Restrepo, el conejo se ha vuelto farandulero
CRISTTOFF WOLFTOWN
Restrepo, el conejo, se ha vuelto farandulero. Dios salve a la virgen y con la curia se haga el leso. Se vienen nuevos tiempos, predica Restrepo, el conejo ¡La inquisición ha vuelto rebelada contra sus propios dueños! Podría ser se pregunten ¿Y qué tiene que ver con todo esto, Restrepo, el conejo? ¡Pues nada! Pasa que con lo farandulero, Restrepo, el conejo, se ha puesto algo disperso y, hoy por hoy, ha dejado de hostigar a sus pares animales; ¡se ha enfocado con ira en las verdaderas bestias! Aquellas que nos tienen comiendo en el suelo a punta de falsos sueños.
Aquellas que nos han lavado el cerebro, para asistir a sus propios progresos. Aquellas que se han burlado de la inocencia de los más pequeños e indefensos. Ha despertado de su letargo y por ende, Restrepo, el conejo, está mucho más cuerdo que antaño y que el resto. Ha dejado el confort de su cueva y la persecución de
cuanta
damisela.
Hoy
por
hoy
despotrinca
brincando contra los verdaderos malos, como suele señalarlos. Y aunque titánica es la lucha, feliz y contento se ve a Restrepo, el conejo, descubriendo día a día tanta fechoría que a todos enloda y echa a perder la vida.