Cubierta: José Ramón Vaca Depósito Legal: SE-937-2008
Impreso y hecho en Sevilla en los talleres de El Adalid Seráfico, S.L.L. Andalucía. España. MMVIII Edición de 400 ejemplares del nº 61 de CUADERNOS DE ROLDÁN
EJEMPLAR Nº
Paco Cosano
PROTESTA (extracto) Traducción del italiano de A. Vicente.
Ha escrito el poeta si Chiara no sonríe yo volveré con mi maleta a países antiguos, país mío, hacia arenas sofocadas por la oscuridad hacia la oscuridad que cubre nuestro rostro y nuestra hierba hacia la camisa gris hacia la sal del mar que pinta la tierra. Hacia un siroco que hiere hierbas, hojas, y se extiende hacia las flores del mal. Al exilio, a Irak, a mi regreso, O quizás jamás lo haga. Hasam Atiya al Nasar —6—
Carmen Mรกrquez
LIDIA BLANCA
Al principio navegábamos a un compás, con la proa alta y abiertas las gaviotas; apenas olas de lidia blanca entre los surcos y, sobre el mástil, la ramita verde de la tierra del sur. … Pero el día rojo como mar eterno, a fuerza de diluvios, éxodos y embates, la barca de los tiempos quebró en dos: a un lado, bombas, disparos, gritos; al otro, las velas errantes de los sueños… … Y entre la espuma, zozobrando, el rastro ahogado de la paz. María Jesús Fuentes García
—8—
Alejandro Pedrajas
Volver a Xauen donde crepita aún el origen de tu historia impar; allí las palmeras anclan la tierra al cielo, y juega Dios en la palma cóncava de todas tus manos. Volver, festejarlo con el sol naciente en tus ingles. A Xauen. Invita solamente al futuro para celebrarlo. Pilar Mª Domínguez Toscano
—10—
Carmen Mogollo
A LA DERIVA
Manchas oscuras de ojos abiertos, noche hecha añicos, mar de lamentos viento en tu pelo, África dentro, África lejos. Manchas de miedo, de desarraigo, de desespero, todas cegadas con luz de cieno, manchas de lodo y futuro incierto. Chap, chap, chap se muere el Sur De norteños politonos, basura del corazón, Caprichitos, devaneo, orillitas sin conciencia, de repudio, de violencia, de odio, asco y desconcierto, las manchitas se diluyen en agua bendita y rezos. Algas a la deriva, crudo de petrolero, manchas de segunda, manchas de tercera, de usar y tirar, hablan, gritan, sienten, lo han dejado todo, la gran nada inerte, echaron los dados de la vida y a muerte. Chap, chap, chap se muere el Sur De norteños politonos, basura del corazón, Caprichitos, devaneo, orillitas sin conciencia, de repudio, de violencia, de odio, asco y desconcierto, las manchitas se diluyen en agua bendita y rezos. Manchas molestas, ni a noticia llegan, borradlas, borradlas, que desaparezcan, buscaban amor, raíces, un sueño, a veces, la mar, la noche y el viento se apiadan de ellas.
Sefa Lafuente —12—
Teresa Lafita
XAUEN 2
Aquí me hicieron. Sin duda mi alma tiene aromas magrebíes,
con toques de perfumes coloniales y susurros de almuecín en noches de luna mora reflejada en el añil de sus casas. Guardo en mi memoria más temprana las historias de mi madre, atemorizada, contándome cómo lugareños con turbante le golpeaban puertas y ventanas en un divertimento –para ellos– que aprovechaba las ausencias de mi padre. Vivían, vivíamos –yo aún encapsulado– en lo más alto del poblado, junto a una panadería; todavía recuerdo el olor a trigo ácimo y al humo de leña de olivo de su horno... Me dicen que hoy en esa zona han construido un hotel. Un lugar de acogida al que tengo que volver, aunque ya no para enseñarle a ella cómo fueron mis principios, cómo se vive en la otra orilla y porqué se arriesgan a pasar a este lado de la mar nuestra. Será un viaje al pasado, metiéndose en una máquina del tiempo que volando al roce de las olas me transportará en muy pocos minutos a la Edad Media. Luego me perderé por sus callejuelas con olor a especias y estiercol en las que transitan burros entremezclados con gentes vestidas de telas multicolores mientras los que conducen las bestias van pronunciando un baraka-baraka, especie de oración a Alá para no atropellarle. Me invitarán a té con hierbabuena –o menta– mientras muestran sus alfombras y, sobretodo, esperan un regateo del precio más importante para ellos que su valor y venta, porque es su juego. Al final, solo regresaré a Itaca cuando Penélope vuelva a tejer; dejó de hacerlo cuando Circe la embelesó con su labia. Juandepunto enero del ocho —14—
Lola GaviĂąo
ENTRE OLIVARES A mi amiga María Isabel Pozo Morillo.
