encuentros T E X T O :
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una experiencia muy divertida y acabaron pidiéndome que les hiciera fotos de promoción en Nueva York. Blind Melon fue una de las primeras bandas que me permitió entrar en el estudio de grabación mientras trabajaban, viajar en su autobús de gira y fotografiarlos durante sus viajes. Incluso los acompañé a Europa. Entonces empecé a documentar su trayectoria y Shannon me animó a tocar la armónica, algo que todavía hago en la actualidad. Pero, de repente, él murió. Fue un momento terrible para todos nosotros y nos dejó hundidos. Tengo entendido que en aquella época de grandes cambios y de dudas existenciales ya te planteaste rodar un documental sobre la historia de la banda… La banda trató de averiguar qué hacer durante varios años. Algunos miembros trabajaron en otros proyectos, pero nunca dejaron de buscar a un nuevo cantante. Entonces nos planteamos hacer un documental sobre Blind Melon que reflejara esa época tan intensa que estaban viviendo. Realmente lo empezamos y coincidió que encontraron a Travis Warren, que tiene un rango vocal único y podía cantar las canciones de Shannon. Mientras estaba centrado en esa idea, la novia de Shannon me dio una caja con decenas de cintas de video que él había grabado. Recuerdo que me dijo: “Puede que este material te sirva para el documental”. Cuando lo visionamos nos dimos cuenta de que podíamos contar la historia a través de la mirada de Shannon y de sus grabaciones porque era incansable y lo capturaba todo con su cámara: el momento del desayuno, la banda, él haciendo demos, él destruyendo habitaciones de hotel, él drogándose e incluso el nacimiento de su hija. Por este motivo hemos sido capaces de hacer All I Can Say utilizando únicamente este material. Tuviste un acceso privilegiado a Blind Melon durante su ascenso a la fama. ¿Eras consciente de que Shannon Hoon estaba obsesionado por grabar su vida con una cámara de video? Todos sabíamos que Shannon grababa y, a veces, le decíamos: “¡Aparta la cámara de aquí!”. Lo más interesante es que empezó a hacerlo antes de ser famoso porque quería documentar su vida. Hasta el extremo de registrar lo que aparecía en los noticiarios de televisión, como el juicio de O.J. Simpson, Tonya Harding y los disturbios de Los Ángeles de 1992 con Rodney King. Grabó sus inicios con la banda, las sesiones del primer álbum y dejó constancia de su ascenso al estrellato. También se grababa a sí mismo cuando aparecía en televisión porque le encantaba documentar las cosas y en un momento concreto dice: “Mi vida avanza tan deprisa ahora mismo que quiero documentarla, así en el futuro podré mirar hacia atrás para darme cuenta de lo que me he perdido y de lo que hice”. Tenía la intención de poner un pie en el mundo del cine y ese tipo de cosas. De algún modo nosotros hemos acabado la película que él empezó y la idea del tiempo se ha convertido en un personaje más de la narración. Viendo All I Can Say te das cuenta de que todo va muy deprisa y que a ese tipo que acababa de ser
padre le quedaba muy poco tiempo de vida. Eso te golpea muy fuerte. En lugar de hacer un documental con entrevistas actuales a sus compañeros e imágenes de archivo, has optado por utilizar únicamente las grabaciones personales de Shannon Hoon… Hemos contado la historia a través de los ojos de Shannon y no sé si existe algún documental parecido donde el propio protagonista aparezca grabándose a sí mismo. Teníamos claro que no se trata de una película sobre Blind Melon ni de un documental de música típico. Es como un experimento que tiene una gran historia detrás. El argumento trata sobre esta persona que se vuelve famosa y pasa a estar bajo el punto de mira de todo el mundo. Pero al final habla de adicciones, de problemas mentales y de que la vida puede ser muy corta porque no sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina. Es una película única en términos de realización. Creo que gustará a los fans de Blind Melon y a los aficionados al cine que se
