MMVI
Portada: Carlos Becerra Luna Depósito Legal: SE-1478-06
Impreso y hecho en Sevilla en los talleres de El Adalid Seráfico, S.L.L. Andalucía. España. MMVI Edición de 400 ejemplares del nº 54 de CUADERNOS DE ROLDÁN
EJEMPLAR Nº
LA CIUDAD TRANSITABLE (NORBA CAESARINA) ... y desde entonces rodamos por lo oscuro, orbitamos el uno en el otro, somos espacio y soledad el uno del otro y no tenemos más esperanza que la luz... Vórtice. Abelardo Rodríguez
A
solas, la noche nos abría la ciudad transitable. Despiertas a una luz amarilla las piedras con memoria nos brindaban su lecho. Un instante de fuego entre agujas del aire. (Como en el séptimo día todo estuvo en su sitio). Por esquinas llovedizas pasaron nuestras sombras. Escrita estuvo así la piel del mundo. (Hay voces que te aguardan en la luz de los siglos). Rosario F. Cartes —5—
HURDES
D esde la pena negra, madre morena, extremadamente solo, con yunques de roca me cautivas. Bocas de quejíos, en los ojos maldicen la casa del señor. Hoy sólo vibro, no sé por qué, en esta cuerda grave de tu historia. Alejandro García Acebes
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Manuel BaraldĂŠs
A
mor es que tú me faltes y yo no encuentre mi cuerpo porque ha salido a buscarte. Rafael Arjona
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Ana Espiga
CARLOS V EN YUSTE
N o anida el águila en efímera fortaleza, en peña vigilante concibe y capta; sólo en el morir está el abismo, estanque o silencio donde aún canta negro el cisne: lo que fue sombra, tiempo ido al pasar, emperador y hombre rendido al fin -en la quietud, sin mover la tarde, sin más cielo que los siglosaquí en Yuste ¡altura de Dios o del alma! Agustín Torres Vázquez
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Domingo JimĂŠnez
EL SUEÑO
A
caricio el aire Abrazo el viento Siento tu mirada Y oigo el silencio Todo en un instante Eterno en el tiempo. Despierta la noche Y sólo era un sueño. José María Bedoya
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Ă ngeles Mogollo
PASEO CACEREÑO
L a soledad y el fracaso se hacían sólidos en el aire helado. Un insistente rumor de agua subía por las paredes. Las campanas de la catedral ascendían por las callejas, y el aire se hacía más claro. Un murmullo azul llegaba desde el fondo de la tierra. Dejé que ese rumor de agua me envolviera y mis ojos se encharcaron del tiempo que se fue. Llovía. Yo me asomé al silencio. Desde entonces, camino bajo la sombra y sobre mis ojos y persigo mi eco hasta los arrabales de mi conciencia. Isabel Mª González Muñoz
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Teresa MartĂnez
LA TORRE SENDE
Desmochada, por mor de las rencillas de católicos reyes, pero nunca vencida. Un matacán de piedra y nueve mensulones que requiebran la yedra recrecida, en góticos suspiros sin batallas. Si pudiesen tus piedras recitarme los cantos de juglares olvidados, si tu ventana gótica me hablase con brisas de nostalgia y de pasado. Yo soñaría Cáceres, como el enamorado que ronda los balcones de la amada y amando desespera del destino. Pero no pudo ser, o no supe escucharte, y proseguí el paseo con mi ausencia. Agustín Embuena Romero
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José María Franco
SOLO OSCURIDAD
M
