Portada: Abraham Lacalle
Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L. Andalucía. España. MMXIV
Edición de 400 ejemplares del nº 81 de CUADERNOS DE ROLDÁN
EJEMPLAR Nº
ara Arcos de la Frontera
Paco Cosano
CORONARIAS
A Rafael Montesinos
iempre que vi un olivar me dijo mi corazón que él se llama Andalucía.
Y temblábamos los dos.
Siempre que yo he visto un río ceñir su agua a una peña he notado por los ojos mi corazón dando guerra.
Y siempre que he visto un pueblo encima de una montaña se me ha ido de la mano mi corazón a mi casa.
Casa, peña, río, pueblo, Ancalucía lejana...
¡Son los latidos que tengo!
Antonio Hernández
—8—
Antonio Hernández
ARCOS
i picaresca de corregidor y molinera, ni bravatas contra el toro que sube, ni catedral flotando en el azul, ni azul profundo de barbos y sabogas. Ni escribanías de tintero y pergamino, ni exlibris en infolios de notarios, ni colleras con blasones de incienso, ni saetas a madrugada abierta. La trocha desde el alba al ocaso que serpentea las esquinas sin historia para elevar el blanco caserío a la verdadera heráldica del tiempo. El poema anónimo firmado y la mano extendida a manos llenas, y la palabra sin peaje de altavoces para decir las verdades cara a cara.
Carlos Abadía
—10—
Guerra Calle
ARCOS REAL
an solo basta con mirar al cielo Y bajar la mirada poco a poco
Al punto en que se eleva, como un loco
Palomo blanco que levanta el vuelo.
No basta despedir con el pañuelo Porque el que sube no se va tampoco.
Toca la piedra como yo la toco: Lo afirma el tacto sin ningún recelo.
Aquí es real y como lo soñaste: blanco y pendiente, sin ningún secreto.
Viento en la esquina que también doblaste.
Ladrante can a su callar sujeto. Sujeto a su callar si le llamaste. Mudo por siempre. Eternamente quieto.
Cristóbal Romero
(De su libro PRETÉRITO ANTERIOR)
—12—
Rafael Campanario Argüelles
ARCOS DE LA FRONTERA
lanca nave varada a orillas del Guadalete en los dorados y verdes campos del sur. Avanzada vigilante en la frontera desde las torres de San Pedro y Santa María, la cal de sus velas sobre el horizonte azul dibujan los días de primavera. Tierra de pintores y poetas en la Baja Andalucía, prehistórica, romana y mora, fortaleza en altura dominando, capitana, el panorama de la serranía, Espera y Bornos, Villamartín,
El Bosque, Prado del Rey, Benaocaz y Ubrique El Algar y San José, mientras al fondo, en el extenso mar de la campiña, más el sur, se insinúan los perfiles de Medina.
En los rincones del tiempo aún quedan ecos de aquel béreber Ben Jazrum y su reino de taifa, la época del infante Don Enrique. y los Ponce de León, de Arcos los Duques, una larga historia de la blanca nave varada a orillas del [Guadalete, la ciudad de los poetas.
Rafael de Cózar
—14—
Osorno
LLUVIA EN MONCHIQUE
“…A
Georges Brassens
or fin silencio verde, densa bruma. Días oscuros hay en perspectiva. Por fin agonizó el largo verano, tan laxo, espeso, loco, improductivo, que hasta para poder sobrellevarlo tuvimos que inventarle vacaciones. Bendito frescor húmedo que llegas en el canto jovial del petirrojo, en la nube que asoma y nos fecunda, en esa necesaria, imprescindible tarea cotidiana.
Vuelve el cuerpo a buscar el calor del latido de otro cuerpo que el sudor distanciaba en la canícula.
Vuelve a vivir el campo en millones de brotes que ya asoman y serán grano y fruto, pan y vino.
Vestido con la lluvia hoy ha llegado el otoño a las termas de Monchique y desde la ventana, lo saludo como a un viejo amigo al que aguardaba.
Francisco Núñez Roldán
Octubre, 2014
—16—
la gente no gusta que uno tenga su propia fe…”
Carmen Mogollo
A Daniel, mi buen amigo arcense, compañero en el trabajo y aficionado de verdad al cante grande.
a tarde huele a primeras preguntas, sobre una estera de juncos los higos secan, mientras un perro vigila sesteando en la plenitud; lejos, arriba, sin olvidar el pasado, en lo alto, como atalaya, como blanco palomar: Arcos de la Frontera.
