CON FI NA DO SEVILLA ~ MMXX
Portada: Gonzalo Llanes
Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L. Andalucía. España. MMXX Edición de 350 ejemplares del nº 98 de CUADERNOS DE ROLDÁN EJEMPLAR Nº
EL VIRUS
Me lo imagino al acecho detrás de la esquina como un Nosferatu de arte y ensayo. Pero no. Es extraño y ominoso. Ni siquiera es como las plagas de la Biblia y Defoe. Es una frontera. Y para quienes hemos vivido con Sócrates y Marx es un final de época. El futuro de teléfonos inteligentes y noticias enlatadas expuestas al gran apagón nos parece pavoroso.
Carlos Abadía
—5—
Ignoraban los manantiales
subterráneos anhelantes del agua marina y sus azules peces… y que en los huecos del aire habitaban minúsculos murciélagos esperando silenciosos el silbido del crepúsculo para ahogarse en las gargantas y el etéreo humo de los cuerpos… Ignoraban que la simiente de los árboles fundía parásitos en sus hojas y en el envés de sus hilos… Y en tupido silencio esparcieron por las ciudades alientos de calofríos quebrando las gargantas en espasmos de soplos ininterrumpidos… Y el temor ya es terror de lo otro, del otro y la otredad… Se cierran los ventanales, y en las calles se ha instalado la prohibición de los pasos, las máscaras ahogan las voces… y la mirada sorprende en huidas que delatan la sufriente hondura del silencio… Un vacío, tan sólo un vacío. Y una naturaleza herida, inerte nos contempla, inerme, envenenando la saliva de las palabras, nos contempla ensimismada… Joaquín Verdú de Gregorio —6—
Paco Cosano
EL BISIESTO
Mal empezó el año para mi. El refrán no ha podido ser mas certero.
Cuando al final de enero, estaba encajando un fatídico accidente ocurrido el día 6, se iban acercando las voces preocupantes de la llegada de un virus mortal que partía de extremo oriente… ¡bah, está lejos¡. Tamaño error; con la globalización todo está a distancias abarcables, no hay mas que observar la tupida red de rutas aéreas que a diario nos transportan a sitios que, en un pasado reciente, eran impensables. 15 de marzo: CONFINAMIENTO. Como si un gancho pugilístico me hubiera noqueado, quise asumir el golpe. Con mal ánimo y rabia intenté cambiar la agenda del año; además de pensar en renunciar a los aspectos mas gratos de lo cotidiano: asunto difícil. Con la primera luz de esa primavera que estaba en la puerta, me asomé a las ventanas y solo contemplé un vacío de vida al que no estoy acostumbrada. Empecé a sentir temor y preocupación al comprobar que los gorriones habitantes del jacarandá que asoma a mi cocina, no querían acercarse a desayunar lo que les ofrezco todas las mañanas: ellos también se habían confinado. Deseo fervientemente, que el 2021 sea año de nieves. Adela Agudo —8—
Justo Girรณn
MORTANDAD
Y
...“ se abrió el sello cuarto, y salió un caballo bayo montado por Mortandad: el que mata con la espada, con el hambre, con la peste y con sus horribles fieras”. De aspecto risible, de acción terrorífica, creado por el Gran Dictador para ampliar su poder. Y, como el vilano, arrastrado por el viento visita aldeas, pueblos, ciudades... Y hace cundir el pánico entre sus gentes, y aniquila a los más vulnerables, y a los que con honra y valor le hacen frente. Sólo el libre campo verde y de cielo azul le resiste. Los gobiernos ignorantes y amedrantados dictan normas sin ton ni son, e imponen el imperio de su Ley: una ley severa y rigurosa bajo un gran control policíal: Hemos perdido “La Libertad ese precioso don que a los hombres dieron los cielos”. Las calles solitarias, salvo hileras de seres que buscan Centros de Beneficiencia. Una gran tristeza invade los lugares. Mortandad ejecuta fielmente lo que se le ordena. ¿Hasta cuándo su reinado? Julio Becerra —10—
Carlos Becerra Luna
CONVALECENCIA La pandemia ha suspendido la vida, la ha convertido en una cápsula, en una vida vicaria y menor. Dentro de esa vida reducida, una habitación de hospital venía a ser como un sucedáneo del exterior que, a su vez, en sí mismo, ya era un sucedáneo de lo que fue.
