CONT E NIDO Editorial
02 INVESTIGACIÓN
04
Beatriz Colomina
Del brazo y por la calle. Construcciones culturales de la ciudad Arm in Arm Down the Street. Cultural meanings of the city
020
Georgina Cebey Montes de Oca
Conexiones en el espacio Connections in space
028
Gabriel Benítez Gutiérrez
Escenarios para la historia y el olvido en el México moderno 1942-1958 La ciudad imaginada por Juan O’Gorman, Luis Barragán, Mathias Goeritz y Mario Pani Settings for history and oblivion in Modern Mexico 1942-1958 The city as imagined by Juan O’Gorman, Luis Barragán, Mathias Goeritz y Mario Pani
068
Keith L. Eggener
México y el ciam Apuntes para la historia de la arquitectura moderna en México [segunda parte] Mexico and ciam Notes to Mexican Modern Architecture History [part two]
084
Juan Manuel Heredia
Medios y tecnología en la concepción arquitectónica Media and technology in architectural conception
096
Ronan Bolaños Linares
Un día nublado Cloudy day
118
Cristian David Luna
La arquitectura de contenedores y el paisaje: una nueva mirada a través del Site Specific Art Container architecture and landscape: a brand new view through Site-Specific Art
056
María Cabrera Vergara
Los cielos del sur Tres casas de Wladimiro Acosta y una interpretación de la arquitectura moderna en Argentina Southern skies Three houses of Wladimiro Acosta and an interpretation of Modern architecture in Argentina
038
Luis Müller
La casa de Mies: exhibicionismo y coleccionismo Mies´s house: exhibitionism and collectionism
E N S AY O
Los videojuegos y su implicación arquitectónica Videogames and their architectural involvement Realidad virtual vs. percepción humana Virtual reality vs. human perception /* hI [ a ] to */
050 José Manuel Márquez Corona 108 Jorge Tamés y Batta 132
Alterritorios (Nuria Benítez, Sergio Beltrán, Francisco Erazo)
RESEÑA
Casa Noriega Noriega house
128
Regina de Hoyos Duarte, Cassandra Gutiérrez Oosthuysen, Sebastián Rivera Tiol, Andrés Berjón de Gortari
Estación Metrobús Centro Cultural Universitario Metrobus station Centro Cultural Universitario
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Honorato Carrasco Mahr
Reseñas de libros y exposiciones Reviews
140
Editorial Cristina López Uribe las más poderosas ideas en la teoría de la arquitectura En este número de bitácora, con el tema “arquitec-
habla de que la arquitectura moderna se conceptualizó
tura, ciudad y medios”, se explora el importante papel
como un medio más de comunicación masiva. De he-
que llevan a cabo en nuestras disciplinas los medios de
cho, es moderna por su relación con los medios. En esta
comunicación masivos. La reflexión sobre estos temas
edición de bitácora, por ejemplo, se habla de los pro-
nos obliga a replantearnos muchas cosas que normal-
yectos que marcaron la carrera de Mies van der Rohe,
mente consideramos cotidianas. Cambios profundos
edificios que no se proyectaron para ser construidos,
se originaron con la invención de la primera imprenta;
sino para existir única y exclusivamente en los medios.
este fue el momento en el que por primera vez la información y el conocimiento, que hasta entonces había
Desde el Movimiento moderno hasta la arquitectura
estado limitado a unos cuantos, fueron accesibles a un
internacional, la arquitectura es conceptualizada con los
mayor número de personas. Más tarde, con la moder-
mismos mecanismos de los medios, para ser represen-
nidad, la incorporación definitiva de los medios y su in-
tada y difundida por éstos. Las imágenes icónicas y las
fluencia en la experiencia cotidiana provocó un cambio
construcciones históricas producidas en este periodo
más radical: no sólo tuvimos a nuestra disposición unas
serían impensables sin esta relación estrecha.
novedosas herramientas de representación, sino que nuestra forma de mirar el mundo cambió y el mundo
La fotografía, el cine y actualmente el internet, han
fue cambiado por los medios.
dotado a la sociedad de mundos paralelos en los que se recrean y reflejan sus aspiraciones, contradicciones
Las vanguardias nos mostraron muchos de estos cam-
y miedos. Incluso éstos pueden llegar a constituirse
bios en el mundo del arte. Pero la arquitectura, al estar
como nuevas realidades.
en un contacto más estrecho con la realidad absorbió todos estos cambios de una manera más inadvertida.
