Jerez

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Portada y contraportada: Vicente López Villaverde Depósito Legal: SE-1.774-2007

Impreso y hecho en Sevilla en los talleres de El Adalid Seráfico, S.L.L. Andalucía. España. MMVII Edición de 400 ejemplares del nº 58 de CUADERNOS DE ROLDÁN

EJEMPLAR Nº


A

Miguel Hernández –poeta–


CONTEMPLACIÓN

L

a geometría exacta de los pájaros. La incógnita visible de la luz. El desgarro de un tiro de arcabuz. El contenido y forma de los cántaros. El origen y alquimia de los lábaros. Lo que guarda en silencio la testuz. La sombra que arrancó el de aquella cruz. El saber de los esenios y los bárbaros. Todo esto yo escruto cada día, mientras miro, tranquila, el horizonte. La sed del rosacruz, de la abadía. El misterio del tiempo y de Caronte. La agonía del reo y del contrito. Cada día, contemplo el infinito. Dolors Alberola

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Ă lvaro la Rosa Talleri


YO FUI AQUEL POETA

Yo fui aquel poeta aterido a las puertas de la ciudad soñada. Padecí los rigores del invierno preciso. Presentí la distancia de mi sed a tus ojos. Presencié en el abismo. del amor la desdicha de un gozo inalcanzable. Renuncié al buen uso de lo convencional y exalté mis pasiones al rango de lo inútil. Yo fui aquel poeta. Aquel loco. Aquel ebrio. He olvidado palabras y pronunció en el viento un sortilegio apenas para esquivar el filo del cuchillo que aguarda en cada primavera. Yo fui aquel poeta. Hoy soy sólo una sombra de esta ciudad de piedra, un transeúnte enfermo de soledad y días. Un fantasma. Un mendigo. Mauricio Gil Cano

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Elisa Soria GarcĂ­a


TANGO DE INVIERNO

Jerez, 6 de la tarde. Y quisiera decir séptimo piso, con ascensor y todo, a ser posible, mientras tomo café y en La Moderna suena un tango. La vida a veces se detiene o retrocede acaso a bordo de ese viejo acordeón, ya ves, hemos perdido con los años el respeto a los símbolos y, ahora, de regreso, pasan la gorra, piden unos céntimos, como si la tristeza del mundo y sus heraldos fuesen sólo ese leve tintineo de unas pocas monedas. En la calle, rueda la lluvia, gris, se hace de noche y el frio planta un árbol en la acera desierta. Van vaciándose las mesas. En silencio, pago mi taza, salgo a la intemperie y me pierdo en las notas del tango que no cesa. Domingo F. Faílde —10—


Miguel Castilla Lรณpez


D

esde el acantilado ves la estela que los barcos dejan tras de sí la bocana del puerto como una puerta abierta a la esperanza; el toque de aventura que las bocinas ponen invitando, escuchas, el granizo de gaviotas allá abajo, mientras que el horizonte se abre curvo, ancho, como una pregunta. Y otra vez más te vuelves, el pasaje de niebla en el bolsillo, clavando sobre el puerto de tus miedos, diciéndote que el hombre se repite en todas partes, que detrás de todo está la Nada, y el mejor viaje es el que se emprende hacia uno mismo. Julio Rivera

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Gabriel Granados FernĂĄndez de los RĂ­os


SUR

No habito en esta casa, en los pasillos ronda el miedo lo mismo que en el alma. Y en estas palabras, escucho, madre, jauría de perros. El patio no muere en la infancia, colinda con la aldaba que nadie llama. Otra muerte espero, como otras palabras y otro cuerpo suspendido del madero. La celosía no es la que recuerdo, el cielo no acoge el rezo ni el gallo que canta en el alero recuerda al que estrujé en sueños. El agua en la bondad de la orilla no presiente el esplendor del alba ni reclama la sed del Nazareno. No habito en esta tarde, presumo de fantasma con la salvedad de que sólo a mí mismo suelo dar miedo. El relato que leo en el espejo no es honesto; por momentos, el hombre que me ronda oculta un cielo disperso. El poeta que frecuenta mi sueño calcula su infierno: madre, en el Sur, celebro mi encierro. Álvaro Quintero Mejía

