ARTE Y CULTURA LGTBIQ+
Especial: Todo sobre los Premios GIO 2021.
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AGOSTO 2021 | DISTRIBUCIÓN GRATUITA
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crónicas de la diversidad
LIMA, PERÚ | NÚMERO 20
Cronología: Literatura marica colombiana.
Erika Monsalve: bibliotecaria, historiadora y drag king
Biblioteca Diversa en Colombia ESPECIAL DE LITERATURA LTGB+ COLOMBIANA 1
REVISTA CRÓNICAS DE LA DIVERSIDAD ISSN 2710-1711
Director Luis Martín Ulloa (México) ulloa@cronicasdeladiversidad.com Adjunto Nathanael Peralta Luis Diseño Gráfico Cesar ‘Chechi’ Chávez Comité Editorial Ángela Luna (Perú) Julio Lossio (Perú) Nathanael Peralta Luis (Perú) Erika Monsalve (Colombia) Judith Paredes (Perú) Santiago Balvín (Perú) Sophia Gómez (Perú) Arturo Dávila (Perú) Antonio Aquino (El Salvador) Consejo Consultivo Claudia Salazar Jiménez Profesora en California State Polytechnic University, Pomona Germán Navarro Espinach Profesor de la Universidad de Zaragoza, España Ricard Huerta Profesor de la Universidad de Valencia, España Richard Leonardo-Loayza Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Colaboradorxs en este número: Paola Alvarado Salazar, Diana Camila Cortés, Massi Carta, David Escobar De Lavalle, María Font, Sophia Gómez Cardeña, Octavio Libreros, Ana Lucía Pérez Escobar, Rosa María Tuesta Arroyo, Ricardo Velásquez. Mesa de redacción: Nathanael Peralta Luis y Julio Lossio Quichiz. Foto portada: Sara/Poison de Mercurio.
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Contenido 2. Créditos. 3. Contenido. 4. Editorial, por Luis Martín Ulloa. Especial Colombia.
6.
«Soy bibliotecaria de corazón» Entrevista con Erika Monsalve, desde Colombia, entrevista de Julio Lossio.
8. Sobre la novela Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual (1932), por Crónicas de la Diversidad.
10.
«Cuéntame la historia de cada una de tus cicatrices»: encuentro con Alas para lanzarme de un puente y volar de César Mora Moreau, por Massi Carta.
12.
¿De qué puede hablarse mientras se desnuda uno?, por Diana Camila Cortés.
14.
El Divino Porfirio Barba Jacob, por Octavio Libreros.
16.
El multánime y múltiple León de Greiff, por Octavio Libreros.
18.
¿Por qué llevar Un beso de Dick a la escuela?, por Diana Camila Cortés.
20.
Trabajo de campo, por David Escobar De Lavalle.
24. Invisibles en Antioquía 1886-1936. Una arqueología de los discursos sobre la homosexualidad, reseña de Julio Lossio.
27.
Recursos en internet para conocer más de la literatura marica colombiana, por Crónicas de la Diversidad.
28.
Literatura marica colombiana, por Ana Lucía Pérez Escobar.
Especial Premios GIO.
30.
Premios GIO, presentación y jurados 2021.
32.
Películas nominadas.
34.
Ganadorxs del Premio GIO 2020.
36. Lo que no se dice. Reseña de Las mejores familias (2020), por Sophia Gómez Cardeña.
38.
40.
Spoiler Alert y la necesidad de nuevas narrativas de mujeres no hetero normadas, por María Font.
44.
Ser «feminazi»: entre lo que gano y lo que me cuesta, por Rosa María Tuesta Arroyo.
46.
El puto, por Ricardo Velásquez.
53.
Poema cuando duele, por Malú Vidal.
54.
Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2021, por Paola Alvarado Salazar.
56.
Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Héctor Béjar Rivera, en la ceremonia de asunción del cargo.
Surgir madre. Surgir hijo. Reseña de Limiar (2020), por Sophia Gómez Cardeña.
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Editorial Al equipo de Crónicas de la Diversidad nos da muchísimo gusto presentarles en este mes de agosto una sección especial sobre literatura LGTB+ colombiana, la primera de otras más que en números próximos iremos presentando, sobre las literaturas diversas de nuestra Latinoamérica. Entonces pues, en las siguientes páginas nuestrxs lectorxs encontrarán en primer lugar la entrevista realizada a la bibliotecaria colombiana y promotora de la literatura marica Erika Monsalve, fundadora también de la página Biblioteca Diversa. De igual manera les ofrecemos textos analíticos, tanto de obras y autores clásicos como de otras voces contemporáneas. Entre los primeros, encontrarán una breve nota sobre la novela Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual (1932), que vio la luz pública firmada por Sir Edgar Dixon, seudónimo de Bernardo Arias Trujillo. También las revisiones que realiza Octavio Libreros sobre la obra de dos importantes referentes de la poesía de Latinoamérica: Porfirio Barba Jacob y León Greiff. El acento histórico es aportado por Julio Lossio, quien nos presenta el libro Invisibles en Antioquía 1886-1936. Una arqueología de los discursos sobre la homosexualidad (2004), de Walter Alonso Bustamante Tejada, que examina precisamente la homosexualidad en la sociedad antioqueña de fines del siglo XIX y comienzos del XX. En cuanto a las voces contemporáneas, podrán leer por ejemplo la revisión que hace Diana Camila Cortés acerca de la obra de Fernando Molano Vargas: la célebre novela Un beso de Dick (1992), y el libro de poemas Todas mis cosas en tus bolsillos (1998). De igual manera David Escobar De Lavalle nos presenta una crónica donde narra cómo surgió el título de su novela Nadamos en el mismo mar (2019) y Massi Carta ofrece una reseña del volumen de cuentos Alas para lanzarme de un puente y volar (2021), y una breve entrevista con su autor César Mora Moreau. Esta sección se complementa con la bibliografía que realizó Ana Lucía Pérez Escobar sobre literatura marica colombiana, y el listado de recursos que podemos encontrar sobre el mismo tema en la web. Aunque hoy la estrella es Colombia y sus letras, también les traemos la cultura y las plumas peruanas. Los Premios GIO se instituyeron en el 2020 dentro del Festival de Cine de Lima (FCL), y en esta segunda ocasión que se otorgan, compiten por este reconocimiento cinco películas de Brasil, Perú y México. Todo esto en el dossier dedicado a este evento, donde también encontrarán las reseñas de Las mejores familias (Javier Fuentes-León), y Limiar (Coraci Ruiz), dos de las obras que compiten. Además tenemos las narraciones y poemas de Rosa María Tiesta Arroyo, Ricardo Velázquez y Malú Vidal; y de igual manera el texto de María Font donde analiza la representación lésbica en la serie Glee. Cerramos con la breve reseña gráfica de Paola Alvarado Salazar, Osito Richard y Francisco José sobre la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2021 también en Lima. Que les sea de mucho provecho e interés nuestro número de agosto. Luis Martín Ulloa / Director
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! S O T N IE M A Z N A L S O V E ¡NU
Todo empezó con tu sonrisa de Andrea Abadie con ilustraciones de Lakita Canessa
Ella también es mi mamá de Samantha Merino Neyra con ilustraciones de Lakita Canessa
Encuentra estos cuentos infantiles en issuu.com/cronicasdeladiversidad
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Especial Colombia
«Soy bibliotecaria de corazón» Entrevista con Erika Monsalve, desde Colombia
entrevista: Julio Lossio fotos: Poison de Mercurio
Erika Monsalve Ochoa, aka Chubasco, es graduada de Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Entusiasta promotora de lecturas maricas, fundadora de la página Biblioteca Diversa («un proyecto cultural multidisciplinario que reivindica el poder de la lectura y la escritura para crear identidad»). Es miembro del Comité Editorial de Crónicas de la Diversidad desde marzo 2020. Vive en Medellín con su esposa con quien se casó el 13 de abril del 2019. Súper activa, contestó rápidamente la entrevista que le enviamos para este número que le rinde homenaje. ¿Cómo nace Biblioteca Diversa? Hace seis años, un domingo de junio, no podía asistir a la marcha por los derechos LGBTIQ porque debía trabajar en la biblioteca pública en la que estaba vinculada en el momento, así que decidí combinar mi labor con mi necesidad de aportar a la lucha. Quise compartir lo que yo mismo encontré en los libros: esperanza. La literatura me salvó la vida al mostrarme que también tenía mi lugar en el mundo, aunque lesbiana, aunque rechazada en mi familia, ahora los libros y las amigas son mi familia.
alejado el poblado más difícil es vivir la diversidad, aunque hay excepciones como María, la falda de la montaña y otras historias tranquilas en el ambiente campesino. Igual en círculos de mejores recursos económicos y poder económico: o rechazan con violencia los derechos de las personas LGBTIQ, o los aceptan hipócritamente, o los comercializan y tratan de sacar provecho económico. ¿Cómo está el tema en Medellín? ¿Qué organizaciones maricas hay? La Alianza Social LGBTI Antioquia es la juntanza de muchas organizaciones, mesa, colectivos, líderes que luchamos por los derechos de la población LGBTIQ. Desde Biblioteca Diversa y Dram-a King Medellín somos aliadas activas. Hace seis años organizan la marcha y todo el Festival Antioquia Vive Diversa con una agenda nutrida y variada en actividades académicas, culturales, encuentro de actores y organizaciones. ¿Y cómo está el tema cultural que habla de la diversidad? ¿Hay producciones teatrales? ¿Cuáles han sido las películas más importantes que se han hecho en Colombia que han tocado el tema? ¿Habrá algo en artes plásticas, en música? Un beso de Dick, importante novela en la historia de la literatura LGBT colombiana, la conocí en una obra de teatro, el grupo no se dedicaba exclusivamente a obras sobre diversidad, pero sí he conocido compañías o casas teatrales más interesadas como Imagineros donde hemos presentado nuestro Drag King Literario.
Cuéntanos un poco de cómo ha sido el avance en Colombia de los derechos LTGB+. Pues para mí es una historia agridulce, o como dice la canción: un paso para adelante, dos para atrás, cuatro en diagonal... Desde la ley ha tenido sus progresos, pero en muchas mentes y grupos sociales prevalece el machismo y la discriminación a las diversidades sexuales y de género. Y en libros, ¿cuáles han sido los que más han trascendido? ¿Cómo se considera en Colombia a un escritor como En las ciudades principales hay cierta libertad que no es Fernando Vallejo que tanto ha escrito sobre el tema? totalmente generalizada y entre más rural, empobrecido y ¿Qué escritores nuevos han aparecido últimamente? 6
Especial Colombia
Fernando Vallejo es canon en la historia de la literatura colombiana, aunque controversial por sus opiniones políticas. En Biblioteca Diversa nos interesan los precursores de la literatura con temática LGBTI en nuestro país, pero ahora estamos más enfocados en las novedades como la poesía de Mailen Ortega (Valledupar), la obra de la bogotana Juliana Ramírez que incluye su mirada cinematográfica porque es realizadora audiovisual, y la ciencia ficción junto a la diversidad sexual; desde Medellín Luis Fernando Gil con su homoerotismo, Ana Lucía Pérez con su novela corta lesboerótica Una fiesta y un secreto; desde la costa colombiana: Giuseppe Caputo, César Mora y David Escobar son algunos escritores jóvenes emergentes, aunque Caputo ya participó exitosamente en La Feria del Libro de Bogotá en años anteriores a la pandemia. Haces drag king también. ¿Desde cuándo? ¿Cómo así nace esa pasión? El arte drag king viene de la curiosidad. Hace tres años empezamos a conocer artistas drag queen y a investigar en redes; la idea siempre ha sido explorar la masculinidad en nuestros cuerpos femeninos, rompiendo el binarismo, ejercicio de libertad y sororidad entre amigas, a la par que potencia los contenidos literarios de Biblioteca Diversa. Incluso montamos un pequeño monólogo en video, Jesús María Marín: un hombre hecho y derecho, homenaje a los hombres trans, basado en una historia de la vida real. ¿Cómo está la cultura drag en Medellín y en Colombia en general? Desde hace cuatro años se ha fortalecido, surgiendo muchas colectivas, familias, artistas, como drag king de las pocas de nuestra ciudad nos hemos sentido apoyadas y acogidas por las queen. Hay de todo: rumba, crítica política, música, teatro.
Conocemos la revista EgoCity de Medellín. ¿Hay otras revistas dedicadas a temas LTGB+? Existen pequeñas revistas y magazines comerciales. Sabemos que el Estado proporciona apoyo a actividades culturales LTGB+ como el festival en las celebraciones del mes del orgullo. ¿Qué otras oportunidades de financiamiento ofrece Colombia para estas actividades? Becas culturales, fortalecimientos, contratación en eventos culturales no solo en el mes de la diversidad. Serás jurado este año de los Premios GIO que se entregan a las películas LTGBIQ+ del Festival de Cine de Lima. ¿Cómo ha sido tu experiencia con el cine? ¿Cuáles son tus películas favoritas? y ¿Qué tal la experiencia de ser jurado? El cine es otra ventana al mundo, cine y literatura son dos artes que reflejan la sociedad, pero también la transforman. Creo en el poder de la representación, un mundo no heteronormado reflejado en un libro o en una película nos permite ser más libres, más tolerantes. Mis películas con temática LGBTIQ favoritas son muchas, desde la primera que vi: Boys Don’t Cry que relata crudamente la vida de un hombre trans; hasta una de las últimas: Retrato de una mujer en llamas, poética pero trágica también, con un final no muy feliz para sus dos mujeres protagonistas a las que la sociedad no les deja vivir su amor, pero se encuentran en la pintura y en la página de un libro. Por otro lado, ser parte del jurado de los Premios GIO es una gran experiencia, siempre he sido amante del cine pero cambia la visión cuando eres no solo espectadora sino evaluadora. Es un gran reto, pero que se facilita por la gran calidad y calidez de las producciones participantes. / / 7
Especial Colombia
Sobre la novela Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual (1932)
escribe: Crónicas de la Diversidad
Bernardo Arias Trujillo (1903-1938) nació en Manzanares (Caldas, Colombia) y desarrolló gran parte de su actividad política y literaria desde Manizales. Entre otras obras publicó la sátira política En carne viva (1934), la novela Risaralda (1935) —que en su momento llegó a ser comparada con La vorágine (1924), de José Eustasio Rivera— y el Diccionario de emociones (1938), una compilación de crónicas, perfiles, cartas y ensayos literarios. En Buenos Aires, donde fue diplomático, publicó bajo el seudónimo Sir Edgar Dixon Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual (1932). Según el escritor Andrés Felipe Solano, la novela encontró una fuerte censura en Manizales: «La mayor parte de las copias que Bernardo Arias Trujillo envió desde Argentina a Colombia, a través de la casilla Nro. 495 que abrió en la Dirección de Correos y Telégrafos, fueron confiscadas por su familia y quemadas. Algunos escritores salvaron un par y la comentaron por lo bajo» (citado por Leonardo Gil Gómez, 2019).
¿De qué trata Por los caminos de Sodoma? Por los caminos de Sodoma es la historia de David. Aquí algunos fragmentos extraídos de Alexander Hincapié García (2011): «La novela de Sir Edgar Dixon inicia, con la voz del narrador, un alegato contra la intolerancia, la insensibilidad y la indiferencia frente a las vidas de muchos hombres que, confiscados, han sido “Carne de clínica, de suicidio o de laboratorio” (Dixon 1990, 1). Hace eco de la vida desesperada de David desde su infancia hasta el momento en que desaparece perdido en Buenos Aires. Durante toda la trayectoria de la novela, el narrador no abandonará una posición mediante la cual defiende y construye un alegato en favor de los homosexuales. Se mueve con el interés de denunciar el yugo que históricamente se ha ceñido sobre y contra ellos. [...] «David es educado en un ambiente hostil, donde un padre moralmente tirano, una madre obediente y unos hijos temerosos realizaban extensos rituales religiosos en los que, principalmente, se sometía el cuerpo y se aplacaba la imaginación: “La infancia de David había transcurrido en la penumbra, en un hogar castellano de severas tradiciones” (Dixon 1990, 9). La disciplina dura y férrea, sumada a la ausencia de afecto, tempranamente parecía marchitar la vida de los miembros de este hogar. David sólo conoció la compañía de los libros, pues éstos le permitían escaparse por desconocidos parajes, alejados de la aridez de su vida en el hogar paterno. [...] «David, como muchos adolescentes, descubre la masturbación involuntariamente, a los 15 años. Sin embargo, ese descubrimiento queda inconcluso porque no tiene forma de articularlo, de reconocerlo o de explicárselo. Así pasan algunos días hasta que en un paraje distante, mientras toma un baño a solas, es sorprendido por un compañero de escuela, quien lo inicia en un placer que no conoce y que ni siquiera creía posible. Su compañero era “[...] un mocetón fornido, de dieciocho años, en cuya musculatura se dibujaba ya el macho próximo, el macho pujante y dominador” 8
Especial Colombia
(Dixon 1990, 20). Iniciado, como parecía ya, en las artes amatorias, condujo a David a un vértigo que lo asustaba pero que parecía inevitable. Al final, después de haberlo poseído, y tras un largo y culposo silencio, el compañero cierra el encuentro con un “—No digas nunca a nadie, lo que hemos hecho.” (Dixon 1990, 23). Desde ese momento, David se volcó con más voracidad hacia los libros, sobre todo hacia aquellos que parecían ilustrarle el amor, la pasión y el deseo. Leía por las noches a escondidas, hasta que su padre lo descubre y lo azota brutalmente frente a sus hermanos. Pero no es eso lo que más lamenta, lo que lo degrada hasta el máximo es que su padre prende una hoguera con sus libros. David, dispuesto a no tolerar la injuria, huye de su casa.» [...] «En una pequeña ciudad, David comienza a trabajar como obrero en un taller regentado por frailes. Allí conocerá un amor ingenuo y desinteresado, del que será separado por un hombre de Dios encaprichado por el amor de los muchachos. David es lanzado a las calles. Con la fuerza de su voluntad logra terminar sus estudios y, contra todos los pronósticos para un muchacho que ha abandonado tempranamente el hogar paterno, inicia estudios universitarios. Durante ese período en el que finalizaba los estudios previos a la universidad, por mediación de Alberto, un amigo de estudios, conoce a María Mercedes, una mujer de su misma edad que, fugitiva también del hogar paterno, había ejercido la prostitución. Con ella recorre el cuerpo femenino, reflexionando que ese cuerpo “[.] extendido allí para sus impulsos, tenía un gran vacío, una enorme ausencia, una orfandad inexpresable: en su sexo algo faltaba, algo así como el falo varonil” (Dixon 1990, 133). [...] «David se enamora como nunca antes de Charles Evans, un trapecista de circo que minaría su existencia para siempre. «Charles era un adolescente de una belleza “[.] sobrenatural, una de esas soñadas hermosuras, cuya existencia solo creemos posible en la imaginación” (Dixon 1990, 178). Todo lo esperaba David de ese amor, y confiaba que el tiempo jugaría a su favor modificando el signo trágico que Charles portaba desde su infancia. Éste, que había nacido en el circo, quedó huérfano de madre siendo un niño. Poco tiempo después, su padre se marcha y lo deja a expensas de otros que lo formaron en el arte de los trapecios, pero también en el intercambio despiadado y cruel en el arte del amor. Muy pronto, fue hecho el favorito de un domador, Otto Kreysler. Charles que nunca había conocido el afecto, al igual que David, amaba al “[.]hombre de los bíceps de acero”, y lo deseaba desesperadamente por sus “[...] caricias bárbaras” (Dixon 1990, 205). También amaba a David, pero los maltratos (ligados a un vínculo obstinado y erótico con la dominación) y la furia con la que Kreysler lo inició en el sexo y el amor hacían palidecer los sentimientos tiernos que le ofrecía David. «No obstante, el tiempo que pasaron juntos trabajó para brindarles una falsa oportunidad. Huyen para luego ser localizados por la búsqueda inclemente de Kreysler. David, de 20 años, es denunciado como corruptor (Charles aun no había cumplido los 17), y por ello fue expuesto públicamente, en una pequeña ciudad, a la burla, el escarnio y la intolerancia de todos los que lo conocían. Las puertas de la vida, de repente, se cerraban. «Nunca más volvería a poner sus pies en la universidad, y, constreñido por la vida provinciana, donde todos se conocen, decide perderse en Buenos Aires, suponiendo que allí, en la gran ciudad, tal vez en el anonimato, al fin podrá conocer un amor que lo prefiera a él, y que, en medio de la pobreza que le espera, el amor será suficiente para conservar una relación que ambos tendrían que inventarse de espaldas a la sociedad. Sin embargo, David ignoraba que Buenos Aires, al abrir la puerta del anonimato, también podía cerrarle las posibilidades para satisfacer el hambre y la necesidad de abrigo. “Si en su país tenía un salario, pero no lo dejaban amar, en cambio la capital platina le ofrecía amor y negaría el pan. Todas estas viceversas las ignoraba David, que aún creía en la bondad de las ciudades y en la virtud de las mujeres” (Dixon 1990, 297). «La novela finaliza, curiosamente, con el diálogo entre Alberto y Pablo (dos antiguos amigos de David), ambos heterosexuales. Sin embargo, el giro interesante en el sencillo diálogo que estos dos hombres realizan estriba en que postula la posibilidad desgarrada de que los hombres, independientemente de sus preferencias eróticas, puedan seguirse considerando amigos entre sí. Pablo, más conocedor del mundo, le reprocha a Alberto su incapacidad para acompañar en su desgracia a David, el entrañable amigo de sus recuerdos. Es Pablo el que cierra el recorrido en Por los caminos de Sodoma: “[...] Pablo, como para marginar la pesadumbre que tantos recuerdos le causaba, mientras escondía con la punta de un pañuelo una lágrima esquiva que rodaba por su rostro moreno, dijo simplemente: —Mozo: sirva dos tazas de café” (Dixon 1990, 310).»
