maquetado y grafismo: un decalogo

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maquetado y grafismo: un decálogo Al contrario de lo que podría parecer, la tarea de contar un proyecto de forma gráfica a otras personas no es sencilla. La gran cantidad de horas dedicadas a pensarlo y desarrollarlo juega en nuestra contra; tenemos en la cabeza una gran cantidad de datos, detalles y aspectos, que para nosotros son obvios porque conocemos muy bien el proyecto, pero que nuestro interlocutor no tiene por qué saber. La correcta expresión gráfica de las láminas que componen el proyecto juega un papel fundamental en este cometido de transmitir la idea a otras personas que intervienen en el proceso constructivo. Del mismo modo que debemos vocalizar bien si pretendemos que nos entiendan cuando hablamos, nuestros dibujos deben ser claros, concisos, completos y ordenados para garantizar que los destinatarios finales entienden fácilmente lo que queremos transmitirles, el proyecto que tenemos en mente. Afortunadamente, contamos con una serie de parámetros y pautas que podemos utilizar para facilitar en gran medida la tarea de maquetación de láminas y organización de la información dentro de las mismas. Incluimos a continuación un decálogo de reglas, sugerencias y recomendaciones, que fueron designadas en clase con el popular nombre de daniconsejos.

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 Heygate Estate, Londres. 1974. Dibujo de proyecto: Tim Tiker.

 Heygate Estate, Londres. 2011. (foto: Daniel Sirvent) Abandonado, a la espera de la demolición.

#1 indice de planos Uno de los errores más frecuentes de cualquier proyectista es olvidar que la persona a la que nos dirigimos no conoce en absoluto el proyecto. Por ello, resulta fundamental, antes de empezar a dibujar ni una sola línea del proyecto, hacer una recapitulación de todo el proceso, y escribir un primer guión, script o índice de contenidos, para asegurarnos que no se nos queda nada por contar, y que cada aspecto o detalle del proyecto está en su capítulo correspondiente.


#4 jerarquía de la información #2 nombre de plano = contenido Una vez redactado el índice, podemos empezar a dibujar cada uno de los planos. El primer dato que debemos indicar antes de dibujar ninguna línea, es el nombre y el número del plano, en el cajetín del mismo: este dato nos ayudará a saber para quién se destina el plano, y, por tanto, qué información debe contener ese documento (ni más, ni menos de la estrictamente necesaria). Tenemos que ser conscientes que cada plano debe ir destinado a una persona u oficio concreto, y por ello contendrá exclusivamente la información útil que necesite ese determinado oficio en un momento preciso de la obra. Debemos huir de colocar información en planos con el único criterio de “rellenar huecos” y colocar cosas en sitios que no proceden, tan solo porque “cabe ahi” dicha información.

Aunque el Proyecto forme una única unidad que contiene documentos escritos y un buen número de planos, lo habitual es que, en la obra, cada persona de las que interviene extraiga únicamente aquella información que le es útil para su cometido.

Por regla general, en todo plano existe siempre una información principal (que es la que corresponde al nombre del plano, según la regla #2) y otra secundaria o complementaria, que como su propio nombre indica, ayuda a explicar la información principal. Es muy recomendable que la documentación principal ocupe una posición central en el plano, con una superficie no menor del 75% del mismo, y la información complementaria se coloque siempre en la misma zona en todos los planos (por ejemplo, las notas textuales suelen estar en el área inferior).

Por ello, debemos preveer que cada plano va a funcionar como un documento autónomo, independiente, y por ello debe ser autosuficiente, es decir, que debe contener toda la información necesaria (ni por exceso, ni por defecto), sin obligar al destinatario a acudir a otros planos u documentos para completar la información que necesita para su trabajo.

En relación con el 25% complementario, es habitual que se utilice para colocar esquemas que ubican la planta, alzado o sección que compone la información principal, si bien también es posible colocar textos (leyenda de materiales), o incluso axonometrías o detalles constructivos que expliquen o aclaren el dibujo principal (75% de la información).

#3 planos autosuficientes

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#6 escalas conceptuales

#5 ajustar el papel al contenido En los primeros trabajos que realiza todo proyectista, y a falta de un criterio mejor, el maquetado comienza fijando un tamaño de plano determinado en base a determinados criterios (máximo formato de la impresora disponible, por ejemplo), y a partir de ahí, se trata de encajar la información dentro de él. Sin embargo, este procedimiento es erróneo, porque otorga más importancia a un papel que a la propia información. Debemos tomar conciencia que lo importante es el contenido, la información, y por ello debemos ajustar el tamaño de papel a la información, y no al revés. El formato final dependerá de lo que se quiera o se necesite contar en cada plano. 100 | fase 3: planos

La escala no es sólo un número, ni se decide únicamente aplicando el comando zoom de Autocad; cada escala debe contar algo concreto, expresar un determinado concepto: geometría (1/50), materialidad (1/20), tiempo o proceso (1/5), y debe contener la densidad de información adecuada a esa escala. Para regular esa densidad de información adecuada a cada plano, resulta muy conveniente trabajar con muchas capas en un mismo dibujo, de forma que podamos desactivarlas conforme aumentamos la escala para evitar que se sobresature de lineas.

