Dearq 11. Equipamientos. Nuevos desafíos

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MATERIALIZAR LA ARQUITECTURA

El diagrama en la arquitectura / Stan van der Maas Los materiales como medio para estimular procesos de creación / Camilo Ayala, Amparo Quijano, Claudia Marcela Ruge

Devenir histórico de la materialidad de los objetos y sus efectos en la dimensión estética / Augusto Solórzano

Las relaciones compositivas entre cine y arquitectura / Luis Villarreal Ugarte Cuestión de forma: una reflexión sobre el medio como lenguaje / María Clara Salive Puyana

Proyectos Txatarra: vivienda transitoria con buses de transporte público / Javier Ricardo Mejía Sarmiento, Juan Pablo Arenas Vargas, Pedro Juan Jaramillo Carling

Spacefighter: el medio como inspiración / Camilo Pinilla

Reflexión sobre el intermedio entre danza y diseño / Catalina Quijano Silva Medio metal: instrumento de innovación para el diseño / Samira Kadamani Abiyomaa, Freddy Zapata Vanegas

Dossier de investigación La persistencia del surrealismo en la arquitectura religiosa española del siglo XX / Esteban Fernández Cobián, Eduardo Delgado Orusco

Análisis de la sentencia de la Corte Constitucional (C-871-10) sobre los derechos de autor de la obra de arquitectura construida, los proyectos arquitectónicos y los planos / Wilson Rafael Ríos Ruiz

deuniandes La vanguardia es así: ansiedades paramétricas en ­­From Control to Design / Daniel Cardoso

N.o 11. Diciembre de 2012

El prototipo en el diseño: actitud creativa de cambio / Mario Alberto Pinilla, Carolina Parra, Edilsa Rojas

Aprender de la educación en arquitectura / Necdet Teymur La experiencia de la ENHSA: ¿cuál será el futuro en la formación de los arquitectos? / Samuel Ricardo Vélez González La cartografía como medio investigativo y pedagógico / Henry Osorio Campillo, Edilsa Rojas Sánchez Por una urbanidad metropolitana: ingeniería y arquitectura en la enseñanza del urbanismo / Miguel Y. Mayorga Cárdenas La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca: un modelo de educación / José Luis Uribe Ortiz Casas estudio: alternativa pedagógica para el proyecto de fin de carrera / Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal Computing through holistic systems design method: material formations workshop / Sevil Yazici La docencia de la historia de la arquitectura en la Universidad de los Andes, Colombia / Roberto José Londoño Niño

Proyectos

Equipamientos. Nuevos desafíos

La experiencia del espacio académico flexible. BK-City, Universidad Técnica de Delft, laboratorio espacial de una facultad de arquitectura / Andreia Peñaloza Caicedo, Flavia Curvelo Magdaniel La escuela de Arquitectura de Chandigarh (1961-1965) / María Cecilia O’Byrne, Santiago Medina Duque, Martín Villegas Salazar La Escuela de Oporto: teoría y práctica del proyecto / María Pía Fontana, Daniel de Castro El edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de São Paulo, y la formación de los arquitectos / Mônica Junqueira de Camargo

Dossier de investigación

El espacio urbano moderno: el conjunto TequendamaBavaria en Bogotá / María Pía Fontana La forma como contenido: itinerario de una hipotesis sobre el aprendizaje de la composición arquitectónica / Rafael Francesconi

deuniandes

Últimas publicaciones / Departamento de Arquitectura Reseña sobre la exposición Casa + Casa + Casa = ¿Ciudad? / Jaime Enrique Gómez

¿Qué es Wiring? (http://wiring.com.co) / Hernando

Barragán

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Capital social, segregación y equipamientos colectivos

22

José Mario Mayorga

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo

2

Antonio Pizza

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona

  

2012: una odisea urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA) Joaquín Arnau Amo, María Elia Gutiérrez Mozo

El Centro Cultural Gabriel García Márquez

108

Benjamín Barney Caldas

Evocación poética de un refugio: Pabellón “Gimme Shelter!” 38

94

116

Tatiana Urrea Uyabán

Ricard Fayos Molet

Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España)

Dossier de investigación 58

Esteban Fernández-Cobián, Marta Vilas Rodríguez

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia

76

126

El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes

138

Camilo Andrés Cifuentes Quin, Sandra Fiori

Proyectos El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez: equipamientos para una vivencia significativa

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Andrés Berrío Osorio

Camilo Augusto Muñoz Cadena, Orlando Martínez Castro

Rodrigo García Alvarado

http://dearq.uniandes.edu.co

10

Ángela María Franco, Sandra Karime Zabala

ISSN 2011-3188 Departamento de Arquitectura, Universidad de los Andes http://arquitectura.uniandes.edu.co

Art, design, science,and technology: the necessary melding / Mónica Tavares

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

EDUCACIÓN EN ARQUITECTURA

Movilidad urbana y redes biológicas sistémicas 82

Andrés Hernando Valencia, Elizabeth María Jiménez, Juliana Gallego, Juan David Franco Muñetón

148

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture. Universidad de los Andes

dearq10

Diciembre de 2012

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes

Pablo Navas Sanz de Santamaría

ISSN 2011-3188

Rector Universidad de los Andes

Alberto Miani

Decano Facultad de Arquitectura y Diseño

Rafael Villazón

Director Departamento de Arquitectura

Maarten Goossens Director

11

Eduardo Mazuera Nieto Editor

Isabel Cristina Arteaga Tatiana Urrea Editoras invitadas

Isabel Arteaga

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Juan Pablo Aschner Beatriz García

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

María Cecilia O’Byrne

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Camilo Pinilla

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

Patricia Schnitter

Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, Colombia

Rafael Villazón

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia Comité editorial

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

dearq es una revista arbitrada e indexada que es publicada dos veces al año (julio y diciembre) por la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia) de forma impresa y digital (acceso abierto) paralelamente. Es un espacio académico abierto a la investigación, el análisis y la crítica sobre la arquitectura y la ciudad. Está dirigida a los profesionales, estudiantes y demás interesados en la ciudad, la arquitectura y sus áreas afines. dearq (journal of architecture), peer-reviewed and indexed in international information services, is published semiannually (July and December) both print and online (open access). It seeks to be an academic platform for the publication and discussion of research, opinions, and critiques of architecture and the city, It is aimed at professionals, students and others interested in the city, architecture and related subjects.

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Maristella Casciato

Universidad de Bolonia, Bolonia, Italia

Ricardo Castro

McGill University, Montreal, Canadá

Carlos García Vásquez

Universidad de Sevilla, Sevilla, España

Margarita González

Indexaciones:

dearq está actualmente incluida en los siguientes directorios y servicios de indexación y resumen: Art Index / Art Full Text / Art Abstracts (The H.W. Wilson Company, Estados Unidos) Art & Architecture Index / Art & Architecture Complete (EBSCO Host, Estados Unidos) Fuente Académica Premier (EBSCO Host, Estados Unidos) Latindex (Universidad Nacional Autónoma de México) Publindex (Colciencias, Colombia) Dialnet (Universidad de La Rioja, España) Directory of Open Acces Journals (DOAJ) (Universidad de Lund, Suecia) Oceano

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

e-revistas (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España)

Juan José Lahuerta

Electronic Journals Library (Universidad de Regensburg, Alemania)

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Jorge Francisco Liernur

Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, Argentina

Camilo Salazar

Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Ton Salvadó Cabré

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Tatiana Urrea

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia Comité científico

Angélica Ramos y Adriana Páramo

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Diseño y diagramación

Ella Suárez

Corrección de estilo

Jaimie Brzezinski Traducción al inglés

Sergio Vieda Monitor

Juan David Contreras

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Fotografía de carátula

Panamericana Formas e Impresos Impresión

Comité de lectura para este número

dearq

dearq09

dearq 11: EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes. Colombia. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188

Jesús Llamazares Castro Edna Hernández González María Cristina Rojas Eberhard Adriana Hurtado Tarazona Carlos Lara Aspeé Mar Loren Méndez Cecilia López Jorge Perez Jaramillo Santiago Paredes Cisneros Carlos Felipe Pardo

dearq

Universidad de los Andes Departamento de Arquitectura Carrera 1 a núm. 18A-70, bloque K, piso 2 Tel. +(571)332 4511 - 339 4949, ext. 2485 Bogotá, Colombia http://dearq.uniandes.edu.co dearq@uniandes.edu.co ISSN 2011-3188 $20.000 pesos (Colombia) Ediciones Uniandes

Carrera 1 a núm. 19-27 Edificio AU, piso 2 Tel. +(571) 339 4949, ext. 2133-2181. Fax: 2158 Bogotá, Colombia http://ediciones.uniandes.edu.co infeduni@uniandes.edu.co Suscripciones

Librería Universidad de los Andes http://libreria.uniandes.edu.co Distribución y ventas

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Se autoriza la reproducción total o parcial de la obra para fines educativos siempre y cuando se cite la fuente.