Bibliografía ●● Leonardo Gil Gómez (2019). POR LOS CAMINOS DE SODOMA DE BERNARDO ARIAS TRUJILLO, LA HOMOSEXUALIDAD INCO(Ó)MODA. En Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica vol.10 no.19 Bogotá Enero/Junio 2019 https://doi.org/10.25025/perifrasis201910.19.03 ●● Alexander Hincapié García (2011). Por los caminos de Sodoma. Discurso de réplica, promesa formativa para una homosexualidad otra (1932). En Revista de Estudios Sociales no.41 Bogotá Octubre/Diciembre 2011 http://www.scielo.org. co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-885X2011000400004#4 9
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«Cuéntame la historia de cada una de tus cicatrices»: encuentro con Alas para lanzarme de un puente y volar de César Mora Moreau
escribe: Massi Carta
César Mora Moreau regresa a la literatura dos años después de Al final, el océano (Ediciones Exilio, 2019), la novela que ganó el Premio de Novela Distrito de Barranquilla, y lo hace con una colección de cuentos con un título sugerente, Alas para lanzarme de un puente y volar (Escarabajo Editorial, 2021).
«No veo amor» dice la adivina del cuento «Música para el tarot» y claramente está mintiendo, sin embargo, aunque sea así, la música y la alegría del carnaval, combinado con el poder de la imaginación, podrían cambiar el destino de los protagonistas de la historia. En «A oscuras», Mora Moreau nos lleva a un cauteloso deambular por los lugares nocturnos de una ciudad nocturna, con sus atractivos espacios somEn su nuevo libro, Mora Moreau nos presenta la vida de breados, el reino de las «caricias escondidas en un apretón varios personajes LGBTI que se mueven entre las bellezas y de manos» y los «labios de cemento», en contraste con la luz miserias de una metrópolis colombiana con vistas al Caribe. plena e indiscreta de los sitios públicos donde es difícil ocultar durante demasiado tiempo una pasión creciente. Diez historias, las contadas por César e intercaladas con conmovedoras ilustraciones de Iván Darío Berrío Toscano, en las La escritura fresca y límpida del autor trae a la superficie que muchos jóvenes de su generación podrán identificarse y aquello que está destinado a permanecer oculto, ya sean que sin duda harán reflexionar a las generaciones anteriores. abrazos de amantes desprevenidos o palabras eróticas susurradas en público. La misma escritura se agudiza por momenEl hilo conductor de la obra de Mora Moreau es la fuga- tos cuando describe de forma clara las abominables prácticas cidad del amor, que, por más fuerte y regenerador que sea, de conversión de la homosexualidad, el dolor «que se mueve termina cambiando o muriendo. La pasión entra en el mismo en la cabeza como un gusano» y que marca la sucesión de espectro: la urgente, con un taxista atractivo, o la soñada con días en «El amante», una ausencia que provoca vacío, la sosu médico. Como motor de acción, el afecto más profundo ledad en compañía de otros o los amores imposibles porque o el eros más satisfactorio destruyen todas las barreras que no son correspondidos. «¿Es el odio o el amor, el sentimiento impone la falsa moral, para aspirar a la plena libertad de ex- más extraño?» se pregunta finalmente el narrador, dejando presión del ser. El sentimiento de humanidad y el apego a la así una ventana abierta, una duda para el lector. vida y a los seres queridos son el verdadero antídoto propuesto por el autor para la violencia ligada a un conflicto armado El libro concluye con un intenso viaje al fin de la noche, en que ha durado más de cincuenta años, la pérdida de un fa- una ciudad que ha cambiado su apariencia habitual y que miliar, e incluso la homofobia de la que muchas personas son ahora, entre las luces artificiales, se presenta tan misteriosa y víctimas a diario. atractiva como un amante recién conocido. 10
Especial Colombia
difusión
BREVE ENTREVISTA A CÉSAR MORA MOREAU MC: ¿Cuáles son tus autores favoritos? CMM: Edgar Allan Poe es el primer nombre que me viene a la mente cuando pienso en mis autores favoritos. Gracias a sus cuentos descubrí el gusto por la literatura y empecé a escribir mis primeros borradores de historias. Emily Brontë es una autora que también marcó mis inicios como lector luego de cruzarme con su novela Cumbres borrascosas. Otros autores que están entre mis favoritos son Jaime Manrique, Marguerite Duras, Truman Capote, Wislawa Szymborska y Valeria Luiselli. Hace poco conocí a Marieke Lucas Rijneveld y me encantó. Su novela La inquietud de la noche es de las obras que más me han conmovido.
Una versión inicial de Alas para lanzarme de un puente y volar contaba con otros cuentos, pero al final no los incluí porque desentonaban con los demás. No quería que las historias estuvieran juntas por pura casualidad. Me preocupaba mucho que todas funcionaran como un conjunto, que hubiese una armonía entre ellas.
MC: ¿Cuál es la situación los jóvenes LGBTI en términos de aceptación en Colombia? CMM: En un contexto cultural como el colombiano, la aceptación de las personas LGBTIQA sigue siendo un tema muy complejo, sobre todo por los prejuicios y los discursos religiosos que condenan la diversidad sexual. Más que el rechazo social, me parece doloroso cuando una persona se niega a MC: ¿Cómo fue la génesis de tu trabajo? aceptarse a sí misma porque le enseñaron que lo que siente CMM: La idea de Alas para lanzarme de un puente y volar está mal. nació a inicios de 2020 cuando empecé a reunir las historias que había escrito entre 2018 y 2020, que más me gustaban. Sin embargo, gracias al activismo y a la presencia de personas En ese momento me di cuenta de que algunas de ellas tenían LGBTI en distintos campos, ahora estamos más dispuestos a en común el tema del deseo y la orientación sexual de sus aceptarnos tal y como somos y a hablar de estos temas de protagonistas, y funcionaban juntas como parte de un libro. manera más abierta que en el pasado. Los medios de comuEl amor es un tema que me interesa, y en este libro quería nicación también han jugado un papel muy importante en explorar lo doloroso de amar, y desear a alguien, cuando la este proceso al presentar realidades que por mucho tiempo muerte, la violencia, la soledad, el tiempo o el desamor están permanecieron invisibilizadas y en las que hoy las personas de por medio en la vida de los personajes. podemos vernos retratadas y sentirnos identificadas. / / 11
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¿De qué puede hablarse mientras se desnuda uno?1 escribe: Diana Camila Cortés Ilustración: Ramón Alejandro Palacio2
Toma todas mis cosas: mi viejo placer de niño y mis pasiones bobas este algo que ahora soy y este mi nombre -toma sobre todo mi corazón y guárdalas bien en tus bolsillos Fernando Molano Vargas
Hay nombres que se nos presentan como una revelación, como una suerte de encuentro fuera del plano terrenal; nombres que nos conectan con algo perdido o escondido en nuestro interior. De esta forma se me presentó Fernando Molano Vargas, de la mano de una gran profesora y ahora gran amiga, que en sus clases me dejaba cruzar a otras historias gracias a las palabras de Molano a través de su voz. Este autor nació en Bogotá el 9 de julio de 1961, sus estudios se centraron en la lingüística, la literatura y el cine, lo cual se refleja en su obra. Publicó dos libros en vida: Un beso de Dick, novela que ganó el concurso literario de la Cámara de Comercio en el año 1992 y Todas mis cosas en tus bolsillos, un poemario publicado en 1998, un poco antes de su muerte. Catorce años después se publica Vista desde una acera. En el presente texto me centraré en Todas mis cosas en tus bolsillos, pues estos poemas fueron la primera conexión con Molano, y de ahí surgió el interés por su vida y su obra. En este poemario se evidencia un proceso que pasa por varias etapas de los últimos años de la vida del autor: el descubrimiento y el asombro del amor, el deseo y la pérdida que surge desde antes de la muerte de su novio y que se prolonga con su ausencia. El poemario, entonces, se divide en cinco partes. Para empezar, el primer capítulo se titula Como un duende, en este el autor juega presentando el erotismo de los cuerpos que se encuentran, la picardía del duende, la astucia, el deseo, la búsqueda de sí mismo en el otro, el reconocimiento en el sexo, el anhelo, las experiencias de ciudad en imágenes y en los espacios comunes como el motel, el bus, la casa. El recuerdo y la marca de la infancia a través de la familia y su reflejo en la adultez también se encuentran en este capítulo tal como en el poema «Dulce hermano de los arietes» cuando expresa:
Fragmento del poema Hace tres semanas no como nada en mis recreos, y le he robado algún dinero a mi padre de Fernando Molano (2019, p. 23). 2 Ramón Alejandro Palacio nació en Jericó Antioquia y es Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia. El dibujo es con bolígrafo sobre papel. Instagram: @ramonpalacioa 1
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Retrato de Fernando Molano.
Oh, Diego, en largas jornadas papá hizo de mí una fortaleza. Y es una maravilla cómo se sostienen sus muros ahora que entras en mí como un duende, y podemos a solas jugar y amarnos como dos niños. (2019, p. 31) La segunda y la tercera parte, No es una muerte tan dulce y Este lugar sin ti, respectivamente, profundizan en el encuentro con la muerte, en su presencia latente en cada paso, en la certeza de su llegada y en la ausencia que produce cuando apaga la mirada del ser amado. La cuarta y la quinta parte, tituladas En el remanso de los que solo pasan y Escritos para Luis Jorge, nos encaminan por la fugacidad de los encuentros con amores de bares, de calles, de parques, amores pasajeros, haciéndome recordar algo que menciona Piedad Bonnett en una de sus novelas «después de esos amores definitivos todo lo demás puede suceder, porque ya nada, salvo la propia soledad y la muerte, es importante.» El amor definitivo que Fernando Molano vivió con Diego se sigue reflejando en los últimos poemas que componen el libro, su ausencia es latente a través de las líneas, de las palabras que lo nombran y que lo evocan. El poemario Todas mis cosas en tus bolsillos nos muestra un alma que se desnuda ante la mirada de las personas que se acercan a sus líneas. A través de sus poemas vivimos encuentros con los otros seres que nos han habitado, con nuestros propios reflejos en la cotidianidad, en la muerte, en los amores profundos y definitivos, en la pregunta constante por nuestra existencia. / /
Referencias bibliográficas ●● Bonnett, P. (2004). Para otros es el cielo. Bogotá, Colombia: Alfaguara. ●● Molano, F. (2019). Todas mis cosas en tus bolsillos. Bogotá, Colombia: Seix Barral.
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Especial Colombia
El Divino Porfirio Barba Jacob
texto y fotos: Octavio Libreros
Durante su vida se opuso rotundamente a ver publicados sus poemas en grandes antologías, lo hizo solo en revistas o colecciones muy pequeñas donde sus versos aparecían como chispazos de estrellas danzarinas en una noche de abril. «Por más que hube reunido quince, veinte poemas, rehusé a asesinarlos y a sepultarlos dentro de un libro»1, afirma en una entrevista. Y es que para Barba Jacob la libertad del alma estaba por encima de todo. Poeta maldito, heredero del modernismo y padre de la revolución literaria hispanoamericana, Ricardo Arenales, como se hizo llamar por un tiempo, destiló a través de su pluma la incertidumbre de estar vivo. Cuando tuve la oportunidad de leer el manuscrito original de su Canción de la vida profunda, encontré en esa caligrafía un grito desesperado por alcanzar el cielo. En ese cielo los ángeles también se aman. «Hay días en que somos tan móviles, tan móviles, como las leves briznas al viento y al azar…»2 y como suave brisa que somos pasamos por la vida de otros acariciando su sien o destruyendo su alma. Miguel Ángel Osorio, nombre de pila con el que fue bautizado por la iglesia que luego lo condenaría, nació en Santa Rosa de Osos, Antioquia un 29 de julio de hace 138 años. Apátrida y homosexual declarado, deambuló por las calles de Guatemala, Honduras y México en compañía de su niño amante efebo y de la vieja Olivetti con que escribía sus versos. ¡Vaya personaje que vivía en las nubes del opio, amando a destiempo y a contracorriente! Y es que, para existir no vasta con respirar, se precisa de pasión y de entrega. Muestra de ello fue su periplo, en medio de la total miseria, por Cuba y Centroamérica, entregado a lo único que le movías las entrañas: la poesía y los muchachos. En aquella isla se encontró con Federico García Lorca, otro poeta al que terminaron asesinando por marica, se deslumbraron el uno al otro a punta de versos, de éxtasis y de pasión. Yo creo que los dos pudieron verse el alma, por eso terminaron alejándose. Inventor de palabras incómodas (hasta en eso fastidiaba) que rimaban de una forma discontinua y diferente. ¡Qué insoportable es un alma libre! «La galindijóndi júndi, la járdi jándi jafó, la farajíja jíja, la farajíja fo. Yáso déifo déiste húndio, dónei sópo don comiso, ¡Samalesita!»3 Decía a viva voz sin que nadie lo entendiera, y es ahí donde radica la magia de su obra, en que rompió con los estereotipos lingüísticos y sociales, para escribir como quiso y para amar como sentía.
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Panero, J. (1969). Un fantasma llamado Porfirio Barba Jacob. Revista UPB, Medellín. Barba Jacob, P. (1929). Canción de la vida profunda. Barba Jacob, P. (1895). Jitanjáfora. Primer poema compuesto en su niñez.
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Retrato de Porfirio Barba Jacob.
Canción de la vida profunda. Manuscrito original.
En su Balada de la loca alegría nos invita a la existencia más dionisiaca que se pueda tener: «Danzad en delitosos, lúbricos episodios, con los esclavos nubios, con los marinos rodios»4. Y ese baile delicioso al que hemos sido llamados no puede darse sino a través de la libertad. Sin embargo, y esto sirve de anotación, la libertad sin objetivos se convierte en tragedia. Por ello, el autor de Acuarimántima, eligió la peor de las profesiones: ser poeta, y lo digo porque ha estas alturas ya no se leen sus versos, se nos olvidó el éxtasis con que escribía y hasta ignoramos cuál es El son del viento. «Vine al torrente de la vida en Santa Rosa de Osos, una medianoche encendida en astros de signos borrosos»5, confiesa en otro de sus versos los designios de su existencia, y en ese mismo poema declara: «Tomé posesión de la tierra, mía en el sueño, el lino y el pan; y, moviendo a las normas guerra, fui Eva… y fui Adán». Nótese cómo en este último estribillo juega irónicamente con la creación divina, se posa frente a Dios en su máxima desnudez para gritarle sus verdades: no tengo género ni condición, he nacido humano y mi patria es el mundo. «Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales, que nunca humana lira jamás esclareció, y nadie ha comprendido su trémulo lamento... Era una llama al viento y el viento la apagó»6. Barba Jacob, poeta delirante, amante eterno de la Dama de los cabellos ardientes, sediento de poemas-atarrayas para atrapar locos adolescentes, nadie ha comprendido tu trémulo lamento y hoy no será la excepción, para ello nos falta tenerle miedo al miedo, nos sobran de más estas angustias y estos prejuicios. Han de haberte declarado santo padre de la iglesia, estoy seguro que los seminaristas también tienen orgasmos con tus versos. Es por eso que hoy, en este justo momento te declaro santo patrono de los maricas y los diversos. ¡Y que no te digan poeta! De esos abundan en el mundo. Desde hoy que, en todo Colombia, y el mundo entero, se te llame Divino Barba Jacob. Porque para evocarte solo hace falta vino, una mano de chico y mucha pasión. Amén. / /
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Barba Jacob, P. (1924). Balada de la loca alegría. Barba Jacob, P. (1933). El son del viento. Rosas Negras. Barba Jacob, P. (1933). Futuro. Rosas Negras.
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El multánime y múltiple León de Greiff escribe: Octavio Libreros
Quién iba a saber, que en mis escapadas a la biblioteca F. Gómez de la Universidad Nacional de Colombia, bajo esos rayos tibios de una Medellín borrosa, entre anaqueles polvorientos para los que estudiábamos ingeniería, iba a encontrarme con León de Greiff. Su rima disonante en tiempo difuso me sonó al oído como una voz que me llevaba hacia dentro, y luego salía con un aire fresco, decidido a amar la vida, a besar las estrellas. Y es que en sus versos encontré un espejo, sentado a solas en el jardín botánico pasé horas preguntándome quién de los dos era el reflejo. ¿Qué había de mágico en las palabras de ese poeta? ¿Sería que todas se me volaban de sus libros como humo de cigarro? ¿O acaso era el éxtasis de perderse entre expresiones antiguas de difícil comprensión? Hoy, luego de tantos años aún sigo fascinado. Y como mariposa en plena primavera, salto de poema en poema, inquieto, leyendo versos. Debo confesarlo, a Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Häusler como verdaderamente se llama, jamás lo leído en un poema completo. Salto de sus Tergiversaciones a la Canción del viento y de repente, sin saberlo, regreso al Esquicio No. 1 en fa mayor. ¿Por qué León de Greiff me es tan grande? Porque rompió con el canon de su época que centraba a la poesía en el sentir interior, que buscaba explicar la vida desde lo que el poeta sentía. Él salió al universo para encontrarse. En ese juego de máscaras mágicas que utiliza para tergiversas sus rimas, busca crear nuevos y maravillosos efectos identitarios. En su obra se contempla el uso de las palabras como si se trata de maquillaje. Yo soy el viento Alígero discurro Declama en sus Favilas. Hace uso de la ficción para enunciarse, pues no le basta con ser un ser humano, debe ser viento va a volar. Busca fuera y no dentro de sí, deja de ser sujeto para convertirse en ente, en fuerza, sin forma pero que transforma. Ese juego entre el Yo y el Él, entre el Soy y el Es hace única a su poesía en el mundo. Anne-Marie Houdebine dice que la función poética es ahora la transmisión de un mensaje definido por un contexto, y son justamente esas maneras de ver y sentir el mundo las que le dan a su obra una amalgama de mil interpretaciones. Utilizando un concepto más literario, se puede afirmar que la subjetividad en la poesía degreiffniana permite sentir mundos diversos.
