Kat Reeder Ilustraciones con espíritu aloha
Podríamos debatir mucho sobre si los paraísos todavía existen en este mundo globalizado en el que vivimos, aunque ciertos lugares siguen asociándose a esta idea de perfección gracias a las leyendas que han circulado durante siglos y también a las experiencias que comparten en Instagram todas las personas que se han atrevido a descubrirlos. Para los artistas, el paraíso es el sitio que inspira sus obras y puede ir evolucionando con el paso del tiempo al ritmo de los amaneceres, de las mareas, de los monzones o incluso de los atascos en las autopistas. Seguramente existe un paraíso para cada etapa creativa. En el caso de la ilustradora Kat Reeder, su carrera profesional dio un giro inesperado al trasladarse de Miami a Honolulu hace más de una década, y allí desarrolló un estilo visual propio, con ecos del espíritu aloha local. Hoy, sus carteles con aires vintage anuncian películas de Hollywood, conciertos de artistas consagrados y grandes campeonatos de surf.
David Moreu. Imágenes
Te propongo remontarnos a los inicios de esta apasionante historia. ¿Cómo fue la experiencia de crecer en una ciudad tan icónica como Miami y cuándo descubriste tu pasión por el arte?
Miami es la cuna de mi lenguaje visual. Es una ciudad colorida, llena de energía y con gente hermosa llegada de todas partes del mundo. Allí estuve expuesta al arte con temporáneo, al arte caribeño y también al arte latinoamericano. Los artistas urbanos y la cultura latina eran elementos básicos de la vida cotidiana en esa ciudad en los años 90 y todos esos elementos se filtraron en mi manera de trabajar. Siempre tuve claro que quería tener una carrera como creativa, sobre todo en el mundo del arte comercial y publicitario. Nunca imaginé mi vida como ilustradora, pero, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que ese camino siempre es tuvo ahí.
El punto de inflexión llegó en 2009, cuando te mudaste a Hawái para trabajar como diseñadora gráfica. ¿Cómo era la escena artística local y qué recuerdas de tus primeras expo siciones?
Hawái es un lugar basado en la comu nidad. Si aceptas el estilo de vida de Hawái, Hawái te acepta a ti. Era esencial conocer cosas de Honolulu antes de mudarme y contacté con artistas locales mientras aun vivía en el continente. También viajé a Hawái varias veces para reunirme con gente de es tudios de diseño para que me dieran su opi nión sobre mi trabajo o, simplemente, para presentarme. ¡Entonces no había reuniones por Zoom! Me familiaricé con la escena ar tística local y, al mudarme, me puse manos a la obra. No había ningún tipo de garantía de éxito para una recién llegada como yo, por ese motivo recibí cada oportunidad que se me presentó con gratitud. Siento mucho respeto por las mujeres hawaianas y su her mosa aura. Ese amor estableció las bases de mi trabajo y resulta que conectó con la gente de manera especial.
Tu obra abarca muchos formatos, pero sientes predilección por los car teles. Uno que te abrió muchas puer tas fue el del Vans Women’s Triple Crown of Surfing. ¿Qué supuso a nivel profesional?
La oportunidad de hacer el cartel del Triple Crown surgió poco después de orga nizar mi primera exposición en una galería. La esposa del coordinador de este campeo
nato de surf visitó la exposición y le gustó mi estilo porque los artistas digitales aun no eran demasiado habituales en la escena local. Contactaron conmigo y aproveché la oportunidad con los ojos cerrados. En aquella época no estaba al corriente de la enorme popularidad que tenía ese evento en el mundo del surf y, realmente, me abrió mu chas puertas. Desde entonces aplaudo a las organizaciones que consideran importante colaborar con el talento local. He tenido la suerte de trabajar con diversas empresas cuya misión ha sido apoyar la escena ar tística local. Esto requiere agallas, respeto por la comunidad y una visión muy clara. No puedo estar más agradecida a todas esas personas.
Otro cartel que ha tenido mucha proyección internacional ha sido el de la película Licorice Pizza de Paul Tho mas Anderson. ¿Cómo fue el proceso creativo para un gran estudio de Ho llywood?
El proceso creativo fue maravilloso y también largo. Trabajé con el equipo creativo que estaba en contacto directo con el mismí simo Paul Thomas Anderson y él estuvo muy involucrado a la hora de establecer el estilo visual de la campaña de marketing. El equipo imaginó un diseño que hacía referencia a las sensaciones de alcanzar la mayoría de edad en los años 70, repleto de guiños divertidos al Valle de San Fernando. Los diseños iniciales giraban en torno a las máquinas de pinball, un concepto que era genial para explorar gráfi camente. Hubo diversas reuniones y muchas revisiones a medida que todo evolucionaba, incluso el título de la película. Sin lugar a du das, fue un proyecto que tuvo vida propia de principio a fin. Doy crédito al equipo creativo por el diseño final, que combinó algunos ele mentos de conceptos anteriores.