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Inma Gรณmez


B

ebo la saliva que viertes sobre mis labios gota a gota, en lucha por no sucumbir al destierro del cielo de tu boca. Mordiendo tu carne tierna empapada de sueño, me aferro a ti en la derrota, en la espera delirante sin tu abrazo. Voy pegando uno a uno pedazos de luna rota, para vivir de nuevo la noche de aquellos besos, la secreta oscuridad de tu caricia, que fue candil de mi soledad tan breve. Irene Jáuregui

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Pepa Santos


ADOLESCENCIA

Adolescencia es el nombre de la flor terrible. Es nombrar el convulso interior de la crisálida en el que un mundo cambiante ordena el caos con pálpitos de fuego e instintos muy agudos. Es un tiempo de martirios intensos, de palpar entre los muslos y sentir la nieve brotar cálida y tan vertiginosa como nuevas explosiones de otras vías lácteas. Y Dios miraba entonces desde arriba acusando en su dedo silencioso que por aquello el mal sobrevendría y haría que pagase aquella ofensa. La culpa se apropiaba de mis actos y entonces el horror del purgatorio cobraba en tus palizas su sentido de mano ejecutora de Dios Padre, del divino castigo estipulado. La adolescencia es el nombre de la flor terrible, una flor dolorosa y tan sangrante que brota en la agonía de la infancia y adorna las tumbas de los suicidas. Manuel Francisco Reina —18—


CAMINO DE VUELTA

Me llevé cuatro claveles blancos dos rosas, y el deslumbrante sol de noviembre para que encontraras el camino de vuelta entre los nardos de mi alma y el paseo de jazmines a tu casa; hacia la plaza de las Angustias, donde aún revuelan las palomas la restuaurada cornisa de tu ventana, las palmeras y las plateadas azoteas hasta el campanario de San Miguel, y así, vuelvas niño al regazo de paz, –Gruta reconfortante y última– de la Madre. Ana María Espínosa Gutiérrez

—19—


X

Hoy no vengo temprano a contemplarte ni he traido en mi alforja los espejos, ni siquiera he cogido el catalejo ni mis cartas de amor ni mi estandarte. Tampoco he regresado para hablarte de mi tiempo que fue, de tiempos viejos, de mi angustia pasada y sus pellejos ni con mi canto mudo atosigarte. Hoy he venido sólo a verte ser, como si no tuviéramos pasado ni deudas que saldar con el ayer. Tampoco del futuro acostumbrado aunque sienta no sentirlo, mujer, mañana es un adverbio no llegado. M. Benítez

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Manuel Mรกrquez


El mar, sonrie a lo lejos. Dientes de espuma, labios de cielo. F. García Lorca

La ventana es frontera de luz donde se detiene mi asombro, prisionero de la oscuridad, el rostro infantil exhala aroma y color, como el mar que atento mira en la exactitud redonda de la mañana. Quizás reo sea el enorme peso de la historia atribulada de su linaje, pronto sabrá de las ligaduras de su futuro. Gitano al fin, extraño y raro, amarrado a la inquietud de una existencia secreta, recelada, en vilo siempre. Así es mi vida, atesorado por mi familia, trinchera de la pena o atalaya de la alegría, vigía de cada gesto, creyente en el milagro del ritmo, justo cauce de júbilo y de aflicción, divisa mía. Acaso el mar esculpe una silueta allegada. ¿Qué traerá quien anda como un ave y se viste como una flor a esta despreciada cobertura de silencio y espera? Te miran mis ojos de niño, te palpan las miradas de un viejo.

Antonio Carmona Fernández —22—


Rafael Oliva


JEREZ

Q

ué deslumbre de blancos y de azules, qué equilibrio de escudos y espadañas, que misterio de portones y patios, qué oriflama de parra y catavinos. Qué presencia de sedas y caireles, qué proclama de condes y gañanes, qué derroche de tacones y palmas, qué desplante de voces y troníos. Qué contienda de gules y azabaches, qué desgarro de bordones y sombras, qué locura de tizonas y facas, qué retórica de ritos y de tópicos. Carlos Abadía

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Carlos Ruiz-Padilla


Jerez de la frontera es una ciudad que debía estar en el paraiso. Victor Hugo

Todavía era tierra, agua... amanecer de fuego sol con tuétano. Iba hacia el primer mar en la unidad de los seres sin sombra todavía. En el tránsito, la ciudad se abrió de San Miguel a San Dionisio y fue la noche única preludio de dimensiones antes del suelo albarizo que sustancian sus vinos. Después, el tiempo. Y un nuevo regreso. Todavía tierra, y agua... amanecer de fuego sol con tuétano. Rosario F. Cartes —26—


ENTRE JEREZ Y SANLÚCAR Amigo L.J.B.