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Porque me ven la barba y el pelo y la alta pipa Dicen que soy poeta…, cuando no porque iluso Suelo rimar -en verso de contorno difusoMi viaje byroniano por las vegas del Zipa…, Esos niveles de subjetividad, que sólo he visto en los 136 heterónimos de Pessoa, crean un mundo extraño que nos obliga a vivir. Pero, a pesar de la extrañeza que podamos sentir al enfrentarnos a sus poemas, nos sentimos en casa, cómodos, tranquilos. ¿Qué ocurre con De Greiff? ¿Nos hipnotiza o nos engaña? Fernando Vallejo dice, y con toda razón, que no hay mejor poeta que León de Greiff incluso antes que el mismo Barba Jacob. En el poeta paisa encontramos una renovación estética del lenguaje como una herramienta para traspasar la batuta creadora del autor al yo multánime que lo constituye. Esta característica del modernismo se vio implosionada por la pluma esquiva de León de Greiff en su tendencia por anular su identidad para presentarse difuminado en tremularias metafóricos. Soy notas arranco de mi clavecino. Soy fábulas-bordo sobre el cañamazo de mi pentacordo. Soy facecias-urdo. Por dentro me estanco. Dejádme señero: jamás me desbordo. Como soy el Solitario, como soy el Taciturno, como soy el Hosco, el Arbitrario, como soy el Lucífugo, el Nocturno, dejádme solo. Como soy Leo Atrabilario, como soy Sergio el Estepario, como soy Proclo Extravagario, como ya tengo el Cuervo y el Vulturno de los acerbos choznos de Saturno, dejádme solo. Buscó ser otros para encontrar el sentir difuso de la existencia, entre Leo Le Gris y Gaspar de la Nuit, jugó como lo hace el pintor que mezcla óleos para encontrar la tonada mustia de un exacto amanecer. Tal vez siendo otro, sentiría como otro, amaría como otro. Adentro está el yo solitario, meditabundo, limitado por los tendones y la pasión. Ah, sin embargo, afuera, entre tantas estrellas las palabras vuelan. Ahora que vuelvo a Medellín, me ocurre siempre, me encuentro sentado a la izquierda del roble que no mucho ha cambiado, tal vez bajo sus hojas revolotea el beso de dos muchachos que han buscado su sombra para amarse. Pero yo, yo sigo temblando con esos poemas en las manos, cerrando los ojos para no dejar que se me escapen. A veces me pregunto, si en las noches, cuando Medellín duerme y la universidad se encuentra de puertas cerradas, León de Greiff deambula por los pasillos, con su pipa encendida y repitiendo siempre: Juego mi vida, cambio mi vida, De todos modos La llevo perdida…
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¿Por qué llevar Un beso de Dick a la escuela? escribe: Diana Camila Cortés Ilustración: Laura Vanessa Vanegas Ruda1
¿Qué oportunidades vitales para la existencia de muchos seres significaría descorrer las barreras que les impiden decir el nombre de aquel a quien aman? Alexander Hincapié (2009)
En nuestro contexto nacional es difícil empezar a hablar de la no heteronormatividad en la sociedad y, especialmente, en la escuela, porque esta se ha encargado, en cierta medida, de reproducir formas de ser y de estar en el mundo, formas de actuar y de comportarse según características físicas y culturalmente aprendidas o impuestas. Dos textos que hablan sobre esta dificultad son el informe de la UNESCO: AbiertaMente. Respuestas del sector de educación a la violencia basada en la orientación sexual y la identidad/expresión de género y el artículo escrito por Elida Giraldo Gil (2013) titulado Revisando las prácticas educativas: una mirada a la relación posmoderna género-currículo. El informe presenta unos porcentajes desalentadores sobre la homofobia y la transfobia y las repercusiones psicológicas y sociales para las personas que son discriminadas; el artículo, por su parte, sitúa la importancia del currículo en la escuela y cómo este ha sido determinante en la discriminación y en la acentuación de problemáticas de género en el contexto educativo. A pesar de los estereotipos difundidos en la escuela como un lugar de reproducción de una misma mirada hacia el mundo, los productos culturales entran a jugar un papel determinante en la configuración de identidades, porque al difundir formas establecidas de comportamiento según el sexo asignado al nacer se naturaliza el miedo a lo diferente y se crean sentimientos de culpabilidad y rechazo en las personas que, gracias a estas formas establecidas, sienten que no encajan. El pensamiento hegemónico transmitido por ciertos productos culturales que llegan a las masas a través de diferentes medios causa un rechazo social a todo lo que atente contra la «normalidad» transmitida y aprendida que refuerzan la posición heteronormativa. Sin embargo, hay otros productos culturales que permiten hacer quiebres y evidenciar puntos de fuga con el patriarcado y con la hegemonía social y cultural, un ejemplo de esto es la novela Un beso de Dick escrita por Fernando Molano Vargas, donde el narrador nos cuenta una historia de amor, describiendo situaciones en la escuela, problemas familiares, la pasión por el fútbol, entre otras cosas. Considero que llevar esta obra a un aula de clase brinda posibilidades en los momentos de lectura con las y los estudiantes, porque permite ahondar en experiencias y en situaciones personales, enfrentarse a propios sentimientos y miradas hacia el mundo y hacia el otro que es un mundo en sí mismo. Un beso de Dick no solo retrata la
Laura Vanessa Vanegas Ruda: (Medellín, 1996). Licenciada en lengua castellana y literatura de la Universidad de Antioquia. Ilustradora independiente que desde distintas técnicas está en la búsqueda de una estética propia. Instagram: @paper_fishes 1
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historia de amor de un par de jóvenes a quienes les encanta el fútbol, también hace una radiografía de situaciones alrededor de la temática homosexual, de cómo se sienten los personajes y cómo tienen distintas posturas frente a lo que pasa en el pensamiento de cada uno. De igual forma, presenta la sociedad de esa época, hace conexiones con la música, sobre todo con el bolero y el tango, y con la percepción desde el afuera de los personajes. Si bien no es común que libros u otros productos culturales que cuenten historias que suelen ser vetadas se lleven a la escuela, pienso que desde allí se puede hacer el quiebre con lo hegemónico y lo heteronormativo, porque como mencionan María Victoria Carrera, Xosé Manuel Cid y María Lameiras (2018) en el texto El status queer o la pedagogía de lo posible: aportaciones de la pedagogía queer para la construcción de nuevos imaginarios identitarios, hay que desestabilizar la identidad, cuestionando e interrogando categorías y dicotomías. Un beso de Dick permite la conexión con el amor, el amor adolescente, homosexual, vertiginoso, pero amor, al fin y al cabo. Es una historia que nos hace recorrer la escuela, la familia, los sitios testigo del encuentro, lo complejo de la mirada externa, lo reconfortante del propio pensamiento como espacio que cuestiona, pero que es seguro. / /
Referencias bibliográficas ●● Caro, E. (2017). Hacia un queerización de la producción cultural colombiana. Literatura colombiana queer. Revista de Estudios Colombianos (49), pp. 1-6. ●● Carrera, M., Cid, X. & Lameiras, M. (2018). El status queer o la utopía de lo posible: aportaciones de la pedagogía queer para la construcción de nuevos imaginarios identitarios. En Pedagogías queer (48-71). Chile: Ediciones CELEI. ●● Giraldo, E. (2013). Revisando las Prácticas Educativas: una Mirada Posmoderna a la Relación Género-Currículo. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 12 (1), pp. 211-223. ●● Hincapié, A. (2009). Consecuencias pedagógico-formativas a propósito de una lectura de Un beso de Dick. Pedagogía y Saberes (28), pp. 99-109. ●● Molano, F. (2019). Un beso de Dick. Bogotá, Colombia: Seix Barral. ●● UNESCO. (2017). Abiertamente respuesta del sector de la educación a la violencia basada en la orientación sexual y la identidad/expresión de género. 19
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Trabajo de campo
texto y fotos: David Escobar De Lavalle1
Mi hermano me llevó en su Chevrolet Spark rojo destartalado. Nada le funcionaba bien a ese carro; cada viaje que completaba era una proeza de la mecánica. Me sentí aliviado cuando me bajé en frente del cementerio de Taganga y me despedí de él. No por el carro, sino por el viaje con J, que había sido tal cual imaginé cómo que sería: insulso. Sus preguntas se limitaban a los temas de siempre: cómo va el trabajo, la maestría, el clima de Bogotá. De cierto modo agradecía lo aburrido de esas conversaciones, antes de tener que vivir alguna tensión basada en el cristianismo y las orientaciones sexuales. O política. En los momentos juntos ratificaba lo que ya sabía: estábamos desvinculados. Creo que, de haber podido, él no me habría escogido como su hermano. Y yo tampoco a él. Caminé hasta donde se compraba el pasaje de la lancha que me llevaría hasta Playa Grande, a cinco minutos de Taganga, para así completar el trabajo de campo que, según mi tutora, me ayudaría a lograr un registro literario más real de la ciudad; y, por qué no, finalmente dar con el nombre de la novela. El sistema para adquirir el pasaje no había cambiado en nada: había que acercarse a algún lanchero, preguntarle cuánto costaba el pasaje, esperar a que respondiera una cantidad ridícula, y luego regatearle, decirle que era samario, que por qué tan caro. Así fue tal cual el flujo de la conversación con el hombre que desprendía un olor potente a sal marina y pescado. También a cerveza. Al decir que era de Santa Marta me miró con escepticismo y se limitó a responder: «ocho mil barras, pues». La pronunciación de la ese en «pues» sonaba como una jota. Me derretía ese acento, que era el mismo mío, solo que yo llenaba las palabras con más aire, con más jotas, para embellecer mi forma de hablar. Le entregué el dinero y esperé a que la lancha estuviera lista para zarpar. Mientras la espera, compré una cerveza con la idea de que me ayudara a agudizar mis sentidos. Me senté en la silla Rimax de la tienda en donde la compré, desde allí alcanzaba a ver perfectamente al lanchero y a Luz Dary, la lancha que me llevaría hasta Playa Grande. Bebí la cerveza, rápido, para intentar calmar la ansiedad que me producía la posibilidad de que esta
David Escobar De Lavalle nació en Santa Marta, Colombia, en 1989. Graduó como comunicador social y periodista de la Universidad Sergio Arboleda y como magíster en escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia. También cuenta con estudios en comunicación organizacional y márketing digital. Actualmente trabaja en la firma de innovación social CreativeLab, en donde se desempeña como líder de comunicaciones y gestor de eventos en el proyecto de desarrollo del laboratorio de innovación de RTVC Sistemas de Medios Públicos. Actualmente está trabajando en la compilación de una biblioteca LGBTIQ+ que socializará en septiembre de 2021 en E’a, Festival de Ilustración y Lectura, en Colonia de Sacramento, Uruguay. Su novela Nadamos en el mismo mar fue publicada en 2019 bajo el sello de Escarabajo Editorial. En la obra aborda algunas de las temáticas que más le interesan: las orientaciones sexuales diversas, el Caribe colombiano y el cristianismo evangélico. Sobre la novela: Federico, el protagonista de la obra, era tímido y escribía reseñas literarias en el periódico del colegio. En cambio Tomás, su novio, era deportista y el más popular. En esta historia que inicia en Nochebuena y termina en Nochevieja Federico transita un camino de incertidumbres relacionadas a su sexualidad, a la idiosincrasia caribeña y a la religión de su familia. Las páginas de Nadamos en el mismo mar huelen a agua salada, a pirotecnia y entre sus hojas se alcanzan a ver las estrellas en los ojos de sus protagonistas. En este artículo cuenta cómo nació el título de la novela. 1
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Playa Grande, el destino del narrador de este relato, es un balneario turístico en la ciudad de Santa Marta, en el Caribe continental de Colombia.
salida fuera un fiasco. Pronto, el alcohol me hizo sentir más ligero. Quise comenzar en forma el trabajo de campo, así que dediqué mi atención a observar el paisaje, en definitiva bello por los cerros poblados de árboles de trupillo, verdes, que tupían cada metro cuadrado de las elevaciones, que a su vez contrastaban con el azul claro del cielo, y con el azul esmeralda del mar. Traté de escuchar conversaciones, pero las notaba muy regulares, sentía que no me daban material para ficcionar. Aun así, tomé notas en el cuadernito que había llevado. Para algo me servirían. Eran las 10:30 a.m. y a esa hora había muchas personas en la playa. Era fácil diferenciar quiénes eran turistas y quiénes locales. Los pobladores de Taganga eran pescadores y su fenotipo era bastante específico: piel morena cobriza, ojos rasgados, pelo lacio, las mujeres tenían cuerpos robustos y los hombres, en cambio, eran esbeltos, con espaldas anchas, brazos y pechos grandes. Los turistas destacaban por sus pieles blancas o trigueñas con rastros de exceso de sol o protector solar en su piel, trenzas corronchas hechas con chaquiras y siempre estaban en grupos de más de 4 personas ––viajar acompañado era más barato––. Continué con mi intento de trabajo de campo, pero tuve una digresión en la que cuestioné lo pretencioso de mi misión de aquella mañana. Pude haberme quedado escribiendo en la casa. O haber ido al Banco de la República. O haber ido al Juan Valdéz del centro de Santa Marta. Tenía la sensación de que ya había registrado todas esas escenas y, tal vez, pude haberme sentado a recordar y ya. Pero no, había optado por obligarme a investigar para la escritura de mi novela sin título. Me quedé viendo unas María Mulatas, pájaros negros, hermosos, que estaban comiendo cualquier cosa en la rama de un trupillo. No entendía cómo hacían para estar ahí, comiendo, mientras las ramas se mecían con fuerza por la brisa decembrina que no cesaba. Agradecía el soplar de esos vientos poderosos. Desde pequeño había aprendido a quererlos. Eran un tormento para los ojos, hacían que le entraran sucio y dificultaba la visión. Pero aliviaban el calor y eso era motivo suficiente para esperarlos año tras año. Además, hacía que las caminatas en la ciudad fueran más agradables, porque no se sudaba, y no se andaba con mapas de sudor en la camiseta. Me levanté y fui hasta dónde el lanchero a preguntarle qué había pasado con el viaje. Me dijo que aún faltaban 6 cupos por completar, pero que sí o sí salíamos en 5 minutos. Me vio la cara de aburrido y me mandó a dar una vuelta, que él me esperaba. En ese momento fui yo quien lo miró con escepticismo. Aun así, decidí creerle, si me dejaban, no pasaba nada; tendría la excusa perfecta para devolverme a Santa Marta y sentarme a terminar el final de la novela. Y con suerte, encontrar su título. Volví a la silla en la que ya me había sentado antes y pedí otra cerveza, esa vez en lata, por si la lancha completaba el cupo o salía a tiempo. Pensé en mi hermano y en lo expertos que éramos en hacernos los locos. Desde el fatídico 24 de diciembre de siete años atrás nos habíamos alejado irremediablemente. Ni él ni yo, y nadie en nuestra familia estaba dispuesta a aceptar 21
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Foto interior del Banco de la República, en el centro de Santa Marta, lugar en el que David Escobar De Lavalle escribió parte de Nadamos en el mismo mar.
esa realidad porque, era, en esencia, el mismo tipo de relación que tenía con cada uno de ellos. Aun así, todos nos esforzábamos por ser amables, pero la amabilidad no era suficiente para fortalecer las relaciones. Era, más bien, un recurso que estiraba, dilataba, pero que no reconstruía nuestro tejido familiar. El lanchero de Luz Dary tenía una gorra blanca que decía «República del guineo». A lo lejos se veía muy atractivo. Sus piernas eran de un grosor que llamaban la atención por su perfección, tenía un culo que levantaba la tela de su pantaloneta azul deportiva y una espalda que daban ganas de recorrerla a punta de besos y lengüetazos. Su cara, en cambio, me avisaba del riesgo de tomar esa lancha porque, siendo la hora que era, ya estaba evidentemente ebrio. «Un temerario», pensé. Y yo, un huevón arriesgado que se subiría sin importar que estuviera borracho. Luego pensé en que el lanchero, en mitad de camino, por la brisa habría hecho un movimiento involuntario y terminaríamos naufragando. Me encantaba la idea. Me daba la dosis de dramatismo que buscaba. Crucé la calle y un vendedor ambulante me ofreció caretas, bronceador, marihuana. Le dije que no, gracias. Odiaba la marihuana, me daba calor y me ponía a sudar. Caminé hasta la lancha y, entre más me acercaba, más sentía la intensidad del sol y el olor a salitre. Llegué a Luz Dary, que estaba pintada de blanco y rojo. Fui el último pasajero en subir. El lanchero estaba en medio de un performance: con un tono serio, esforzado para seguramente ocultar su embriaguez, daba instrucciones sobre cómo ponerse el chaleco y le pedía al resto de pasajeros que no metieran las manos en el agua porque las otras lanchas, al lado y lado de la nuestra, podrían moverse con las olas y machucarlos. La gente lo ignoraba. Todos eran turistas. Vestían con ropa que habían comprado en algún puesto de San Andresito: las mujeres calzaban sandalias tres puntadas o llevaban batas de colores estridentes con estampados de patrones felinos, algunas usaban viseras, las otras un tubito de plástico colgado en el cuello en el que guardaban la plata para protegerla del agua. Los hombres usaban camisetas con estampados de peces y pantalonetas largas, hasta debajo de la rodilla, y calzaban Crocs o sandalias con medias. «Qué calor», pensé al verlos. También, me pregunté por qué esa escena me inquietaba tanto, la había visto repetidas veces, ¿pero por qué me generaba ese morbo y ese deseo descalificarlos? No tenía una respuesta. Tampoco me interesaba tenerla, al menos en ese momento: intentaba concentrarme en el trabajo de campo, en cómo hacer más «caribe» el final de mi narración y, nuevamente, intentar encontrar un nombre decente, uno memorable, o al menos significativo. El motor de la lancha se encendió y el lanchero, con actitud de quien lidera con ímpetu un grupo de exploradores, nos dio los buenos día y comenzó a narrar algunas de las historias que típicamente se contaban en las lanchas: «Taganga, en lengua indígena, quiere decir ‘tierra de culebras’, pero no se preocupen, si no suben muy alto en el cerro, no les aparecerá ninguna». Continuó: «¿Si ven esa casa de allá, en toda la esquina de la montaña? Esa casa es de nuestro 22
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La Sierra Nevada de Santa Marta es un sistema montañoso de litoral reconocido que se eleva desde el nivel del mar hasta los picos nevados a 5.775 metros sobre el nivel del mar. Por esta razón, los habitantes de la ciudad tienen una relación especial con el mar, pero también con la montaña y los ríos que bajan desde la Sierra.
glorioso futbolista el ‘Pibe’ Valderrama, y la de allá, de uno de los mejores cantantes de Colombia: Carlos Vives». Falso. Pero no importaba, los turistas, todos del centro del país, estaban fascinados con el relato. Observé a mi alrededor y ya estábamos en medio del agua. La lancha iba dejando una estela de espuma blanca, y cuando pasaban otras lanchas a los lados, nos saludábamos con sus tripulantes, o con los pescadores que en ese momento estaban en plena faena en sus cayucos. Por primera vez esa mañana me sentí sereno y admiré el paisaje, el sonido de las olas chocando contra Luz Dary, la música que venía desde tierra firme y que cada vez se escuchaba más lejos, los pelícanos alcatraces volando y lanzándose al agua, El Morro de Santa Marta que se veía a la distancia, las personas cruzando el cerro para llegar hasta Playa Grande. Lo estaba disfrutando. No me importó que tenía los pies mojados por el agua hedionda que se acumulaba en el piso de la lancha. Salí del trance bucólico al ver una escena enternecedora. Dos chicos que parecían hermanos, tal vez uno tenía 20 años y el otro apenas diez, metían sus manos en el mar y el mayor sostenía de la cintura al menor, para que no se cayera al agua. Recordé de nuevo a mi hermano, esa vez vinieron a mí algunas imágenes de las tantas veces que hicimos el mismo recorrido y fue él quien me sujetó, quien me cuidó. Sacudí la cabeza y puse la mirada y la atención hacia otros tripulantes, los que estaban sentados en frente mío. Eran un señor y su hija pequeña. Me encantó ver cómo ella tenía todo su kit para entrar al mar: vestido de baño de una pieza y estampado con flores, flotadores en los brazos, protector solar en todo el cuerpo, trenzas de chaquiras en el pelo, careta con esnórquel colgada en el cuello. Fácil podía ser la modelo de una campaña publicitaria playera. Ella, de pie y asegurada por el brazo de su padre, miraba obnubilada el mar, al horizonte, a las aves que nos sobrevolaban, a los cerros, a las otras embarcaciones. Él la admiraba a ella, le daba besos en la cabeza, le decía que la quería. Ella, sonriente y complacida, le devolvía los besos, en el cachete, y continuaba con su contemplación. Intuí que era su primera vez en el mar, en una lancha, sintiéndose ínfima en medio de tanta agua. Los seguí observando hasta que la niña le lanzó una pregunta a su padre: ––¿Todos cabemos en el mar? Él, con dulzura, la miró y le contestó: ––Todas las personas que conozco y las que aún no conozco caben en él. Todos cabemos en el mar. Todos nadamos en el mismo mar. Ella sonrió, feliz, y se inclinó al borde de la lancha para luego meter las manos en el agua. Yo saqué de mi mochila el cuaderno de apuntes. Tomé nota. / / 23
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RESEÑA
Invisibles en Antioquía 1886-1936 Una arqueología de los discursos sobre la homosexualidad Walter Alonso Bustamante Tejada La Carreta Editores, Medellín. 166 páginas 2004
escribe: Julio Lossio
El trabajo recurre a cuatro discursos realizados desde el poder, para examinar la homosexualidad en la sociedad antioqueña de fines del siglo XIX y comienzos del XX: el religioso, el jurídico, el educativo y el médico. Estos discursos serían fuentes de control y de captura de los sujetos. Discursos que, si no encierran, sí excluyen e invisibilizan a quien tiene una conducta que no está de acuerdo con lo establecido. La pertinencia de este estudio histórico es que explicita los prejuicios que permanecen en la actualidad. Como señala el autor, «Tal estrategia discursiva hace que muchas construcciones anteriores acerca de la homosexualidad se mantengan vigentes aún en el siglo XXI y lleven a que el homosexual permanezca oculto y aparezca solamente por la acción y la mirada que tienen sobre él los mismos poderes y sus discursos. En consecuencia, el homosexual se ve como pecador, delincuente, enfermo o transgresor de los órdenes establecidos.» La investigación se inicia con un proceso llevado a cabo en 1886 contra el señor José Antonio Naranjo, de 45 años, doctor en medicina, divorciado que vive solo, a quien se acusa de estupro, prostitución, fuerza y violencia, corrupción de jóvenes, y pederastia. El discurso del fiscal se mezcla con el discurso religioso. Pero al tipificar el delito se encuentran con que el único delito del que se le podría acusar es el de estupro, sin embargo, al ser los jóvenes mayores de 14 años tampoco esta definición se le puede aplicar según el Código Penal de la época. Los siguientes casos estudiados, de 1890, 1907 y 1914, son similares: personas que son llevadas a juicio por actos considerados escandalosos pero que no encuentran tipificación en la ley (también por la falta de claridad en las leyes) o para las que no se obtienen pruebas definitivas. En 1837 se promulga en Colombia el Primer Código Penal, que tiene como base el Código Penal francés de 18101. Dice el autor: «A diferencia de las codificaciones españolas del pasado, este código no se refiere a la sodomía o a las uniones sexuales entre personas del mismo sexo, la rendija que permite que aparezca esta problemática es el Capítulo II, donde se habla “de los alcahuetes y de los que corrompen jóvenes”.» p. 86
Como nos cuenta el libro de otro colombiano, Raros: Historia cultural de la homosexualidad en Medellín. 1890-1980 por Guillermo Antonio Correa Montoya, la Ilustración y la Revolución Francesa tuvieron un efecto positivo en la interpretación y el tratamiento de la homosexualidad en Europa. El iniciador de esta corriente favorable habría sido Cesare Beccaria que publica en 1764 su tratado Dei deletti e delle pene, en el que discute la dificultad de penalizar conductas sexuales consideradas delito por lo inofensivo de las mismas. Voltaire, tomando las ideas de Beccaria, sería también un crítico del código de derecho penal por sus crueles castigos. Las ideas de Beccaria y Voltaire influyeron en Francia, donde la Asamblea Constituyente Revolucionaria despenalizó la sodomía en 1791, y en 1810 el Código napoleónico, impuesto después a toda la Europa imperial, eliminó las penas para la práctica homosexual. 1
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Pero, además, entre 1837 y 1947, en los códigos penales colombianos aparece el título «Delitos contra la moral pública, la moralidad y las buenas costumbres» que dependía de la interpretación del funcionario (y qué tan marcada estaba su moral por los preceptos religiosos) para la aplicación de la misma. El Código de Policía de 1927 acepta las relaciones homosexuales siempre y cuando no sean motivo de escándalo. Pero en 1936 el Código Penal habla explícitamente de castigo hacia los «homosexuales» introduciendo un término médico. Ahora a este nuevo individuo, el homosexual, también hay que entenderlo científicamente, estudiarlo y curarlo. ¿La sodomía es un delito o un pecado? Se pregunta el autor. En el siglo XIX las leyes eran consideradas todavía una extensión de los preceptos religiosos que consideraban pecado todo lo antinatural (en el sentido de todo lo que no es mandado por Dios que le dio Santo Tomás y la escolástica). No bastaba que la religión tuviera una fuerte influencia en la sociedad mediante la confesión y la prédica constante desde el púlpito, era necesario establecerla en las leyes y también en la escuela. «La educación», dice Bustamante, «tiene como tarea fortalecer las identidades que vienen indicadas desde el hogar, pero al reafirmarlas —lo que de alguna manera implica uniformar— crea el miedo y el rechazo a la diferencia. Educar no es una labor imparcial ni se hace con un interés filantrópico únicamente, la educación es un campo para el ejercicio del poder.» (p. 100) En los planes de estudio del XIX ya la escolástica deja de ser considerada hegemónica. Dice el autor: «Con la Independencia, la educación adquiere la exigencia adicional de formar ciudadanos para la nación. En el proceso de construcción de la República y como parte de él, comienzan a presentarse disputas por el control y la orientación de la educación, en las cuales participan la Iglesia Católica —aliada con los conservadores— y los liberales, quienes defienden la educación laica y a cargo del Estado.» p. 101 La independencia colombiana fue un proceso que duró de 1810 a 1819. En 1826 se propone una reforma educativa que aboga por un contenido científico más moderno a la vez que se propone establecer la enseñanza del francés y del inglés en lugar del latín y utilizar manuales que hasta el momento eran condenados por la Iglesia Católica, como la de Jeremías Bentham para la jurisprudencia. La iglesia, por supuesto, se oponía a estas medidas. Entre 1848 y 1849 se crean los dos grandes partidos que liderarán la vida política colombiana por más de 100 años. El partido conservador y el partido liberal. Durante el gobierno del liberal José Hilario López (1849-1853) se crean las escuelas libres, o escuelas privadas, fuera del control de la iglesia. En 1863, después de una guerra civil entre liberales y conservadores se establecerán una serie de gobiernos liberales que, en su conjunto, perdurarán por más de 20 años. A este periodo se le conoce como de Radicalismo Liberal. Ese año de 1863 se aprueba una nueva Constitución (la séptima desde 1821) en donde se implementa un sistema Federal (los Estados Unidos Colombianos), se expropia tierras a la iglesia, se retira el monopolio del Estado en tabaco y aguardiente y se eliminan los diezmos, quintos e impuestos aduaneros. Esta Constitución rige hasta 1886 cuando es reemplazada por una de corte conservador que elimina muchos de los avances liberales. Ya en 1876 la confrontación entre el Estado y la Iglesia Católica llevaría a otra guerra civil en la cual un factor importante de disputa es la orientación que debe tener la educación, disputa a la que se denomina Guerra de los Colegios, después de la cual grupos de profesores católicos fundan sus propios establecimientos educativos. En 1888, ya con la Constitución conservadora, se expide el decreto que declara obligatoria la educación religiosa católica en todas las instituciones de Colombia. Dice Bustamante: «Al finalizar el siglo XIX, el país tiene asentadas en su territorio un buen número de comunidades religiosas dedicadas a la educación: los Hermanos Cristianos, los padres Dominicos, los hermanos Maristas y los padres Salesianos, quienes llegan a principios del siglo XX; entre las comunidades femeninas están las Hermanas de la Presentación, las Bethlemitas, las Franciscanas y las hermanas de la Caridad de San Vicente. De ahí que las tres primeras décadas del siglo XX estén marcadas por una fuerte formación religiosa, mientras la educación naturalista y liberal se mantiene al margen hasta aproximadamente los años veinte, cuando se inicia una nueva transformación.» pp. 104-105. En el siglo XIX no hay una educación sexual en las escuelas, pero sí hay guías y manuales de comportamiento. Es en este contexto donde se inmortaliza el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para uso de la juventud de ambos sexos del venezolano Manuel Antonio Carreño (1812-1874) conocido como el Manual de Carreño.
