L A R E V IS TA T R IMES T R A L D E L A R ED D E C O N CESI O N A R I O S q uadis | i nvi e rn o 2016 | n ° 5
‘motor drive’ Los coches del ‘rock ’n’ roll’ Carlos Ruiz Zafón | motor Berlinas de ensueño via jes Karelia, el invierno per fecto
entre vista
Bruce Spring steen, fotog rafiado por Danny Clinch, en el Asbur y Park Boardwalk de Nueva Jer sey, en 20 07.
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El mito Chuck Berry en una sesión de fotos promocionales.
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Fotografiando el ‘rock’ y sus coches
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Danny Clinch es uno de los fotógrafos de ‘rock’ más respetados del mundo. acaba de presentar un libro titulado ‘Motor Drive’. Retrata en él a algunas de las mayores estrellas de la música posando junto a sus flamantes coches
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Sobre estas líneas, Pat Smear, exmiembro de Nirvana y de Foo Fighters en una reproducción de una hoja de contactos. En la siguiente página, el grupo de música Green Day, posando
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dentro de un taxi en la ciudad de Nueva Orleans. La imagen se publicó en blanco y negro en una revista de tendencias, pero Clinch la dio a conocer en color en una exposición.
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Texto David Moreu Fotos cedidas por
Danny Clinch
La imagen es inconfundible y la hemos visto cientos de veces en películas y documentales, pero sigue despertando la misma fascinación que el primer día. Corría la década de los 50 y el rock ‘n’ roll sonaba en todas las emisoras de radio de los Estados Unidos mientras el país aún estaba dividido por la segregación racial. Entonces los jóvenes tomaban las calles con sus coches deportivos, los centros comerciales pasaron a ser los nuevos templos del ocio y los autocines vivían su época de esplendor, consagrando a mitos como James Dean y sembrando el terror con películas baratas de ciencia ficción. Por primera vez, surgía una generación rebelde y consumista, que soñaba con ser libre y quería diferenciarse del resto del mundo, sin prestar demasiada atención al futuro. Evidentemente, nadie imaginaba que esa actitud inconformista se convertiría en leyenda. Más de medio siglo después de aquel estallido cultural que puso banda sonora a tantos momentos decisivos de la historia, el reputado fotógrafo Danny Clinch ha querido ir un paso más allá y reflejar la relación que todavía existe entre los músicos más famosos y los automóviles. El resultado es un libro en edición limitada titulado Motor Drive, que recoge el trabajo realizado durante una década de
Danny Clinch ha retratado a cientos de artistas, pero su carrera siempre estará marcada por su estrecha amistad con Bruce Springsteen
viajes y giras por Norteamérica, aunque la mejor manera de conocer los secretos que esconden sus páginas es retrocediendo en el tiempo hacia los orígenes del proyecto.
Acariciando el cielo La carrera de Danny Clinch ha sido meteórica hasta alzarse como el fotógrafo de rock más influyente del mundo. Sus exposiciones son eventos multitudinarios que congregan a celebridades del espectáculo, su anterior libro recibió críticas entusiastas y las grandes estrellas sueñan con sus retratos en la ceremonia de los premios Grammy. Pero lejos de acomodarse en esa burbuja de glamur, Clinch busca constantemente plantearse nuevos retos profesionales. Hace un par de años, se encerró en su estudio para revisar su extenso archivo
en busca de inspiración. Entre los miles de negativos, de discos duros y de hojas de contactos, descubrió un tema recurrente en su obra al que apenas había prestado atención: músicos y coches. Ese descubrimiento fue tomando forma a medida que hacía nuevas sesiones de fotos. Además, la idea enlazaba claramente con su afición por los automóviles, que heredó de su padre. No en vano, el señor Clinch había sido un amante de los Hot Rods en los años 50 y contagió la misma pasión a su hijo cuando este solo era un niño que lo acompañaba en el asiento del copiloto. “Mi padre siempre estaba montando, desmontando y reparando motores de coches y de motocicletas, porque le encantaban”, nos explica el fotógrafo desde su estudio. “Me enseñó a conducir cuando tenía seis años y me dejó bien claro que los automóviles y el rock ‘n’ roll habían tenido una estrecha relación a lo largo del tiempo”, añade. Esos recuerdos de juventud fueron mezclándose poco a poco con las fotografías que a lo largo de su carrera había hecho a grandes estrellas. Con la ayuda del reconocido diseñador gráfico Alex Nowak empezó a dar forma a un libro único en su especie. La base del proyecto consistía en seleccionar imágenes que transmitieran los momentos de tranquilidad e intimidad que los músicos retratados por Clinch disfrutaron en sus coches, lejos de los escenarios. Unos instantes que pocas veces aparecen en los medios de comunicación, pero que describen a la perfección el carácter de cada artista y su estilo de vida: la elección del vehículo nunca es al azar. En algunos casos, se hace evidente el estatus de las estrellas y su voluntad de ostentar; en otros, sale a relucir el deseo de pasar desapercibidas o de conducir modelos de coleccionista. Sin embargo, el alma del proyecto radica en una motivación más personal del fotógrafo norteamericano: dar a conocer las anécdotas que había compartido con los músicos durante las sesiones y que nunca había contado a nadie hasta ahora.
