Este número especial de Cuadernos, la Separata 1, está dedicado a un tema de especial relevancia y que atañe a todos los universitarios: La Reforma Universitaria. Iniciamos así un debate de ideas y discusión, tomando como punto de partida las recientes declaraciones del Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, quien afirmó: “Nunca hemos dicho que las universidades no puedan pensar”. Aceptamos el desafío, profesor Acuña. Esta universidad, que sí piensa, que sí aportó y que aún tiene mucho que aportar, le responde al llamado. Comencemos, pues...
“Pienso, luego existo”
René Descartes (1596-1650) .
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Cuadernos nº 6
Octubre, 2007
También en las universidades
Descentralización y transparencia: dos necesidades urgentes Miguel A. Megias
La descentralización en la década de los 90 El inicio del proceso de descentralización del Estado venezolano, durante la década de los años 90 del siglo XX, es el punto de partida de los grandes cambios que está experimentando el orden institucional en nuestro país. Después de más de un siglo de centralización progresiva en todos los órdenes de la vida del estado, se abrieron las puertas a un proceso para acercar el poder al ciudadano, tras la decisión de elegir en forma directa a los gobernadores, crear la figura del alcalde, elegirlo también en forma directa, y además de comenzar la redistribución de las competencias (educación, salud, seguridad, vialidad, …) entre los diferentes niveles de gobierno, mediante la Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público. La descentralización se convirtió, en ese entonces, en un proceso de renovación y refrescamiento del sistema político.
Pero la descentralización no llegó a las universidades Al tiempo que el país se preparaba, por vez primera, a elegir alcaldes y gobernadores, lo que les permitiría manejar con autonomía los fondos asignados en el presupuesto, las universidades (decanatos, direcciones) no reaccionaron. No hubo un movimiento equivalente, descentralizador, por parte de las autoridades locales (decanos y directores) para obtener “autonomía”, es decir, para el manejo autónomo de sus presupuestos. Al hablar de “autonomía”, los autores generalmente se refieren a la “autonomía intelectual o de cátedra”, que es muy importante; pero omiten mencionar la “autonomía local administrativa”, hacia el interior de la institución. Por el contrario, la tendencia fue la de reforzar el centralismo administrativo. Por razones diversas, no se movilizaron las fuerzas necesarias para que decanos y directores administraran los recursos que el Estado les asignaba para su funcionamiento y permitieron que las autoridades “superiores” manejaran, a su antojo, sus presupuestos. Ante esta falta de movilización y reclamos, los rectores de turno, en su papel de máximos responsables y “cuentadantes” de la universidad, coparon este espacio y “distribuyeron” a facultades y escuelas, en el papel
-pero nó en la realidad- el presupuesto universitario. Nunca se planteó seriamente la posibilidad de que decanos y directores manejaran sus presupuestos. Y haciendo uso de una centralización administrativa asfixiante, cada orden de compra y cada cheque era elaborado en el centro del poder, mientras decanos y directores aceptaban, pasivamente, tal situación.
Crear movimiento para lograr la descentralización Lo lógico sería que los afectados –profesores, estudiantes, trabajadores, decanos y directores- reaccionen y presenten argumentos para aprovechar el impulso del gobierno y lograr cambios que permitan tener una real “autonomía de gestión”. Y esto hay que hacerlo a sabiendas de que algunos argumentos pudieran ser utilizados por el gobierno para permear –o penetrar, según algunos- a las universidades. El argumento de silenciar los reclamos universitarios por que “hay que lavar la ropa en casa” nunca, y menos ahora, tuvo validez. Y en todo caso, presentar fallas y propuestas para corregirlas, por cualquier medio lícito, no pude ser interpretado como una traición a la universidad. Por el contrario, debe ser interpretado en el espíritu de salvar la institución. Hay que poner en claro, abierta y valientemente, los aspectos en los que la universidad, en su larga existencia, falló. Llegó el tiempo de señalar inequívocamente nuestras debilidades y errores, para así corregirlos. Creemos que ha llegado el momento, -tan anhelado por muchos profesores- de los grandes cambios institucionales: no podemos seguir siendo cómplices silenciosos, aceptando lo bueno y lo malo, sin quejarnos, para que todo siga igual.
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...llegó el tiempo de señalar inequívocamente nuestras debilidades y fallas, para así corregirlas
Frente a esa posición cobarde y pusilánime, las fuerzas universitarias vanguardistas deben hacerse oír. Hay que reclamar, duélale a quien le duela, pues esa es la única forma de modificar la institución y avanzar en la dirección de una universidad progresista, independientemente de si los argumentos serán utilizados por las fuerzas que -según se diceamenazan a la universidad. ¿Qué mayor amenaza puede haber que permitir que los grupos conservadores de poder, enquistados en la institución, sigan haciendo y deshaciendo, a su mejor saber y entender, lo que les venga en gana? ¿O que mayor amenaza puede haber que las autoridades atemoricen a los profesores so pena de no autorizar o dificultar sus ascensos o sus legítimas solicitudes de fondos para bibliotecas, espacios, dotación o mejoras docentes o investigación? La ACADEMIA, así, con mayúsculas, debe hacerle frente a la amenaza externa; pero también debe desenmascarar -e impedir el continuismo- a las fuerzas conservadoras que la han sometido en estos últimos 16 años.
El músculo para la descentralización De la misma manera que el presupuesto está distribuido, “en el papel”, en partidas que corresponden a decanatos y direcciones de escuela o de investigación, en esa misma medida debe distribuirse el presupuesto “real”. Esto significa que los montos presupuestados, reiteramos, para el funcionamiento de facultades, escuelas y centros de investigación deberían ser manejados, directamente. Así, cada decano, cada director de escuela y cada director de centro de investigación dispondría de una cuenta bancaria (léase chequera) en la ue, mensualmente, se les acrediten los dozavos para que adquieran o cancelen los bienes y servicios necesarios para su funcionamiento.
