Bendita Burocracia
toc, toc El día había sido duro. Estaba muerto. Lo último que esperaba era visitas. ¡toc, toc, toc! ... ¡TOC, TOC, TOC, TOC! - ¿Sí? - Soy Luís, Ángel Luís. Vengo a hacerle unas preguntas para la ficha. - ¿Cómo? - Necesitamos sus datos para rellenar el informe. Será un momento. Abrió. Se sentó, giró la cabeza y miró a su alrededor. Sí, era cierto. No era fruto de su imaginación. Al minuto empezó a llorar. - Pero entonces,... no lo he soñado. Dios, ¿por qué yo?... ¿qué hago aquí? - Pues lo mismo que todos los de esta fila, a diferencia que ellos ya tienen su ficha. Así que, si no le importa,... Venga, cánteme ¿Nombre? Observó atónito cómo los pies de su entrevistador no tocaban suelo. - Entonces,... tú eres un... eres un...
No. No podía ser. Parecía imposible. Tenía que asegurarse. - Las alas. ¿Y las alas? ¿Dónde están las alas? - ¿Alas? ... Oye, déjate de mariconadas. Que nos las pongáis en las películas es una cosa; pero esto es la realidad, tío. Alas, alas,... estoy muuuuuy harto que todos me preguntéis siempre lo mismo, hostia. - Sí, sí. Pero entonces ¿Cómo has llegado hasta aquí, eh? ¿Cómo, si no es con... alas? Estaba pesadito, pero era comprensible. Era nuevo. - Por flujos de energía. Es largo de explicar y tú no pareces muy listo. Oye, ¿me vas a responder, o no? Accedió. Pero se sentía molesto por las prisas y los malos modos. - Vale, pero al menos te podrías quitar los auriculares, ¿no? - Oye tío, me los quitaré cuando me salga de los... Aúúúa, aúúúa, aúúúa, ... Le interrumpió una alarma desde el cielo. - Sí, vale, perdón. Lo siento.
Ángel Luís parecía disculparse ante alguien allá arriba. Siguió con nuestro amigo, ahora algo más comedido. - A ver. Nombre. - José Sánchez García. - ... Vaya, hombre. Finlandés, ¿no? - No, no. Soy de... - ... Ya sé, ya sé. Era broma, joder. ¿Causa de la defunción? - Me tiré desde el balcón de mi despacho. Un octavo. - ¿Por? - Me despidieron del trabajo, después de 24 años. Así, sin más. - ¡Mierda! ¡Ya la han vuelto a cagar los de Redacción! Cogió el Tippex - Joder, en el expediente pone que fue por lo de tu mujer. - ¿Qué pasa con Ana? - Aquí dice que te la pegaba con tu jefe. Vaya. Debía haber sospechado de sus constantes e inoportunos dolores de cabeza. Todo encajaba. Los dolores de cabeza, el despido... Y se enteraba ahora, cuando no podía hacer nada. - Bien, antes de continuar. ¿Cómo se declara? - ¿Esto es un juicio? - No, es un previo, pero da muchos puntos para el veredicto del Barbas. - ¿El Barbas es...?
- Sí, sí. Pero él sólo pone la firma, casi que ni se mira los informes. Nosotros le hacemos todo el curro. El sólo pone el autógrafo. Y al minuto, cuando José se disponía a hablar, Ángel Luís pareció ver algo importante en el informe, y le interrumpió. - Un momento, un momento. ¡Uf!, qué chungo, tío. Mal rollo, colega. - ¿Qué? ¿Qué pasa ahora? - Mira. – Le enseñó el informe.- ¿Ves? Fíjate en este punto, justo debajo de lo de la homosexualidad de tu hijo... - ¿Cómo? ¿Alberto? - ... sí, mira, en este apartado, el de “Marrones Varios”. Aún pensando en su hijo, fijó la vista en el papel. - Esto lo cambia todo, tronco. No puedo hacer nada. Viene de muy arriba. - ¿El qué? ¿Qué he hecho? - Pues nada, que estás en la lista negra. A ver, con la de tacos que hay, y resulta que todos me los acabas con "____ Dios”. Has estado cabreando al boss durante muchos años. - Pero, no era mi intención. Es una manera de hablar… muy nuestra, plan campechano y tal…
- Déjate de hostias. Tú ponte en su lugar. ¿Te gustaría oír cada dos por tres que alguien te está maldiciendo? Lo siento. Te he de calificar como “No Apto”. - Bueno... ¿y eso qué quiere decir? - Pues que no vas al cielo. Tío, es que los puntos no te dan ni para Purgatorio. Nada, que te vuelves a la Tierra, chaval. Debería estar contento ¡volvía a la tierra! No obstante, algo en la cara de su contertulio le decía que no era precisamente una buena noticia. De pronto, Ángel Luís le dio una bolsita de plástico con unas llaves. - ¿Y esto? ¿Son las llaves del cielo, para cuando vuelva? - Je, je, qué cachondo. No, mira, te comento. Son las de la cabina del metro que te espera mañana a las 5.00 AM en Plaza España, L1, dirección Bellvitge. - ¿Cómo? - Sí. Estate cinco minutillos antes para salir en punto. Vas a ser conductor de metro durante un tiempo. Es la pena estándar para un “No Apto”. Ah, y cuidadito con esa boquita. Yo de ti vigilaría un pelín con los tacos. El Comité de Readmisión te estará observando. Es que la mayoría se apalancan y no salen nunca de los túneles, ¿sabes?