Se cumplen 122 años
del natalicio de Don Fidel Velázquez
“Debe entenderse que el contrato colectivo de trabajo es un instrumento de lucha en manos de los sindicatos para superar las condiciones de la Ley y mejorar la existencia de los trabajadores”.
tado de México, el 24 de abril de 1900; ese año se cumplía la sexta reelección de Porfirio Díaz y el país vivía serias transformaciones. Sus padres, Herlinda Sánchez y Gregorio Velázquez, eran gente de campo. La revolución de 1910 los condujo por diversos derroteros: marchó con su padre a trabajar a Tlaxcala, después a un rancho maderero en Puebla. En ese lugar, un tiroteo entre obregonistas y carrancistas provocó la muerte de su progenitor. Tras quedar en la orfandad, Don Fidel siguió laborando en el campo. Tiempo después, en 1918, llegó a la Ciudad de México a trabajar en una carpintería de la colonia San Rafael. Dos años después se marchó a la hacienda del Rosario, en los límites con el Estado de México, y comenzó a trabajar como repartidor de leche. Pronto se involucró en la vida sindical.
Fragmento del discurso pronunciado por Don Fidel Velázquez Sánchez, durante los trabajos de la LXXIX Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional, Septiembre de 1971.
L Í D E R E S
Nació en San Pedro Azcapotzaltongo, hoy Villa Nicolás Romero, en el Es-
“Que no crea nadie que nosotros estamos limitados a tratar todos los días los problemas de los trabajadores y a pugnar únicamente por aumento de salarios, porque nuestra misión es más elevada: destruir lo que es injusto para fincar otra cosa que sea más humana, más justa y que favorezca más los intereses de la clase trabajadora”.
T R A B A J A D O R E S
“Tenemos que romper obstáculos, salvar barreras, actuar más decididamente en este campo de nuestras actividades, porque no hay que olvidar que la Confederación de Trabajadores de México se creó precisamente para eso, para defender los derechos de los trabajadores; para lograr mayores conquistas; para obtener su reivindicación integral; para cambiar la situación actual por otra más justa y más humana”.
21