encuentros
}
Se trata de un documental especial y poner demasiada música no contribuía a la historia. No queríamos que fuera como un videoclip, sino que resultara personal. Decidimos subtitular las canciones cuando Shannon canta porque eso te ayuda a entender qué pensaba en aquel momento. En una escena habla sobre su adolescencia y de los problemas que tuvo con su familia, y a continuación aparece cantando un fragmento de la canción «I Wonder» donde dice: “And I only wanted to be sixteen and free”. Todo forma parte de la narración y no queríamos poner canciones aleatorias por el simple hecho de que son bonitas. Yo era quien proponía a Taryn y Colleen poner más escenas de Shannon grabando demos. Lo discutimos mucho y al final acabé entendiendo su visión. Por este motivo solo pusimos lo que servía a la historia. Muchas cosas que quedaron fuera aparecerán en los extras del DVD para que los fans las vean. En una de las escenas más memorables aparece Shannon Hoon con su hija, que solo tenía tres meses cuando él murió. ¿Contasteis con ella y con su madre durante el proceso de producción? En la producción solo participaron Taryn, Colleen, un servidor y un círculo muy reducido de gente, nadie más. La banda y la familia me dieron las cintas de video y me dijeron: “Tú te encargas de esto”. Cuando terminamos el documental, me sorprendió que nadie tuviera nada que objetar y que no me pidieran hacer cambios. Todo el mundo nos dijo que habíamos hecho un retrato honesto de Shannon porque no ignoramos el tema de las drogas, los problemas familiares, su vertiente creativa y lo divertido que era estar a su lado. Nico, su hija, nunca pudo hablar con él. Todo lo que había visto eran cosas de YouTube y entrevistas donde hablaba de la banda con una voz forzada. Gracias al documental es como si pudiéramos pasar otra vez tiempo con él porque Shannon habla directamente a cámara. Aparece relajado, puedes conocer a la persona que hay detrás del artista y te preocupas por él. Nico se levantó después de la proyección y nos dijo: “Gracias por este regalo y por haberme permitido compartir otra vez tiempo con mi padre”. El documental se financió mediante una campaña de Kickstarter y ha recibido críticas excelentes. ¿Cómo recuerdas la presentación en el Tribeca Film Festival y la reacción posterior? El festival fue increíble y creo que el público entendió la historia que queríamos contar. Mucha gente salió conmovida de la proyección porque habían perdido a seres queridos por culpa de enfermedades mentales o de las drogas. Se emocionaron y lloraron. También se generaron discusiones positivas gracias al tema de la película y esto me encanta. Se habló de las tentaciones que conlleva la vida en la carretera cuando eres artista y del hecho de que la gente creativa es más susceptible de engancharse a las drogas o sufrir enfermedades mentales. Nosotros colaboramos con la organización MusiCares, que está vinculada a los Grammy y a la Academia Nacional de Artes y
Trata sobre esta persona que se vuelve famosa y pasa a estar bajo el punto de mira de todo el mundo. Pero al final habla de adicciones, de problemas mentales y de que la vida puede ser muy corta
Danny Clinch
Un hombre curioso. Parece estar en todas partes al mismo tiempo con una cámara colgando del hombro. Estrena película sobre el desaparecido cantante de Blind Melon y nos cuenta su proceso de realización.
