Germen

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GERMEN ANTOLOGÍA DE MINIFICCIÓN





GERMEN ANTOLOGÍA DE MINIFICCIÓN

LECTURA GRATUITA EN INTERNET


FotografĂ­a de portada Pablo Mendoza


Con esta obra inicia una serie de antologías de El Club de los Ficcionarios, grupo que inició actividades en 2015 y que se reúne en torno al género de la minificción. Germen es producto de los dos primeros grupos que tomaron el Taller Exprés de Minificción que se llevó en Cuernavaca a inicios de año. Es parte de un esfuerzo colectivo por llevar este tipo de creación literaria a más público a través de internet. El Club nace en México por iniciativa del escritor Daniel Zetina e incluye talleres en línea, talleres presenciales en diferentes ciudades, estas antologías y una revista especializada en el género de próxima aparición. La propuesta es que los ficcionarios realicen lecturas, presentaciones, ediciones y talleres, de forma autónoma, pero sobre todo que escriban y promuevan su obra. El lector evaluará si estos textos cumplen o no con los nacientes cánones del género. Esperamos que los disfrute en alguna medida y los comparta con quien crea que pueda disfrutarlos o criticarlos.

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Marlen Rendón Mateos 11 Cecilia López 15 Daniel Zetina Guzmán 17 Jan Olvera 21 María Barona .G 23 Rocío Gómez 27 Nayeli Figueroa Ballesteros 29 Pablo Mendoza 31 Samantha Aguirre Oliveros 35 Yulyl Contreras Míguez 39 Eduardo Oyervides 45 Luisa María Briones Gómez 49 Elide Gutiérrez 51



Marlen Rendón Mateos

Selfie Después de que Ariel, protagonista de La Sirenita diera revuelo entre los mares fue una sensación para los ondinos y sirenas adolescentes. Una sirena azul y rebelde decidió subir a la superficie y mientras un barco pesquero pasaba decidió tomar una selfie. Su popularidad llegó a lo más alto, no por desafiar las leyes del mar, no por haber logrado casarse con un apuesto príncipe como Ariel, sino porque aquella noche, fue el banquete de aquella pequeña embarcación. Batallas Tu aroma a maderas finas, el color de tu piel áspera y sin vida, tus labios finos, tu cabello rizado, tu cuerpo sobre el mío. Por favor apaga las luces, la guerra ha comenzado. 11


Erótica Escuchaba los alaridos, tal vez era la televisión o la radio a todo volumen, me perdí en el placer, en mi meloso gemido, que los excitaba, a ellos, los perros que comían entre mis piernas. Hola No te olvides de saludarme, si me reconoces en el infierno. Temores alegres No recuerdo bien la hora aquel día papá llegó muy ebrio, ya era muy noche. 8:00 am. Cuando desperté, él ya no estaba dormido en el sillón, pero recuerdo que la casa aun apestaba a alcohol. 7:00 pm. Faltaba una hora para que él regresara, tal vez. Ese día fue lo mismo, pero me compro una cajita feliz.

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Suertuda ¡Lotería, lotería, lotería! Gritaban sus labios mojados al ver su enorme miembro. Sombra Cuando paso por aquel lugar que conozco hace más de 20 años, tengo la sensación de que alguien me sigue, que me observa desde lejos. Siempre volteo, saludando a mi yo rejego, mi sombra vive al otro lado de la barranca. La cantina y una cama —Oye, ¿vamos un ratito a mi casa? —Mmm, mejor otro día. —Ya veo que has cambiado… bueno, entonces vamos por un trago. —No, gracias, hermano. Seré breve contigo: lo mío ya no es la cantina y yo ya tengo mi propia cama.

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Sin aliento Te veo ausente, triste y decadente espejismo, recuerdo el odio en tus palabras cuando te dije la verdad sobre la amante de mi padre, siempre pensaste que te quise destruir, nunca te dije que intentaba prevenirte. Tuve miedo cuando me quede sola, tuve dolor cuando deje de ser tu hija, nunca te dije cómo me descuartizaste. Nunca te dije que me hiciste más fuerte, más débil.

