durante la déca-



sophia nació el 9 de septiembre de 1934, en Roma, italia.





da del 80, hizo pocas películas, dedicándose a criar a sus hijos y a escribir una primera autobiografía Viviendo y Amando que además se convirtió en una película para la TV. En ella, la actriz encarnó a su propia madre. En 1980, lanzó su perfume Sophia y luego, una marca de maquillaje. En 1984, publicó otro libro Mujeres y Belleza y en 1995 tuvo gran éxito en EE.UU. trabajando con Jack Lemmon y Walter Matthau en Grumpier Old Men. A raíz de la pandemia, nos concedió una entrevista virtual desde su casa en Ginebra para conversar de La Vida en Si (Netfix), una emotiva película que podría nominarse a los Oscar y Globos de Oro, dirigida por su hijo menor Edoardo, quien anteriormente la había dirigido en el cortometraje La Vida Humana. En esta oportunidad se trata de un remake de Madame Rosa, filme que en 1977 protagonizó Simone Signoret. Aunque Edoardo Ponti enfatiza que su inspiración no fue esa película sino que el libro original que relata la relación entre una mujer sobreviviente del holocausto y un niño africano interpretado magistralmente por Ibrahima Gueye.
Sophia Loren y su hijo aparecen juntos en la pantalla de Zoom sentados lado a lado, tomados firmemente de la mano, lo que continuarán haciendo durante toda la entrevista. A pesar de su edad, la actriz aún se ve radiante y con mucha energía.
¿Con el transcurso del tiempo se siente más sabia?
Creo que nunca he sido sabia (risas) porque siempre trato de guiarme por mis instintos. Algunas cosas me funcionaron y otras no. Nací en una mala época en Italia, en la mitad de la Guerra, cuando se sufría mucho. Era una niña muy pequeña, también había problemas con mi madre porque ella no se llevaba bien con mi padre. Y además, estaba mi hermana. Fue una etapa muy dura que no quiero olvidar porque me ayudo a enfrentar muchos problemas más adelante y que ahora me ayudó a realizar mi interpretación.
¿Le afecta el paso de los años?
Si uno se enfoca en el transcurso del tiempo, por supuesto notará los cambios, pero para mi, no es un problema. Es parte de la vida. Uno nace y luego envejece. ¿Por qué querer entonces verse como a los 18? y si uno se hace cirugía plástica se ve peor, como un monstruo. ¡Todos tenemos arrugas! Y a mi me gusta tener arrugas felices en lugar de arrugas tristes después de una cirugía…
¿Qué busca ahora?
Mi vida aún no ha terminado, de ninguna manera (risas). Creo que he llegado a vivir en paz, porque ahora tengo todo lo que antes anhelaba. Una familia maravillosa, hijos hermosos, nietos hermosos. Lo único que no hice y que todas las mujeres desean, (y que ninguna mujer de mi familia hizo) fue casarme de blanco. Es un sueño que nunca se me cumplió (risas).
¿Qué ha aprendido acerca del amor?
Que el amor es la base de nuestra vida, esencial para el mundo, para nuestros niños. ¿Qué se hace sin amor? Todo sería imposible si no existiera. Yo no podría haber vivido sin amar, sin hacer las cosas que hice por mi familia, por mis amigos y por mi misma. Pienso y espero que el amor sea lo que todos deseamos.
¿Durante su carrera se ha sentido como una diva
o una súperestrella?
Nunca imaginé que tendría fama y éxito. Todo lo hice paso a paso. Cuando llegamos a Roma con mi madre tratamos de hacer las cosas a nuestra manera. No teníamos dinero ni nada que esperar. Comencé trabajando como extra en Quo Vadis. Trabajé de extra en muchas películas y poco a poco me empezaron a dar líneas para decir como “el almuerzo esta servido”. Y con el tiempo, las frases se fueron haciendo más largas porque tuve la oportunidad de conocer a un gran maestro como Vittorio de Sica. Estaba listo para hacer una películas con cuatro episodios en Nápoles y yo soy napolitana. Por lo que me ofreció el rol lo que fue el comienzo de una vida que creció y creció. Cada mañana, me despertaba y pensaba, ‘llega otro día y esto es maravilloso, es un sueño.” Trabajé junto a De Sica durante 20 años de mi vida ¡no puedes imaginarte lo feliz que me sentía de haberlo conocido!.
