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Cómo esparce sus votos el PSOE donde mantiene conflictos internos
from INTERVIÚ Nº 1857
Panorama
de la actualidad 28/ 4
noviembre/diciembre diciembre ic emb eiem r
jjfernandez.interviu@grupozeta.es
Algo más de 4,3 millones de votos emigraron el 20 de noviembre desde el PSOE a otras formaciones, sobre todo IU y UPyD. El partido socialista se ha comportado en estas elecciones como un aspersor, y los conflictos internos han aumentado el caudal del riego en algunas circunscripciones. Pero hay sonoras excepciones.
El partido aspersor
CÓMO HA EXPELIDO EL PSOE SUS VOTOS A OTROS PARTIDOS EN LOS PUNTOS MÁS CONFLICTIVOS DE SU ORGANIZACIÓN
Cuando preparaban las elecciones del 20-N, los socialistas sabían que estaban esparciendo voto a su alrededor. Una versión del comité electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba sostiene que lo empezaron a notar claramente en encuestas propias en el verano de 2010, al poco del giro radical en política económica de José Luis Rodríguez Zapatero. Otra versión señala a la encuesta del CIS en octubre que dio 16 puntos de diferencia PP-PSOE como la que les confirmó lo que hasta entonces era una sospecha: no es que una masa de votantes otrora socialistas estaban desmovilizados; es que se estaban moviendo hacia otras opciones. Para los expertos queda ahora averiguar con cuánto voto, exactamente, ha regado el PSOE a IU, PP, CiU y UPyD, los vencedores del 20-N. El profesor José Juan Toharia, director de la agencia Demoscopia, lo explica más allá de la teoría del aspersor. El pasado día 22, en un desayuno del Foro Nueva Economía para analizar los resultados electorales, opinó que el PSOE en realidad “devuelve voto prestado, y con un interés altísimo”. Toharia cree que “el partido socialista, si las circunstancias le son propicias, agavilla voto de otros partidos”, y le pasa lo contrario cuando la coyuntura le es adversa.
Sea como fuere, en estas elecciones el PSOE ha pasado de su récord histórico de votos –11,29 millones en 2008– a su récord histórico de desafección, solo 6,9 millones en estos comicios, un 28,73 por ciento de los votantes. Es un número rojo, de alarma. Suele recordar el experto demoscópico del PP, Pedro Arriola, que un partido se considera alternativa de gobierno si atrae el 30 por ciento del voto y si tiene menos de diez puntos de diferencia con el que manda. Al PP le ha elegido el 44,62 por ciento de los electores. Son 15,89 puntos de distancia con el PSOE.
Socialistas críticos, algunos perdedores de batallas internas aún calientes, manejan otra cifra clave: 15,14. Son los puntos que ha perdido el PSOE entre las elecciones de 2008, en que obtuvieron el 43,87 por ciento de los sufragios,
En Lugo, José Blanco ha aguantado el golpe mejor que la media nacional de su partido
y el 28,73 de ahora. El 15,14 sirve para medir el golpe en España y en sus circunscripciones. En al menos tres donde hubo conflicto interno la derrota es más grave.
Así ha ocurrido en Jaén, hasta no hace mucho feudo del secretario de Estado Gaspar Zarrías. La guerra de la exalcaldesa Carmen Peñalver, líder del partido en la ciudad, contra la ejecutiva provincial estalló antes de la campaña y se recrudece ahora. El PSOE ha perdido en Jaén capital 16,95 puntos, casi dos más que la media.
En Badajoz, de donde con gran polémica fue retirado su candidato de siempre, Francisco Fernández Marugán, pasa algo parecido. En la capital provincial el batacazo socialista ha sido 1,14 puntos mayor que el dato nacional.
Algo mayor es la diferencia en León, donde tuvo que dejar la política el candidato y exalcalde Francisco Fernández por la polémica en torno a su millonaria jubilación de Caja España. Los socialistas en León capital, y en la provincia, han sufrido 1,51 puntos más de pérdida que la media.
Sin embargo, el PSOE ha aguantado mejor en dos puntos muy calientes. En Córdoba los partidarios de la exministra Carmen Calvo rugían contra la ministra Rosa Aguilar por desplazarla de la lista, pero la caída con respecto a 2008 ha sido de 14,52 puntos, 0,62 menos que en toda España.
Benavente es el otro caso. La ciudad se tenía en el PSOE de Castilla y León por plaza fuerte del exdiputado Jesús Cuadrado. Allí fue Cuadrado teniente de alcalde. Cuando Ferraz le quitó el número uno de la lista zamorana en favor del ministro del Interior, José Antonio Camacho, Cuadrado dimitió, y con él el secretario general provincial, Carlos Hernández, y varias ejecutivas locales. Pero en Benavente los socialistas han caído 1,09 puntos menos.
En esta línea destaca Lugo, feudo
del ministro José Blanco, al que se intentó colocar en el centro de un caso de cohecho durante la campaña. El PSOE en la capital provincial ha caído 11,30 puntos con respecto a 2008, 3,84 puntos menos de castigo que la media.
Y del batacazo a la afección. El ejemplo es Deltebre, pequeña capital de la comarca catalana de las Tierras del Ebro. Es una zona mimada por el Gobierno Zapatero. Ningún ejecutivo central español había invertido allí tanto en toda su historia, como recordó Carme Chacón en campaña: de los 15.000 millones destinados a Cataluña, 600 fueron allí. Además, los socialistas se opusieron en su día al trasvase que planeaba el PP. “¡El riu és vida. No al transvasament!”, gritaba el público en los mítines de la pasada campaña. El PSC ha sufrido desgaste allí también, pero Deltebre es de los pocos lugares donde los socialistas han vuelto a ganar con un 37,58 por ciento de los votos. Quién sabe si habrá sido gratitud o más bien miedo a un nuevo Plan Hidrológico del PP. Juan José Fernández
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