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Cecilia López

Tequila a mi madre El olor del agave fermentado en tus labios, de vez en cuando te sentaría muy bien. Nunca te olvides de mí Porqué yo de ti sí. Amor Estaré en tu recuerdo porque tus ojos me hablan de tus huesos crujientes cuando me miras, mientras secas el sudor de tus palmas sobre los pantaloncillos viejos.

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Papi: Mi padre decía siempre que en esta vida no hay amigos. Yo le contradecía. Hoy en mi epitafio, no caben los nombres, no cabe el de él. Melitón A veces, cuando la luna se viste de novia y las estrellas arman un coro nocturno, me gusta sentarme en el viejo reposet del abuelo, ese que está botado en la terraza que da justo a la barranca. Me gusta ver la danza de las luciérnagas y escuchar el sonido del viento que con delicadeza las lágrimas que resbalan por mis mejillas. A la par, me dejo abrazar por el perfume embriagador de la madrugada, entonces, me levanto del sillón y me acerco a la bardita de piedra y allá, del otro lado de la barranca veo la imagen de Melitón, lo veo moviendo el rabo de emoción por nuestro encuentro, es cuando el viento me roba toda el agua que cae de mis ojos y vuelvo a mi triste realidad.

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Daniel Zetina Guzmán

Realidad Todos esos años pensando, tratando de imaginar cómo sería el mundo en unos años, a donde llegaría la humanidad, qué avances se habrían conseguido, qué tan unida sería la gente, desgraciadamente hoy ya no necesito ver el mundo para darme cuenta de lo equivocado que estaba. Creación De los sueños vienen los personajes, de los personajes vienen las historias que se cuentan en las películas... Escribía el personaje inventado y cuando se dio cuenta de que era sólo un personaje desapareció.

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Crecer Parecía una época perfecta, como si todo en ese tiempo fuera lo mejor que ha habido en todos los tiempos, la inocencia o ingenuidad que tiene uno cuando es niño, que lástima que crecer sea algo inevitable y con eso ser golpeados por la triste realidad, no de que la infancia sea sólo algo pasajero e iluso, sino el darse cuenta que cuando nos imaginábamos ?qué seríamos de grandes, con el oficio o profesión ideal era como si nos estuviéramos atando una soga al cuello. Amor de perros Esa señora solitaria que nunca se casó ni tuvo a nadie a su lado que para llenar ese hueco se dedicó a criar y adoptar perros de la calle y demás lugares se le ve tan feliz, tan completa dando melosa de comer a sus perros mientras ellos agradecidos le mueven la cola y ella diciéndose satisfecha. “Para qué necesito una pareja si los animales pueden llenarme de satisfacciones y alegrías, incluso más grandes que las que podría darme cualquier hombre” se repetía sollozando cada vez que veía pasar a la joven pareja de recién casados que viven al lado. 18


El décimo círculo Enrique que no había hora ni mucho menos día que no dejara su celular murió arrollado por revisar su facebook antes que voltear a ver al semáforo que estaba en verde. Cuando abrió los ojos se sintió ansioso por no haberle dado me gusta a la publicación de Juanita que tanto le gustaba a Enrique, ni el estar en las mismísimas puertas del infierno le importó tanto como perderse la oportunidad de poner relación con Juanita que decía la publicación que había hecho ella. Una voz se escuchó de repente y decía: “Para los adictos al teléfono hay un círculo en el infierno reservado para ellos y es el más tormentoso de todos, y ahí irás tú, Enrique”. Estaba más concentrado pensando en los whatsapp que no leía que en lo que decía aquella voz. Cuando se dio cuenta estaba en un lugar muy grande y que parecía bastante cómodo y su emoción se llenó cuando vio que tenía un celular nuevo y muy moderno. Su desesperación llegó cuando se dio cuenta que no había ni señal, ni wi fi ni donde cargar el teléfono.