Otro consejo de aplicación práctica que ayuda a una fácil comprensión de las láminas y a obtener un documento autosuficiente (regla #3), es que todos y cada uno de estos planos deben contener siempre, y de forma simultánea, dibujos, textos y medidas.

Otro error frecuente, relacionado con la regla #5, es aplicar la escala necesaria hasta que el dibujo cabe en un formato predefinido. Sobre este particular, hemos de indicar que no todas las escalas son válidas. Debemos pensar que, aunque los dibujos estén acotados, se deben de poder medir en obra con un escalímetro; por ello, las únicas escalas útiles serán la 1/1, 1/2, 1/5, 1/20, 1/50, 1/100, y en general, aquellas disponibles en los escalímetros habituales.

Damos por hecho que un plano, por definición, ya contiene dibujos, gráficos y líneas; cuando hablamos de textos, nos podemos referir a la leyenda de materiales por ejemplo, o a algún pequeño párrafo descriptivo o cualquier otra aclaración textual necesaria, mientras que por medidas entendemos fundamentalmente cotas, superficies, ángulos, niveles, o cualquier otro valor necesario para la comprensión global de la información del plano.

#7 lineas, letras, números


#10 cotas y ejes estructurales #8 jerarquía de lineas y contraste En relación a los dibujos propiamente dichos, tenemos tres parámetros fundamentales de utilización de las líneas para evitar que la representación gráfica sea plana (líneas todas iguales), y conseguir que se exprese correctamente la tridimensionalidad del objeto descrito: grosor de trazado, tipo de línea (continua, rayas, puntos, ...), y color o tono de línea. Otro concepto a manejar cuando dibujamos objetos seccionados, es la jerarquía de línea; en una sección se pueden distinguir varios tipos conceptuales de lineas: las que representan materiales seccionados, las que corresponden a objetos proyectados, y las líneas auxiliares (como lineas de cota, ejes, numeros de leyenda), que ni siquiera representan objetos reales. Por ello, debemos utilizar una correcta combinación de líneas para conseguir un fuerte contraste que ayude a distinguir de un primer vistazo por dónde transcurre la sección, qué objetos están proyectados, y qué líneas representan tan sólo datos adicionales.

#9 escalas de grises y sombreados Pasamos ahora a hablar exclusivamente del tono de línea y la utilización de diversos colores en los planos. Sobre este particular, la recomendación es trabajar únicamente con escalas de grises. La justificación es bien sencilla: con frecuencia, es necesario fotocopiar los planos, y los colores se pierden con las copias en blanco y negro, mientras que los tonos de grises sí que se mantienen. Sólo en contadas excepciones estará justificado el uso del color en los planos (cuando hagamos despieces de elementos iguales que sólo se diferencian en el color, por ejemplo). Por otra parte, y en relación con el punto anterior que habla sobre el contraste (regla #8), la utilización de sombreados macizos con diferentes tonos y escalas de grises ayudan mucho a la fácil lectura del dibujo y aportan tridimensionalidad al mismo, por lo que hay que aprender a utilizarlos.

El acotado de un plano consiste en indicar las medidas de los diferentes objetos, no en “rellenar” el dibujo con números. Acotar requiere tener bien claro qué medidas serán necesarias en obra (o taller), y colocar estos números con criterio. Existen un par de reglas que nos ayudarán en esta tarea; en primer lugar, conviene definir dos tipos diferentes de cotas: las que indican las distancias entre ejes estructurales, que deberán estar marcados siempre en todos los planos (estas cotas tendrán un mayor tamaño y grosor), y las que sirven para medir otros elementos fijos de los edificios, tales como particiones, huecos, ventanas, etc. En cuanto a la ubicación, y siempre que se pueda, las cotas se colocarán fuera del dibujo, para no entorpecer su lectura. Siempre serán dobles: una línea contendrá un acotado parcial, y tras ésta, otra línea con la cota total como comprobación de la suma de parciales. Cuando las líneas de acotado deban cruzar el dibujo, se procurará que sean siempre continuas (atravesarán todo el elemento). | 101


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