"El Güero" nunca murió

CONCURSO ESTATAL DE ENSAYO POLÍTICO EDGAR OLIVARES GONZÁLEZ 27 AÑOS AV. PROYECTO NO. 44. COL. LA CEJA. ZAPOTLANEJO, JALISCO. C.P. 45430 TEL. 01 (373) 734-1313 / 01 (373) 734-8255 / CEL. 3331670966 edgarolivares@outlook.com

EL “GÜERO” NUNCA MURIÓ E.O.Glezz.

ENSAYO POLÍTICO

"El GÜERO NUNCA MURIÓ"

E.O.Glezz

Para entender mejor esta obra hay que definir antes varias palabras:

Perseverancia = Mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión.

Ambición = Deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.

Terquedad = De terco: Pertinaz, obstinado e irreducible.

Lucha = Esfuerzo que se hace para resistir a una fuerza hostil o a una tentación, para subsistir o para alcanzar algún objetivo.

Esperanza = Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.

Inversión = Emplear, gastar, colocar un caudal. = Emplear u ocupar el tiempo.

Presentación En política suele utilizarse el término “muerto” cuando un político deja de ser importante, carece de rentabilidad electoral, pierde el liderazgo o la presencia, desaparece de la vida pública, “sale por la puerta trasera” luego de un escándalo o simplemente se retira.

Para esta obra, el concepto se refiere a la rentabilidad electoral. El principal personaje de esta historia, aunque parecía por momentos ser un hombre con nulas posibilidades de llegar al poder, en realidad nunca estuvo sin vida.

Hubo quienes lo juzgaron así cuando en realidad siempre fue, en todo caso y para estar a tono con los tiempos que corren, una especie de “muerto viviente”.

El autor

Zapotlanejo 1991: Una llamada lo cambia todo

Los platos de birria se servían calientes y abundantes. Los invitados, casi todos de la clase política municipal, reían, charlaban, disfrutaban al pensar en el futuro cercano, ciertamente prometedor, a la sazón de las elecciones que se acercaban en 1991.

¿Por qué no iban a pensar en un alentador porvenir?, el PRI para ese entonces no había perdido jamás una elección municipal, no existían motivos para suponer que esta vez sería distinto. “Nada que temer”, quizá pensaban aquellos actores políticos locales, si el PRI, ese partido hegemónico y fuerte a nivel nacional, estatal y municipal, para entonces no registraba una sola derrota en una elección en Zapotlanejo.

Era 1991 y aquellos alegres invitados celebraban ya la candidatura de Francisco Javier Pulido Álvarez, siempre conocido como "El Güero Pulido". Ya estaba todo 'amarrado': él era el candidato, competiría contra el PAN, y seguro sería 'pan comido' ganarle al partido de oposición.

En medio de aquel festejo, irrumpió una llamada que lo cambió todo. Si los invitados hubieran sabido lo que significaba aquella comunicación telefónica sus caras habrían cambiado de inmediato el semblante en 180 grados, en el extremo de la felicidad a la tristeza, el asombro y la incredulidad. Aunque claro que ser incrédulo ante el PRI de la época era lo mismo que ser ingenuo. Aquella llamada

lo cambió todo porque del otro lado de la línea la voz era de Carlos Rivera Aceves, presidente del Comité Directivo Estatal de su partido, para informarle (o arruinarle) a “El Güero” que ya no era el candidato del PRI, alguien más le había llegado al precio a la candidatura y --con la pena-- tendría que esperar para otra ocasión, a pesar de contar con el apoyo del 70 por ciento de la militancia priista.

La decisión estaba tomada.

Se acabó: El que festejaba porque contendería para ser presidente municipal perdía su candidatura por culpa de aquellos raros procesos internos donde las candidaturas se vendían, era la mercancía política de la época: “¿Tienes con qué?, ibienvenido!”, “me da mucha pena informártelo”, le dijo el líder del PRI en Jalisco.

El propio Rivera Aceves le confesó a “El Güero Pulido” que no conocía al otro candidato. “Es una decisión de arriba”. No hay vuelta de hoja. Es dedazo. Punto.

Le ofrecieron ser vicepresidente y lo aceptó pero para colocar allegados, él decidió no participar.

Así, "El Güero Pulido" perdió su primera batalla (de muchas). Se desempeñaba en el cargo de Presidente del Comité Municipal del PRI en Zapotlanejo y era suplente del diputado federal Samuel Fernández Ávila; era todavía un político novato, “inocente” y decidió no ayudar, aunque él dice que tampoco estorbar, a quien “le ganó la candidatura en el proce$o interno”, Javier Dávalos Ramírez, quien a la postre pasó a la historia como el primer candidato del PRI que perdió

oficialmente una elecci贸n, por 156 votos de diferencia, lo que dio paso a la llegada del PAN al poder.