Y ahora, ¿cómo se siente ser dirigida una vez más por su hijo?
Muy contenta. Los directores no se pueden comparar, todo depende de la película que se hará. Esta fue una cinta muy especial para Edoardo y para mi, para el porque soy su madre y para mi porque era un tema que quería hacer durante muchos años, pero no podía porque era demasiado joven. Necesitábamos una mujer de cierta edad para interpretarla. Trabajar junto a mi hijo ha sido uno de los sueños de mi vida. Absolutamente.
¿Qué tipo de roles prefiere?
Depende del guion. Un rol con el que crees que te puedes identificar y mientras más difícil, mejor. Debe ser un desafío, como por ejemplo cuando trabaje en Dos Mujeres. Ana Magnani era la mejor actriz del mundo e iba a interpretar a la madre y yo a la hija porque la madre tenía 56 y yo un poco más de 20. Pero ella rechazó el rol de madre y fue excelente porque me dio la oportunidad de representar uno de los mejores papeles de mi vida dirigida por Vittorio de Sica. Hicimos a la madre un poco más joven y a la hija un poco mayor. Tuve mucha suerte.

UNA VIDA SENCILLA
Hace algunos años, Ud. escribió su autobiografía ‘Ayer, Hoy y Mañana’… ¿Qué la motivó a hacerlo?
La idea de este libro ocu-
Claudia Cardinale, Lucía Bosé, Gina Lollobrigida y Sophia fueron las mujeres italianas que marcaron toda una época en el cine… Sus dos hijos se dedican a la música y al cine.


rrió por casualidad. Un día porque soy muy ordenada y quiero clasificar todo ya que no soporto el desorden, estaba clasificando unos documentos, y encontré los diarios de vida que había escrito durante 30 años. Me dije ‘Dios mío, que es esto’? y comencé a abrirlos y leerlos uno a uno. Luego, recordé lo que había hecho en esos momentos y entonces se me ocurrió que podrían convertirlos en un libro que todos podrían compartir. Pero al final pensé que era mejor que yo escribiera un libro y después de terminarlo, destruí mis diarios de vida. Esos diarios ya no existen, terminaron en llamas, porque allí habían cosas que solo me pertenecían a mi. Incluían relatos muy íntimos y no quise que estos diarios llegaran a manos de otras personas, incluyendo mis hijos, eran demasiado personales. Pero en la autobiografía cuento mucho de mi vida.
¿Dónde vive?
Mis hijos viven en Los Ángeles EE.UU. y yo acá en Suiza en una pequeña ciudad cerca de Ginebra. Ellos eligieron vivir en EE.UU. y a veces me siento muy sola porque no veo crecer a mis nietos día a día. Me gustaría seguirlos, me gustaría estar junto a ellos, ser la nonna a tiempo completo, a veces lloro, pero sola (risas).
¿Y por qué no se muda a EEUU?
(Su hijo Edoardo responde) Mamá es totalmente europea. ¿Qué haría ella en una ciudad caótica como Los Angeles?
La actriz lo escucha atentamente y asiente con la cabeza.
Sophia, ¿nos podría describir uno de sus sus días típicos?
No me gusta hacer actividad física porque soy Napolitana (risas). Prefiero descansar. Me levanto a las 4.30 de la mañana y reviso lo que tengo que hacer porque como le conté soy muy precisa y si no tengo todo en orden sufro. Soy una típica Virgo. No me gusta salir demasiado. No es que me aísle, pero prefiero estar lo más posible en mi casa. Prefiero quedarme allí, hacer mis cosas en privado.
