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from Revista AQUA 268
EL CULTIVO Y PROCESAMIENTO DE ALGAS SE HA DIVERSIFICADO
EN LOS ÚLTIMOS AÑOS. TAL ES ASÍ QUE JUNTO CON SUS APLICACIONES ABARCAN MÚLTIPLES USOS TANTO EN LA MEDICINA
COMO PARA EL CONSUMO HUMANO.
La académica del Departamento de Biología Marina de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte (UCN), y directora Ejecutiva Centro de I+D Tecnológico en Algas y Otros Recursos Biológicos (CIDTA) de la Facultad de Ciencias del Mar, Dra. Fadia Tala González, destaca los principales atributos, en este caso de las macroalgas en el país.
“Al menos un 30% de las especies de macroalgas del país son endémicas, esto genera una oportunidad económica para el desarrollo de tecnología y productos locales diferenciados del resto del mundo. Sin embargo, para lograr esto e identificar ventajas se requiere incrementar nuestro conocimiento en múltiples aspectos”, afirma la Dra. Tala.
“Tenemos una tradición histórica en el estudio de las algas, siendo referentes en la macrozona norte. Los diversos estudios se han centrado en las grandes algas pardas como las especies del género Lessonia (huiro palo, huiro negro), Macrocystis pyrifera (huiro) y Durvillaea incurvata (cochayuyo), en algas rojas como Gracilaria chilensis (pelillo) y Chondracanthus chamissoi (chicorea de mar), en algas verdes como especies de Ulva y en la especie invasora Codium fragile”, detalla.
Añade además que el uso de las algas en la alimentación humana se remonta a miles de años. Hoy está teniendo un incremento, principalmente por la búsqueda de alimentos más saludables y por su inclusión en productos para dietas vegetarianas y veganas. “Por ejemplo, las algas son una buena fuente de fibra que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, disminuyendo los niveles de colesterol y glucosa en la sangre. Necesitamos validar estas bondades de las algas chilenas y diversificar en el tipo de algas, para ir más allá del cochayuyo y luche”, comenta la Dra. Tala.
La académica enfatiza que “debemos contribuir en educar sobre los aportes que genera consumir algas en la salud humada y trabajar en conjunto con profesionales del rubro gastronómico que diseñen preparaciones atractivas para los y las escolares. Hay que eliminar la creencia de que las algas son insípidas, babosas, de mal sabor y olor. En general comemos por la vista, así que una buena preparación invitaría a probar”.
No obstante afirma que institucionalmente cuentan con varias medidas de administración pesquera-acuícola para las algas, pero no necesariamente esto contribuye con la diversificación y protección del recurso. “Estamos concentrados en la explotación de no más de 15 especies de macroalgas y la forma de explotarlas no ha cambiado mucho en el tiempo. Seguimos cosechando algas de praderas naturales, con los riesgos de sobreexplotación y pérdida de servicios ecosistémicos que genera. Solo se cultiva una especie a nivel comercial (pelillo), considerando que hay paquetes tecnológicos para al menos unas cinco especies más”, añade la Dra. Tala.
Comenta que chile es un país importante en el mercado mundial de las algas, principalmente por el aporte de biomasa para la industria de los ficocoloides, como alginato, carragenano y agar. Sin embargo, la estadística de producción mundial muestra que al menos el 95% de la biomasa de algas proviene de la acuicultura, sobrepasando las 32 millones de toneladas. Ahí tenemos un desafío enorme para diversificar en la forma de producir nuestros recursos.
“Si miramos la demanda mundial de algunos productos en base a algas, como ingredientes funcionales para alimentación animal y extractos algales para bioestimulantes agrícolas, estos tienen tasas de crecimiento anual por sobre el 8%”, sostiene la académica de la UCN.
Respecto de si han detectado brechas en el ordenamiento territorial para áreas aptas para el cultivo de algas, la Dra, Tala enfatiza que, “hay que partir por definir qué es un área apta para el cultivo de algas, esto depende de la especie, de la tecnología que se quiera aplicar y de los volúmenes a producir. Hay especies que crecen bien en áreas protegidas, pero otras no. Se debe comprender muy bien que los impactos y beneficios del cultivo de las algas son diferentes al cultivo de los animales, así que las medidas regulatorias no pueden ser las mismas”.
S Per Alimentos
El potencial es diverso, esto a pesar de que el mercado nacional de algas está muy concentrado en la exportación de ellas como materias primas para la extracción de derivados llamados ficocoloides como el agar-agar, carregenina y alginatos. Que son parte de distintas industrias como la cosmética, farmaceútica y alimentaria, con un rol de agentes espesantes y gelificantes.