MATERIALIZAR LA ARQUITECTURA

El diagrama en la arquitectura / Stan van der Maas Los materiales como medio para estimular procesos de creación / Camilo Ayala, Amparo Quijano, Claudia Marcela Ruge

Devenir histórico de la materialidad de los objetos y sus efectos en la dimensión estética / Augusto Solórzano

Las relaciones compositivas entre cine y arquitectura / Luis Villarreal Ugarte Cuestión de forma: una reflexión sobre el medio como lenguaje / María Clara Salive Puyana

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El espacio urbano moderno: el conjunto TequendamaBavaria en Bogotá / María Pía Fontana La forma como contenido: itinerario de una hipotesis sobre el aprendizaje de la composición arquitectónica / Rafael Francesconi

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José Mario Mayorga

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo

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Jorge Francisco Liernur

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Tatiana Urrea

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia Comité científico

Angélica Ramos y Adriana Páramo

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Universidad de los Andes Departamento de Arquitectura Carrera 1 a núm. 18A-70, bloque K, piso 2 Tel. +(571)332 4511 - 339 4949, ext. 2485 Bogotá, Colombia http://dearq.uniandes.edu.co dearq@uniandes.edu.co ISSN 2011-3188 $20.000 pesos (Colombia) Ediciones Uniandes

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11

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

Editorial

3

Maarten Goossens

Espacios colectivos contra la individualidad de la sociedad

4

Isabel Cristina Arteaga, Tatiana Urrea, Lauramaria Pedraza

Equipamientos. Nuevos desafíos Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía

10

Urban facilities as instruments to construct cities and citizenship Ángela María Franco Calderón, Sandra Karime Zabala Corredor

Capital social, segregación y equipamientos colectivos

22

Social capital, segregation, and collective facilities José Mario Mayorga

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo

32

Contemporary Barcelona: the decline of a model Antonio Pizza

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona

38

Multifunctional facilities: ten resource complexes in Barcelona Ricard Fayos Molet

Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España)

58

Religious facilities as the configurators of urban space. The case of the Coya Housing Estate in Vigo (Spain) Esteban Fernández-Cobián, Marta Vilas Rodríguez

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia

76

Rafael Maldonado Tapias: a symbol of school architecture in Colombia Camilo Augusto Muñoz Cadena, Orlando Martínez Castro

Proyectos El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez: equipamientos para una vivencia significativa

82

Universidad Adolfo Inbáñez’s new campus: a facility to promote a meaningful experience Rodrigo García Alvarado

2012: una odisea urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA)

94

2012: an urban odyssey. The Confederation of Albacete Businessmen’s (FEDA) new head office Joaquín Arnau Amo, María Elia Gutiérrez Mozo

El Centro Cultural Gabriel García Márquez

108

The Gabriel García Márquez Cultural Centre Benjamín Barney Caldas

Evocación poética de un refugio: Pabellón “Gimme Shelter!”

116

Poetic evocation of a pavilion refuge “Gimme Shelter!” Tatiana Urrea Uyabán

La experiencia de la ENHSA: ¿cuál será el futuro en la formación de los arquitectos? Samuel Ricardo Vélez  [ 1 ]


11

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

Dossier de investigación La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña

126

The pivoting staircase made in the style of Antioquia’s traditional architecture Cristian Andrés Berrío Osorio

El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes

138

Urbanism and the urban in the Bogotá transformation. Expert discourse and a word from the residents Camilo Andrés Cifuentes Quin, Sandra Fiori

Movilidad urbana y redes biológicas sistémicas

148

Urban mobility and biological systemic networks Andrés Hernando Valencia, Elizabeth María Jiménez, Juliana Gallego, Juan David Franco Muñetón

deuniandes Una red pública de abastecimiento para Bogotá: oportunidad para reorganizar el territorio

156

Eduardo Ochoa Ochoa

CaixaForum Barcelona: una intervención contemporánea en un edificio enigmático

161

Daniel Becerra Sinuco

La caída de la piedra en el desierto

166

Daniel Ronderos

Cerdà y la Barcelona del futuro: realidad vs. proyecto

168

María Cecilia O’Byrne

Indicaciones para autores

170

Author guidelines

172

Convocatoria / Call for papers

174

[ 2 ]  dearq 11. Diciembre de 2011. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 8-29. http://dearq.uniandes.edu.co


Editorial

Colombia —especialmente con proyectos en las ciudades de Bogotá y Medellín— ha gozado en los últimos años de una amplia divulgación en revistas y ha recibido premios internacionales en bienales de arquitectura. Edificios como la Biblioteca Virgilio Barco o el Parque Biblioteca España se han vuelto parada obligatoria en el itinerario de visitantes interesados en arquitectura; pero estos son solo dos casos entre las ya decenas de bibliotecas, parques, plazas, colegios y jardines infantiles construidos con inversiones de los municipios. Lo interesante de las experiencias de Bogotá y Medellín es que las hayan planteado y ejecutado políticos que vieron en los arquitectos sus aliados para realizar proyectos de alta calidad e impacto positivo. Aunque la calidad de diseño y construcción de las obras no siempre ha sido suficiente, y su impacto ha sido inflado a míticas proporciones por las revistas internacionales —a veces como si trataran de revivir al arquitecto como la figura heroica que resolverá todos los problemas de la sociedad—, la experiencia, como un todo, es muy positiva. Sin querer quitarles a los arquitectos el mérito del auténtico entusiasmo y la correcta ejecución de muchos encargos, los que se merecen el reconocimiento son aquellos que, desde la arquitectura, reconocieron la importancia de hacer política y aquellos que, desde la política, vieron las obras arquitectónicas como una inversión en el futuro. Infortunadamente, esos matrimonios felices entre política y arquitectura suelen ser de corta duración, sobre todo en países de poca estabilidad política como Colombia. Para generar una dinámica permanente es fundamental que la empresa privada recoja las experiencias positivas, aprenda de los aciertos y los errores y empiece a ver al arquitecto como un aliado que estructure los proyectos de tal manera que sean de beneficio público. La buena arquitectura, especialmente la de los equipamientos, no puede ser solo una responsabilidad de las entidades públicas. Tantos centros culturales, bibliotecas, teatros, parques, calles peatonalizadas y plazas conectoras que se presentan en las escuelas de arquitectura como proyecto de fin de carrera no se pueden quedar en utopías, sino que se deben llevar a la vida real convertidos en una profunda conciencia del beneficio público. ¿Cómo debemos hacer para que los nuevos arquitectos en sus entornos laborales se vuelvan agentes activos de una arquitectura más beneficiosa? Esperamos que el contenido de este número de dearq pueda inspirar en este sentido. Maarten Goossens


Espacios colectivos contra la individualidad de la sociedad

1 RAE, Diccionario

La relación que guarda inicialmente la palabra equipamiento con el hecho de preparar para el individuo lo necesario para el uso de la ropa, nos aproxima a una escala personal en la que el equipo, el ajuar, la colección de utensilios, dispositivos y aparatos, y la coordinación entre ellos es imprescindible para dirigirlos hacia un uso particular. Ir a la guerra, a cazar, prepararse para el matrimonio, vestirse para aprender un oficio o embarcarse con víveres, municiones y todo lo necesario para la aventura del descubrimiento; todo ello significa equiparse.1 Y un equipo es también el conjunto de personas que se une para llevar a cabo un propósito común.

Se inicia una reflexión acerca de esta palabra, como origen de un ambiguo significado, cada vez más dependiente del espacio de la ciudad, y que genera a través de su acción: equipar, una serie de eventos en el tiempo, capaces de construir y recuperar el sentido de lo colectivo.

Así, estas dos acepciones, tanto la que se refiere a los objetos inanimados como la que nos recuerda la necesidad de la acción humana, conforman la base conceptual cuando nos referimos a equipar la ciudad. Si la ciudad entonces es el sujeto, ¿cómo se debe vestir? ¿Qué ceremonias la esperan para desplegar sus ajuares reservados para especiales ocasiones? ¿Con qué objetos funcionales se le debe dotar para orientarnos hacia unos usos específicos? Y, más aún, ¿cuál es o debe ser el propósito de todo ese equipo que se va haciendo más diverso y novedoso con el paso del tiempo?

Desde la antigüedad, los edificios públicos —basílicas, baños públicos, iglesias y mercados medievales— han cumplido una función colectiva: son los espacios que permiten al hombre interrelacionarse con otros. Precisamente en el siglo X, en medio de un entorno predominantemente rural e incipientemente comercial y como respuesta al orden social basado en el feudalismo, aparece la Iglesia; su grandiosa presencia demostró el poder

[ 4 ]  dearq 11. Diciembre de 2011. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 8-29. http://dearq.uniandes.edu.co


religioso y social de cada ciudad. Alrededor del intercambio de productos, surge en el vestíbulo de la ciudad el mercado al aire libre, que con el paso del tiempo se cubre bajo la estructura de un techo, encontrando su próxima relación con las vías de abastecimiento. Forman parte del prolijo repertorio de esta edad las murallas, baluartes, puertas, torres, puentes y en general los equipamientos de seguridad y defensa, concentrando sobre ellos tanto la voluntad política y civil de su poder como una gran cantidad de recursos, tiempo y esfuerzo que demandaba su construcción colectiva en manos de generaciones de padres, hijos y nietos.

Es solo en los albores de la Revolución Industrial cuando —en un mundo eminentemente urbano y en un proceso de crecimiento desbordante y repleto de cambios sin precedentes— los múltiples equipamientos tanto públicos como privados se diferencian de las infraestructuras.2 Por ello, se ha considerado un ejercicio interesante, la construcción de una línea de tiempo partir de ese momento, cuando los avances tecnológicos y científicos, el crecimiento de la población, la entrada al sistema capitalista (la sociedad de consumo), el nacimiento de la metrópoli y la definición de esos nuevos fenómenos en un intento por darles una voz entre otras razones, abren la entrada al mundo moderno.

La expresión equipamiento, en términos urbanos, proviene de una derivación del francés equipement; en el momento en que —según el grupo Cerfi 3—se plantea, por parte del Estado, la exigencia de integrar y coordinar una serie de intervenciones urbanas en materia de escuelas, clínicas, zonas verdes, etc.; es decir, de una serie de elementos de consumo que componen una parte importante del espacio urbano. Esta palabra en las lenguas latinas cambia la visión de un grupo de edificios diferentes (para unos eran edificios civiles, para otros servicios comunes), a un conjunto de espacios que tienen en común el desarrollo de actividades cotidianas con un sentido colectivo por naturaleza.

