Oceano

Page 1

Portada: Inés R.

Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L. Andalucía. España. MMXIV

Edición de 400 ejemplares del nº 80 de CUADERNOS DE ROLDÁN

EJEMPLAR Nº

N el mar reflexiona toda la tierra entera y en sus olas el tiempo se vuelve una costumbre. La fuerza que sostiene su carácter bravío es la lucha del tiempo que permanece eterna. El tiempo no es eterno ni el agua es agua siempre. La noción infinita lo es más que la grandeza de un corazón que vuela en torno a esa batalla. La noche es una página donde se reproducen todos los movimientos de un acto de dolor.

Duele el mar o la tierra o el pensar en sus signos, duelen los pensamientos que sangran las palabras. La mañana es un gesto que sosiega al combate, un ilusorio símbolo que guarda el infinito para con las palabras turbar la realidad. Al fondo del océano no existe noche o día.

Un espacio de fuego alimenta a esa fuerza que multiplica y vive mientras el tiempo cae por su propia conciencia: el hueco de la muerte.

—5—
OCÉANO

MIRADA ATLÁNTICA DE POESÍA

IVO en una ciudad que pertenece al mar desde siempre. La línea de mi calle se une en su extremo con la perpendicular que cae del cielo, formando un prodigioso ángulo recto donde reina el mar con sus leyes y caprichos. En esa afortunada e inevitable geometría he vivido desde siempre, y así vivieron mis padres y los suyos que, si me lo permiten, tal vez fueran los fenicios. Por la línea de mi calle, que es metáfora de la vida y por eso va a dar a la mar, pasaron hace tiempo Homero y Virgilio con sus cantos seductores, y tras ellos una verdadera corte de poetas importantes que hicieron sonar su música y dejaron en mi calle una pasión inmensa por el mar y sus cosas, esas cosas que son fundamentales para la vida de este vecino, para la vida de todos. De ahí que nos causen júbilo esos poetas, los importantes, que le supieron dar al mar su sitio y, de paso, nos cautivaron con sus mágicas confidencias sobre visiones maravillosas que acaso percibimos pero que no atinamos a contar. Algunos de esos poetas, que me encontré al alba y en el crepúsculo, y también en las noches estrelladas, en los días de bruma y oleaje y en los días luminosos, me susurraron al oído hermosas experiencias sobre el mar. Y así recuerdo sus voces como nostálgicas sonatas.Esta fue nuestra mirada y también nuestro sueño sobre el mar, y cada tierra con su mar se duerme.

Jesús Fernández
Palacios —6—
José Munera

HORIZONTE

IN remisión el agua me reclama.

Y no soy yo quien ando. Quieta en la arena es el mar el que dilata su dominio hasta besar mis pies con persuasiva lengua.

Mi diez por ciento de carne alcanza el punto de sublimación en frío y se deshace directamente en nada. El noventa restante, liberado, se entrega todo a su esencial materia.

Ahora ya no soy yo. Soy sólo agua. El mar me bate y me lleva. Arrastrada en la linfa transparente dibujaré toda la orilla de la Tierra.

Y algún día que nunca llegará alcanzaré la línea inalcanzable y seré cielo.

—8—
Spínola

A ola que llega hasta la arena me trae un horizonte de veleros y de islas misteriosas.

Las olas que rompen en la tarde tienen la luz de todos los océanos y mis mediterráneos.

El rumor de las olas nocturnas son el preludio de mis trenes y melodías lejanas. Y es que el mar siempre estuvo en mi vida desde la juventud de banderas y música en la playa a la plenitud de mis paseos de amor por la orilla hasta que la felicidad se teñía de azul. Y ahora que han caído todos los cielos de la tarde veo subir el mar como una bruma tejida de recuerdos.

—10—
EL MAR
Osorno

IN FERVENTIS OLEI

ORREDORES de la muerte esperan la bala perdida, el ronroneo de los virus en medio de la batalla.