Danny Clinch en su puesto de trabajo: ‘’Mi fotografía ha influido a mi aproximación cinematográfica y viceversa’’
EL TESORO ESCONDIDO DE SHANNON HOON S
eguir su día a día en las redes sociales significa emprender un viaje por las alfombras rojas de Hollywood, estar en la trastienda de la gala de los premios Grammy, acompañar a bandas de rock por los escenarios de medio mundo, presenciar el trabajo de diseño de portadas de discos superventas y asistir a exposiciones de fotografía en su galería de Nueva Jersey. Aunque pueda parecer sorprendente, en los últimos años también se ha atrevido a poner un pie en el mundo del documental y hace unos meses estrenó la esperada película All I Can Say, un retrato íntimo y apasionado del cantante Shannon Hoon. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Danny Clinch para conocer su faceta de director, el reto de 24 | RUTA 66
contar historias sinceras para la gran pantalla y sus aventuras junto a Blind Melon. Un rompecabezas de proporciones épicas que él mismo se encarga de descifrar. En los últimos años has realizado documentales sobre Ben Harper, Pearl Jam y la Preservation Hall Jazz Band. ¿Te ha supuesto un reto profesional pasar de la fotografía al cine? Hubo momentos un poco complicados, aunque la fotografía y los documentales comparten la misma esencia: contar buenas historias. Debido a mi pasado como fotógrafo, me di cuenta de que tenía muchas ganas de empezar a mover la cámara. Al principio, sobre todo en los proyectos con Ben Harper, recuerdo que me
movía y rodaba por todas partes. Entonces creía que todo era asombroso, en lugar de centrarme en una única cosa y dejar que ese detalle contara la historia. En el fondo se trata de saber narrar y fue una transición bastante natural. Además, mi fotografía ha influido a mi aproximación cinematográfica y viceversa. Tiene que ver con cierta estética porque me siento atraído por un estilo clásico y honesto tanto en el cine como en la foto. Una de las grandes sorpresas del pasado Tribeca Film Festival fue el estreno del documental All I Can Say sobre Shannon Hoon. ¿Cuándo empezaste a colaborar con Blind Melon? Me contrataron en la gira de MTV 120 Minutes donde participaban Live, Blind Melon, Public Image Limited y Big Audio Dynamite. Nos conocimos al principio de aquel tour e inmediatamente nos hicimos buenos amigos. Fue
interesan por cosas nunca antes vistas. En referencia al tema de las adiciones, en una escena presenciamos la charla telefónica entre Shannon Hoon y Mike McCready de Pearl Jam. ¿Tuviste que pedirle permiso para utilizarla? Lo que sucedió es que Mike telefoneó a Shannon para hablar sobre sus respectivas experiencias en rehabilitación, cómo se habían sentido y los problemas que habían tenido que afrontar. Me puse en contacto con Mike porque creía que era honesto pedirle permiso. Entonces le mandamos el clip del video para que lo viera y aceptó de inmediato. Estoy convencido de que pensó que sí al incluir esa escena ayudábamos a alguien que viera la película, ya habría sido útil. Los documentales de música se han convertido en una ventana abierta a historias personales y otras épocas. ¿Crees que All I Can Say podría ser una radiografía del rock de los años noventa? Creo que la cultura de los años noventa interesa a la gente porque ya tenemos cierta distancia y la recordamos de manera divertida. Cuando se habla de los artistas que hemos perdido, como Layne Staley, Kurt Cobain, Andy Wood y recientemente Chris Cornell, nadie menciona a Shannon. Siempre lo dejan fuera, como si no importara. Creo que no es justo porque tenía un talento increíble y la música de Blind Melon fue importante. Con un poco de suerte, la gente lo redescubrirá con este documental. Además, hay muchos artistas jóvenes que lo ven como una inspiración. Por ejemplo, me consta que The Avett Brothers, Jim James de My Morning Jacket y Brian Fallon de The Gaslight Anthem lo admiran mucho. Uno de los aspectos más originales del documental es que las únicas canciones que aparecen son interpretaciones en acústico de Shannon Hoon. ¿Tuviste alguna duda al respeto?
+ INFO
Su actitud nada intrusiva, respetuosa con la intimidad del fotografiado, ha permitido a Danny Clinch encararse a los más grandes. Johnny Cash y Beastie Boys, Björk y Tom Waits, Radiohead y Bob Dylan, Neil Young o B.B. King. ‘’Me siento afortunado de haber podido retratar a un grupo tan variado de músicos y no solamente de un género’’, dice Clinch. ‘’Tengo a Tupac Shakur y a Willie Nelson, y a todos los que están en medio’’.