La tecnología puede ayudar a la transparencia Para el control de un sistema descentralizado ya se dispone de herramientas. Gracias a los avances de la informática, se pueden elaborar programas almacenados en la Web (esta tecnología, dicho sea de paso, es la nueva tendencia mundial), que pueden utilizar todos los interesados –autoridades, profesores, estudiantes y trabajadores. Igualmente, el presupuesto y su ejecución deben es-
tar contenidos en una página Web pública que permita a cualquier persona determinar como se efectúa el gasto. La transparencia ayudaría a evitar desviaciones puesto que permitiría reclamar, con datos en la mano, sobre la gestión de todos y cada uno de los entes, incluyendo, por supuesto, a la llamada Dirección Superior (rectorado y sus dependencias directas). La transparencia ayudaría, además, a generar estadísticas sobre el gasto, lo que permitiría corregir desajustes. Exigimos, pues, transparencia total del gasto universitario. Esta es una propuesta que debe discutirse en el seno de facultades y escuelas: el poder debe residir, como muy bien lo dice el Presidente, en el pueblo. Y el pueblo, en el caso de las universidades, somos los profesores, estudiantes, trabajadores, obreros y autoridades. Todos somos sujetos de deberes y derechos. ¿Que mejor derecho podemos tener que el de conocer y reformular -cuando sea necesario- la inversión que el Estado nos entrega? Y es justamente, ante el problema del uso “autónomo” del presupuesto uno de los puntos donde el gobierno intentará penetrar: ¡y con todo derecho¡ Aprovechemos la oportunidad que nos brinda el Ministro Acuña para iniciar, por nuestro propio impulso los cambios necesarios, antes de que nos los impongan. Proponemos abrir este debate, y otros que propongan los compañeros universitarios, al menos con estos dos temas: descentralización administrativa y transparencia.
Programas en la Web Para quienes no transitan los caminos de las tecnologías de la información, los programas en la Web mencionados en el artículo, pudieran creer que esto es algo dificil de hacer o que requiere de una gran experticia. Nada más alejado de la realidad. Esta universidad, si tuviera voluntad política, podría -en cuestión de semanas- colocar en formato de página Web la información sobre el presupuesto y su ejecución, partida por partida y renglón por renglón, visible a todos. Un ejemplo positivo de programas en la Web es la iniciativa de algunas facultades -FACES, principalmente- de realizar las inscripciones “por Internet”, que es lo mismo que decir “por la Web” Esa experiencia, a pesar de algunas fallas en los días pico de las inscripciones, ha sido exitoso y así se lo hemos manifestado al personal de la Dirección de Informática. ¿Que estamos esperando para poner el presupuesto en la Web?
Octubre, 2007
Autoridades de la Universidad de Carabobo
Cuadernos nº 6
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Inventamos o erramos
María Luisa Aguilar de Maldonado
Pedro Villaroel, Secretario de la UC
Rectora
Jessy Divo de Romero
pedvil@gmail.com
Vicerrectora Académica
Víctor Reyes Lanza Vicerrector Administrativo
Pedro Villarroel Secretario
Cuadernos de la Secretaría Una publicación de la Secretaría de la Universidad de Carabobo
Pedro Villarroel pedvill@gmail.com Director
Miguel A. Megias miguelangelmegias@gmail.com Editor en Jefe
Nelson Acosta Espinoza ancosta@cantv.net Editor Asociado
Comité de Redacción José Napoleón Oropeza jno1310@hotmail.comt Freddy Carquez Márquez carquezf@yahoo.es Jorge Castro jocasde40@hotmail.com Ciro Vargas cirovargas@hotmail.com Orlando Arciniegas oarcinie@cantv.net Gustavo Miranda hdlmt15@hotmail.com Fabio Vásquez Royett faviorvr@hotmail.com Elsie Pérez García elsiepg@hotmail.com
Periodista: Mariandreína Ruiz Roa mariandreinaruiz@hotmail.com
Colaboradores: Alecia Castillo Henríquez Ascander Contreras Uzcátegui Jesús Puerta José Díaz Retali Jorge Preciado Pablo Polo Domingo Sifontes Gustavo Guevara Pablo Baricelli Argenis Urdaneta Helena Acosta Mariño María C. Arcila Franceschi
Envíe sus artículos a: cuadernos.uc@gmail.com
Impreso en Publicaciones Degal, C. A. Tiraje: 5.000 ejemplares
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a Universidad nunca ha dejado de debatir, pues su esencia es reflexionar, pensar, criticar y aportar soluciones a los problemas del país. Y hago esta aseveración ya que, extrañamente, el ministro Acuña, parece desconocer esta realidad. El domingo 30 de septiembre, afirmó a los medios que quiere que se abra el debate, ya que a su juicio las Universidades no se han pronunciado sobre la “orden presidencial” que obliga a “todas las casas de estudios superiores a acoplarse al Plan Nacional de Desarrollo 2007-2013”. Acuña dijo textualmente que “quiere que se abra el debate y conocer las críticas al plan”. A lo largo de su historia la Universidad ha hecho aportes para el análisis y la transformación de la realidad del país. Sin embargo, en referencia a la solicitud del Ministro, desafortunadamente, nuestras instituciones no han tenido acceso al denominado “Plan de Desarrollo Nacional”. Si bien es cierto que ese plan, en particular, no ha sido objeto de conocimiento y discusión por parte de las universidades, es pertinente recordar que la Universidad nunca ha sido ajena a los planes del país, y que nuestra institución siempre ha aportado sustantivamente a la formulación democrática de los mismos. Lo que es inédito es el carácter autoritario que se deriva de la “orden” emitida por el Presidente de la República para acoplar nuestras universidades a este “Plan Nacional de Desarrollo”. Es bueno interrogarse sobre el sentido de lo nacional en este plan. En la actualidad existe un rico debate sobre las distintas maneras de abordar la cuestión nacional. Una de ellas es pensar esta realidad desde las regiones y, en consecuencia, apostar por la descentralización política, económica, cultural y simbólica. Otra, la decimonónica, que apunta a una centralización autoritaria como vía de desarrollo, y de la que hay dolorosas experiencias como la vivida en la antigua Unión Soviética, Cuba, China, Corea del Norte, y los países de la denominada “cortina de hierro”. Nosotros como universitarios apostamos a la primera, es decir, a la descentralización y no a la propuesta centralizadora del gobierno. Los rectores, tal como los conocemos hoy en día, son prescindibles… Coincidimos con el Ministro en que el modelo universitario cumplió, se agotó, y que se requiere una reformulación. El asunto es cómo lograr un cambio y en qué dirección debe estar orientado. Para empezar estamos de acuerdo en que la
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nueva Universidad debe profundizar su carácter democrático y plural, por lo que nos oponemos al autoritarismo y a recibir “órdenes”. En el nuevo esquema, deberíamos discutir la validez de las actuales autoridades universitarias y la forma en que se eligen, así como la composición del claustro. Por ejemplo, hablemos de la figura del rector. Muchos estiman, y nosotros estamos de acuerdo, en que éste debería estar revestido de un carácter académico, que ejerza la dirección intelectual de la Universidad, y que se ocupe, con personal adscrito a su despacho, de los asuntos académicos. Y que el manejo administrativo lo lleve a cabo un “Presidente”, quien pudiese ser incluso un personal contratado -tal como sucede en el mundo académico occidental- y no necesariamente alguien que pertenezca al claustro. Es decir, un presidente profesional, con el mejor currículo posible, de reconocida trayectoria administrativa, no necesariamente académica. Los rectores, tal como los conocemos hoy en día –gerentes administrativos- son prescindibles; también se debe repensar si el Vicerrector Académico, el Vicerrector Administrativo y -¿por qué nó?- la figura del Secretario son operativas en los retos que afronta la Universidad del siglo XXI. O si pueden ser reemplazados por profesionales bien pagados, que pueden ser facilmente retirados, si no rinden resultados, y
que, repetimos, no tienen porque ser miembros del claustro –mejor sería que no lo fueran, para conjurar así el bien conocido clientelismo universitario. Creemos que la Universidad debe ser una institución intelectual, en la que la investigación sea prioritaria, en la que la docencia se apoye en la anterior y en la que la extensión sea consecuencia lógica de ambas; y para lograrlo debe ser autónoma, plural, democrática y comprometida con su entorno regional y nacional. En todo esto coincidimos con el Ministro Acuña.