Ante el aplauso, la interpretación es resuelta.

Buscar

el abrigo al miedo que devora, ese solitario eco de la casa que espera. Evitar los riesgos abriendo las venas, a destajo.

Alguien ha encendido la mecha. En el océano, el polvorín saltará por lo aires.

¡Cuerpo a tierra!

La suerte está echada.

“Divina se protegente gratia, illaesus exivit” 1 .

1. De “In ferventis olei”, Diego José de Salazar (1659-1709)

—12—
Bensiamar
Hasan

MARINA

ADA barca invertida es un caparazón, y hay tantas horas detenidas como tortugas quietas junto al mar.

Constructor de castillos: la noche te sorprende y combates el frío abrazado a tu perro.

La moneda que no he querido darte tiembla también en mi bolsillo.

Ahora soy yo quien toma un puñado de arena y mi mundo de ayer se me deshace entre las manos.

Una mujer desnuda pisa el mar.

(Lo he soñado.)

El mar: ese agujero donde hierven los peces.

—14—
Fernando Ruiz

UN PUÑADO DE SAL

E olvidado quiénes fueron mis antepasados, de dónde proceden sus mareas, qué casas levantaron [con adobe, qué círculos dibujaron sus vidas en la arena febril. Únicamente poseo sal y algo de viento. En Septiembre un sol ardiente araña los esteros y evapora el agua estancada, dejando venas blancas en las charcas, diminuta sal cristalizada con paciencia. Hoy visita el Levante sus dominios: dios de la marisma, reseca la piel, la sangre, esta costra de limo y sus entrañas, levanta fuego en los hombres, acucia la sed, desenreda en las hembras un instinto primario. Sin memoria, mis días van a merced del viento, caprichosos, salinos. Y cuando no quepa más sal en mis ojos me dejaré llevar por el Levante, su lengua seca y áspera me arrastrará hasta el canal más profundo, donde dicen que hay náufragos sin nombre, sin historia.

—16—
Para José Manuel Caballero Bonald, habitante de las marismas del Guadalquivir Manuel Márquez Ortiz

BANDONO tu cuerpo en las orillas.

Ya sé que fuiste un mal sueño, un presagio apenas que aquel joven anhelante no quiso comprender en su extensión.

Ahora tu mano suelto, bella amiga, ahora entro en las aguas de este océano, de este sueño confuso, sin retorno; berilos y turquesas, los añiles se desvanecen, lloran estos cielos los días ya vividos, un instante como una foto exacta de mi amor en gris y negro, en blancos infinitos.

Abandono mi cuerpo en las orillas.

Ya sé, mar oceánico, que aguardas la disolución cierta de mis fuerzas, en tu abisal taberna, donde viejos lobos de mar susurran los oscuros himnos de sus proezas y amoríos.

No hay tiempo para un beso. Las olas me saludan con sus alas. Las gaviotas pincelan la acuarela de nuestro último roce, sin tu mano... En mis entrañas vibra el viejo adagio nuestras vidas son...

—18—
ABANDONO
Pepa Santos

SALTAREMOS todas las playas. Yo llevaré falda corta –prometió–.

Escandalizaremos a los transeúntes: no me pondré bragas.

Yo le trazaba al oído el mejor cómic de Milo Manara: un verano como los dioses no se atrevieron a soñar.

Tras la ventana caía el otoño. El almanaque marcaba menos ocho meses.

Tengo miedo: caben demasiadas vidas en la espera.

—20—

Eugenia F. Huete

UGO inicial donde la vida nace, inagotable fuente de suspiros, reposo de los ojos que te observan, belleza sin final desde la orilla, agitada vereda de codicias, acicate de rumbo y singladuras, guardador de rebaños de secretos, consuelo inacabado de quien mira, alma de abismo negro e insondable, extenso dios visible y casi eterno… ¿Tienes un rincón más para un poema? Es pequeño, ya ves, casi no ocupa más que unas cuantas líneas en la hoja. Hazle un sitio en cualquiera de tus mares. Tú no serás más rico con mi ofrenda, mas yo sí lo seré tras dedicártelo. Tan generosa es tu matemática que al darte esta mañana mis palabras haces que sea yo el que se enriquezca.

