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EFEMÉRIDES
EFEMÉRIDES DE LA CIUDAD
J.J. LAFORET
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Cronista ofi cial de Las Palmas de Gran Canaria ENERO DE 1971
ALMENDROS EN FLOR 50 AÑOS DE TRADICIONES
Tejeda, en el corazón de la cumbre de Gran Canaria, celebra cada invierno, cuando florecen los almendros, cuando las montañas y barrancos aparecen bañados de una brillante y hermosa capa de un blanco rosáceo, una fiesta singular consagrada a esta floración. Unos días en los que se mantienen antiguos y arraigados sentimientos por las costumbres y tradiciones más expresivas de la identidad insular. Unas celebraciones que el paso de los años no sólo no ha logrado desvirtuar, sino que se han potenciado y se han ajustado a devenir de los tiempos, sin perder su ser y sentir. Una fiesta que, como se señala por sus propios vecinos, da relevancia y enaltece la floración de los campos, sin otra devoción específica que la del propio paisaje, donde se refleja y se sustenta el alma grancanaria. Pero todo tiene un punto de arranque, que tristemente a veces se olvida, o no se conoce bien. Allá por los años 1969 y 1970 un grupo de jóvenes inquietos y emprendedores se propuso organizar unos festejos, unas “fiestas de invierno” que inicialmente denominaron “Pum 70”, con algunas actividades culturales y lúdicas coincidiendo con ese momento de esplendor que ofrecían los almendros en flor. La semilla, como la de miles de almendros por las cumbres, no cayó en saco roto. Al año siguiente, con el apoyo decidido del Ayuntamiento de Tejeda y arropados por el Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria, la propuesta se oficializó y arrancó como “La Fiesta del Almendro en Flor”, que, con el paso de los años, se ha convertido en una de las más características, con más sabor propio y de visita ineludible, esperada cada año por miles de grancanarios y disfrutada por centenares de turistas, que encuentran allí la esencia de la isla en la que pasan sus días de vacaciones. Cincuenta años han transcurrido desde aquel mes de enero de 1971, cuando aún se recordaban los cientos de toneladas de almendras que, por su calidad, se exportaban cada año a Inglaterra, Francia o Alemania, siendo sus principales compradores muchas de las mejores marcas de chocolates y bombones internacionales. Cinco décadas en las que la Fiesta prendió en el alma insular, en las que aquel impulso del Club Juvenil de Tejeda, en las que la apuesta decidida del CIT de Gran Canaria, y en las que los constantes desvelos del Ayuntamiento de Tejeda, se vieron sobrepasados en todas sus expectativas. Así, también Valsequillo y Tenteniguada se sumaron enseguida aquella celebración, en la que “los almendreros” se enseñorean sublimemente de su paisaje, mientras que Tunte, Las Tirajanas y Fataga, donde esta floración también se percibe notablemente en sus agrestes riscales, compitiendo con el verdor de los pinares, lo harían a partir del año 2012.
No es de extrañar que, a tenor de todo lo que significaba ya esta celebración, su alcance y resonancia más allá de las propias fronteras insulares, se propiciara que el 10 de enero de 2014 el Gobierno de Canarias, a través de la Vice Consejería de Turismo, declarara la fiesta de Interés Turístico Regional. Ya en el año 1996 el CIT de Gran Canaria ofreció al Ayuntamiento de Tejeda una placa en recuerdo del XXV Aniversario de la Fiestas, que aún luce en los jardines municipales. Y en febrero de 1997 visitó estas Fiestas una representación de la Diputación de Málaga, encabezada por el diputado José Manuel Atencia González, responsable de la comarca de la Axarquía, donde se encuentra enclavada la alta y bella Sierra de Tejeda, descubriéndose un monolito en señal del hermanamiento de ambos lugares, que comparten tan bello topónimo. La interpretación de la “Malagueña” canaria trajo el recuerdo del “Verdial” de los montes malagueños, y la música fue también exponente de hermandad en este marco festivo, tan propio y sugerente para ahondar en las tradiciones. Hoy nuevas propuestas enriquecen y señalan esta fiesta, como es la carrera “Cronotrail Almendro en Flor”, que en estas fechas lleva hasta Tejeda a cientos de corredores, ansiosos de participar en una de las pruebas más sugerentes, atractivas y exigentes del deporte del Trail en Gran Canaria.
Sin duda alguna, no se equivocaron en nada escritores como Miguel de Unamuno o Domingo Doreste Fray Lesco cuando miraron estos lares cumbrero y susurraron un ambiente y un paisaje en el que en 1971 nacería, arropada por siglos de tradiciones, la Fiesta del Almendro en Flor.
Santiago Santana
La siesta, 1934 Óleo sobre lienzo Col. Centro Atlántico de Arte Moderno Cabildo de Gran Canaria
Caricat as de Gran Canaria
PRUDENCIO MORALES Y MARTÍNEZ DE ESCOBAR
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 1867-1921
Fue un prestigioso abogado, periodista (cofundador del periódico “La Provincia” y primer director), secretario del Cabildo Insular de Gran Canaria y cronista ofi cial de la Real Ciudad. Además, conviene recordar que Morales fue igualmente el primer director del periódico “El Defensor de Canarias”, 1919.
Fue académico de la Real de la Historia y además de su faceta periodística cultivó la prosa publicando: “La política de mi tierra” (1906), “Cuentos de nuestra historia” (1908), “Hace un siglo” (1909), “El problema del régimen administrativo de Canarias” (1910) y “Misceláneas” (1916).
Tenía ascendencia de un apellido que ostentó el más grande de los escultores que ha tenido las islas, José Luján Pérez, pues fue bisnieto del imaginero.
Como cronista ofi cial de la ciudad entre (1867-1921), nos legó historias, crónicas, cuentos, anécdotas de tal fuerza, vivacidad y efecto que el ilustre escritor Luis Morote, en el epílogo que le hizo para su obra “Hace un Siglo (1808 – 1809) Recuerdos históricos” publicado en 1909, no dudo en señalar que el “Cronista de la ciudad, Prudencio Morales, lo sería de toda la isla haciendo a Gran Canaria consciente de su historia, sabedora de su poder, de su energía...”