iraba con todas sus fuerzas y sólo veía oscuridad... ... sobre toda oscuridad... Muy, tanto se sufría ya de viento seco azotando el cuerpo... y sólo oscuridad... ... todo oscuridad... Buscaba en la tizón de sus ojos el negro agarre del tifón Deseo, deseo vivo, deseo en llamas... Y ya veía que alejándose estaba... Ojos pequeños en lontananza... Dolor y duelo... Sólo... Solo... Pablo Ramiro Guzmán
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I. L. Guzmรกn
Si no hubiesen vuelto a crecer los días ya se nos habrían roto los campos por los diques de algunas nubes a cada pregunta, y sin saber esta vez cómo los iríamos cerrando. Carolina Abadía
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Pepa Santos
A D. Juan Solano Pedrezo, Maestro Solano, Hijo Predilecto de Cáceres
T
ras los cristales, acuario y escaparate del Café Gijón, veía pasar los coches, chatarra en Recoletos, la primavera con bufanda, el verano de los cuerpos por venir, el desvalido otoño de Zurda famélica y hambrienta de votos... Y empecé a recordar... era un pecado de amor, por dinero, palabritas al viento, ¡Tanta mentira! Porque te vistes de oro Huelva es una caracola ¡Ay mi Córdoba! ¡Cáceres! Málaga y olé Nos has dado un clavel y cinco farolas , y al decir Sevilla, Sevilla lleva el compás. Cariño Rociero, ¡vente al Rocio! Romero delicado, tres brazos me han detenido, ¡Míra que valor! y puse un letrero ¡Soledad! El Conde de Casa-Padilla
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Carmen Mogollo
YUSTE
Q ué quietud de robles y de encinas. Qué paz y qué silencio contra el fragor de Mühlberg y de Augsburgo. Pavía y el Sacro Imperio no valían lo que aquel reloj roto de las comunidades, y de alivio era recomponer con cien misas de réquiem su rueda de áncora. Reconciliar su mecánica con la humildad jerónima del claustro para acompasar la tarde a esa alondra que hoy regresa hasta mí con su aleteo de siglos. Qué sosiego de cerezos en flor frente a las nuevas y santas alianzas para volver, sin misas ni motetes, a aquel reloj de siempre. Carlos Abadía
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Manuel Rico Lara
NOCTURNO CACEREÑO
P
or el tiempo y la distancia, nuestros mundos separados, nuestras vidas alejadas, tú sin mí y yo tan sola como una sombra larga. El sabor de tu perfume esparcido por la casa se derramará en la alcoba, escapará por la ventana y se marchará contigo como una figura fantástica. En mí, anidará el vacío mortuorio y sepulcral como una lápida, como una sombra larga. Permaneceré en silencio, sin derramar una lágrima, con tu nombre florecido como una primavera pálida. Sola, triste, muda, andaré sobre tus pisadas como un perro vagabundo, como una sombra larga. Coral Mª Cooper Gutiérrez —26—
Inma Gรณmez
CÁCERES
T
u desesperación, extrema. Tu pensamiento, de tiempo prudente. Tu dolor, sobre ti. Tu habitación, velada. Y en tu piedra pasiva, un proceso sin horas haciendo de la vida, desde tus murallas, páginas para cuentos. Jesús Solano
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Teresa Lafitta
EL REZO
E
n medio del sembrao, a solas, no necesitaba rezar para sentirse más cerca de Dios, sobre todo porque a sus 87 años era de esperar que no a mucho tardar habría de reunirse con Él Hacía ya 30 años que vino a vivir a estas tierras para mejorar su mala salud que se volvió de hierro a fuerza de aire limpio, buenos alimentos y no estar parado porque no se podía. Miró al cielo y clavó los ojos en el horizonte allí donde salía el sol tras la encina milenaria; donde se paró Juan para saludar con la gorra por última vez antes de marcharse. En medio del sembrao, a solas, no paraba de segar, y mudo pasaba las horas en su faena, que hasta el día de su muerte no quería rezar porque Dios le había faltao por no haberle devuelto a su hijo. Marian Pantoja