—22—
OCÉANO
Vega Santero

L Océano es como tus ojos, mares sobrepuestos, estratos de color que se enfondan y forman tornasoles. Praderas líquidas flotando sobre laminas de hierba.

Así son tus ojos, océanos, mundos, ríos esmeralda sobre amaneceres sumergidos. Así son tus ojos, savia sin fin, verde sobre verde que va componiendo la transparencia honda de la luz con la que miras.

—24—
Salvador Compán
OCÉANO
Para María José Navajas Manuel Castaño

ONTIENES mi sed, me sabes de los tuyos, atorada en la entraña de tu vientre oscuro. Con tu azul prestado, hilando la maraña de mis desechos marinos, llamándome a vivir –como si yo supiera–

¿No ves que la vida me queda colgona, que me sobra tela por todas partes?

No creas que no me gustaría salvarte, pero necesito que tú me salves a mí, de esta gente cansina con su muestrario de grises, de su tesón nauseabundo por invitarme a morir –como si yo supiera–

A ti te trae sin cuidado que al universo le de por no acabarse nunca, tan hecho como estás a trajinar con lo inmenso, tan acostumbrado a la materia oscura.

Sabes bien que lo mío son las cosas pequeñas

¿Me llevarás contigo?

¿Prometes no devolverme? Natalia

—26—
Lauro

OCÉANO DE MUJER

IENTRE de toda lucha.

Calma y furia a cada sorbo. Encauzas el rumbo de mi nado, soportas el peso con tus aguas.

Cuando penetro en ti, siento tu eco en las costas, tu risa en la proa de mi quietud.

Inmensidad que desborda mi cosecha. Navego sobre ti y tú te dejas a ratos.

Eres cuna de silencio, espejo de mi rostro.

Tu corriente me absorbe hacia rutas perdidas y cuando ruges me expulsas cuán náufrago.

Tú, mujer, eres océano de mis islas, laguna de mis desventuras.

Rodéame de fábulas cada noche; Dame de bebertu horizonte.

Luego vete, como se van las olas. Yo me quedo con tu espuma y con el fértil olor a tierra mojada.

—28—
Carmen Márquez Ortiz

CUERPOS ANTIGUOS

E adensa la memoria, desciende por los poros finísimos del tiempo, y en el corazón del mineral se centra.

Allí, mansos, se pierden los recuerdos. las pupilas, las manos que ansiaron la piel deliciosa de algún cuerpo.

Se juntan en esferas de lagos infinitos: parecen animales heridos que se expanden.

Una gota de vidrio nos separa, el murmullo del mar en sus mejillas.

En el cuenco paciente de la piedra reposan los recuerdos, luminosos y bellos, como apagadas auras de otros dioses.

—30—

Pepe Palacios

TITÁN A mi sobrino Andrés, desaparecido en el Atlántico

OBRE tus hombros poderosos un océano formidable, impetuoso, salado y joven como tú; un continente perdido que seguro has encontrado y enseguida hecho tuyo. La morada soñada de tus novias y sus deliciosos hijos de todos los colores. Sobre mis hombros diminutos, fugaces, el desconsuelo de no verte nunca más.

Concha Montes

—32—
Salvador
Malpartida

OCÉANO

RIS oscuro y denso. Te llama, te atrapa, te mece, te engaña.

Poderoso inmenso. Dulce espuma

dulces sueños. Te deja llevar.