2 Montillet, “Équipements, urbanisme”.

3 Groupe Cerfi, Les equipements du pouvoir.

En la ciudad contemporánea estos espacios, donde se da el intercambio social como una necesidad humana, están compuestos tanto por espacios como por edificios que son sede para usos comunes y benéficos para una amplia población y que inciden sobre la experiencia de la colectividad.

Tal vez el autor que nos aproxima a una mejor comprensión de la naturaleza y por tanto definición ambigua de los equipamientos es Maurice Cerasi,4 quien ante la complejidad de esta tarea, busca una definición a través de factores cuantitativos, culturales y espaciales-geográficos. Desde lo cuantitativo “…un espacio es tanto más significativo para la colectividad cuanto más amplio es el número de ciudadanos que lo utilizan o que lo conocen y cuanto más largo es el periodo histórico durante el cual ha ejercido su influencia”. Desde lo cultural, determina la adjudicación de significados de índole histórica y social a lo colectivo —sea entendido,

4 Cerasi, El espacio colectivo. 88.

La experiencia de la ENHSA: ¿cuál será el futuro en la formación de los arquitectos? Samuel Ricardo Vélez  [ 5 ]


como ya se dijo, como edificios, espacios o su conjunto—. Desde lo espacial y geográfico, “la inserción en la ciudad y en el territorio, y la magnitud del espacio, la centralidad geográfica o arquitectónica, el vínculo con un recorrido importante, facilitan e incluso exaltan el flujo colectivo”.

Cerasi, nos deja así, la puerta abierta para someter nuestros espacios y edificios a un examen a lo largo de estos criterios. Porque los equipamientos, entendidos como espacios colectivos, como constructores de la vida cotidiana, de la actividades de interacción social y del encuentro, adoptan hoy diversidad de formas, escalas y funciones.

5 Ibíd., 88.

Se puede comprender entonces cómo la definición del conjunto de los espacios colectivos desciende de “…un específico modo cultural-histórico, geográfico y espacial, en función de vivir el espacio urbano en un determinado período”.5 Aquí, las características, problemas y originalidades de la ciudad son las que atribuyen los significados y jerarquías de uso a sus partes. Son su diferencia y cualidad, lo que la hacen única entre todas.

¿Qué representan, pues, los equipamientos hoy para nosotros? Posiblemente grandes planes, estudios e inversiones en material, recursos, tiempo y esfuerzo por parte de las ciudades para demostrar que están bien equipadas, bien dotadas para todas las tareas que exigen sus funciones en múltiples escalas, o bien, que son socialmente equitativas y justas con sus habitantes. Recordemos que las primeras iglesias, como casas de todos, exigían estos esfuerzos también.

Históricamente, conservando su naturaleza de utilidad pública, los espacios y edificios colectivos han cumplido con el papel estratégico de ordenar el territorio, concentrar la población y las actividades, y generar centros. Así: unen, contienen, conectan, mueven, intercambian, reciben, relacionan, comunican, desplazan, limitan, referencian…

La línea cronológica que aquí se presenta es una posibilidad de orden, con el sentido de exponer los procesos históricos, definiciones y formas que adoptan los equipamientos desde la Revolución Industrial. Debe ser leída teniendo en cuenta que no refleja un inventario pormenorizado de fenómenos que aparecen secuencialmente. Hemos hecho nuestra propia selección, a través de los criterios que atraviesan la horizontal: las definiciones, las guerras, los edificios memorables, los deseados, los que hemos usado, los que nos tocan en nuestra memoria y en nuestra idea intencionada de ciudad. Busca generar un interés por estos espacios colectivos, recordar la fuerza inherente que tienen en la organización de nuestras ciudades pero también insistir en el papel que cumplen en el mejoramiento de la calidad de vida en ellas. Basta recordar la Bogotá de hace diez años o la Medellín de


Línea del tiempo hoy para comprender que tanto por la calidad de la arquitectura y como por la precisión de las necesidades sociales, los equipamientos son determinantes para el intercambio social en la vida cotidiana. En definitiva, para potenciar urbanidad.

Isabel Cristina Arteaga Tatiana Urrea Lauramaria Pedraza

Bibliografía Cerasi, M. (1990). El espacio colectivo de la ciudad: construcción y disolución del sistema público en la arquitectura de la ciudad moderna. Barcelona, Oikos-Tau. Diccionario RAE (2005) Fourquet, F. (1978). Los equipamentos del poder: ciudades, territorios y equipamentos colectivos. Barcelona, Ed. Gili. Groupe Cerfi. (1973). Les equipements du pouvoir. Paris, Ed. Recherches. Mondragón, S. (2009). Universidad y ciudad: Desarrollo urbano de las universidades en Bogotá. 1950-1990. Bogotá: Tesis. Maestría en Urbanismo. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá. Montillet, P. (2011). “Équipements, Urbanisme et aménagement au fil de l’histoire”. En Les Cahiers de l’AU idF No. 157, Paris.

Otros conceptos relacionados:

Equipamientos

Bienestar - calidad de vida - consumo control social - equidad social - igualdad social - necesidades sociales - igualdad de oportunidades - sentido de pertenencia.

Instrucciones para la línea del tiempo Más que una línea del tiempo convencional, este trabajo es la recopilación de la información que consideramos relevante para construir el contexto histórico de los equipamientos urbanos. Si bien, el concepto es una invención de la ciudad moderna e industrializada, el término equipamiento, se remonta a siglos anteriores. Por tanto, para comprender su adopción dentro del lenguaje técnico del urbanismo, en el que se designa equipamiento, aquellos edificios públicos que proveen los servicios básicos sanitarios, educativos, culturales y recreativos a una comunidad, fue de gran utilidad determinar tres líneas de trabajo: hechos históricos que reflejaran los grandes cambios que la humanidad ha experimentado en los

últimos tres siglos; proyectos nacionales e internacionales que fuesen referentes de aquellos equipamientos que nosotros consideramos relevantes, y por último las definiciones que se han ido construyendo del término. En esta línea del tiempo también podrá encontrar un tesauro del término equipamiento que da cuenta de sus diferentes usos y aplicaciones y de ciertos términos conceptuales de tipo filosófico, social y económico que están fuertemente relacionados con la idea de equipamiento. Una localización geográfica de la palabra en varias lenguas y la clasificación que algunos autores dan sobre los equipamientos según su función o uso.

Clasificación Equipamientos De intercambio y distribución

Del tiempo libre

De movilidad

De orden y sanidad

De exposiciones

Historia del Urbanismo, siglo XX, Paolo Sica, 1981.

Equipamientos Bienestar social

Cultural

Deportivo

Educativo

Salud

Sistema de servicios básicos

La ciudad de los ciudadanos, 1997.

Equipamientos Escolar

Sanitario

Deportivo

Asistencial

Cultural

Ciudades civilizadas, lecciones de urbanismo, 1999.

Equipamientos Educativo

Cultural

De salud

Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá. 2000.

De bienestar social

Deportivo y recreativo

Religioso

De seguridad ciudadana

De defensa y justicia

Centros de abastecimiento

Recintos feriales

Servicios funerarios

De administración pública

Equipamiento Jerárquico Término relacionado

Equipamiento urbano

Infraestructura

Edificio público Termino específico

Equipamiento colectivo

Servicios urbanos

Equipamiento de base

Equipamiento comunal


25 [Int.] Robert Owen: El Edificio Central.

Línea del tiempo

71 [Int.] Estación Central de Nueva York.

Boulevard Hausmann, París.

27 [Bog.] Cementerio Central.

Equipamientos

17 [Bog.] Estación de la Sabana.

96 [Int.] Grand Magasin Laffayette en el

18 

37 [Int.] Charles Fourier: El Falansterio.

[Bog.] Proyectos Bogotá

24 [Bog.] Teatro Faenza.

Definición

1700 23 [Bog.] Hospital San Juan de Dios.

Bog. Imagen 7

unidad vecinal.

Contexto histórico

Int. Imagen 6

Fin I Guerra Mundial.

23 [Int.] Zonning en Alemania. [Int.] Clarens Perry: Teoría de la

[Int.] Proyectos Internacionales

31 [Bog.] Plaza de Toros La Macarena.

Gripa Española.

33 [Int.] IV CIAM: Carta de Atenas. 34 [Bog.] Biblioteca Nacional.

Bog. Imagen 8

51 [Int.] Exposición Universal de Londres.

98 [Int.] Ebenezer Howard: Ciudad Jardín en Londres.

82 [Int.] Antonio Soria: la ciudad lineal.

83 [Bog.] Parque Centenario.

91 [Int.] Jeremy Bentham: El Panóptico.

92 [Bog.] Teatro Colón.

Int. Imagen 1

60 [Int.] Idelfonso Cerdá: Ensanche de Barcelona.

[Int.] Arrondisements en París.

(nuevo proyecto)

Depresión Económica  Gran Estados Unidos.

29 [Bog.] Hospital San Rafael. 30 [Bog.] Aérodormo de Techo.

04 [Int.] Metro de Nueva York.

63 [Int.] Mercado Les Halles en París.

1800

29

1900

93 [Int.] Exposición Universal del Chicago.

37 [Bog.] Colegio San Bartolomé

29 [Bog.] Funicular Monserrate.

Int. Imagen 10

Charles Darwin: 59  Origen de las especies.