De los olivos me viene el fruto que madura en mi boca, y de la tierra herida recojo una sombra callada con el canto que abrasa la luz. Inesperadamente, el verde se mora surcando la velocidad del tiempo, y en el olvido queda el amor que sana la locura del paisaje. Al lomo de un verdial cabalgo entre albarizas para poner mis sueños en orden, ocultos en unos ojos paseantes. Jesús Solano Marchena, noviembre de 2007
—16—
José Mª Franco
A Gail y Nkosi Johnson
Nkosi Sikelel’ ¡Afrika, madre zahorí, vieja virgen madre, madre explotada, esforzándose, alinderada: cuatro vacas que ganó después de ablanado el clítoris. ¡Nkosi Sikelel’ ¡Afrika!, en cualquier aldea, de Harare a Nairobi, en un mundo sin fronteras, en el día que inaugure al hombre. ¡Nkosi Sikelel’ ¡Africa)!, y no nuestro dios: blanco dios del norte, atrincherado en la riqueza, dios de occidente, padre de la codicia, interesado dios de las multinacionales, saludable hipócrita que bajo el impugne sol está lavándose las manos. Agustín Torres Vázquez —18—
Tomé
GUÍA EN EL DESIERTO
Retó mis ojos
con desafío, huí su mirar con la orden de un descanso nocturno. Él organizó jaimas y dispuso lugares, decidió, en fin, el asentamiento. Desde mi lecho, sobre la arena, lo vi encaramarse a la duna más alta sabedor de su dominio, feliz, por imprescindible. Mario Rodríguez
—20—
Inma Gรณmez
A CEUTA
Asomada a la mar Mediterránea, esquiva y marinera. Blanca, almohade, enamorada. Ceuta. Encendida de los colores ocres de la africana tierra. Curtida de desierto, y herida de frontera. Por tiempos y de reinos enfrentados. Culturas abrazadas, zoco de amargo olvido, de islámicos requiebros. Perdida la mirada hacia el Estrecho. Emblemática plaza. Con sábanas de historia, tendida en sus terrazas y puestas a secar sobre el recuerdo. Agustín Embuena Romero
—22—
Carlos Ruiz-Padilla
LA PAZ
P
ara nuestra amiga Nuestra hermana La que nos ayuda Nos cura, nos ama Es la única La primera, la útima La que nos ayuda Nos busca Es el camino, es la meta No es fácil de definir Porque es un nombre Un sentimiento Una palabra y Hoy en día un lamento ¿No podemos vivir en paz? ¿Sólo sabemos pelear? Discutir, pelear, luchar Pero en paz Sin violencia, ni odio ni sangre La guerra con los ojos Y no armas Que sin tí sólo haya una paloma En tus ojos una luz En tu corazón la blancura Y en tu boca Siempre Paz
Adriana Tejada Cuadrado —24—
Domingo JimĂŠnez
WA LA GÁLIBA IL-LA AL-LAH (Y no hay victoria excepto por Dios)
Al-HAMRA ... y el tiempo pasó. Soraya, la destapada, (azúcar, canela y clavo) mece en su tibio regazo a una gacela y un milano. Laíla, la encantada, (azúcar, canela y clavo) en la puerta de casa borda mantillas blancas a las manolas del barrio Meria Albari
—26—
Inés Rodríguez
María Pérez Gil
Ă geda
P
az es la canción que entonas cuando estás a gusto y solo. Es ola que restalla en limpia arena, espuma efímera, salado bisbiseo de recuerdos felices donde el agua apunta a ti, a la mirada tranquila con que tus ojos contemplan el mundo, iluminada certeza donde todo tiene sentido, donde tu lucha con el tiempo reafirma la historia de tu vida. Paz es la canción que entonas cuando nadie más que tú la entiende. Antonio de Vicente
—30—
José Ramón Vaca
ASILA
Asila: cielo, azul, el mar, muros de cal y dulces enmelados. Un ritmo pausado me lleva a paraísos perdidos. Nuevos mensajes de amor en el móvil y en la noche mora me dejo tragar por la luna. Sara Bolaños Márquez
—32—
Pepa Santos
ACTO DE NO-FE
S
i yo fuera creyente mi Dios sería laico, desprovisto de espada, sin adorno, sin hábito. Si yo fuera creyente mi Dios sería justo, y no tendría manos de sangre ni de esclavos. Si yo fuera creyente mi Dios no existiría en valor de mercado para obispos y ulemas, con rabinos y popes. Si yo fuera creyente la tierra no tendría un dios de guerra y odio, de ambicióny miseria, de explosivo y pistola, de nación y mentira. ... Si yo fuera creyente a Dios sustituiría. Alejandro García Acebes —34—
Retrato del Dr. Manuel Castillo
Alberto Germรกn Franco
ÁFRICA
L
a pantalla de plasma de treinta y dos pulgadas nos lleva hasta los cofres de contrán y diamantes, donde los mercenarios posan ante las camaras con cabezas de negros y botellas de whisky. Hay nubes de fosfatos que borran los oasis y charcas de petróleo que incendian los cultivos para que los suicidas sin sus cabras y dátiles asciendan a los cielos de las African’s News. Y hay cuatro reyezuelos de jaimas y zoológicos que habilitan capillas al cuerpo diplomático, mientras sus valedores de pasaportes varios les regalan corbatas de París y de Londres. A nuestra comitiva de Hummer artillados se unen los GPS con caracteres chinos, y vemos a ONG de nóminas secretas salvar un elefante, un mono y una cebra. ¿Es África un cayaco junto a la cañonera o es espejo global del mundo en que vivimos? Tal vez aún estamos en el mil ochocientos y hay que rebobinar de nuevo la película. Carlos Abadía —36—
Carmen Rojas
ÁFRICA
Un paseo más y nos quedamos suspendidos del tiempo en un espejismo de río que nos abrirá en la piel sus caudales, y al rozar un deseo nos llevará donde todo es tan grande.