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Osorno
TREN TER 673, RUTA DE LA PLATA, AÑO 1983
A
ún guardo el folleto. Lo tengo frente a mí: “Andalucía, Extremadura, Asturias” Desde Sevilla a Oviedo, en primera o segunda. Sólo cafetería. No había ni restaurante para catorce horas y media de trayecto. Hoy nos parecería totalmente insufrible. En veintepocos años, vaya si hemos cambiado. Qué cortos los viajes, qué más cerca está todo, cómo ha encogido el mundo. Yo, amante de los trenes, que a Estambul y hasta Narvik me llevaron, hice el Sevilla-Oviedo. Sin prisas, bocadillo, y vaso de bon vino, lectura novelada y charlas de viajeros. Primavera. Ventanita del TER, televisor de muy cambiante y larga película campestre. Pocos meses más tarde, la misma hoja morada de información mudó en arqueología. Podemos ser tan viejos a través de un folleto de la RENFE... Francisco Núñez Roldán —32—
Abigail
COSAS DE CABALLEROS A Manolo Carrasco
Seguramente andas paseando por esta vieja ciudad de Cáceres, traspasando sus casas blasonadas, pues pronto va a hacer un año en que me brindaste tu última mirada saliéndote del coma para hacerlo. Fue cuando hablé diciendo te traía las fotos de tu último Cuaderno. No llegaste a verlas, fue imposible, te quedaste sin fuerza para ello después de salir de las tinieblas. Hacerlo fue tu gesto caballero, no podías marcharte a la francesa. Me miraste con tus ojos pícaros, con ese punto leve de ironía, tan de los de tu estirpe, tan del que ya lo sabe todo, para decirme ese hola y adios de Doñana... Hoy, tu mirada sobrevuela ágil el alto Jardín de las Hespérides pudiendo ahora, junto al Abe-lardo, gustar eternamente sus manzanas. Juandepunto —34—
Lola GaviĂąo
Para Agustín Luengo
E
merge del centro de la tierra granito insurgente, casi animal, para contrastar el esmalte del árbol, la piel del alcornoque o de la encina. Mientras rebaños trashumantes pastorean el fruto verde, invencible, de la tierra, el granito parece destellar luces de mica, esencia de la piedra que funde la dehesa en tu mirada. Extrema y dura, solemne en su quietud, bajo el más limpio de todos los cielos Antonio de Vicente
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José Ramón Vaca
UNIÓN
N os cambiamos, como cromos, confidencias. Nos hicimos el regalo de dos historias ajenas. A veces nos interesamos por el otro, como sin interés por nosotros mismos. Y caía la lluvia sobre los dos Todos los pronombres te nombraban. Las hechuras del verano vestían de ausencias tus caderas, la luz de tu mirada, de viento y silencio tus pasos sobre mi arena. El peso de tus pies dejó sus huellas en mi costado. Donde sólo los ayeres gobernaban se revelaron futuros imprecisos y dejaron abiertos al azar los postigos del tiempo y la neblina. Fuimos construyendo recuerdos (más adelante, aserrín que emparaba los charcos invisibles de las grietas). Mario Rodríguez García —38—
Conchita Ortega
EXTREMA Extrema tierra entre ríos; frontera de Mesta y merinas. Tierra emigrante y nobleza y apellidos de conquista: desde Cortés a Pizarro, Vasco Núñez o Valdivia.