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encuentros T E X T O :
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M O R E U :
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F I L M
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una experiencia muy divertida y acabaron pidiéndome que les hiciera fotos de promoción en Nueva York. Blind Melon fue una de las primeras bandas que me permitió entrar en el estudio de grabación mientras trabajaban, viajar en su autobús de gira y fotografiarlos durante sus viajes. Incluso los acompañé a Europa. Entonces empecé a documentar su trayectoria y Shannon me animó a tocar la armónica, algo que todavía hago en la actualidad. Pero, de repente, él murió. Fue un momento terrible para todos nosotros y nos dejó hundidos. Tengo entendido que en aquella época de grandes cambios y de dudas existenciales ya te planteaste rodar un documental sobre la historia de la banda… La banda trató de averiguar qué hacer durante varios años. Algunos miembros trabajaron en otros proyectos, pero nunca dejaron de buscar a un nuevo cantante. Entonces nos planteamos hacer un documental sobre Blind Melon que reflejara esa época tan intensa que estaban viviendo. Realmente lo empezamos y coincidió que encontraron a Travis Warren, que tiene un rango vocal único y podía cantar las canciones de Shannon. Mientras estaba centrado en esa idea, la novia de Shannon me dio una caja con decenas de cintas de video que él había grabado. Recuerdo que me dijo: “Puede que este material te sirva para el documental”. Cuando lo visionamos nos dimos cuenta de que podíamos contar la historia a través de la mirada de Shannon y de sus grabaciones porque era incansable y lo capturaba todo con su cámara: el momento del desayuno, la banda, él haciendo demos, él destruyendo habitaciones de hotel, él drogándose e incluso el nacimiento de su hija. Por este motivo hemos sido capaces de hacer All I Can Say utilizando únicamente este material. Tuviste un acceso privilegiado a Blind Melon durante su ascenso a la fama. ¿Eras consciente de que Shannon Hoon estaba obsesionado por grabar su vida con una cámara de video? Todos sabíamos que Shannon grababa y, a veces, le decíamos: “¡Aparta la cámara de aquí!”. Lo más interesante es que empezó a hacerlo antes de ser famoso porque quería documentar su vida. Hasta el extremo de registrar lo que aparecía en los noticiarios de televisión, como el juicio de O.J. Simpson, Tonya Harding y los disturbios de Los Ángeles de 1992 con Rodney King. Grabó sus inicios con la banda, las sesiones del primer álbum y dejó constancia de su ascenso al estrellato. También se grababa a sí mismo cuando aparecía en televisión porque le encantaba documentar las cosas y en un momento concreto dice: “Mi vida avanza tan deprisa ahora mismo que quiero documentarla, así en el futuro podré mirar hacia atrás para darme cuenta de lo que me he perdido y de lo que hice”. Tenía la intención de poner un pie en el mundo del cine y ese tipo de cosas. De algún modo nosotros hemos acabado la película que él empezó y la idea del tiempo se ha convertido en un personaje más de la narración. Viendo All I Can Say te das cuenta de que todo va muy deprisa y que a ese tipo que acababa de ser
padre le quedaba muy poco tiempo de vida. Eso te golpea muy fuerte. En lugar de hacer un documental con entrevistas actuales a sus compañeros e imágenes de archivo, has optado por utilizar únicamente las grabaciones personales de Shannon Hoon… Hemos contado la historia a través de los ojos de Shannon y no sé si existe algún documental parecido donde el propio protagonista aparezca grabándose a sí mismo. Teníamos claro que no se trata de una película sobre Blind Melon ni de un documental de música típico. Es como un experimento que tiene una gran historia detrás. El argumento trata sobre esta persona que se vuelve famosa y pasa a estar bajo el punto de mira de todo el mundo. Pero al final habla de adicciones, de problemas mentales y de que la vida puede ser muy corta porque no sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina. Es una película única en términos de realización. Creo que gustará a los fans de Blind Melon y a los aficionados al cine que se