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El caso de la sirena Mientras meditaba observando el vaivén de las olas la sirena pensando y meditando se dio cuenta en ese momento que todo lo que conocía no existía como tal, que todo era una farsa y que ella no era una sirena. Se desesperó y gritó, de repente un fuerte estremecimiento se apoderó de su cuerpo. Cuando despertó se vio cegada por una intensa luz que lastimaba sus ojos. Cuando éstos se adaptaron a la luz se dio cuenta que estaba atada a una camilla dentro de un cuarto blanco sin ventanas y que tenía piernas en lugar de su hermosa cola esmeralda. Fue cuando comprendió que era mejor sólo seguir nadando sin más que tratar de encontrarle el sentido a la vida.

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Jan Olvera

Irresistible Cuando hacemos el amor, me encanta que te acerques despacio como gato al acecho, con esos ojos que ven más allá del alma y me dominan al verlos fijamente; no puedo oponerme a nada y es cuando hábilmente me desprendes poco a poco de la ropa, mientras tus labios recorren mi cuerpo lentamente, incitándome a gritarte ¡que necesito más! Que no pares y es el instante perfecto que buscas para entrar en mi ser y saciar tus bajos instintos mientras yo disfruto hasta el último roce de piel. Ese momento Al estar a su lado y sentir su pecho contra el tuyo, grita en el silencio mi nombre y guarda las lágrimas en un gemido.

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Límites No puedo estar tan cerca de ti, tu mundo me limita. Sueño Fue tanto el placer que me diste anoche, que no me importó fuera un sueño... Rabieta Quise compartir tantas cosas contigo pero por tus berrinches lo hice con otro.

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María Barona .G

Pasión sublime Aún dormía plácidamente, en mi cama, después de una caótica noche de pasión, me acerqué a observarlo detenidamente, escurría un hilo de baba por la comisura de sus labios y el dinosaurio de peluche que tenía entre sus brazos la noche anterior aún seguía allí y su infancia también. Sin huellas Dejó de sentir los pies, a cambio de mojar su imaginación. Lunar sónico Influencia lunar, en mi oscuro sonido sabor a sal.

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El amor en mi vida, mi mal necesario No es gratuito mi deseo de odiarte, lo necesito para alimentar mi pasión, necesito de tu ausencia para defender mi obsesión. Eres el amor de mi vida, el de 10 a 2 del día de hoy, porque te amo a crédito para perderte a plazos. Eres el alimento de mi húmeda imaginación. Amores Breve amor, tan próximo al deceso; señalo con el dedo: next. Zapatos rojos Caminaba con mi madre, caminaba a la escuela, caminaba a la casa de la abuela, caminaba sin mi padre, caminaba sin sentido, con el corazón adolorido.

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Tu gracia Las olas son más coherentes que tus deseos, nunca sé si estarás ayer para sentir mañana. Libre A final de cuentas, no quiero nada, todo me pesa. Primero la Iglesia Católica “sufre, arrepiéntete”, después el Budismo “lo que hagas regresa a ti potenciado, atentamente Karma”, qué miedo, y recientemente la Kabbalah “desea lo mejor, haz lo mejor, todo mejor” ¡Qué hueva! Yo quiero dormir a deshoras, escribir sin pensar, amar a morir, coger sin parar, no estoy enferma, no estoy loca… ¿o sí? Bisentir Bajamos al cielo o subimos al infierno… decide.

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Rocío Gómez

El lugar Después de buscar tanto, aquél era el lugar adecuado, lo sabía por su mirada profunda y la sonrisa que se dibujaba en sus labios. El accidente Las risas subieron de tono, realmente la pasábamos súper bien contando chistes sin control. El auto ya iba a doscientos por hora. El aire me pegaba fuertemente en la cara, apenas podía respirar. De pronto, pasando la curva, ya no supe qué pasó… Me desperté adolorida. Vi un cuerpo ensangrentado. Ya no veía mi cuerpo.

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Bases Todo era grande. Mi padre era mi ejemplo a seguir. Mi madre, mi refugio. ÂżQuĂŠ queda de esa niĂąa? He renacido Ya no necesito de tus caricias. De tus promesas falsas. De tus besos impostores. De tus consejos inmaduros. He renacido.