Zapotlanejo, 1994

Con la experiencia de haber sido despojado de la candidatura a la alcaldía de Zapotlanejo, nació un nuevo sentimiento de anhelo, quizá de obsesión, ambición, deseo, lucha, perseverancia, esperanza, reto; un sentimiento que marcaba un destino, un camino a seguir: "No importa cuánto tiempo me tome pero lo lograré", pudo haber pensado. Tardaría 21 años en alcanzar esta meta.

En 1994, Francisco Pulido no intentó participar como candidato a presidente municipal, porque dedicaba su tiempo a su empresa de camiones en Ciudad Valles, San Luis Potosí. Justamente, a la semana siguiente de que Javier Dávalos fuera designado como candidato priista a la alcaldía, “El Güero” decidió irse y no participar.

Ese año el candidato por el tricolor fue Silvino Arana Venegas, quien compitió contra su cuñado, Raúl Cano Flores, casado con su hermana Trinidad Arana Venegas. En el 95’ ganó el PAN, ganó Raúl Cano y el poder quedó en familia.

Zapotlanejo 1997

En Zapotlanejo el PAN iba en su tercer gobierno municipal al hilo y su carta para las elecciones era el doctor Martín González Jiménez, un popular médico de Zapotlanejo, de familia conocida y de personalidad amigable. Fue alcalde sin problemas y venció en la elección a Cenobio Dávalos Guillén.

En este proceso tampoco participó Francisco Pulido, “El Güero”, aunque ya se perfilaba para hacer un trabajo político más intenso de cara a lo que serían las elecciones del 2000.

Zapotlanejo 2000: perder es ganar

Comenzaba el año 2000, sin duda iniciaba también una nueva era en varios sentidos y en el ámbito político no fue la excepción: un peculiar guanajuatense, que era popular y dicharachero se perfilaba como candidato del PAN a la Presidencia de la República, nada más y nada menos que con el antecedente de que el PRI cumplía 70 años ininterrumpidos en el poder. Toda una vida, toda la vida postrevolucionaria, sin que nadie de otra formación política pudiera sentarse en la silla presidencial, en la que llamó Carlos Fuentes "la silla del águila".

El fenómeno de Vicente Fox fue permeando en todos los rincones del país, situación que invitaba a los aspirantes priístas a cargos de elección popular a reflexionar muy seriamente sobre sus posibilidades reales de triunfar.

El 2 de julio de 2000 Vicente Fox Quesada, candidato del Partido Acción Nacional, fue electo presidente de México, el primero de oposición en la historia moderna de este "democrático" país.

Para cualquier político priísta era crucial analizar el panorama político estatal y nacional antes de tomar la decisión de buscar un cargo de elección popular. No ver que una oleada azul se convertía en marea, era un error de cálculo, hasta de sentido común.

En Zapotlanejo el PAN iba en su tercer gobierno municipal al hilo y su carta para

las elecciones de noviembre de ese año era José Luis Cardona Domínguez, un líder del partido blanquiazul a nivel local que había empujado a otras figuras para participar en política como el entonces alcalde Martín González Jiménez, que además dejó el cargo para competir por la diputación local del distrito 7. .

El PRD sorprendió al elegir como candidato a munícipe al reconocido y bien visto director-fundador de la Preparatoria Regional de Zapotlanejo, Rubén Torres Hernández, impulsado por el grupo político dominante de la Universidad de Guadalajara que hasta la fecha comanda "el licenciado" Raúl Padilla. Era una carta fuerte y se demostraría meses más tarde el 12 de noviembre en una cerradísima elección.

Mientras tanto, en el Revolucionario Institucional disputaba la candidatura un empresario camionero de nombre Rubén Álvarez Olivares, quien además había sido futbolista profesional por un tiempo cuando era joven y jamás había participado en la política. Decidió entrar al ámbito de la grilla local sin conocer bien el terreno y aún así lograría la nominación de su partido para la alcaldía, invitado por el entonces regidor del PRI, Cenobio Dávalos Guillén y el presidente del comité municipal, Francisco Urenda.

En una elección interna en la que participó toda la militancia, mientras ambos se tomaban un café, Rubén Álvarez, conocido en el municipio como “El Mamalupe”, derrotó al mismísimo Francisco Javier “El Güero” Pulido, quien se quedaba otra vez en el camino con la esperanza de convertirse en candidato. Con el tiempo se

daría cuenta que fue lo mejor que le pudo haber pasado, ya que haber sido candidato en el 2000 habría restado sus posibilidades de triunfo, toda vez que los panistas tenían a su favor la nómina del Ayuntamiento, las estructuras acumuladas con tres gobiernos consecutivos y por supuesto, la marea azul, impulsada por el ranchero de San Francisco del Rincón, Guanajuato.

