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AL DESNUDO – RICHI MANTILLA
AL DESNUDO
RICHI MANTILLA
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Me crié en Bucaramanga, Colombia, donde en 1994 aprendimos solos a volar parapente. Los primeros pilotos extranjeros habían llegado hacía apenas dos años. No había instructores ni escuelas. En mi primer vuelo un amigo dijo: “Corre y cuando estés allá abajo, baja las manos”.
Un año después llegó un piloto de Venezuela, Leopoldo Turco. Ofrecía un curso y aprendimos a volar como se debe. Volábamos casi todos los días. No había marcas locales. Volábamos Airwave, la antigua compañía de Bruce Goldsmith. Así entré en contacto con él. Ahora soy distribuidor de BGD en Colombia.
En 1998 vivía en EE.UU. Obtuve mi licencia de biplaza de la USHPA y después la de instructor. No había muchos parapentes. Había algunas escuelas, pero el negocio del biplaza no existía. Fundé mi compañía en California en 2001. Hacía paseos de acampada y guiados en el oeste y durante cuatro años hice paseos de verano en Alaska, volando biplazas. Fue maravilloso. Volábamos bajo el sol de medianoche.
Regresé a mi país en 2005, tras la muerte de mi padre. Cuando me fui había muchos problemas, la situación en Colombia era difícil por el narcotráfico. Cuando regresé, había mejorado mucho y el turismo crecía. Los medios pintan una mala imagen del país, pero la gente es muy hospitalaria y alegre y adora a los extranjeros. Nos divertimos.
Fundé Colombia Paragliding en mi pueblo natal de Bucaramanga, en 2006. Comencé a hacer paseos con pilotos estadounidenses y fundé la escuela internacional, enseñando inglés. Ahora tenemos más de 900 estudiantes, en su mayoría extranjeros y solo 12 colombianos. Nuestros clientes para los paseos vienen de todo el mundo. También hacemos biplazas.
Bucaramanga es maravillosa para volar. No hay estaciones. Puedes volar todo el año, pero la ciudad se está expandiendo hacia la zona de aterrizaje. Podríamos perderl0 y debido a los grandes edificios tal vez pronto no se pueda dar cursos. Además, el dueño del despegue podría venderlo porque tiene mucho potencial por sus vistas hermosas.
En junio pasado nos mudamos a Piedechinche, en el Valle del Cauca, cerca del famoso Roldanillo. Tenemos cinco o seis despegues, docenas de aterrizajes y alternos en cañaverales. No dependemos de un solo sitio ni de nadie. Queda a media hora del aeropuerto de Cali, la ciudad de la salsa.
Todo el personal se mudó con nosotros, seis en total. Teníamos un montón de furgonetas y alquilamos un camión grande para transportar las pertenencias del personal. Fue un viaje de 21 horas. Acabamos de llegar y estamos esperando la llegada de los primeros vuelos internacionales. Tenemos la escuela, el negocio de biplazas, hacemos paseos y vamos a abrir una tienda. Será la primera tienda de parapente de Colombia, con equipos para volar y también para actividades al aire libre, como ciclismo. Con la tienda también podemos promover el parapente.
Gracias a mi personal puedo viajar por todo el mundo para promocionar Colombia Paragliding. Adoro andar en motocicleta y en 2012 y 2013 viajé por toda Sudamérica en mi motocicleta. Visité todos los hostales de mochileros para hablar de la escuela de parapente en Colombia. También voy a Europa todos los años durante dos meses. Duermo en casa de mis amigos pilotos y visito escuelas para hablarles de mi compañía.
Cuando acabe el confinamiento comenzaremos a hacer paseos que combinan motocicletas y parapentes. Le alquilamos motocicletas a un amigo de Cali, los clientes pasean por las hermosas carreteras hasta el siguiente despegue y volamos desde ahí. Mi esposa Giovanna conducirá la furgoneta de apoyo con las alas y los efectos personales. Por alguna razón, el parapente y la motocicleta son una buena combinación y hay mucha gente interesada.
Mi pasión es volar, solo y en biplaza. Volar es maravilloso, es mi vida y mi trabajo. Me siento completo. Me gusta volar cerca del suelo, lucirme un poco, aterrizar en la ladera. Volamos mucho haciendo aterrizajes de ladera. Vuelo principalmente con música y sin vario. Les enseño a los estudiantes a volar sin vario.
Cuando estoy en tierra enseñando, me siento muy feliz cuando a los alumnos les va bien. Nuestro método de enseñanza es muy personal. Nos gusta tener una buena relación con nuestros alumnos. Lo más importante es que nuestros huéspedes regresen, aunque vivan lejos.
Por Bastienne Wentzel