¿Cómo se concibe el poder popular en la Universidad? De acuerdo al Ministro, desde el año que viene el Poder Popular “debe penetrar” a las Universidades… Nos preguntamos qué entiende el profesor Acuña por “Poder Popular”, y en dónde está ubicado, puesto que la palabra “penetrar” implica que se encuentra fuera de la Universidad. Si es así nos cuestionamos: ¿Cuál será esta instancia? ¿Las Juntas Comunales? ¿Las Juntas de Estudiantes? ¿Las Juntas de empleados y obreros? Porque de ser así, ¿que cualidad poseen esas instituciones o Juntas para opinar sobre una institución tan compleja como lo es la Universidad? Si los estudiantes están agrupados en federaciones, los empleados y obreros en sus respectivos gremios y los profesores en sus asociaciones, ¿qué rol les toca a estas instituciones, ya muy arraigadas en las comunidades –a pesar de las posibles fallas que pudieran tener? Antes de plantear que nos pronunciemos, el Ministro Acuña debe hacernos llegar su plan y sus objetivos, para así en conjunto, democráticamente, poder discutirlo y sacar las conclusiones. De esa manera, se hará innecesaria la “orden” presidencial.
Todos mis trabajos son juegos. Juegos serios. M. C. ESCHER. Litografía, 1948, “manos dibujando”
Declaraciones del Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, publicadas en Siete Dias de El Nacional, el 30 de septiembre, 2007
ESTUDIANTES RECORREN EL PAÍS Y PREPARAN MOVILIZACIONES DE CALLE El poder popular ronda las universidades JAVIER PEREIRA jpereira@el-nacional.com
Después de la eventual aprobación de la reforma constitucional, el Gobierno promoverá cambios legales para modificar las estructuras de los gobiernos universitarios, aplicar un nuevo esquema de admisiones y adaptar los programas de estudios superiores a las necesidades del proyecto socialista. EL NACIONAL - Domingo 30 de Septiembre de 2007 / Siete Días/1 El presidente Hugo Chávez dio la orden hace sólo cinco días, durante el lanzamiento de la Misión Alma Mater en Maracay, estado Aragua: todas las universidades del país deben alinearse con el nuevo proyecto socialista de desarrollo nacional. “Tienen que romper su claustro, salir con toda su fuerza moral y su juventud al campo de batalla social y económico, para involucrarse en los proyectos de desarrollo nacional”, señaló el jefe de
Estado. La orden presidencial es el primer anuncio público de un proyecto de reforma universitaria que se evalúa desde hace meses en el Ministerio de Educación Superior (MES). Las líneas fundamentales de esa reforma están reflejadas en un documento que fue consignado en julio pasado en la Asamblea Nacional por el ministro Luis Acuña. Se trata de un papel de trabajo que solicita la modificación de una docena de artículos clave de la Ley de Universidades. En el primer punto del texto se plantea incluir una disposición que obligue a todas las casas de estudios superiores a acoplarse al Plan Nacional de Desarrollo 2007-2013, documento preparado por el Ministerio de Planificación y Desarrollo que habla de la nueva ética socialista, la democracia protagónica revolucionaria, el modelo productivo socialista y la nueva geometría del poder, entre otras cosas. La idea, según se expresa en la propuesta, es garantizar que los egresados de las universidades venezolanas puedan satisfacer la demanda de profesionales que genere la aplicación de las nuevas líneas de desarrollo establecidas por el Gobierno. “Hay que formar geógrafos radicales, por ejemplo, que entiendan la nueva concepción territorial. Formar médicos con mayor compromiso social. Eso es lo
que se pide a las universidades”, explica Acuña. –¿Sólo se formarán profesionales socialistas? –Sería incoherente que preparemos en las universidades profesionales no solidarios. –¿Pero, en vez de “alinearse” con el proyecto de desarrollo, las universidades no deberían discutir y criticar su contenido? –Nunca se ha dicho que la universidad no puede pensar. Todo lo contrario, queremos que se abra el debate y conocer las críticas al plan, porque no las hemos escuchado. El MES también plantea que, con la eventual aprobación de la reforma constitucional, es obligatorio revisar la distribución del poder universitario. La premisa parte de la redacción del artículo 70 incluido en la propuesta de reforma, que en su letra pequeña establece la creación de los consejos del poder popular de estudiantes, trabajadores y obreros. Esas figuras serían la llave para abrir la puerta de una reforma que modificaría sensiblemente los órganos de mando en las casas de estudios superiores, especialmente en las autónomas, y la manera en la que son electas las autoridades. El ministerio sugiere revisar las atribuciones y la composición de los consejos universitarios, ampliar la participación de los estudiantes y los trabajadores en la elección de las autoridades, reforzar los requisitos para poder postularse a rector y modificar el funcionamiento del Consejo Nacional de Universidades (para que las autónomas y las experimentales tengan el mismo peso en esa instancia). El documento entregado por Acuña a los parlamentarios plantea, además, otros tres puntos fundamentales: reforzar los controles sobre la educación superior privada (para controlar las ganancias y las tarifas de esas instituciones), garantizar la municipalización de la universidad (mayor intercambio con las comunidades aledañas a las casas de estudio) y aplicar el nuevo sistema de admisiones (que supondrá la eliminación de las pruebas internas en todas las universidades a partir del año que viene). De acuerdo con las estimaciones del ministro, la Asamblea debería
aprobar esta reforma puntual de la Ley de Universidades en el primer trimestre de 2008, pero sólo como una medida temporal, porque se espera que antes de 2010 se puedan redactar nuevas leyes de educación y de educación superior que sirvan de marco legal al nuevo sistema universitario socialista. Listos para la batalla. Mientras el ministro Acuña prepara la primera fase de la reforma para el próximo año, las universidades se disponen a enfrentarla en el marco del Jubileo por la Autonomía: la conmemoración de los 50 años del decreto que restituyó la autonomía de la Universidad Central de Venezuela después de la caída de Marcos Pérez Jiménez, en diciembre de 1958. Para adelantarse al debate planteado por Acuña, el rector de la UCV, Antonio París, tiene una carta bajo la manga. En las próximas semanas presentará el proyecto del Plan Estratégico de la universidad, que propone sensibles cambios programáticos y estructurales. “Tenemos dos años preparando esta reestructuración y queremos que sirva de modelo. Nosotros nunca le hemos dado la espalda al país. Formamos profesionales en áreas prioritarias y estamos dispuestos a debatir sobre las necesidades de la nueva universidad. Pero hay que sentarse a discutir, no imponer unilateralmente”, señala. Entre los planteamientos de París está la reforma estructural del Consejo Universitario, para desconcentrar decisiones y que la instancia se dedique sólo a políticas académicas; la eliminación de algunas escuelas y la