Grandes estrellas Una de las instantáneas más emblemáticas tiene como protagonista a Chuck Berry, el auténtico pionero del rock ‘n’ roll 39
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que ya recorría los clubes nocturnos del sur de los Estados Unidos con su guitarra eléctrica varios años antes de que apareciera Elvis Presley en escena. Cuando Danny Clinch tuvo la oportunidad de fotografiar a esta leyenda de la música en 2011, decidió alquilar un hermoso Cadillac para que fuese el complemento perfecto de los retratos. Sin embargo, se encontró con un problema inesperado que estuvo a punto de terminar con la sesión antes de tiempo. “El músico se negó rotundamente a posar junto a ese coche porque no era el suyo”, nos explica con voz seria. “Al cabo de un rato, lo convencí
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para que mirara hacia fuera, entonces vio el automóvil aparcado y se emocionó, porque se sabía de memoria todas sus características: el modelo, el año de fabricación, la cilindrada del motor...”. El artista afroamericano cambió de opinión y aceptó entusiasmado ser retratado junto al Cadillac por el simple hecho de que era un modelo clásico de 1959. El resultado es una de las imágenes más divertidas y honestas de su carrera. La historia de la foto de Neil Young reflejado con su sombrero en un retrovisor también es bastante ilustrativa de la manera de trabajar de Danny Clinch.
En 2005 viajó a Nashville con el encargo de fotografiar al cantante canadiense durante sus conciertos en el Ryman Auditorium. El mánager del artista prometió al fotógrafo que dispondría de una hora para retratarlo en el hotel. En su búsqueda de ideas originales para la sesión, recordó que a Young le fascinaban los coches antiguos. En aquel momento, Clinch tuvo la gran suerte de localizar un Cadillac de 1947 que estaba a la venta. No resultó complicado convencer al dueño para que lo llevara al patio del hotel donde se hospedaba el músico. Neil Young no dudó ni un segundo en
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En la página anterior, el grupo neoyorquino Brazilian Girls, en una secuencia improvisada. En esta página, de arriba a abajo y de izquierda a derecha: los iconos del hip hop Public Enemy en un parque de Long Island (Nueva York); Dave Grohl, exbatería de Nirvana y líder de Foo Fighters; y Ringo Starr, el carismático batería de The Beatles.