Todo el cuarto es horizonte,
una llanura sin fin por donde flotan como satélites sombras envueltas en plásticos, tubos de turbios goteros, máquinas de hospital con ojos de luz que sumergen su latido en el agua inmóvil de las pantallas. Todo el cuarto es un único, largo silencio verde que lenta, muy lentamente, como un decorado o un trampantojo, se levanta, va alzándose despacio para ir dejando ver la cara atónita de la vida. Salvador Compán —12—
“Marisma de Doñana”
Juan Villa
CONFINAMIENTO
No tengo ninguna sensación de él,
que no sea la del lamento. En el inicio, fue un respirar hacia dentro fue, dar sentido a otra vida. En la primera semana, me invadió el tormento, el diecinueve de marzo, tras una feliz y larga vida, nuestra [Madre ante este horror, abandonó su cuerpo. No habían pasado veinte días, y en una lucha de más de [cuatro años, frente al otro enemigo, el cáncer, Manolo mi amigo ya no [pudo más y se rindió. Y ya, cuando el calor empezó a darme algo de respiro, en agosto, la primera semana en la madrugada Jesús mi otro hermano del alma muere ya sin aire. Maldito confinamiento. Pablo Naranjo Camero
—14—
Osorno
CONFINAMIENTO
Se detuvieron los ojos pensando que la engañaba
a una fatiga de días, a una tarea acostumbrada, a una vejez temblorosa, a un baile de castañuelas con amores de tardanza y fiebre de madrugada. Se detuviron los ojos sin saber lo que pasaba cuando en lo mejor del tiempo una tormenta arreciaba con granizos muy redondos como las verdes castañas, para hacer en su momento el desnudo que esperaba. Lentamente se apagó, se destruyó la mirada, y aquel brillo de emociones truncó la rosa de pascua que aun su tallo sostenía cada vez que la regaba haciendo de su consuelo la mejor de las miradas. Pero ya no pudo ser porque el tiempo no esperaba ante la presencia súbita que fue apagando la sala para cerrar los balcones enredándose en un fuego como se rompe el cristal de la noche a la mañana. Y se fue marchando marzo entre cenizas y brasas, mientras mayo se ha quedado esperando primaveras a su corazón lejano, para recordar momentos que fueron para los dos amaneceres en calma. Jesús Solano —16—
Isabel Vera Pecci
CONFINADOS
Confinados,
hacinados, enjaulados, como pájaros para el gozo o disfrute de pequeños y mayores a modo de mascota. Separados, alejados, distanciados, sin poder besar o abrazar a nuestros seres queridos. Apartados, retirados, enfriados, con estas aguas frías de la fuente de las lágrimas que emanan en todo el orbe. Esperanzados, ilusionados, confiados, de poder secarnos estas gotas de aguas frías, que perlaron nuestro cuerpo y mente. Javier María Castro-Cuadrado —18—
“Aislamientos�
Francisco Javier Flores Castillero
IBI CLAUSUS “Por siete días cerramos la puerta (...). El estremecimiento”. Forrest Gander
Está cerrado.