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«Al principio de su manual,» dice Bustamante, «Carreño anota que, si bien el texto se dirige en primer lugar a enseñar etiqueta, también se dedica a las bases que esta tiene, es decir, a la moral y la religión. La urbanidad y las buenas costumbres buscan conservar un orden dado por Dios.» p. 112 Todos estos manuales definen cómo debe ser un hombre y cómo una mujer. «El hombre supera a la mujer en [...] inteligencia especulativa y fuerza lógica, en aptitud para las grandes industrias, en ambición, en constancia [...]. La mujer supera al hombre en [...] la habilidad para las artes e industrias manuales delicadas, en prudencia y amor» dice Luis y Martín Restrepo Mejía en su Elementos de pedagogía (1905). «Las pasiones son instintos, inclinaciones, aspectos desordenados del hombre. [...] El hombre ha de tener dominio sobre sí mismo [...] Hombre sin carácter es débil barquilla que cualquier brisa puede llevar al peligro, a la destrucción» dice el Manual de instrucción moral y cívica para las escuelas colombianas (1907) de Francisco José Urrutia. Se crea entonces un patrón fuera del cual solo están los desorientados o anormales. «El anormal es creado por la educación y por los modelos de género, y se asocia con el afeminado porque se identifican sexo y género, vida privada y apariencia física. Para ser hombre o ser mujer, junto a la expresión del cuerpo también cuentan las pautas que determinan la manera de vestir.» p. 119 Además de la educación, la medicina surge también como un elemento de control que sufre la inercia del pensamiento religioso. «El saber médico vigila que el uso del cuerpo esté de acuerdo con su constitución, que todos los orificios sean bien utilizados y no se atente contra su uso adecuado.» p. 126 Y la medicina, para cerrar el círculo del control, se relaciona con las leyes de forma intrincada. En 1857 había aparecido el libro del francés Ambroise Tardieu Estudio médico legal sobre los atentados contra las costumbres, obra calificada actualmente como un monumento a la homofobia pero que en su tiempo se convierte rápidamente en un célebre manual médico, de lectura obligatoria en las escuelas de medicina legal en Europa y, al poco tiempo, en Latinoamérica. Dice Correa Montoya en su libro Raros p. 104: «Ambroise Tardieu (1818-1879) se convertiría en el principal exponente de la escuela fisiológica, con su obra Étude médico-legal sur les attentants aux moeurs, publicada en París en 1857. En este trabajo, convertido en clásico para la segunda mitad del siglo XIX, Tardieu establecía una serie de técnicas para identificar pederastas y encontrar sus señales; entre ellas, las más notables eran el ano infundibular o en forma de embudo, las nalgas enormes de los pederastas pasivos, el pene deformado de los activos, la incapacidad de orinar en línea recta, entre otras.» Así los médicos se convirtieron en peritos para dirimir causas legales que no contaban con pruebas suficientes, sometiendo a los acusados a vergonzosos y a veces dolorosos exámenes y exponiendo sus avances y resultados en público. Pero los peritos encontraban muchas veces dificultades para aplicar su teoría fisiológica. En el caso de 1886 contra José Antonio Naranjo, presentado al inicio, este es evaluado por dos peritos diferentes sin encontrar evidencias físicas que concluyan que es pederasta. Sin embargo, los médicos se niegan a dar un diagnóstico absolutorio y deciden abstenerse. Con el tiempo, al haber convertido el pecado y el delito en una enfermedad, empezaría a intentarse su cura. Bustamante reproduce un párrafo de Etno-historia de la homosexualidad en América Latina de Luiz Mott: «[...] médicos y científicos trabajaron por sacar los invertidos sexuales de las delegaciones y prisiones, para intentar su cura en sus dispensarios y clínicas, en calidad de perros guardianes de la moral oficial, estos doctores, en el afán de regenerar tales desvíos, adoptaron a veces modernas formas de violencia, torturando los indefensos mariquitas con terapias dolorosísimas que llegaron a incluir choques eléctricos, dosis caballares de hormonas y peligrosos productos químicos hasta el transplante de testículos de chimpancés.» (En Historia y sociedad, Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, número 4, 1997. Citado por Bustamante p. 143) Todo ello ha configurado y explicado la invisibilidad. Pero los controles no alcanzan, el homosexual pervive en la sociedad ante las miradas que lo censuran y que desean que se extinga. Bustamante reproduce un texto aparecido en un periódico de Medellín en 1929, «Medellín, tierra de dañados» firmado por Doctor Barrabás: «Por la ciudad deambulan un escuadrón de Auroras, Josefinas, Primorosas, Angélicas y Rositas galantes y piropeadores, tan entregados a su deporte, que le van diciendo lindo a todo tipo que encuentran, así sean algunos de ellos más feos que una mula riéndose. Maricas en los hoteles, maricas en las cantinas, en los cafés, en la calle, en los caminos, en los tranvías, maricas en todas partes». p. 122 Enorme trabajo este de Walter Bustamante. / /
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Recursos en internet para conocer más de la literatura marica colombiana escribe: Crónicas de la Diversidad
●● Balderston, Daniel (2006). Baladas de la loca alegría: literatura queer en Colombia. En Otros cuerpos, otras sexualidades, ed. José Fernando Serrano Amaya, 16-33. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. http://d-scholarship.pitt.edu/5742/1/2006_Otros_cuerpos.pdf ●● Balderston, Daniel (2004). El deseo, enorme cicatriz luminosa: ensayos sobre homosexualidades latinoamericanas. Rosario: Beatriz Viterbo. http://d-scholarship.pitt.edu/18630/1/El_deseo.pdf ●● Jácome Liévano, Margarita (2009). Reseña de «Francisco Villena Garrido Las máscaras del muerto: autoficción y topografías narrativas en la obra de Fernando Vallejo». Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2009. 183 p. https://colombianistas.org/wp-content/themes/pleasant/REC/REC%2039/Rese%C3%B1as/15. REC_39_MargaritaJacomeL.pdf ●● Martínez Gutiérrez, Juan Tomás (2010). «Cultura letrada y archivos de la memoria en La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo e Insensatez de Horacio Castellanos Moya». CiberLetras: revista de crítica literaria y de cultura, ISSN-e 1523-1720, Nº. 23, 2010. https://www.lehman.edu/faculty/guinazu/ciberletras/v23/martinezgutierrez.html ●● Melo Barbosa, Olga Patricia (2020). «Narrativas queer en la Colombia del siglo XXI en las obras Un mundo huérfano de Giuseppe Caputo y La lesbiana, el oso y el ponqué de Andrea Salgado». Trabajo de grado presentado para obtener el título de Profesional en Estudios Literarios Universidad Autónoma de Bucaramanga. https://repository.unab.edu.co/bitstream/handle/20.500.12749/13757/2020_Tesis_Olga_Melo_ Barbosa.pdf ●● Musitano, Julia (2012). «Lo propio y lo ajeno de una vida. Una lectura decadente de Barba Jacob el mensajero de Fernando Vallejo». Estudios de Literatura Colombiana, N.° 31, julio-diciembre, 2012, ISSN 01234412, pp. 173-195. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4204385.pdf ●● Villena Garrido, Francisco (2005). «La sinceridad puede ser demoledora». Conversaciones con Fernando Vallejo. CiberLetras: revista de crítica literaria y de cultura, ISSN-e 1523-1720, Nº. 13, 2005. https://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v13/villenagarrido.htm
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Literatura marica Colaboración de Ana Lucía Pérez Escobar
1930 José María Vargas, La conquista de Bizancio. Ramón Sopena, 1930. 1932 Bernardo Arias Trujillo, Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual. Lucio Michäelis, 2012 [1932]. 1969 Ana María Reyes, Entre el cielo y el infierno. Historias de gays y lesbianas. Aguilar, 2003 [1969]. 1974 Félix Ángel, Te quiero mucho, poquito, nada. Creset, 1974. 1982 Albalucía Ángel, Misiá Señora. Argos Vergara, 1982. 1987 Fernando Vallejo, El fuego secreto. Editorial Planeta, 1987. 1987 Gustavo Álvarez Gardeazábal, El divino. Plaza & Janés Editores, 1987. 1992 Fernando Molano, Un beso de Dick. Cámara de Comercio de Medellín, 1992. 1992 Jaime Manrique Ardila, Luna latina en Manhattan. St. Martin’s Griffin, 1992. 1994 Fernando Vallejo, La virgen de los sicarios. Alfaguara, 1994. 1997 Fernando Molano, Todas mis cosas en tus bolsillos, 1997. 1997 Jaime Manrique Ardila, Twilight at the Ecuator. Faber & Faber, 1997. 1999 Jaime Manrique Ardila, Eminent Maricones: Arenas, Lorca, Puig, and Me. University of Wisconsin Press, 1999. 2001 César Alzate Vargas, La ciudad de todos los adioses. Editorial Universidad de Antioquia, 2001. 2001 Fernando Vallejo, El Desbarrancadero. Alfaguara, 2001. 2001 Rubén Vélez, Veinticinco centímetros (novela pornometafísica). Proyecto Editorial, 2001. 2002 Efraim Medina Reyes, Técnicas de masturbación entre Batman y Robin. Editorial Seix Barral, 2002. 2002 Ramón Illán Bacca, Disfrázate como quieras. Seix Barral, 2002. 2003 Alonso Sánchez Baute, Al diablo la maldita primavera. Alfaguara, 2003. 2004 Walter Alonso Bustamante, Invisibles en Antioquía. 1886-1936. Una arqueología de los discursos sobre la homosexualidad. La Carreta Editores, 2004. 2006 Jorge Franco, Melodrama. Editorial Planeta, 2006. 2007 César Alzate Vargas, Mártires del deseo. Alcaldía de Medellín, Fondo Editorial Ateneo Porfirio Barba Jacob y El Transeúnte Editor, 2007. 2008 Walter Alonso Bustamante, Homofobia y agresiones verbales. La sanción por transgredir la masculinidad hegemónica. Colombia (1936-1980). Walter Alonso Bustamante Tejada, 2008.
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colombiana 2009 César Alzate Vargas, Medellinenses. Alcaldía de Medellín y Fondo Editorial Ateneo Porfirio Barba Jacob, 2009. 2009 John Better, Locas de felicidad. La Iguana Ciega, 2009. 2010 Gonzalo García Valdivieso, Los putos castos: Memorias inconfesables de un doble discurso. Codice Producciones Limitada, 2010. 2012 Fernando Molano, Vista desde una acera. Seix Barral, 2012. 2013 Andrés Arias, Tú, que deliras. Editorial Laguna, 2013. 2014 César Alzate Vargas, La familia perfecta, Planeta, 2014. 2014 Manuel Valdivieso, Los hombres no van juntos a cine. CAMM Editores, 2014. 2015 Alfonso Carvajal, Ruega por nosotros. Penguin Random House, 2015. 2015 Elkin Andrés Naranjo Yarce y Walter Alonso Bustamante Tejada, Homosexuales y travestis. Memorias de Guayaquil. Universidad de Medellín, 2015. 2015 José María Vargas, La cosecha del sembrador (En los jardines de Lesbos). Panamericana Editorial, 2015. 2016 Giuseppe Caputo, Un mundo huérfano. Random House, 2016. 2016 Gonzalo Mallarino, Canción de dos mujeres. Alfaguara, 2016. 2016 John Better, A la cas(z)a del chico espantapájaros. Emecé, 2016. 2016 Sindy Infante, Elefantes en el cuarto. Cohete Cómics, 2016. 2017 Andrea Salgado, La lesbiana, el oso y el ponqué. Ediciones B, 2017. 2017 Armando Silva, La mierda y el amor. Taller de Edición Rocca, 2017. 2017 Germán Valencia Ospina, Transgénero. De lo irracional a lo racional. Editorial Zapata-Manizales, 2017. 2017 Guillermo Antonio Correa Montoya, Historia cultural de la homosexualidad en Medellín. 1890-1980. Universidad de Antioquía, 2017. 2018 Ana Lucía Pérez, Una fiesta y un secreto. Fallidos Editores, 2018. 2018 Camila Chaín. El amor es de todos los colores. Elige ser feliz. Penguin Random House, 2018. 2018 David D’Grannda. Margoth. Un amor en Bogotá. Editorial Universidad de Nariño, 2018. 2018 Jaime Manrique Ardila, Como esta tarde para siempre, Seix Barral, 2018. 2020 Ana Lucía Pérez, «Esta es una historia de amores» en Las imperfectas formas del amor. ITA Editorial, 2020. 2020 Juliana Ramírez, Sinopsis de ella(s). We & Me Lab, 2020. 2021 Ana Lucía Pérez, «Pura rabia de deseo» en Noveles Vol. 1. Libros lésbicos, 2021.
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Premios GIO 2021
Por segundo año consecutivo la plataforma Crónicas de la Diversidad entregará los Premios GIO a las películas con temática o personajes LTGB+ exhibidas en el Festival de Cine de Lima (FCL). Crónicas de la Diversidad fue fundada en abril del año 2014 y cuenta actualmente con un canal de entrevistas y reportajes en video, una revista digital mensual y un podcast. Su misión es promover autorxs y artistas que hablen de la diversidad sexual y de género en el Perú y en América Latina. Los Premios GIO fueron entregados por primera vez el año pasado fuera del marco del FCL como una iniciativa en homenaje al activista Gio Infante, fallecido en enero del 2020. Este año Crónicas de la Diversidad fue invitada a entregar el premio a Mejor Película con contenido LTGB+ dentro del marco del Festival. El objetivo del premio es visibilizar y empoderar a las películas que presenten las vidas y experiencias LTGB+ desde propuestas audiovisuales que exploren y cuestionen las diversas problemáticas que las atraviesan. Creemos que las artes cinematográficas contribuyen a importantes transformaciones sociales y se convierten en herramientas para mejorar la vida de poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, históricamente discriminadas y excluidas del bienestar social. Los Premios GIO se entregan a la mejor película, mejor dirección, mejor guion y mejor actuación. El jurado para este año está conformado por las siguientes personalidades:
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CLARISA NAVAS
fotos: difusión
(CORRIENTES, ARGENTINA)
Licenciada en Artes Audiovisuales. Su segunda película Las mil y una fue estrenada en la 70 Berlinale. En el 2020 ganó el premio GIO a la Mejor Película LTGB+ exhibida en el 24 FCL. Su ópera prima Hoy partido a las 3 ha recibido numerosas distinciones en festivales de todo el mundo. Este año será la presidenta del jurado.
ROBERTO FIESCO (TAMAULIPAS, MÉXICO)
Ha producido numerosas películas como: Mil nubes de paz cercan el cielo, Amor, jamás acabarás de ser amor, El cielo dividido y Rabioso sol, rabioso cielo, dirigidas por Julián Hernández, estrenadas en la Berlinale y dos de ellas ganadoras del Teddy Award. Con su ópera prima documental, Quebranto, ha ganado 15 premios nacionales e internacionales, y con su cortometraje Trémulo ganó 22 premios.
NATALIA IMERY (CALI, COLOMBIA)
Estudió Comunicación Social y un Diplomado en Documental de creación en la Universidad del Valle. Alén, su primer cortometraje, ganó premios en diversos festivales. Con Dopamina, su primer largometraje documental, ganó el premio GIO a Mejor Dirección de Película LTGB+ exhibida en el 24 FCL.
ÉRIKA MONSALVE OCHOA (MEDELLÍN, COLOMBIA)
Graduada de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Artivista drag king y gestora cultural de Biblioteca Diversa desde su creación en 2015. Miembro del Comité Editorial de Crónicas de la Diversidad. Actualmente vinculada al sector público en la Biblioteca Departamental Carlos Castro Saavedra.
BRUNO MONTENEGRO (AREQUIPA, PERÚ)
Activista trans masculino. Estudió Comunicación en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa y ha participado en varios laboratorios sobre producción audiovisual y en otras producciones audiovisuales como montajista. Su ópera prima Casarnos obtuvo el Primer Premio como Mejor Corto Nacional en el Festival de Cine Outfest Perú 2020. / /
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Premios GIO 2021
Películas nominadas MADALENA Dir.: Madiano Marcheti. Brasil, 2021. 85 min Género: Drama Idioma original: Portugués Guion: Madiano Marcheti, Thiago Gallego, Thiago Ortman, Tiago Coelho Fotografía: Guilherme Tostes, Tiago Rios Intérpretes: Natália Mazarim, Rafael de Bona, Pamella Yule, Chloe Milan, Mariane Cáceres, Nádja Mitidiero, Joana Castro, Edilton Ramos, María Leite, Antonio Salvador, Lucas Miralles SECCIÓN: Competencia Ficción SINOPSIS : Luziane, Cristiano y Bianca no tienen casi nada en común, además de que todos viven en la misma ciudad rural rodeada de campos de soya en el oeste de Brasil. Aunque no se conocen, cada uno de ellos está afectado por la desaparición de Madalena. En diferentes puntos del pueblo, cada uno a su manera, reaccionan ante su ausencia.
LAS MEJORES FAMILIAS Dir.: Javier Fuentes-León. Perú/Colombia, 2020. 99 min Género: Comedia Idioma original: Español Guion: Javier Fuentes-León Fotografía: Mauricio Vidal Intérpretes: Tatiana Astengo, Gabriela Velázquez, Gracia Olayo, Grapa Paola, Sonia Seminario, Jely Reátegui, César Ritter. SECCIÓN: Competencia Ficción SINOPSIS: Luzmila y Peta son dos hermanas que trabajan como empleadas domésticas para Alicia y Carmen, dos damas aristocráticas del Perú. Casi se les considera parte de la familia o, al menos, eso es lo que parece... Pero un día, cuando la ciudad se ve invadida por violentas protestas, una celebración de cumpleaños reúne a todos los miembros de ambas familias. Un secreto de larga data que involucra a ambos hogares se revela repentinamente, haciendo estallar la burbuja de su perfecto mundo aristocrático para siempre.