La arquitectura, el urbanismo y todas las disciplinas del diseño se han aprovechado de los medios para apoyar
Los investigadores actuales muestran cómo el análisis de
ideales establecidos, criticarlos y contradecirlos, y para
los medios y su influencia en la ciudad, la arquitectura y
materializar propuestas que reflejan diversas posturas
el diseño, ayuda a encontrar aspectos culturales que a
respecto al mundo en que deben actuar. Pero tam-
través de otros análisis se mantendrían ocultos. Una de
bién han sido absorbidas por los medios dotándolas
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marzo 2014 + julio 2014
de significados y representando en ellas imaginarios
Si los medios han cambiado la forma en la que se
específicos. Estas narraciones en los medios han sido
construye la historia, como hemos visto, podemos
incorporadas al imaginario de nuestras sociedades y
pensar que esta es la cara del fenómeno de ma-
han sido aceptadas con poca atención. Conviene re-
yor alcance o más general, pero éstos han logrado
visarlas.
inmiscuirse en los procesos más íntimos como la concepción arquitectónica. Sin duda, los medios de
El pedregal de luis barragán fue conocido en gran me-
representación de la arquitectura y el diseño de cada
dida por sus reproducciones fotográficas, y décadas
periodo histórico afectan al producto de la creación.
después de haber sido desfigurado fue retomado por
Los artículos presentados nos hablan de las conse-
la crítica para ser cargado de significados útiles para
cuencias y posibilidades de la incorporación de los
los dirigentes de la cultura internacional. Hablamos de
nuevos medios en el proceso creativo, algunos en un
El Pedregal fotográfico, del único que existió en for-
tono de llamada de atención en cuanto a la pérdida
ma pura. El Pedregal mítico inventado por los críti-
de la experiencia real, producto de un exceso en el
cos prácticamente no existió nunca. La arquitectura
uso de los nuevos medios, y en la pérdida del aura
moderna es usada como un medio de representación
–usando el término de Walter Benjamin– ocasiona-
para los distintos escenarios de las sociedades con dis-
do por el conocimiento a través de las reproduccio-
tintos propósitos. Los textos también se organizan por
nes. Queda por verse si el creciente uso de las nuevas
medio de episodios a manera de un storyboard –una
tecnologías de información y comunicación cam-
narración también influida por los medios–, una serie
biarán profundamente las formas de experimentar
de escenarios en los que se presentan estos fenóme-
e interpretar la ciudad, la arquitectura, el paisaje y el
nos en el México moderno.
diseño. Seguramente lo harán.
Fotografías: Cassandra Gutiérrez Oosthuysen
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bitácora arquitectura + número 27
IN
Cloudy day
Un día nublado investigación pp. 118-123
Cristian David Luna
Resumen Si la información suspendida en la red está bien representada por una nube, el término “nube negra” parece adecuado pues describe el oscurantismo propio de la “era de la información”, en la que paradójicamente es aquélla la que abruma, la que oscurece, la que confunde. Los medios masivos pasan de fuente de información a información inútil, de herramienta de comunicación a mero entretenimiento. La información valiosa cuesta o costará dinero, y tendremos que encontrarla en una tormenta de opiniones. Palabras clave: mediatización, medios, entretenimiento, información, redes, libertad, nubes Abstract If a cloud is a good representation of the information found on the Internet, the term "black cloud" is suitable because it describes the obscurantism pertaining to the "Information Age", which paradoxically, confuses, darkens and overwhelms. Mass media has chanched from a source of useful to useless information, from a communication device to mere entertainment. Valuable data costs money, or it will, and we will have to look for it in a storm of opinions. Keywords: Mediation, Media, Entertainment, Information, Networks, Freedom, Clouds
Desde hace siglos, los medios de transporte han sido indispensables para fomentar el intercambio de ideas y productos entre regiones, y posteriormente entre ciudades. Parte del desarrollo tecnológico apuntó a la transportación de cada vez un mayor volumen de personas y/o productos, de forma más rápida y con un menor gasto energético. Muchas de esas máquinas construidas se popularizaron hasta volverse asequibles como bienes de consumo, las cuales, exaltadas por el individualismo que tuvo su auge en la sociedad estadounidense de la posguerra, pregonaban libertad para trasladar a sus propietarios a cualquier rincón de la tierra sin necesidad de rendir cuentas. Sin embargo, ese desarrollo puede verse desde otra perspectiva: la libertad (o la posibilidad) de consumir genera identidades que cohesionan grupos, lo cuales, por decirlo de alguna manera, comparten ciertos gustos y se presionan para adquirir objetos en orden de pertenecer a un determinado grupo social. “Se ha necesitado el transcurso de un siglo para pasar de la liberación lograda a través de los vehículos motorizados, a la esclavitud impuesta por el automóvil”,1 argumenta el filósofo austriaco Ivan Illich.
