ace enero entre escombros de meses gastados, restos de risas y charcos de cava: del derrumbe del pasado, salta la onda vibrante de enero, igual a un eco o una luz que antes de apagarse en ti prende, y, en medio de ese flujo, con el ánimo obediente y templada la esperanza, te dices que todo empieza si tú lo quieres, y descorres la cortina del año y mirasluego hacia adelante y enero está ahí, relumbrando ante tus ojos como un cristal intacto.
Quien en febrero no escarda ¿a qué aguarda?
EN BARBECHO
Levantad la tierra, arrancad los gritos, aquellos violentos de allí los que se aferran tenaces a sus dominios, extirpad rama y raíz, este es el tiempo de preparar la siembra levad, airead, y de nuevo arad y moldead el lecho donde han de nacer nuevas, las palabras, palabras tiernas como pétalos dulces como fruta madura que suenan como cantarina fuente palabras que huelen a tierra preñada de una nueva primavera.
Marian PantojaMARZO
A mi hermano, que en la luz se afana las puertas del equinoccio, aquel adviento… mis ojos expectantes hacia los tuyos que nacían. Como copo de algodón brotaba tu terneza en nuestra concavidad doméstica.
Yo te esperaba mirando al cielo como quien espera la irrupción de un cometa, con un saquito de canicas de barro endurecido al sol que mis manos niñas moldearon, persiguiendo la gracia de la esfera.
Luego, en alegre frutecer, jugamos sin saberlo sobre tierra sagrada (extensiones del Campo de Tejada con su Diosa de Luna...) guiados sólo por la profunda respiración de lo viviente: vuelos, chasquidos, cantos altos, relinchos, mugidos… sabores, texturas, aromas genuinos…y en otra dimensión, el ofertorio mágico del cine (asombro…antes de cualquier dolor)
A las puertas de cada equinoccio, el rito puntual; los surcos preparándose, jugosos, al nuevo advenimiento –como un alma a lo inefable–(No sucumbe el origen frente al trazo circular del tiempo; tampoco la vocación que nos lleva prendidos a la vida)
Iradiada de peces, en glorioso vestido de lágrimas, abandona sus ropas en la arena, avanza y se introduce en el mar lívido de algas.
Sus pies son delicados.
Las aguas avanzan desnudas hacia su cuerpo y ella avanza dentro de ellas en un abrazo íntimo, iniciático, poderoso…
Se detiene.
Respira el salitre eterno de la vida. Sus labios arden sobre la espuma Se sumerge.
Y sólo existen su cuerpo y el mar y el azul inabarcable y el latido inabarcable y un renacer inabarcable.
Emergen su rostro y sus cabellos. Emerge iradiada de algas y peces.
ToledanoEstos eran tus días. Desmayada en la serenidad de tu azar, recolectado como el trigo, desierto como la garúa huérfana del mes séptimo y finito. Hoy, esos ojos llenos de cebolla incrustada, yo los anegaría en yerbabuena.
Hoy, a esa música negra que vestía tus hombros, yo le desterraría el solfeo, y te regalaría un vals nupcial.
Hoy, a ese invernadero candescente de Viena, yo le rompería los cristales. Y me los comería. Como si fueran panes.
PÁJARO DE AGOSTO
Sobre el asfalto se derriten las horas en láminas descalzas. Mi coche, rumbo a la ducha o la cerveza no espera caridad de un sol que desdibuja el horizonte.
De repente, un impacto me obliga a protegerme de lo desconocido. Es un golpe brutal que desnuca certero el vuelo y su parábola.
Más de cuarenta grados y el azar, los fragmentos, golpe de la desgracia.
Un pájaro agoniza contra el cristal del coche, límite transparente de alas desnutridas.
Tan delgada la linde, tan quebradizo el cauce que este pájaro herido, muerto contra mi vista, es opaca metáfora, símbolo palpitante expuesto sobre un vidrio, la severa factura del forense.
Más al cabo nos queda liquidar la inmundicia, aniquilar los restos, olvidar las entrañas.
Mirar la transparencia.
LLOVÍA sobre la tierra seca. Tras los cristales yo miraba su cuerpo mientras iban las nubes escribiendo poemas sobre el azul.
El sol va iluminando tiernos barbechos y las ramas de jóvenes olivos.
Llovía y, en los surcos, la semilla acogía ese beso que el agua nos brinda en el otoño.
OCTUBRE EN LA TABERNA
Desde el bar como campo de batalla, en la trinchera de la barra erguido, alza el arma del vaso y da un bufido contra la carca y liberal canalla:
¡Basta de no actuar y de palique, hoy me siento tan rojo y exaltado que, a mi lado, Lenin es moderado! ¡Hoy estoy que me salgo en bolchevique!
¡Basta de democrática pamema! La situación exige dinamita, y –sin perder el sueldo o la paguita–lo que hay que hacer es ir contra el sistema.
Yo no duermo pensando en los contratos del proletario griego en el Egeo, y estoy que ya no vivo porque veo que en Bangladesh no existen sindicatos.
Y a miles, o mejor quizá, a millones que venga el sarraceno refugiado. Eso, sí, no lo alojen a mi lado ni me resten a mí sus subvenciones.
¡Viva el octubre revolucionario! Ya han quedado muy claras las cuestiones… ¡Eh, Manuel, otra tapa de riñones! que son buenos para ir al urinario.
Francisco Núñez Roldán
NOVIEMBRE
EL pulso del paisaje se ralentiza; la tierra preñada de simiente espera; las lomas incuban el fruto, agradecidas; las cigüeñas mullen el lecho latente... Y los surcos pespuntean con sus largos picos... ¡Adiós, decadente y decrépito verano! ya casi cadáver finado.
Diana cazadora acude al bullicioso festín, que la tintada luz ambarina enfoca. El viento balancea las hojas secas, que caen como doradas golondrinas al suelo duro y dormido o al arroyo amigo. La lluvia callada, cómplice fría, lo empapa y convoca junto al hogar a la familia: y huele a castañas, membrillos y gachas; a Santos huele, a rezos de capilla, a incienso, a cera, a flores de difunto, a tan, tan, tan de campana, tan lenta... Tan lenta, tan...
“Dichoso mes que entra por los Santos y sale por San Andrés”.
Se acabó de imprimir este Calendario, el día 15 de diciembre de 2015, en Gráficas Moreno, Bormujos. Coordinado por Paco Cosano, participaron en la edición: Salvador Compán, Marian Pantoja, José Enrique Pinaglia, Rosario F. Cartes, Carmen Márquez, El Conde de Casa-Padilla, Estrella Anguita, Miguel Ángel Toledano, Justo Girón, Pisco Lira, Juan Hidalgo del Moral, Carmen Garrido, Julia Hidalgo, María Rosal, Tony Soto, Fernando Serrano, Carmen Mogollo, Francisco Núñez Roldán, Paco Serrano, Catalina Jaén, Antonia Moreno Férriz, Carolina Abadía y Juan López Delgado. Estando pendiente en todo momento de su maquetación Paco Díaz y siempre atento Pepe Aguilar