¿Nos puede describir la pieza donde ve TV?
Hay un sofá maravilloso y grandes sillas, la TV es un plasma, además hay un piano precioso que mi hijo Carlo toca muy bien y una ventana que mira a un bonito jardín.
¿Ve mucha TV?
No tanto y sobretodo trato de evitar los noticieros. A veces me asusta mucho lo que está ocurriendo en el mundo, mucho.
¿Y donde va ?
Me encanta ir al parque a las siete de la mañana, camino bastante, a veces con mis amigos y a veces sola. También me gusta hacer shopping, pero muy de vez en cuando. Ahora a raíz de la contingencia salgo mucho menos. En casa, hago mis llamadas telefónicas, converso son mis hijos, una vida muy sencilla. Leo mucho, libros y guiones, corrijo cosas que he escrito. Casi nunca salgo a cenar afuera sobretodo ahora con la Pandemia, prefiero no hacerlo, porque tengo miedo y siento que ya no existe libertad para salir como antes.
¿Y cuando sale la reconocen?
Sí y me piden un selfie, ‘uno
Nuestra corresponsal Yenni Nun junto a Sophia.
porfavor” y siempre digo que sí.
Viviendo en Suiza ¿extraña Italia?
Italia es un país hermoso y por supuesto que lo extraño todo el tiempo porque nací allí. Voy y vengo porque mi hermana vive en Italia y voy a verla muy seguido.
Me imagino que a veces se siente sola pensando en todos los seres queridos que ya no están en su vida?
Es muy triste, muy triste. Nos ocurre a todos, no solamente a mi. Cuando un ser querido desaparece, es algo terrible. Por ejemplo cuan-

do falleció mi marido, sufrí mucho, pero Carlo aun esta muy presente dentro de mi. Creo que las personas a quienes amamos a pesar de estar muertas, nunca desaparecen de nuestras vidas y corazones porque uno siempre recuerda los mejores momentos junto a ellos. Es triste, pero forma parte de la vida. Edoardo agrega:
“Creo que lo extraordinario de mis padres es con cuánta normalidad vivieron y nos criaron a mi y a mi hermano Carlo. Tuvimos vidas muy normales, con rutinas, eso nos hizo sentirnos seguros al crecer. Admiro al icono, pero amo a mi madre. En un momento de mi vida yo elegí estudiar en un Internado, pensé que era importante asistir a esta escuela y siempre recuerdo que durante 4 años, la única madre que llamaba a su hijo a diario era mi mama (risas). Todos los santos días…
Sophia: ¡Pero te daba vergüenza!
Edoardo: ¡¡¡No!!!!
Ella lo mira emocionada y él continúa: “Mi madre no se cree una diva. Cuando comienza a actuar lo hace como si fuera la primera vez, aunque es una de las grandes actrices del mundo. Quizá dentro de 30 años, entenderé el impacto de lo que significó trabajar con esta mujer que también es mi madre.”
sus hijos?
La simplicidad. Son muy jóvenes, saben divertirse y existe alegría alrededor de sus hogares. Me encanta estar junto a ellos.
¿Qué hizo como madre para tener una relación tan maravillosa con su hijo? Uds. Han estado tomados de la mano durante toda esta entrevista, ¿cuál es el secreto para que se quieran
durante la filmación de la mujer del río se enamoró del director Carlo Ponti quien fue el amor de su vida. se casaron en 1966 de manera oficial.
¿Qué le han enseñado
tanto?
Es un secreto que no se lo puedo decir, es algo interno, está en el corazón, es el amor que siento no solo por él porque no olvidemos que tengo otro hijo, Carlo, son mi familia y estoy feliz de estar con ambos.
¿Qué hace Carlo?
Es director de orquesta. Lo hace muy bien y viaja alrededor del mundo como lo requiere su profesión. Estoy muy contenta por él.