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marzo + julio 2014
Por otro lado, desde mediados del siglo pasado un crecimiento parecido se registró con los medios de comunicación, los cuales ya contaban con un antiguo y conocido producto con el desarrollo de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg. El auge de las comunicaciones y sus sistemas de difusión se potenciaron con la creación de la radio pública y posteriormente la televisión. Si bien hoy día, después de cien años, podemos reconocer que la pujante industria de los automóviles exageraba la necesidad humana de “liberarse” de su entorno, y sobre todo de hacerlo al pisar el acelerador, estamos nuevamente embelesados por el potencial creciente de información que ofrecen las redes sociales. Muchos han escuchado alguna vez que todo está disponible en internet: al escribir las palabras clave, navegamos por la información contenida en millones de servidores en el mundo para, unos segundos después, encontrar lo que buscamos, ya sea el horóscopo o manuales para construir cohetes. Pero antes de “pasear por las nubes” habría que pensar en el origen y finalidad de la radio y la televisión. La radio pública, creada 1922, y la televisión en 1930, son producto del estudio de grupos de investigadores conducidos por intereses públicos o privados –y dirigidos a las masas- quienes crearon una suerte de estructura comunicacional de emisor-mensaje-receptor en la que pueden reconocerse fácilmente a ciertos personajes detrás de cada parte de esa estructura. En su funcionamiento (aunque parezca un tanto obvio mencionarlo) la publicidad, en el esquema de radio o televisión pública, auspicia sus contenidos. Las cadenas radiodifusoras y televisivas crean programas que son preferidos de los espectadores, y en respuesta a esa preferencia las empresas invierten dinero para promocionarse en intervalos inmersos en dichos programas. Y aunque teóricamente estamos convencidos de que la competencia es el non plus ultra de la autorganización de las sociedades, y que esa dinámica ordena tanto los contenidos como la publicidad, siempre podemos desencantarnos al encender la televisión y averiguar por nosotros mismos lo poco que han cambiado las historias a partir de dicha competencia. Si en la práctica encontramos que los programas de televisión no responden a nuestros intereses y son auspiciados por la publicidad de productos que tampoco compiten entre sí para mejorar la calidad, sino para acaparar el mercado, la pregunta que surge de esto es: ¿cuál es entonces la verdadera finalidad de los medios? Si Adam Smith y Charles Darwin propugnaban la idea de que la competencia entre pares llevaría a las naciones y a las especies respectivamente a enriquecerse o a evolucionar, ¿cómo es posible que al encender la televisión nos encontremos con que tan pocas cosas han cambiado? Por el contrario, tal desencanto, generado por la inconexa relación entre nuestros intereses y los medios de comunicación, nos acostumbra a cierto sentido de desarraigo en el que la realidad proyectada sobrepasa a aquello a lo que se aspira y se convierte en una especie de utopía que nosotros como espectadores no podemos, ni creemos merecer, a pesar de que compremos todos los productos que se exhiben allí.2
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Háaablelee. Fotografía de Alfredo Luna (elmigo), 2014
bitácora arquitectura + número 27
Bajo esta lógica, si antes se describió la función de los medios para informar o entretener, se vuelve igual de obvio que la finalidad última de sus contenidos es la permanencia del statu quo y por tanto la entropía, o en palabras de Althusser, son los medios que buscan “reproducir las relaciones de producción” existentes,3 a los que categoriza dentro de sus aparatos ideológicos de estado. Una historia muy diferente sucede a partir del internet. A pesar de que surge en condiciones muy similares a otros medios de comunicación, la naturaleza propia de esta nueva tecnología pareciera brotar de una estructura horizontal de contenidos compartidos por computadoras personales a través de interacciones peer to peer (p2p) en cualquier parte del mundo. Por esto es que solemos describir al internet, y nuestra interacción con éste, con metáforas alegóricas al pensamiento rizomático, o a las conexiones neuronales en el que inclusive los individuos se difuminan, sólo representados por su ip que no es más que cuatro números del 0 al 255, separados por un punto, y son los contenidos y sus relaciones los que prevalecen. Lo cierto es que en un principio el internet surgió más que como resultado de la estructura comunicacional presente en sus antecesores,