Francisco Pulido se quejó de irregularidades en el proceso interno, como barreras que hubo para que los militantes afines a su proyecto pudieran credencializarse en tiempo y forma para quedar debidamente registrados y votar por él en la elección interna, que al ser de militantes, tenía una participación de casi tres mil priistas.

“El Güero Pulido” asegura que no apoyaba a otros candidatos que no fueran de su partido, aunque casualmente en la elección del año 2000 el candidato del PRD a la alcaldía fue Rubén Torres Hernández, quien había sido candidato a vicepresidente municipal en la planilla del primer candidato perdedor del PRI en Zapotlanejo (en 1991), Javier Dávalos y en las elecciones previas de 1997 había perdido internamente la candidatura frente a Cenobio Dávalos Guillén. Pulido asegura que no lo apoyó en 2000, año en el cual el PRI quedó en tercer lugar por debajo del PRD y del PAN, que finalmente ganó la elección por apenas 700 votos de diferencia.

Zapotlanejo 2003: una nueva frustración

El gobierno de José Luis Cardona Domínguez, del PAN, había sido duramente cuestionado, por la preferencia sexual del alcalde. Los rumores sobre fiestas que se realizaban incluso al interior del palacio municipal derrumbaron la imagen del blanquiazul entre 2001 y 2003. José Luis Cardona quería mantener el poder y para ello diseñó como estrategia lanzar al doctor Martín González Jiménez como su delfín, quien ya había sido alcalde en el periódo 1998-2000.

Ante la coyuntura, el apetito priista creció desmesuradamente. Cuatro personajes querían ser el abanderado a sustituir y restituir el gobierno local.

Ante la falta de acuerdos para tener un candidato de unidad, se acordó con el entonces presidente del PRI en Jalisco, Ramiro Hernández García, que el método de elección interna fuera una votación abierta a la ciudadanía y que fueran los zapotlanejenses quienes eligieran, con un voto libre y secreto, al candidato de su preferencia.

En esa elección interna participaron Roberto Marín López, Francisco Pulido "El Güero", Cenobio Dávalos Guillén y Filomeno Gómez Muñoz.

En una charla con periodistas locales, Francisco Pulido Álvarez reveló que cometió un error grave en la elección interna de 2003: aceptar que se ampliara el número de boletas electorales el mismo día de la elección a las 11 de la mañana, cuando ya se habían agotado las dos mil boletas originales que se habían dispuesto para la jornada. Según Francisco Pulido, a esa hora de la

mañana ya tenía el triunfo en la bolsa, pero en la ampliación de las boletas le dieron la vuelta a la interna con los resultados de dos casillas y lo mandaron al segundo lugar.

El ganador de la contienda fue Roberto Marín, un doctor respetado en el municipio; en segundo lugar quedó Francisco Pulido y fue designado como candidato a Regidor en la segunda posición, debido a un acuerdo “de unidad” que se firmó teniendo como testigo al líder del PRI estatal, Ramiro Hernández García.

Para Francisco Pulido significaban dos derrotas consecutivas en elecciones internas. Dos golpes que para cualquier político hubieran sido suficientes para rendirse, para buscar acuerdos y entrar a cargos públicos de manera cómoda, o para retirarse del ámbito político, pero que para “El Güero” sólo significaban dos derrotas internas que pudo ganar con un poco más de astucia y honestidad de los adversarios. Quizá eso lo mantuvo con la esperanza de que algún día, en algún año de su existencia, podría ganar una elección interna, convertirse en candidato y cumplir su sueño: ser alcalde de Zapotlanejo, aunque eso todavía estaba lejos, muy lejos.

Zapotlanejo 2006: Desde el estrado

Este año "El Güero Pulido" estaba impedido por la ley para contender como candidato,

toda

vez

que

era

regidor

del

Ayuntamiento

y

tuvo

que ver el "show" político en el estrado, como público, no obstante, el entorno político de entonces marcaría una parteaguas en los próximos años

Aquí es donde aparece oficialmente la figura de Héctor Álvarez, un polémico personaje oriundo de Quitupan, Jalisco pero con arraigo en el municipio, un arraigo obtenido por la popularidad que deja dirigir una banda musical llamada Espuela de Oro, que logró tener algunos años de éxito en la farándula nacional y cuyos integrantes hicieron posteriormente papeles protagónicos en la película "Santos Diablos", financiada y producida por Héctor Álvarez Contreras, quien luego de su paso por el mundo del espectáculo pasó de la farándula musical a la farándula política.

El PRI que era Gobierno comenzó a tener un desgaste fuerte con apenas año y medio en el poder. La falta de carácter y habilidad política del entonces alcalde Roberto Marín, fueron dos elementos que se convirtieron en caldo de cultivo para el nuevo político local, que decidió contender por el PAN.

