12 €
Ricardo Darín
Ricardo Darín
PRIMAVERA 2017
PRIMAVERA 2017
Su mirada penetrante y porte de eterno galán son la antesala de este actor vitalista, familiar y cercano que aboga por el valor de las pequeñas cosas
MODA
LA PRIMAVERA DEL 'GREENARY' ZOOM
LÁZARO ROSA-VIOLÁN MICHELLE WILLIAMS VIRGILIO MARTÍNEZ RELOJES
LA HORA DE LOS GENIOS GOURMET
18
LOS VINOS MÁS INSÓLITOS DEL MUNDO MOTOR
'CABRIOS' DE LUJO 00018
8 413042 572916 PVP Canarias 12,20 €
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09/03/17 13:50
Steve McCurry se ha convertido en uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX gracias a sus impactantes reportajes de guerra, a premiadas imágenes de viajes y a retratos de personas anónimas que ha conocido alrededor del mundo. Ahora presenta un nuevo libro que resume cuarenta años de carrera y refleja el íntimo acto de leer TEXTO DAVID MOREU FOTOGRAFÍAS FLAMINIA PELAZZI
LIFE STYLE Steve McCurry
CUANDO EL FOTÓGRAFO ES LA ESTRELLA EL TRABAJO DE LOS FOTORREPORTEROS siempre ha estado envuelto en un halo de misterio y ha despertado la curiosidad de todas aquellas personas que se han cruzado alguna vez con sus imágenes en revistas o en exposiciones. Una simple foto encierra una historia que tiene el poder de descubrirnos lugares remotos, de concienciarnos sobre problemas sociales e incluso puede ayudar a cambiar el mundo. Cuando Steve McCurry estudiaba teatro en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), a mediados de los años 70, enseguida tuvo claro que esta profesión podía ser un buen pasaporte para recorrer países lejanos y conocer otras realidades a través de la óptica de su cámara. Poco imaginaba que se convertiría en un icono de la cultura popular gracias a sus reportajes de guerra, a retratos tan famosos como el de la niña afgana y a sus exóticas fotos de viajes. Mientras todavía resuena la polémica sobre la supuesta manipulación de sus imágenes, la editorial Phaidon acaba de presentar un libro titulado Sobre la lectura en el que revisa su extensa obra y propone una reflexión sobre la magia que encierra el acto de leer.
118
Se graduó en artes escénicas en 1974 y su último libro es un viaje alrededor del mundo a través de la lectura. ¿Cree que este trabajo cierra un ciclo personal como narrador de historias? Contar historias es una de las partes más importantes de la fotografía y lo mismo sucede con el cine. Siempre quise dirigir películas y en la universidad me matriculé en clases de cinematografía y de historia del séptimo arte. Tenía muy claro que eso era lo que quería hacer. Pero resulta que los departamentos de cine y de teatro estaban conectados, así que también estudié teoría del guion, técnicas de iluminación, diseño de decorados, un poco de interpretación, dirección y fotografía. Fue entonces cuando me compré una cámara pequeña y empecé a disfrutar con la inmediatez de capturar momentos fortuitos que sucedían en las calles, sin tener que hacer un trabajo previo de producción o de edición. Además, los carretes eran muy baratos y compraba los negativos a metros. Solamente se necesita a una persona para hacer fotos: tú mismo. Tampoco se requiere un gran equipo de luces ni de material técnico. Por el contra119
Steve McCurry se ha convertido en uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX gracias a sus impactantes reportajes de guerra, a premiadas imágenes de viajes y a retratos de personas anónimas que ha conocido alrededor del mundo. Ahora presenta un nuevo libro que resume cuarenta años de carrera y refleja el íntimo acto de leer TEXTO DAVID MOREU FOTOGRAFÍAS FLAMINIA PELAZZI
LIFE STYLE Steve McCurry
CUANDO EL FOTÓGRAFO ES LA ESTRELLA EL TRABAJO DE LOS FOTORREPORTEROS siempre ha estado envuelto en un halo de misterio y ha despertado la curiosidad de todas aquellas personas que se han cruzado alguna vez con sus imágenes en revistas o en exposiciones. Una simple foto encierra una historia que tiene el poder de descubrirnos lugares remotos, de concienciarnos sobre problemas sociales e incluso puede ayudar a cambiar el mundo. Cuando Steve McCurry estudiaba teatro en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), a mediados de los años 70, enseguida tuvo claro que esta profesión podía ser un buen pasaporte para recorrer países lejanos y conocer otras realidades a través de la óptica de su cámara. Poco imaginaba que se convertiría en un icono de la cultura popular gracias a sus reportajes de guerra, a retratos tan famosos como el de la niña afgana y a sus exóticas fotos de viajes. Mientras todavía resuena la polémica sobre la supuesta manipulación de sus imágenes, la editorial Phaidon acaba de presentar un libro titulado Sobre la lectura en el que revisa su extensa obra y propone una reflexión sobre la magia que encierra el acto de leer.
