SIEMBRA ANTOLOGÍA DE MINIFICCIÓN
SIEMBRA ANTOLOGÍA DE MINIFICCIÓN
LECTURA GRATUITA EN INTERNET
Imagen de portada DZ
Esta es la segunda de una serie de antologías de El Club de los Ficcionarios, grupo que inició actividades en 2015 y que se reúne en torno a la narrativa breve. Siembra es producto del Taller Exprés de Minificción que se llevó en Iguala, Guerrero, México en abril de 2015. Es, como la antología anterior titulada Germen, parte de un esfuerzo colectivo por llevar este tipo de creación literaria a más público a través de internet. El Club nace en México por iniciativa del escritor Daniel Zetina e incluye talleres en línea, talleres presenciales en diferentes ciudades, estas antologías y una revista especializada en el género de próxima aparición. La propuesta es que los ficcionarios realicen lecturas, presentaciones, ediciones y talleres, de forma autónoma, pero sobre todo que escriban y promuevan su obra. El lector evaluará si estos textos cumplen o no con los nacientes cánones del género. Esperamos que los disfrute y los comparta con quien crea que pueda disfrutarlos o criticarlos.
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Joyce S. Aguilar 11 Erick Salgado 17 Lucero Salgado 21 Salvador 23 Alma Martínez Álvarez 27 Everardo Perro Rabioso Martínez Paco 33 Gabriela Zavaleta Gatica 41
Joyce S. Aguilar
Preferencias Aquel mecate odiaba que la ropa se interpusiera entre él y la pinza pues, alegaba, no sentía lo mismo. Adicciones Entonces, el lobo, frente a la primera casita de paja, sopló y sopló hasta que comenzó a toser. Enseguida escuchó cómo el primero de los cerditos agradecía por la existencia del tabaco. Universo paralelo Pasada la primera noche, Sherezade murió degollada sin saber que el sultán era sordo.
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Afortunada Ella murió feliz al saber que fue un cuchillo y no el cáncer el que destrozó sus entrañas. México Aquí, el deseo de superarse mata. Virginidad Se detuvo a la mitad del acto. Molesto y sin terminar el trazo, el pincel se alejó del lienzo al descubrir que tenía aroma a grafito. Obsesiones Mi madre me pregunta por mi afición a todo lo que sea o aparente ser de cristal. No viene a mi mente otra cosa que aquel juego de té que le regalaron a mi prima y no a mí.
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Epitafio De haber sabido que podría descansar día y noche, me habría venido a vivir al panteón antes de que me trajeran mis parientes. Confesiones de cocina: el garrafón Ella miente cuando dice que es débil. Puede cargarme sin problemas cuando él no está. 43 Viajamos. Prometimos volver, pero las balas no nos dejaron. Primer día de clases Te quise en el instante en que te vi, aunque no quisiste ser mi amigo en el receso.
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Mi primera vez Me dolió cuando lo hiciste. ¿Acaso no sabías que los besos son labio con labio y no dientes con mejilla?
Naturaleza humana —Ese día lo entendí todo, don Pedro, mientras usted tejía la palma. Todo debe estar bien entramado del lado que se ve, aunque en la parte oculta las astillas sean un peligro para el tacto. Fobias Dejé de tenerles miedo a los perros el día en que descubrí las maravillas que hacen en primavera.
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Malagradecida Estaba recostada sobre sí misma. Me acerqué y metí mi mano entre sus miembros. Aquello se sentía suave, sedoso. Introduje un dedo, luego dos; mi gata me arañó y salió corriendo. Profecía En el vaivén del columpio miro hacia el monte, la hojarasca en su suelo, el frío merodeando entre las copas de sus árboles. Estoy segura de que el fin del mundo va a venir de allí. Huixteco Mirando hacia la civilización, te quejaste del ruido que hacía el arroyo. Eran mis lágrimas.
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Erick Salgado
Cuando despertó, seguía allí —Te me largas. Quiero el divorcio.
Transparencia Sí, mamá, yo rompí el vidrio de la mesa. El gato no tuvo nada que ver.
Esta juventud (o testimonio de un garrafón) —La gente sólo me usa para guardar agua, pero estos chavos me llenaron con jugo de naranja, hielo y algo que llaman Tonayán.
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43 Nos dijeron: mátenlos, no pasará nada. Amor pasajero Se sentó frente a mí. Me miró y miré el techo. La miré y no se dio cuenta. Me miró y miré mis manos. Se bajó en la estación Xola y no supe más de ella. Sencillezas Me dijo: búscame: sólo soy una aguja en un pajar.