Loren Cabral

—34—
Justo Girón

A LA HORA DE LAS GAVIOTAS QUE REGRESAN

la hora de las gaviotas que regresan con la luz ya hacia el pozo del crepúsculo somos como seres salinos en quietud contemplativa y primitivos, traspasados de cielo y de mar.

Pronto, la suave coyunda sucesiva de la luna y el agua será letanía de un eco, y la noche de este abril que mayea vendrá –fuera y dentro–para nacernos.

—36—
Rosario F. Cartes
Carmen Mogollo

Nada es mejor que el agua. Píndaro

NTES que nada fue el Vacío, porque vuela el pájaro y la querencia.

Gea, la de anchas tetas, es el asiento firme donde nosotros penamos. Fue separada de Urano y allí habitan los Inmortales, felices para [siempre.

Gea es plana como un tambor poderoso de un fuste de columna. Se asienta en medio del mundo por equidistancia de los deseos.

Y está rodeada por un gran río que la abraza a todas horas, la circunda de continuo, para que olvide el desgarro de su pasado.

Es éste un río inacabable y de él procede todo lo que nace, las [fuentes de ahora y las que vendrán para el olivo eterno, hasta Estigia, por la que [juramos.

El nombre del río es Océano y significa el círculo que nos rodea, porque todo está hecho de agua, principio y fin, somos nada más [que agua.

Gea y Océano, abrazados, se miran en el estrellado espejo que es

Tú y yo, frente a frente, bajo el cielo profundo, por un momento [nos reflejamos.

Después de incontables soles y risas se completará el Todo, y entonces el silencio será y el olvido.

—38—
GEO(PSICO)GRAFÍA
[Urano.

Chencho Ríos

PEQUEÑO REINO

UNTO a ti, en tu reino, que me ofreces y hago mío.

Con el son de la calma clara –ese templo de luz–, en la suntuosa ola que imaginas, bajo el aire que nos brilla las miradas –esa humedad vieja nos une en la noche de bares y arenas altas–, a la espera de vaciar los pasos, y callar las palabras, sin más, con los ecos solemnes del día, en el astro que declina o vuela hacia el enigma repetido de su fin.

Y amanecer en la orilla pronunciada, como tirabuzones de algas, los ojos dibujando huellas en los cuerpos dorados, hermosos de infancia, coronados de horizontes y rocío –piel de mar–, olvidando los mapas y la sangre solo ahora

–eternos–en nuestro pequeño reino

—40—
Ajito

LA TRAVESÍA

ROFUNDO mar que palpitas y suspiras olores acres a brea y salitre, inmensidad sonora de espuma blanca que regolfa y chapalea en mi nave marinera; las velas desplegadas, del viento apenas acariciadas surcando el mar de los sueños azules abriendo caminos empeñada, abandona la estela remansada rumbo fijo hacia el ocaso incierto, viento suave y ensalmo de cobre y plata cuánta inquietud en la densa calma, cómo se viene la noche, tan cerrada, sostenida intensidad del cielo sobre el mar oscuro y tenebroso, los ecos abisales reverberan el llanto de ballenas jorobadas, los gritos destemplados de las aves preludio de la tierra deseada que se avista tenue en la alborada; y las aguas se endulzan, se calientan, se mudan en mareas esmeraldas, y avanzan, y se desploman cansinas sobre la arena de una playa blanca.

—42—
José Ramón Vaca

SABER DE DÓNDE VIENES

N las yemas de tus dedos se esconde la soledad inquieta, y cerrarás los ojos para ver el silencio de la mar. En sus profundidades moraste como posible gorrión. Tú también. No existió voluntad en el camino dado, y tus posibles hermanos nunca llegarás a conocer. Millones de bibliotecas debes leer para saber de dónde vienes: quizás, del paraíso de la posibilidad para ser víctima del delito de haber nacido.

Pero un día se cruzaron las miradas y voló un sueño inasible

Este es el barro: interrogación.