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creación de departamentos, que permitan el manejo transversal del conocimiento entre las diversas carreras; la creación del vicerrectorado de extensión; la eliminación del vicerrectorado administrativo; y la creación de una comisión asesora administrativa, que vigile y oriente el manejo del presupuesto. El profesor Jesús María Cadenas, investigador de la UCV y miembro del Foro Interuniversitario por la Autonomía, alerta sobre el peligro de plantear reformas al esquema de elección de las autoridades rectorales. Asegura que es válido revisar la participación estudiantil y discutir una eventual inclusión de los trabajadores administrativos en las votaciones; pero nunca en posiciones paritarias. “Hay que entender que la universidad, por su misma esencia, no es necesariamente democrática y popular. Las jerarquías académicas deben respetarse. Si de lo que se trata es de colocar a la universidad bajo el dominio de los estudiantes, por razones de interés político, se vulneraría el carácter académico de la institución. Es como si los soldados pudieran elegir quién es el comandante del batallón". Cadenas explica que el concepto de autonomía universitaria que manejan los voceros del Gobierno se limita a reconocer sólo la libertad de cátedra, sin respetar el artículo 109 de la Constitución, que también establece independencia para manejar el presupuesto, planificar políticas educativas y reglamentar la elección de sus propias autoridades. El rector de la Universidad Simón Bolívar, Benjamín Scharifker, reconoce que el ministro Acuña está buscando consenso para la aplicación del nuevo sistema de admisiones a partir del próximo año. Señala, sin embargo, que el problema del acceso no se resolverá con este nuevo instrumento: “El problema del ingreso es que todos los estudiantes no llegan al examen con las mismas capacidades, por las deficiencias de la educación preuniversitaria. Entonces, nuestra propuesta es que se establezca, antes de la universidad y después del bachillerato, un año de iniciación universitaria, para que los estudiantes reciban
Nunca se ha dicho que la universidad no pueden pensar. Todo lo contrario, queremos que se abra el debate y conocer las críticas al plan, porque no las hemos escuchado.
orientación vocacional, formación académica general y puedan llegar al examen de admisión en mejores condiciones. De lo contrario, el problema no va a resolverse con la nueva prueba”. En cuanto a la fiscalización de las instituciones privadas, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Luis Ugalde, cree que en el marco legal vigente existen suficientes herramientas para que el Estado ejerza un control eficiente. “Hace falta más diligencia para aplicar la ley y menos discurso. Si hay denuncias, que se investiguen. Pero en vez de tocar estos temas, el ministro Acuña debería preguntarse cómo es que las universidades privadas manejan mejor los recursos que las públicas. En la UCAB, el costo anual de un estudiante es de 2.000 dólares, mientras que en la UCV, aunque sigue siendo barato, es de 6.000 dólares. El Gobierno podría ayudar a muchos más estudiantes humildes a ingresar en las universidades, pero no lo hace. Ese sí que es uno de los verdaderos debates de la educación superior en Venezuela”.
La voz de los estudiantes. Además de la propuesta del MES para reformar la Ley de Universidades, la vanguardia estudiantil oficialista (representada en la Comisión Presidencial para el Poder Popular Estudiantil) lleva un mes preparando un proyecto de ley que establezca nuevos mecanismos de participación en el gobierno universitario. Después de recorrer varias ciudades del país recogiendo opiniones, los estudiantes oficialistas tienen listo un documento preliminar que han sometido a consulta entre varios miembros del gabinete ejecutivo. Robert Serra, estudiante de Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello y miembro de la comisión, dice que uno de los elementos esenciales de la propuesta es eliminar los centros de estudiantes y sustituirlos por los consejos del poder popular estudiantil. “Esas son estructuras temporales
que caducaron y no satisfacen las necesidades del movimiento estudiantil. Pero no queremos consejos estudiantiles chavistas, sino participativos. En las universidades en las que los compañeros de la oposición sean mayoría seguramente se relegitimarán. Pero si ellos deciden aferrarse a las viejas estructuras quedarán al margen de la nueva ley y cederán sus espacios a quienes quieren sintonizarse con el proyecto socialista”, indica. Serra explica que el proyecto que preparan también aumentará la participación estudiantil en los organismos de gobierno universitario y en la elección de autoridades rectorales en la mayoría de las casas de estudio, incluyendo las privadas. Frente a estas iniciativas, la vanguardia estudiantil opositora se articula para defender su autonomía desde varios flancos, con énfasis en las movilizaciones de calle. Dubén Cabritas, estudiante de Ciencias Pedagógicas de la UCAB, recorre el país desde hace dos semanas en un camión del movimiento Autonomía ya!: un colectivo de estudiantes que promueve la educación inde-
pendiente. Su plan es visitar más de 40 instituciones universitarias, públicas y privadas, para recoger firmas en un pergamino gigante en protesta contra la intervención de la educación superior por parte del Estado. El objetivo es llenar 2,5 kilómetros de tela y desplegarlos en un acto especial que tendrá lugar en Caracas, el miércoles 21 de noviembre. Cabritas considera que la pretensión de eliminar los centros de estudiantes es sólo una estrategia para debilitar la resistencia estudiantil. “Esos consejos del poder popular son una figura impuesta por el Gobierno para tutelar el movimiento universitario. Ya los dirigentes nos hemos relegitimado y la oposición ganó 90% de los centros de estudiantes”. Asegura que el movimiento estudiantil se prepara en todo el país para debatir con el Gobierno su propuesta de reforma universitaria y, al mismo tiempo, defender la autonomía de la educación superior en todos los espacios. “Estamos listos para la pelea. Resistiremos”. El año 2008 será intenso en las aulas universitarias.