D ejamos atrás las fronteras en los tiempos de conquista sin recordar los senderos por donde discurrieron. Dejamos atrás los recuerdos cuando apenas florecían; dejamos indultar al tiempo con silencio de reliquias, con viejo sudor emigrante allá en tierras prometidas: –néctar libado al tiempo de un futuro en rebeldía– Diego Chiclana
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Carlos Becerra Luna
A TI
Y
a empezó mi camino, aún no ha terminado, ya llegué, y no te he encontrado, ¿dónde fuistes? mis venas se abren por saber de ti. Casi en el oeste y no te olvido, Ciudad de artistas solo con verte, mi corazon está alegre así, como las olas del mar cuando suben tan alto, para gritar, para escuchar los quejíos de tu mente. Pablo Naranjo
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UN MANOJO DE ROSAS A la Virgen de Guadalupe
V
engo a verte con una antorcha de luz en mis manos, atravesando un campo de esperanza, siguiendo el cauce de un río de pensamientos, cosechando mieses de ilusión que ofrecerte con gozo. Vengo con las manos llenas de ternura, firmemente asidas a la mancera, recogiendo cada gota de sudor de mi frente, como ofrenda de tesón y fortaleza. Todo es para Ti, mi voluntad, mi destreza y un manojo de rosas que brota de mi propia sangre. Joaquín Hidalgo
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RECUERDOS DE UN ROLDÁN Breve senblanza
E
voco a un Roldán serio, cual solemne juez de natural onubés, recia personalidad, rauco y florido hablar. Títulos y ejecutorias de Rafael y sus glorias, a todos nos hizo reír en Fonseca y Joaquín su seriedad fue euforia. Filólogo y artísta
Creaste palabras nuevas, con rigor y con donaire, por ejemplo “marismaire”, mas olvidadas no quedan pues la R.A.E. las espera. Pluma y boli dejaste u los pinceles tomaste con tu creatividad y originalidad, muchos laureles lograste. Joaquín Castro —44—
Teresa
CL-VI
EL MISTERIO DE GIZEH Para Agustín Luengo
R
esignado el viejo Imperio a su sino puso a mirar al cielo a sus camadas. Portentosas tres puntas ensenadas se blandían de noche en su destino. ¿Fueron Keops y Kefrén y Micerino cúpulas camufladas? ¿Chaflanadas sus caras cuando fueron levantadas para ocultar lo humano y lo divino? De geométrica base y muchas zetas (calcularon muy bien los faraones) les tejieron a herejes laberintos. Fijaron en los vértices sus tetas y sellaron aristas de corintios. A fuera vigilaban los leones. Antonio Blanco
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BenjamĂn
ESCRIBEN
Rosario F. Cartés . . . . . . . . . . . . . . . Alejandro García Acebes . . . . . . . . . Rafael Arjona . . . . . . . . . . . . . . . . . . Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . . Jose María Bedoya . . . . . . . . . . . . . . Isabel Mª González . . . . . . . . . . . . . Agustín Embuena Romero . . . . . . . Pablo Ramiro Guzmán . . . . . . . . . . Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . . Carlos Ruíz Padilla . . . . . . . . . . . . . Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . . Coral Cooper . . . . . . . . . . . . . . . . . Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . . . . . Diego Chiclana . . . . . . . . . . . . . . . . Juandepunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio de Vicente . . . . . . . . . . . . . Mario Rodríguez García . . . . . . . . . Francisco Núnez . . . . . . . . . . . . . . . Pablo Naranjo . . . . . . . . . . . . . . . . . Joaquín Hidalgo . . . . . . . . . . . . . . . Joaquín Castro . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio Blanco . . . . . . . . . . . . . . . . —49—
5 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 43 44 46
PINTAN
Boraldés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
7
Ana Espiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
9
Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . . .
11
Ángeles Mogollo . . . . . . . . . . . . . . .
13
Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . . .
15
José María Franco . . . . . . . . . . . . . .
17
I. L. Guzmán . . . . . . . . . . . . . . . . . .
19
Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21
Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . . .
23
Manuel Rico Lara . . . . . . . . . . . . . .
25
Inma Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27
Teresa Lafitta . . . . . . . . . . . . . . . . . .
29
Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
31
Abigail . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
33
Lola Gaviño . . . . . . . . . . . . . . . . . .
35
José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .
37
Conchita Ortega . . . . . . . . . . . . . . .
39
Carlos Becerra Luna . . . . . . . . . . . .
41
Teresa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Benjamín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Acabose de imprimir este cuaderno dedicado a CÁCERES el día 18 de marzo de MMVI gracias a la coordinación de Mª Victoria Guzmán, los dos Carlos Becerra y Abadía, y el fino trabajo de los imprenteros Paco y Fran. ¡GAUDEAMUS!