como un ente esquizofrénico de mensajes desarticulados que se conectan a partir de “vínculos hipertextuales”, y generó la percepción en sus cada vez más usuarios de ser un medio “democrático radical”; una estructura en la que toda la información estaba vertida y todas las voces eran escuchadas. Tal vez lo es. Sin embargo, al llevar el paralelismo de la cita anterior de Illich a los medios electrónicos, cabe la pregunta: ¿cuánto tiempo se va a necesitar para pasar de la equidad en el acceso a la información, a la esclavitud impuesta por las redes sociales? Han pasado alrededor de veinte años desde la popularización del internet hasta hoy, y en ese desarrollo podemos diferenciar dos tendencias que chocan constantemente: por un lado, el creciente cúmulo de información en La Nube, ya sea creado, transcrito, escaneado, grabado, entre otros, que contiene por igual canciones, obras literarias, ensayos, noticias, chismes y demás; y por otro, la necesidad de acapararlo y ordenarlo con base en criterios (en su mayoría) morales. La primera tendencia tiene la intención de mostrar el material, es decir, de permitir que interactúe con personas o grupos que compartan ese interés particular. La segunda busca establecer
Mientras más me conecto menos me conecto. Fotografía de Alfredo Luna (elmigo), 2014 Página siguiente: On the road. Fotografía de Alfredo Luna (elmigo), 2014
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Siempre hay esperanza. Fotografía de Alfredo Luna (elmigo), 2014
los medios en los que esos intercambios se efectúan, convirtiéndose en una especie de moderador que está particularmente interesado en disponer servidores que colecten contenido, sobre todo el registrado bajo alguna de las actuales normas de propiedad intelectual,4 ya sea académico o de entretenimiento, para sacar beneficio económico por exhibirlo en sus plataformas al cobrar por su consulta, o al emular a los medios tradicionales al establecer intervalos o espacios publicitarios pagados. Es decir, mientras una tendencia se podría considerar anárquica por establecer los contenidos a un alcance generalizado sin considerar demasiado la mediación entre emisores y receptores, podríamos pensar en su contraparte como jerárquica por hacer énfasis en los medios en los que es accesible la información, filtrando entre usuarios y contenidos para facilitar sus encuentros.
Las dos tendencias tienen sus problemáticas, la creciente Nube por sí sola no distingue entre la información disponible partiendo de criterios de verdad, sino por el número de veces en que otros dispositivos hacen conexión con ésta, por lo que al dificultar discernir entre doxa y episteme nos enfrentamos al “fin de los hechos”5 producto de la abolición de las verdades absolutas, o mejor dicho de poner al mismo nivel ambas informaciones. Como contraparte, la tendencia jerárquica está cada vez más vinculada con las clases dominantes,6 y en aras de la seguridad, el copyright y las buenas costumbres buscan nombrar y adjetivar a los internautas con perfiles o identidades que permitan vigilarlos o dirigir bienes o servicios personalizados hacia ellos.7 Los buscadores como Google poco a poco se convierten en “árbitros de la verdad”8 que responden a las preguntas de los
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usuarios bajo la lógica de la Sección amarilla: primero las ligas “promocionadas” y posteriormente “las más visitadas”. Y aunque estos últimos sí discriminan la información para decidir de la que sirve para tejer el lazo social,9 lo verdadero y falso, sobre lo justo y lo injusto, dichas categorías no son del dominio público. A pesar de que es probable que toda la información esté allí, cada vez son más pequeños los canales de acceso y, por el contrario, se empieza a vislumbrar una banalización de los contenidos y una homologación de las preferencias, donde las redes sociales hacen su parte. En ellas se presentan ligas a servidores con temas actuales, productos o servicios en los que paradójicamente también caben las manifestaciones en contra de estructuras económicas o políticas. En resumen, simulan las relaciones sociales existentes entre personas al grado de establecer vínculos afectivos que no necesariamente se cristalizan en relaciones reales, como expresa
Bauman en una entrevista para El País: “Si un chico pasa tres horas diarias en Facebook tejiendo formas de comunicación alternativa, es natural que crea la ilusión de que ha construido un espacio de democracia diferente, cuando no hay ninguna sola prueba de que esta sea efectiva.”10 Nadie puede negar el alcance de las nuevas tecnologías y el impacto que han tenido sobre nuestras vidas. Sin embargo, el problema se encuentra en evaluar nuestra relación con ellas, y que derive en tomar una postura crítica y participar en la construcción de un rumbo con respecto a la creación, cuidado y acceso del conocimiento disponible. En esa dirección, podemos encontrar iniciativas que buscan por un lado proteger la identidad y la privacidad de las personas detrás de sus computadoras a través de redes que permiten la anonimidad como el caso de 4chan.org, en la que su contenidos y la relación entre usuarios es muy