prestarse a las intenciones de Clinch, al contrario. Salieron a dar una vuelta por carreteras secundarias con el propietario, atento, sentado en el asiento trasero. Mientras Young disfrutaba al volante, el fotógrafo hacía los malabarismos necesarios con su cámara para encontrar los mejores ángulos. Lo más curioso fue que el mánager les exigió que terminaran pronto la sesión para realizar la prueba de sonido previa al concierto, pero fue la propia estrella musical la que decidió alargar el trayecto y la diversión. Otro instante irrepetible sucedió junto a Green Day, la banda que volvió a
poner de moda el punk en 1994 gracias a las ventas millonarias de su tercer álbum. Danny Clinch se encontró con ellos en Nueva Orleans, coincidiendo con una parada de su gira norteamericana. En la ciudad, el fotógrafo quedó impresionado por la gran variedad de taxis que circulaban por las calles. Había encontrado el mejor escenario posible para fotografiar a la banda y decidió pedir prestado uno. “Nos trajeron ese vehículo naranja e inmediatamente tuve claro que sería un complemento perfecto porque ellos llevaban los cabellos teñidos de distintos colores”, nos cuenta en tono divertido. “Entonces
les propuse que se metieran dentro del maletero, se animaron enseguida y fue una experiencia muy divertida”, añade. La foto se publicó en una revista de tendencias en riguroso blanco y negro, pero la versión en color que se expuso en varias galerías resultó aún más impactante, convirtiéndose en un emblema de la música alternativa.
Amistades influyentes Recientemente, el fotógrafo retomó su colaboración con el diseñador de moda John Varvatos para crear la imagen de la campaña #PEACEROCKS en beneficio de
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A la izquierda, Bruce Springsteen, posando dentro de su coche, en el Asbury Park Boardwalk de Nueva Jersey, en 2007. A la derecha, Neil Young conduciendo por carreteras secundarias de Nashville en 2005. Abajo, Danny Clinch posa para Bruce Springsteen, apoyado en la ventana del coche del músico.
la Fundación David Lynch. Al proyecto se sumó un protagonista de excepción. Ni más ni menos que Ringo Starr, el célebre batería de The Beatles. El proyecto fue evolucionando y ambos –Clinch y Varvatos– acabaron involucrándose en la fundación del artista inglés (The Ringo Starr Peace & Love Fund). Grabaron, incluso, un spot promocional que contó con la participación de otros baterías como Matt Sorum (Guns N’ Roses) o Chad Smith (Red Hot Chili Peppers). Entonces, explica Clinch, “empezaron a contratarme para sesiones de publicidad porque querían que hiciera el mismo tipo de fotos de rock que ya habían visto”. “El gran atractivo de hacer anuncios es que los músicos con los que colaboras también son artistas y no se rigen por ningún tipo de normas”, apunta. La campaña fue un gran éxito, porque todos los invitados aparecían haciendo el signo de la paz para concienciar a la gente y lograron que esa imagen tan emblemática se convirtiera en trending topic en las redes sociales. En una de aquellas sesiones de publicidad, Ringo Starr apareció con su flamante coche descapotable y el fotógrafo 42
aprovechó para captar diversas instantáneas del momento. Una de ellas aparece en las páginas de Motor Drive mostrando a la estrella en todo su esplendor. Con todo, y a pesar de que Danny Clinch ha retratado a cientos de artistas, su carrera siempre estará marcada por la estrecha amistad que le une a Bruce Springsteen. Todo comenzó en 1999, cuando el cantante reunió a The E Street Band después de un par de discos en solitario. El fotógrafo justo le había mandado un ejemplar de su primer libro. “En aquella ocasión le dejé una nota que decía: ‘Estas son mis fotos y aquí me tienes para lo que necesites’, porque yo también soy de Nueva Jersey”, recuerda con una sonrisa de complicidad. Y sigue: “Resulta que le entregaron el libro, le encantaron mis retratos y me pidió que hiciésemos una sesión”. El resultado fue tan satisfactorio para ambos que, desde entonces, se ha encargado de todas las portadas de los álbumes y del material promocional del artista. Asimismo, Bruce Springsteen aceptó escribir el prólogo de su
Pa r a sa b e r m ás . . .