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AUTOERÓTICA Dir.: Andrea Hoyos. Perú, 2021. 92 min Género: Drama Idioma original: Español Guion: Andrea Hoyos Fotografía: Micaela Cajahuaringa Intérpretes: Rafaella Mey, Micaela Céspedes, Wendy Vásquez, María del Carmen Gutiérrez, Beto Benites, Renato Rueda, César Ritter SECCIÓN: Competencia Ficción SINOPSIS : Bruna es una adolescente que está explorando su sexualidad. Mediante un programa de citas por internet, empieza una relación que sobrepasará su espíritu adolescente y le hará confrontarla libertad de su cuerpo; ayudándola a reconectarse con su verdadera identidad.
LIMIAR Dir.: Coraci Ruiz. Brasil, 2020. 77 min Idioma original: Portugués Guion: Coraci Ruiz, Luiza Fagá Fotografía: Coraci Ruiz Participantes: Noah Silvera Ruiz, Lena Bartman Marko, Coraci Ruiz SECCIÓN: Competencia Documental SINOPSIS : Limiar («Umbral») es un documental autobiográfico realizado por una madre que sigue la transición de género de su hijo, captando las diversas fases por las que pasa en una profunda búsqueda de su identidad.
LAS FLORES DE LA NOCHE Dir.: Eduardo Esquivel y Omar Robles. México, 2020. 85 min Idioma original: Español Guion: Eduardo Esquivel, Omar Robles Fotografía: Fredy Padilla Participantes: Uriel Ramos, Violeta Nicole, Dulce Gardenia, Alexa Moreno SECCIÓN: Competencia Documental SINOPSIS: En un pequeño pueblo a orillas del lago más grande de México viven «Las Flores de la Noche», la disidencia sexual de la comunidad. Uriel, uno del grupo, abandonó su identidad femenina tras unirse a una agrupación religiosa que utiliza terapias de conversión. La fuerte amistad entre ellas ha sellado un sentido de pertenencia que las une de manera especial; en su hermandad florece el manifiesto de identidad y orgullo con el que viven su juventud y proclaman su libertad. / /
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Ganadorxs del Premio GIO 2020 Cada año, cuando el Festival de Cine de Lima publicaba la lista de películas que pasarían en sus diferentes secciones, el recordado activista Gio Infante revisaba las sinopsis y los trailers para descubrir cuáles eran LGTB+, luego las publicaba en su Facebook para avisarnos y para preguntarnos si habíamos descubierto alguna más. El año pasado entregamos por primera vez los premios creados en su honor para recordarlo. Estxs fueron lxs ganadorxs y el texto de justificación elaborado por los jueces: fotos: difusión
MEJOR INTERPRETACIÓN: SOFÍA PALOMINO, POR EMILIA «Por la construcción de un personaje en situación de búsqueda, por dar vida y alma a una joven mujer que tras la ruptura con su novia retorna al pueblo de un pasado no mejor que el presente. Desde cada ligera mirada y palabra en voz baja, hasta cada exigencia corporal, la actuación de la protagonista, siempre presente, juega en favor de la representación de un estado de desorientación liminal, una afirmación del deseo y la exploración hacia una anhelada paz personal. El Premio Gio a la Mejor Interpretación es para Sofía Palomino, por la película Emilia, de César Sodero, de Argentina.»
MEJOR GUION: CLARISA NAVAS, POR LAS MIL Y UNA «El guion integra de manera muy orgánica temas como el descubrimiento de la identidad sexual, el deseo en plena ebullición de la adolescencia, la estigmatización que rodea a las enfermedades de transmisión sexual, los rumores y prejuicios que señalan a todos aquellos que no entran en los moldes tradicionales. Además, los diálogos desprenden una gran naturalidad y espontaneidad para mostrar los lazos de complicidad en un grupo de personajes que viven y exploran su sexualidad en los márgenes de la sociedad.»
MEJOR DIRECCIÓN: NATALIA IMERY, POR EL DOCUMENTAL DOPAMINA «Por un control de la colocación de la cámara y la puesta en escena para hablar desde la honestidad acerca de su relación con sus padres, sus posturas políticas y sus relaciones personales. Por ser protagonista y directora a la vez, estableciendo con mucha delicadeza los espacios y las actividades que realiza con cada uno de los personajes. Por tentablar un ensayo autoreferencial con voz en off sobre material de archivo, pero a la vez agregarle animaciones y diálogos importantes que generan coherencia e integridad en el relato.»
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MEJOR PELÍCULA: LAS MIL Y UNA DE CLARISA NAVAS (POR UNANIMIDAD) «Por ser una película que nos muestra la vida queer en un sentido real contextualizado en un barrio marginal sudamericano. Un coming on age contemporáneo que marcará la tendencia generacional de cuestionar el sistema binario teniendo un abanico de personajes secundarios que exploran su sexualidad. Por ser un film que no se centra en lo romántico de una relación lésbica, sino se preocupa en las sensaciones y en la relación como tal, que trata de redescubrir formas y de deconstruir, desde lo personal, estereotipos heteronormativos. Una película que mantiene la naturalidad lo máximo posible trasladándola en sus locaciones que son los monoblocks donde la directora creció, que son una especie de laberinto de espacios donde encontramos nostalgia, deseos, amor así como abuso y violencia. Una película que en lo técnico sobresale también, jugando con una composición intimista y asfixiante al aproximar los cuerpos hacia la cámara y llenarla de estos por completo.»
Victor Idrogo / puntoedu.pucp.edu.pe
PERSONA DE CINE DEL AÑO: MARCO MUHLETALER El Consejo Directivo de Crónicas de la Diversidad entregó también el premio a la Persona de Cine del Año «A Marco Muhletaler, por los cambios implementados en el Festival de Cine de Lima desde que se encargó de la Dirección en el 2018, que le han dado más visibilidad a las películas LGTB+, creando la sección «Orgullo y prejuicio: historias de diversidad y violencia de género», el Conversatorio «Orgullo y prejuicio» y anunciando la creación de un premio a estas películas.»
youtube
En la ceremonia de entrega de premios llevada a cabo el 29 de agosto de 2020 estuvieron presentes Velia Yufra, de Innóvate Perú; Gianna Camacho García, Ángela Luna, Gia Lujuria, Karen Luy de Aliaga, Vero Ferrari, Juan Carlos Ugarelli, Terina Flores, Héctor Turco, Luis Velez, César Sodero, director de Emilia; Sofía Palomino, actriz en Emilia; Clarisa Navas, directora de Las mil y una; Natalia Imery, directora de Dopamina, Jorge Alberto Chávez Reyes y Marco Muhletaler, Director del Festival de Cine de Lima. / /
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Lo que no se dice Reseña de Las mejores familias (2020), una película de Javier Fuentes-León
escribe: Sophia Gómez Cardeña
¿Qué es lo que conforma una familia? ¿Los lazos de madre de Peta y Luzmila también trabajó en la misma sangre? ¿La posibilidad de guardar secretos y saber casa que sus hijas, pero atendiendo a la generación cuándo revelarlos? anterior. El cumpleaños de Alicia y la llegada de su hijo, celebraciones que no deberían traer mayores sorpreLas mejores familias (2020), tercer largometraje de sas, ocasionan lo inesperado: un secreto familiar, cuiJavier Fuentes-León, es una comedia que aborda la dadosamente guardado por décadas, está a punto de vida e intimidades de dos familias adineradas, en una revelarse. Y Luzmila ve, en este hecho fortuito, una sociedad clasista, racista y homofóbica. Ambientada oportunidad para recuperar parte de su pasado. en el contexto social de Lima contemporánea (aunque podría representar perfectamente otras latitudes de La propuesta de Fuentes-León permite hacer esta Lationamérica), la historia gira en torno a la revelación doble lectura, ya que su película busca representar una de un secreto, en el contexto de un almuerzo familiar. dualidad de opuestos (aristocracia limeña vs. clase traAlicia (Grapa Paola) celebra su cumpleaños con un gran bajadora), que no lo son tanto. Esta distancia se acoralmuerzo, al que invita también a la aristocrática fami- ta por los vínculos que ambos grupos crean entre sí, lia de al lado, encabezada por su gran amiga Carmen siendo imposible de negar ciertas materialidades que (Gracia Olayo). La cereza del pastel en esta celebración sí permanecen: el racismo y la imposición de mandatos es el hijo de Alicia, quien llega de viaje desde España. para los que están en una situación de menor poder. La alegría de la familia no solo recae en la visita del hijo Pero, ¿quiénes son estos grupos en la película? Es intequerido, sino en la novedad que trae consigo: viene resante la manera en la que Fuentes-León aborda esta acompañado de su novia española, cuando durante arista: Las mejores familias, en el fondo, problematiza toda su vida se había reconocido como gay. la idea de quién es el «otro», el subordinado al poder, el que es motivo de burla, desprecio o censura. Y este Pero también podríamos plantear la trama desde otro pueden ser tanto las trabajadoras del hogar, los otro ángulo. Hagamos ese ejercicio. Las mejores fami- hombres gays de la familia, la novia extranjera, la hija lias es la historia de Peta (Gabriela Velázquez) y Luzmila feminista, la abuela que fuma marihuana o los mani(Tatiana Astengo), dos hermanas trabajadoras del ho- festantes de una marcha. Es decir, ese «otro» puede gar que atraviesan la ciudad cada fin de semana hasta estar al centro de la propia familia. llegar a San Isidro, lugar donde se ubican las dos casas vecinas en las que trabajan. Ellas han acompañado a Ante esta complejidad, es importante remarcar un las familias de Alicia y Carmen, las amigas que prácti- aspecto: la historia se narra en clave de comedia. Este camente han crecido juntas, durante muchos años: la es uno de los retos más grandes del film y también
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uno de los aciertos más importantes. Son pocas las películas en nuestro país que buscan tocar temas como el clasismo y racismo desde la comedia, con el objetivo de propiciar una reflexión y no aleccionar al espectador desde un estandarte moral. Y Las mejores familias apuesta por eso. A través de una propuesta que coquetea con el formato de telenovela, que juega con situaciones absurdas y que crea personajes que se desmarcan de estereotipos (el trabajo de la primera actriz Sonia Seminario, como la madre de Carmen, es un gran ejemplo), el film utiliza el humor como un recurso que, probablemente, propiciará que les espectadores se pregunten sobre las desigualdades sociales en las que han crecido y que replican.
Un último aspecto para resaltar es el rol de las mujeres en la historia. Las mejores familias es, sin duda, una película retadora en su realización por el alto número de personajes. Pero, dentro de esta amplitud de roles, hay una propuesta clara: colocar a las mujeres y, en menor medida, a la diversidad sexual como foco de la trama, como disparadoras de la acción. Una vuelta de tuerca más interesante aun: tanto los dúos de mujeres (Alicia - Carmen, Peta - Luzmila, madre de Carmen - madre de Luzmila, Merche - Luzmila) como los personajes de la diversidad sexual (la pareja homosexual y el hijo de Alicia) presentan contradicciones, incipientes matices, que suavizan el estilo caricaturesco propio de la telenovela.
Otra dualidad interesante es la de la casa, que representa, en el fondo, la idea de hogar. Existe la casa de Luzmila y Peta, habitada solo por mujeres y ubicada en una zona de clase media baja en Lima Metropolitana. Están también las casas de Alicia y Carmen, conformadas por amplios jardines, muchas habitaciones y distintas salas de estar, lo que favorece una soledad de sus integrantes. Pero también está la casita de juegos: un espacio intermedio entre las dos casas aristocráticas, a través del cual se comunican, en un sentido literal y metafórico, ambas familias. Es esta casita la que concentra las claves del secreto: una zona liberada de los convencionalismos e impregnada del pasado. Será también esta casita en la que las familias enfrentarán la batalla que les toca enfrentar a partir del levantamiento del secreto.
Además, es elocuente que el humor repose, sobre todo, en los personajes femeninos mayores (Alicia, Carmen y su madre) y subalternos (Luzmila y Peta). Los personajes de la diversidad sexual aportan otro matiz: abogan por la aceptación de la homosexualidad por parte de sus familias, pero cuestionan la bisexualidad del hijo recién llegado, lo que devela las tensiones que hay dentro de la propia comunidad para reconocer y validar las orientaciones sexuales de algunos de sus integrantes. Finalmente, al término de la película, emerge otro matiz. Después del desenlace, el título «Las mejores familias» adquiere un nuevo significado: son aquellos grupos que, una vez atravesados los secretos y terminadas las batallas, continúan compartiendo juntos la misma mesa. / /
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Surgir madre. Surgir hijo Reseña de Limiar (2020), documental de Coraci Ruiz
escribe: Sophia Gómez Cardeña
El agua. Una cámara. Tres generaciones de una misma familia. Un proceso de transición que tiene un protagonista, Noah. Una familia que, de alguna manera, también transita. Limiar (Umbral, en español) es un documental autobiográfico de corte intimista que aborda a profundidad una relación: la de Coraci Ruiz (directora) con su hijo Noah, un adolescente trans no binario. A través de material de archivo fotográfico, de entrevistas a Noah en diferentes momentos de la adolescencia y del diálogo que sostiene la directora con ella misma y con su madre, somos testigos de un intercambio íntimo, paciente y lleno de preguntas que busca, más que comprender, acercarse a la experiencia de su hijo con genuino respeto.
explorar sus vínculos familiares para encontrar una ruta posible ante el descubrimiento y afirmación identitaria de Noah. Y aquí quiero hacer una distinción importante: este mirar hacia el pasado, este sostener diálogos no buscan explicar o encontrar razones del por qué Noah es trans. Por el contrario, el documental apuesta por el diálogo y la escucha mutua (entre hijo, madre y abuela) como manera de sostener el vínculo entre ellos, de reconocerse revolucionarios a su propio modo (la abuela, a partir de su participación política en movimientos de izquierda y su cuestionamiento a la monogamia; la madre, desde su elección vocacional, la reivindicación de su cuerpo y su propia sexualidad diversa) y de encontrar puentes de unión entre las diferencias. Similitudes que los acercan.
Uno de los aspectos más valiosos de la propuesta de la cineasta es mostrar los vínculos familiares de una manera cuidada, sin invadir la intimidad de los y las protagonistas, lo que es un logro al tratarse de un documental autobiográfico. Al respecto, la directora comenta que, durante el proceso de creación del documental, mostraba las escenas a su madre, Noah y otros integrantes de la familia para saber si había algún elemento que los incomodara y que desearan que se omita. Este es un gesto de protección familiar basada en el respeto, pero también un movimiento interesan¿Qué implicaría, entonces, ser madre de un adoles- te en la construcción del film: de alguna manera, Noah cente trans? ¿Cómo recorrer un territorio inexplorado, y su abuela participan también como creadores activos del que no se tienen referentes? La directora decide del documental. El documental parte con una imagen: Coraci, de espaldas a la cámara, mira el mar desde un bote en movimiento. De fondo, su voz nos anuncia el deseo que sostiene su exploración: «Yo siempre quise ser madre». Esta frase captura con precisión el espíritu del documental: la autora nos sumerge en la experiencia no solo de ser madre, sino de querer serlo ante el surgimiento de Noah, su hijo, como sujeto que cuestiona el mundo que ella conocía previamente.
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La característica que distingue a este documental de otras creaciones centradas en el reconocimiento identitario de una persona trans por parte de la familia, es, justamente, visibilizar que la familia también pasa, a su manera, por un proceso de transición. En este sentido, el diálogo que establece la directora con su madre, con Noah y con ella misma nos permite ser testigos de un proceso de cambio. Proceso en el que no se espera tener respuestas o certezas. En el que las cuidadoras —la madre, la abuela— no se cohíben de comunicar sus dudas o preocupaciones, formulándolas con honestidad y cuidado hacia Noah y sin que éstas impliquen que algo de su amor por él cambie o cese. Se puede reconocer al otro y seguir amando, así haya aspectos que no se comprendan. Es bajo esa premisa que la familia se fortalece. En este sentido, Limiar extiende un puente para otras familias de la diversidad sexual, que suelen estar en una especie de clóset ante la falta de representación de familias diversas en la sociedad. Así, Limiar tiene el efecto de acortar la soledad en la que muchas madres, padres o cuidadores de adolescentes trans se ven inmersos. Y, más aun, mostrar que hay una comunidad más allá de la familia sanguínea: las distintas agrupaciones LGBTIQ+ de Brasil (en el caso del documental). Este es uno de los propósitos del documental, más allá del de contar una historia genuina y hermosa: contextualizar el movimiento de la diversidad sexual dentro de la historia de los movimientos emancipadores en la sociedad.
La divisa «lo personal es político» motiva a la directora: busca que el documental opere como una herramienta de cambio social, que sea visto no solo por familias de personas trans sino por instituciones en donde los y las adolescentes participen (la escuela) para propiciar una discusión intergeneracional sobre las diversidades y la importancia del respeto y reconocimiento. El desenlace del film nos brinda una escena conmovedora. Coraci, después de mucho pensarlo, toma una decisión que influirá el futuro de Noah. Desea que ese movimiento quede registrado en la película y tiene un gesto simbólico, hermoso: le pide a Noah que sostenga la cámara, que la filme a ella en el momento exacto en el que su vida avanzará de otra manera. Por primera vez Noah desaparece y ahora es una voz —que nos recuerda la voz en off de la cineasta durante el documental—, un adolescente que pide instrucciones para «filmar bien la escena». La madre, al darle la cámara, le da también un reconocimiento simbólico: reafirma quién es él, le da autoridad para registrar su propia historia. Así, en las últimas imágenes, es Noah quien se filma por varios meses. Frente a un espejo, mirando a la cámara, mostrándose cada vez más. La directora ya no está presente de manera concreta, pero sabemos, sospechamos, que la posibilidad de representación que Noah ejerce hacia el final tuvo una semilla, un requisito: el haber sido reconocido por su madre. El haber transitado juntos un umbral. / /
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Spoiler Alert y la necesidad de nuevas narrativas de mujeres no hetero normadas escribe: María Font1
Cuando tenía 16 me enganché por primera vez con una serie que hablara abiertamente sobre la comunidad LGTBIQ+, en ese momento yo no me consideraba bisexual; sin embargo, lo que Ryan Patrick Murphy nos regaló con el estreno de Glee me hizo pensar en un primer momento que las relaciones amorosas entre mujeres no eran tan complicadas como por tanto tiempo mi colegio católico me había hecho creer. Aquí comienzo con los spoilers que quizás a muchxs les gustaría obviar, y me disculpo si peco de pretenciosa al suponer que todxs han visto la serie o han escuchado hablar de ella. En el desarrollo de la serie se veía la relación entre Santana y Brittany, quienes desde los primeros episodios utilizaban abiertamente su sexualidad ofreciendo tríos a cambio de favores para la entrenadora o simplemente para molestar a algunos de los personajes (Rachel). A mis cortos 16 años eso me parecía alucinante y me hacía pensar lo fácil que era salir del clóset y vivir una sexualidad abiertamente no heteronormada; sin embargo, mientras iba avanzando la narrativa de la serie, mi corta edad no me dejaba entender por qué cuando estos dos personajes hablaban de su sexualidad con hombres no había ningún conflicto en la trama; mientras que cuando se presentaban escenas en las que ellas estaban solas, ya sea besándose o abrazándose, y Brittany proponía hacer pública la relación, Santana se negaba rotundamente. Mientras avanzaba la serie, llegó un momento en que las dos llegaron a emparejarse con hombres, cosa que me dejaba más confundida que al inicio. Además; Kurt, un personaje abiertamente gay, sufría bullying durante la serie. Para no seguir spoileando, las preguntas que me quedaron en mi adolescencia fueron las siguientes: ¿Por qué estaba bien visto que dos mujeres disfrutaran abiertamente de su sexualidad cuando había un hombre de por medio, y causaba tantos conflictos cuando simplemente se consideraba la idea de que sean una pareja? ¿Por qué Brittany y Santana no podían expresar libremente amor?
había pasado por alto. Nunca voy a negar que Glee fue la primera serie con la que pude pensar que el amor entre mujeres y el amor entre hombres no debería ser juzgado por nadie y que hay un largo camino por recorrer para que eso se haga realidad. Sin embargo, luego de haber visto una gran cantidad de series y películas sobre mujeres no heteronormadas, me di cuenta que las relaciones lésbicas en los mass media casi siempre son aceptables cuando están ligadas al placer masculino o al voyerismo. No fui yo quien descubrió la pólvora en este asunto, de hecho, todos los cuestionamientos que se fueron construyendo en mi cabeza mientras consumía más y más narrativas lésbicas o de mujeres no heteronormadas encontraron la luz con el artículo de la feminista Laura Mulvey, quien en 1989 escribió el artículo «Visual Pleasures». Mulvey con su texto criticaba la posición que tenían las mujeres en las películas de su época, siempre viéndose como objetos para el placer masculino e incluso cuando llegaban a tener algo de importancia para la trama nunca llegaban a ser heroínas, personajes principales, actantes, simplemente reflejaban los deseos masculinos. Como consecuencia, las mujeres no contaban con imágenes cinematográficas con las que reflejarse o heroínas poderosas que les brindaran agencia real dentro de los relatos. Parafraseando una frase del artículo, básicamente la mujer estaba objetivizada por el hombre; es decir, las mujeres no tenían agencia en las películas de aquella época. Según la tesis del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género: Desmontando el armario, con mis propias palabras, se podría decir que la representación de la identidad lesbiana en el cine es la contemplación de las mujeres como simple objeto de deseo provocaba que lxs expectadorxs se identifiquen con esas actitudes.
