Hay quien a oscuras tienta el silencio buscando encontrar respuestas a un enigma sin misterio.
Hay quien ve la luz en trazos oscuros.
Vida de currante sin un duro, cuesta que cuesta, ensayo y error, planificando mi vida en un sol mientras poco a poco me doy cuenta que los días pasan y punto, que no hay más condena que esta dando rumbo a mis miserias.
Hay quien ve la luz en trazos oscuros.
La luz es el verbo, es el inicio de este mundo, y su contrario es la luna iluminada a contrapunto.
Punto.
Empezamos, trazos oscuros, luz sincopada, bienvenida de año.
Acto uno.
Son las clases, el frío ylos conciertos de jazz en salas subterráneas.
Son cafésy cigarros enmanoplas ahumadasa la salida de una tarde anochecida.
Es el mes del amor enaltecido en corazones rotos nunca celebrado.
Son los días máslargos en el mes más corto y nos perdemoscon el tiempo entre vinos y hogueras.
Es el fin del semestre y bolis Bic se mordisquean en bibliotecas atestadas.
Es la chaqueta con las manos en los bolsillos y el jersey de cuello vuelto acariciando la barbilla.
Eres tú, primavera, que querrás surgir de los vestigios en nevadas y fracasas en mitad del invierno.
Y es el canto, ante todo, de lospeces por Neptuno entrelluvias de barro.
MARZO
Conozco su ruido, el de las gotas petrificadas y sus pájaros haciendo nidos
Conozco su eco, el olor de mi abuela anclado a mi espalda aún no es primavera
Conozco su goteo, manos anudadas y nudos sin manos: sólo palabras.
No me conozco, entre las calles cálidas y sus tejas ingrávidas:
Me pierdo, Marzo, entre tus naranjos gigantes y la poesía que me quitas…
Córdoba se expande en tu avenida: Los niños llevan tirantes y botas de goma.
Este cuerpo mío a veces no parece mío los pulmones se me anegan con mares de otros sueños la nariz no respira no sabe oler y es todo frío romo niebla de lluvia atardeceres muy prontos hojas perdidas.
De pronto un día una luz asoleada y alba dibuja los tejados levíticos.
Algo ocurrió y hoy me salgo. Miro y es abril: abril brillante.
Vuelvo a este cuerpo mío que ya parece mío la piel translúcida roba nomenclaturas nuevas
Es abril abril redondo explotando cigüeñales bicicletas sin cadenas.
Entre las flores coloreadas despiertan las manos mías hormigas de sangre tocan ganas de vivir.
ABRIL PARA VIVIRHay personas que inspiran sonrisas y vidas que conmueven hasta las entrañas. Sus reencuentros son oasis de refugio en el desierto.
La felicidad tiene la textura de los suelos que pisamos juntas. No hay ciudad que me valga si no es con ustedes, ni calle en que no me crezca a vuestro lado.
He encontrado al fin el fin de la dicha en el camino sentado de nuestros pasos; esta sonrisa tonta que me dejáis cuando escucho el relato de vuestros soles, de vuestras lunas, de nuestras estrellas; esta serena alegría serena de luz madruguera de mayo, de mayo atardeciendo en vuestro pelo, de mayo renaciendo en vuestras manos. Hay una calma y un remanso para descansar en vuestras voces, hay una paz forjada en el sonido ensordecido de vuestro batallar cotidiano: donde una complicidad de algodón nos cubre la espalda, donde un abrevadero de aire nos infla el cuerpo, y acostarme en vuestros ojos es acunarme en el cálido regazo de lo eterno.
Fran SeisdobleTodo está volviendo y se perfora el pasado y se confunde. Morir no es otra cosa que cambiar de lugar y de habitantes, hablar de lo que fuimos a la sombra de una vida que aún pelea.
Tememos la caída del hogar que un día fundamos pero el hogar no entiende de lugares: apenas es la luz y los recuerdos ceñidos a la voz que nos emula, la fe de lo que somos cada instante, es el hogar, y lo que vemos ahora y lo que llega. La muerte es cada día y también es, cada día, el nacimiento, no hay cese a pesar de no estar vivo pues lo vivo es también imperceptible. Volver como una suerte de tamiz que limpia el polvo y la tizne y los temores de un alma que aún insiste en jubilarse antes que el cuerpo.
Volver hasta el hogar es continuarse a pesar de carecer de forma propia y de materia, de todo parecido con lo vivo y, sin embargo, estar más vivo que ayer y que mañana.