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Nayeli Figueroa Ballesteros

Educación básica En cuarto año moví las orejas; comenzaban las restas, las fracciones las mentiras y las deudas. No quería que la maestra se aprendiera mi nombre, el tono de su voz terrorífica me asustaba, mientras tanto apretaba mis muelas, ya chinita de la piel, con mi labio entre los dientes, presione ¡fuerte! ¡más fuerte! y entré en ese ambiente, como hilo frío que recorre desde el coxis hasta la nuca ¡que éxtasis! ¡era sangre! Y mi pellejo. Cómplices Estas manos ásperas duras talladas por la arena sirven para construir palabras, para amar y para que la abuela te reconozca cuando ya ha perdido la memoria.

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Lo vi La madre de las seis tetas cortó la leche melosamente, se decidió por hacer un pan de nata, no comió. En la ruta Un clown de la calle me dejo perpleja, pero antes dijo: ¡Arriba los labios! Y me asaltó. Jeep modelo 2005 Maniacos, locos, empañamos las ventanas. “A propósito, ¿cómo te llamas?”, rieron. Un día Le pedí un favor y cuando decidió hacerlo, justo hoy, ¡yo ya no necesito! Epitafio Y sin embargo aguanté inmóvil la parodia de mi funeral. 30


Pablo Mendoza

Hubo un duelo Con el carácter curtido de viejo cazador, entró al igualmente viejo salón. Una nube de humo flotaba sobre cabezas con sombreros repartidas en las mesas. Había bullicio, pero la barra permanecía solitaria. Caminó hasta ella y la madera vieja del piso cruje. Colocó sus codos en la barra. Por inercia descubrió la brillante Smith & Wesson que llevaba bajo la gabardina. No saludó, solo pidió una cerveza. El silencio es el mejor acompañante de un cazador. Regresó a sus pensamientos. Ahí estaba, en medio del bullicio. Minutos después llegó el Lobo, un macho alfa de manada entrado en años. Entró en silencio, casi sepulcral. Bajo el pesado abrigo hacia vigilia la vieja Colt .45. Pidió también cerveza. —¿Tu eres quien se comió a Caperucita? — preguntó el cazador sin verle a los ojos, casi lanzando la pregunta al vacío. —Ese es el rumor, respondió el lobo. Después las pistolas hablaron. 31


Trofeo No eres como las demás, tú tienes escamas en la piel. Debiste haber recibido amor, pero viviste con dolor. Muda de voz, vives con tu grito ahogado en el pecho, mientras todas las noches desgarras las cuerdas de tu guitarra a la luna, haciéndote siempre la misma pregunta: “¿Me oirá?” Canto de guitarra con coros de oleaje. Eran tus ojos los que le hacían justicia a tu belleza y era tu belleza la que siempre observada. “¿Qué hace hará una sirena fuera del mar?”, se preguntaba el cazador. “No sé, pero se verá muy bien en mi pared de trofeos”, se decía mientras observaba el fino hilo de sangre que escurría en punta del arpón que atravesaba el cuerpo de aquella belleza. Sueño mojado “Sirena, ¿dónde está tu hogar, en el mar o en la superstición imaginaria de los hombres?”, se preguntaba el viejo marino, ocultando su erección, mientras miraba las escamosas nalgas hundirse y desaparecer en la tina.

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La lengua es un pincel El que se moja pierde. Se regala perro Cuando dio en adopción al perro viejo, del collar le colgó una atractiva nota: “Perro rentable: con melosa manía de comer amor y vomitar patadas. Atte. El dueño bipolar”. Noche de bar Dentro de la oscuridad pendían los rojos labios en silencio erótico. “En ese lugar está mi enorme deseo”, le gritaba el bilé desde el fondo del bolso. Hubo un crimen Siempre fui un pícaro hasta que me mató la vida a carcajadas, tantas que mi sonrisa no cabía en el ataúd.