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versidad en la sociedad”.
Dr. Ernesto Ferrer: “Los Rectores son pequeños dictadores”
Según admite y con la experiencia de haber sido miembro en el año 2000 de la Comisión de Reforma Universitaria de la UC, le cuesta “creer” que las Universidades conservadoras estén en capacidad de transformarse por ellas mismas, ya que los planteamientos hechos en aquella época no trascendieron más allá del papel y de su publicación en la página Web de la UC. Además, recuerda que los profesionales universitarios tienen una serie de privilegios que no se consiguen en ninguna otra institución y “eso hace que, hasta cierto punto, nosotros seamos muy conservadores”, y por lo tanto se trate de mantener la misma estructura. Para Ferrer, el hecho de que ninguna
universidad tenga un plan de desarrollo estratégico “a 20 ó 20 años” y que el “futuro” de las mismas esté sujeto a los “avatares y hasta los caprichos del Rector”, quienes cambian la política universitaria cada 4 años, es lamentable, es algo lamentable. “Actualmente los Rectores son pequeños dictadores porque tienen demasiado poder. El vicerrectorado administrativo está sujeto a la buena voluntad del Rector, el vicerrector académico y el Secretario tienen muy pocas atribuciones según la Ley. Toda la vida de la Universidad gira alrededor del Rector, y la Universidad es muy grande para que gire en torno a una sola persona”, sentencia el Dr. Ferrer. En su opinión debería existir un organismo en la universidad conformado por los profesores más formados y competentes, quienes junto al Gobierno trazarían la política de desarrollo de la institución. Recuerda que, en su oportunidad, propusieron que la universidad estuviese organizada por departamentos, y “se creara una especie de gran senado compuesto por los jefes de estas dependencias...”. Añade que la figura del Rector debería estar despegada de la vida cotidiana de la Universidad, pues éste está llamado a jugar otro papel, que no es más que el de “generar vínculos, y trabajar con otras entidades públicas y privadas del Estado, para desarrollar proyectos en beneficio de la sociedad, y de la institución”. En este sentido añade que es necesario que exista una separación muy clara entre la vida administrativa de la institución y la vida académica. “Debería haber una persona que esté a la cabeza de la vida administrativa, y una que represente la política de la Universidad, que se encargue de sus planes de desarrollo y de la repercusión de la Uni-
A juicio de Freddy Bello, coordinador del postgrado de Ciencias Sociales, Estudios de Salud y Sociedad de la UC, la Universidad venezolana “difícilmente resiste una reforma que la convierta en una institución positiva”, pues según califica esta “rancia, vieja y carcomida” Universidad está minada de mafias organizadas. En su opinión, se deben crear nuevas universidades y centros de educación superior y de formación, en los que “se busquen nuevas maneras de formar a la gente para vincularlos a los procesos sociales y productivos”. No obstante, el sociólogo apoya algunos de los puntos del proyecto de reforma planteado por el titular del MES, ya que buscan acabar con “las perversiones” que se cometen en el seno de la misma arropados por la autonomía. Como primer punto, admite que es algo “inherente” a la Universidad el ir de la mano con el proyecto de país, de allí que es lógico que se pretenda que éstas se acoplen al Plan Nacional de Desarrollo 2007-2013. “No debe ser una obligación, ese debe ser el carácter, y la razón de ser de toda universidad. Ahora que no se haya hecho en nuestras universidades, en función de una mala entendi-
da autonomía, es otra cosa. Por eso precisamente es que Acuña está haciendo este llamado, porque tienen que ser coherentes a los procesos que se viven en el país, para poder asumir con los gastos de investigación y extensión”. Además, enfatiza que “no todo el mundo estaba de acuerdo con el capitalismo, y fue el sistema que dominó y por el siempre estuvo subordinada la Universidad”, por lo que desestima la polémica que puede causar que éstas se enrumben hacia el socialismo. “Si la visión que hay es el de una nueva sociedad, la Universidad tiene que transformarse en función ésta”, sentencia Bello, quien también coordina el Laboratorio de Investigación sobre Procesos Sociales y Condiciones de Vida de la UC. “Los Consejos Universitarios son la máxima negación de la autonomía” Como ejemplo de las perversiones que ocurren en nuestras universidades y por las cuales “el Ministro Acuña habla de que hay que rescatar de los rectores la autonomía universitaria”, Bello menciona a la Universidad de Carabobo, que, según advierte, dejó de ser autónoma para convertirse en un ente privatizado “en función del gobierno que ha tenido en los últimos 15
Insiste en que el Estado es quien debe seleccionar a los estudiantes para el ingreso a las Universidades, considera que los rectores no deberían estar inmiscuidos en la vida cotidiana de la institución, y estima que la autonomía debe ganarse y no ser producto de un decreto al momento de que se “nazca” la institución. Mariandreína Ruiz Roa “No creo que este Gobierno tenga intenciones de atentar contra la autonomía, lo que está haciendo es tratar de generar pequeños cambios para articular la universidad a planes del Gobierno. De allí a que exista la idea de que se pretenda violentar la autonomía, no lo creo”, admite Ernesto Ferrer, presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología Carabobo (Fundacite) y Doctor en Psicología de la Educación.