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Se graduó en artes escénicas en 1974 y su último libro es un viaje alrededor del mundo a través de la lectura. ¿Cree que este trabajo cierra un ciclo personal como narrador de historias? Contar historias es una de las partes más importantes de la fotografía y lo mismo sucede con el cine. Siempre quise dirigir películas y en la universidad me matriculé en clases de cinematografía y de historia del séptimo arte. Tenía muy claro que eso era lo que quería hacer. Pero resulta que los departamentos de cine y de teatro estaban conectados, así que también estudié teoría del guion, técnicas de iluminación, diseño de decorados, un poco de interpretación, dirección y fotografía. Fue entonces cuando me compré una cámara pequeña y empecé a disfrutar con la inmediatez de capturar momentos fortuitos que sucedían en las calles, sin tener que hacer un trabajo previo de producción o de edición. Además, los carretes eran muy baratos y compraba los negativos a metros. Solamente se necesita a una persona para hacer fotos: tú mismo. Tampoco se requiere un gran equipo de luces ni de material técnico. Por el contra119
LIFE�STYLE Steve McCurry
rio, para rodar una película se necesitaba un celuloide especial y un equipo de sonido. La fotografía es más espontánea y esa aproximación era lo que me parecía más natural. ¿Qué recuerdos tiene de sus primeros proyectos como fotógrafo? Supongo que fue una época de descubrimiento y de experimentación con la cámara. Después de graduarme en el instituto, decidí hacer un gran viaje por América del Sur antes de empezar las clases en la universidad. Fue la primera vez que vagaba sin rumbo y que exploraba el mundo con la cámara. Recuerdo que hice mi primera foto buena en Ciudad de México. Resulta que había un hombre sin hogar durmiendo frente a una tienda de muebles y estaba al lado de un sofá nuevo expuesto en el escaparate. Esa yuxtaposición contaba una historia y reflejaba una realidad social. Desde entonces, eso es lo que quiero lograr con mis imágenes. La fotografía es especial gracias a su inmediatez y su espontaneidad. En 1978, después de haber trabajado varios años en los Estados Unidos, decidió recorrer la India y Asia como fotógrafo freelance. Evidentemente, muchos de aquellos países estaban en guerra… Mis fotografías de conflictos bélicos en varios lugares del mundo, incluido Afganistán, tienen más de veinte años de historia. Nunca me interesaron las guerras, sino las consecuencias que tenían en las personas… por ejemplo, los miles de civiles que quedaban atrapados en medio de zonas militarizadas o los refugiados. Hace mucho tiempo, hubo un periodo en mi carrera profesional en el que todo el trabajo se centraba en países en conflicto. Sin embargo, ahora prefiero retratar otro tipo de proyectos que me permiten descubrir sitios nuevos y conocer a gente que me genera curiosidad para aprender. El trabajo de los reporteros de guerra resulta fascinante y desconocido al mismo tiempo. ¿Podría contarnos cómo se preparó para cubrir aquellos conflictos bélicos? Viajé a Pakistán a los veinte años y conocí a varias personas de Nuristán, una provincia al otro lado de la frontera en el noreste de Afganistán. Me hablaron sobre los pueblos que el ejército afgano había destruido porque estaban asustados, enfadados y preocupados por el futuro de su país. Entonces les dije que era fotógrafo e, inmediatamente, me pidieron que contara su historia para que el resto del mundo supiera qué sucedía allí. Yo nunca había hecho fotos en zonas de guerra y, cuando vinieron a buscarme a la mañana siguiente, tuve que pensarlo dos veces antes de acompañarlos. No obstante, quería cumplir con mi compromiso porque creía que era una historia que necesitaba ser contada. Me vistieron con un viejo salwar kameez típico de la región y cruzamos ilegalmente la frontera de Afganistán. Estaba en una área prohibida, 120
Steve McCurry LIFE�STYLE