Carolina Abadía
—38—
Juan de Dios Ramos
CEUTA A Mª Carmen del Camino.
Faro brillante, estrella despuntada, viento de jazmines, rumor de regateos, caballo de sombras. Ceuta, hay en ti un mar de fondo, que canta, por el tiempo arriba, un cruce de razas incomprendido. Isabel Mª González Muñoz
—40—
“Homenaje a Ben Yessef”
Manuel Rico Lara
EN LA OTRA ORILLA
E
n la otra orilla sin luz, sin aire, sin paz, sin resuello, me adormezco recordando las fronteras de tu cuerpo; saboreando en silencio las sílabas de tu nombre. Y despierto sin el sol de tu risa, bordeando el infinito túnel de no tenerte. Allí, en el otro lado del espejo de dos caras donde me miro y soy capaz sólo de contemplar tu reflejo. Coral Cooper
—42—
Antonio Gracia Pérez
ADAGIO VARESINO Se viven amores que están hechos de infiernos y miedos cotidianos. Temer Ibn El Barud
Aún vibran en mis dedos acordes desolados al tañer ese adagio que evoca tu presencia y despierta en el alma tu irrefutable ausencia enclavada en paisajes de inviernos despoblados. El corazón recrea escenas ya pasadas de un tiempo transcurrido en solitario averno. Minutos presurosos de gloria en un infierno poblado de agobiantes caricias hoy negadas. La pasión, la locura, regían mis sentidos y la intuición amiga, relegada y silente, contemplaba impotente mi descenso demente. En el aire flotaban nostálgicos sonidos cual trasfondo sonoro legado eternamente a la trágica historia de un desvío inclemente. Ángel Aguirre
—44—
Facomo
LA CASA DESNUDA
No hay nada que ver en mi casa. Mis paredes están desnudas, y sólo aceptan el sonido de mi silencio. Habitamos entre el libro y la hoja para alimentar el alma, con un pétalo de invierno atado al lazo del reloj callado frente al viento. Zoé Jiménez
—46—
Macarena Trigo Amiรกn
Nuestro viaje a Xauen empieza nunca
porque no entendimos que Ítaca era el camino. Años en un zulo consumiendo latas de conserva con la luz apagada. Seis años de claroscuro: todas las leyes nos condenan. Es cierto: traicioné por ti. Y a los traidores nos señala el desprecio, también el tuyo. Ese día sentimos menguantes las paredes, y donde ponía la mano había un cristal roto, allí donde mirase, crecía el muro. Para que no nos matara tuvimos que matar aquel cielo imaginado y azul como las casas de Xauen. Vuela amor, volemos. Las ratas terminarán nuestro banquete. Nuria Rangel
—48—
Antonio San Martín Castaños
E
n las noches eternas, donde sólo transitan ausencias. Cristales como espejos, derraman su cera. Su vaho, es aliento de la nada. Jirones de agua salada se derraman en el olvido. Y busco la muerte como la vida, sin saber ni entender que ya …, es tarde. José Ramón Vaca
—50—
Beatriz Vaca Campayo
VUELO DE VIENTO
No tiene paz la paz en los diarios, ni sosiego en los discursos ni encuentra nunca sitio en los brazos del dinero. Apenas es la paz un nombre que cruza las canciones o tres letras sobre nubes que pronto se hacen cielo. Vive deshaciéndose la paz, tiritando, igual a una víscera que mancha de sangre las manos inocentes. Y, sin embargo, tiene vuelo de viento la paz, su voz dobla todas las calles de la historia y es indestructible su memoria, porque nace la paz a cada instante, brota en los mismos huecos de su herida y toma idéntico tamaño que el de la ausencia dejada en cada una de sus derrotas. Salvador Compán —52—
Baltasar Sรกnchez Portel
ONOMASTICAS
Asume lo debido. A quién. A todos. Cumple. ¿Años? También. Con risas, con besos. Viviendo en paz. Muriendo en paz. Mª Teresa Cuesta Chaparro
—54—
Pilar Toscano
OLVIDO
No recuerdo tus ojos, ni tu voz, ni tu cuerpo He olvidado tu risa, tus caricias, tu aliento. Olvidé tus palabras en cada breve encuentro y olvidé los lugares donde te amé en secreto. No te añoro en la noche, no te lloro en silencio, no repito tu nombre ni recuerdo tus besos. Pero cada mañana, cuando se aleja el sueño regresa a mi memoria tu nombre como un eco. Concha Ortega
—56—
Teresa MartĂnez
DEL ESPERADO REINO Raices y alas. Pero que las alas arraiguen y las raices, vuelen. JRJ
A quienes conmigo esperan
Asisto a la liturgia con que el mar