Hoy me engañan las luces, la furia de los vientos, los juegos de miradas y un ruido que me llega diciendo de tu cara. Hoy los lutos me cantan al trote de las jacas burlando bulerías por patios de jaranas. Hoy te tengo de mar, vidriosa jerezana, para besar tus labios de sal entre mis sábanas. Hoy digo lo que pienso con dolor de campana. Sin querer, el recuerdo, me hace vivir momentos entre el hoy y el mañana. Jesús Solano

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Con eco de Arrabal se escribirá tu historia, barrio de San Miguel. Los plazueleros llenan de seguirillas tu memoria y siembran de tristeza los senderos. Caminantes en busca de un Santiago distinto, con ecos de quejío y linajes gitanos que cantan bulerías con aromas de vino y un redoblar de palmas y verano. Y el caballo andaluz taconea su raza, bailando soleares en su escuela, requebrando las torres de tu Alcazar, admitiendo en su hijar la ferrea espuela. Hay un dolor de enamorada muerte, un soneto de verde enredadera. es el flamenco, que asumiendo su suerte, te hizo su madre, Jerez de la frontera. Agustín Embuena

—28—


Carmen Mรกrquez


A

qué llorar las derrotas si no hay mares que recojan mi tristeza. A qué temer su llegada si tengo, de par en par la cancela abierta... ...y ya no injurian sus gritos ni cabe más dolor en mis heridas. Mario Rodríguez García

—30—


ALBARRÁS

De la mar yo me retiro, de la tierra yo me ausento que las olas son suspiros y los surcos pensamientos. Rafael Arjona

—31—


Existe una ciudad del sur donde los sueños montan a caballo cuando suena la música, donde el tiempo se detiene en las bodegas al calor del vino y los amigos cuando las ganas de vivir disipan por entero la memoria. Allí la soledad se difumina. Antonio de Vicente

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José Ramón Vaca


NOCHE DE VERANO

Quiero evocar el recuerdo de aquella noche calurosa reclinado en la pared sobre la silla de enea debajo del limonero y del aire bullicioso que se apagó lentamente con el quejío de la soleá y la belleza del desgarro rompiendo el silencio. Sólo fue un instante aún lo recuerdo. José María Bedoya

—34—


Paco Cosano


JEREZ

No,

no conozco Jerez me dijo aquel amigo. –Pués yo te lo mostraré, sus caballos y sus vinos. Esta comarca de Pagos, Caballerizas, Bodegas, los tipos de vinos tienen un caballo por pareja. Alegre y joven Fino como las frutas silvestres empareja con los potros de las escuelas ecuestres. Caballo de rejonéo con hábil mano domado requiebra a su pareja un Fino Amontillado. Oloroso dulce y seco arrumbado, sosegado con caballos de enganche de rico enjaezado. Al suave Pedro Ximenez de exquisito aroma una bella jaca blanca para gentil amazona. Joaquín Castro —36—


Eduardo del Campo


D

e puerta a puerta, en las parras, el destello del medio día trenza el verde del agua. ¿Y en las copas? Todo el tiempo del mundo para volver a llenarlas. Carolina Abadía

—38—


Carmen Mogollo


A MIS AMIGOS MAYORES A Julio Manuel de la Rosa y a Emilio Durán

En apariencia sois otro cualquiera, con algunos más años y experiencia, pero veo en mi rostro vuestro rostro, mi voz completa escucho en la que os oigo, que será parecida si llega a vuestros años. Y si no llega, ya es como si sí hubiera llegado, porque yo en vuestra vida me prolongo, de tanta madurez exprimo el zumo que dan vuestras palabras. Observo mis arrugas en las vuestras, y ese desdén que diríamos sosiego por cosas que hoy a mí aún me agitan. Casi ansío llegar a vuestro estadio ¡Qué dicha es el saber que hay por delante años de lucidez hasta encontraros! ¡Qué exquisito modelo aún no ensamblado, mientras en vuestro verbo tengo ahora más años sin cumplirlos! Sois mi futuro: gracias a vosotros he llegado a mayor, y sigo vivo. Francisco Núñez Roldán —40—


Inés R.