Danny Clinch se define como una persona que adora la música. A lo largo de su carrera ha retratado a las mayores estrellas del rock, ha dirigido documentales sobre artistas de culto, ha realizado videoclips muy populares y se ha consagrado como el fotógrafo oficial de los premios Grammy. Cuando no está recorriendo el mundo con la cámara, es habitual que toque la armónica con su banda, The Tangiers Blues Band. También es una celebridad en Instagram: @dannybones64
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en confianza
EL FOTÓGRAFO DE LOS GRAMMY La ceremonia de entrega de los Grammy se ha consagrado como una cita ineludible para las mayores estrellas de la música y congrega a millones de espectadores delante de la pantalla del televisor. Es uno de los eventos más glamurosos que existen y acapara titulares en la prensa internacional. Pero detrás de la imagen mediática que todos conocemos, también existe una parte privada que pocas veces trasciende más allá de sus protagonistas famosos.
anterior libro y lo convirtió una especie de ensayo sobre el poder de la música. Aprovechando esta estrecha relación profesional tan poco frecuente, ambos se han atrevido a proponerse retos que en otros casos serían impensables por falta de confianza. El ejemplo más evidente es la sesión que hicieron en el Asbury Park Boardwalk de Nueva Jersey, en 2007, con el coche del artista como eje central que dio lugar a una serie de fotografías enigmáticas y un cierto punto místico. Una de aquellas imágenes ilustra la portada de este número de QUADIS. Otros colaboradores ilustres de Clinch son músicos de renombre como el cantante Eddie Vedder (Pearl Jam) que posó con su jeep; el icono del country Willie Nelson, retratado en la parte trasera de su autobús de gira; la banda Public Enemy; Ben Harper, que aparece con su Chevrolet Impala de 1962; James Hetfield (Metallica) y su ranchera decorada con unos cuernos sobre el capó; o, incluso, el rapero Nas y su impresionante Bentley. En Motor Drive también destaca la presencia de Dave Grohl (líder de Foo Fighters) conduciendo
su adorado AMC Rambler de los años 60, en una imagen completamente alejada de su aura de estrella. “Lo divertido es que no se trataba de un Hot Rod deslumbrante, sino que parecía el coche de una señora mayor”, bromea Clinch. “A él no le importó en absoluto y recorrimos toda la ciudad para hacer las fotos. Dave sabe cómo pasar un buen rato y siempre está riendo”. Además, el libro llama la atención porque otros muchos detalles están estrechamente relacionados con el mundo del motor. La funda se confeccionó de forma artesanal con el mismo material que se utilizaba para tapizar los asientos de los coches en los 60. El prólogo corre a cargo del guitarrista Tom Morello (Rage Against The Machine) y el libro tiene justamente 340 páginas, como homenaje a la cilindrada de su Dodge Demon de 1971. Incluso el precio, 502 dólares, es un guiño al motor más potente que se fabricaba en la década de los 70 (el 502 GM que llevaban la mayoría de Cadillacs). Sin duda, una obra que entusiasmará a los amantes del motor, de la fotografía y de la magia del rock ‘n’ roll.
El ritual siempre es el mismo. Cada artista premiado recibe la estatuilla en forma de gramófono de manos de un compañero de profesión, pronuncia el discurso de agradecimiento y después se dirige a la parte trasera del escenario donde las cámaras de televisión no tienen acceso. La primera persona que los recibe en el backstage es Danny Clinch, el fotógrafo oficial de la ceremonia desde el año 2003. En medio de aquel laberinto de pasillos repleto de bailarinas, técnicos de luces y cargamentos de vestuario se improvisa un plató minúsculo para retratar a los galardonados en plena euforia, antes de que hablen con los periodistas. Un momento fugaz, íntimo e irrepetible que encierra las mayores emociones de la noche. Sin embargo, esas fotografías tan especiales casi nunca salen a la luz y se convierten en un regalo de cortesía de la organización para los premiados. Solamente ciertos retratos muy destacados acaban apareciendo en el anuario de los Grammy, acompañados por los comentarios del propio Danny Clinch. “Cuando estoy en medio de la sesión, intento no entrometerme en nada de lo que sucede y crear un ambiente muy relajado de trabajo”, nos comenta sonriendo. “Me gusta que sea como una reunión de amigos en la que ellos también colaboran conmigo”. Algunas de las célebres instantáneas que Danny Clinch ha inmortalizado en blanco y negro durante los Grammy están protagonizadas por Beyoncé, Pharrell Williams, Taylor Swift, Jay-Z, Lady Gaga, Paul McCartney, Foo Fighters, Ben Harper o el mismísimo James Brown.
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