Cortesía de la Wesley Heritage Foundation y el Instituto de Estudios Latinoamericano
Sermón 95
La educación de los niños Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. 1. No debemos pensar que hay que entender estas palabras en sentido estricto, y creer que todo niño o niña que fue instruido en su camino jamás se apartó de él. Esto no coincide en modo alguno con la realidad. Tan alejado de la realidad se encuentra que es común escuchar este comentario: «los mejores padres tienen los peores hijos». Es verdad que a veces esto se debe a que hay personas que son buenas, pero limitadas en su capacidad de entendimiento. Y en ese caso no puede esperarse mucho con respecto a su capacidad para educar a sus hijos. Además, hay quienes son muy buenas personas en muchos aspectos pero son demasiado blandos, de modo que no pueden alejar a sus hijos del mal más de lo que pudo Elí cuando les dijo con toda delicadeza: «No, hijos míos, no escucho cosas buenas acerca de vosotros.»1 No son estos, por tanto, los casos que contradicen la afirmación de Proverbios, ya que en estos casos se trata de hijos que no han sido instruidos en su camino. Pero, justo es reconocerlo, hay quienes han sido instruidos con toda dedicación y responsabilidad y, sin embargo, mucho antes de llegar a viejos, cuando estaban en el apogeo de su fuerza, se apartaron completamente de las enseñanzas recibidas. 1
1 S. 2.24.
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