EL NADADOR
En la piscina exenta de peligros, un nadador se ahoga. Su cuerpo cae, sin fuerza. Sus brazos se debaten para agarrarse al aire, que es su patria.
En sueños ha logrado cruzar a nado el Maelstrom; desenterrar pianos a guisa de ataúdes encadenados a la distancia de un grito. Como un gato que araña los espejos, el nadador se ahoga. Así le gana el sueño, así le vemos dormir con calcetines y barcos en la espalda. Sale del agua, muerto, y sus pisadas –brillan como diamantes enjaulados. El nadador se ahoga y mientras tanto, en un país lejano, un dictador acaba de nacer.
julio 2017
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FURTIVOS
I
Somos moradores del tránsito. Caemos de instante en instante.
Hay quien mira y ve cenizas. Hay quien mira y ve el fuego.
Abro los ojos para no ver mi oscuridad.
II
Calles de todos los días convertidas en un nuevo paisaje, olor a amanecer en todas las cosas.
Posesión de la materia que se aparece recién nacida.
Tiempo florecido, vértigo sin esperas, lugar sin monstruo.
III
Vuelve a suceder:
Otro día sustituye a otro día.
Otra vez más algo nos perdona.
David Eloy RodríguezSENTIDOS
I
En los ojos un cielo imposible, un cielo tan azul, tan distinto a la palabra cielo, que su clara verdad se me clava y duele.
II
En la piel la brisa, la caricia siempre nueva del aire, feliz escalofrío que perdura, temblor que convoca al temblor. ¡Mira cómo se mueven esas hojas! Palpita en la belleza de lo vivo el misterio.
Cada día camino por líneas rectilíneas, por infinitas rectas, una y otra vez.
Cada día, por una monocromática arboleda sin cielo, por un infierno,
condenado a perecer como hoja caduca que estercola esta tierra fértil de monotonía.
¿Y quién quiere vivir así?
¿Quién goza caminando sin tropiezo por senderos carentes de metáfora o corchea, de versos encabalgados que rompen veredas creando sinclinales de vértigo?
¿Quién no querría deslizarse sincopando por un pentagrama y abrazarse a una nota o caer en un silencio?
Un inmenso silencio del que surja una rima que corone un verso, fuente de la que se emane un lirismo rocambolesco, que empuje los cuerpos a un claro del [bosque inundado por luz divina carente de dioses.
¿Quién no quiere esto?
¿Quién no busca la salida de emergencia?
¿Quién quiere vivir viviendo y nada más?
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Sergio GuerraNoto Noviembre. Respiro atmósfera –olor terroso–como pájaro bajo la lluvia. Hogar.
Abro los ojos: no hay postales sólidas. Todo está mojado.
Movimiento inadvertido: cantamos por dentro. Noviembre.
Todo comienza en otoño, la fuerza del otoño es el comienzo.
Pero ahora los días continúan en horizonte sin borrasca. Ahora 70 de septiembre, progresión sin equilibrio.
Ahora CO2 y objetos que se rompen. Ahora consumo. Coches, petróleo, ahora los polos en deshielo.
Noviembre, ¿qué estamos haciendo contigo?
Francisco Javier Martín López
He llegado a diciembre con un informe de bajas, en él detallo cada uno de los propósitos perecidos en el camino.
He llegado en pleno estiaje navideño, con ciento de felicitaciones guionizadas, y sin nada que celebrar.
He llegado a diciembre con la conciencia desordenada de tanto orden institucionalizado. He llegado; Y sobrevivido a la carnicería política que golpea las ansias de un mañana equitativo.
He llegado empaquetando sonrisas, emplazando emociones en diferido bajo la apariencia de ser norma y no ruido.
He adornado cada caja, protegido las esquinas, tachado el precio y dejado las etiquetas. Sin querer, he trazado fronteras sobre el papel de celofán.
He llegado a diciembre violentada por las causas, que se archivan en mi salón:
No habrá mar para ahogar tanta culpa, ni costas que limpien la costra de este silencio cómplice que nos mantiene a flote.
He llegado a un diciembre doliente, por cientos y mil batallas perdidas, entre cimientos de un colectivo difuso, que versa tránsito aéreo y maletas embaladas.
He llegado con los versos andados y las palabras desaprendidas, la boca seca: por gritar enero.
Y su cuesta, otra vez. Punto y aparte para un nuevo informe.