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TAXIPREMIOS

LOS EDIFICIOS DE A.I.C.A.S.A. Es más que probable que la mayor parte de la población, aunque ya tenga incluso cierta edad, desconozca una época curiosa y gloriosa en lo que al transporte de viajeros se refiere, y que tuvo no hace tantos años Las Palmas de Gran Canaria. Pero para esto tenemos a Luis Cabrera, que en cada nueva edición de este periódico nos relata aspectos poco conocidos y que sin embargo pertenecen a la memoria histórica de la capital y deben ser recordados por su interés.

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Proyecto de 1938.

Estación de A.I.C.A.S.A., c/ Eduardo, esquina a Bravo Murillo. Antigua cochera de A.I.C.A.S.A., c/ Perojo, 10, 12 y 14.

Foto aérea del garaje y taller de A.I.C.A.S.A. en el Barranco de Mata.

Mi primer trabajo publicado en Crónicas de Gran Canaria –en mayo de 2014– lo dediqué a los coches de hora. Hoy lo vuelvo a hacer, pero desde una perspectiva diferente y que no traté en aquel momento: los distintos edificios relacionados con el transporte de viajeros.

En 1951 nace A.I.C.A.S.A. (Autobuses Interurbanos Canarios, S.A.). En Las Palmas de Gran Canaria tenía varias instalaciones: dos cocheras, una que englobaba los edificios numerados con el 12, 14 y 16 de la calle Perojo y una segunda –que además era taller– junto al Barranco de Mata, dónde hoy se ubica un estacionamiento municipal. La tercera dependencia era la estación terminal en la trasera del Gobierno Militar, en la calle Eduardo esquina a Bravo Murillo. De estas tres depenEstación de A.I.C.A.S.A. en 1987.

LA SOCIEDAD ANÓNIMA AUTOBUSES INTERURBANOS CANARIOS TUVO TRES INSTALACIONES QUE PERTENECEN A LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA CIUDAD

dencias, sólo esta última era accesible para el público.

Un detalle que no es muy conocido es que Miguel Sánchez, el que fuera máximo responsable de Melián y Cía. y luego de A.I.C.A.S.A, tenía un hermano cura en Bélgica que le traía unas magníficas palomas mensajeras. Estos ejemplares iban a parar a un palomar situado en la azotea de las cocheras de la c/ Perojo. En cada coche de hora se hacía viajar un par de estas aves y, gracias a los mensajes que transportaban en sus patas, muchos grancanarios accidentados salvaron sus vidas. Venía a ser como un 112 de mediados del siglo XX, pero sin telefonía ni emisoras de radio.

La estación de la c/ Eduardo fue ocupada primeramente por la empresa Elder Demspter (Grand Canary) Ltd. Luego se dedicaría a terminal del transporte interurbano. Posteriormente sería derribada y en el solar existente se construiría el actual Edificio AICASA. Me apuesto lo que sea a que muchos de los que habitan este edificio ni tienen ni la más remota idea del origen del nombre.

Para esta estación y en el año 1938, el arquitecto municipal Antonio Cardona y Aragón redactó un proyecto que resultaba innovador para la época. Me he permitido la libertad de delinear a través de ordenador la planta del proyectado edificio. La entrada al recinto seguía haciéndose desde la c/ Bravo Murillo, y la salida por la c/ Eduardo. Había una amplia zona para las taquillas y sala de espera, y tres andenes para el embarque de viajeros. A estos se accedía de manera subterránea, de manera que nunca había cruce entre viajeros y vehículos. Una novedad importante para facilitar las maniobras de los coches en su interior era la existencia de tres plataformas giratorias, accionadas eléctricamente. Hoy podemos ver un ejemplo de este tipo de plataforma en el País Vasco, en la Plaza de Elantxobe, cerca de Bilbao. En este caso se utiliza para girar en un fondo de saco impracticable para las guaguas actuales. ¡Y pensar que esta idea ya se tuvo por estas ínsulas hace casi ochenta años…!  Luis Cabrera Hernández

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