A Mª José Navajas

Pude yo haberme equivocado, haberte escrito, por ejemplo, que la nieve dibuja la hermosa postal que siempre quise remitirte; haberte hablado de la lluvia, de su frágil campana de sonidos y de ese brillo transitable que adquiere en las noches con farolas. Pudiera haberte procurado amaneceres decorados con la materia de la luz y la dulzura y nombrarte el mundo como si el mundo fuera del tamaño exacto de un apacible atlas de colores. Pero no soy más que quien te quiere y tengo la esperanza justa, el bolsillo lleno de días comunes y de una colección de incertidumbres y es esto, amor, lo que te doy, al fin y al cabo, todo lo que tengo. Salvador Compán —42—


Domingo JimĂŠnez


VIVIENDO ESTE PRESENTE Para nosotros todo es presente, todo tiene que ser presente. Paul Eluard

Rechazo los recuerdos, el peso del pasado, la invisible presencia de días ya marchitos. No miro atrás. Sin duda lo que soy se lo debo. Mas aprendí que el tiempo tiene raros caprichos. Que sorprende y deslumbra o es cruel, feroz, terrible con total inocencia. Por eso no me obstino en evocar momentos de un ayer consumado. El presente es mi vida y la pasión su método. Raquel Rico —44—


Manuel Rico Lara


JEREZ 1949 A María Luisse

B

ajaba, solemne, por la escalera de caracol del gran hotel. Procuraba guardar el equilibrio, pasó la tarde probando caldos. Abajo, Varela rodeado de altos mandos, habla en voz alta. Él, con cuidado bigote negro, la esperaba en una mesa enfrente. Iban a tener su primera cena. Muy de mañana, antes de que saliera el sol, estuvieron de boda, su boda. Querían que les durase mucho el día, su día. Recorrerían luego la Andalucía más baja,

acompañando al padre río hasta su muerte en Sanlúcar. En esta su capilla ardiente probaron otros caldos, más húmedos, con el sabor salado de la despedida, pero con el mismo cuerpo, con el mismo oro. Cuando vieron la anchura de las aguas se apretaron las manos, respirando hondo. Luego, volviendo un poco atrás la vista, pasearon juntos más de diez lustros contándome mil veces esta historia... Juandepunto

—46—


Lola GaviĂąo


ACUARELA JEREZANA A Antonia y Miguel Ángel

P

ara llegar a ti, estoy intentando un sueño de polifonías infinitas; un columpio de espacios ondulantes; un cajón de abiertos sollozos; un telegrama de olvidos en la memoria. Mas callo, desbocándome en la vida –suave plagio de amor–. Isabel Mª González Muñoz

—48—


Carlos Becerra Luna


EN LA GLORIA

C

uénteme padre de allí donde ha vivido, de la plaza Santiago, de la calle la Sangre, de cuando era platero; rubio como un Apolo, más bonito que un querubín y tenía a todas las mocitas locas por usted; cuénteme padre, pero no llore por su madre. Hábleme del abuelo; cómo cantaba y bailaba y revolucionaba el tabanco; cómo hacían coro alrededor del tío “pipoño” para escuchar sus letrillas y trabalenguas a compás de bulerías. Él no se dedicaba a la fiesta, ni consentía que sus hijos se aficionaran. Eran tres varones como tres pinceles y cinco hembras como un manojo de rosas, pero dos de ellas murieron, la mayor de muy chiquita, la más bonita, decían todos, dulce como un ángel, y la más pequeña, morena de verde aceituna, con un cante, un baile y un cuerpo ¡vamos! que le hubiera echao la pata a la Lola Flores. Cuénteme de las fiestas en los patios, del compás, del baile y del cante, y de las comías. Y aún recuerdo los olores a naranjas agrias, a matalahuva y anises, a pestiños y empanadillas llenas de cabello de ángel, rizadas en media luna; luego, la miel... como ámbar derretido resbalaba sobre fuentes de loza blanca repletas de dulces calientes. Mi casa olía a gloria, y se cantaba Gloria... Marian Pantoja —50—