Volviendo a todas las preguntas que despertaron en mí la serie de Ryan Murphy, en la maratón que pude realizar este A mis 28 años, abiertamente bisexual y con un ojo femi- año terminé por responder casi todas mis interrogantes. A lo nista pude darme cuenta de algunas cosas que de pequeña largo de la serie Glee se trata de ahondar de manera política-
Maria Claudia Torres aka María Font. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Se especializó en Gestión Cultural por el Museo de Arte de Lima. Se ha desempeñado como editora y correctora de estilo para la Editorial Trotamundos. Ha publicado Blue Tragedy o el Panfleto del gatito negro (2018) y Aprendiendo a enterrar a los muertos (2019). Actualmente maneja el podcast Las notitas de Font en IG: @notitas24. 1
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mente correcta muchas de las injusticias que sufrían los adolescentes de la comunidad LGTBIQ+; sin embargo, en lo que respecta a las representaciones de las mujeres, las relaciones lésbicas o bisexuales todas pasaban por el male gaze. Muchxs pueden estar en contra de mi lectura, pero en la mayoría de episodios de las primeras tres temporadas las representaciones de las mujeres pasaban por lo que el ojo masculino quería ver. Así tenemos a una Santana abiertamente lesbiana usando su sexualidad para sabotear al club Glee o cosas incluso más irrelevantes; a Brittany como un estereotipo de sexualidad desinhibido y como uno de los personajes más torpes de la serie; cosa que no pasa con los personajes gays como Kurt y Blaine, quienes son representados como los más talentosos de la serie. Hechos tan pequeños como estos nos hacen preguntar por qué los personajes de lesbianas o mujeres bisexuales tienen que conformarse con este tipo de estereotipos. Ahondando más en el asunto, si me preguntan por mi canon de preguntas de lesbianas o las primeras películas que vi cuando salí del closet, básicamente fueron Monster, Blue Is The Warmest Color y The Kids Are All Right. La primera está basada en un caso real; sin embargo, básicamente representaba la relación de una prostituta marginada que se enamora de una chica mucho menor que ella y por los asesinatos que comete para poder mantenerla termina siendo encarcelada. La vida de Adele o Blue Is The Warmest Color es una adaptación cinematográfica de una novela gráfica francesa, en ella la relación entre las dos mujeres es bastante tóxica y sigue el patrón de Monster, no por el tema de los asesinatos, pero sí porque Emma, la mayor en la relación, es abiertamente lesbiana, mientras que Adele está en un proceso de autoconocimiento; lo que termina en una relación tóxica para ambas finalizando en una ruptura. Habría que acotar que en la novela gráfica se representa la homofobia y la relación llega a ser tan tóxica, que cuando terminan, al personaje de Adele se le rompe el corazón no de manera literal. En The Kids Are All Right la relación entre las dos esposas llega a tener un conflicto cuando se conoce al padre biológico de sus hijos, pero por la posición social que viven los personajes en la película no existen rasgos de homofobia y el conflicto principal se llega a superar. Es decir, de las tres películas que creo no soy la única que considera canónicas; las dos primeras son claros productos del male gaze, representan relaciones patriarcales y son claros ejemplos del amor romántico heteronormado.
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Brittany (Heather Morris) y Santana (Naya Rivera), protagonistas de un romance adolescente, en Glee.
Una podría pensar que con el paso de los años estas narrativas van cambiando y las mujeres lesbianas en las películas dejan de ser las marginales o criminales condenadas a la pobreza e incluso exponerse a enfermedades; sin embargo, la película Las mil y una dirigida por Clarissa Clavas y estrenada el 2019 nos dice que todos los estereotipos escritos anteriormente siguen vigentes.
Esto me deja una pregunta: ¿es posible hablar de narrativas lésbicas o no heteronormadas que representen verdaderamente la forma de amar y relacionarse entre mujeres? Y mi respuesta es sí, creo que hay maneras de romper con el male Unx podría decir que con el paso de los años los mass me- gaze y con el voyerismo masculino, el mejor ejemplo que se dia han cambiado sus representaciones lésbicas o bisexuales; me ocurre es la serie Feel Good, y quizás todavía sin romper sin embargo, para escribir este artículo me di el trabajo de totalmente con la heteronomatividad también podría ser la hacer una maratón de una de las series más conocidas dentro novela gráfica Laura Dean me ha vuelto a dejar de Mariko de la comunidad LGTBIQ+: Orange Is The New Black y me di Tamaki y Rosemary Valero-O´Connell. con la sorpresa de que a mi parecer no entra exactamente en Como conclusión, soy lo suficientemente optimista para la mirada del male gaze canónica, pero se sigue la narrativa de la lesbiana presa que acusa a su pareja aparentemente creer que existen películas o series que han escapado de mi bisexual y terminan ambas en prisión; no voy a contar más radar y que se están gestando nuevas narrativas para mujeres spoilers, pero básicamente se sigue repitiendo las formas de que se aman fuera de la heteronorma, que rompan con los amar patriarcales y heteronormadas, cosa que para lxs fans estereotipos patriarcales, el amor romántico tóxico, las gafas de la serie creo que al menos evoluciona a lo largo de las del male gaze y basan sus problemáticas en las mujeres como actantes o agentes dentro de las películas, series o cómics. / / temporadas.
Bibliografía • Mulvey, Laura 1989 «Visual Pleasure and Narrative Cinema.» In Visual and Other Pleasures, 14-26. London: Macmillan. First published 1974. • Gutiérrez. M, Vaca. B. (2017). Estereotipos lésbicos en personajes cinematográficos: Monster y Kids are allright. Aportes. N°22. 8-15. • Medina, L. (2019). Desmontando el armario. La representación de la identidad lesbiana en el cine. Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género, Granada. 41
Ser «feminazi»: entre lo que gano y lo que me cuesta escribe: Rosa María Tuesta Arroyo1
Ciertas veces me han consultado cuándo empecé a identificarme como feminista. No lo sé. No lo recuerdo. Podría decir que mi primer acercamiento fue al acudir a una sesión de consejería sobre salud sexual y reproductiva, motivada por una profesora mía y orquestada por un activista. Así fue como inició. Desde aquel momento, me embarqué en un proceso de múltiples aprendizajes. Empecé a ver el panorama de otra forma. He conocido a compañeras pujantes, me he cuestionado, he sufrido por las etiquetas del entorno, he dudado. Simple y complejo a la vez, me he encontrado. Desde que me identifico como feminista, y lo profeso sin temor alguno, a menudo me topo con comentarios negativos, en la familia, en el trabajo, en la universidad, en las redes. Pareciera que la multitud incluye implícitamente al concepto de feminista la idea de la «bruja». Bien que nos hacen. Recuerdo haber recibido un pañuelo verde en alguna marcha, en correspondencia a mi apoyo por el derecho a decidir; qué emoción significó abrazar una postura que me representara. A los pocos días, nombré a mi pañuelo como acompañante diario recurrente, montado en la mochila mientras recibía ciertas miradas tendenciosas de sujetos que habitaban junto a mí el espacio educativo. Pasaron meses para que en el mismo recinto empezara a ver más seguido al pañuelo verde pasearse por los pasillos universitarios. No éramos muchas, pero para mí ese par equivalía a miles (aunque quizá el criterio cuantitativo no sea el mejor). Eran mis compañeras, porque sucede así, nos abrazamos sin distinción alguna, reconociendo que en esta lucha es sumamente valioso tenernos las unas a las otras. Sin embargo, el camino tinturado de violeta no constituye únicamente a un proceso constructivo, pues es igual de desgastante, ya que ciertos individuos se encargan de colocar la cuota repugnante. Desde un espacio, un grupo de compañeras nos reunimos de manera virtual para convocar a más aliadas. Tratamos de cubrir cada función para evitar la infiltración de los machitos, porque una vez inmersa en el trayecto feminista, una es perseguida por estos carroñeros y de alguna manera debe protegerse. Al poco tiempo de iniciado el encuentro, empezó la penosa ráfaga de insultos, garabatos obscenos y ofensas directas. Nos vulneraron. Recuerdo que sentí miedo, indignación y extremo temor. Las compañeras más experimentadas nos sostuvieron con su fuerza a quienes por primera vez sentíamos la dura respuesta del machismo ante la organización feminista. Para lección nuestra, la premisa brindada no era la de «acostúmbrense, esto siempre pasa»; por el contrario, comprendí aquello
Rosa María Tuesta Arroyo es feminista, bisexual y afrodescendiente. Estudiante de Psicología por la UNFV. Capacitada en feminismos, género y política. Es practicante en un centro de atención a mujeres, becaria para el fortalecimiento de liderazgos juveniles afros y ha participado en múltiples iniciativas en las áreas en mención. 1
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que profesaré siempre: «transforma tu indignación en acción». Y es que «sentir» está bien. Sentir indignación, cansancio, vulnerabilidad, temor, rabia, pero es algo que usualmente reprimimos debido a las «demandas» del día a día. Sentir también es un acto político. Lo peor no culminó ahí. Minutos más tarde, vi mi rostro y datos expuestos en una página de pubertos misóginos. Nos llamaban «feminazis», según ellos planeábamos «dónde atacar». Me paralicé, no podía creerlo. Movida por la angustia y un doloroso momento personal, viví unas de las peores semanas de mi vida. Ellos la causaron. Ellos y el machismo generalizado. Más experiencias adversas, primera parte. Ser una «odia hombres» en la sociedad peruana y seguramente en muchas otras, implica ser sometida al cuestionamiento público infinidad de veces. No tengo problemas en expresar mis razones cuando alguien me consulta respetuosamente, pero así como afinamos los sentidos para actuar de inmediato ante cualquier situación desigual, pulimos el olfato ante la putrefacción machista. Durante el panorama electoral, Pedro Castillo dio una patinada tremenda. Para él, el feminicidio es causado por la «flojera» promovida por el Estado. Peor no pudo quedar. Aunque, a pesar de eso, cantidades importantes de personas aún no comprenden que otras carreras de «politiqueros/as» son simplemente patinadas eternas, como la de su adversaria. En fin. Como de costumbre abundó quién desde la comodidad de su sofá y el aletargo absoluto hacia la justicia social preguntaba «¿dónde están las feministas?». Personalmente, preguntándome cómo es que el conservadurismo sigue vigente a pesar de tanto progreso. Nuevamente. Ser feminista es ser ridiculizada y cuestionada una y otra vez. Como si tuviéramos que explicarle al mundo entero porqué lo somos o qué pensamos. No obstante, el autoaprendizaje desde los feminismos no debe ser opacado por la imprudencia del «onvre». Pasé mi vida entera sosteniendo mi supuesta heterosexualidad. Instigada, por supuesto, por todo lo que captamos al crecer, a través de frases, conductas, ideas, situaciones, creencias, etc. Imagino no ser la única a la que cierta vez le dijeron «cuando traigas a tu novio a casa, conversaré seriamente con él». Porque claro, el machismo nos ha hecho creer que las mujeres somos propiedad de algún varón, y en este caso, el padre, tío, primo o quien fuere, le cede dicha soberanía sobre nosotras a alguien más. El feminismo me acercó a mí misma, a cuestionarme. Sabía, aunque no lo admitiera, que también me gustaban ellas. ¿Había besado a alguna? Sí. ¿Sentí atracción por alguna? Sí. ¿Había estado alguna vez involucrada sexualmente con alguna mujer? Sí. ¿Había entablado una conexión emocional con alguna? No. Y fue por ello que creí no ser bisexual. Como si solo el terreno de la emotividad determinara la sexualidad. Como si no sentirme 50% atraída por hombres y 50% atraída por mujeres me convirtiera en menos bisexual. No lo sabía. En alguna ocasión, alguien me consultó ¿eres bisexual? Lo negué, pero reconocí a la duda presente. Hace algún tiempo prefería autodefinirme como «heterocuriosa». Encasillada aún en la comodidad que brinda la heterosexualidad, sin anunciarme bisexual para mantener la que es una posición de poder. Ahora reconocida bisexual, miro con cautela mi propio proceso de autoconocimiento, ¿por qué ahora sí me identifico como bi? Aprendemos, crecemos, y el terreno de la sexualidad no es la excepción. La sexualidad implica afecto, emotividad y respeto, sobre todo con unx mismx. Así fue, y seguramente continuaré descubriéndome. Más experiencias adversas, segunda parte. Ahora desde mi bisexualidad, no como etiqueta si no como espacio de enunciación. Tiempo atrás me conecté a una charla en donde participaba una amiga feminista bisexual que admiro y quiero mucho. Justamente hablaba desde su bisexualidad entre compañerxs de distintas orientaciones e identidades. Es importante mencionar antes de este punto que incluso dentro de los feminismos existen discrepancias y planteamientos variados, cuestión que tendenciosamente se «entiende» como incongruencia. Nada más alejado de lo certero para mí. Esté donde esté, habitando una teoría, colectivo, práctica, modelo o lo que fuere, si no hay crítica, no hay nada. Retomando, iba ella exponiendo hasta que llegó el momento de una compañera, quien incluyó dentro de sus comentarios una «crítica» explícita a la bisexualidad, por no ser lo suficientemente «antipatriarcal». Porque a nosotrxs lxs bisexuales también mantenemos vínculos con varones. Como si el varón fuera el enemigo. El macho sí. Crítica aparte, no fue experiencia propia porque aún tengo pendiente «bi»sibilizarme con mayor convicción, pero como lo he comprendido, es un proceso y me doy a mí misma mi tiempo y espacio. Si me atrevo a realizar un balance entre las bondades y las peripecias del proceso de definirse como feminista, concluyo que el saldo es siempre positivo. No he encontrado a ninguna compañera que se haya arrepentido de serlo. Para mí misma, el camino feminista ha sido uno de los más importantes. He construido mi seguridad, mi vulnerabilidad, mi fortaleza y mi debilidad. Algo inevitable es pensar o sentir que el machismo está en todos lados, porque es así. Así fue construido el tejido social. Darse cuenta de cada detalle nos convoca a tomar acción para revertir esta realidad. Compartir análisis con mi madre y mis amigas ha sido y es una de las situaciones más satisfactorias, así como oír sus críticas respectivas hacia la construcción de un Perú más equitativo, como principal premisa. Me llena de orgullo saber que impacté en algo a sus propias visiones. Desde los feminismos, el aprendizaje nunca cesa, y en lo que respecta a mí continuaré reconociéndome y anunciándome desde mi bisexualidad. Desde mi «feminidad» en construcción. Desde mi condición de mujer. Desde mi condición de afrodescendiente. Desde mi movilidad, el constante cambio y mis ansias de habitar una nación más igualitaria para todxs. / /
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El puto escribe: Ricardo Velásquez1
Seguía jugando a hacerme el difícil. No sé qué de bueno traía, lo único de lo que estaba completamente seguro era que lo disfrutaba cada segundo. __________________________________________________________________________________________ Recién despertaba. Lo único que traía puesto era un bóxer. No recordaba nada de lo que había pasado anoche. Tenía un dolor de cabeza leve, la pesadez me invadió y sentía que nunca me podría levantar. Los peluches de mi cuarto me miraban. Sentía sus miradas penetrantes, frías, y plásticas que me hacían sentir culpable. De pronto, algo se movió detrás mío. —Hola, despertaste. ¿Qué tal? Lo de anoche fue alucinante. Fue el mejor sexo que jamás haya tenido —dijo un chico muy simpático que se encontraba desnudo en mi cama, con una sonrisa muy pícara que denotaba satisfacción. —¿Qué? —Fue lo único que salió de mi subconsciente. No tenía la menor idea de quién era ese lindo hombre que, por cierto, tenía unos músculos envidiables. Luego me acordé. Lo había hecho de nuevo. No sabía qué hacer. Actuar como si me acordara de todo lo ocurrido anoche o simplemente ser un hijo de puta y preguntarle quién era. Esperé a que diga algo. —No te acuerdas de mí, ¿verdad? —dijo ese hermoso muchacho que descansaba en mi pecho. —Pues la verdad es que no —admití, tratando de esbozar una patética sonrisa. —No importa, estabas muy borracho anoche —dijo entre risas. —Creo que sí, ¿cómo te llamas? —pregunté —Manuel, un gusto —respondió sin dejar de dibujar esa bella sonrisa de niño travieso que algún día fue. —Asumo que tú ya sabes mi nombre —le dije pensando que sí lo sabía. —Ricardo, al menos eso dijiste —dijo Manuel. —No, ese es mi nombre de borracho —dije con una sonrisa maliciosa en mi cara.
Ricardo Velásquez (Lima, Perú, 1993), se dedica a la enseñanza del idioma inglés y a la práctica de la marinera limeña. El arte en todas sus formas siempre estuvo presente en su vida y ve la literatura como tal: una expresión artística. 1
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Los dos soltamos una risotada que se escuchó en todo el edificio. No podía creer que apenas había cruzado dos palabras con este hombre y ya me caía tan bien. —Mi verdadero nombre es Gabriel —dije. —Gabriel, me gusta. —Tú también me gustas. Manuel sonrió prediciendo el futuro. Su cuerpo era escultural. Manuel era de esos chicos que no se pueden desperdiciar. Creo que el destino lo puso en mi vida. No puedo hacer lo que siempre hago, dejarlo ir y buscar a otro. Manuel me contó que era escritor. Le gustaba escribir cosas raras y demasiado confusas para personas que no tienen un grado de conocimiento alto como yo. Cuando le dije que era futbolista, empezó a reírse. Sentí un poco de desventaja, ya que él era muy hábil con las palabras y, a mi parecer, era el hombre más inteligente que había conocido. Estaba sorprendido. Recién llevábamos una hora hablando y ya lo quería. No deseaba dejarlo ir. Por suerte era domingo y no había apuro. Creo que él disfrutaba de mi pecho. Manuel llevaba media hora recostado en este y yo no quería que se levante. —Me gustas —volví a decirle. —Tú también —me dijo Manuel. Creía que hacía lo correcto. —Tengo que irme, Gabriel —me dijo con una sonrisa muy traviesa. —Sí, ya es casi mediodía —dije devolviéndole otra sonrisa —anda con cuidado. Manuel se levantó. Lo único que llevaba puesto era un bóxer rosado muy apretado. Lindo era Manuel. Empezó a vestirse, yo simplemente lo observaba. Él me devolvía sonrisas muy traviesas. —Dame tu número antes de que te vayas y también tu correo. —Los tienes en tu agenda —dijo Manuel entre risas —¿tan borracho has estado? —Sí, no me acuerdo ni lo que he tomado. —Bueno, voy saliendo. —Está bien —le dije. Me quedé pensando en Manuel. Su inteligencia y ese cuerpo digno de un estereotipo romano me habían fascinado. —Él es. Él es el indicado —pensaba —ya vas a dejar de acostarte con otros y empezarás a crecer como persona. Basta del sexo al paso y, ocasionalmente, sin protección solo por el capricho lujoso y a la vez peligroso de tener un poco más de placer. Basta de todo eso, basta. Quedé atónito ante la gran cantidad de peluches que había logrado juntar, sin darme cuenta, en mi cuarto. Entre ositos y personajes de películas animadas, se las ingeniaban para llenar las paredes de mi cuarto. Me miraban mal, o al menos eso sentía en ese instante. Esas miradas frías de los peluches me advertían de algo malo. De algo que ignoraba hasta entonces. —Gabriel —escuché la voz de Manuel. —«¿No se había ido hace rato?», —pensé.
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—Gabriel —repitió. Me puse de pie y salí a la sala. La imagen fue muy terrorífica. Manuel estaba parado en el medio de la sala con un cuchillo de cocina en la mano. —Manuel, ¿qué te pasa? —pregunté atónito. —No te olvides de mí —sin decir más, se cortó el cuello y cayó desangrándose al suelo mientras la vida dejaba su cuerpo. No sabía qué hacer. Por qué carajos Manuel se mató en mi sala. Qué le hice. Lo peor es que, si le hubiera hecho algo, no me acordaba de nada. Su cuerpo yacía tirado en medio de mi sala. La sangre había manchado los muebles blancos. Por suerte, las cortinas de la terraza estaban cerradas, para que la luz no entre. Agarré el teléfono para llamar a la policía, pero tenía miedo que me señalaran como culpable. Estaba muy nervioso. Volví a mi cuarto y me tiré en la cama. Tenía el teléfono en la mano. Mi mente me decía que llame a la policía, pero, a la vez, me decía que no lo haga. Los peluches de mi cuarto seguían clavándome su peor mirada. Sabían que esto iba a pasar. Nunca hubiera imaginado que alguien podría haberse matado en mi casa. Qué mierda le pasaba. Finalmente, me decidí. Llamé a la policía comunicando lo que había pasado. Me ordenaron quedarme en casa y que no mueva nada. Cuando colgué, no pude contener el llanto. Me puse a llorar como un niño perdido en el supermercado. Sin esperanza, sabiendo que su vida iba a cambiar a partir de ese instante. Sentía que todo sería distinto. Esto era algo grande que me iba a perseguir por el resto de mis días. En mi llanto, me llené de rabia y empecé a golpear las almohadas mientras gritaba de la impotencia. Después de unos golpes, escuché que un papel se cayó de la cama por el lado donde Manuel había estado durmiendo. Lo desdoblé y vi que tenía escrito a mano un párrafo no tan grande. Si estás leyendo esto, probablemente ya estaré muerto. Quiero que sepas que no tienes la culpa de nada. Me han obligado a quitarme la vida a cambio de dejar a mi familia en paz. Ellos vivían en Lambayeque y tienen una deuda muy grande con una persona demasiado peligrosa. Me ofrecieron dejarlos en paz a cambio de mi muerte dentro de tu casa. No tengo idea de quién eres para ellos o qué les habrás hecho. Yo solo buscaba tranquilidad para mi familia. Espero puedas perdonarme. -Manuel Lambayeque. Hace tiempo que no sabía nada de esa ciudad. Vine a Lima a los dieciocho años y nunca regresé. Mi vida allá fue muy tóxica. Estuve metido en una pandilla y solo me dedicaba a pintar paredes, pelearme, drogarme. Pero ¿qué tiene que ver mi pasado con esto? —No puede ser —dije en voz alta al unir todas las ideas en mi cabeza —. Bryan de mierda. Sonó el timbre de mi departamento cortándome los pensamientos del pasado. *** Empecé a correr con mi pandilla por la Avenida Emiliano Niño escapando de la patrulla de policías. Habíamos estado peleando con los de Chiclayo que habían venido a buscar pleito. En el camino, varios se quedaban en callejones y nos íbamos dispersando hasta desaparecer de la vista. Bryan y yo nos metimos por la Calle Dunas para poder llegar a su casa. La adrenalina corría por nuestros cuerpos y no nos sentíamos cansados a pesar de haber corrido varias cuadras. Llegamos a la casa de Bryan y cerramos la puerta. Él me dio un beso eufórico lleno de calentura. Sentía todo su cuerpo sudado y sucio de la pelea en la que habíamos estado. —Te amo, huevón —me dijo agarrándome las nalgas y lengüeteándome el cuello —. Eres el mejor amante para merodear la ciudad. —Ese eres tú —le dije. —No, Gabriel. Yo solo dirijo la mancha, tú eres el que me acompaña. Mi mano derecha. mi compinche; o como dicen los limeñitos: mi causa.
