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Trayectorias

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Un maestro feliz

Un maestro feliz

Con la maestra Cecilia Guerrero directora de Escuela Primaria Pública.

Conocimos a la Maestra Cecilia Guerrero

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por el movimiento que ha hecho dentro y fuera de su escuela para realizar nuevos proyectos, inventar estrategias y aportar conocimiento a cada escuela en donde la

hemos visto trabajar, tanto a los maestros como a los alumnos de la escuela. La

conocimos hace algunos años de una manera breve cuando, era directora de la Escuela Pública República de Haití, una escuela limpia y bien organizada, se sentía el entusiasmo de los maestros que participaban en ese momento. Vimos a una persona dinámica en movimiento constante, atendiendo las necesidades de nuevo en acción en donde actualmente

dirige y fue posible apreciar su entusiasmo. Luego de la pandemia, Creamos vivió en carne propia lo que la voluntad puede hacer por las personas, incluso conectadas a distancia por métodos electrónicos y fue gracias a ella y a otros maestros, que se integró un grupo donde se intercambian actualmente experiencias para ayudar mutuamente a la incorporación de conocimientos que permitan el crecimiento personal y el cambio. Ella, aún con sus ocupaciones, nos ha permitido una entrevista para plasmar en estas páginas algo de su trayectoria como docente y su punto de vista sobre la educación actual.

Con 55 años, es actualmente directora de una Escuela Primaria Pública en la

Alcaldía de Azcapotzalco, es Egresada de la Benemérita Escuela Normal de

Maestros, una de las últimas generaciones egresadas de la Benemérita antes de que se implementara la Licenciatura, luego estudió la licenciatura en la Universidad

Pedagógica Nacional, tiene 36 años de servicio. Además, ha tomado varios diplomados entre los que destaca el Diplomado en Enseñanza de las Artes en la escuela Primaria, el Diplomado en Gestión, Cursos en Instituciones que tienen que ver con el arte, la cultura y la educación.

Sobre sus logros… El primero y el más importante ahora mismo, es estar de pie a pesar de todo lo que ha sucedido en año y medio, en la pandemia, en lo familiar y en lo profesional, seguir en pie, a pesar de que

hemos llegado a la escuela dónde ni la escuela, ni los maestros son los mismos que dejé, creo que algunos compañeros involucionaron.

En la docencia, siempre me ha gustado participar con los niños, pero especialmente en los certámenes de la Canción Popular Mexicana, los concursos de interpretación del Himno Nacional y desde que estuve en la primaria Defensores de la República en la preparación de los niños para el Concurso de Oratoria del certamen Benito Juárez.

Anécdotas, como me preguntan, muchas…Tengo 52 años y cuatro hijos, tal vez lo más curioso fue que en el primer año de servicio mi hija mayor nació, luego tuve otra

Tuve la fortuna de trabajar con niños increíbles, no me acuerdo de todos mis grupos, pude trabajar experimentos sociales locos y divertidos de aprendizaje, de cultura, de conocimiento, que me ayudaron a crecer y que me hicieron querer a mis niños y a mis niñas, increíbles. Algunos me dejaron marcada por varias cosas. Preguntamos cómo había decidido dedicarse a la docencia, nos contestó que no decidió hacerlo…

Cuando salí de la secundaria yo quería estudiar Relaciones Internacionales y entrar a la preparatoria No. 9, mis papás ambos son maestros normalistas, mi papá me dijo que estudiara la Normal, -No sabemos si será posible seguir pagando una carrera, son ustedes ocho, cuando tú salgas, vas a tener trabajo--, porque antes salíamos con una plaza, así que hice examen para los dos y el primer resultado que llegó fue el de la normal y me inscribieron, pero luego me dijo que si quería podía intentar cuando llegaron los resultados del CCH Vallejo, que lo intentara, que siguiera yendo a la Normal en la mañana y en la tarde al CCH, a mí me dio un poco de miedo por como se comportaban las personas de ese entorno, -creo que solo fui un día-, los chicos hablaban de otra cosa, vestían de otra forma, era una niña con una mentalidad y educación tranquila, mis padres no nos permitían muchas cosas.