—18—
Agustín Torres Vázquez
Manuel Lozano López
21 DE SEPTIEMBRE
L 21 de septiembre el otoño estalla de repente, el sol vertical ya no aplasta los tejados, se atenúa la luz hiriente del estío, bajo los aleros se alargan las sombras y la transparencia del aire delinea los arcos en Arcos.
José María Bedoya
—20—
Manuel Márquez
CUATRO HAIKUS CON ARCOS DE FONDO
or mis Callejas cruzaron tus pupilas. Y se hizo el alba.
En mi azotea persiguen los vencejos tus ojos verdes.
Te vi subir la cuesta de mi ausencia. No me miraste.
Almenas, torres, y un borbollón de alas: Arcos en vilo.
Jorge de Arco
—22—
Antonio Richarte
QUE ME LLEVEN
A Francisco Fernández Fontanilla (Al
César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios)
ue me lleven, que me traigan, que me digan y que me dejen en paz.
Que la leche que mamé ya no la puedo volver a mamar de aquellos surtidores como fuentes de vida en tiempos cortos sin saber donde estarán.
Fermentos de mis entrañas para no querer olvidar la magia de aquellos días que fueron para gozar en los brazos de carnes blancas por las sombras del hogar.
Que me lleven y que me traigan, qué más da, si lo que fui es lo que soy en este camino de veredas torcidas que conducen sin desvíos a lugares [inconcretos, donde el tiempo es un suspiro por mucho que lo quieras alargar.
Que me lleven, que me lleven, que yo me voy a dejar, para que cuente la historia de este torpe pensamiento que quiso ver lo inmortal.
Anda y toca el clarín, y di con tu música ramplona, amigo del mundo, de la lujuria, del robo, de la mentira, de lo oculto, de lo que nadie es capaz en tiempos de revueltas, por cobarde en la pelea de la palabra que es el mejor pensar, y toma mi pala y entierra este cuerpo, que ya no hay moneda de plata que circule de mano en mano con la que poderme comprar.
Jesús Solano
11 de septiembre, 2014
—24—
José Ramón Vaca
ARCOS
iempre que estuve allí fue de paso.
La subida de una escalera de arcos a un final previsible de campos fronterizos dibujados una y mil veces en un retablo de idas y venidas.
Todo tierra de paso, hasta donde alcanza la vista.
Carolina Abadía
—26—
Loreto de la Rosa
EVOCA EL POETA A LA AMADA JUNTO AL RÍO DE SU PUEBLO
“que es natural en Guadalete olvido”
Carrillo de Sotomayor
rcos arriba, como un pan dorado, casas colgantes, torres y castillo, huertos que van del verde al amarillo, cerros que hablan en bruno y en morado;
un cielo azul, como recién pintado, un puente gris, como un gigante anillo, e, inmóvil, un lagarto en el tomillo, fijo en mi condición de enamorado.
–¿Qué haces aquí?, le digo. Maravilla su quietud, mientras una nubecilla pasa, picassa y rosa, dibujándote.
Y aunque tú y yo tenemos bien sabido que es natural en Guadalete olvido, aquí estoy, en su orilla, recordándote.
Carlos Murciano
—28—
Fructuoso Sañudo
LA MOLINERA DE ARCOS
a noche ya está caída sobre el molino de Arcos. La molinera ha salido presurosa y, en la mano, lleva abanico de flores que aventalla entre sus brazos un bebé de pocos meses cuando avanza paso a paso hasta la verja entreabierta para que pase el amado sin que chirríe la puerta del molino mal cerrado...
La molinera se ha vuelto: no ve sombra que, avanzando, acerque hasta su molino el corregidor de Arcos...
–Soy mujer de amores fieles y cumplo si un pacto hago. Si el corregidor no cumple, quedo libre para otro amo.
Alejandro García Acebes
—30—
Sofía Pérez
o dijo nada.
Salió temprano de casa, paseó por las cuestas del pueblo.
Rodeó la plaza, deshizo los senderos y se sentó junto al lago.
No dijo nada.
Permaneció envuelto en la madrugada, cobijado por la plenitud de su horizonte.
El alba arropaba su cuerpo nauseabundo y el agua aguardaba el ansia de una sed insaciable.
No dijo nada;
Se dejó tragar.