camino a una guerra, y recuerdo que hubo bombardeos. Después de cinco días, empecé a tener más confianza en mi trabajo, a pesar de que había momentos en los que deseaba estar en cualquier otro lugar. Sin embargo, tenía claro que me había metido yo solo en aquella situación y no iba a renegar de mi promesa ni a retroceder. A lo largo de su carrera también ha hecho fotos en campos de refugiados. ¿Qué opina sobre la situación que se vive actualmente en Europa con este problema tan relevante? Creo que siempre deberíamos tratar a la gente con dignidad, sin importar quiénes son o de dónde vienen. Es evidente que la situación actual de los refugiados en Europa requiere un gran trabajo y mucha creatividad para encontrar una posible solución. Mientras tanto, no debemos olvidar nuestra naturaleza humana y la necesidad de respetarnos los unos a los otros.
“SIEMPRE DEBERÍAMOS TRATAR A LA GENTE CON DIGNIDAD, SIN IMPORTAR QUIÉNES SON O DE DÓNDE VIENEN” El tema central de sus fotografías son personas realizando acciones cotidianas. ¿Acostumbra a interactuar con la gente antes de retratarlos o prefiere improvisar sobre la marcha? Al hablar por primera vez con alguien a quien me interesaría retratar, siempre intento mostrar una sonrisa amistosa y tratarlo con respeto. Entonces muchos aceptan ser fotografiados. La clave para comunicarme con alguien con quien no comparto idioma es comprender bien la situación que vive y los matices de aquel breve instante en el que coincidimos. Siempre resulta de ayuda tener al lado a una persona que conoce la cultura local y te puede aconsejar sobre los lugares que puedes o no puedes visitar como extranjero. Cuando eso no es posible, un lenguaje corporal no amenazante y una sonrisa son maneras universales de mostrar que no les harás daño. Tanto yo como la gente que retrato sentimos una atracción mutua, puesto que tenemos un rostro
parecido, aunque somos completamente distintos. Esa diferencia es fascinante porque, muchas veces, nuestras caras esconden una historia increíble. Hacer retratos implica esperar el momento adecuado en el que se revela la auténtica personalidad de la gente. Por otro lado, encontramos sus premiadas fotografías de viajes. ¿Qué tipo de planificación realiza habitualmente antes de visitar por primera vez un país? Quiero que la investigación previa me sirva para llegar a los lugares con una idea muy clara de lo que haré. Sin embargo, no tiene sentido perder el tiempo tratando de hacerte una imagen mental del país o de la ciudad porque siempre te acabará decepcionando. Las ideas preconcebidas no funcionan. Normalmente llego y me sumerjo en las situaciones cotidianas como punto de partida. Uno de los principios más importantes que he aprendido gracias a mi trabajo es tratar de llegar al núcleo de la historia que quieres contar. Encuentra la historia y bucea en ella. Demasiada preparación puede conducir a la procrastinación. Lo esencial es salir a la calle, sacar la cámara y reducir el tiempo que pasas investigando. Nunca debes parar de hacer fotos porque ese es tu objetivo principal. Al preparar un libro como Sobre la lectura debe revisar a fondo su propio archivo en busca de las mejores imágenes. ¿Cómo es la experiencia de viajar en el tiempo a través de su obra? Capté todas las fotos que aparecen en este libro de manera improvisada durante mis cuarenta años de carrera. Cuando visito lugares alrededor del mundo, intento fotografiar las cosas que me interesan a nivel personal o que me generan curiosidad. Debo tener unos veinte temas recurrentes, como la lectura, el trabajo, la religión, los juegos y el fútbol. Cada vez que me cruzo con alguien que realiza alguna de estas actividades, siempre me paro, observo y hago fotos. Realmente tengo suficiente material para editar un segundo volumen sobre lectura. Estos temas son las huellas de mi trabajo y pueden considerarse una marca de estilo, casi como una visión poética de la realidad. Las imágenes se convierten en mi memoria de las ciudades y la mayoría se centran en la vertiente más humana de las personas. Para terminar, siento curiosidad por saber si usted acostumbra a llevar un libro en su equipaje cuando viaja por el mundo… Me gusta leer biografías de personajes históricos y siempre llevo un libro en la mochila cuando estoy trabajando. Entre las cosas que siempre llevo conmigo de viaje se puede encontrar ropa, un sombrero, un par de zapatos cómodos, el ordenador portátil, el móvil, mi cámara, una o dos ópticas, y el libro que esté leyendo en ese momento. 121