“A su vez, existe una exportación importante al mercado asiático donde éstas son parte de la dieta tradicional. A diferencia que en Chile y Occidente en general que no tienen integrado aun el consumo de algas, debido a una mala percepción o falta de acostumbramiento al sabor, textura y aroma que tienen. Sin embargo, esto ha estado cambiando gracias a la expansión de la información sobre su alta calidad nutricional, lo que les entrega un rol de ‘súper alimentos’”, manifiesta la cofundadora y CEO de QUELP, Alejandra Allendes.
QUELP es un emprendimiento chileno de foodtech, que ha investigado procesos bioalimentarios para transformar, por ejemplo, el cochayuyo en hamburguesas, albóndigas y otros productos veganos congelados, para que comer algas sea rico, saludable y sustentable.
En QUELP utilizan principalmente cochayuyo, pero han testeado otras como el huiro, luche, chicorea de mar y la lechuga de mar. Actualmente su línea de productos incluye hamburguesas en distintos sabores, albóndigas, bites (o bocaditos), nuggets, salchichas y chorizos, todos a base de algas como el ingrediente principal, veganos, sin gluten ni soya, con ingredientes 100% naturales y libre de sellos.
“Las algas representan más del 50% del producto lo cual fue un gran desafío. Crear un alimento rico con un alto porcentaje de algas es único en el mercado, y lo logramos gracias al desarrollo de un proceso bioalimentario que nos permite mantener las propiedades nutricionales y disminuir las sensoriales, transformándolas en un ingrediente neutro”, añade.
“Las algas son una buena fuente de fibra que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, disminuyendo los niveles de colesterol y glucosa en la sangre”, Dra. Fadia Tala.
Sin embargo, no hacen solo eso, gracias a todo el know-how técnico y experticia que han generado con los años, y viendo el potencial de las algas gracias a su gran diversidad, crearon un software de inteligencia artificial con el que pueden desarrollar cualquier tipo de solución alimentaria utilizando algas de cualquier parte del mundo.
“Todo en base de algas, ya que estamos convencidos de que es el alimento del futuro y tendrá un rol fundamental en cambiar el paradigma de la industria alimentaria para transformarla en una más sustentable y amigable con el medio ambiente”, comenta.
Creen además que el país tiene un fuerte sentido de in- novación, pero escasea el foco en acuicultura. Existen fondos especialmente para la agricultura, pero no así para los productos del mar, siendo que hay mucho de potencial y oportunidades de innovación ahí. “De todas formas, nosotros hemos recibido un gran apoyo de Corfo y ProChile por la innovación aplicada de nuestra foodtech”, destaca la CEO de QUELP.
Investigaci N De Pat Genos
Chile posee condiciones oceanográficas únicas para el cultivo de algas. Por ejemplo, comparte condiciones costeras de países como Japón y Corea, donde la acuicultura de algas es de las más importantes a nivel mundial, y Chile podría ser actor relevante en esta industria y posee las condiciones para serlo.
“Muchas algas chilenas se exportan -en cierto grado- para alimento humano directo. Esto por su alto contenido de umami así como aporte nutritivo general. De esta forma, no es extraño que en cocina gourmet de Europa o Asia se consideren algas chilenas como ingredientes. Es factible de incorporar en dietas de escolares, pero se debiesen considerar aspectos de palatabilidad en los platillos y por supuesto una evaluación económica, considerando que las algas muchas veces tienden a acumular metales pesados”, destaca el académico de la UACh y honorario de la Sociedad Escocesa para la Ciencia Marina (SAMS-Reino Unido) y Núcleo Milenio MASH, Dr. Pedro Murúa.
El investigador lleva a cabo un proyecto que aborda las patologías que afectan a las algas como el cochayuyo. “Como cualquier organismo, las algas son susceptibles a virus, bacterias, hongos y protistas. Incluso otras algas las pueden enfermar. En algas chilenas hemos encontrado una gran diversidad de feovirus, seudohongos (oomicetos), así como algas endófitas que pueden ser patogénicas en altos niveles. Cochayuyo, por ejemplo, se enferma comúnmente de parásitos fitomixidos, que afectan gran parte de sus poblaciones en ciertos momentos del año, y que se distribuye casi en toda la distribución de cochayuyo en el hemisferio sur”, concluyó el Dr. Murua.