Se confundió con las ondas acuáticas, nadó hacia el fondo como un pez, se aferró a la tierra como una planta y asentó sus raíces en la oscuridad.
Al otro lado, la superficie respiraba cotidianeidad, la madrugada se rindió al horario binario y el ritmo imperativo engulló a los cadáveres nocturnos.
La inmensidad del lago cedió a los festejos interpuestos.
Del desaparecido, nadie dijo nada.
Paula Romero
—32—
EL LAGO
Mª Luisa Rey
ERAS EL SUEÑO
ras el sueño y el amor perdió sus espinas, la curva de tu abrazo fortaleció mi espalda y se llenaron de júbilo los ojos de la noche.
¡Qué formidable tiempo burlando al tiempo!
¡Cómo auxilia esta indulgencia de los dormidos!
Eras el sueño y el amor un cuerpo de bronce una mirada poderosa un cielo líquido derramándose como alabanzas desde los charcos.
¡Bienaventurado consuelo yacer y vivir el oculto amor bajo los párpados! Eras el sueño.
Amor se encaramó a la cima plegó sus alas petrificó su cuerpo y fue monte ante la aurora.
—34—
La tristeza de nieve oculta con su lienzo blanco las lágrimas de la vigilia, desde entonces te persigo los pies de la penumbra, anhelo domesticar el terciopelo de la noche porque regreses. Quiero tu abrazo aunque el silencio tenga copas de arena desiertos de sed. Eras el sueño. Eras mi sueño y todavía estoy buscándote.
Pepa Caro
—35—
DESDE GRANADA PARA ARCOS
rcos, como gigante asomado a su tajo, siempre asomado, atento y mirando no sé qué, pero adelante. Siempre alerta y vigilando, y de tanto otear el sur tienes perdido el norte por donde todos te hemos ido conquistando. Te fueron dejando coronado con un castillo, una mezquita muchas torres y alguna ermita, unas murallas que te guardaban, de unos enemigos que, ahora desaparecidos, las dejan abandonadas. Cansado de ser frontera, ¿frontera de qué? si siempre abres tus brazos a todos los que te llegan sin preguntarles de dónde vienen, si se van o si se quedan.
Manuel Sánchez Herrera
—36—
Teresa Martínez
CONTORNOS DE ALMA
En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...
Manuel Machado
e duele lo que duele sin saber si es o no injusticia.
Amo lo que gano y a veces, sin pasión, lloro lo que pierdo.
Me vanagloria el halago. La crítica, aunque pincha, me resbala.
No me sé infeliz ni desconozco la tristeza. La felicidad alguna vez me toca. No sabría dibujarme, no me preguntéis. Por más que busco no encuentro los contornos de mi alma.
Mario Rodríguez García
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Antonio Gracia Pérez
SONETO
De mi vida: ARCOS
ributo de belleza a la mirada Arcos paga, cumplidor, a toda hora, mi distancia vigente, ensoñadora, lo recibe por cuenta no saldada.
Con recuerdos mi vida está plantada en parcelas de ausencia incitadora y mi fe de cultivos, labradora, los levanta en cosecha prolongada.
Episodio de siglos principales liturgia de impasible arquitectura, Arcos de ayer y piedras pedestales.
Pueblo de mi ser, que si lejano hoy mi voluntad a límite procura evocarlo a diario en donde estoy.
Ramón Vázquez Orellana
—40—
Justo Girón
CASIDA DEL AMIGO QUE SE FUE TEMPRANO
Para Ignacio de las Cuevas, compañero de infancia y despertares.
quí no hay mendigos a la puerta de las iglesias ni pedigüeños con la cara sucia y el alma blanca.
Aquí sólo piden los poetas: un minuto de silencio, señor puede dejarlo en mi sombrero vuelto de revés como mi alma. Mis versos son leves, no pesan son diáfanos, agua del alba. Gracias por escucharme, muchas gracias. Aquí no hay mendigos sólo el rastro del amigo que temprano se fue sólo el rostro del amigo que esta noche regresa a la casa de mi infancia.
Mientras, en la penumbra, siguen escribiendo los poetas duerme la ciudad sabia
Francisco Gallardo
—42—
Domingo Jiménez
orre de piedra sembrada de esperanza. Herida de gigantes. Una ilusión del horizonte sobre las rocas entregada. Vienen a besarte desde las nubes, donde la lluvia ama a las montañas.