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Letrero de bienvenida Queridas invitadas: antes de entrar, favor de quitarse los zapatos, ponerse las medias negras y, de ser posible, caminen de puntitas. Esperanza tupida Me quiere, no me quiere. Ya me cansé de deshojar bosques, pero… me quiere, no me quiere, me quiere…
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Lucero Salgado
El pan de cada día Me despertaba con cariño desde temprano. Como a eso de las diez de la mañana ya tenía la boca hinchada de tanto chuparle la verga, a mis seis años. Con cincuenta centavos podría comprar muchas cosas, pensé. Pero se subió el cierre y se fue sin dejar nada. A las diez de la noche seguía mirando obsesivamente por mi ventana hasta que cerraron la tienda; el hambre ya era insoportable, mi mamá no llegaba y mientras seguía mordiéndome los labios hasta sangrar. Extrañaba el desayuno. Cosmos Esfera catastrófica, ardiente y explosiva. ¡Revientas! El Universo pariendo Estrellas.
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Sutil El cigarro susurraba al cerillo enciéndeme. Hasta que la muerte los separe Cuando la señora Sara se casó con Juan el barrendero hace ya casi sesenta años, jamás pensó que pasaría una desmenuzando su carne tentadora, que arrancaría lentamente su piel fibrosa hasta con las uñas con tanta pasión. ¡Listo! El cerdo estaba preparado. A sus noventa y nueve, Sara preparaba el mejor pozole con carne de puerco de Iguala. Apropiación Tú, dinosaurio dormido entre mi lengua, ¡despierta! Evocación Ese día cuando yo tenía siete años si no me hubiera dejado sola, no me habrían violado. Hoy sería una feliz ama de casa. ¡Qué asco!
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Salvador
Frustración Cuando Caperucita roja llegó a la casa de su abuelita, se encontró a un Lobo feroz por no haber logrado derribar la casa de los tres cochinitos. Héroe negro Asesinó al gobernador de un certero balazo en la cabeza, no para hacerle un favor a la sociedad, sino por el simple deseo de convertirse en leyenda. Campeón Cada vez que pierdo me vuelvo un ganador, porque me pasean en los hombros, soy el garrafón.
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Tormentoso El cielo lloraba al ver que un columpio se impacientaba por no participar y solo poder observar como el viento acariciaba a una hamaca mientras ésta masturbaba a dos palmeras. Temerario Todavía estaba allí, cuando despertó el dinosaurio. Real Un día cuando tenía siete años, los dibujos no eran animados. Otra mujer Recuerdo el primer día de primaria, tenía siete años y odié a la mujer que me dejaba, pero me enamoré de la que estaba al frente del aula.
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La detective Madre, nunca te dije que los cinco pesos que desaparecieron de tu monedero los tomé yo, porque ya me habías pegado. Epitafio Siempre me dijeron que fuera un hombre duro, ahora que lo soy, ustedes se han vuelto blandos. Amor a primera vista Te probaste mi ideal y se te veía muy bien, aún sin conocerte me enamoré. Amor Contigo fue mi primera vez… y la última.
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El maistro Era sábado de echar el piso en una obra. Culminado el trabajo, como era costumbre, siguieron las caguamas con los chalanes y las charlas de las amantes. Después de un rato, el maistro desinhibido por el alcohol y excitado por la plática, se dirige a un bar donde tenía unas perritas, de las que andan rondando cerca de esos lugares, escoge a una y se la lleva a un callejón cercano donde comienza su idilio porno con un buen sexo oral por parte de ella, mientras él la acaricia desde el cuello para bajar por su espalda. ¡Oh! ¡oh! se quejaba de placer el maistro por las brutales mamadas que le daba. Ya casi en el clímax, la voltea con fuerza para ensartarle en su culito su miembro ya lubricado y duro, a la vez que le pide que le diga cosas obscenas. Ella jadeando y gimiendo de placer, solo le dice ¡guau, guau! Y la comunión se daba. Es un genio Su padre, un machista hasta la madre, le confesó a su hijo el secreto de la felicidad: nunca te metas en problemas de faldas. Después de un par de años de reflexión, en agradecimiento a su padre por semejante confesión, le dice: papá, soy gay. 26
Alma Martínez Álvarez
En cualquier lugar Ella estaba recostada en el sofá, al verla, él le dijo báilame amor, ella comenzó a bailarle y tocarse mientras lo hacía. Se escucharon gemidos de placer, al llegar al éxtasis abrieron los ojos y miraron que se estaban a punto de caer de la azotea. Tu mirada José y Elena iban en su auto, Elena se miraba mientras se pintaba los labios, cuando volteó a mirar a José éste ya se tocaba, en seguida Elena le acarició la mejilla y le dijo te besaría, pero ya estamos muertos.