Así tus puertas, pétreas como guijarros de río. Son cuatro los confines de tu cuerpo donde por siempre habito y de donde nunca salgo. Si es de día, calma chicha. Si de noche, marejada febril hasta morir (en tus corrientes circundantes). Son cuatro los confines de tu cuerpo y de ahí no salgo ni saldré jamás de motu propio. Nunca huyo. No se puede. José Cuevas Paz —20—
“Contra el pensamiento único”
L’auro & Abelofer
Los días están allí en las ventanas
porque no entienden de encierro, y nosotros, en la inercia del que se acostumbra a esperar, los echamos a volar más azules que nunca. Mientras, vamos haciendo memoria de cómo será nuestro encuentro. Carolina Abadía
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Jm Guerrero
FRAGILIDAD
Hubo un tiempo que contemplé, fascinado, los muelles
lorquianos de Nueva York. La vida, entonces, era fácil y yo no lo sabía. La juventud, ya se sabe, es una adorable vacuna contra la inconsciencia. Pateé la Quinta Avenida como si fuera la calle Feria. Recuerdo ascensores, nieblas, rascacielos, un vértigo de giraldas en Nueva York. Allí aprendí, en el avión de regreso, la importancia de la insignificancia. Era una mañana clara y Manhattan una mancha de hormigón por la que pululaban minúsculas hormigas humanas. Atrás dejé las Torres Gemelas, inconscientes de su destino. Pongo en el Spotify, o donde sea, New York, New York, la canción con la que Frank Sinatra me dio la bienvenida mientras el taxista, puertorriqueño, cruzaba el puente de Brooklyn a velocidad poco recomendable. Esta noche he visto imágenes de Nueva York, la Quinta Avenida solitaria, inhóspita. Luego me he asomado a la plaza, húmeda, recién llovida, silenciosa, desierta. Habrá que estudiar otra vez la historia de la fragilidad. Francisco Gallardo —24—
“Punto de fuga”
Serafín Madrigal
MI HAMBRE
No siento nada,
todo parece quieto, no vuelan las palabras, dejé sola mi alma al viento. Nada crece, nada suma, nada y sombras, nada y dudas. Nadie me nombra y yo vuelo, acariciada entre terrazas, tejados y sueños. Oscuro, febril, estrecho… Pesado, viejo, derruído… Son los días que pasan, son los versos incumplidos. Y entre cuatro paredes mil vidas, sin exilios y sin hambre, al borde de la estampida de derrotas inconfesables. Úrsula Moreno —26—
José María Spínola
AZOTEAS
Parece otra la ciudad, vista a la luz de una azotea.
Calles que son líneas sugeridas, miradores y torres a lo lejos, amasijo de antenas y tejados, un escorzo recortado sobre el cielo, un horizonte indefinido como el mar en la distancia. Una es la ciudad a ras del suelo, otra la que ofrece una azotea. Cercana al cielo, sincera, íntima, humilde, un espacio deslumbrante al descubierto. Todo un mundo recobrado en días extraños de soledad y confinamiento. Vencejos al atardecer, tañido de campanas que marcan horas de silencio, vecinos desconocidos liberados de su encierro. Todo estaba ahí, oculto, ajeno, sumido en el fulgor de los destellos. Ismael Yebra
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“Azoteas de Cádiz”
Inés Martín Lacave
SE FUERON EN SILENCIO
Ellos se fueron en silencio,
en silencio se fueron ellas, se fueron nuestros abuelos y se marcharon nuestras abuelas. En un silencio entero nunca roto por el llanto desgarrado y amargo de un familiar a su lado. Creo que ya nacieron con el silencio dentro, en silencio vivieron, callaron, trabajaron y padecieron mientras en silencio levantaban sus casas y este PaĂs desolado. Gracias a muchos sanitarios, que hicieron de hijos, o fueron vuestros nietos improvisados, y os dieron sus manos para ayudaros a pasar al otro lado, en ese camino tan corto y a la vez tan largo.
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Quizás este mundo no fue ese lugar tan cálido como de pequeños os habíais imaginado. Papá, mamá, abuelos, gracias por habernos enseñado el significado del silencio pero no a permanecer callados. Gracias por habernos dado plumas y alas para levantar el vuelo, por habernos dejado acariciar el tiempo y la calma a vuestro lado, con la esperanza de que todos hayamos aprendido de todo esto, algo. Manuel Sánchez Herrera
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ESTADO DE ALARMA
Deambulando,
esquivando esquinas sin sentido. Como alma en pena. Maldiciendo. Maullando llorando. Tropiezo, pero no caigo. Puente y Pellón, Plaza del Pan, Placentines. La Giralda al fondo quieta. Perdida la Giralda. Y yo. Bailé, cociné, limpié. Y regué las plantas. Y bailé. Y Rosalía galleguiña recité. Y al maldito Baudelaire. Poesía, música y bailé. El sueño me abandonó. El tiempo se diluyó. ¿Primavera? ¿Lunes? ¿Marzo? ¿Aplaudimos? Ya no recuerdo. Loren Cabral —32—
Mª Carmen Pérez Gutiérrez
LA ISLA
Capa tras capa
mi mundo se deshoja. Como la cebolla el entorno se deshabita casco a casco, persona a persona. Soy núcleo solitario repleto de lágrimas y vértebras atrofiadas. Imposible mirar atrás. Condenada al horizonte. Soy isla agónica que respira sólo aire sin palabras ni besos. Soy faro sin luz Soy luna oscura La vida se deshace ante mí como si no hubiera existido como la visión errática de un espejismo, entre brumas, sin voces ni miradas, sin caricias… Quizás todo fue un sueño o quizás vivo una pesadilla. Todo se confunde en esta nebulosa que aprisiona mi inteligencia y la vuelve torpe y ajada, incapaz de salir de este programa impuesto. Concha Vilches —34—
Domingo JimĂŠnez
DE LA SOLEDAD, Y OTRAS CONSECUENCIAS PREVISIBLES
Solamente estar.