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Soltamos una risotada y subimos a su cuarto. Bryan prendió el televisor para ver algún programa, pero en realidad lo usamos como sonido ambiental. Prendimos un par de cigarrillos y abrimos dos botellas de cervezas. Teníamos dieciséis años en ese momento. Bryan era más grande que yo, con rulos y piel morena. Tenía una voz muy gruesa para su edad, era casi como si fuera otra persona que hablara por él. —¿Qué quieres hacer ahora? —pregunté echándome en la cama. —Dormir contigo, abrazados. Nos acurrucamos y dormimos. Los días eran así con Bryan. Era una mala vida. Nos dedicábamos a buscar peleas, robar, hacer vandalismo y, de vez en cuando, emborracharnos. Nuestra gran hazaña fue cuando robamos un chancho de una granja al costado del río. Fuimos de madrugada y esperamos entre los arbustos a que el dueño se quedara dormido luego de haberse embriagado de tanta chicha de jora. Hicimos que el cerdo nos siguiera mientras le dábamos pedazos de comida que habíamos encontrado en un basural y lo subimos al carro que habíamos tomado «prestado» de un familiar. Al día siguiente, cocinamos chicharrón para todos nuestros amigos y tuvimos una gran fiesta. Yo no estaba enamorado de él, me gustaba, sí, pero estaba con él porque me encantaba tener ese poder de estar con el cabecilla de una banda. Por otro lado, creo que Bryan sí estaba loco por mí. Una vez casi mata a alguien solo porque me insultó. Le dio tantos golpes en la cara que hasta ahora se le ven las marcas al tipo. Desde esa vez, Bryan siempre juró protegerme y creo que así demostró que estaba enamorado de mí. Bryan juró amarme de por vida. Me dijo incluso que si algún día me alejaba de él, me haría la vida imposible porque yo le pertenecía. Yo tenía que estar a su lado por el resto de mi existencia. Desafortunadamente, cuando gané el campeonato de fútbol entre colegios, tuve una propuesta de venir a Lima a empezar una carrera como deportista profesional. Por supuesto, no desperdicié la oportunidad. Bryan no lo tomó bien y juró que algún día se vengaría de mí. Que no desaparecería de mi vida. Habían pasado diez años y no había tenido ninguna noticia de Bryan. No hasta la carta que Manuel dejó en mi casa antes de quitarse la vida con un cuchillo. Era él. Tenía que ser Bryan. No tengo otra conexión a Lambayeque aparte de mi familia y ellos, por supuesto, no harían esto. ¿Quizá esta era la venganza que Bryan juró realizar? ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo lo soluciono? Fui a abrirle la puerta a la policía. Cuando pasé por la sala, pude ver los ojos de Manuel fijados hacia la ventana tapada con la cortina. La sangre estaba seca por algunas partes, pero casi toda seguía fresca. Se sentía un olor a carne fresca en el departamento. Cuando abrí la puerta, la policía entró y les conté lo que pasó. No les enseñé la carta porque pensé que eso iba a empeorar mi caso. Me dijeron que tenía que ir a la comisaría a declarar los hechos. Me subieron a la patrulla y me dijeron que todo estaría bien. Solo tendría que declarar y quedaría libre. Cuando llegué a la comisaría, me senté en una sala de espera mientras arreglaban unos papeles. Las paredes eran amarillas y estaban un poco sucias. Había unos cuatro escritorios llenos de papeles en desorden. La luz del cuarto era muy débil, podías deprimirte si te quedabas más de una tarde en ese lugar. A los cinco minutos escuché muchos gritos en la puerta y vi por el pasillo que pasaban un grupo de cinco mujeres trans que las habían apresado saliendo de la discoteca. Al parecer habían estado vendiendo drogas. Cuando desaparecieron, una señora me dijo que el comisario estaba listo para recibirme. Me paré y caminé lentamente hacia la puerta. La abrí y escuché una voz muy familiar. —Buenas tardes, Señor Gabriel. Bryan estaba sentado detrás de un escritorio gigante vistiendo un uniforme verde mientras se arreglaba el cabello lleno de gomina. —Hijo de puta —pensé. Entré a la oficina del comisario. Era Bryan. No tenía idea que estaba en Lima. Nunca me buscó. El miedo invadió mi cuerpo y empecé a sudar frío. —Gabriel, a los años que nos vemos —me dijo en un tono amigable —. Diez años para ser exactos. ¿Cómo has estado? Bueno, creo que por ahora no estás muy bien con todo lo que te acaba de pasar. —Uhm —no sabía qué decir. —No te preocupes. Solo te haré unas preguntas y acabaremos.
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—OK —dije nervioso. —¿A qué hora se quitó la vida Manuel? —Casi al medio día, pero ¿cómo sabes su nombre? No te lo he dicho. —Uhm, lo leí en el informe. —Bueno. —Dime ¿Lo conocías hace tiempo? ¿Eran amigos? —No, anoche fui a tonear a una disco y lo conocí de casualidad. Le invité un trago y terminamos en mi departamento. —OK ¿Qué hicieron en el departamento? —¿Eso importa? —Por supuesto. —Bueno, tuvimos sexo. —¿Cuántas veces? —Uhm, no lo sé. ¿Eso es importante? —Por supuesto. —Habrán sido unos tres polvos. —Bien, has mejorado. —¿Qué? —Nada, sigamos. ¿Sabes el motivo por el cual se quitó la vida? —No tengo idea. Me dijo que ya se iba a su casa y en vez de salir, fue a la cocina, tomó un cuchillo, me llamó para que saliera a la sala y se cortó el cuello. —Ya veo. ¿No dejó alguna carta o mensaje escrito por ahí? —No —mentí. No podía hablar de la carta que había encontrado. —¿Seguro? —Seguro —Bueno, él nos llamó poco antes de su muerte y nos dijo que un loco lo estaba golpeando y amenazando; y, pues, tú me acabas de decir que eras el único que estaba con él. —Pero no pudo llamarlo. Estuvo conmigo toda la mañana. —Eso no irá en el informe. —¿Qué? Bryan se paró de su escritorio y me agarró el rostro por las mejillas. —Espero que te diviertas en la cana, amorcito.
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—¿Qué? ¿Qué haces? —titubeé. Bryan me revisó los bolsillos y encontró la carta. Me lanzó una sonrisa malévola y me guiñó el ojo. Llamó a los guardias y estos entraron instantáneamente a la sala donde estábamos Bryan y yo. Parecía que habían estado esperando en la puerta a que se les ordenara entrar. Antes que me llevaran, Bryan se acercó y me agarró del cabello. Me tiró un puñete y luego me susurró al oído. —Te extrañé mucho, mi Gabriel. Los guardias me sacaron a rastras de la oficina mientras yo lloraba del miedo. Gritaba y trataba de soltarme. Me llevaron al fondo del pasillo y abrieron una puerta de metal. Había un espacio grande que contenía seis celdas. Me tiraron en una vacía. Vi a los guardias irse y escuché una puerta cerrarse a lo lejos. La celda era oscura y olía a orina y suciedad. Estaba solo y no podía dejar de llorar. Las lágrimas caían por mi cara muy rápido. Seguía gritando que yo no lo había matado y que todo estaba armado. Me querían hacer pagar por algo que yo no hice. La venganza estaba hecha. El olor a orina en la celda era nauseabundo. No tenía idea de dónde salía ese aroma porque no veía algún líquido en el suelo. La celda tenía solo una banca larga en la pared lateral y no existía ventana alguna. Eran tres paredes de cemento pintadas de un color verde oscuro y una pared de barrotes oxidados. La única iluminación que entraba era por el tragaluz en medio de la sala. Me asomé hacia la reja y vi que había más celdas en ese lugar. Solo pude ver tres al frente del pasillo y asumí que a mi costado había dos más. Al parecer estaba solo en mi miseria. No había otros detenidos ahí. Me pregunté dónde habrían terminado las chicas trans que entraron cuando estaba esperando en la oficina. Me senté en el suelo apoyándome contra una pared lateral. El piso estaba frío y el cemento estaba disparejo. Había pasado ya mucho tiempo. No tenía idea de cuánto, pero se sentía una eternidad. El tragaluz me hacía saber que ya estaba a punto de anochecer. El silencio era absoluto y este inundaba mi cerebro. No sabía qué pensar, qué hacer, qué esperar. Mis ojos se iban cerrando del cansancio, pero batallaba para no dormirme. No quería dormir ahí. No me lo iba a permitir. *** La fiesta estaba un poco aburrida. Había ido solo a la discoteca para tomar un par de tragos y ver si encontraba a alguien con quien ir a casa. Estaba en la barra tomando un chilcano. La música electrónica se intensificaba y todo el mundo empezaba a saltar. Yo solo veía y seguía tomando mi bebida. Me di un paseo por ahí y no encontré nada. No había ningún chico lo suficiente bueno para llevarlo a mi casa. Me apoyé en una pared mirando hacia la pista de baile con mi trago en la mano. Veía como todos bailaban, algunos se besaban, otros fumaban, otros hacían un espectáculo imitando a alguna estrella. No había nada interesante para mí. Yo solo quería a alguien para llevarlo a mi departamento. La música paró y empezó a proyectarse el nuevo vídeo de Rihanna en las pantallas. La gente gritó y Rihanna empezó a hablar: «It’s like you’re screaming but no one can hear. You almost feel ashamed that someone could be that important, that without them, you feel like nothing. No one will ever understand how much it hurts. You feel hopeless, like nothing can save you. And when it’s over and it’s gone, you almost wish that you could have all that bad stuff back so you can have the good.» La música volvió luego de esa parte del vídeo y todos volvieron a hacer lo que estaban haciendo. Quería irme. Parecía que ese día no iba a tener éxito en mi caza. Acabé mi bebida y la dejé en la barra. Me volteé para alejarme de ahí y me choqué con un chico bien lindo. —Disculpa —le dije. —¡Ay! —se quejó —Qué brusco. —Lo siento, en serio. —Está bien, guapo. Aproveché la oportunidad y empecé con mi plan.
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—Uhm, ¿te puedo invitar una chela? —Claro —me dijo sonriendo. Pedí dos cervezas y nos apoyamos en la barra a conversar. —¿Cómo te llamas? —le pregunté —Oh, soy Manuel. Mucho gusto. —Qué lindo nombre. Soy Ricardo —le mentí. Tomamos toda la noche y bailamos en la pista de baile. Nos besamos mientras sonaba la canción de Rihanna por enésima vez. Todo iba bien. *** —¡DESPIERTA! —escuché a lo lejos. Todo estaba más oscuro de lo que recordaba. No entraba luz solar por el tragaluz. La única iluminación eran unos focos amarillentos cubiertos en polvo y cochinada indescriptible. Era de noche. —¿Qué hora es? —pregunté en mi aturdimiento. —Las dos de la mañana, Gabriel. Bryan estaba parado en la puerta de mi celda y me dijo que quería conversar conmigo. Abrió la celda y entró. —Párate, Gabriel. Me puse de pie y empecé a llorar. —¿Por qué me has hecho esto? —dije entre lágrimas. —Te amo, tonto —me dijo agarrándome de la cintura. Nos besamos apasionadamente recordando los viejos tiempos. Domingo 17 (1:00 a.m.) «Cuando Gabriel se fue, no pude soportarlo. No me hacía la idea de poder estar lejos de él. No podía aceptar el hecho de que en Lima él iba a encontrar a alguien mejor que yo, pe’. No podía encontrar a alguien más churro, ni loco, pe’. A ese huevón yo lo amo. No sabía qué chucha iba a hacer. El día de su partida, no nos despedimos. Nos peleamos desde que recibió la noticia y no volvimos a vernos. Me quedé en Lambayeque con mis choches viviendo la vida libre, pe’. Pero esto no podía quedarse así. Gabriel iba a pagar por su traición, por abandonarme sin pensarlo dos veces. Me dediqué a convertir a mi pandilla en los patas más bravos de mi ciudad, pe’. Ya no íbamos a robar chanchos no más; esas son chiboladas. Ahora venía lo bueno. Robamos un par de casinos en las afueras de Chiclayo y nos hicimos de mucho dinero. Éramos buenos en nuestra chamba, así que la poli’ no nos atrapó. Guardamos el dinero y un año después abrimos nuestra casa de préstamos. Así comenzamos a hacer más plata, pe’. Incluso pudimos comprarnos un carrito pa’ poder ir por todo lado. Vi que mi idea había tenido resultado. Pero igual había temor que la policía me atrapara, pe’. Entonces decidí, junto a mis choches, meternos a la escuela de oficiales. Pa’ volverme tombo, pe’. Pensando ¿sí o no? Luego de como cinco años me gradué, pero yo seguía haciendo negocios con los préstamos. Solo había un problema. Una familia me debía dinero y ya me llevaban con cuentos casi medio año. Más los intereses, me debían casi medio millón de dólares, pe’. Es un montón de billete. La cosa es que no me pagaban y yo ya los había amenazado varias veces, pero les llegaba altamente, pe’. Las amenazas no funcionaban. Tenía que hacer algo urgente, ¿di?
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La cosa es que me vine a Lima porque me enteré que el hijo de la familia vivía ahí, pe’. También me enteré que era cabrito como yo, pe’. Así que me vine a Lima con unos choches y lo buscamos al huevón, pe’. Se llamaba Manuel. Lo encontramos y lo llevamos a donde me hospedaba. Era guapo el cojudo, lindo cuerpo. Bueno, lo trajimos a “mi jato”, pe’. Así como dicen en Lima, “mi jato” mi casa, pe’. Y lo amarramos, le dijimos que éramos tombos, cosa que era verdad, y le dijimos que tenía que hacer que su familia nos pague. También le advertimos que no suelte lengua con la policía porque de nada le iba a servir porque yo era el comisario. Pensando, pe’. Yo seguía enojado con Gabriel por lo mierda que fue conmigo. Me abandonó y no le importó nada. Se fue sin ningún remordimiento. Entonces se me prendió el foquito, pe’. Como la familia esta que no me quería pagar, no me iba a devolver el dinero nunca, yo no les devolvería al hijo, pe’. Entonces le dijimos a Manuel que tenía que matarse en la casa de Gabriel. Claro que este huevón no se iba a matar; así que tuve que llamar a mis choches para que me envíen un vídeo entrando a la casa de su familia, pe’. Le dije a Manuel que los mataría a todos si es que no cumplía lo que tenía que hacer. Creo que el cojudo era muy bondadoso porque inmediatamente dijo que sí, pe’. Entonces lo mandamos y uno de mis choches estuvo vigilando que Manuel no se escape. Era fácil ubicar a Gabriel. Todo el mundo sabía que paraba en la discoteca chupando su pisco, pe’. Yo ya lo había visto, pero no quise entablar conversación con él porque sino le iba a sacar su puta madre; y eso no se ve bien con un policía, pe’. Cuando Manuel y mi choche llegaron a la disco, me dijeron que Gabriel estaba rondando el local buscando carne para llevarse a su depa. Fue fácil. Manuel solo tuvo que acercarse, aceptar unos tragos y listo. El plan que tenía era cagarlo al huevón de Gabriel, pe’. Yo lo iba a meter a la cárcel, se iba a podrir ahí. Todo salió a la perfección. Ahora Gabriel está en las celdas de la comisaría donde yo chambeo y lo tengo en mis manos. Ahorita voy a ir a terminar mi venganza, pe’. Como se dice, poner la cereza en la torta, ¿di?. ja, ja, ja». Bryan se separó de mí y apagó la grabadora. Me hizo escuchar todo su macabro plan luego de haberme besado en la celda donde me había quedado dormido. —¡POR QUÉ ME HICISTE ESTO! —grité Traté de darle un puñetazo en el rostro, pero Bryan lo esquivó con facilidad. Se alejó y salió de la celda. —Mañana te llevan a la cárcel. —dijo Bryan con voz muy seria; parecía enojado —Ahí estarás feliz. Me imagino que te darán unos veinte años, pe’. Todo es cuestión de mover influencias. Duerme, huevón. Mañana tienes un día largo. Terminó de echar llave a la reja y se fue. Me quedé en la celda y di un grito muy fuerte mientras Bryan cerraba la puerta del cuarto de celdas. Las luces amarillas envueltas en cochinada parpadearon amenazando con quemarse. La oscuridad de mi celda era tan intensa que supe en ese momento que mi vida había llegado a su fin. La noche se intensificaba. La oscuridad se había apoderado de la jaula donde me habían puesto. Todo se sentía perdido, inútil. No había forma de salir de esto. Bryan llegaría eventualmente a recogerme para llevarme a un penal. No podía dejar de pensar en mis proyectos, mis sueños, mi casa. Todo se fue a la mierda. Todo por tener un pasado que no debí tener. —¡Maldita sea! —grité. —De nada te sirve hacer un berrinche —dijo una voz que yo no podía reconocer. Me quedé en silencio tratando de descubrir de dónde venía la voz. No se podía ver nada. Todo era oscuridad, incluso el foco sucio estaba apagado. Me encontraba sumergido en la tiniebla. —¿Quién dijo eso? —pregunté. —Eso no importa —respondió muy sereno. Pude divisar la silueta de un hombre en la celda de al frente. Se movía como un humano, pero sonaba muy fuerte para ser uno. Quizá me estaba volviendo loco. —¿Quién eres?
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—Un preso, un delincuente como tú. Estoy en la cárcel igual que tú. Cometí un delito y terminé donde terminan todos los criminales. —Pero yo no hice nada. Yo estoy aquí porque Bryan me quiere cagar la vida —dije llorando. —Oh, por favor —dijo la silueta muy calmadamente —No te pongas a lloriquear. Sabes bien que estás aquí por lo que le hiciste a Bryan. —¿Cómo sabes eso? —Escuché la grabación que te puso él. —¿Has estado aquí todo el tiempo? —Siempre estoy aquí. No puedo salir porque sigo esperando a que arreglen mi caso y me lleven a un penal. —¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Eso no importa. —No sé qué hacer. Yo no quiero vivir en un penal toda mi vida. —No creo que te den más de veinte años. —Igual eso es toda una vida. —Evaluando tus posibilidades, creo que solo hay una forma de ser libre. —¿Cuál? —Tú lo sabes. Bryan no parará hasta que sufras lo peor que te puedas imaginar. —Pero dime qué debo hacer. —Tú lo sabes muy bien. Escuché una llave metiéndose al cerrojo de la puerta principal. Volteé a verla, pero no pude distinguir nada. La oscuridad era intensa. Cuando volví el rostro, ya no pude ver la silueta con la que estaba conversando hace unos instantes. Abrieron la puerta y el foco lleno de cochinada se encendió. La luz parpadeante me permitió ver a un policía entrar. Llevaba un plato de comida en la mano. Se acercó a mi celda y lo dejó en la puerta. Me miró con pena y desprecio, escupió al suelo, se agarró el sexo y se lo acomodó. Cruzamos miradas por un rato y se fue cerrando la gran puerta de metal con llave. En el plato pude ver un tenedor de acero inoxidable casi brillando. Lo agarré y vi cómo sus puntas estaban afiladas. Era un arma letal si se usaba estratégicamente. Fue en ese momento, que me di cuenta que sí sabía lo que tenía que hacer. ¿Sería tan valiente? «Tú sabes lo que tienes que hacer» sonaba en mi cabeza. La silueta tenía razón, yo sabía lo que tenía que hacer. No había otra forma. Era eso o pasar el resto de mi vida en el penal. Me quedé contemplando el tenedor por un buen rato. No me movía; casi ni parpadeaba. Solo examinaba el tenedor con mis ojos mientras el foco parpadeante envuelto en cochinada me ayudaba con su luz intermitente a entender que lo que iba a hacer sería lo correcto. Escuché que la puerta se abrió de nuevo. Vi a Bryan entrar por esta. Dispuesto a hacer lo que tenía planeado. Lo miré de frente y con mucha ira. Era ahora o nunca. —¡VETE A LA MIERDA! —grité. Me clavé el tenedor en la yugular unas tres veces. Por la adrenalina, no sentí el dolor en los primeros dos piquetes, pero el tercero me tumbó al suelo. La sangre empezó a salir rápidamente manchando toda mi ropa. Mi visión se nublaba y solo alcanzaba a ver a Bryan apresurarse en abrir las rejas. —¡NO! ¡RESISTE, GABRIEL! —escuché. Mi visión se volvió oscura y lo último que pude sentir fueron las manos de Bryan sobre mi cuello mientras gritaba llorando: «Te ibas a tu jato mañana, huevón. Por qué te mataste, maricón de mierda. ¡GABRIEEEEL!» / /
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Mi nombre es Malú, tengo 16 años y mis pronombres son ella/la. Desde pequeñita lo que más me ha apasionado es el arte, en todas sus formas. Soy fiel creyente de que el amor, como el arte, debe ser libre e intento en mis creaciones plasmar ese ideal con todo quien lo vea. Quiero que mi arte sea para todes, no solo para un público en general, porque todes tienen derecho de gozar de esta vida y sus placeres. 1
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Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2021 escribe: Paola Alvarado Salazar fotos: Osito Richard y Francisco José
El pasado 26 de junio se celebró la muy «UNIVERSAL» Marcha del Orgullo LGBTIQ+, con un clima social muy distinto a las anteriores marchas. Por un lado, la epidemia del COVID-19, que aún se combate en todo el mundo; y por otro lado, las elecciones presidenciales, cuyo resultado aún estaba siendo demorado por el JNE en ese momento. Varias ideas de los diferentes colectivos se congregaron, pero había una única consigna: RECONOCIMIENTO DE DERECHOS ANTE LA LEY, EL ESTADO Y LA SOCIEDAD. La convocatoria llamaba a reunirse en la Plaza San Martín, y de ahí recorrer diferentes calles y avenidas del Centro de Lima, como había sido siempre, para finalizar en el Parque Washington. Ese día hubo otras marchas que por suerte no se mezclaron ni provocaron incidentes; una era de los partidarios de Keiko Fujimori, y la otra de la gente que apoyaba al virtual presidente electo, Pedro Castillo; según el resultado de las urnas. Aun así, nos hicimos presentes, pues nuestra agenda es y será celebrar nuestro día de ser ORGULLOSAMENTE LGBTIQ+, sin escondernos de nadie ni acobardarnos ante NADA. No sé si fue el día y la hora señaladas para lograr visualizar nuestros reclamos y evaluar simpatías, pero creo que sí tenía que darse. Al final de todo, nuestro orgullo queda intacto, y seguiremos exponiendo nuestras demandas sea en marchas, plantones o visitas a diferentes organismos del Estado. / /
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Hasta el mejor amigo del hombre estuvo con nosotr@s.