Alejandro García Acebes

—44—
Carlos Becerra Luna

E inundó la Caleta, el sopor de las seis de la tarde, julio, y fue charco meridional mi pecho. Emborrachado de salitre en la escollera, quise anidar un carnaval de mil años, anodino en su costa y su noche estrellada.

Pero me arañé en las paredes arenosas y magras por donde se desagua la ciudad, su pueblo, de red y agua vacía.

Yo quiero la risa colmenera en tus balcones, y no esta condena de mar sin peces, de barcaza a la deriva.

Levántate brava contra el pirateo de las fieras.

—46—
Paco Cosano

“DESCUBIERTO AL ATARDECER”

ODEROSO, único. Dibujado entre nubes. Aparece en ese instante, es su momento de gloria es, cuando se desprenden de él las interrogantes del día, es, cuando admite ser contemplado, cuando entabla su conversación irrumpiendo en el día gris.

Allí, detrás de cada mirada Detrás de cada ola, Detrás de cada surco.

Aquí, en la profundidad de los besos un día más, marca nuestra alegría nos ilumina, con esos rayos reflectantes, dibujando en nuestras mentes una historia real. El firmamento con su manto, es nuestro compañero. Y Ahora… sólo quedamos los dos.

Desde el Levante, el Poniente 32 Puestas de Sol

—48—
Rafael Campanario Argüelles

UN PEQUEÑO TRIBUTO A LA MÚSICA

ÉJAME quererte y desearte, poseerte y que me poseas

Déjame bailarte y recrearme, con cada paso y cada corchea

Déjame cobijarte en mis oídos, déjame sacarte de la nada

Déjame sufrirte en cada giro, déjame sentirte en cada llaga

Deslizarte por mis oídos, balanceándote bajo mis pies

Investigar con tus sonidos, erizar contigo mi piel

Sentirte arder en mis adentro, haciendo trizas todo mi ser

Que vistas mi alma y mi vida, y que a mis pensamientos [veas nacer

Lina Egido Martínez

—50—
Julia Egido Martínez

POEMA 25

EL mar a las nubes del mar hasta el cielo se bajan, se suben levantan el vuelo.

Y desde lo alto planean el descenso abren sus alas enormes y caen luego.

Las gaviotas han vuelto con el mar de poniente y los húmedos vuelos.

Van del mar a las nubes Como duendes que bajan a vernos.

—52—
Amalia Quirós

O despiertas al alba ni duermes al ocaso solo continuas con tu lento peregrinar solo despiertas cuando alguien te nombra y te recuerda en su memoria por lo tanto querido amigo te grito para que vuelvas. ¡mar! ¡mi querido mar!

—54—
Julián Delgado

A mis paisanos de la Sierra

vi tu nombre estampado, sobre una esfera azulada, que giraba entre mis manos.

Yo jugaba entre los montes, y en la alberca con los ranos;

¡y no conocía la playa! ¿cómo entenderte Océano?

Mas si de ti nace Venus, tras la castración de Urano;

y si al unirte con Tetis, te haces padre de los charcos;

¡que más da que te conozca! Porque te admiro. Te canto.

—56—
Paco Vita
OCÉANO
Lo Herrera

AGOSTO EN LA MIRADA

LIENTO azul la tarde sobre el agua, rizadas velas en el horizonte, un festón de sal cabalga en las olas. Se miran en el espejo turquesa las torres, la iglesia, la blanca calentura de las casas, los cuerpos con su pátina de cobre.

—58—
Antonio Gracia

RONTERA imposible de impasible faz que en el compás del tiempo vienes y fiel testigo de la historia vas inmóvil testigo de cruentas batallas que en minutos marcaron el devenir primero sin destino marcado ni conocido final frontera impasible de imposible faz que en el compás del tiempo vienes y vas.

—60—
Candi Garbarino

SLA antigua. Seno del mar que avanza hasta nosotros.

Quiero pensarte en un retorno de tardes más doradas.