Notas 1. Ivan Illich, La convivencialidad (México: Planeta, 1985), 9. 2. Jean Baudrillard, El sistema de los objetos (México: Siglo xxi, 1969), 206-209. 3. Louis Althusser, Ideología y aparatos ideológicos de estado (Buenos Aires: Nueva Visión, 1988), 21. 4. Noam Chomsky, “Las reglas son para los países pobres”, La Jornada (8 de septiembre de 2003). Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2003/09/08/026n2eco. php?origen=index.html&fly=2 [consultado el 23 de febrero de 2014]. 5. Victoria Stodden, What should we be worried about (New York: Columbia University, 2014). Disponible en: http://www.edge.org/response-detail/23794 [consultado el 28 de enero de 2014]. 6. Bruce Shneier, “The Public-Private Surveillance Partnership”, Bloomberg View. http://www.bloomberg.com/news/2013-07-31/the-public-private-surveillancepartnership.html [consultado el 23 de febrero de 2014]. 7. Paul Roberts, “Losing The Future: Schneier On How The Internet Could Kill Democracy”, Security Ledger (2 de octubre de 2013). https://securityledger.com/2013/10/ losing-the-future-schneier-on-how-the-internet-could-kill-democracy/ [consultado el 23 de febrero de 2014]. 8. Daniel Hillis, “Buscando una visión del mundo”, Página 12 (24 de marzo de 2013). Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/8714-1931-2013-03-24.html [consultado el 30 de enero de 2014]. 9. Jean-François Lyotard, La condición postmoderna (Madrid: Cátedra, 2004) 6-8, 1117. 10. Zygmunt Bauman, El exceso de información es peor que su escasez, http://desmesura. org/nubes/z-bauman-el-exceso-de-informacion-es-peor-que-su-escasez [consultado el 31 de enero de 2014]. 11. Mathew Schwartz, “NSA Battle Tor: 9 facts”, Information Week (10 de agosto de 2013). Disponible en: http://www.informationweek.com/traffic-management/ nsa-battles-tor-9-facts/d/d-id/1111857? [consultado el 24 de febrero de 2014].
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similar a la que se daba hace algunos años en los antiguos programas basados en irc. De igual manera existen motores de búsqueda que hacen uso de la red Tor (www.torproject.org), como Bundle u Orweb,11 que tiene como premisa no conservar datos acerca de los usuarios y triangular la ubicación de sus internautas para dificultar su localización; y proyectos que permiten la libre circulación de datos y creación de patentes que tienen como finalidad última ser del dominio público, como los que se materializan en iniciativas del tipo de Copyleft. Cristian David Luna Profesor de asignatura Maestrante en el Campo de Diseño Arquitectónico Taller Max Cetto, Facultad de Arquitectura Universidad Nacional Autónoma de México, unam Estudiante de maestría xt.luna@gmail.com @anarquitectura
Referencias Althusser, Louis. Ideología y aparatos ideológicos de estado. Buenos Aires: Nueva Visión, 1988. Baudrillard, Jean. El sistema de los objetos. México: Siglo xxi, 1969. Bauman, Zygmunt. El exceso de información es peor que su escasez. http://desmesura. org/nubes/z-bauman-el-exceso-de-informacion-es-peor-que-su-escasez [consultado el 31 de enero de 2014]. Chomsky, Noam. “Las reglas son para los países pobres”. La Jornada (8 de septiembre de 2013. http://www.jornada.unam.mx/2003/09/08/026n2eco.php?origen=index. html&fly=2 [consultado el 23 de febrero de 2014]. Hillis, Daniel. “Buscando una visión del mundo”. Página 12 (24 de marzo de 2013). http:// www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/8714-1931-2013-03-24. html [consultado el 30 de enero de 2014]. Illich, Ivan. La convivencialidad. México: Planeta, 1985. Lyotard, Jean-François. La condición postmoderna. Madrid: Cátedra, 2004. Roberts, Paul. “Losing The Future: Schneier On How The Internet Could Kill Democracy”. Security Ledger (2 de octubre de 2013). https://securityledger.com/2013/10/ losing-the-future-schneier-on-how-the-internet-could-kill-democracy/ [consultado el 23 de febrero de 2014]. Schwartz, Mathew. “NSA Battle Tor: 9 facts”. Information Week (10 de agosto de 2013). http://www.informationweek.com/traffic-management/nsa-battles-tor-9-facts/ d/d-id/1111857? [consultado el 24 de febrero de 2014]. Shneier, Bruce. “The Public-Private Surveillance Partnership”. Bloomberg View. http:// www.bloomberg.com/news/2013-07-31/the-public-private-surveillance-partnership.html [consultado el 23 de febrero de 2014]. Stodden, Victoria. What should we be worried about. New York: Columbia University, 2014. Disponible en: http://www.edge.org/response-detail/23794.