Estar con la hormiga y las macetas del balcón. Que no llegue la vídeo de las siete ni los aplausos de las ocho. Y que no llame nadie. No podría compartirlo con nadie. Solamente quiero estar. A ser posible, cielo arriba, mirando los altos vencejos y oliendo la yerbabuena. Ana Llorca
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“Onirocóvidos”
Cristina Pérez de Villar Rodríguez
ANTAGÓNICOS
Fue maravilloso descubrir
que a los dos nos gustaba el vino blanco afrutado, el humo del tabaco, el olor del café, escuchar música hasta las tantas y charlar mientras tanto; el problema surgió al darnos cuenta de que ambos queríamos dormir en el mismo lado de la cama. Concha Montes
—38—
Salvador Malpartida
UN CUENTO HAITIANO
Como trueno en tormenta, serio,
mira el niño de piel negra la piel blanca de una mujer buena. Es haitiano y no tiene casa. Con mano extendida, sus ojos quieren comer. Del topo hermano, la luz es su día; su mortaja, la noche. Sonríe el abrazo blanco en negro rostro; bulle de gozo al bote del balón; pide trabajo un día con un mejor mañana; sueña que, de sus manos, salten colores vivos de luz con alegría, sin virus, sin contagios. Espera, éste es su mérito, que el hambre, la miseria, el virus coronado –pandemia de los pobres– sea un cuento pasado. Alejandro García Acebes —40—
Carmen Herrera
VIERNES SANTO EN EL AÑO DE LA PANDEMIA
He bajado a la plaza silenciosa,
no hay nadie que la cruce prontamente; solo una buganvilla sonriente me ofrece sus olores color rosa. Esta ciudad, antaño luminosa, parece que se ha muerto de repente y una aflicción se expande en el ambiente que vuelve gris la tarde esplendorosa. La Iglesia está cerrada, las campanas guardan luto en este Viernes Santo por un Cristo en la Cruz agonizante. Lucen crespones negros las ventanas y se siente el pesar con el quebranto de un pueblo confinado y suplicante. Sinestesia: Olores color rosa. Concha Ortega
—42—
Jaime Gil ArĂŠvalo
E
l gorrioncillo dibuja con sus alas sueños eternos. Libre canta el ocaso de un mundo que agoniza. Ana Recio Mir
—44—
Marian Pantoja
¿SUSPIROS . . . ?