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Se trata de un documental especial y poner demasiada música no contribuía a la historia. No queríamos que fuera como un videoclip, sino que resultara personal. Decidimos subtitular las canciones cuando Shannon canta porque eso te ayuda a entender qué pensaba en aquel momento. En una escena habla sobre su adolescencia y de los problemas que tuvo con su familia, y a continuación aparece cantando un fragmento de la canción «I Wonder» donde dice: “And I only wanted to be sixteen and free”. Todo forma parte de la narración y no queríamos poner canciones aleatorias por el simple hecho de que son bonitas. Yo era quien proponía a Taryn y Colleen poner más escenas de Shannon grabando demos. Lo discutimos mucho y al final acabé entendiendo su visión. Por este motivo solo pusimos lo que servía a la historia. Muchas cosas que quedaron fuera aparecerán en los extras del DVD para que los fans las vean. En una de las escenas más memorables aparece Shannon Hoon con su hija, que solo tenía tres meses cuando él murió. ¿Contasteis con ella y con su madre durante el proceso de producción? En la producción solo participaron Taryn, Colleen, un servidor y un círculo muy reducido de gente, nadie más. La banda y la familia me dieron las cintas de video y me dijeron: “Tú te encargas de esto”. Cuando terminamos el documental, me sorprendió que nadie tuviera nada que objetar y que no me pidieran hacer cambios. Todo el mundo nos dijo que habíamos hecho un retrato honesto de Shannon porque no ignoramos el tema de las drogas, los problemas familiares, su vertiente creativa y lo divertido que era estar a su lado. Nico, su hija, nunca pudo hablar con él. Todo lo que había visto eran cosas de YouTube y entrevistas donde hablaba de la banda con una voz forzada. Gracias al documental es como si pudiéramos pasar otra vez tiempo con él porque Shannon habla directamente a cámara. Aparece relajado, puedes conocer a la persona que hay detrás del artista y te preocupas por él. Nico se levantó después de la proyección y nos dijo: “Gracias por este regalo y por haberme permitido compartir otra vez tiempo con mi padre”. El documental se financió mediante una campaña de Kickstarter y ha recibido críticas excelentes. ¿Cómo recuerdas la presentación en el Tribeca Film Festival y la reacción posterior? El festival fue increíble y creo que el público entendió la historia que queríamos contar. Mucha gente salió conmovida de la proyección porque habían perdido a seres queridos por culpa de enfermedades mentales o de las drogas. Se emocionaron y lloraron. También se generaron discusiones positivas gracias al tema de la película y esto me encanta. Se habló de las tentaciones que conlleva la vida en la carretera cuando eres artista y del hecho de que la gente creativa es más susceptible de engancharse a las drogas o sufrir enfermedades mentales. Nosotros colaboramos con la organización MusiCares, que está vinculada a los Grammy y a la Academia Nacional de Artes y
Trata sobre esta persona que se vuelve famosa y pasa a estar bajo el punto de mira de todo el mundo. Pero al final habla de adicciones, de problemas mentales y de que la vida puede ser muy corta
Danny Clinch
Un hombre curioso. Parece estar en todas partes al mismo tiempo con una cámara colgando del hombro. Estrena película sobre el desaparecido cantante de Blind Melon y nos cuenta su proceso de realización.