Entrando a la Normal, no estaba yo convencida de querer ser maestra, me gustó la escuela, me gustó el edificio por supuesto, los maestros, mis compañeros que a la fecha nos seguimos frecuentando. Mi mejor amigo que falleció lo hice allí en la Normal, me gustó el ambiente, hubo algo que me jaló, los primeros años no me fue muy bien, no le echaba muchas ganas a la escuela, no entregaba tareas, pero me recuperé en los últimos años, lo que hizo, que con el promedio me enviaran a una escuela en el Estado de México, en Bosques del Valle, estaba lejos, pasando Coacalco, estuve seis meses y me invitaron a participar en el Conjunto Folklórico Magisterial, ya no trabajé en aula de primaria, trabajamos haciendo presentaciones desde Xochimilco, hasta milpa alta y todo el Sur de martes a viernes, dábamos funciones en todas las Escuelas de México, todos los días de las 9:00 am a las 3:00 pm ensayaba, los lunes y los domingos eran nuestros días de descanso. Luego, entré a la Universidad Pedagógica para hacer la licenciatura.

Mis inicios fueron un poco atropellados, creo que cometí más errores de los que quisiera, tal vez me motivó en esta comprensión de la importancia de ser un buen maestro, que decidí entrar a un proyecto que se llama PACAED, Plan de Actividades Culturales de Apoyo a la Educación Primaria, tuve la fortuna de ser aceptada en ese proyecto, nos dieron una capacitación que duró un mes de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche de lunes a

sábado, todo se mes viví en Puebla. Comenzamos a trabajar mucho la parte teórica y la metodología que tenía que ver con el Constructivismo, y con estrategias que les ayudaran a crecer como personas, como niños independientes, allí fue donde abrí los ojos, entre PECAED y trabajar en la lucha sindical de la sección 9

Democrática, me hicieron valorar mi labor como docente.

Y por último queremos preguntarle sobre la educación en México, es una pregunta muy abierta, pero en esta nueva realidad que estamos viviendo, las circunstancias han cambiado y deberíamos hacer cosas diferentes si queremos resultados diferentes. Pero nos encantará saber su

opinión… Creo que a pesar de que el discurso ha cambiado, y que a lo largo de los años supuestamente se ha promovido un giro de lo que le llamaba en mis tiempos, de recién egresada entre 1980 y 1885,

cuando salí de la Benemérita Nacional de

Maestros, LA EDUCACION TRADICIONAL , a darle un giro para comenzar a trabajar metodologías más audaces, como el método de proyectos de aprendizaje situado en problemas, a trabajar los socio dramas y los socio gramas, trabajar de diversas formas, pero estas propuestas también se daban desde la Academia, mucho en los noventas con las propuestas que nos daban los profesores en la UPN, en la vida diaria en lo público y cotidiano se seguía trabajando de manera tradicional.

Ha cambiado mucho, ha habido muchos incentivos, cursos y talleres para saltar de esa educación tradicional a otros cortes, pero creo que es igual de tradicional. Los jóvenes maestros hacen una maravillosa planeación argumentada, igual que hace cien años, niños sentados mirando de frente al pizarrón, sin posibilidad de participar, de ser libres, de

proponer.

Creo que, en la parte de la infraestructura, y si yo digo que en mi escuelita faltan herramientas, no me quiero ni imaginar lo que falta en las comunidades. No se ha dado importancia a quienes llevan la educación, se requiere mejorar la infraestructura, necesitamos materiales adecuados, infraestructura y las condiciones de la escuela, además de Salarios justos y adecuados, materiales para que hagan bien su trabajo. En esta pandemia hubieran regalado computadoras portátiles a los maestros para que pudieran realizar sus actividades, algunos como nosotros, tuvimos que conseguir patrocinadores para obtener algunos materiales y poder llevar a cabo nuestro trabajo. No se le ha dado la importancia debida, muchos tuvimos que hacer inversiones y apoyo Creo que el futuro de la educación no está en las políticas educativas que implementa el Estado, el futuro está en la voluntad y el compromiso que los docentes decidan poner a esto, porque a fin de cuentas somos quienes tienen la responsabilidad de hacer personas sensibles criticas reflexivas y personas empáticas con los demás, pero sin no lo aplicamos y lo practicamos en nuestro andar cotidiano dentro y fuera de la escuela es muy complicado transmitirlo en los niños.

María de Lourdes Cecilia Guerrero

Saucedo

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