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3.5.1.1. FLORA Y FAUNA

características geológicas de la zona, la dinámica de la erosión y arrastre de suelos de diferentes lugares y su corriente turbia que genera un movimiento de tierra en el fondo del río, levantando y mezclando los sedimentos con el agua.

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Las bajantes y crecidas en los sistemas fluviales son procesos naturales y se repiten regularmente cada cierto tiempo, provocando cambios en el paisaje. Estos cambios en el ecosistema conlleva a distintos comportamientos del río afectando directamente a los pescadores locales, y como menciona un pescador en una entrevista en los trabajos utilizados de antecedente, los pescados que puedan sacar depende directamente del nivel del agua. En abril del año 2020 se dio una situación, excediendo los parámetros normales, de bajante histórica del río San Javier, situación que no se daba desde el año 1971, creando una escena extraordinaria de ese paisaje costero.

El estudio de Impacto Ambiental que se realizó de Cayastá, menciona que se ubicada en una zona de transición de dos biomas; el espinal, sobre las partes elevadas de la costa y las barrancas; y el delta e islas del Paraná, desde la zona de islas se prolonga sobre las porciones más bajas de la costa. El espinal, caracterizado por pastos duros y árboles espinosos, es una georregión ecológica de las llanuras del centro-Este de la Argentina; mientras que el delta e islas del Paraná, se caracteriza por un conjunto de macro-sistemas de humedales de origen fluvial que, se extiende en sentido Norte - Sur a lo largo de la llanura chaco-pampeana, el corredor fluvial y las planicies aluviales del tramo inferior del río Paraguay, de los tramos medio e inferior del río Paraná, donde se encuentra la localidad de Cayastá, y el cauce del Río de La Plata. Según un estudio de Impacto Ambiental realizado por el Ministerio de Asuntos Hídricos del gobierno de la Provincia de Santa Fe (2011), aún persisten tanto en el territorio de Cayastá como en las islas y bañados algunas especies propias de los biomas mencionados, como ser los aromitos, espinillos, ombú, algarrobo, incienso, el sauce criollo y el laurel, siendo éstos la minoría, ya que predominan visualmente árboles introducidos que, aunque autóctonos para el país, no corresponden al elenco florístico regional. Algunos de ellos son: eucaliptos, palos borrachos, paraísos, cítricos, jacarandá, lapacho, timbó, tipa, ligustros, palmera fénix, álamo plateado y aguaribay, capaces de resistir el clima cálido y húmedo de la zona.

El estudio de impacto ambiental explica que la vegetación original ha sido eliminada casi en su totalidad por las prácticas agrícolas – ganaderas. La deforestación, la urbanización y la transformación en campos agrícolas o de pastoreo es sin dudas el principal impacto de la región. Junto con esto, la introducción de especies exóticas vegetales y animales, han contribuido a reducir dramáticamente la diversidad y abundancia de flora y fauna característica.

Sin embargo, existe un área protegida, ubicada en las adyacencias del Predio Arqueológico, representativa del espinal y su transición con el bioma del delta e islas: la Reserva Provincial Cayastá. Con una extensión de 300 hectáreas, abarca el área ubicada entre el arroyo Paso del Tigre y el río San Javier. La reserva se crea para conservar y proteger los recursos naturales y el ambiente natural de bosques ribereños, pastizales, pajonales y vegetación acuática del valle de inundación del Paraná.

Respecto a la fauna, peces y aves son los grupos más diversos. Dentro de los primeros se señala el sábalo (más del 50% de la biomasa íctica), los surubíes, el manguruyú, el dorado y el pirapitá, importantes para la pesca comercial

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