Int. Imagen 8

26 [Bog.] Capitolio. 28 [Int.] I CIAM.

Primeras ideas sobre saneamiento e higiene en Londres.

Bog. Imagen 9

Int. Imagen 3

Bog. Imagen 5

89 [Int.] Exposición Universal de París.

57 

[Int.] Tony Garnier la ciudad

de 35.000 habitantes.

[Bog.] Avenida Jiménez.

06  Terremoto San Francisco.

04 [Bog.] Observatorio Astrónomico.

38 [Bog.] Estadio El Campín.

10 [Bog.] Parque de la Independecia.

39  Inicio II Guerra Mundial.

14  Inicio I Guerra Mundial.

40 [Bog.] Teatro Jorge Eliécer Gaitán. [Int.] Campus Instituto tecnológico de Illinois.

Int. Imagen 12

Bog. Imagen 6

Bog. Imagen 4

Int. Imagen 7

Int. Imagen 4

Bog. Imagen 3

14 [Bog.] Colegio Gimnasio Moderno.

63 [Int.] Metro de Londres.

[Bog.] Parque Nacional.

36 [Bog.] Ciudad Universitaria.

Bog. Imagen 2

91

Inicio primera etapa  Revolución Industrial.

Int. Imagen 5

Int. Imagen 2

Bog. Imagen 1

Int. Imagen 9

73 [Int.] Central Park.

44 [Int.] Patrick Abercrombie: Plan

Regulador para el Gran Londres.


[Bog.] Unidad Deportiva El Salitre.

Bog. Imagen 15

45 [Bog.] Cárcel La Picota. [Bog.] Avenida Caracas.

Bogotazo.

48  Declaración Universal de los Derechos Humanos.

de Berlín.

48 [Bog.] Hospital San Carlos.

[Bog.] Coliseo El Campín.

[Bog.] Fundación Cardio Infantíl.

[Bog.] Antiguo edificio El Tiempo.

Inicio Guerra de Vietnam.

64  Computadora personal. 68  Mayo francés. 68 [Bog.] Museo del Oro.

la Ciudad.

[Bog.] Edificio Avianca.

70 [Bog.] Parque El Tunal.

07 [Bog.] Centro Cultural Gabriel

Inicio Guerra con Afganistán.

01 [Bog.] Eje Ambiental.  Se designa como “Equipamientos Colectivos” o a veces como “equipamientos”, el conjunto de instalaciones, redes, edificios que permiten asegurar a la población residente y a las empresas los servicios colectivos que necesitan. Se distinguen en particular los equipamientos de infraestructura: redes y ordenamiento del suelo o subsuelo. Los equipamientos de superestructura: edificios de uso colectivo.

Int. Imagen 15

08  Juegos Olímpicos de Pekín. 08 [Bog.] Colegio Gerardo Molina.

02 [Bog.] Biblioteca Virgilio Barco. 99  El equipamiento se refiere a bienes de consumo público, es decir, los que “tienen propiedades que hacen difícil o imposible su distribución por los mercados privados. La palabra surgió en Francia cuando el estado se propuso integrar y coordinar territorialmente una serie de intervenciones dispersas en determinadas materias (escolar, sanitaria, deportiva, etc.), como respuesta a los conflictos sociales de los barrios “subequipados”.

Bog. Imagen 23

principios sobre el espacio colectivo que se desarrollan en la ciudad burguesa y que antes no existían: 1) la continuidad del espacio colectivo hasta ahora inexistente; 2) la homogeneidad espacial y arquitectónica como consecuencia del espacio colectivo de las grandes ciudades, con sedes y funciones intercambiables; 3) la “reconocibilidad” arquitectónica del conjunto de los elementos colectivos que contribuye a la legibilidad del

01  Nueva York.

Bog. Imagen 19

Bog. Imagen 12

Bog. Imagen 14

 Maurice Cerasi, establece unos

51 [Int.] VIIII CIAM: El Corazón de

Bogotá Capital Mundial

Atentado Torres Gemelas,

de Bilbao.

90 [Bog.] Puente Aéreo.

69 [Bog.] Planetario.

07  del Libro. García Márquez.

84 [Bog.] Hospital de Kennedy.

50 [Bog.] Le Corbusier: Centro Cívico.

León de Oro para Bogotá,

los ciudadanos de los servicios sociales de carácter formativo, cultural, de salud, deportivo, recreativo y de bienestar social y a prestar apoyo funcional a la administración pública y a los servicios urbanos básicos de la ciudad.

97 [Int.] Frank Gerhy: Museo Guggenheim

Caída del Muro de Berlín. 89 

[Bog.] Parque Tercer Milenio.

06  Bienal de Venecia.

 Espacio o edificio destinado a proveer a

elementos fundamentales que permiten al ciudadano estructurar su conocimientos del entorno urbano y de apreciarlo, pero no solo por su presencia física, su ubicación adecuada, su diseño su polifuncionalidad atractiva, sino que además debe presentar unos valores añadidos que hagan de él algo inestimable, un símbolo reconocido capaz de influir en los sentimientos de identificación con un lugar y sus gentes.

Bog. Imagen 17

05 [Bog.] Portal Transmilenio NQS.

 El equipamientos es uno de los

83 [Bog.] Parque Simón Bolívar.

00 [Bog.] Biblioteca El Tintal.

97  Ley 338 POT nacional.

81 [Bog.] Terminal de Transporte.

Int. Imagen 14

Bog. Imagen 11

[Bog.] Clínica Palermo.

Decreto Distrital 619,

74 [Int.] Centro Administrativo Distrital.

75  Fin de la Guerra de Vietman.

00  adopción POT para Bogotá.

Bog. Imagen 18

46 [Bog.] Seminario Mayor.

92 [Int.] Rafael Moneo: Estación de Atocha. 93 [Bog.] Archivo General de la Nación.

Bog. Imagen 16

54 [Bog.] Corferias. 55 [Bog.] Jardín Botánico. 59 [Int.] XI CIAM. 60 [Bog.] Avenida Carrera 10. 63 [Int.] Hans Scharoun: Filarmónica

04 [Bog.] Archivo de Bogotá.

Fin de la Guerra Fría.

91  Constitución Política de Colombia. 73 [Int.] Utzon: Ópera de Sidney.

Bog. Imagen 13

Bog. Imagen 10

2000

lugar y a equilibrar el poder; 4) la dependencia del espacio colectivo de la función pública; 5) la superación de las funciones locales, y 6) un principio arquitectónico: la transmisión de formas históricas en los elementos de espacio colectivo, independientemente de sus destinaciones de uso.

53 [Bog.] Centro Urbano Antonio Nariño.

45  Fin II Guerra Mundial.

[Bog.] Plaza de Mercado Paloquemao.

Bog. Imagen 21

Bog. Imagen 22

Int. Imagen 13

Int. Imagen 11

72 [Bog.] Fundación Santa Fe.

de Marsella.

ciudad y el nuevo patrón regional.

Bog. Imagen 20

52 [Int.] Le Corbusier: Unidad Habitacional

44 [Int.] Ludwig Hilbersaimer: La nueva

10  Independencia Colombia. Bicentenario

[Bog.] Biblioteca El Tunal.

03  Inicio Guerra de Irak.

[Bog.] Portal Transmilenio Américas.

11  Fin Guerra de Irak. 11 [Bog.] Biblioteca Julio Mario Santo Domingo.


Public facility amenities

Infrastruktur

Équipement

Struttura pubblica Community facility public infraestructure

2.

3.

4.

Bogotá y la sabana: guía de arquitectura y paisaje, pág. 80. Arango Cardinal, Silvia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; Sevilla: Junta de Andalucía, 2012. Observatorio Astronómico de Bogotá: pedes in terra ad sidera visum. Londoño Niño, Roberto José, Bogotá, D.C.: Universidad de los Andes, Depto. de Arquitectura, Programa de Apoyo Jóvenes Investigadores, Ediciones Uniandes, 2007. Atlas histórico de Bogotá, 1911-1948, Rodríguez, William, Bogotá: Planeta: Corporación La Candelaria, c2006, pág. 42.

5.

—, pág. 42

6.

—, pág. 517

7.

Bogotá y la sabana: guía de arquitectura y paisaje. Arango Cardinal, Silvia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; Sevilla: Junta de Andalucía, 2012, pág. 147.

8.

—, pág. 117.

Recibido: 15 de abril de 2012. Aprobado: 24 de agosto de 2012

Ángela María Franco Calderón

Sandra Karime Zabala Corredor

Internacional

Bogotá Atlas histórico de Bogotá, 1911-1948, Rodríguez, William, Bogotá: Planeta: Corporación La Candelaria, c2006, pág. 269

Urban facilities as instruments to build city and citizenship

Universidad del Valle, Colombia angelafranco2011@gmail.com Arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Ciudad y Proyecto Urbano de la Universités d’Aix-Marseille y l’École d’Architecture de Marseille-Luminy, Magíster en Sociología de la Universidad del Valle. Profesora, investigadora y directora de proyectos de extensión en urbanismo en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Valle. Recientemente terminó estudios en los Estados Unidos en el Special Program of Urban and Regional Studies (SPURS) en el Massachusetts Institute of Technology (MIT)

Índice de imágenes 1.

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía

9.

—, pág. 203.

1.

10.

Atlas histórico de Bogotá, 1911-1948, Rodríguez, William, Bogotá: Planeta: Corporación La Candelaria, c2006, pág. 515.

Historia del Urbanismo, Sica, Paolo, Madrid: Instituto de Estudios de Administración Local, [1982- ].v : Siglo XIX, pág. 1102 il.945-950

2.

—, pág. 1102 il.988-991

11.