No se hia debido eliminar la PAA Considera apresurado el hecho de se que haya eliminado la Prueba de Aptitud Académica (PAA), y admite que si bien había una necesidad de mejorarla, ésta era “la prueba más democrática que existía, porque llegaba al pupitre del estudiante independientemente de su posición socioeconómica”. Asímismo, reitera que debe ser el Estado, a tra- El profesor Ernesto Ferrer, Presidente de Fundacite vés del gobierno, el que es- Carabobo. tablezca las políticas de admisión de las universidades y subraya creto y que cuando una Universidad que no es violatorio del la autonomía que “nace” ya se le de este carácter. “La autoel gobierno señale “que tenemos que tra- nomía debería ser la culminación de un bajar en función de las necesidades del proceso de acreditación de la universidad. país, de incrementar la producción indus- Además, añade, que ésta no debería ser trial”. Esto, en referencia a las declaracio- de por vida, sino evaluable. “Si la Universines del Ministro Acuña quien afirma que dad continúa cumpliendo con sus metas, las universidades deben insertarse en el y progresando, tiene su autonomía; pero si entra en crisis el Estado tiene que intervePlan Nacional de Desarrollo. “Que el Estado exija y reclame que te- nir”. Por último, Ferrer señala -en relación a nemos que formar más ingenieros en el área de petróleo, de geofísica, o de inge- la propuesta de establecer los Consejos niería estructural porque estamos tratan- del Poder Popular de Estudiantes- que es do de hacer de Venezuela una potencia “perfectamente válido” que se plantee la energética, es lógico”. existencia de nuevas formas de organizaAsimismo, añade que el Estado tiene ción estudiantil, “a las que pueden llamar que ofrecer alternativas, “carreras que las Poder Popular” o lo que ellos, soberanauniversidades no tengan, pero que el mente, decidan. Así como en la misma Estado necesita. Tiene que abrir institutos Ley de Universidades hay escalafones que tecnológicos, politécnicos y carreras inter- se deben cumplir, debe pasar lo mismo en medias”. este tema. “Las Universidades son fundamentalmente o están llamadas a ser cenLa autonomía debería ser tros de creación. “evaluable” No puede ser nunca lo mismo o no En opinión del presidente de Fundacite puede tener el mismo valor el voto, o la el tema de la autonomía cada quien lo ha opinión, de un muchacho de 17 años, remanejado a su antojo y ha sido muy malin- cién graduado de bachiller, que la de un terpretado. A su modo de ver, la autono- profesor que tiene 25 años trabajando y mía “debería ser una especie de premio estudiando e investigando, que ve el munque las Universidades se ganan por su de- do desde un ángulo distinto al de un adosarrollo, su madurez y su investigación”. lescente”. Reprocha que ésta sea producto de un de-
Freddy Bello: “La Universidad no resiste una reforma” Mariandreína Ruiz Roa años, pues los rectores prácticamente asumen el presupuesto como su propio negocio, y a la universidad como su propia empresa”. Para ilustrar esta situación, crítica el hecho de que en ésta se “haya pasado de un personal de vigilancia, limpieza y jardinería -que pertenecía a la comunidad universitaria, y que era amigo de los profesores y estudiantes- a compañías privadas de vigilancia y afines, que hacen sus trabajos muy mal porque son muy pagados”, no se sienten identificados con la Universidad y además están siendo explotados. Agrega además que otro de los puntos con el que concuerda con Acuña es el de la revisión de las atribuciones y composición del Consejo Universitario, ya que, según advierte éstos son la máxima negación de la autonomía. “Los Consejos Universitarios se han transformado práctica-
mente en dictadores y administradores de leyes, en sancionadores, en directores administradores, y todo esto bajo la figura del rector”. Por último, advierte que la Universidad no está por encima del estado, ni Ley de Universidades puede estar por encima de la Constitución. “Lo que ha pasado es la que autonomía universitaria se ha asumido de tal manera que está incluso por encima de la Ley de Universidades. La autonomía universitaria es la autonomía de la producción del conocimiento, del pensamiento, del desarrollo de las ideas, es para la creación. La autonomía no es para apropiarse de un presupuesto”, concluye Bello, no sin antes, recordar que “difícilmente hay capacidad de análisis cuando no se está abierto a los planteamientos”, por lo que invita a los sectores que adversan al gobierno a la reflexión.
Octubre, 2007 omenzaré por explicarte que está es una conversación no solo entre pares, sino entre iguales, tanto en el cielo como en la tierra, conquistas que debo refrescarte a pesar de que son bastante antiguas y debes conocerlas, especialmente la primera ya milenaria, la segunda es más joven pero ya va por los 200 largos años. Ignorar estas dos grandes victorias de la humanidad progresista es quizás el argumento más importante del dialogo entre el Gobierno actual, dolarizado y armado hasta los dientes -del cual eres vocero- y nosotros, los humildes mortales, desarmados y ajustados a vivir con los empobrecidos bolívares que ustedes, “patrioticamente”, reparten. La historia nos ha enseñado que el Cristianismo, el Liberalismo, y el Socialismo deben ser tomados en lo que de humano y racional tienen, en sus aportes a convertir la milenaria oferta del “paraíso” en una realidad concreta y terrenal. La humanidad está saturada de ofertas equivocadas y peor conducidas, cuyos costos, en sacrificio,s han resultado abrumadores. Se trata, en el siglo XXI, de que trabajemos con hechos, con resultados y con compromiso personal: basta de falsificaciones.
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Su lenguaje es delirante Por favor ministro, no comprendemos su lenguaje; suena a cuartelario. Y mucho menos se lo aceptamos al equipo de asesores con los que su despacho se rodea. Sabemos que algunos de ellos deliran y se militarizan especialmente cuando Baco los acompaña. Otros, los más antiguos aún se mueren de la rabia por que nunca se atrevieron a incorporarse de lleno a la convocatoria insurgente de la década 1960-1970. Intelectuales a quienes les salieron canas, o se le cayó el cabello madurando la decisión de alzarse y se les fue la vida debatiendo a Sun Tzu, Mao Tse Tsung o Ernesto Guevara en las cervecerías de Sabana Grande. Ahora nos encontramos con que sobran los aprendices de Comandantes en Miraflores y sus alrededores. Por que el apoyo de esos radicales de cafetín y trasnochados conspiradores, a la aventura heroica de la época, no pasó nunca del Jardín Botánico de la UCV o de los cafetines universitarios. Y unos cuantos socios-listos (que no socialistas) lo hicieron a las orillas del Támesis, del Sena o disfrutando de la Dolce Vita romana.
¿Cuáles órdenes?: La manifestación pública de que usted y su despacho cumplen órdenes nos resulta inaudito. Expresión que nada tiene que ver con situaciones en las cuales la realidad económica, social o política nos imponga estados de emergencia, por que la tragedia no se encuentra en ninguna parte entre nosotros, salvo la mente enferma de quienes elaboran hasta el presente los planes de la nación como el que su minnisterio ha propuesto. Quizás me permitiría, con todo respeto, insinuarle a sus jefes que revisen su vocabulario. Son ustedes los que han creado una situación psicológica y social anómala que ha sorprendido a nuestra población, incorporada desde hace un siglo a la paz y al progreso.