Toda tú, saltas a la fina línea de plata que te aguarda. Y vuelas hasta la Luna, embistiendo al cielo en una tarde de toros y campanas.
Manuel Rámila
—44—
ARX
Mónica de la Rosa
SOLEÁ DE LA PERLA DE TRIANA A mi queridísima Inés
Rafaelarjona
—46—
si no te puedo ver, los ojillos de mi cara no tienen razón de ser.
Inés R.
ARCOS DE LA FRONTERA
(Letanía de Piropos para encontrar el pueblo) l Norte la hermosura y al Sur el río. Sueña la arquitectura sobre el vacío.
Este - Oeste: infinito y eternidad. Arcos es como un mito hecho verdad.
Cuelga al aire como una guitarra alada.
¡Qué sinfonía en luna mayor quebrada!
Piano de fantasía que un ángel toca. Dios puso la armonía sobre esta roca.
Ciempiés de cal y estrella, águila altiva, cancerbero de aquella mora cautiva.
Mirador del abismo, grito de tierra, poeta de sí mismo, puerta a la Sierra.
Esqueleto gigante de su prehistoria, arquero vigilante, flecha a la gloria.
Alta flor de blancura en campos verdes.
¡Ve mirando a la altura que no te pierdes!
Antonio Murciano
—48—
Mario León
A LA VUELTA LO VENDEN TINTO
la vuelta lo venden tinto Doña María mi vecina era sabia refranera de un pueblo gaditano Arcos de la Frontera. Entre dichos y refranes algunas veces contaba la historia de un pueblo en la época romana. Arx-Arcis su primer nombre fortaleza elevada Santiscal nombre segundo de esta población romana. Llegan huestes bereberes con Ben Jazrum al frente origina un reino de taifa estímulo de la gente. La tinta se agotó ya no se puede seguir que a todos los gorrinos les llega su San Martín.
Joaquín Castro
—50—
Pantoja
Marian
n su último adiós llega a la linde de nuestros pensamientos.
Con su mirar, su intención es mimarnos... besarnos No quiere dejar allí, un “Hasta siempre”.
Es sincero, amable, libre vuela por cortejar cualquier idea que gestemos. No deja un instante para el recuerdo, solo quiere decirnos... no me abandonéis.
Deja que suene cerca del cantar de tus besos, deja que te abrace con mis olas, deja que siga el sentir de tu aliento.
Ahora casi al atardecer me estremezco, ya que en la lejanía sientes mis caricias.
Pablo Naranjo
—52—
“EL VERANO”
Ismael Pinteño
ASILO DE SAN JUAN DE DIOS
i los preclaros dirigentes, los de palabras hueras e insidiosas, ni el amor y sus trampas, ni la encubridora belleza tan cantada por bardos locales y foráneos de un pueblo que pudiendo ser humilde eligió la soberbia; ni tan siquiera Dios en su alta torre midiéndonos el tiempo. Si merece salvarse todo esto, si lo canto y acudo cada día a esta cita de angustia y adjetivos, es porque existes tú, porque con tu inocencia, asomada a la reja viendo pasar la gente, con tu cara de niña sin juguete que sueña que la vida al fin le hará el regalo de una mano en su mano, limpias y das sentido a tanta mugre.
Por eso algunas tardes cuando paso, me demoro en la puerta junto a los azulejos del zaguán, y te miro y te pido perdón por mis paisanos, por mí, que soy, sin duda, peor que todos ellos, mientras tú me sonríes con tu cara de niña abandonada, de anciana de otro siglo, y me absuelves con la luz de tus ojos, con el azul más puro de este mundo.
Pedro Sevilla
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María Hierro
ALGUIEN DIFERENTE
o nací en una calle parecida de otro pueblo del sur, coronada su cima de una iglesia sorprendente, magnífica y cautivadora.
Esta otra calle, sin embargo, desciende vertiginosa hacia un valle que no cesa.
Pero la diferencia no tiene importancia alguna, también aquí el Solano le levanta la falda a sus mujeres.
Cualquiera de estos balcones podría haber sido mi casa, mi madre habría regado sus flores con mimo y blanqueado en [Semana Santa su fachada.
Pero qué si en vez de un gato escurridizo hubiese tenido un [perrito sobón, conmigo a todas partes;
qué si Melchor no se hubiese despistado y olvidado mi bici en la casa de arriba;
qué si mi pelo hubiese sido rubio, mis piernas delgaduchas y azules y redondos mis ojos soñadores.