LIFE�STYLE Steve McCurry
rio, para rodar una película se necesitaba un celuloide especial y un equipo de sonido. La fotografía es más espontánea y esa aproximación era lo que me parecía más natural. ¿Qué recuerdos tiene de sus primeros proyectos como fotógrafo? Supongo que fue una época de descubrimiento y de experimentación con la cámara. Después de graduarme en el instituto, decidí hacer un gran viaje por América del Sur antes de empezar las clases en la universidad. Fue la primera vez que vagaba sin rumbo y que exploraba el mundo con la cámara. Recuerdo que hice mi primera foto buena en Ciudad de México. Resulta que había un hombre sin hogar durmiendo frente a una tienda de muebles y estaba al lado de un sofá nuevo expuesto en el escaparate. Esa yuxtaposición contaba una historia y reflejaba una realidad social. Desde entonces, eso es lo que quiero lograr con mis imágenes. La fotografía es especial gracias a su inmediatez y su espontaneidad. En 1978, después de haber trabajado varios años en los Estados Unidos, decidió recorrer la India y Asia como fotógrafo freelance. Evidentemente, muchos de aquellos países estaban en guerra… Mis fotografías de conflictos bélicos en varios lugares del mundo, incluido Afganistán, tienen más de veinte años de historia. Nunca me interesaron las guerras, sino las consecuencias que tenían en las personas… por ejemplo, los miles de civiles que quedaban atrapados en medio de zonas militarizadas o los refugiados. Hace mucho tiempo, hubo un periodo en mi carrera profesional en el que todo el trabajo se centraba en países en conflicto. Sin embargo, ahora prefiero retratar otro tipo de proyectos que me permiten descubrir sitios nuevos y conocer a gente que me genera curiosidad para aprender. El trabajo de los reporteros de guerra resulta fascinante y desconocido al mismo tiempo. ¿Podría contarnos cómo se preparó para cubrir aquellos conflictos bélicos? Viajé a Pakistán a los veinte años y conocí a varias personas de Nuristán, una provincia al otro lado de la frontera en el noreste de Afganistán. Me hablaron sobre los pueblos que el ejército afgano había destruido porque estaban asustados, enfadados y preocupados por el futuro de su país. Entonces les dije que era fotógrafo e, inmediatamente, me pidieron que contara su historia para que el resto del mundo supiera qué sucedía allí. Yo nunca había hecho fotos en zonas de guerra y, cuando vinieron a buscarme a la mañana siguiente, tuve que pensarlo dos veces antes de acompañarlos. No obstante, quería cumplir con mi compromiso porque creía que era una historia que necesitaba ser contada. Me vistieron con un viejo salwar kameez típico de la región y cruzamos ilegalmente la frontera de Afganistán. Estaba en una área prohibida, 120
Steve McCurry LIFE�STYLE
camino a una guerra, y recuerdo que hubo bombardeos. Después de cinco días, empecé a tener más confianza en mi trabajo, a pesar de que había momentos en los que deseaba estar en cualquier otro lugar. Sin embargo, tenía claro que me había metido yo solo en aquella situación y no iba a renegar de mi promesa ni a retroceder. A lo largo de su carrera también ha hecho fotos en campos de refugiados. ¿Qué opina sobre la situación que se vive actualmente en Europa con este problema tan relevante? Creo que siempre deberíamos tratar a la gente con dignidad, sin importar quiénes son o de dónde vienen. Es evidente que la situación actual de los refugiados en Europa requiere un gran trabajo y mucha creatividad para encontrar una posible solución. Mientras tanto, no debemos olvidar nuestra naturaleza humana y la necesidad de respetarnos los unos a los otros.