Suspiros que ignoran para qué sirven,
que envejecen y mueren a cada instante, que a menudo brotan como vagabundos del ánimo y creen en la posibilidad de ahogar las penas. Es difícil pensar que en torno a ellos los espíritus lloran con lágrimas de cristal, para hacerlos inmortales. Y que entran y salen, espontáneamente, cuando estas atribulado. ¡Son. . . los suspiros del alma! Joaquín Hidalgo
—46—
María José Barco
LO QUE ME HUBIERA GUSTADO DECIRLES
Si con el pasar del tiempo cuando en tu cabeza nieve,
tus ojos se apaguen, los días sean largos llenos de sombras, tus manos ya no puedan apretar las mías, y tu caminar sea lento; solo quiero que me mires, que encuentres en mí esa luz que te envuelva y te haga brillar. Solo quiero darte los colores del arco iris y te vistas con ellos. Que nunca el atardecer dé entrada a la oscuridad de la noche y de los recuerdos. Ya no pienses más en el arduo caminar del pasado, ...tus sueños –se los llevó el viento– y allí estarán esperando a que llegues, ...pero, si alguien piensa que el vacío es tu única compañía yo haré que tus días estén llenos de color, de vida y de amor –tanto– que quieras aferrarte a la vida, estaré en el ultimo tramo de tu camino, no lo dudes, volarán a tu lado, besos, abrazos, y el aire llevará fragancias de flores. Allí estaré, con todo mi amor y dedicación, para que sientas cómo unos largos brazos, –los de mi alma–, te arropan hasta el final. Mª Jesús Pantoja —48—
Facomo
Nunca hubiésemos imaginado,
y siglos, y siglos se han sucedido, que al igual que en el pasado, en casa quedásemos recluídos. Pestes, cóleras, gripes y viruelas, todas, tremendas calamidades, siempre han llenado hospitales y vaciado calles... y escuelas. Cíclica y repetitiva es la historia para los pueblos sin... memoria. Juan Masero Flores
—50—
“Entre el cielo y el infierno�
Victoria Melero
CONTAGIOS
La tuvo el alcornoque
para gozar su otoño esta primavera, sus hojas invaden sin escrúpulos la tierra. La retama, que floreció otra vez y salpica el campo de amarillo. La tienen los mirlos que cuidan sus nidos y llenan de cantos las mañanas de sol. Y los arroyos que se atreven a nacer de cualquier lluvia. Solo yo me quejo de la libertad que no tuve y aún extraño. Temo tomar la calle y ser el mismo, porque es tanto lo que estar solo me propone que me atrevo a pensar que me falta tiempo de confinado. Y me sobra miedo para ser otra vez libre y gozar de todos los contagios. Mario Rodríguez García
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Teresa MartĂnez
Acaso vivir de instinto sea ahora el único
modo, en este relato de interior y de urgencia. La conjunción extrema de civismo y asepsia, de ignorancia y miedo, perturba las certezas y evapora las calles, los teatros… todos los espacios, mientras los naturales, las otras criaturas –ajenas a la flecha invisible– regresan a su medio. (Mis ventanas dan fe de los verdes crecidos y de la alegre algarabía de las vidas aladas) Sí, nos faltan los otros y nos duele la ausencia, el listado incesante de quienes no volverán. Y hay que tirar de instinto –tan heridos como el mundo– y hay que tirar de las palabras que calientan el alma al cuajar en versos con latido, o en propósito para un canto infinito. (Aunque –lo dijo Ginsberg– los poemas pueden también quemar con la verdad) Rosario F. Cartes
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Gey
Llegó como un viento helado, traicionando sentimientos y vida, rueda maligna de facetas espinosas, erizo enemigo, diabólico errante. Nos unió en nuestra desgracia, juntamos las manos como nunca; nadie ha podido reír aunque la risa no ha faltado. Acércate Luz a nuestro hogar para que el calor permanezca, acércate a nuestra vida, verano todavía, y narra con silencios y sonrisas lo que vendrá: Hermoso amanecer de otros mundos, de otras tierras que son parte del corazón humano. Ya se escucha la nueva canción del viento: “Han florecido los nardos cerca de tu cabecera, el viento gélido huye donde nadie vive donde a nadie hiela. Han florecido los nardos en el corazón humano, las nubes se disiparon, la noche se tornó blanca, bulle de gentes la acera. Silba el viento entre las cañas la vieja canción de antaño donde los niños corrían junto a sus perritos flacos. Han florecido los nardos…” Mª Carmen Martínez Gordillo —56—
Carmen Mogollo
NOCHES DE PANDEMIA E ILUSIÓN
Cuando la noche es noche
las almas se refugian en la calma. Recuerdas una mirada hermosa sobre la mascarilla blanca que te quiso decir, pero no dijo porque hay miedo a contagiar ideas, emociones, pensamientos. Noches de pandemia e ilusión... Y vuelven los rebrotes del virus asesino. Y vuelvo a esa mirada verde sobre blanco que detuvo el viento aquella tarde desconfinada bajo una nueva libertad vigilada cuando los corazones desbocados latian rojos, bajo el tremolar de nuestras camisas asustadas que pedían amar temerosas de no saber conjugar ya ese verbo para siempre. Volví a mirar al cielo y a la noche las estrellas sonrieron y dijeron no seas tonto, inténtalo que no quede por ti en estos tiempos del coronavirus. Ezequiel Martínez —58—
“Oro líquido”
Silvia Doncel
¡Llorad, llorad conmigo, oh planetas, sus fieles compañeros! ¡Llorad, llorad, luceros… Alphonse de Lamartine
DÉCIMA PARA UN CONFINAMIENTO
Libre el sol de sus asuntos,