¿Cómo es un día de trabajo en tu estudio y qué técnicas de ilustración utilizas? Tengo entendido que descu briste las herramientas digitales muy pronto, pero que aun dibujas en un cuaderno.
Tengo suerte porque mi apartamento tiene vistas a Honolulu, así que me llega una buena inspiración todos los días. Cuando ha ces lo mismo día tras día es fácil aburrirse o ser complaciente. Hacer malabarismos con varios proyectos al mismo tiempo me ayu da a mantenerme alerta. He adoptado una rutina de dibujo completamente digital con la app Procreate y mi iPad que me permite
dibujar cada vez que se me ocurre una idea. Sin embargo, con la voluntad de desafiarme a mí misma, a veces me gusta volver a lo viejo para dibujar… es decir, el papel, el lá piz e incluso el ratón del ordenador.
Tu chica Aloha esconde referen cias a la cultura pop, a las pin-up, al arte tiki, al glamour de los años 70, al cine y a la música. ¿Crees que se ha perdido algo por el camino con el mundo digital?
Sin duda algo se ha perdido con el arte digital. Pero, afortunadamente, tam bién se han recuperado cosas. La cultura pop vintage fue el primer “arte” que con sumimos siendo niños, cuando nuestras mentes estaban libres de cinismo y llenas de creatividad. Lo encontrabas en las cajas de los juguetes, en los dibujos animados, en las carpetas del colegio, en los carteles de las películas y en los cómics. La ilus tración lo impregnaba absolutamente todo en nuestra infancia y hoy, con la idea de gratificación instantánea y las redes socia les, ansiamos esos pedacitos de nostalgia. En un giro maravilloso del destino, las re des sociales nos han brindado un espacio global para promover el arte con alma y celebrar el diseño vintage Hiciste un post en tu blog titulado Cuando el arte y la música se juntan, porque la música es muy importante en tu vida. ¿Cómo surgió tu estrecha colaboración con artistas como Hirie y Ozomatli?
Trabajar con músicos es el canal perfecto para mi arte y nunca me pongo a dibujar sin una playlist adecuada. A veces, la música que me gusta dicta el resultado. Otras veces, como en los trabajos por en cargo, se trata de música relevante para el tema que me toca dibujar. En este mo mento, por ejemplo, estoy trabajando en un calendario con ilustraciones de chicas muy hermosas de todo el mundo. Escu ché calypso vintage para Jamaica, mambo vintage para Cuba, etc. Utilizo el adjetivo vintage porque hay algo en el sonido granu lado de la música antigua que se refleja en mis obras. Últimamente estoy enamorada de la música de Rosalía. Su arrogancia tan cool me hace pensar en una chica saliendo de mis pinturas. Me atraen mucho las artis tas que empujan los límites de la cultura y son ellas mismas, sin tener que disculpar se. No hace falta decir que colaborar con ella sería uno de mis sueños.
Hoy vivimos en un mundo glo balizado gracias a las redes sociales. ¿Crees que el arte todavía puede cambiar la sociedad como la gente, los escritores y los músicos creían en la década de los 60?
El arte puede cambiar y cambiará los corazones de las personas. Eso es así porque el arte no toca solamente tu mente, sino que también toca tu alma. La ilustra ción supone un esfuerzo emocional para el artista, que busca transferir esa emoción al espectador. Existe un arte político que car ga con el mayor peso a la hora de inspirar a las masas. Sin embargo, la ilustración cotidiana tiene un radio de acción más lo calizado y personal. Además, nos recuerda los placeres simples que también nos hacen humanos.
¿Qué puedes contarnos sobre tu experiencia personal como ilustrado ra durante la pandemia y el confina miento? Esta crisis puede ofrecernos la oportunidad de no repetir errores del pasado.
Todos nos acostumbramos a los patro nes culturales, aceptando los sistemas por lo que son. Un cambio que observé durante la pandemia fue el aumento del espíritu em prendedor y de la autoexpresión. Los creati vos hechos a sí mismos están brotando en todas partes del mundo, ya no se limitan a los autodenominados “guardianes” del arte y de la cultura pop. Mucha gente se dio cuenta de que los trabajos no siempre son estables, así que montaron negocios para recuperar el control de sus vidas. Estamos viendo más arte, estamos escuchando más voces, estamos leyendo mejores historias y estamos creando un equilibrio entre el trabajo y la vida que es más favorable para nuestra salud mental colectiva.
Por último, una pregunta de cien cia ficción: si tuvieras una máquina del tiempo, ¿a qué sitio y a qué época viaja rías? ¿A quién te gustaría conocer?
Si tuviera una máquina del tiempo como la que propones, iría a conocer a Frida Kahlo y le mostraría las cosas fabulo sas que han logrado las artistas femeninas. También iría a buscar a la primera artista de mi árbol genealógico y le diría que esos espíritus fantasmales que la persiguen en realidad se llaman Inspiración. Le diría que sueñe a lo grande, que siga dibujando y que lo guarde todo en una cajita a buen recaudo para que yo lo descubra algún día.