Danny Clinch en su puesto de trabajo: ‘’Mi fotografía ha influido a mi aproximación cinematográfica y viceversa’’
EL TESORO ESCONDIDO DE SHANNON HOON S
eguir su día a día en las redes sociales significa emprender un viaje por las alfombras rojas de Hollywood, estar en la trastienda de la gala de los premios Grammy, acompañar a bandas de rock por los escenarios de medio mundo, presenciar el trabajo de diseño de portadas de discos superventas y asistir a exposiciones de fotografía en su galería de Nueva Jersey. Aunque pueda parecer sorprendente, en los últimos años también se ha atrevido a poner un pie en el mundo del documental y hace unos meses estrenó la esperada película All I Can Say, un retrato íntimo y apasionado del cantante Shannon Hoon. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Danny Clinch para conocer su faceta de director, el reto de 24 | RUTA 66
contar historias sinceras para la gran pantalla y sus aventuras junto a Blind Melon. Un rompecabezas de proporciones épicas que él mismo se encarga de descifrar. En los últimos años has realizado documentales sobre Ben Harper, Pearl Jam y la Preservation Hall Jazz Band. ¿Te ha supuesto un reto profesional pasar de la fotografía al cine? Hubo momentos un poco complicados, aunque la fotografía y los documentales comparten la misma esencia: contar buenas historias. Debido a mi pasado como fotógrafo, me di cuenta de que tenía muchas ganas de empezar a mover la cámara. Al principio, sobre todo en los proyectos con Ben Harper, recuerdo que me
movía y rodaba por todas partes. Entonces creía que todo era asombroso, en lugar de centrarme en una única cosa y dejar que ese detalle contara la historia. En el fondo se trata de saber narrar y fue una transición bastante natural. Además, mi fotografía ha influido a mi aproximación cinematográfica y viceversa. Tiene que ver con cierta estética porque me siento atraído por un estilo clásico y honesto tanto en el cine como en la foto. Una de las grandes sorpresas del pasado Tribeca Film Festival fue el estreno del documental All I Can Say sobre Shannon Hoon. ¿Cuándo empezaste a colaborar con Blind Melon? Me contrataron en la gira de MTV 120 Minutes donde participaban Live, Blind Melon, Public Image Limited y Big Audio Dynamite. Nos conocimos al principio de aquel tour e inmediatamente nos hicimos buenos amigos. Fue
interesan por cosas nunca antes vistas. En referencia al tema de las adiciones, en una escena presenciamos la charla telefónica entre Shannon Hoon y Mike McCready de Pearl Jam. ¿Tuviste que pedirle permiso para utilizarla? Lo que sucedió es que Mike telefoneó a Shannon para hablar sobre sus respectivas experiencias en rehabilitación, cómo se habían sentido y los problemas que habían tenido que afrontar. Me puse en contacto con Mike porque creía que era honesto pedirle permiso. Entonces le mandamos el clip del video para que lo viera y aceptó de inmediato. Estoy convencido de que pensó que sí al incluir esa escena ayudábamos a alguien que viera la película, ya habría sido útil. Los documentales de música se han convertido en una ventana abierta a historias personales y otras épocas. ¿Crees que All I Can Say podría ser una radiografía del rock de los años noventa? Creo que la cultura de los años noventa interesa a la gente porque ya tenemos cierta distancia y la recordamos de manera divertida. Cuando se habla de los artistas que hemos perdido, como Layne Staley, Kurt Cobain, Andy Wood y recientemente Chris Cornell, nadie menciona a Shannon. Siempre lo dejan fuera, como si no importara. Creo que no es justo porque tenía un talento increíble y la música de Blind Melon fue importante. Con un poco de suerte, la gente lo redescubrirá con este documental. Además, hay muchos artistas jóvenes que lo ven como una inspiración. Por ejemplo, me consta que The Avett Brothers, Jim James de My Morning Jacket y Brian Fallon de The Gaslight Anthem lo admiran mucho. Uno de los aspectos más originales del documental es que las únicas canciones que aparecen son interpretaciones en acústico de Shannon Hoon. ¿Tuviste alguna duda al respeto?
+ INFO
Su actitud nada intrusiva, respetuosa con la intimidad del fotografiado, ha permitido a Danny Clinch encararse a los más grandes. Johnny Cash y Beastie Boys, Björk y Tom Waits, Radiohead y Bob Dylan, Neil Young o B.B. King. ‘’Me siento afortunado de haber podido retratar a un grupo tan variado de músicos y no solamente de un género’’, dice Clinch. ‘’Tengo a Tupac Shakur y a Willie Nelson, y a todos los que están en medio’’.
