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Elecciones: terminar con el mal endémico o arriesgarnos a la gangrena terminal de la democracia, por Juan Carlos Cortázar.
Elecciones:
terminar con el mal endémico o arriesgarnos a la gangrena terminal de la democracia
escribe Juan Carlos Cortázar Sociólogo de la PUCP con estudios de doctorado en la London School of Economics and Political Science
Con las elecciones del 6 de junio, creo que se abre un ciclo nuevo en la política peruana. Mi intuición —y ojalá que me equivoque— es que en el ciclo que se cierra (que abarcó desde el fin del Fujimorato hasta el deshilachamiento del gobierno de Kuzcinski-Vizcarra) las formas de negociación democráticas y los balances (check and balances) entre poderes funcionaron al límite, pero funcionaron, y entonces la crisis final de esos balances y formas en estos últimos años marca un cierre de ciclo. Creo que cualquiera de las dos pésimas opciones de gobierno que tenemos ante los ojos, abrirá un ejercicio autoritario y plebiscitario de la política desde el Ejecutivo, pues es la única forma que tendrán esas opciones de contrarrestar la agresividad desordenada y oportunista (literalmente rent seeking) del Congreso.
Ahora bien, si esta elección no nos va a ofrecer una buena alternativa de gobierno, pienso que tal vez sí pueda ofrecernos un efecto de muchísima relevancia: terminar con esa enfermedad endémica que es el fujimorismo. Librar al país del fujimorismo no es, en medio de todo, un resultado a desdeñar. Creo que ello es posible porque algo interesante que ha ocurrido en primera vuelta es que la derecha ha buscado otras opciones (horribles también, pero distintas al fujimorismo). Si el fujimorismo pierde ahora, es muy probable que no pueda recomponer vínculos con los sectores conservadores y de poder que conforman la derecha peruana.
Por el contrario, si el fujimorismo llega ahora al gobierno, es muy probable que este mal endémico se convierta, finalmente, en gangrena terminal de esta democracia flaca, pero de alguna manera democracia, que tenemos.