Nuestros padres y amigos, que siempre nos apoyan en todo momento de nuestras vidas.
VIVA EL ORGULLO, ARRIBA EL RESPETO MUTUO, FUERZA TRANS Y FUERZA LGTBIQ+
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difusión
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Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Héctor Béjar Rivera, en la ceremonia de asunción del cargo1
Lima 2 de agosto de 2021
Señor Ministro saliente de Relaciones Exteriores Señores Ex Ministros de Relaciones Exteriores Señor Viceministro y Señores Ex Viceministros Señor Secretario General y Señores Ex Secretarios Generales Señoras embajadoras, señores embajadores Señores presidentes de las asociaciones de funcionarios diplomáticos, Señor Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores,
Señoras y señores: La cancillería peruana nació con la Nación. Esta casa bicentenaria ha sido la escuela y el centro de ideas que ha orientado la inserción del Perú en el mundo desde hace ya más de 200 años. Hay una historia y una tradición que hace de la cancillería peruana un referente de la construcción nacional, de la consolidación de la Patria. La politica exterior ha estado siempre ligada a la construcción y consolidación de la identidad nacional. Fue así en los albores de la independencia, cuando el Perú tuvo que bregar por el reconocimiento del nuevo Estado y en los procesos de defensa de la soberanía, vinculados a la determinación de los límites del territorio nacional. Esa misma inspiración nacional exige ahora a la diplomacia peruana pensar la globalización desde el Perú. La Patria debe realizarse en la globalización. En la construcción de su propia historia. El gobierno del cambio del presidente Castillo ejercerá una diplomacia inspirada en la Patria. Desde el Perú profundo al Perú de todos. Como lo intuyó César Vallejo en Telúrica y Magnética: ¡Sierra de mi Perú, Perú del mundo, Y Perú al pie del orbe, yo me adhiero! A partir de esta determinación nacional, la diplomacia peruana recogiendo las tendencias y realizaciones más notorias de su historia, será una diplomacia nacional, autónoma, democrática, social y descentralizada. Nacional, porque se inspirará en la historia y la realidad nacional. En la pluralidad cultural y étnica del Perú. Porque se orientará solo en función de los intereses nacionales. Autónoma, porque las decisiones se tomarán en función de los intereses del “nosotros”, que es la expresión colectiva de la Nación. Y no de intereses de otros. La autonomía e independencia será un principio esencial de la nueva diplomacia peruana. Democrática, porque la democracia y el Estado de derecho, como sistema político y organización de la sociedad, garantizan los derechos humanos del pueblo peruano y la voluntad colectiva de realizar su propio destino. Una sociedad democrática supone la inclusión social, la eliminación del racismo, la protección de las minorías y las poblaciones indígenas y todos los sectores vulnerables de la sociedad, y su acceso al poder, significa también promover la democratización de la gobernanza regional y mundial.
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Héctor Béjar fue Ministro de Relaciones Exteriores. En su discurso de asunción al cargo incluyó a la población LTGB+.
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Social, porque será la expresión externa de la política social interna. Defenderá y protegerá los derechos y aspiraciones de todos los peruanos, y peruanas, pero muy particularmente de las clases medias, de los agricultores, de los campesinos, de los emprendedores, de los trabajadores, de los empleados del Estado, de las poblaciones indígenas y vulnerables, de las mujeres y los jóvenes. Se dará prioridad a la Diplomacia Social en las relaciones bilaterales y multilaterales. Las dimensiones internacionales de la salud, el trabajo digno, la 3 seguridad social, la lucha contra la pobreza, la vivienda digna y los derechos de las comunidades peruanas en el exterior, serán líneas de acción esenciales de la acción externa del Estado. Descentralizada, porque se buscará una diplomacia inclusiva y participativa que involucre en su elaboración y ejecución a los gobiernos subnacionales, la sociedad civil, las empresas y a los emprendedores. Y porque se incorporará activamente en las decisiones de la política exterior a los gobiernos regionales y locales, en aquellos ámbitos que les incumben directamente: las relaciones con los países limítrofes, la preservación y puesta en valor del patrimonio cultural a través del turismo sostenible, la integración y cooperación fronteriza y la promoción de las inversiones y las exportaciones en los mercados de las regiones y las provincias. En el marco de estas orientaciones, la diplomacia peruana tendrá una agenda de libertad, de globalidad planetaria, humanismo y justicia. Una diplomacia de paz, amistad sincera, cooperación y entendimiento con todos los países del mundo, especialmente nuestros vecinos y principales socios comerciales, económicos y los asociados a la defensa nacional, sin distingos ideológicos. Una diplomacia basada en los principios del respeto mutuo, la primacía del derecho internacional, el beneficio recíproco, la asociación para la paz y el desarrollo sostenible. La primera prioridad será la de avanzar de manera sostenible y coherente en la lucha contra la pandemia de la COVID 19, lograr la inmunización de la población, reactivar la economía, crecer con equidad social y revertir la regresión que el Perú ha sufrido en la lucha contra la pobreza y la extrema pobreza. La cancillería asumirá con responsabilidad, transparencia, entrega y eficiencia, sus responsabilidades para coadyuvar con los sectores responsables del Estado en la adquisición y disponibilidad masiva de las vacunas. Al mismo tiempo, ya en el plano de sus competencias actuará de la manera más diligente y dinámica para que los 11 millones de vacunas adquiridas en el marco de la facilidad multilateral COVAX, aún pendientes de entrega, lleguen al país con la mayor celeridad e inmediatez. Adoptaremos la iniciativa con todos los países fronterizos para establecer acuerdos y estrategias comunes para luchar frontalmente contra la pandemia. Sudamérica y América Latina tienen una deuda pendiente con sus pueblos para articular una acción conjunta y responsable en la lucha regional contra la COVID 19. Nuestros países tienen la obligación ética de cooperar en esta lucha. Independientemente de las orientaciones políticas de los gobiernos. Se trata de intereses comunes que deben orientar estrategias diplomáticas compartidas. Asumiremos esa iniciativa con la participación de los gobiernos regionales y locales. En el plano global, actuaremos para que la comunidad internacional refuerce las acciones conjuntas para incrementar la capacidad de producción y acceso a las vacunas. Con eficiencia, seguridad y solidaridad. El Perú será un miembro activo y dinámico en la tarea común para que todos los países tengan el acceso inclusivo, equitativo y no discriminatorio a todos los diagnósticos, terapias, medicamentos y vacunas. Así como a las tecnologías y productos sanitarios, incluidos sus componentes y precursores, que se requieren en la respuesta a la COVID-19 como prioridad mundial. Incluyendo su distribución justa. Es indispensable el fortalecimiento de la cooperación científica internacional para combatir la pandemia. Respaldamos plenamente las iniciativas que se vienen desarrollando con ese propósito. Especialmente las referidas al Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la COVID-19, el Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID- 19 y las dirigidas a reconocer que la vacuna es un bien público global. Nos unimos a los países como los Estados Unidos, India y Sudáfrica, que han demandado la liberación temporal de las patentes de las vacunas para que puedan ser producidas en otros países. Y así poder ganar la batalla global contra la pandemia. Estamos en una situación de emergencia excepcional. Y ante este peligro que ya lleva cientos de millones de muertes en todo el mundo, se requiere medidas también de alcance excepcional. Enfrentamos un mundo inestable, donde el conflicto y la tensión tienden a prevalecer sobre el diálogo, la negociación y el arreglo pacífico de las controversias. En el que las políticas de uso y amenaza del uso de la fuerza siguen violentando la paz y la seguridad internacional. Es necesario que todos los países trabajemos en la construcción de un mundo más estable y previsible, justo y armonioso, basado en el consenso universal de la Carta de las Naciones Unidas y la primacía del Derecho Internacional. Afirmamos una gobernanza internacional sustentada en normas. Reconocemos el mundo global,
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continental, nacional y subnacional como un conjunto de culturas interrelacionadas que deben tener igualdad de derechos. Esa es la esencia de una visión democrática de la política internacional. Propiciamos el diálogo de civilizaciones. La diplomacia multilateral del Perú estará guiada por la búsqueda de la paz, el diálogo intercultural, la defensa del principio de solución pacífica de controversias, el respeto al principio de no intervención, la cooperación para el desarrollo sostenible, la defensa de la salud del planeta y la justicia internacional. Trabajaremos por la integración de América Latina y el Caribe. América latina es y será la prioridad geográfica y sociológica de la política exterior. Es nuestro entorno inmediato, territorial, histórico, económico, social y cultural. El espacio de nuestra propia historia. Fortaleceremos la integración y cooperación latinoamericana, sin distinciones ideológicas. Revaloraremos la Comunidad Andina en sus dimensiones espaciales económicas, comerciales, sociales, culturales y de integración física. Exportamos a la Comunidad Andina una suma equivalente a la Alianza del Pacífico – otro espacio vital de la integración regional –, pero es el principal mercado regional para nuestras empresas exportadoras de manufacturas. Debemos modernizar la Comunidad bajo un nuevo modelo de integración multidimensional, dejando de lado objetivos ya superados por la historia, como el mercado único, el arancel externo común o la programación industrial. Los ejes de ese nuevo modelo de integración andina deben estar constituidos por la zona de libre comercio, la integración física y de las comunicaciones, la interconexión eléctrica, energética y digital que junto con una reforzada dimensión social en los ámbitos de la salud, la educación, la 6 vivienda, el trabajo y la cultura, aparecen como los ejes de este nuevo modelo de integración andina. La independencia de América Latina fue una gesta de la unidad política de la región. La creación de los nuevos Estados trajo la ciudadanía latinoamericana, que luego se fue perdiendo con la consolidación de las identidades nacionales. Pero la esperanza y la voluntad de unidad siguió abriéndose espacios en el siglo XIX. Y el Perú asumió las iniciativas más importantes para crear una organización latinoamericana al convocar los congresos americanos de 1826, 1847 y 1864. Lo hizo también al oponerse vigorosamente a las intervenciones extranjeras en Santo Domingo y México. En esa histórica tradición el 2005 el Perú culminó ese proceso al asumir la iniciativa para crear en el Cusco la Comunidad Sudamericana de Naciones, posteriormente transformada en UNASUR. Fue la culminación del sueño de Bolívar, de Gregorio Paz Soldán y Toribio Pacheco. En el año bicentenario seremos coherentes y consecuentes con esta tradición histórica de la diplomacia peruana y retiraremos del Congreso la solicitud para que el Perú denuncie el tratado que instituyó UNASUR. Por el contrario, impulsaremos su reconstitución y modernización, como el organismo de cooperación y consulta que afirme en este mundo global la entidad propia de Sudamérica en la política mundial. También celebraremos, el 11 de septiembre de este año, el XX aniversario de la Carta Democrática Interamericana, instrumento histórico concebido y negociado por la diplomacia peruana como un aporte a la historia democrática de la región. De manera convergente y siempre en la conciencia histórica del significado del bicentenario de la independencia patria, reinsertaremos vigorosamente la presencia peruana en la Comunidad Latinoamericana y del Caribe, CELAC. Trabajaremos en su fortalecimiento e impulsaremos su capacidad de acción. La promoción del diálogo y la unidad de acción de América Latina es el mejor homenaje a los héroes de la independencia. A Bolívar y a San Martin y al gran precursor, José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru. Vamos a transitar por sus sueños e ideales. En ese espíritu y en concordancia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, condenamos los bloqueos, los embargos y las sanciones unilaterales que solo afectan a los pueblos y respaldamos plenamente el libre y autónomo derecho de cada pueblo a mantener libremente y sin obstáculos el intercambio comercial y cultural con el resto de la comunidad global y latinoamericana. En estos tiempos de pandemia y de sus efectos nocivos en la economía y el tejido social del país, es indispensable contar con una diplomacia social emergente, fuerte, con objetivos claros definidos y realizables. Articularemos las estrategias de la política social con las acciones internacionales para realizar los objetivos del
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desarrollo sostenible de la agenda 2030. Particular énfasis pondrá la diplomacia peruana en el cumplimiento de las metas referidas al fin de la pobreza, erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía; promover el crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes contra el cambio climático; promover la paz y facilitar el acceso a la justicia; luchar contra la violencia, el delito y el tráfico ilícito de drogas. Para ello la diplomacia multilateral, además de una participación muy activa en las Naciones Unidas, actuará con prioridad en el ámbito de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo, el Consejo de Derechos Humanos y la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, con sede en Viena. Frente al hambre y la desnutrición, la política exterior del Perú movilizará la cooperación internacional y promoverá estrategias de acción conjunta bilaterales y multilaterales para obtener la meta de hambre cero para todos los peruanos y peruanas. Muy particularmente el acceso físico, social y económico a la alimentación, la disponibilidad permanente de alimentos, la calidad sanitaria y nutritiva de los productos y la regularidad del acceso, la disponibilidad y la calidad. La diplomacia peruana actuará con energía y creatividad para reforzar la gobernanza mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición, el desarrollo de sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles, para favorecer la creación de empleos en el medio rural, e intensificar la ayuda alimentaria a las poblaciones vulnerables. La agenda de derechos humanos nos vincula profundamente a una visión ética de las relaciones internacionales y a las demandas del pueblo peruano por condiciones de vida dignas, donde la libertad y la justicia sean valores integrados. Trabajaremos por la plena vigencia y respeto de los derechos humanos, en el sistema de Naciones Unidas y el Sistema Interamericano. Concebimos los derechos humanos en su indivisibilidad e integralidad. Por ello, suscribimos plenamente todas las generaciones de Derechos Humanos, desde los civiles y políticos hasta los económicos, sociales, culturales, ambientales y sexuales; desde los derechos negativos hasta los positivos, y afirmamos que son integrales e indivisibles. En consecuencia, estamos contra la tortura, las desapariciones, los sicariatos y asesinatos, contra el terrorismo en cualquiera de sus formas, venga de donde venga, en cualquier lugar y en cualquier sistema y contra cualquiera que lo cometa. Impulsaremos en la agenda regional y mundial, muy particularmente dentro del Servicio Diplomático y las misiones en el exterior, la justicia de género. Trabajaremos por la paridad de hombres y mujeres en el Servicio Diplomático. Dotaremos al Servicio de los mecanismos institucionales y legales - en coordinación con la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de la Mujer - para combatir y sancionar cualquier acto de acoso o violación de los derechos de la mujer. Suscribimos plenamente la Agenda de El Cairo sobre derechos sexuales y reproductivos. Sus metas y propósitos serán integrados en la agenda internacional de la diplomacia peruana. Apoyamos los 29 Principios de Yogyakarta de marzo de 2007, sobre la aplicación de la normativa internacional de derechos humanos para la orientación sexual y la identidad de género para evitar los abusos y dar protección a los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Integraremos, también, en nuestra agenda los derechos humanos de las trabajadoras sexuales, conforme lo establecido por ONU Mujer, OMS y los instrumentos internacionales aplicables. Trabajaremos por la justicia generacional con los adultos mayores y con niños y niñas que son sujetos portadores de derechos. Combatiremos la esclavitud infantil, la esclavitud en todas sus formas contempráneas, el tráfico de personas y la explotación de los adultos mayores. Respaldamos plenamente el diseño y aplicación de políticas de envejecimiento en todo el mundo. Trabajaremos por incrementar la vinculación con las comunidades peruanas que viven en el exterior, a la vez que respetaremos los derechos de los inmigrantes y refugiados residentes en nuestro país. Aplicaremos una segunda reforma de los servicios consulares para acercarlos a la gente y mejorar los servicios del Estado a los peruanos residentes en el exterior, independientemente de su situación migratoria. Aseguraremos la protección de sus derechos, su participación en la gestión consular a través de los Consejos de Consulta y su revinculación con la vida cultural, política y económica del país. Crearemos los consulados digitales.
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En los próximos 60 días remitiremos al Congreso de la República el proyecto de Ley sobre Los Derechos de los peruanos y peruanas en el exterior. Su texto lo consultaremos con todas las asociaciones de peruanos en el mundo. Será una ley producto de la consulta y la participación. Fortaleceremos decididamente la institucionalidad del Servicio Diplomático. En homenaje a sus aportes académicos y documentales a la vida nacional, reconstituiremos este año la histórica biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores, lamentablemente suprimida. Al mismo tiempo, honraremos la tradición también bicentenaria de contar con el aporte de la Comisión Consultiva de Relaciones Exteriores, que reinstalaremos con la presencia plural de los más destacados profesionales y académicos vinculados a la gestión externa del Estado. La Comisión estará presidida por el embajador Manuel Rodríguez Cuadros, ex Canciller de la República. Reconocemos el aporte histórico de todas las generaciones que lucharon por la plena democracia y la justicia social en nuestro país. Nos sentimos obligados a construir el país de libertad y justicia por el que sufrieron marginación persecuciones y murieron. Rendimos homenaje a los cancilleres que, antes que nosotros, durante los dos siglos de nuestra vida republicana, dejaron en alto la dignidad de nuestro país y trabajaron por la unidad latinoamericana y caribeña. Recordaremos siempre a los diplomáticos peruanos que fueron destituidos injustamente en 1992 por mantener la dignidad y la independencia de nuestra Cancillería. Rendimos homenaje a todos los hombres y mujeres que han luchado por nuestra independencia nacional, por construir la nación sin racismo ni opresión, por la justicia social, por la justicia de género, la justicia generacional y la justicia ambiental. Decimos con Javier Heraud: Porque mi patria es hermosa Como una espada en el aire Y más grande ahora Y más hermosa todavía Yo la amo y la defiendo con la vida Ingresa a la historia oficial de la patria, espero para quedarse, el poderoso e inmortal espíritu de Javier Heraud. Con él ingresan, también, los Andes de nuestro mundo campesino, los cerros y desiertos donde viven los pobres de Lima, las rondas de Cajamarca, los campesinos, los mineros, los trabajadores y trabajadoras callejeras, las mujeres de las ollas comunes, las trabajadoras del hogar, junto con todos los pobres, humillados, ofendidos y marginados. Ingresan , también, a este palacio y a esta Cancillería para que un Perú digno y justo represente a nuestro pueblo en el complejo mundo universal de nuestros días. Este es el Perú al pie del orbe. Yo me adhiero.
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Ya pueden encontrar nuestro libro de cómics LGTB+ SÚPER AMIGUES en las librerías: Casatomada Librería & Café Av. Petit Thouars 3506, San Isidro
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Av. Camino Real 1075, San Isidro
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Librería El Virrey de Miraflores Av. Bolognesi 510, Miraflores
Librería El Virrey de Lima
Pasaje Nicolás de Rivera 107, a media cuadra de la Plaza de Armas de Lima
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Librería Contracultura Av. Larco 986, Miraflores
Estruendomudo Librería & Editorial Av. Larco 508, Miraflores
Dibujos de Chechi Chaves y Lakita. Guión de Vero Ferrari, Lakita, Arturo Dávila y Gianna Camacho García. Incluye artículos de Manuel Siccha y Manuel Forno. Prólogo de Hans Fernández. El libro sale gratis por la compra de cualquier ejemplar de nuestras revistas.
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