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encuentros Ciencias de la Grabación, con el objetivo de ayudar a músicos que necesitan asistencia sanitaria, un lugar donde vivir o ayuda psicológica. Contribuimos a difundir la idea de que hay gente dispuesta a ayudar porque muchas veces los propios afectados no saben que tienen un problema. Tu colaboración con Blind Melon ha trascendido la faceta de fotógrafo y documentalista porque también tocaste la armónica en un par de temas del álbum póstumo Nico… Nos reunimos después de la muerte de Shannon y habían unas demos muy potentes que él había grabado. Los miembros de la banda decidieron hacer un disco en honor a su cantante y su hija Nico. Entonces fuimos a Seattle y ellos pusieron música encima de esas demos, que solo tenían voz y guitarra acústica. Fue una especie de terapia para todos encerrarnos en ese estudio y honrar a Shannon. Hay mucha emoción, amor y amistad en ese álbum. Fue triste, pero era algo que debíamos hacer. Y me hizo mucha ilusión que me pidieran que tocara la armónica en algunas canciones. Además, todas las fotos son mías. Las hice
mientras estaba con ellos de gira. Para terminar la entrevista, ¿ha cambiado tu opinión sobre la figura de Shannon Hoon ahora que finalmente has podido alejarte del documental? No teníamos ni idea de cuánto amaba las películas y el proceso de creación cinematográfico. Tampoco sabíamos lo buen documentalista que era. Nos dejó una historia intacta. No tenía miedo y se atrevía a grabarlo todo. Creo que los que hemos hecho All I Can Say podemos decir que admiramos a alguien con tanto valor en su corazón. Lo mismo podemos decir de su manera de componer, que era tan artística e impresionista. Por este motivo queríamos que la película fuera bonita, abstracta e impresionista, con una aproximación visual muy original. Algunas escenas, como la de él corriendo en la playa, son muy hermosas. Incluso se parecen a cosas que yo he rodado para mis otras películas con Ben Harper, Pearl Jam, Bruce Springsteen y Foo Fighters. Mis secuencias de inicio siempre son muy artísticas y con alma. Él nos dejó todo eso y nosotros hemos sido capaces de aprovecharlo. *
Imágenes rodadas por Shannon Hoon y usadas en All I Can Say
La carrera de Danny Clinch ha sido meteórica desde que, a finales de los ochenta, empezó a trabajar como asistente de la legendaria fotógrafa Annie Leibovitz y colaboró con el departamento de arte de la discográfica Def Jam en Nueva York. Entonces tuvo la oportunidad de retratar el ascenso al estrellato de bandas de rock alternativo como Smashing Pumpkins, Jane’s Addiction, Blind Melon, Phish y Foo Fighters. Gracias a sus persistencia consiguió llamar la atención de Bruce Springsteen —ambos son de Nueva Jersey— y acabó haciendo las portadas de todos sus álbumes desde The Rising. Al mismo tiempo ha editado libros con sus mejores instantáneas, como Still Moving, centrado en retratos de artistas en lugares pintorescos, y Motor Drive, obra que muestra la relación de varios músicos con sus automóviles. Sin embargo, la faceta que le ha reportado mejores críticas ha sido la de director de documentales. En 2002 debutó con Pleasure and Pain sobre Ben Harper y los Innocent Criminals. En 2004 presentó Ani DiFranco: Trust, que mezcla actuaciones y reflexiones de la emblemática cantante en el 9:30 Club de Washington, DC. En 2006 estrenó In the Sun: Michael Stipe and Special Guests, la historia detrás de la canción que el cantante de REM grabó para recaudar fondos para ayudar a los afectados por el huracán Katrina. En 2011 rodó Dig It! para reflexionar sobre qué sucede cuando ciudadanos, músicos, organizaciones, corporaciones y gobiernos se unen para resolver problemas ambientales en sus comunidades. En 2017 sorprendió con Let’s Play Two, sobre los dos conciertos que Pearl Jam ofreció el año anterior en el Wrigley Field de Chicago. Y en 2018 estrenó en el Festival de Cine de Nueva Orleans el documental A Tuba to Cuba, que narra el viaje de la Preservation Hall Jazz Band a esa isla del Caribe y analiza las sorprendentes conexiones que existen entre ambas tradiciones musicales. 26 | RUTA 66
Cartel del documental A Tuba to Cuba
Libros y música en pantalla grande