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El último jueves Caminaba la mujer por la banqueta cuando miró al barrendero, le miró el palo de escoba, y le gritó ¡hoy toca pozole, muchacho! Ella murió feliz. Gomitas Su vida era igual todo el tiempo, hasta que un día, en lugar de vomitar agua, prefirió vomitar gomitas. Botella loca A María le eriza sentir las manos recorrer su cuerpo, sentir que el agua fría le quema la piel, cuando le besan sus labios explota su sexo, que ella les brinda sus jugos dulces y amargos, sabe que lo ha hecho bien, al ver la sonrisa de aquel que la probó. Qué bonito es volar Y despertó; el dinosaurio ya no estaba allí, solo permanecía el crack, y dijo ¡pinche dinosaurio no me pagó! 28
Amor de madre Ese día cuando tenía siete años supe lo que era el amor, mi madre me golpeó hasta que entendí que no debía comer las plantas. Frio hospital —Ya no grites, ya cállate, deja de golpearme con tus palabras, escúchame, te amo, mamá, sabes que me cuesta mucho expresarme, mírame, ve lo que te dicen mis ojos, abrázame, siénteme, mamá... —así eran las tardes de vista en el hospital mientras ella dormía. Callada —Madre, nunca te dije, estoy harta de tus ejercicios de matemáticas, de tus libros, de tus regaños, de tus cachetadas cuando te hacía enojar, nunca te lo dije porque siempre respondía ¡te amo, mamá o gracias, mamá! Madre, nunca te dije deja de lavar los trastes y solo abrázame.
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Libre Hoy ya no necesito de un cuarto más grande, de un patio enorme, de salir a caminar, de descubrir nuevas ciudades, nuevas personas, hoy gracias al lápiz, al papel y la imaginación me siento y soy libre. Iguala, Guerrero, 26 de septiembre —Todos se miran, sonríen y dicen nunca nos olvidarán. —Risas, llantos, se apaga a luz. A los ocho años —Bailamos en el sótano, cuando en el último giro me besó y pensé ¡qué asco!, ¿esto es un beso? Sangrar por amor —Gracias, contigo aprendí lo que era el amor, lo entendí cuando tu puño golpeó mi cara... sí que me amabas.
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Un día normal en la universidad Cerré los ojos, lo recordé, estaba ahí en la cama, me acerqué, lo besé de pies a cabeza, mis manos recorrían su cabello. Cuando llegué a su sexo se lo hice y se sentía rasposo en mi boca, mi lengua sentía las fisuras en su pene… entonces escuché al profesor que me dijo ¡señorita deje de masturbarse con la pared! Aliento amargo Odio caminar descalza, pero ahora esta sensación en mis pies me gusta, el olor del bosque me hace sentir viva, los árboles son tan grandes que me hacen sentir diminuta, ¡ups, pisé un gusano! El río es tan transparente que puedo ver los peces, me meto hasta mirar el sol por debajo del agua, salgo, me recuesto en el pasto y digo quiero vivir por siempre aquí, esbozo un aliento de paz. En la clínica se escucha un tiii y una enfermera que dice señora, su hija a muerto.
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Everardo Perro Rabioso Martínez Paco
Gigante Puedo tocar las nubes, robarme las estrellas, mi papá me lleva en hombros. Somnolencia La había besado en más de una ocasión, no me explicaba por qué no despertaba, quizá los envases vacíos de cerveza tenían la culpa. Amigo —Quiero domesticar un animal. —Escoge uno de esos tres marranos.
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Complejo El quijote abrió la puerta de su alcoba, solo para encontrarse al sancho desnudo. Mortis Te dije que esa obsesión te mataría, le gritó al cuerpo inerte del maestro Pacheco. Antojo Caminó despacio hacia la pozolería, sus piernas carecían de fuerza. De regreso no vio la escoba que barría la plaza, tropezó brutalmente, esparciendo maíz y caldo por todo el lugar. Burgués Gari el garrafón se sentía importante, diario lo paseaban en hombros.