¿De que se trata, Ministro? ¿Pensamos u obedecemos? Y de nuevo tenemos que volver sobre
Cuadernos nº 6 sus palabras estimado colega. Tanto usted como el Presidente se han saltado la regla de oro de toda conducción: incorporar a los dirigidos al proceso creador para la elaboración compartida de lo que se propone. Cualquier otro camino está condenado al fracaso por que, independientemente de las amenazas -e incluso de las sanciones- tanto el rechazo como la resistencia de la comunidad convertirá en innecesariamente laborioso lo que se pretende construir. Nunca olvidaré la imagen del rector de la UCV, profesor Spósito Jiménez, funcionario docente de alto nivel de la dictadura militar de los años 50 del siglo pasado, quien fue brutalmente irrespetado por la comunidad estudiantil durante la exitosa huelga universitaria del 21 de noviembre de 1957. Daba pena ajena contemplar como la poblada estudiantil le cobraba al rector los gigantescos pecados del régimen -y su propia y prolongada humillación. También salieron muy mal parados los académicos que acompañaron la intervención calderista en la década de 1970. Estamos a tiempo de que, tanto usted como su equipo, se replanteen el abordaje de la cuestión universitaria, corrigiendo sobre la marcha el erróneo planteamiento formulado y abramos el juego de una manera distinta, profundamente democrática, que nos permita a los integrantes de la comunidad sentarnos a la mesa con voz y voto, dispuestos, todos, a que la elaboración descanse en la razón práctica y no en el poder del más fuerte. Sería una locura que ustedes imitaran una vez más a Carujo.
Debemos construir juntos pero compartiendo Transitemos juntos -más allá de las diferencias de criterio, de experiencia, o de formación- la construcción de una propuesta creadora y de utilidad que integre los aspectos esenciales que la realidad local, regional, nacional y universal nos ha enseñado. Y es sobre las bases de la razón científica y del humanismo como debemos encontrarnos para elaborar lo que sea más útil para el desarrollo nacional, desde la perspectiva universitaria. No existe otra metodología para contribuir en la superación de la pobreza que compromete el destino de una gran parte de nuestra sociedad. Insisto, compatriotas, en que sólo unidos en la diversidad, con respeto y tolerancia, sobreponiéndonos a la natural y muy humana pluralidad ideológica y política, tomando como denominador común los sagrados intereses económicos y sociales de la nación y las aspiraciones de paz y progreso de nuestra población, podremos -y debemos- avanzar en el desarrollo de proyectos útiles para los venezolanos. Nuestros ciudadanos siguen a la espera de que la fantástica riqueza energética que posee la nación sea cada día de mayor utilidad. Por que aún no hemos superado el estrecho círculo de hierro de los poderes que la consumen. La distribución de los beneficios de nuestro patrimonio sigue siendo el comienzo y el final de nuestros problemas nacionales en el presente.
La Contribución Universitaria: Lo que esta a la vista no necesita anteojos; y si nos los ponemos, es por que estamos ciegos o sencillamente no queremos apreciar lo que resulta evidente. Desde la inmensa experiencia adquirida,
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¡Acuña, escucha! Fermín Freddy Carquez Márquez, carquezf@yahoo.es
cuando convocamos al pueblo de Caracas a acompañarnos en la huelga insurreccional del 23 de enero de 1958 en contra de la dictadura militar -y lo logramos- me convencí de que una de las grandes conquistas civilizatorias de nuestra sociedad, ha sido la consolidación de una vasto y complejo institución dedicada a la educación superior
Muchísimo más allá de sus limitaciones, Sr. Ministro, considero que no existe en nuestra población otra figura que encarne la generosidad y el valor de los ciudadanos venezolanos. Que sus estudiantes, esos adolescentes que se hacen hombres y mujeres, aprendiendo una disciplina y una técnica que les permitirá ser parte efectiva del proceso productivo. Y que en ese tránsito han sido, son, y seguirán siendo, parte del esfuerzo civilizatorio venezolano y de las luchas que lo han hecho posible entre nosotros.
El aporte de nuestros jóvenes estudiantes Sus brazos y sus pechos detuvieron a Boves en la Victoria. Pero esos mismos brazos acompañaron una y otra vez a los campesinos pobres, atrapados en las estériles guerras civiles durante el siglo XIX, contribuyendo a la apertura de la modernidad, a la demanda democratizadora, confrontando el Gomecismo y el Perezjimenismo. Nutriendo así, durante el siglo XX, a partidos, sindicatos y gremios; fortaleciendo así la sociedad civil, a lo largo del siglo que acaba de concluir; y desempeñando así, en paralelo, al que -conjuntamente con nuestros jóvenes trabajadores- han realizado como profesionales y técnicos en el desarrollo de las artes y las ciencias. Millares de profesionales han egresado de nuestras universidades -públicas, privadas, nacionales y experimentales- convirtiéndose dicha dinámica en el mecanismo más importante de ascenso económico y social de Venezuela, para hombres y mujeres, sobrepasando, desde hace varias décadas, el papel desempeñado por la Iglesia y las Fuerzas Armadas como instrumentos de promoción social. Se han olvidado, los responsables del Gobierno, que vivimos en la era del conocimiento; que las armas y el dinero no son suficientes -y hasta pueden ser chatarra envilecedora- si se utilizan con torpeza, como ha estado ocurriendo en los últimos años en el Oriente Medio y aquí, en Venezuela.
¿Cuál Poder Popular? Nosotros, los integrantes de la comunidad universitaria somos también parte del Poder Popular venezolano, de igual manera que la totalidad de nuestra sociedad. Razón ésta más que suficiente para que el debate se realice entre iguales, cuyos derechos y deberes los obliga a construir de mutuo acuerdo. Nos resulta temeraria la idea de que el Gobierno, enmascarado con los argumen-
tos populares y revolucionarios, asalte las instituciones de educación superior. Desgraciadamente, esto no sería una sorpresa, pues ha ocurrido en casi todos los gobiernos autocráticos de la República. Si sucede de nuevo, se sumaría a la cuenta y al comportamiento bandolero conocido. Es nuestro deseo -y a ello dirijimos nuestros esfuerzos- que la universidad logre una respuesta compartida, elaborada democráticamente, conjuntamente con el Estado, pero en condiciones constructivas. Son muchas las coincidencias críticas existentes en el sector que facilitarían un proyecto de reformas significativo. Administradas con sensatez, actualizarían las estructuras administrativas, los proyectos de investigación, la programación académica y la cooperación con la sociedad en la búsqueda de soluciones efectivas.
Conocidos y cronificados problemas: Hace más de 30 años existe, en el interior de la comunidad, comprensión sobre la necesidad de optimizar la administración de las instituciones, haciéndolas más efectivas y transparentes. Comprendemos que es indispensable descentralizar las funciones rectorales y decanales, facilitando la toma de decisiones y el control de la comunidad sobre las mismas. Ampliar la diversificación de las disciplinas y abreviar racionalmente su realización es otra sentida demanda académica. Es indudable que la participación estudiantil debe crecer y el universo de los trabajadores debe adquirir responsabilidades en el cogobierno universitario. La magnitud de su presencia impone viabilizar su incorporación a las responsabilidades de la conducción de las instituciones, sin demagogia. Aspectos vinculados también a la orientación y responsabilidades deben construirse con la población, en función de su contribución para la solución de problemas. Y es inocultable la necesidad de una mayor exigencia en la formación y rendimiento de los integrantes de la comunidad -desde el mundo profesoral, muy dado a reivindicar su antigüedad al margen de su aporte intelectual, hasta el contingente estudiantil ganado para aprobar al margen de los conocimientos adquiridos y del tiempo invertido. Y pasando por el sector de los empleados, preocupados sólo de su seguridad social. De Usted, Atentamente,
Fermín Freddy Carquez Márquez
Nota: el profesor Carquez es Medico-Internista, Magíster en Educación Superior, Profesor Titular de la UC y Doctor en Ciencias Sociales.