—, pág. 263

3.

—, pág. 1066 il.928

12.

—, pág. 158

4.

—, pág. 186 il.243-245

13.

Bogotá y la sabana: guía de arquitectura y paisaje. Arango Cardinal, Silvia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; Sevilla: Junta de Andalucía, 2012, pág. 200.

5.

—, il.

6.

—, il.

7.

—, pág.1068: il.931-933

8.

—, pág. 723, il.

9.

—, pág. 1044, il.882

10.

—, pág.16 il.1-5

11.

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12.

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15.

Museos arquitectura, Uffelen, Chris van, pág. 350, Verlag: Ullmann, c2010.

14.

—, pág. 112

15.

—, pág. 214

16.

—, pág. 200

17.

—, pág. 213

18.

—, pág. 100

19.

—, pág. 213

20.

—, pág. 227

21.

Juan Pablo Ortiz

22.

—, pág. 85

23.

—, pág. 231

Gerente Urbania Consultores skzabalac@gmail.com Arquitecta, máster en Diseño Urbano, Oxford Brookes University. Máster en Restauración y Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, Universidad de Alcalá de Henares. Consultora especializada en temas urbanos, de ordenamiento territorial y patrimonio inmueble, en especial en centros urbanos e históricos

Artículo de investigación derviado del proyecto "Cuidad y equipamientos. Impactos de los equipamientos en el contexto urbano y propuestas para su manejo", del grupo de investigación Observatorio de Arquitectura y Urbanismo, Universidad del Valle, Colombia

Resumen Los equipamientos urbanos han tenido históricamente un papel fundamental como espacios que permiten a los ciudadanos ejercer el derecho a la ciudad. ¿Cómo la arquitectura y el urbanismo contribuyen a garantizar ese derecho? ¿Cómo los equipamientos favorecen la construcción de ciudad y ciudadanía mediante una mejor integración con el entorno? En algunas ciudades del país el desarrollo de nuevos e importantes equipamientos, sumado al mejoramiento de infraestructuras existentes, ha permitido reducir una “deuda social” acumulada. Sin embargo, quedan muchos retos en el camino hacia el fortalecimiento de los procesos de inclusión social y para lograr el funcionamiento óptimo de estos espacios en su relación con el entorno. Palabras clave: equipamientos colectivos, usos dotacionales, inclusión social, impactos urbanos, ordenamiento territorial, sostenibilidad.

Abstract Urban facilities have historically played a fundamental role as spaces that allow citizens to exercise their right over the city. How do architecture and urbanism actually contribute to guarantee this right? How do the facilities give an advantage to the construction of the city and citizens through better environmental integration? In some cities in the country the development of new and important facilities, constructed by improving already existing infrastructure, has led to the reduction of an accumulated “social debt”. However, there are still many challenges to be faced on the road to strengthening the processes of social inclusion and to achieving the optimal functioning of these spaces in relation to their environment. Keywords: collective facilities, civic use, social inclusion, urban impact, land demarcation, sustainability.

[ 10 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 8-13. http://dearq.uniandes.edu.co


El derecho a la ciudad no puede concebirse como un simple derecho de visita o retorno a las ciudades tradicionales. Solo puede ser entendido como el derecho a la vida urbana, transformada, renovada. Henry Lefebvre, 1968

T

rascendiendo las aspiraciones estéticas y funcionales que enmarcaron las acciones de la arquitectura y el urbanismo moderno, la ciudad contemporánea se está repensando como un espacio que debe desarrollar plenamente las dimensiones ambiental, económica y social, mediante prácticas que garanticen un acceso por igual a todo lo que, en un espacio compartido, convierte a los seres humanos en ciudadanos: el espacio público, los elementos y espacios que permiten la movilidad, los equipamientos colectivos, entre otros. El camino hacia la transformación de muchas ciudades en lugares más equitativos y sostenibles, sin embargo, es aún largo y complejo, y en este contexto, el papel de la planificación es central. Como práctica que debe contribuir a la cimentación de principios, yendo más allá de la lógica capitalista impuesta al desarrollo urbano durante décadas, el ejercicio de la planificación debe enfocarse decididamente en la promoción de la justicia e inclusión social, de economías más solidarias y de la sostenibilidad —en el amplio sentido del término—, así como en la toma de decisiones mediante el ejercicio de la democracia. Lo anterior conduce necesariamente a plantear una reflexión más amplia sobre el papel de los espacios colectivos como “instrumentos” que favorecen esa construcción de una ciudad más incluyente, justa y democrática, pues estos espacios permiten ejercer la ciudadanía de la manera más directa o, mejor, utilizando las palabras del sociólogo francés Henry Lefebvre, el derecho a la ciudad. Pero, ¿cómo se expresa ese derecho a la ciudad en Colombia? ¿Cómo la arquitectura y el urbanismo, a través de los equipamientos, contribuyen para garantizar el derecho a la ciudad en ese contexto de equidad e inclusión buscado? Y, en términos de planeación, ¿cómo favorecen la construcción de la ciudad y la ciudadanía mediante una integración armónica con el entorno para evitar la generación de impactos negativos en los mismos sectores que a la vez benefician? La respuesta a estas preguntas se puede encontrar en diversas acciones derivadas de los procesos de desarrollo urbano: construcción de vivienda social, mejoramiento de la oferta y calidad de los espacios públicos, protección de los elementos con valor ambiental, sistemas más eficientes para la movilidad y la construcción o mejoramiento de los equipamientos colectivos. Estos últimos, además de atender las necesidades básicas de los ciudadanos y ocupar un lugar importante en el espacio construido, son, sin duda, espacios que representan los principios de la vida colectiva. Por esta razón se toman como el punto de referencia para abordar las cuestiones aquí planteadas.

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Ángela Franco, Sandra Zabala  [ 11 ]


Equipamientos y desarrollo social

1 Hernández Aja, “Barrios y equipamientos públicos”, 88.

2 Ibíd., 89.

Como componentes esenciales del territorio, los equipamientos urbanos han tenido históricamente un papel fundamental en la atención de las necesidades básicas de los ciudadanos y han sido instrumentos valiosos para la construcción de comunidades solidarias. Como lo señala el urbanista Agustín Hernández, son “dotaciones que la comunidad entiende como imprescindibles para el funcionamiento de la estructura social y cuya cobertura ha de ser garantizada colectivamente”.1 Esto significa que los equipamientos son espacios que cumplen una doble función pues, además de proveer servicios esenciales, contribuyen en la construcción y en el fortalecimiento de la vida colectiva. Esto es posible si el equipamiento se concibe, desde el primer esquema de diseño, como un lugar que no solo debe prestar un servicio determinado, sino como un espacio para propiciar el encuentro, promover el uso adecuado del tiempo libre y generar sentido de pertenencia y orgullo a través de un alto valor estético. Así mismo, para que cumplan con su función social, es necesario que se tengan en cuenta cuatro criterios: 1) no deben ser, obligatoriamente, generadores de recursos económicos, pues de esta forma pueden garantizar la cobertura, por igual, de necesidades básicas que algunos ciudadanos no estarían en capacidad de pagar; 2) deben ser concebidos como una propiedad colectiva, reconocida como tal por el Estado y las comunidades; 3) su distribución debe ser homogénea en el territorio, de tal manera que se conviertan en soportes complementarios de las nuevas centralidades y garanticen equidad, y 4) tienen que ser flexibles para cubrir rápidamente necesidades producto de momentos de crisis.2 El cumplimiento de estas condiciones, sumado al importante papel dado a los equipamientos en la consolidación de estrategias de desarrollo urbano y social, se ha constituido en una de las principales características de algunos proyectos construidos recientemente en

Figura 1. Unidad deportiva El Granizal, Medellín, Colombia. Equipamiento con el cual se promueve un buen uso del tiempo libre. Fotografía: Jeff Geisinger

[ 12 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 10-21. http://dearq.uniandes.edu.co


ciertas ciudades colombianas. No solo a través de nuevos edificios, sino mediante el mejoramiento de infraestructuras existentes, se ha logrado reducir una “deuda social” acumulada por décadas. Bibliotecas, colegios, jardines infantiles, centros de desarrollo comunitario y empresarial, equipamientos deportivos, educativos y culturales son, entre otros, edificios que se han consolidado como referentes urbanos y generadores de sentido de pertenencia en barrios donde poco o nada se había visto la acción del Estado (fig. 1).3

3 Franco Calderón, Ciudad y equipamientos, 28.

En el caso de Bogotá, el énfasis en la promoción de la cultura ciudadana y el fortalecimiento de la educación durante la primera administración de Antanas Mockus, entre 1995 y 1998, permitieron a los ciudadanos volver a ejercer el derecho a la ciudad, opacado durante décadas por factores como la violencia y la corrupción. Las políticas de desarrollo urbano, sólidamente cimentadas por Mockus, permitieron a las administraciones posteriores transformar los barrios más desatendidos de la ciudad mediante acciones concretas, entre las que se destaca el mejoramiento de la calidad arquitectónica y estructural de edificaciones ya existentes y la construcción de nuevos equipamientos concebidos bajo principios como la equidad, el valor de lo colectivo y el respeto por la dignidad y la vida. En este contexto, uno de los ejemplos más significativos es la Red Capital de Bibliotecas Públicas, compuesta por cuatro bibliotecas mayores, seis locales, diez de barrio y un sistema de bibliotecas móviles. De esta experiencia se destacan dos logros importantes: por un lado, la decisión de ubicar las bibliotecas mayores en puntos de la ciudad distantes entre sí y alejados del centro tradicional permitió desconcentrar la oferta de equipamientos que hasta entonces se agrupaba principalmente en el área central. Por el otro, los nuevos edificios diseñados con los mejores estándares arquitectónicos se convirtieron en hitos y en motores para el desarrollo de nuevos proyectos en barrios con bajos estándares de calidad de vida que, desde la construcción del equipamiento, empezaron a transformarse (figs. 2 y 3).