se abraza con su océano, belleza de plata cenital y desnuda desvelada a esta hora de horizonte confuso. Entre graznidos sustanciales, trae la bruma un eco espumoso de almas malogradas vencidas sobre el esqueleto de los sueños. (Pero antes del vencimiento, partieron con una oración sostenida en las venas. Sí, antes del silencio del dios, aquella oración ahormada a su verbo) Y aunque en la latitud se remede el instinto del buitre y se muestre la distancia olvido inabarcable, la sal enlentecida en el lecho del tiempo lleva en su núcleo la insistencia de un destino eterno. (Hay un volver constante de arraigo y vuelo; una energía convectiva y constante –como en un renacer de hoja lloviznada– pues no se obstruye, del todo y para siempre, el oxigeno que engendra el sueño. la llegada del reino de la espiga) Rosario F. Cartes —58—
Isabel Chacรณn
J. J. Gรณmez de la Torre
ESCRIBEN Hasam Atiya al Nasar . . . . . . . . . . . María Jesús Fuentes García . . . . . . . Pilar Mª Domínguez Toscano . . . . . Sefa Lafuente . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juandepunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . . Mario Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . Agustín Embuena Romero . . . . . . . Adriana Tejada Cuadrado . . . . . . . . Meria Albari . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio de Vicente . . . . . . . . . . . . . Sara Bolaños Márquez . . . . . . . . . . . Alejandro García Acebes . . . . . . . . . Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . . Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . . Isabel Mª González Muñoz . . . . . . . Coral Cooper . . . . . . . . . . . . . . . . . Ángel Aguirre . . . . . . . . . . . . . . . . . Zoé Jiménez . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nuria Rangel . . . . . . . . . . . . . . . . . . José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . . Salvador Compán . . . . . . . . . . . . . . Mª Teresa Cuesta Chaparro . . . . . . Concha Ortega . . . . . . . . . . . . . . . . Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . . . . . . —61—
6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 30 32 34 36 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58
ILUSTRAN Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . . . Carmen Márquez . . . . . . . . . . . . . . Alejandro Pedrajas . . . . . . . . . . . . . . Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . . . Teresa Lafita . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lola Gaviño . . . . . . . . . . . . . . . . . . José Mª Franco . . . . . . . . . . . . . . . . Tomé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Inma Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . . Carlos Ruiz-Padilla . . . . . . . . . . . . . Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . . . Inés Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . María Pérez Gil . . . . . . . . . . . . . . . . Ágeda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . . Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alberto Germán Franco . . . . . . . . . Carmen Rojas . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Dios Ramos . . . . . . . . . . . . Manuel Rico Lara . . . . . . . . . . . . . . Antonio Gracia Pérez . . . . . . . . . . . Facomo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Macarena Trigo Amián . . . . . . . . . . Antonio San Martín Castaños . . . . . Beatriz Vaca Campayo . . . . . . . . . . Baltasar Sánchez Portel . . . . . . . . . . Pilar Toscano . . . . . . . . . . . . . . . . . Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . Isabel Chacón . . . . . . . . . . . . . . . . . J. J. Gómez de la Torre . . . . . . . . . . —62—
5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 28 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59 60
Se terminó de imprimir el Cuaderno “PAZ” –sexagésimo primera entrega de Cuadernos–, en los últimos días de febrero, oficiando de facedores José Ramón Vaca, Domingo Jiménez y Antonio de Vicente con la inestimable ayuda de Pepe Aguilar y Carlos Becerra, bajo la cuidada atención del maestro imprentero Paco y sus colaboradores, en El Adalid Seráfico, S.L.L. de Sevilla
SEA ENTRE NOS SIEMPRE
LA VERDAD