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El cerrajero No, es la puerta; la llave es un sí. El ratón de los dientes Tenía las rodillas raspadas, la cara sucia y un incisivo flojo. Esperaba al ratón benefactor con la esperanza de unas monedas. Pasé horas en la florería de doña Jobita, perplejo ante las rosas, cavilando dónde esconden el misterio que atrapa a las mujeres. Nunca lo supe. Pero estaba seguro que a ella le gustaría, a la bella mujer que me enseñó a leer, la que me hizo entender que el sol sale dos veces al día. Ella mi maestra. Ya de noche, adrede ensucié aún más mi cara y me arropé con los andrajos más viles que pude hallar. Dormí. Pero no hubo dinero, no compré la rosa. Llegué cabizbajo al salón, no pude verla a la cara el día que el sol salió solo una vez. Ese día cuando yo tenía siete años. Oficinista Adorada quincena: ¡Nunca te olvides de mí! Atte. Godínez 34


Samantha Aguirre Oliveros

Historias en sueño Ella estaba sentada en la sala. En la ventana se veía aquel hermoso animal de pelaje plateado y brillantes ojos ámbar. En su regazo yacía el cuaderno de cuero y la pluma estaba en su mano. “Las flores tienen sus propio Idioma…” escribió la joven con la Caperuza puesta. “…pero el Lobo no se les acerca. Fue cruel conmigo cuando nos topamos por vez primera en el Bosque.” Escribió. “El Lobo… no era malo”. “El miedo es lo que se siente, el peligro es lo que te rodea. No los confundas”. Y la joven repitió lo que el Lobo había dicho esa vez en voz alta. El Lobo daba media vuelta, adentrándose a la espesura del Bosque, perdiéndose entre las sombras. El Rey Demonio y la Florista. La joven cerró los ojos. Y el cuaderno. Abrí los ojos en plena oscuridad. Un Sueño de nuevo.

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Escribía mentiras Lo veía a diario. Iba en mi salón. Aquél chico de cabello azabache y ojos azul ceniza… era extraño, por eso me gustaba. De reojo veía cómo ordenaba cada cosa en la hoja: un título, una fecha; todo con orden y sitio designado. Su letra era espléndida. Escribía tanto como mentía. Cuando le preguntaban cómo estaba él decía “Bien”, más el brillo del ojiámbar no demostraba eso. Ocultaba algo más. Mentía. Cuando sonreía al saludar a otros notaba que no era una sonrisa genuina, ni siquiera cortés. Era falsa. No era real. Una máscara. Emanaba perfección en todo su ser. La manera tan acertada de combinar ropas y colores, su aroma, su forma de moverse. Lo bien que decía las mentiras. El día anterior al día en que lo vi tocar el piano creí que la perfección no existía. Luego, al oírlo tocar el instrumento, entendí que cada quien ve la perfección que quiere ver. Al darme cuenta estaba a su lado. De pie junto a él mientras tocaba cada nota… Sentí cómo sus ojos azul ceniza me atravesaban. De mi boca salió una frase. Dos palabras. Y la respuesta que él me dio no fue una mentira.

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Una vez más ese dinosaurio Papá me contaba ese cuento, o así lo llamaba él cuando estaba en sus casillas, antes de ir a dormir. Ir a dormir él, claro. Porque yo seguía despierto mucho tiempo después. ¿Qué clase de cuento era ése? ¿Cómo me ayudaría a dormir? Cuando papá cerraba la puerta y me quedaba en la oscuridad yo seguía imaginando ese dinosaurio sentado al lado de mi cama. Quizá el único dinosaurio era papá. Toca sinfonía Escuchaba, como cada noche al salir las estrellas y mientras yo tomaba mi lugar en el firmamento, el toque de un instrumento desconocido por manos desconocidas. Sin embargo… con cada noche y cada nota se me hacía más familiar. La noche en la que las aguas se elevaban. Cuando podía bajar y tocar la tierra. Esa noche ella tocó una melodía para mí. La toqué para llevarla conmigo.