Eoardo: “Porque mi madre es tan humilde al respecto, me gustaría agregar algo. Cuando yo crecía, ella trabajaba mucho, pero aun así, siempre encontró el tiempo para hacernos sentir que éramos su prioridad, que su familia venía primero, de sentirnos especiales frente a sus ojos. El mundo la quería a ella, pero ella nos quería a nosotros, ese sentimiento realmente significa mucho para mi. Y además, tenemos un temperamento muy parecido. Cuando la dirijo, solo necesito mirarla o tocar su mano y ella entiende exactamente lo que quiero en ese momento. Tiene dos manos para compartirlas con sus dos hijos.
Sophia, ¿qué le da tanta fuerza y la motivación para ser tan positiva?
No tengo idea. A veces

Loren participó en varios concursos de belleza obteniendo los títulos de Princesa del Mar en 1949, Sirena del Adriático en 1950 y Señorita Elegancia en Miss Italia en 1950.
cuando me despierto por la mañana pienso “Oh Dios mío, esta es mi historia, es increíble lo que me ha pasado”, y aun tengo la energía y el anhelo de seguir y encontrar cosas nuevas.
¿Cómo describiría a su madre como actriz?
Edoardo: Es algo con lo cual se nace, la capacidad de comunicar emociones, algo que no se puede aprender. Cuando mi madre actúa si ella se emociona, el público se emocionará también, si ella se ríe, ellos se reirán. Mi madre tuvo mucha suerte cuando era joven de trabajar con directores que le enseñaron cómo usar ese instrumento.
LA VIDA ANTE SI
Su personaje en el filme Madame Rosa, es una sobreviviente del Holocausto. Alguna vez conoció a algún sobreviviente y esto le ayudó en su interpretación?
Recordé mi propia vida en Nápoles durante la Segunda Guerra Mundial con mucho sufrimiento. Detonaban bombas todas las noches, era casi imposible vivir, imposible asistir al colegio. La trama de este filme es muy cercana a nuestra vida; una vida muy dura para una mujer sencilla como mi madre y para todos nosotros.
¿Con Edoardo conversaron del tema de la mortalidad que se muestra en el filme?
Eduardo: Creo que más que mortalidad, la película muestra el renacer. Creo que uno de los simbolos de la muerte no es un final, sino que un comienzo de algo distinto, la muerte es una transformación, el cierre de un capítulo y el comienzo de otro. Cuando Madame Rosa muere, le pasa su espíritu a Momo, su corazón, lo que ha aprendido, sus palabras se quedarán para siempre en el alma del niño. Mi madre y yo nunca conversamos acerca de la muerte.
¿Le gustaría agregar algo?
Por supuesto, que Edoardo y yo tenemos la misma mente. Fue una película maravillosa para hacer, aunque no fácil en algunas escenas.
¿Cómo fue su relación con Ibrahima? el niño senegalés que interpretó a Momo…
Fue maravillosa. Él nunca había visto una cámara ni un set, por lo que nos acercamos mucho a él para que se sintiera en casa y él fue encantador con nosotros.
Lo llevamos a vivir a nuestra casa en Bari. Era su primera película, un mundo totalmente nuevo que le abrió los ojos. Ahora ya volvió al colegio. Había escenas en las cuales tenía que ser rudo conmigo, y antes de grabarlas me preguntaba si yo le daba permiso para maltratarme y yo le contestaba que sí. (risas) Y después que terminaba la escena, nos abrazábamos.
¿Cómo se sintieron viviendo todos juntos cuando hicieron la película?
Edoardo: No es fácil para una actriz vivir con el director porque el trabajo nunca para. Siempre hay un tema que sale a relucir, la próxima escena, vestuario, sets etc. Por lo que creo que a veces era agotador para mi madre estar viviendo conmigo y yo le recordaba que escenas se grabarían. Pero ella es todo una profesional y nunca se cansa. Cuando editaba la película me avergonzaba de cuántas escenas la hacía repetir, lo que ni siquiera era necesario, ya que ella lo había logrado hacer bien la primera o segunda vez.
La actriz lo escucha y se ríe, luego ambos se abrazan cariñosamente.