En el PRI no tuvieron más remedio que jugarse su carta más fuerte para esas

elecciones: un conocido y reconocido pediatra de apellido con abolengo y originario de Zapotlanejo: Roberto de Anda Lomelí. Se jugaron el todo por el todo, desde el gobierno municipal le apostaron al médico con movilizaciones, recursos y estrategias que sirvieron para nada. Todo estaba escrito. Los ciudadanos habían decidido quitar nuevamente al PRI del poder y dar su voto de confianza a Héctor Álvarez, en la misma elección -2 de julio de 2006- en la que los electores sufragaron mayoritariamente por Emilio González para Gobernador y Felipe Calderón para Presidente de México.

Entre los factores que influyeron en la derrota del "doctor" fue que su hermano, Manuel de Anda, fungió como tesorero del municipio y había sido duramente cuestionado por el manejo de los recursos públicos. Las críticas y señalamientos en contra de este y otros funcionarios del Gobierno en el que Francisco Pulido era

regidor,

corrían

a

cargo

de

la

publicación

mensual

"Impulso

Zapotlanejo", un periódico que había nacido con el propósito de desprestigiar a la administración de Marín y que financiaba, dirigía y distribuía el mismísimo Héctor Álvarez Contreras.

Héctor Álvarez ganó con poco menos de cuatro mil votos de diferencia y se convirtió en Presidente Municipal. Pulido era regidor y salió para mantenerse fuera de la esfera política, en un receso que se prolongó otra vez.

Zapotlanejo 2009: Saber esperar, otra vez esperar

Llegaba enero de 2009. Tiempo de definir candidatos a la presidencia municipal de Zapotlanejo nuevamente. La figura de Héctor Álvarez Contreras tenía una aprobación del 7.5 por ciento entre la población, un peso político que se ganó gracias a la inversión que se hizo durante su administración por más de 150 millones de pesos que se ejercieron en obra pública.

Su amistad y cercanía con el entonces gobernador del Estado, Emilio González Márquez y la habilidad de gestión de sus funcionarios, permitieron bajar recursos que aprovechó para invertir en proyectos de infraestructura vistosos y transformadores, quizá no tan funcionales, pero sí de relumbrón, algunos de ornato y otros que no se pudieron realizar porque la opinión pública no lo habría permitido, como poner un busto del propio Héctor Álvarez, --esculpido a base de bronce-- en bases de cantera que se construyeron en el parque lineal del municipio con el fin de colocar esculturas de personajes ilustres de Zapotlanejo.

Para tal fin, las integrantes del grupo de la tercera edad, recababan firmas. Lo sé porque mi abuela paterna me mostró la hoja que incluía 10 líneas para escribir el nombre y firmar.

Sin busto, pero con una popularidad formidable, Álvarez tenía la fuerza para tomar decisiones en el plano político-electoral; ante ello, se podía decir que “llevaba mano” en el ajedrez que se jugaba en la víspera de los comicios del 2009, elecciones intermedias, donde se jugaban alcaldías, diputaciones locales y diputaciones federales.

El PRI tenía, como siempre, varios aspirantes a la alcaldía. Curiosamente, entre ellos no aparecía “El Güero Pulido”, porque además era astuto: sabía esperar, sabía replegarse cuando el campo de batalla no le daba esperanzas de ganar, conocía perfectamente el terreno en el que se desarrollaba la competencia, aguardaba, como una fiera que sabe ser paciente para atacar –-en el momento más preciso y puntual-- a su “carnada”. Aprendió con el paso del tiempo a encontrar el reflector político cuando buscaba la pre-candidatura y a ocultarse en las sombras que permiten mantenerse al margen de la coyuntura. Lo aprendió tarde, pero al final supo ser sabio: años después se demostraría, se lo demostraría a sí mismo.

El 2009 era un año para esperar y reflexionar. Las condiciones no eran favorables para el Partido Revolucionario Institucional en su “franquicia” zapotlanejense. La rentabilidad electoral de Héctor Álvarez superaba cualquier cantidad de años de trabajo político en el PRI. Difícil ganar contra el grupo en el poder, que impulsó a su candidato pero no por el partido que ostentaban el gobierno, el PAN, sino por el Partido Verde Ecologista de México, ese que dirige Enrique Aubry de Castro Palomino y que estaba dispuesto a negociar la candidatura en Zapotlanejo.

Fue así que Héctor Álvarez impulsó a Juan José Jiménez Parra como su candidato, su delfín, un delfín que cambió de color y se transformó de azul a verde para aprovechar los bonos que tenía la administración alvarista. Héctor

Álvarez fue candidato del PAN a la diputación local por el distrito 17 y apoyaba a Jiménez Parra por el Partido Verde.