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Sentía Estaba lejos. Estaba cerca. Estaba ahí. Su tacto cruzando mi piel. Mis manos rozándole. Nuestros cuerpos siendo uno. Solo era un abrazo, un gesto cariñoso. Dijo algo a mi oído. Mis mejillas se pusieron a tono. Le miré a los ojos. Mi corazón se aceleró. Sería mi primer beso. Y yo se lo di. En aquella cama de sábanas blancas y paredes pálidas. Una máquina que estaba sincronizada con las lágrimas que caían. Mi linda hermana Cuando ella y yo jugábamos en el jardín del bosque, cuando mi amada hermana Lu me ayudaba a trepar los árboles para alcanzar las manzanas, cuando cortábamos flores y ella me enseñaba el idioma, mientras llovía, mientras reíamos, soñando un lugar donde ser felices. Ahora, querida hermanita ¿cómo se siente tu cama de madera, con tu manta de tierra?

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Yulyl Contreras Míguez

Nadie Nadie despertó en medio de esa oscuridad obscena. Nadie pensó y pensó ¿cómo iba a salir de la cueva del cíclope? No encontraba una manera de salvar a sus hombres de tanta carnicería. Lo que menos quería era jugar a las escondidas esperando el tiempo en que su enemigo tuviera que comenzar a comer con un popote. Sólo Nadie podía salvarlos. Y al final eso fue, el ojo de un popote olvidado al final de las tinieblas, usado por Nadie dejó ciego a la bestia. Nadie fue el responsable y Nadie se jactó y ese mismo día Nadie pereció. Por la mañana Cuando despertó el dinosaurio ya no estaba allí, en su lugar había una nota de agradecimiento y dos billetes de quinientos.

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La calumnia Era una gran mujer a un estigma pegada. Puesta de amor —Papá, ¿vendrá una tormenta? —No, hijo, son los cabellos de tu madre que se extienden esta noche para acariciarte. Tú Esos labios con sabor a ganar la lotería de tu mirada. La rana Qué hermoso recordar aquella cita: la hermosa, larga, húmeda y desesperante cita donde moríamos de risa al hacer que nuestros cuerpos desbarataran tu auto a fuerza de convertirlo en rana.

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Azúcar Perro meloso, no muerde, empalaga. Para ganar dinero Mi familia es tan disfuncional que si ficcionara mi realidad saldrían: una saga de seis libros y siete películas, una miniserie con varias temporadas, cuatro telenovelas y tres capítulos de la Rosa de Guadalupe. Fobia Debí aprender a callarme, sabía muy bien que con esa familia no podía expresar una idea. Me obligaron a tocar al enorme crótalo que descansaba sobre los hombros del mago. Ese día cuando tenía siete años, la niña que no tenía miedo a nada, tuvo fobia a las serpientes. Ahora solo toca a las serpientes que no descansan sobre los hombros de los hombres.

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Esa cama Adivina qué madre, nunca te dije que la cama nunca ha sido ni será aburrida para mí. Chiquito Este abrazo es para que te confortes. Esta caricia es para evitar la soledad. Y este beso para que no te olvides… Mamá vendrá por ti a las 2 pm. Venganza El día que salgas de mi mente y me hagas lo que sueño, me voy a quedar dormida para que veas qué feo se siente. ¿O no? Más me vale la fuerza del celibato que perder el celibato a fuerzas.

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Opciones Puedo ser tan poética como mis calzones o tan sexy como mis pensamientos, depende de la persona con la que estoy. Ahora Miénteme a besos y vísteme de pecado. Triste pena En el facebook leí que los taxistas rentaban sus autos como hotel de paso el 14 de febrero. Me puso muy triste saber que yo sí tenía el dinero para rentar uno pero no con quién usarlo.

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Eduardo Oyervides

Familia Su mujer lo engaña con el vecino. Su hijo se droga con el hijo del vecino. Su mascota está embarazada de la mascota del vecino. Él vigila a la vecina, en un rincón, con un cuchillo. Vez primera Le hicieron beber su sangre virgen. Le cortaron la cabeza y la usaron para masturbarse, uno tras otro, hasta correrse en cada orificio. Me pusieron sus senos como sombrero. Me palmeaban el hombro como viejos amigos. Elogiaban lo que quedó de mi novia. Jamás imaginé que nuestra primera vez sería así.