Figura 2. Biblioteca El Tintal Manuel Zapata Olivella. Proyecto que transformó una planta de reciclaje en un edificio remarcable, tanto en lo arquitectónico como en el impacto positivo que generó en su entorno. Diseño de Daniel Bermúdez. Fotografía: Ángela María Franco C.

Figura 3. Biblioteca Virgilio Barco. Edificio emblemático que se integra al entorno mediante recorridos en varios niveles y espacios públicos que se convierten en la extensión del equipamiento. Diseño de Rogelio Salmona. Fotografía: Archivo Universidad del Valle

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Ángela Franco, Sandra Zabala  [ 13 ]


Figura 4. Colegio Gabriel Betancourt Mejía, Bogotá, Colombia. El corredor se transforma en una “calle” diseñada para propiciar el encuentro y la interacción. Diseño de Pedro Juan Jaramillo. Fotografía: Ángela María Franco C.

Figura 5. Modelos de sistemas de diseño. Los esquemas propuestos por la firma Álvaro Rivera Realpe y Asociados permite el máximo aprovechamiento del espacio para las áreas libres y lúdicas. Fuente: imágenes de Álvaro Rivera Realpe y Asociados

Figura 6. Colegio Carlo Federicci, Bogotá, Colombia. Uno de los colegios desarrollados por Álvaro Rivera Realpe y Asociados con base en el sistema de diseño. Fotografía: Álvaro Rivera Realpe y Asociados

4 Según Carlos Benavides: “es fundamental […] comprender la amplitud e integralidad de la problemática del escenario para la educación, entender que no se puede limitar a contar con unas ‘buenas instalaciones’, si estas no aportan y motivan en los procesos de enseñanza y aprendizaje” (Hábitat escolar, 120). Para Benavides el concepto de hábitat escolar va más allá de la arquitectura misma y propicia que el edificio escolar sea concebido como un ambiente integral en el que el entorno, la socialización y la participación hacen parte de la enseñanza.

De forma paralela, Bogotá le apostó tanto a la calidad de la enseñanza como al desarrollo de una infraestructura capaz de evidenciar que aun en los sectores más vulnerables, los niños merecían edificios con los mejores estándares. Para este fin se inició un programa de construcción de colegios con el cual, transcendiendo la forma y la estética, que también fueron importantes, se buscó la consolidación del hábitat escolar (fig. 4).4 Para el diseño arquitectónico de los proyectos —más de un centenar de nuevos colegios y casi doscientos proyectos de recuperación y reforzamiento estructural— el Distrito realizó concursos de arquitectura que se sustentaron en diferentes enfoques metodológicos. Inicialmente,

[ 14 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 10-21. http://dearq.uniandes.edu.co


durante la administración de Enrique Peñalosa, la Secretaría de Educación Distrital, en coordinación con la firma Álvaro Rivera Realpe y Asociados, definió los parámetros de diseño mediante estándares básicos para construcciones escolares. Posteriormente, durante la administración de Luis Eduardo Garzón, se planteó un concurso de anteproyectos arquitectónicos de modelos de sistemas de diseño, enfocado en el desarrollo de patrones adaptables a diferentes entornos y terrenos, sin perder de vista los principios y conceptos mencionados (figs. 5 y 6). En el caso de Medellín, entre el 2004 y el 2007, durante la administración de Sergio Fajardo, se identificaron dos problemáticas para lograr un cambio estructural: la primera, la desigualdad producto de la deuda social acumulada y, la segunda, la violencia arraigada en los barrios desde la década de los ochenta como efecto del narcotráfico.5 El diagnóstico de la ciudad realizado durante los primeros meses de gobierno condujo a plantear, entre otras estrategias, lo que se denominó urbanismo social, un término que reúne las acciones emprendidas para lograr la transformación del territorio, entendido a la vez como espacio físico y como espacio social.6 Bajo la premisa “Medellín la más educada”, los equipamientos y el espacio público ocuparon un papel central en el plan de desarrollo. Se construyeron en un cuatrienio cinco parques-biblioteca, ocho centros de desarrollo empresarial, diez nuevos colegios, unidades deportivas y espacios para el encuentro, la ciencia y la tecnología, que permitieron materializar una estrategia de gobierno cimentada en la equidad social y el fortalecimiento de la educación (fig. 7).

5 Quinchía Roldán, “Discurso, ideología y poder”, 15.

6 Raymond Ledrut argumenta que la ciudad “no es una suma de cosas […] tampoco es el conjunto de edificios y calles, ni siquiera de funciones. Es una reunión de hombres que mantienen relaciones diversas”. El espacio social, 23-24.

Figura 7. Parque Explora, Medellín, Colombia. Diseño de Alejandro Echeverri. Fotografía: Sandra Karime Zabala C.

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Ángela Franco, Sandra Zabala  [ 15 ]


En los nuevos proyectos emprendidos el enfoque era claro: arquitectura de calidad para reivindicar a los más desfavorecidos y generar orgullo y apropiación de territorios históricamente marginados del desarrollo. En este contexto, los parques-biblioteca, por ejemplo, se concibieron como equipamientos imponentes asociados a espacios públicos de remarcable calidad, que aparecieron en un paisaje urbano caracterizado por la informalidad y la pobreza. Fueron, sin duda, la representación arquitectónica de la igualdad de derechos y la justicia social proclamadas por la administración de Fajardo (figs. 8 y 9). Estas construcciones, caracterizadas por la exploración de nuevas formas arquitectónicas que les permite sobresalir en paisajes relativamente homogéneos, se concibieron como espacios para promover el aprendizaje mediante la interacción social y la mejor utilización del tiempo libre, con miras a producir impactos positivos en los grupos sociales. Después de su construcción se generó un debate, aún vigente, sobre la pertinencia de realizar grandes inversiones en equipamientos con arquitectura “monumental” que prestan un servicio similar a otros

Figuras 8 y 9. Parque-Biblioteca Tomás Carrasquilla-La Quintana, Medellín, Colombia. Relación visual e integración de los espacios del equipamiento con los barrios vecinos. Diseño de Ricardo La Rotta. Fotografía: Francisco Ramírez P.

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más modestos. Sin embargo, queda claro que la intención de la administración de Fajardo fue generar nuevos hitos urbanos vistosos y protagónicos para enviarle al mundo el mensaje del papel que tiene la arquitectura como estrategia para disminuir las brechas sociales; para evidenciar que los más desfavorecidos merecen y pueden tener infraestructuras con altos valores estéticos, funcionales y con los mejores materiales y acabados, y para demostrar que también tienen derecho a la ciudad.

La otra realidad: impactos negativos de los equipamientos en el entorno Más allá del rol central que cumplen los equipamientos en el desarrollo, mencionado anteriormente, es preciso tener presente que estas infraestructuras también deben ser consideradas importantes generadoras de impactos negativos. En este sentido, es posible afirmar que los equipamientos contribuyen de forma directa a la construcción de una mejor o peor calidad de vida y que, de acuerdo con sus características, pueden transformar el territorio de una manera positiva o negativa. Mediante estudios de caso y trabajo de campo se ha podido establecer que la magnitud y el tipo de impactos dependen principalmente de los siguientes factores: • La escala o cobertura (nacional, regional, departamental, metropolitana, zonal o vecinal) que puede producir impactos de magnitud variable. • El carácter público, privado o mixto, relacionado con factores como el tipo de transporte utilizado por los usuarios y la demanda de cupos de estacionamiento. • La cantidad de usuarios y visitantes que varía entre una alta demanda e incluso su ausencia. • La frecuencia en el ingreso y salida de los usuarios, que puede ser permanente o constante, permanente con picos en horarios de mayor afluencia, masiva, ocasional o prácticamente inexistente. • Los horarios de prestación de servicios. • El tipo de usuarios que varía según grupos etáreos, nivel socioeconómico y su papel en relación con el equipamiento (trabajadores, usuarios o acompañantes). • La permanencia de los usuarios en el equipamiento que puede ser constante (incluso internos) o de estancias cortas para hacer un trámite. • La naturaleza del servicio prestado, que implica variaciones en el tipo de impactos relacionados con el medio ambiente y la movilidad. • Las características del entorno en el que se localiza, relacionadas con los usos del suelo, las condiciones de movilidad y el espacio público.

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7 Franco Calderón, Ciudad y equipamentos, 33.

