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El latido barrial en papel de diario

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Sin poder volar

Sin poder volar

ojos de los funcionarios de turno. Poco después se sumaron al equipo algunos amigos que compartieron esas premisas como una especie de “carta de principios” y le pusieron el hombro al proyecto: Daniela Davanzo, Marcelo Ocampo, Pablo Barrio y Fernando Ruíz. Todos, en mayor o menor medida, seducidos

Así, con escaso apoyo económico y la palabra “Internet” ausente en el diccionario, nos abocamos a un trabajo netamente artesanal en el que todos hacíamos todo: entrevistas, redacción, fotografía, diseño, venta y cobro de publicidad, y distribución. Y ese era el secreto: conocer cada uno de los vericuetos de esa nueva criatura de papel, que con el aporte de Varela –tipeando las notas en columnas en su IBM Componer- el “Sordo” con las chapas de impresión y Oscar Ocampo haciéndonos precio en su imprenta de Ciudadela, recorrió por primera vez la geografía

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Desde entonces, Cosas de Barrio se mantuvo fiel a aquellas dos premisas iniciáticas: hacer periodismo barrial e impulsar las demandas de los vecinos, siguiendo al pie de la letra lo que dicta el slogan que aún hoy encabeza nuestra portada: “Porque no sólo queremos informarnos, sino también comunicarnos”.

Los años fueron pasando y algunos nombres fueron cambian- do. Entre ellos, mi amigo Hugo, con tres cuartos de carrera en el bolsillo, debió optar por su vocación de médico cirujano. Más tarde se sumaron Norberto Quintana, Anabella Messina y Florencia Cunzolo, quienes como otros tantos jóvenes periodistas que dejaron su huella en esta redacción, luego pasaron a jugar en las “grandes ligas” y llevaron su talento a Clarín, Telefé y a importantes medios europeos ¡Y cómo no incluir a mi Viejo! Un periodista sin título capaz de hacer y deshacer con las letras, volcando su emoción y compromiso en cada una de las notas que brotaban de su enamorado corazón linierense. Un estandarte invalorable de Cosas de Barrio, que partió hace ya casi una década, para escribirle con enjundia a San Pedro y pedirle que arregle los baches de las nubes y las desparejas veredas celestiales.

Desde aquel lejano 25 de mayo de 1989, Cosas de Barrio está en la sonrisa amable de los canillitas, que mes a mes depositan los ejemplares en manos de los lectores; en el apoyo invalorable de los auspiciantes, que confían en estas páginas para publicitar sus productos y servicios; en las instituciones locales, que nos eligen para difundir sus inquietudes y actividades comunitarias; y fundamentalmente, en los vecinos, en la gente de Liniers y Mataderos que no sólo nos recibe en sus hogares, sino que además se ofrece como una inagotable fuente de información, que nutre nuestra agenda con noticias de primera mano, aquellas que los grandes medios descartan.

Por todo eso, hoy queremos invitarlos a levantar las copas y brindar con nosotros por estos 34 años de labor periodística que nos reconfortan, nos enorgullecen y nos comprometen a seguir desandando esta atrapante aventura editorial, que nos sorprende cada día y nos hace tan pero tan felices. Gracias a todos, de corazón.

Lic. Ricardo Daniel Nicolini cosasdebarrio@hotmail.com

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