Desafió al entonces líder estatal de Acción Nacional, Eduardo Rosales Castellanos, quien le pidió retirar su apoyo al candidato “verde”, pero Héctor Álvarez fue tenaz y no movió un dedo para retirar públicamente el apoyo a su “gallo”, no estaba dentro del plan negociar a media campaña. Iba por todo y lo consiguió todo, el poder estaba en juego y no estaba dispuesto a compartirlo.

El 5 de julio de 2009, Juan José Jiménez Parra ganó las elecciones municipales con un amplio margen sobre sus contrincantes. Obtuvo 11 mil 112 votos, lo que representó casi la mitad del porcentaje de votación ese año. Los votos del PAN, PRI, PRD y PT sumaron 10 mil 902 sufragios, es decir, ni sumando los votos de los otros partidos superaban lo que obtuvo el Partido Verde Ecologista, que ganó este municipio por primera vez en la historia.

Así, Héctor Álvarez y Juan José Jiménez ganaron sus respectivos puestos, uno por el PAN y otro por el Partido Verde, uno iba al palacio legislativo de Hidalgo No. 222 y el otro al palacio municipal de la calle Reforma No. 2 en Zapotlanejo.

El PRI repetía la historia del 2000: tercer lugar. Era un momento complicado para el tricolor, aunque a nivel estatal y nacional recuperaba espacios importantes como la alcaldía de Guadalajara con Aristóteles Sandoval y la mayoría en los congresos estatal y federal. Se avecinaban buenos vientos para el PRI, aunque en 2009 aún se debía esperar.

Alguien que ha luchado por años por conseguir el máximo cargo del municipio aún debe esperar, no por mucho tiempo. Como “El Güero Pulido” había aprendido a esperar, a ser paciente y a encontrar los escondites para evitar los reflectores en los momentos más adecuados, decidió que no era el mejor momento para ser candidato. Decidió esperar tres años más y lo increíble es que no se sentía listo para participar ese año, no se alineaban los astros a su favor, el panorama político estaba polarizado y era muy riesgoso para él haber sorteado una elección en la que Héctor Álvarez y sus muchachos pusieron todo su esfuerzo, tiempo y dinero para ganarla.

Zapotlanejo 2011-2012: La gloria

El proceso electoral 2011-2012, que oficialmente comenzó en octubre de 2011, realmente inició más temprano. Desde mediados de ese año los aspirantes políticos comenzaron a moverse, a coquetear con las dirigencias de sus institutos políticos, era momento de arar el terreno para tratar de tener una buena cosecha.

En agosto de 2011, el director del Periódico Cuarto Poder de Zapotlanejo, Edgar Olivares González, recibió una inesperada (quizá esperadísima –-en realidad--) visita en su oficina. Se trataba de un personaje que había intentado algunas veces ser el candidato de su partido a la presidencia de Zapotlanejo, era el rey de los precandidatos a la alcaldía, quien más conocía de procesos internos, pero que nunca había participado en uno “externo”, como se le llama al proceso electoral constitucional para elegir a las autoridades.

Francisco Javier Pulido tocaba la puerta del periódico para ofrecer una exclusiva, que no sorprendería a nadie, pero que representaba una noticia actual, tras seis años de mantenerse al margen de los procesos internos, un sexenio en el que supo esperar, paciente y astutamente, a que llegara el momento y parecía que el momento era perfecto, parecía que había llegado la hora.

Se trataba de una entrevista que se publicó en la portada del periódico, cuya periodicidad es mensual, se publica en formato tabloide y se distribuye

gratuitamente en Zapotlanejo. La nota principal de la portada de agosto fue: “El “Güero Pulido” busca ser candidato de unidad en el PRI”, con el siguiente sumario: “Pulido habla con Cuarto Poder y dice que no buscará una elección interna, sino la unidad entorno a su persona”.

Era el enésimo destape de “El Güero”, pero esta vez era el definitivo y así lo dijo: “si no soy candidato en esta (contienda electoral), ya no lo intentaré”. Aunque con Pulido nunca se sabe, realmente parecía convencido: esta era la jugada final, el todo por el todo, “la carne completa al asador”, sin miedo, sin reservas, sin titubeos, era la apuesta definitiva, la apuesta que no estaba dispuesto a perder.

“Creo que las cosas se pueden dar favorablemente, siempre y cuando haya unidad. Hace falta integración dentro del mismo partido”, comentó Francisco Pulido en aquella entrevista.

Comentó que el sentir de la gente era compatible con sus intenciones de participar. “Quisiera ser, definitivamente, el candidato (…) Tuve una reunión con amigos y les dije: ‘yo quiero ser candidato, pero a lo mejor la gente no quiere’, entonces yo quería saber el sentir de la gente. Fue palpable el sentir de la gente (…) Hagan encuestas, hagan lo que tengan que hacer para que esto salga de unidad”, dijo tajante al periódico local, seguro y convencido de que ahora era su momento y de que años de intentarlo podrían tener frutos.