• La cercanía de varios equipamientos, que pueden funcionar como un nodo y generar una sumatoria de impactos.7 Las dinámicas que encierran cada uno de estos factores, analizadas mediante los estudios de caso, permitió determinar los siguientes impactos negativos que pueden producir los equipamientos en el entorno: • El espacio público sufre deterioro por su uso descuidado, como ocurre por ejemplo en las plazas de mercado. Es utilizado temporalmente para suplir carencias internas como falta de espacios para espera o filas de usuarios o es invadido por vendedores informales atraídos por la concentración de gente. • La movilidad es impactada negativamente por la concentración de vehículos particulares, permanentemente o en momentos de entrada y salida masiva de usuarios; el transporte público colectivo, que responde a la demanda estacionándose momentáneamente o circulando a baja velocidad para captar pasajeros; la falta de estacionamientos, o los cierres asociados con la seguridad y vigilancia de equipamientos especiales. • Ocurren cambios de usos en las edificaciones cercanas (usos inducidos), generados por la demanda de los usuarios por bienes y servicios (alimentos, fotocopias, papelerías, bares, etc.). Así mismo, cambios de usos por la expansión del equipamiento hacia edificaciones cercanas como consecuencia de su crecimiento no planificado. • Se pueden generar impactos negativos en el medio ambiente por altos niveles de ruido, producción de desechos tóxicos o radiaciones, y descuido, mal manejo o intervención inadecuada de áreas con valores ambientales, zonas verdes y vegetación. • Los equipamientos producen otros impactos como inseguridad real o percibida causada por la posibilidad de atentados terroristas o robos y atracos inducidos por la alta afluencia de público. Así mismo, pueden ocasionar impacto visual por la inadecuada interacción con el entorno; rechazo social hacia equipamientos, como cárceles, estaciones de policía u hogares de paso para población vulnerable, que los ciudadanos en general prefieren no tener cerca a sus lugares de residencia o trabajo. Un arquitecto o un urbanista responsable debe plantear respuestas a estas realidades y debe evitar al máximo la generación, en el entorno y a los ciudadanos, de problemas derivados por la construcción del equipamiento. Por el contrario, debe propender por aumentar los efectos positivos para potenciar los aportes de los equipamientos en la construcción de ciudad y ciudadanía. Para ello se requiere conjugar respuestas hacia cuatro condiciones fundamentales que tienen estas infraestructuras: son objetos, usos colectivos, hechos arquitectónicos funcionales y hechos urbanos.

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El reto: una integración armónica con el entorno Tal como se mencionó, el papel de los equipamientos en la estructuración de ciudad y ciudadanía está directamente vinculado con diversas realidades y factores que tienen implicaciones disímiles en los territorios y sus habitantes. En primer lugar, los equipamientos son objetos, hechos tectónicos, con frecuencia singulares y únicos en su materialidad, ya sea a partir de su calidad arquitectónica y si se quiere “artística”, o por lo menos como consecuencia de su magnitud y sus diferencias formales frente al conjunto de edificaciones para otros usos como la vivienda y el comercio. La condición de “objetos” de los equipamientos les permite participar en la construcción de ciudad y ciudadanía como puntos de referencia, como hitos que permiten la lectura de la ciudad que hace más de medio siglo promovió Kevin Lynch, en La imagen de la ciudad;8 como elementos que contribuyen en la consolidación del sentido de pertenencia y la identidad ciudadana a partir del orgullo que genera su resultado formal y estético. El papel del arquitecto es fundamental como “artista” creador de ese “objeto”.

8 Lynch, The Image of the City, 78.

En segundo lugar, los equipamientos representan usos colectivos que suplen algunas de las necesidades básicas de los ciudadanos en su vida cotidiana y del Estado y sus instituciones. A partir de su condición de uso colectivo, los equipamientos, son también puntos de encuentro, de representatividad y de referencia, ya no desde su materialidad sino por la significación de la actividad. Esto significa que los equipamientos influyen directamente en la consolidación del derecho a la ciudad, en la medida en que se distribuyan equitativamente en el territorio —labor en la que deben contribuir los urbanistas—, y que presten con calidad y responsabilidad los servicios para los que fueron creados a partir de la construcción de edificaciones que lo permitan y promuevan —tarea que recae totalmente en los arquitectos—. En tercer lugar, los equipamientos son elementos arquitectónicos, ya no desde su acepción de “objeto”, sino como edificación eficiente en su funcionamiento interno y externo. Desde este punto de vista, el arquitecto contribuye a garantizar el derecho a la ciudad mediante el diseño de plantas físicas eficientes y adecuadas que permitan prestar servicios de calidad a los ciudadanos. Así mismo, la precisión del proyecto contribuye de forma directa a mitigar y prevenir la generación de impactos negativos en el entorno, en la medida en que se provean soluciones a los requerimientos asociados el funcionamiento del equipamiento: áreas y espacios suficientes y amplios para la escala y demanda del equipamiento, oferta de bienes y servicios requeridos por los usuarios, manejo adecuado de los accesos vehiculares y peatonales, provisión de estacionamientos, entre otros. Finalmente, los equipamientos son hechos urbanos, no solo por su localización en la ciudad con la cual tienen una relación de interdependencia en cuanto a impactos, beneficios y requerimientos, sino además

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9 Para esto, algunas ciudades del país han desarrollado instrumentos como los planes de regularización y manejo o los planes de implantación, con los cuales las instituciones propietarias de los equipamientos deben trabajar para mejorar la relación de estas infraestructuras con su entorno.

porque, en conjunto, conforman uno de los principales sistemas estructurantes de las urbes en relación directa con los otros sistemas. La tarea principal de los urbanistas y los arquitectos en este campo es la planificación asertiva del sistema de equipamientos, de tal manera que se asegure equidad en su distribución en el territorio, implantaciones acordes con la escala y usos, así como diseños que prevengan o contribuyan a mitigar impactos generados por los equipamientos.9 En este sentido, se sugiere que los equipamientos aseguren: • La provisión de espacios suficientes para responder a los diversos requerimientos del uso, según su escala, tipo y demanda, y para albergar la totalidad de los usuarios sin utilizar para tales fines, vías y espacios públicos aledaños. • El diseño de espacios, en el interior del equipamiento, para la venta de bienes y servicios demandados por los usuarios, como cafeterías, fotocopiadoras o papelerías. • La planificación de su crecimiento de tal manera que se evite la expansión o el crecimiento “invasivo”. • La ubicación y el diseño adecuados de los accesos de vehículos —particulares, de carga, buses, ambulancias, taxis, otros— preferentemente sobre las vías con menor flujo vehicular, así como la provisión justa de cupos de estacionamiento con soluciones de parqueo tanto para empleados como para usuarios. • La integración armónica del edificio con el espacio público circundante para aprovechar el equipamiento como lugar que propicia el encuentro ciudadano. En síntesis, la integración de los equipamientos con el entorno es posible si se reconocen los efectos positivos o negativos que pueden originar y, en consecuencia, se asumen como premisas en el proceso de planificación y diseño. Así mismo, en lo estético, se debe tener presente que la calidad arquitectónica es fundamental en cualquier proyecto y que estas infraestructuras son elementos básicos para garantizar el derecho a la ciudad.

Consideraciones finales

10 Harvey, “The Right to the City”, 939.

En Colombia los equipamientos se están reinterpretando y consolidando como edificios que trascienden la infraestructura física para convertirse en promotores de nuevos proyectos de ciudad en los cuales la inclusión, la equidad y la solidaridad ocupan el primer escalón en las prioridades de la gestión pública. Retomando el concepto de derecho a la ciudad, esta vez mediante el enfoque que propone David Harvey cuando afirma que es “un activo derecho a hacer de la ciudad un lugar distinto, a darle forma de acuerdo con nuestros deseos más profundos y a rehacernos a nosotros mismos en ella de una manera diferente”,10 es posible afirmar que los equipamientos colectivos, como han sido concebidos recientemente en algunas ciudades colombianas, han

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permitido a miles de personas de escasos recursos cumplir sus deseos de sentirse incluidas a través de un derecho que les había sido negado: ser ciudadanos de la ciudad que habitan. Es necesario enfocar también los esfuerzos en lograr una mejor integración de los equipamientos con el entorno, tanto en los nuevos proyectos como en los edificios ya existentes, muchos de los cuales producen impactos negativos que dificultan el funcionamiento de la ciudad. Algunas ciudades colombianas han respondido con instrumentos de planificación orientados a mitigar o prevenir los impactos negativos de los equipamientos, a partir de su reordenamiento interno y de acciones contundentes en relación con su implantación. Sin embargo, a pesar de las múltiples soluciones posibles y la existencia de reglamentaciones claras, se requiere un mayor compromiso de los actores involucrados en la prevención y disminución de los impactos. Garantizar una relación óptima del equipamiento con el espacio circundante es una tarea a asumir en la práctica del ordenamiento territorial, el urbanismo y la arquitectura. De esta forma, a partir de la conjunción de esfuerzos para asegurar equipamientos integrados con el entorno y manejados de forma adecuada y eficiente como objetos, usos colectivos, hechos arquitectónicos y hechos urbanos, se podrá cumplir con la misión que tienen el urbanismo y la arquitectura en la construcción de ciudad y ciudadanía, a partir del diseño y la adecuación de los equipamientos.

Bibliografía Benavides, Carlos. Hábitat escolar más allá de la infraestructura educativa. Bogotá: Alcaldía Mayor-Secretaría de Educación Distrital, 2007. Franco Calderón, Ángela María. Ciudad y equipamientos: impactos y manejo. Tres casos en Bogotá. Bogotá: Editorial Escala y Universidad del Valle, 2010. Harvey, David. “The Right to the City”. International Journal of Urban and Regional Research 27, no. 4 (2003): 939-941. Hernández Aja, Agustín. “Barrios y equipamientos públicos: esencia del proyecto democrático de la ciudad”. Documentación Social no. 119 (2000): 79-93. Ledrut, Raymond. El espacio social de la ciudad. Buenos Aires: Amorrortu, 1974. Lefebvre, Henry. Le droit à la ville. París: Antropos, 1968. Lynch, Kevin. The Image of the City. Cambridge: The MIT Press, 1960. Quinchía Roldán, Suly María. “Discurso, ideología y poder en la producción de ciudad: un acercamiento a la práctica discursiva del urbanismo social en la ciudad de Medellín”. Disertación inédita, Medellín, Colombia, 2011.