Como viento inextinguible, que calma su sed en las arenas. Olas del olvido siempre lejos.

Donde sacian las penas las Rosas de los Vientos.

—62—
Teresa Martínez

ARAVILLADO contigo, Gadír fenicia, con la hospitalidad, con la amistad y con la generosidad de tu gente.

Con las pinturas de Goya en la Santa Cueva.

Con las estelas de tu Bahía, metáfora del camino machadiano.

Con la librería Raimundo y sus libros de lance.

Con tu Plaza de toros a la orilla de Atlántico, aún en la memoria.

Con tu Caleta y su centro de Arqueología Subacuática.

Con tu guasa fina en el Carnaval.

Con tu “salada claridad”, como dijo el poeta.

En mis estancias que siempre descubro algo nuevo.

—64—
Isabel Vera Pecci

UANDO yo río cansado vaya llegando a ti para unirme a tu intemporal azul déjame permanecer en él mejor que en el luminoso azul que sé prefiero mirar tranquilas estrellas vivas y vivir entre alegres nubes verdes que asustada por luminosas estrellas muertas y bajo oscuras nubes. Unirme a ti y vivir tranquila viendo bancos de colores sin preocuparme de mis actos y sin rencores. Cuando yo río cansado llegue a ti ven pronto a buscarme para vivir en ti.

—66—
Benito Moreno

QUÍ el mar llega por los ríos y sus olas de lluvia suave ondulan en el gris de los tejados las dunas del recuerdo.

En España el mar rompe en los oídos con la fuerza de un azul imposible que todo lo arrastra, un jardín de nombres olvidados por tantos campos baldíos.

—68—
Carolina Abadía Carmen Bustamante

LA ARENA DEL CIELO Para Mamen

NTRABAS en el mar allá en la Caleta frente al viejo balneario de los amores rotos.

Una diosa griega salia luego de las aguas la belleza es líquida. El amor es una vuelta a los escenarios la pereza de representar tu papel en la comedia. Hasta que ella te sorprende no le interesa el teatro.

Allá en la Caleta donde el mar se incendia.

Pocos lugares en el mundo pisan la arena del cielo. Nos faltó, amor, esta playa para hacer la obra maestra.

—70—
Benjamín Castillo

HOY TE HE VISTO EN LA SAL

OY te he visto en la sal, por los esteros. Un perfume de luz murmuraba tu nombre. La mar te pronunciaba. Hoy te he visto en las olas, en el parque durmiente a orillas de la tarde. Voló mi corazón con las gaviotas. Había de seguirte en esa transparencia, de buscarte en el viento y en la espuma en las más altas torres de la ciudad crecida.

En sus iglesias lentas, derramadas como vetustos huesos de viejos cementerios, tras los umbrales lóbregos de antiguos caserones hallaba algún destello de ti. Sobre las tejas, desde las cegadoras azoteas, en todas partes voló mi corazón.

Y la ciudad erguida que alcé para besarte, tan próxima a ese mar rielante de deseos, quizás dentro de mí –o yo de ella–, tenía labios, pechos, tu luminosa piel amurallada, fortalecida contra los primeros indicios de la noche.

—72—
Cecilio Chaves

“PASEANDO POR LA CALETA”

L mar inmenso de azul y plata. Vuelvo hoy a sentir en mi corazón el mar como gaviotas que vuelan en manada. Y lo siento más bullendo por mi cuerpo contra más viejo soy. Un barco dibuja el horizonte curvo. Ajeno a mí vienes y vas cogiendo del sur su luz y sus brillantes como el ultimo abrazo de agua y sal.

Oigo tu eterno compás; así es el mar, mi mar, nuestro mar, paseando en baja mar por la Caleta. La mar queda, tu mar quieta la que limpia mis sombras, a la que tanto temo y tanto amo, la que calma mis ansias, la que apacigua mi alma. Ahora, para mí, el océano es Cádiz y su Caleta y es tu mano en mi mano.

