Topolín ha vuelto, y, como es habitual, una diablura le ronda por la cabeza. ¿Qué se le habrá ocurrido esta vez?... Pues nada menos que tenderle una trampa a la liebre Baldomera, un animalillo encantador que no le haría daño ni a una mosca... ¡Pobre Baldomera! Menos mal que las travesuras de Topolín nunca terminan como estaba planeado...