Después vinieron los destapes en el PRI: Osvaldo Campos Almaraz, un joven político que participaba en los procesos internos por segunda vez consecutiva; Alberto Maldonado Chavarín, ex diputado local y profesor de la Universidad de Guadalajara; Erik García Villaseñor, ex dirigente de organizaciones juveniles en el PRI; Alejandro Bustos Ramírez, profesor de la Universidad de Guadalajara y ex presidente del PRI Zapotlanejo y; por supuesto, Francisco Javier Pulido Álvarez, ex pre candidato una y otra vez.

***

El gobierno municipal encabezado por Juan José Jiménez Parra, que entre sus filas de funcionarios y asesores contaba con el ex alcalde panista Raúl Cano Flores, atravesaba por un difícil. Su rompimiento con el diputado Héctor Álvarez y su lejanía con la población, le generaron una crisis política que desgastó su imagen y su administración.

La confrontación entre Héctor Álvarez y quien era su muchacho hacía apenas un par de años, tuvo como aderezo una manifestación pública encabezada por el diputado a raíz de un supuesto abuso de autoridad cometido por la policía municipal en contra de trabajadores del transporte de carga por un conflicto ejidal y sindical que se libraba con la obra del paso a desnivel que conecta a varias carreteras al poniente de Zapotlanejo.

La gota que derramó el vaso fue la destitución –en octubre de 2011- del director de Educación y Cultura del ayuntamiento, Juan Ernesto Navarro Salcedo, un aliado estratégico de Álvarez en la política municipal y quien por cierto había sido coordinador de la campaña verde en la elección local anterior en la que había ganado quien ahora lo quitaba del cargo.

Con un mitin afuera de la casa de la cultura de Zapotlanejo, Ernesto Navarro reclamó su destitución y se destapó para contender por el Partido Acción Nacional en las elecciones internas en busca de la nominación de 2012.

En febrero de 2012, se realizaron las elecciones internas del PAN, “siempre democráticas”, según ellos, “siempre limpias”, aunque siempre con una operación feroz de afiliaciones que se dan justo antes de que abran las convocatorias para elegir a sus candidatos.

Ernesto Navarro ganó las elecciones internas de 2012 contra el tesorero municipal, Alfonso Marroquín, y se convirtió así en el virtual abanderado del PAN a la alcaldía, sólo que debió sortear un largo proceso de impugnación dentro del mismo partido con el argumento de que uno de sus candidatos a regidor estaba impedido a participar, de acuerdo a los estatutos panistas; la diligencia lo tuvo que resolver la comisión de orden a nivel nacional y Navarro por poco se queda fuera de la jugada. Era el reflejo de que había panistas que no lo apoyaban, que no era un candidato de unidad y que además corría el riesgo de que esos

panistas inconformes operaran en su contra y votaran a favor del candidato del PRI.

***

Enfrente, en el PRI, las cosas se complicaban para Francisco Pulido, pues aunque parecía que la decisión la tendría el Revolucionario Institucional mediante una encuesta, ejercicio que ya se había hecho en dos ocasiones y que colocaba como puntero a Pulido con un amplio margen de ventaja, la realidad era que el PRI dejaba la decisión en manos del Partido Verde Ecologista de México, por la simple y sencilla razón –pequeño detalle– de que este partido era precisamente el que gobernaba en Zapotlanejo en ese momento. El convenio de coalición entre el PRI y el Partido Verde señalaba que en los municipios en los que gobernaba este último le correspondía la decisión de elegir (acaso imponer) el candidato a la presidencia municipal.

La unidad se veía complicada porque se repetía la historia de siempre: todos los pre candidatos suponían que tenían las mejores posibilidades de ganar y querían que los demás se unieran entorno a sí.

Francisco Pulido puso sobre la mesa la propuesta de que cada pre candidato tomara dos posiciones de regidurías para sus respectivos grupos, pero rechazaron la oferta. La división continuó.

Después, se fue depurando la lista en las oficinas del Verde Ecologista y sólo quedaron los nombres de Francisco Pulido y Erick García. “Está entre ellos dos”, comentaba el diputado Enrique Aubry en los pasillos del Congreso Local.

Luego vino una serie de reuniones de Enrique Aubry con Francisco Pulido y Erick García, siempre por separado y no se llegaba a la decisión definitiva.

Enrique Aubry le ofreció a Francisco Pulido la candidatura a diputado local por el distrito 17 a cambio de que dejara el espacio para que Erick García fuera el candidato a la alcaldía. Por supuesto que declinó, porque su objetivo era ser candidato y presidente en Zapotlanejo. Ninguna otra oferta era apetecible y menos después de haber intentado ser el primer edil por tantos años.