—74—
AL ALIMÓN Manuel Sánchez Herrera Eva del Aguila

Domingo Jiménez

LA VERDAD, COMO EL AGUA, ES PARAÍSO

Sé que en el mar hay paraíso, en la playa desierta hay paraíso; y mi Cádiz de sal es paraíso.

IVIMOS un tiempo de mentiras, hace falta decir la verdad en tiempos de mentira.

Vivimos en el tiempo de la química que mata, del humo de los coches, del tabaco...

Convivimos alejados en un tiempo donde el ruido contamina los espacios y es difícil escucharse.

El trabajo comercial está de moda. La publicidad está de moda, la apariencia está de moda, vender lo inútil está de moda, engañar está de moda. Está de moda la moda. Y las rutinas (im)productivas que nos hacen infelices.

Todo pasa tan deprisa que no vemos lo que pasa, todo pasa tan deprisa que vivimos despistados. Demasiada información que no nos sirve nos distrae de lo que importa.

Todo pasa deprisa en la superficie. (aceleramos y seguimos en el mismo sitio).

Dentro el movimiento es diferente.

Vivimos un tiempo de mentiras y hace falta decir la verdad en tiempos de mentira.

—76—
Sebastián Martín Recio

ALBATROS

Yo contemplo tus playas como un náufrago; toco la tierra de tu pecho exiliada de ti antes de habitarte.

N abril abordaste mi calma, y mi cama. Rodé tus dunas, y habitamos cuevas secretas.

Vibraron mis orillas sintiendo el fiero anclaje: se abrieron mis entrañas para darte refugio.

Te alimenté con racimos de besos, rituales del Amor, ese extraño lugar que no conoces.

Trenzabas mis deseos a tus vicios, sabiéndome hambrienta voraz de la pericia de tus manos.

Tú, mi propio Ulises. Yo, ensenada tranquila cuando tu mal de fondo no me ruge en las venas.

Dormitas junto a la pasión recién agotada. Memorizo tu contorno. Pronto no estarás.

De pronto, el suave aire del sur ahueca tus alas húmedas, que cicatrizan antiguos naufragios.

Un temblor frío, de lluvia, me trae la certeza: huiste como pájaro asustado en la tormenta.

He perdido el hábito de hilar para esperarte. Y aunque vuelvas, yo no sería la misma playa.

—78—
María Hierro

VUELTA ATRÁS

OMO las islas, unidos por lo que nos separa. La luna vuelva a encajar en los huecos abisales y el océano desaparece. El agua es el principio de la vida, Homero dixit, como escucharon los presocráticos en los templos egipcios y se oyó decir en la última clase, segundos antes de que la filosofía desapareciera del bachillerato.

Vuelven los planetas a la masa inicial. Explosiones, desequilibrio, caos. El fuego es el origen del universo y no hubo un Big Bang ni es necesario un dios que lo creara todo –la energía que es eros y tiende hacia la flor–, oyó decir mientras cruzaba el paso de cebra. Con estos ojos no podemos comprender la aniquilación, ni la muerte

–The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living–, ni un momento inicial en el que no hubo nada. Maravíllate, el mundo es eterno.

Viento, materia, cuerpo, metamorfosis: como tu mano se convierte en caricia.