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l comandante ha dado la orden y el ministro ha girado las instrucciones pertinentes. Sin duda, obediencia debida, en vivo y directo. En consecuencia, las universidades nacionales deberán alinearse con el nuevo proyecto de desarrollo nacional. Entre los objetivos estratégicos de este inédito (¿) modelo, pueden destacarse, entre otros, el desarrollo de una nueva ética, la democracia protagónica revolucionaria, el modelo socialista y la nueva geometría del poder. En correspondencia con este marco se proponen modificaciones sustantivas a la tradicional estructura del poder en nuestras universidades. Creación de consejos del poder popular de estudiantes, trabajadores y obreros; revisar las atribuciones de los consejos universitarios, de las autoridades académicas y, con especial énfasis, la figura del rector.
Transformar la amenaza en oportunidad Pareciera que la suerte está echada. El profesor Acuña respira aires renovadores. Sin embargo, la dirección e intensidad de estos vientos no se encuentra predeterminada. Situación ésta que ofrece una posibilidad para ejercitar el músculo académico y asumir la discusión en torno a la reforma universitaria. Tengo el convencimiento de que este anuncio no debería interpretarse a modo de amenaza, sino como una oportunidad y depende de nosotros, los universitarios, ejercerla constructivamente. En otras palabras, tomémosle la palabra al ministro e intentemos proporcionar sentido académico a estos cambios que se anuncian.
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...tomémosle la palabra al ministro e intentemos proporcionar sentido académico a estos cambios que se anuncian. En un primer momento, me parece necesario precisar el contexto dentro del cual estas transformaciones tenderían a operar. Este ejercicio de geometría discursiva es fundamental por dos razones. En primer lugar, definiría el escenario histórico dentro del cual se despliega la actual discusión; y segundo, permitiría estrechar el contenido y dirección de esta futura y necesaria renovación institucional.
La pulsión restauradora Una primera constatación. Las ac-
En torno a la reforma universitaria
¿Ronda el poder popular en las universidades? Nelson Acosta Espinoza
tuales políticas públicas tienen como objetivo implícito restaurar los aspectos medulares que tradicionalmente han definido al petro-estado venezolano. En esta área no debemos tener el menor asomo de duda. En los últimos nueve años estas iniciativas se han desplegado dentro de los límites que imponen parámetros tales como rentismo, asistencialismo, autoritarismo y estatismo. Desde 1958 el ejercicio del poder en Venezuela ha tenido como objetivo el aprovechamiento de la renta petrolera, la puesta en práctica de formulas populistas para atender a las necesidades de la población, el culto a un modelo de democracia que no ofrecía a sus ciudadanos instrumentos para imponer límites al poder de sus gobernantes y, por último, la formulación de políticas que exacerban el papel del Estado en la sociedad. Con las naturales variaciones en el énfasis, estas líneas han definido el contorno del discurso que ha caracterizado nuestra modernidad política. En otras palabras, el proceso político bolivariano, lejos de “revolucionar” se encuentra preso de una pulsión que lo obliga a “restaurar” lo ya vivido y experimentado. Es indudable que esta circunstancia agónica constituye un obstáculo que le dificulta la creación de un relato político que interpele a la totalidad del país.
¿Las sombras han empequeñecido la Casa? Las universidades, desde luego, a lo largo de su historia han estado subordinadas a este estilo de desarrollo. En la fase donde predominó la concertación política (Pacto de Punto Fijo, Ancha Base, etc.) nuestras instituciones proporcionaron recursos humanos y técnicos sobre los cuales se construyó la modernidad. Sin embargo, no pudieron escapar al desgaste y agotamiento presentes en su entorno. Recientemente, académicos de la Universidad de los Andes, han caracterizado esta circunstancia con estas palabras: Baja textura intelectual y espiritual de sus cuadros directivos y administrativos, mediocridad y compadrazgo; ocio improductivo bien remunerado; adhesión al sistema clientelar de buena parte del profesorado; masifi-
cación estudiantil y profesoral. Este rosario de circunstancias han socavado el sentido crítico y cuestionador de esta institución. Es tan intenso este empobrecimiento que no sería aventurado afirmar que “las sombras han empequeñecido a la Casa”.
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...lo administrativo deberá ser asumido como un instrumento al servicio de la dimensión intelectual de la institución.
Ahora bien ¿qué propone el ejecutivo? El profesor Luis Acuña, Ministro de Educación Superior, en sus recientes declaraciones expuso las líneas gruesas que orientarían a la educación universitaria en los próximos años. Como señalamos al inicio, se propone atar, según órdenes superiores, las instituciones a una ficción. Es decir, subordinarlas al plan de la nación 2007-2013. Nuevamente, estamos ante la restauración de experiencias fallidas. Recordemos, a manera de ejemplo, el fracaso del V Plan de la Nación y la “Gran Venezuela”,
de Carlos Andrés Pérez y Luís Herrera Campíns. Sin embargo, en esta ocasión añaden algo inédito. Se pretende, en tanto política de estado, afianzar el estilo administrativo presente en estas instituciones. Sólo así se explica el interés, expresado por el Ministro, en modificar los mecanismos de elección y designación de autoridades. Lo medular, vale decir, la creación, difusión y aplicación del conocimiento, no ha sido asumido como elemento protagónico en la medidas propuestas por este funcionario.
El Dios de la Verdad Me permito insistir, estamos frente a una oportunidad. ¿Cómo definirla? La búsqueda de respuestas a esta interrogante puede estimular la posibilidad de convocar a un debate que tenga como objetivos: primero, elaborar una nueva visión de futuro; y segundo, delinear, en forma transparente, un proyecto de desarrollo institucional. Su premisa básica, podríamos definirla en estos términos: lo administrativo deberá ser asumido como un instrumento al servicio de la dimensión intelectual de la institución. Finalizo este breve escrito con palabras del catedrático español Víctor Pérez Díaz: “La universidad ha de ser una organización equilibrada, templada en sus juicios, consciente de su obligación local, pero fiel a su Dios propio, el Dios de la verdad, intemporal, lejano y exigente”.