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Estábamos tan bien A sale con B desde hace cinco años y hoy por fin le tomó la mano. B se ofendió. “Pero te quiero”, dijo A. “Pero estábamos tan bien”, contestó B. Catedrático Memorizó su conferencia y ante la audiencia hizo el ridículo: se le olvidó. Al otro día, muy triste, a la hora de pedir un café en la cafetería frente al auditorio de su desgracia, no pudo si no recitar enteros los pasajes de su investigación sobre el olvido. Trascendencia Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que lo fusilaron. Muerte Miré mi fotografía de infancia. “Estoy listo”, dije.

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Transformación Soñó ser una mariposa. Al despertar no pudo salir de la cobija. Sueño Se hundió entre las sábanas y el avión que le regaló su abuela en la primera navidad le picó un ojo. Atrapado Cayó en sus redes, aquella mujer venía acompañada de caníbales. Ambulante Este dije, como ya le dije, le traerá la felicidad. Cuélgueselo donde quiera: en el celular, en la bolsita, en la trenza de la niña; y verá qué alegría, qué felicidad. No me ponga esa cara, señora, que si no le vendo este dije, como ya le dije, mi hijo no comerá.

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Diversión Los quería mucho y comenzó a reír después de matarlos. Imaginario Yo no rasgué tu almohada de florecitas, ni quemé el dinero que tenías bajo el colchón con un papelito que decía “Para la operación de Juanita”, ni llené de hormigas el garrafón de agua, ni rayé las escrituras de la casa un día antes de venderla, mucho menos lancé tus zapatillas nuevas a la azotea: fue mi amigo Tony. Aborto ¿Gracias, mamá?

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Luisa María Briones Gómez

Fosaurio Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí que para su sorpresa ni dinosaurio era solo había llevado otro fósil de la mezcalera. Palabras Hoy no vengo a escribirte palabras bonitas, vengo a decirte que estoy tan rota como tú, que viviría en tus brazos y me desmoronaría en tu cuello, que si me dejas encajaría mis uñas en tu espalda hasta que brotará sangre de tu piel, déjame imaginar que exploro tu cuerpo, que me das un ritmo con tus manos que vuelves a gemir en mi oído que dibujo tus labios en mi lengua y que quedas atrapado entre mis senos, bebe de ellos y ámame sin amor, sin prejuicios y sin miedo, imagina lo que no digo y hazme lo que no piensas que podríamos llegar a ser. 49


Realidad La melosa manía de mi madre de dar de comer al perro como si fuera su hijo. Feria Entre algodones de azúcar me encontré tu mirada y ya no me importo ganar la lotería. Té Mis muchas manías se traducen en mis obsesiones de besar té, tocar té, cenar té, cantar té, comer té, escuchar té, desayunar té, coger té, llorar té, escribir té, sacar té, golpear té, amar té. Prevención Si el diablo viene por mí, que se abstenga a las consecuencias. Punto de partida Puedo sentir tu mitad aquí y mi mitad allá en donde ya no estoy. 50


Elide Gutiérrez

Alto No paraba de reír y murió llorando. Despedida Me despido de ti. No te pongas así. Me llevo nuestras aventuras, risas, caídas, peleas y al mismo tiempo te agradezco. Pero doy más gracias al cielo porque nadie más que yo podía verte. Oye, mamá Besé a la chica más bonita de la clase.

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Edición única • Abril de 2015 © Marlen Rendón Mateos, Cecilia López, Daniel Zetina Guzmán, Jan Olvera, María Barona .G, Rocío Gómez, Nayeli Figueroa Ballesteros, Pablo Mendoza, Samantha Aguirre Oliveros, Yulyl Contreras Míguez, Eduardo Oyervides, Luisa María Briones Gómez, Elide Gutiérrez, Daniel Zetina Los derechos patrimoniales de los textos pertenecen a los autores, quienes son responsables de la originalidad de su obra. No se permite la reproducción sin la autorización de los mismos. Se publica bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. edicioneszetina@yahoo.com


EdicioneZetina no es una editorial independiente


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