—80—
—81— José Ramón Ripoll . . . . . . . . . .5 Jesús Fernández Palacios . . . . . .6 Ana Llorca . . . . . . . . . . . . . . . .8 Carlos Abadía Moreno . . . . . . .10 Aurora Labio Bernal . . . . . . . . .12 José Manuel Benítez Ariza . . . .14 Mercedes Escolano . . . . . . . . . .16 Rafael Ramírez Escoto . . . . . . .18 Ila U. Topper . . . . . . . . . . . . . .20 Francisco Núñez Roldán . . . . .22 Salvador Compán . . . . . . . . . . .24 Natalia Arnaud . . . . . . . . . . . . .26 Paula Romero González . . . . . .28 Miguel Florián . . . . . . . . . . . . .30 Concha Montes . . . . . . . . . . . .32 Loren Cabral . . . . . . . . . . . . . .34 Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . .36 José Rodríguez Martín . . . . . . .38 José Rasero Balón . . . . . . . . . . .40 Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . .42 ESCRIBEN Alejandro García Acebes . . . . . .44 Fran Seisdoble . . . . . . . . . . . . .46 Pablo Naranjo . . . . . . . . . . . . .48 Lina Egido Martínez . . . . . . . .50 Juan Antonio Fierro Cubiella . .52 Miguel Sepúlveda . . . . . . . . . . .54 Paco Vita . . . . . . . . . . . . . . . . .56 María José Collado . . . . . . . . . .58 María José Rodríguez . . . . . . . .60 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . .62 Manuel Castillo Martos . . . . . .64 Yolanda Delgado . . . . . . . . . . .66 Carolina Abadía . . . . . . . . . . . .68 Francisco Gallardo . . . . . . . . . .70 Mauricio Gil Cano . . . . . . . . . .72 Manuel Sánchez Herrera - Eva del Águila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Francisco Javier Martín López . .76 Rosario Troncoso . . . . . . . . . . .78 Antonio Molina Flores . . . . . . .80
—82— José Munera . . . . . . . . . . . . . . . . .7 Spínola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11 Hasan Bensiamar . . . . . . . . . . . . .13 Fernando Ruiz . . . . . . . . . . . . . . .15 Manuel Márquez Ortiz . . . . . . . .17 Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Eugenia F. Huete . . . . . . . . . . . .21 Vega Santero . . . . . . . . . . . . . . . .23 Manuel Castaño . . . . . . . . . . . . .25 Lauro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27 Carmen Márquez Ortiz . . . . . . . .29 Pepe Palacios . . . . . . . . . . . . . . . .31 Salvador Malpartida . . . . . . . . . .33 Justo Girón . . . . . . . . . . . . . . . . .35 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . .37 Chencho Ríos . . . . . . . . . . . . . . .39 Ajito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41 José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . .43 Carlos Becerra Luna . . . . . . . . . .45 Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . .47 Rafael Campanario Argüelles . . . .49 Julia Egido Martínez . . . . . . . . . .51 Amalia Quirós . . . . . . . . . . . . . . .53 Julián Delgado . . . . . . . . . . . . . . .55 Lo Herrera . . . . . . . . . . . . . . . . . .57 Antonio Gracia . . . . . . . . . . . . . .59 Candi Garbarino . . . . . . . . . . . . .61 Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . .63 Isabel Vera Pecci . . . . . . . . . . . . .65 Benito Moreno . . . . . . . . . . . . . .67 Carmen Bustamante . . . . . . . . . .69 Benjamín Castillo . . . . . . . . . . . .71 Cecilio Chaves . . . . . . . . . . . . . . .73 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . .75 Sebastián Martín Recio . . . . . . . .77 María Hierro . . . . . . . . . . . . . . . .79 PINTAN

.olupóPledsa saL setnalicso ,saeram diuqilsolso imac n o s , los invisiblessonidoscrecen en la Victoria desbordand o nuest r o s s e n t i .sod nádloRedsonredauC son ol Plaacreca a Py a y , l u g a r de v inosycantos,de recuerdosy futuro , d e mari n e r so p re raturfsidarap,sodid ed CysarteLlo ro e s e n su espumosa orilla. Coordinaron I s a b e l aíraMésoJyareV raliugA . Cde i ó generosamente estelocal P a .aícraGamol itrAts a maquetadorP a zaiDoc .

Elocéanotodolo rodea, amenazay alimenta . Este ,nace en r e d a d o ne sal jellac

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.