Silvia Itkin entrevista a Artur Gomes de Morais

Page 1

1

LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LA ORTOGRAFÍA Entrevista con Artur Gomes de Morais

Por Silvia Itkin, Novedades Educativas ¿Cómo surgió su interés por investigar el aprendizaje de la ortografía? –Mi interés por investigar el aprendizaje de la ortografía -y su enseñanza– no es algo reciente. Desde finales de los años 80, dos problemas me preocupaban. Desde el punto de vista educativo, yo veía que poco avanzaba, en la escuela, la forma de enseñar la norma ortográfica. Comparando con los cambios logrados en las actividades de producción textual o de comprensión lectora, constataba que no se planteaban alternativas de instrucción de ortografía significativas –en sustitución de los ejercicios mnemotécnicos y copias tradicionales, utilizados siempre. Por otro lado, en tanto investigador, me parecía que había también una carencia de estudios de corte constructivista sobre el aprendizaje de la norma ortográfica. Las investigaciones disponibles eran sobre todo relativas a niños hablantes del inglés y carecían bastante de un análisis más serio del objeto de conocimiento (¿qué es la norma ortográfica?) y de los procesos de reconstucción vividos por el niño al aprenderlo. Del mismo modo que en inglés "spelling" significa tanto "deletrear" como "ortografiar", los estudios anglosajones no diferenciaban el aprendizaje inicial del sistema de escritura alfabética de algo posterior, es decir, de la apropiación de la norma ortográfica. Desde una perspectiva psicogenética, tampoco teníamos muchas investigaciones. Casi todo se refería al aprendizaje de la notación alfabética.

Artur Gomes de Morais es doctor en Psicología (Universidad de Barcelona, España); profesor de la maestría en educación de la UFPE y miembro del comité editorial de Lectura y Vida. Revista Latinoamericana de Lectura. Coordinador en Pernambuco del Programa "Parámetros Curriculares Nacionais en Acao" del MEC. ∗


2

¿Cuál ha sido, a su criterio, el impacto más grande en la enseñanza de la ortografía, a partir de la difusión de las investigaciones psicogenéticas sobre el aprendizaje de la lengua escrita? –En primer lugar, hay que reconocer que la revolución provocada por estas investigaciones fundamentales hasta hoy no está extendida a todas partes. Para aquellos que han conocido los trabajos de Ferreiro, Teberosky y colaboradores, se planteó la necesidad (o la posibilidad) de adoptar otra mirada hacia los errores de ortografía. Es decir, a partir de lo que habían descubierto sobre la psicogénesis de la notación alfabética, quedaba evidente que la apropiación de la ortografía imponía al aprendiz vivir una serie de conflictos (todos los casos donde más de una letra pueden notar una misma secuencia sonora y que, por lo tanto, contradicen el principio de biunivocidad de la "hipótesis alfabética"). Sabíamos así que los errores eran naturales. En círculos progresistas, esto ha ayudado a reducir una actitud de censura o punción ante los escritos de los niños. Algunos docentes sostienen que ciertas interpretaciones (no siempre correctas) o ciertas derivaciones didácticas de la teoría han ido en desmedro del aprendizaje de la ortografía, que se ha deteriorado en los últimos años. ¿Cuál es su opinión? Estoy de acuerdo, pero creo que hay que comprenderlo desde una perspectiva histórica. Entendiendo que hemos vivido un proceso de "pendularización didáctica": en oposición a una didáctica de lengua ineficaz y excluyente basada exclusivamente en la memorización de terminologías, reglas y excepciones de la gramática normativa tradicional pasamos a defender la producción (y compresión) de los textos significativos como únicos ejes legítimos de la enseñanza de la lengua en la escuela. Hacía falta "eliminar al enemigo" e implantar una nueva concepción de lenguaje. Con esto, muchas escuelas innovadoras han