Según “El Güero Pulido”, Erick García filtró a las redes sociales la información de que Francisco Pulido había entregado dos millones de pesos al diputado del Partido Verde a cambio de la candidatura a la presidencia municipal.

Este rumor que se esparció principalmente en Facebook, molestó al diputado Aubry quien le reclamó a Pulido, al creer que su equipo había asegurado en la red que ya era el elegido: “Cabrón, ya me hiciste un desmadre”, le dijo Aubry a Pulido, quien negó la acusación.

Enrique Alfaro se enteró de las encuestas que colocaban a Francisco Pulido hasta con 46 por ciento de intención del voto de los ciudadanos y le llamó para

invitarlo a participar como candidato de Movimiento Ciudadano, pero “El Güero” se negó. “Si no es por el PRI, no soy candidato”, se dijo.

En los días consecutivos se debía tomar la decisión final. Corrió un fuerte rumor de que el candidato del Partido Verde para ir en coalición con el PRI era Erik García Villaseñor, quien por su juventud era más afín al diputado Enrique Aubry, que convivían y se reunían continuamente para tratar temas políticos.

El mismo Enrique Aubry reveló a un reportero que Erick García era su candidato, que ya lo había decidido y que no había marcha atrás. Este comentario se filtró a las redes sociales y provocó un gran revuelo entre los priistas que mantenían una aspiración (algunos un desalentado suspiro); inquietos, comenzaron a hacer llamadas telefónicas, a consultar a sus asesores, a hablar con sus famosos líderes estatales, a cruzar información, a reunirse en lo que en Estados Unidos se conoce como War Rooms (cuartos de guerra), y se intensificaron las negociaciones para revertir el pronóstico de Aubry: “Erick es mi candidato… Ya lo decidí”.

Poco a poco notificaron a los precandidatos que estaba entre Francisco Pulido y Erick García.

Transcurrieron así los días, al mismo tiempo que la incertidumbre en la sociedad se incrementaba.

Finalmente, en los primeros días de abril de 2012, llegaron a un acuerdo: Francisco Javier "El Güero" Pulido había sido elegido por el Partido Verde Ecologista para encabezar la planilla de munícipes y Erick García para abanderar la alianza PRI-PVEM en el distrito 17 al que pertenece Zapotlanejo.

El entonces Senador por el Partido Verde Ecologista, Jorge Legorreta Ordorica, quien supervisaba los trabajos en Jalisco por encargo del también Senador y dirigente nacional del Partido Verde, Arturo Escobar y Vega, decidió --por encima de los intereses de Enrique Aubry-- que la mejor opción para competir en Zapotlanejo contra el grupo político de Héctor Álvarez era el perseverante y tenaz veterano de la política local, el famoso "Güero Pulido". Además de que los "verdes" ya habían revisado y analizado las encuestas que realizó la empresa IMO y que ponían a la cabeza al empresario. "Tantos años de intentarlo deben tener su recompensa", seguro pensaba por aquellos días "El Güero Pulido".

Para Erick García las cosas cambiaron. Se intensificaron los jaloneos tras bambalinas y decidieron que ya no sería el candidato a diputado local; lo sustituyeron por el ex alcalde de Jocotepec, Jesús Palos Vaca y Erick huyó a refugiarse a las filas de Movimiento Ciudadano para operar contra el PRI.

Pero "El Güero" seguía firme y logró registrarse, por fin, después de 21 años prácticamente, como candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Zapotlanejo, Jalisco: El sueño se había cumplido, era candidato al máximo puesto de elección popular en este municipio (bueno, lo había intentado tanto

que parecía haber cumplido su sueño de ser candidato, pero claro que su sueño siempre de ser el presidente de su pueblo).

Esta vez no hubo llamada telefónica desde la cúpula de su partido.

Comenzó su campaña con una misa el domingo 29 de abril de 2012. A partir de ese instante, disfrutó cada minuto, cada segundo de lo que fue la contienda electoral para munícipes que dura dos meses. En ese periodo, el candidato del PRI-Partido Verde hizo una labor intensa, vigorosa, alegre, de menos a más y fue ganando la simpatía de muchos habitantes de municipio que le darían el voto porque creían que insistir por tantos años en querer ser presidente municipal debía tener una garantía de que haría bien las cosas y sería una gestión brillante; de otros solo reafirmó su apoyo para mantener lo que se conoce como el voto duro, el voto partidista incondicional, un voto borrego pero válido, a fin de cuentas tradicional, herencia de familia y por qué no de ideales.

Se enfrentó a Ernesto Navarro por el PAN y a Gregorio Dávalos Nuño, del PRD, este último era un aspirante ampliamente conocido en el municipio y también fue colaborador del ex alcalde, Héctor Álvarez, en la dirección de Obras Públicas y Desarrollo Urbano, una área que brilló particularmente en esa administración (2007-2009), aunque el PRD no le garantizaba el respaldo necesario como partido para tener una competencia seria contra Ernesto Navarro, quien contaba con la "bendición" de Héctor y mucho menos contra Francisco Pulido, quien hizo una amplia y vistosa campaña proselitista.