Y qué si hubiera sido un niño, ¡un hijo varón al fin!, y llenado de alborozo el corazón irrepetible de mi padre.
Concha Montes 9 de septiembre, 2014
—56—
Salvador Malpartida
ARCOS DE LA FRONTERA A Lorenzo Perdigones
erros con alfombra de oro, peñas grises esculpidas, lomas negras y el gran lago.
Pueblo apretado a lo lejos, alrededor de un Castillo.
Siglo tras siglo fluyendo el Guadalete entre rocas, formó tu balcón y el tajo. Olivares en colinas beben de sus verdes aguas.
Arcense, tú que has vivido en la cueva tan oscura y has sufrido la impotencia, ¿Cuando vas a despertarte, a mostrar tu fortaleza?
Emociones, ilusiones han resurgido de nuevo. La vida que se desliza por las callejas de Arcos, bajo un cielo azul inmenso.
Quiero cruzar tu frontera y llegar al otro lado. Ven conmigo cuesta arriba, veremos desde lo alto todo el camino tan largo.
M. Carmen Herrera Justiniano
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Salvador Pérez Salas
us arcos se elevan como huellas de un recuerdo, entretejidos en nieblas ahumadas hacia lo alto mecidos en el ocaso de unas tierras volando hacia lo etéreo... El sueño puebla las honduras de tus piedras, sabor de sal y de agua oscura que se entronca en las laderas de tus erguidas costas…
Y en las noches del trigo y del olivo. se deslizan leyendas, de amores en las ventas, de sonoras risas al borde de un molino, de engaños, encuentro y sortilegio… Diluyéndose en cantos risas y reyertas de amores…
Los pájaros en su vuelo te contemplan
Joaquín Verdú de Gregorio
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Antonio Hernández . . . . . . . . . . . . .8 Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . .10 Cristóbal Romero . . . . . . . . . . . . . .12 Rafael de Cózar . . . . . . . . . . . . . . .14 Francisco Núñez Roldán . . . . . . . .16 Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . .18 José María Bedoya . . . . . . . . . . . . .20 Jorge de Arco . . . . . . . . . . . . . . . . .22 Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . .24 Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . .26 Carlos Murciano . . . . . . . . . . . . . .28 Alejandro García Acebes . . . . . . . . .30 Paula Romero . . . . . . . . . . . . . . . . .32 Pepa Caro . . . . . . . . . . . . . . . . .34-35 Manuel Sánchez Herrera . . . . . . . .36 Mario Rodríguez García . . . . . . . . .38 Ramón Vázquez Orellana . . . . . . . .40 Francisco Gallardo . . . . . . . . . . . . .42 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . . . . .44 Rafaelarjona . . . . . . . . . . . . . . . . . .46 Antonio Murciano . . . . . . . . . . . . .48 Joaquín Castro . . . . . . . . . . . . . . . .50 Pablo Naranjo . . . . . . . . . . . . . . . .52 Pedro Sevilla . . . . . . . . . . . . . . . . . .54 Concha Montes . . . . . . . . . . . . . . .56 M. Carmen Herrera Justiniano . . .58 Joaquín Verdú de Gregorio . . . . . .60 ESCRIBEN
—61—
—62— Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 Antonio Hernández . . . . . . . . . . . .9 Guerra Calle . . . . . . . . . . . . . . . . . .11 Rafael Campanario Argüelles . . . . .13 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . .17 Manuel Lozano López . . . . . . . . . .19 Manuel Márquez . . . . . . . . . . . . . .21 Antonio Richarte . . . . . . . . . . . . . .23 José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .25 Loreto de la Rosa . . . . . . . . . . . . . .27 Fructuoso Sañudo . . . . . . . . . . . . .29 Sofía Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31 MªLuisa Rey . . . . . . . . . . . . . . . . .33 Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . .37 Antonio Gracia Pérez . . . . . . . . . . .39 Justo Girón . . . . . . . . . . . . . . . . . .41 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . .43 Mónica de la Rosa . . . . . . . . . . . . .45 Inés R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 Mario León . . . . . . . . . . . . . . . . . .49 Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . . . .51 Ismael Pinteño . . . . . . . . . . . . . . . .53 María Hierro . . . . . . . . . . . . . . . . .55 Salvador Malpartida . . . . . . . . . . . .57 Salvador Pérez Salas . . . . . . . . . . . .59 PINTAN