David Saborido


SE ME ESCONDEN LAS PALABRAS

Se me esconden las palabras para decirte te quiero. Tumbas son los diccionarios cuando te busco en silencio. Sentir es un gran incordio si sólo llego a tus besos por el mirar de tus ojos sin que yo cante lo bello que en mis entrañas generan tus arcanos sentimientos. Y si en copas de buen vino vuelven de ayer tus recuerdos, suenan de luna y de cobre tu risa niña y mi verbo. Alejandro García Acebes

—52—


Teresa MartĂ­nez


DOBLE VIDA Entre dos luces, entre dos historias, entre dos filos permanezco. J.M. Caballero Bonald

S aliendo majestuoso de la dársena bajo el poniente, desde el malecón miro zarpar el barco su aventura. Viejo lobo marino, mi alma va a bordo de ese buque que ya no puede corregir el rumbo llevado por los vientos hacia el sur: yo soy el navegante sin pasaje cuyo ayer queda sobre el muelle como un oscuro fardo que va achicando la distancia. Flamante imán el mar desde la orilla, una parte de mí pulsa el afán de soltar todas las amarras y embarcarse a lejanas latitudes... Sobre la proa, mi otra mitad siente, al partir, la querencia de la tierra donde arraigué mi corazón de niño para que diera sus mejores frutos. Entre opuestos destinos se debate mi ser, entre dos fuerzas encontradas: una es evasión, la otra es promesa. Julio Asencio —54—


Isidro Luis Molina Soto


Y...

e

... l paraíso lo encontré entre sus senos, el infierno entre sus muslos, en sus labios la vida y la muerte en su mirada. Deja que siga durmiendo Soñando con el mañana. Deja que encuentre tus besos Cubiertos por la hojarasca. Deja que entre la noche A esconderse entre las sabanas. Deja las puertas abiertas Y no cierres las ventanas. Meria Albari

—56—


Mario Leรณn


Compás o duende –Xerez en una copa– y para siempre; cuando es dulce la vida, cuando alegre o triste va sin sombra y la flor desnuda Agustín Torres Vázquez

—58—


ESCRIBEN Dolors Alberola . . . . . . . . . . . . . . . . Mauricio Gil Cano . . . . . . . . . . . . . Domingo F. Faílde . . . . . . . . . . . . . Julio Rivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Álvaro Quintero Mejía . . . . . . . . . . Irene Jáuregui . . . . . . . . . . . . . . . . . Manuel Francisco Reina . . . . . . . . . Ana María Espinosa Gutiérrez . . . . . M. Benítez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio Carmona Fernández . . . . . Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . . Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . . . . . . Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Agustín Embuena . . . . . . . . . . . . . . Mario Rodríguez García . . . . . . . . . Rafael Arjona . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio de Vicente . . . . . . . . . . . . . José María Bedoya . . . . . . . . . . . . . . Joaquín Castro . . . . . . . . . . . . . . . . Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . . Francisco Núñez Roldán . . . . . . . . . Salvador Compán . . . . . . . . . . . . . . Raquel Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juandepunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . Isabel Mª González Muñoz . . . . . . . Marian Pantoja . . . . . . . . . . . . . . . . Alejandro García Acebes . . . . . . . . . Julio Asencio . . . . . . . . . . . . . . . . . . Meria Albari . . . . . . . . . . . . . . . . . . Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . . —59—

6 8 10 12 14 16 18 19 20 22 24 26 27 28 30 31 32 34 36 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58



PINTAN Álvaro la Rosa Talleri . . . . . . . . . . .

7

Elisa Soria García . . . . . . . . . . . . . .

9

Miguel Castilla López . . . . . . . . . . .

11

Gabriel Granados Fdez. de los Ríos .

13

Inma Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

17

Manuel Márquez . . . . . . . . . . . . . . .

21

Rafael Oliva . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

23

Carlos Ruiz-Padilla . . . . . . . . . . . . .

25

Carmen Márquez . . . . . . . . . . . . . .

29

José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .

33

Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . . .

35

Eduardo del Campo . . . . . . . . . . . .

37

Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . . .

39

Inés R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

41

Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . . .

43

Manuel Rico Lara . . . . . . . . . . . . . .

45

Lola Gaviño . . . . . . . . . . . . . . . . . .

47

Carlos Becerra Luna . . . . . . . . . . . .

49

David Saborido . . . . . . . . . . . . . . . .

51

Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . . .

53

Isidro Luis Molina Soto . . . . . . . . .

55

Mario León . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

57

—61—





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