Durante la campaña se comenzó a rumorar que "El Güero" ganaría la elección.

Los jóvenes particularmente parecían convencidos de que era la mejor opción y los habitantes de la cabecera municipal, las delegaciones, las rancherías y las agencias, poco a poco se convencían de que era el momento de terminar con una lucha de dos décadas y brindarle la confianza a un político que era conocido por prácticamente todos y cada uno de los nombres que estaba inscrito en la lista nominal que decidirían quién los debía gobernar por los próximos tres años.

Además, había factores que jugaban a su favor y directamente en contra de su rival, Ernesto Navarro, porque este último no es oriundo de Zapotlanejo, es un profesor de primaria que tiene para entonces 12 años de arraigo y no profesa la religión católica, predominante en el municipio y casi “un pecado” para una persona que se diga panista. Lo único favorable para Ernesto Navarro era el apoyo de Héctor Álvarez y su grupo político, que se había fragmentado por la confrontación con el alcalde Juan José Jiménez.

No fueron suficientes las fotografías que reforzaban la propaganda con los rostros de Héctor Álvarez y Ernesto Navarro para ganar las elecciones de 2012.

En juego estaba el tercer gobierno de personas ligadas a Héctor Álvarez de forma consecutiva o el regreso del PRI al poder, tras seis años de haberse ido con más pena que gloria con la administración de Roberto Marín.

El cierre de campaña de Francisco Pulido Álvarez fue revelador. La plaza principal de Zapotlanejo se abarrotó de gente. Era 27 de junio de 2012, faltaban 4 días para la elección, al día siguiente quedaba prohibido hacer propaganda electoral. Fue una fiesta llena de color y emotividad, y seguramente de esperanza para el candidato.

El 1 de julio de 2012 amaneció más temprano de lo normal. Había que levantarse temprano, ir a misa, como cuando arrancó la campaña, a misa en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, a las 8:00 de la mañana. Ese día había que rezar y pedir mucho por lograr lo que hacía 21 años se buscaba. Dicen que Dios no concede caprichos, pero no estaba de más solicitarlo.

En Zapotlanejo se instalaron las urnas electrónicas, al ser parte del distrito 17.

La gente respondió. Participaron 26 mil 998 personas, de las cuales el 54 por ciento votó por la coalición PRI-Partido Verde y su candidato Francisco Javier Pulido Álvarez; 14 mil 428 ciudadanos colocaron su dedo índice en la pantalla para elegir el logotipo tricolor o verde con un tucán para convertir a “El Güero” en el presidente municipal electo de Zapotlanejo.

Los primeros resultados comenzaron a fluir cerca de las 8:00 de la noche. A las 21:00 horas el candidato del PAN reconoció en las redes sociales el triunfo de Francisco Pulido. Todo había terminado. El sueño se había cumplido.

Francisco Pulido se enteró que sería presidente desde las 6:30 de la tarde; reunido en su casa de campaña con su familia, su equipo, los suyos.

Comenzaba a asimilar que había logrado ganar después de una lucha de 5 lustros y un año.

A las 9:00 de la noche salió en caravana desde su casa de campaña hasta el kiosco de la plaza principal, acompañado de su familia, sus amigos, sus colaboradores, sus regidores electos, sus representantes de casilla y vecinos que en el trayecto engrosaron la caminata.

En un breve mensaje agradeció a quienes lo habían llevado al poder, no pudo evitar las lágrimas, era un momento emotivo, único, un momento que seguramente soñó muchas veces, intentó vivirlo muchas más y logró disfrutarlo por unos minutos la noche del primero de julio de 2012.

Hoy, es el candidato más votado en la historia de Zapotlanejo. Despacha en la calle Reforma, número 2, es priista y no descarta seguir en la política. Según los tiempos y sus bonos, podría intentar otro cargo de elección popular; asume que es pronto para pensar en eso, pero de que lo den por muerto, eso nunca, porque Francisco Pulido nunca murió. Pasó 21 años intentando ser candidato y presidente municipal. La sociedad y el Partido Revolucionario Institucional lo dieron por muerto muchas veces, lo descartaron, lo minimizaron, casi lo olvidaron, pero la perseverancia, la ambición, la terquedad, la lucha, la esperanza y/o la inversión, lo hicieron presidente municipal. El tiempo lo hizo

presidente municipal. La popularidad lo hizo presidente municipal. Él mismo se hizo presidente municipal. En la vida sólo hay una cosa que no se puede revertir: la muerte, la muerte real, porque la muerte política nunca es un hecho y para muestra un botón: “El Güero” nunca murió.