y la luna en sus anhelos. Hasta Dios falta en los cielos, triste el lar en todos mundos. Por los iris tan profundos brille luz en nuestros ojos. Basta ya de mil enojos. Si la vida está herida, Valga un dios por tanta vida, libres ya de mil cerrojos. Manuel Rámila
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Inmaculada Gรณmez Blรกzquez
REFLEXIONES
Millonésima partícula,
que escapa de algún lugar, y se expande sin fronteras penetrando en los humanos, es pandemia universal. La conciencia de la muerte el pánico a lo invisible, el control, el aislamiento, se confinan las personas, quedan las calles desiertas, un mundo no imaginado, enganchados a pantallas, el contacto virtual, tarjetas, maquinas, cámaras, mayores abandonados que aquí no tienen lugar. Es el virus del sistema, que para no colapsar, extermina a los ancianos a los débiles y enfermos y se adapta a los más sanos, que con el miedo implantado, libremente sometidos se transforman en esclavos, vieja, nueva realidad, capitalismo inhumano. Paco Vita —62—
Carlos MontaĂąo
CON LA CIENCIA VOLVEREMOS A EMPEZAR
La ciencia no es el Oráculo de Delfos,
sino el esfuerzo pertinaz para conocer el mundo y nuestra posición en él. La ciencia huye de las metáforas sobre todo cuando de pandemia se trata. El estado de alarma se asemejaba a uno de alerta, regido por unas reglas parecidas a las que se enfrentan los científicos en las pandemias. La ciencia proporciona el descubrimiento del significado de lo que somos. La covid nos ha impartido una lección de humildad, nos ha demostrado lo poco que controlamos nuestras vidas. Solo por la ciencia volveremos a empezar, el nudo se desatará, y todo volverá a ser maravilloso. Manuel Castillo Martos
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ESCRIBEN Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Joaquín Verdú de Gregorio . . . . . . . . . . 6 Adela Agudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Julio Becerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 Salvador Compán . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Pablo Naranjo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Javier María Castro-Cuadrado . . . . . . . . 18 José Cuevas Paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Francisco Gallardo . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Úrsula Moreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Ismael Yebra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Manuel Sánchez Herrera . . . . . . . . . . 30-31 Loren Cabral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Concha Vilches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Ana Llorca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Concha Montes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Alejandro García Acebes . . . . . . . . . . . . . 40 Concha Ortega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 Ana Recio Mir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Joaquín Hidalgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Mª Jesús Pantoja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Juan Masero Flores . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Mario Rodríguez García . . . . . . . . . . . . 52 Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Mª Carmen Martínez Gordillo . . . . . . . 56 Ezequiel Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Paco Vita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 Manuel Castillo Martos . . . . . . . . . . . . . 64 —65—
PINTAN Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Justo Girón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Carlos Becerra Luna . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Juan Villa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Isabel Vera Pecci . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Francisco Javier Flores Castillero . . . . . . 19 L’auro & Abelofer . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Jm Guerrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Serafín Madrigal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 José María Spínola . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Inés Martín Lacave . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Mª Carmen Pérez Gutiérrez . . . . . . . . . . 33 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Cristina Pérez de Villar Rodríguez . . . . 37 Salvador Malpartida . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Carmen Herrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Jaime Gil Arévalo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 María José Barco . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Facomo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Victoria Melero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Gey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Silvia Doncel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Inmaculada Gómez Blázqquez . . . . . . . 61 Carlos Montaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 —66—
E n pro celosos e incier t o s t i em pos, la Junta Di rec t i va d e los Ro l d a n es re toma nuestro proyecto con la esperanza de una pronta salida de esta penumbra, dando a luz este cuaderno “Confinado” bajo la coordinación de José Mª Aguilar y la im prescindible colaboración artística de nuestros inquilinos que Paco Díaz supo colo car en sus p ági na s SEVILLA OCTUBRE DE 2020
Veram amicitiam in adversa fortuna videbamus