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Dualidad María se dejó seducir por su cuerpo moreno y su personalidad caliente. Todas las noches se fundían en uno mismo. Regularmente en la merienda. El dinosaurio Cuando despertó el dinosaurio se subía los pantalones, seguía borracho. Fe Le recé hincado frente a su imagen, esperaba ansioso un milagro. Dos horas después lloraba amargamente a su lado, el Necaxa había perdido otra vez. Manjar Mi abuelita es la mejor cocinera del mundo, al huevo le pone cascarón.
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Felicidad No recuerdo una sonrisa más dulce, que la de mi mamá cuando llegué con una estrella en la frente. Comodidad Estos no son bóxers, estos se entierran en las nalgas. Deseo Yo no necesito que me regañes, ¿por qué no sólo me abrazas? Real Fue cuando te operaron, cuando te bañé, te llevé al baño, te limpié, te cuidé y te di de comer. Fue ahí cuando me di cuenta que eras de carne y hueso.
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Fuerza Solo quiero recargarme en tu hombro, poquito, tantito. Lili Hoy por fin ya no necesito de Mayra, no necesito su dulce voz, su sonrisa, sus chinos, sus lindos ojos negros, su ternura, su amor, su todo, no, ya no. Epitafio Tome asiento, ahorita lo atiendo. Mentira —No, compadre, si ella es la que me busca, yo ni la necesito. El saludo más chingón que nunca se imaginó decirle a su ex novia Qué onda. 37
Será un buen día, en Iguala nunca pasa nada Levantó la vista, no había nada. Guardián Me quedé anonadado viendo aquel maravilloso paisaje, nunca antes había estado frente a algo así. Miles de árboles que me invitaban a entrar, a tocarlos. Levanté mi pie con la intención de caminar hacia ellos, cuando escuché un silbido. Un tipo de sombrero agitaba sus manos, corrió hacia mí y me dijo bueno, hijo de la chingada, que no sabe leer, ahí dice no pase. Miniamorosos Nos miramos fijamente, nos amábamos, me dijo cierra los ojos. Cuando los abrí tenía un Raspatito en las manos. Parvada Al chile, pinche parque bien chingón, wey, el único 38
pedo es que sales todo cagado de pájaros. Sin sentido Te quiero decir algo antes de que esté o ebrio o pacheco, ¿quieres ser mi novia? Erotismo No sabe chuparla chido, pensé mientras se introducía la mitad de mi pene en su boca, mi semen bañó por completo su cálida boca, encendí un cigarrillo, me miró expectante, necesitaba que le dijera algo, escupí el humo y le dije cierra al salir. Imagina —De verdad, mamá, es un venadito de colita blanca, estaba tomando agüita en el rio, ahí estaba. Vamos, te lo enseño, solo pásame mi bastón. Camilla Ahora entiendo todo lo que me decías, viejo querido. No, no te levantes, no puedes hacer fuerzas. 39
Réplica —Gracias. —Las que haces. Alter ego Cada vez que Everardo Martínez invita a leer al Perro Rabioso, pierde uno o dos lectores.
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Gabriela Zavaleta Gatica
Septiembre en Iguala Fueron cuarenta y seis semillas. Florecieron mil geranios. Amnesia No dejes morir los tulipanes en la ventana. Tampoco me olvides. No otra vez. Paseo Odiaba lucir en rosa cada domingo y tĂş bordabas con tanto amor, que nunca pude decirlo. Miedo No podĂa decirte su nombre, madre. El vecino era la pesadilla.
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Instante La saludó con temor y no pudo soltar su mano en tres días. Vestido Es rugoso el misterio, como buscar adelfas en los girasoles. Entomólogos —Soy una mariposa —le dijo mientras subían las escaleras. Nunca pensó que la clavaría en la pared hasta vaciar su néctar. Nocturna Sintió un calor que le subió hasta el vestido; con las medias hechas ceniza y los pies descalzos abordó un taxi. Confusión Nos perdimos en fango; los encontraron en fosas. 42
Edición única • Junio de 2015 © Joyce S. Aguilar, Erick Salgado, Lucero Salgado, Salvador, Alma Martínez Álvarez, Everardo Martínez Paco, Gabriela Zavaleta Gatica, Daniel Zetina Los derechos patrimoniales de los textos pertenecen a los autores, quienes son responsables de la originalidad de su obra. No se permite la reproducción sin la autorización de los mismos. Se publica bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported. edicioneszetina@yahoo.com
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