3

pasado a tratar a lo ortográfico como sinónimo de algo tradicional y represivo. Y han pasado a apostar que los estudiantes adquieran conocimientos ortográficos exclusivamente a partir de la "exposición a los textos", como si la apropiación de la norma ortográfica fuera algo "natural", que se procesara espontáneamente. En muchos casos, la realidad ha desmedido estas expectativas. En Brasil, por ejemplo, escuelas muy progresistas ya han asumido hoy la necesidad de superar tal interpretación ingenua. El problema es que también carecíamos de investigaciones –psicolingüísticas y didácticas– que ayudaran a comprender que hace falta enseñar ortografía y cómo hacerlo desde una perspectiva de reconstrucción de conocimientos. ¿Puede sintetizar algunas "recomendaciones" para el maestro en cuanto a enseñanza de la ortografía (edades apropiadas, modalidades de corrección, etc.)? –La premisa básica es que la norma ortográfica constituye en sí un complejo de conocimiento. Aunque presente ciertas características regulares, es algo multifacetado y la superación de diferentes dificultades ortográficas requiere distintos razonamientos del aprendiz. No es lo mismo, por ejemplo, aprender por qué "guerra" se escribe con gu y aprender por qué "danés" va con s al final. Para cambiar la forma de enseñar es necesario que el adulto comprenda cómo está estructurada la norma ortográfica, sus distintos tipos de restricciones (regulares e irregulares), de modo que se planteen situaciones didácticas que se adecúen a aquellas variaciones. Por otro lado, entendiendo que sólo se puede enseñar sistemáticamente la norma ortográfica a aquellos niños que ya han comprendido la notación alfabética y que hayan memorizado la mayor parte de las correspondencias grafemafonema posibles en el sistema de escritura de su lengua. Respecto de la corrección, pienso


4

que hace falta, ante todo, distinguir corregir de enseñar. Más importante que querer corregir todo es crear situaciones de enseñanza que promuevan la reflexión ortográfica. ¿Ha cambiado la visión de los que significa "escribir correctamente" con la difusión del chat, los e mails, etc., en los que aparentemente se admite la falta de acentos, eñes, y ciertos signos? –Los mensajes personales enviados por internet parecen contener, de hecho, más errores, en especial los resultantes de la omisión de acentos y otros signos, que a la vez no siempre están inmediatamente disponibles en los teclados de ciertos países. Pero, reconozcamos, los mensajes "institucionales" o aquellos que atienden a un registro más formal siguen buscando respetar la norma ortográfica. Creo que la corrección ortográfica continuará constituyendo una exigencia social. Para el lector de un texto, la corrección ortográfica del mensaje es un factor facilitador, sobre todo en estos días, en los que tenemos cada vez más cosas por leer y menos tiempo para hacerlo. Aun respecto del efecto de las herramientas informáticas, me parece necesario agregar un comentario, porque algunos adultos entienden que con la llegada de los "correctores de texto" no hace falta enseñar ortografía. Esto me parece una gran equivocación. Si aceptamos que los niños no son esponjas pasivas, que tan sólo recibirían y guardarían las informaciones provenientes del medio, concluimos que cualquier máquina, no importa cuál, no va a poder hacer por el aprendiz el trabajo interno de reconstrucción del objeto que él tiene que aprender. En el caso de la ortografía, aunque el ordenador pueda ser utilizado como estímulo para una actitud de revisión (y de cuidado general con la prestación de los textos), él no "enseña ortografía" al niño. Si entendemos que enseñar es crear estrategias para ayudar al otro a comprender lo que todavía no ha aprendido, es evidente que un editor de texto no cumple con esta tarea. Aunque me


5

encanten los ordenadores, insisto en afirmar que información y conocimiento no son sinónimos. Las máquinas, aunque utilísimas, no sustituyen el trabajo mental necesario para que uno aprenda la mayoría de las cosas trabajadas en la escuela. Entre ellas, la ortografía. Tomado de Novedades Educativas No. 72, marzo 2002, Buenos Aires.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.