“SIEMPRE DEBERÍAMOS TRATAR A LA GENTE CON DIGNIDAD, SIN IMPORTAR QUIÉNES SON O DE DÓNDE VIENEN” El tema central de sus fotografías son personas realizando acciones cotidianas. ¿Acostumbra a interactuar con la gente antes de retratarlos o prefiere improvisar sobre la marcha? Al hablar por primera vez con alguien a quien me interesaría retratar, siempre intento mostrar una sonrisa amistosa y tratarlo con respeto. Entonces muchos aceptan ser fotografiados. La clave para comunicarme con alguien con quien no comparto idioma es comprender bien la situación que vive y los matices de aquel breve instante en el que coincidimos. Siempre resulta de ayuda tener al lado a una persona que conoce la cultura local y te puede aconsejar sobre los lugares que puedes o no puedes visitar como extranjero. Cuando eso no es posible, un lenguaje corporal no amenazante y una sonrisa son maneras universales de mostrar que no les harás daño. Tanto yo como la gente que retrato sentimos una atracción mutua, puesto que tenemos un rostro
parecido, aunque somos completamente distintos. Esa diferencia es fascinante porque, muchas veces, nuestras caras esconden una historia increíble. Hacer retratos implica esperar el momento adecuado en el que se revela la auténtica personalidad de la gente. Por otro lado, encontramos sus premiadas fotografías de viajes. ¿Qué tipo de planificación realiza habitualmente antes de visitar por primera vez un país? Quiero que la investigación previa me sirva para llegar a los lugares con una idea muy clara de lo que haré. Sin embargo, no tiene sentido perder el tiempo tratando de hacerte una imagen mental del país o de la ciudad porque siempre te acabará decepcionando. Las ideas preconcebidas no funcionan. Normalmente llego y me sumerjo en las situaciones cotidianas como punto de partida. Uno de los principios más importantes que he aprendido gracias a mi trabajo es tratar de llegar al núcleo de la historia que quieres contar. Encuentra la historia y bucea en ella. Demasiada preparación puede conducir a la procrastinación. Lo esencial es salir a la calle, sacar la cámara y reducir el tiempo que pasas investigando. Nunca debes parar de hacer fotos porque ese es tu objetivo principal. Al preparar un libro como Sobre la lectura debe revisar a fondo su propio archivo en busca de las mejores imágenes. ¿Cómo es la experiencia de viajar en el tiempo a través de su obra? Capté todas las fotos que aparecen en este libro de manera improvisada durante mis cuarenta años de carrera. Cuando visito lugares alrededor del mundo, intento fotografiar las cosas que me interesan a nivel personal o que me generan curiosidad. Debo tener unos veinte temas recurrentes, como la lectura, el trabajo, la religión, los juegos y el fútbol. Cada vez que me cruzo con alguien que realiza alguna de estas actividades, siempre me paro, observo y hago fotos. Realmente tengo suficiente material para editar un segundo volumen sobre lectura. Estos temas son las huellas de mi trabajo y pueden considerarse una marca de estilo, casi como una visión poética de la realidad. Las imágenes se convierten en mi memoria de las ciudades y la mayoría se centran en la vertiente más humana de las personas. Para terminar, siento curiosidad por saber si usted acostumbra a llevar un libro en su equipaje cuando viaja por el mundo… Me gusta leer biografías de personajes históricos y siempre llevo un libro en la mochila cuando estoy trabajando. Entre las cosas que siempre llevo conmigo de viaje se puede encontrar ropa, un sombrero, un par de zapatos cómodos, el ordenador portátil, el móvil, mi cámara, una o dos ópticas, y el libro que esté leyendo en ese momento. 121