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Capital social, segregación y equipamientos colectivos Social capital, segregation, and collective facilities Recibido: 23 de agosto de 2012. Aprobado: 2 de octubre de 2012

José Mario Mayorga Henao

jmramone@hotmail.com Sociólogo, Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Planeación Urbana, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Especialista en Derecho Urbanístico, Pontificia Universidad Javeriana

Resumen El presente artículo reflexiona en torno a tres conceptos que a primera vista parecen desvinculados, pero que en la vida urbana determinan la calidad de vida de los individuos: capital social, segregación y equipamientos colectivos. De tal forma, se describe la vinculación que tienen los equipamientos colectivos como garantes para la construcción de capital social, siendo este último un activo que se ve gravemente afectado en un contexto que tiende hacia la segregación. Palabras clave: equipamientos colectivos, segregación, capital social, calidad de vida, pobreza.

Abstract

Artículo de opinión derivado de la tesis de maestría del autor, en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, titulada " Planeación de equipamientos colectivos", publicada en 2010.

This paper comments upon three concepts that on first inspection appear to be unrelated. Social capital, segregation, and collective facilities do, in an urban setting, determine individuals’ quality of life. As such, this paper describes the link that collective equipment has as a guarantor for the construction of social capital, which is an asset that that is seriously affected in a context that tends towards segregation. Keywords: collective facilities, segregation, social capital, quality of life, poverty.

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Un común denominador en las definiciones sobre los equipamientos colectivos, ya sea desde el ámbito teórico o desde el normativo, es vincularlos al concepto de calidad de vida. En términos generales, hay común acuerdo en que los equipamientos colectivos, como hechos urbanos y arquitectónicos, son espacios cuya función es prestar servicios para atender demandas colectivas, entre ellas las educativas, las recreativas, las culturales, las de abastecimiento y las de salud. Si bien es claro que la calidad de vida1 está directamente relacionada con la prestación de los servicios sociales en equipamientos colectivos, poco se ha indagado acerca de las interacciones sociales que se dan en su interior y que inciden directamente en el mejoramiento de la calidad de vida. En el presente artículo se parte por afirmar que las interacciones sociales dadas en equipamientos colectivos de educación, recreación y cultura son las garantes de la producción de capital social y, por lo tanto, las que permiten alcanzar óptimos índices de calidad de vida y superación de estados de pobreza.2 En ese sentido, el artículo muestra las relaciones entre capital social y equipamientos colectivos, y las consecuencias que tiene sobre el primero la segregación social de los segundos en el contexto latinoamericano.

El capital social

1 Según la Organización Mundial de la Salud, la calidad de vida es “la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno”. 2 Considera que la pobreza no solamente está centrada en la carencia de bienes físicos y de servicios básicos, se da mucha importancia a las deficiencias de bienes socioemocionales que es uno de los elementos del paradigma del capital social.

Siguiendo la sociología de Pierre Bourdieu, por capital social se entiende: La totalidad de los recursos potenciales o actuales asociados a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuos. Expresado de otra forma, se trata aquí de la totalidad de recursos basados en la pertenencia a un grupo.3

En un sentido analítico, ya que en la realidad es imposible separarlos, el capital social se puede dividir en tres: capital social individual, capital social colectivo y capital social ciudadano.4 El primero, el capital social individual, alude a todas aquellas relaciones estructurales y no coyunturales con otros individuos que permiten adquirir las competencias y la información necesarias para solucionar los problemas del desarrollo de la vida cotidiana en distintos ámbitos: laboral, residencial, educativo, cultural, recreacional, etc.

3 Bourdieu, Poder, derecho y clases sociales, 148.

4 Mayorga, Planeación de equipamientos colectivos, 32. Si bien Rubén Katzman usa estas tres categorías en su trabajo “Seducidos y abandonados”, no las define sistemáticamente. Por lo tanto, la definición es nuestra.

El segundo, el capital social colectivo, hace referencia a todas aquellas relaciones estructurales y no coyunturales con otros individuos que permiten crear grupos de interés estables (organizacional y temporalmente), con la capacidad de movilizar los recursos suficientes para alcanzar sus metas, ya sean de índole vecinal, cultural, educativo o recreacional.

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El tercero, el capital social ciudadano, se refiere a todas aquellas relaciones estructurales y no coyunturales con otros individuos que permiten forjar valores en torno a la igualdad, el respeto de las diferencias sociales y, por lo tanto, a los derechos y deberes como ciudadanos, como sustento para adquirir actitudes en torno a la democracia y su práctica efectiva.

Equipamientos colectivos Como ya se mencionó, los equipamientos colectivos se definen de manera genérica como espacios y construcciones de uso público o privado, cuya función es ofrecer servicios para atender y satisfacer las necesidades de prestación de servicios sociales (educativos, recreativos, culturales, administrativos, de abastecimiento, de seguridad y de salud, principalmente). Así mismo, la teoría urbanística les atribuye funciones de estructuración y organización del tejido urbano. Sin embargo, para el presente artículo, resalta su importancia como elementos sociales, que se constituyen en referentes de la cotidianidad de individuos espacial y temporalmente determinados y como espacios de producción de capital social, por las interacciones que se dan en su interior. A partir de la definición de capital social ofrecida, son de especial interés los equipamientos de educación, cultura y recreación y deporte, pues son aquellos en los cuales se dan con mayor intensidad interacciones sociales y procesos comunicativos que permiten el reconocimiento del otro como parte esencial en la construcción social de la realidad.

Educativos

5 Ante esto, Katzman, en “Seducidos y abandonados”, plantea: “Creer que únicamente los méritos van a ayudar a la movilidad social es una ficción que solo se cumple en situaciones extraordinarias. Son los contactos sociales lo que potencia el aprovechamiento del capital humano y, dado que generan una razonable certidumbre respecto al logro de empleos adecuados, lo alimenta también la motivación para seguir invirtiendo en el desarrollo de ese capital”, 177. 6 Ibíd., 176.

La distribución adecuada de este tipo de equipamientos aporta significativamente a la equidad en la distribución de activos de capital social entre la población, al facilitar la construcción de redes de estudiantes de composición social heterogénea. Para los estudiantes, estas redes son depósitos de reciprocidades, confianzas y lealtades que pueden activarse en el momento de su incorporación al mercado laboral, gracias a las relaciones construidas con sus pares de mejor posición en la estructura social, que, sin embargo, gracias a las interacciones sostenidas en el ámbito educativo, conocen de sus meritos.5 Sin duda, el sistema educativo es el principal —y muchas veces el único— ámbito institucional con la potencialidad de actuar como un espacio de integración. Posse la capacidad de generar escenarios y contextos para que la población pobre (especialmente niños y jóvenes en edad escolar) tenga la posibilidad de relacionarse en la cotidianidad con sus pares de otras clases sociales. Esto permite que se desarrollen entre distintas clases sociales códigos comunes y vínculos de solidaridad y afecto bajo condiciones de igualdad.6

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Con este tipo de equipamientos se ayuda al desarrollo temprano de sentimientos de ciudadanía entre los estudiantes. Ellos se benefician al participar, en condiciones de igualdad, en una comunidad educativa de la que forman parte otros en condiciones socioeconómicas superiores, dado que emergen identidades compartidas y metas comunes, actitudes positivas de reconocimiento del otro como sujeto de derechos, así como sentimientos de obligación moral que se extienden a compañeros de distinto origen social.7 Se puede afirmar que los equipamientos colectivos de educación fortalecen el capital social en los siguientes aspectos:

7 Ibíd., 177.

• En el capital social individual: fortalecen las formas de reciprocidad y solidaridad, las posibilidades de conocimiento de los méritos de quienes se encuentran en un estado de pobreza y las posibilidades de adquirir modelos de rol de agentes sociales con otras expectativas.8

8 Ibíd., 174.

• En el capital social colectivo: fomentan las posibilidades de crear grupos de intereses, con una composición social heterogénea.9

9 Ibíd., 174.

• En el capital social ciudadano: se experimenta la pertenencia a una comunidad con iguales derechos y obligaciones, problemas similares y recompensas por méritos con sus pares de otras clases.10

10 Ibíd., 174.

Culturales Los equipamientos culturales hacen posible adquirir nuevos conocimientos sobre formas de expresión artística existentes en distintas latitudes del mundo. Igualmente, ayuda a que se generen canales de expresión artística que permitan a la población expresar su visión del mundo, sus problemas, sus necesidades, sus deseos y sus diferencias respecto a otros grupos de la sociedad. Con ello se reconoce su legítimo derecho a expresar su vida colectiva por medio del arte: música, danza, cine o literatura.11 Por otro lado, fomentar los espacios para el desarrollo de las expresiones culturales permite que se generen actitudes en torno a la participación y la política, siendo esta la única manera posible de interiorizar los valores de la democracia. Se puede afirmar que los equipamientos colectivos de cultura fortalecen el capital social en los siguientes aspectos:12

11 Mayorga, Planeación de equipamientos colectivos, 39.

12 Ibíd., 40.

• En el capital social individual, pues permiten la apropiación de un capital cultural adecuado, lo cual ayuda a tener conocimiento sobre las distintas expresiones culturales que hay en la sociedad. • En el capital social colectivo, porque ayudan a la creación de grupos que, mediante el arte, expresen su visión del mundo. • En el capital social ciudadano, ya que fomentan la creación de una cultura política que entienda los valores y las reglas del juego en una sociedad democrática.

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Recreativos

13 Ibíd., 40. 14 Ibíd., 40.

Los equipamientos de recreación y deporte permiten generar valores en torno al cuidado del cuerpo y la sana competencia, de manera que aleje, especialmente, a la población joven del consumo de bebidas embriagantes y sustancias alucinógenas. Este tipo de equipamientos también debe ser visto a partir de su importancia en la generación de valores y actitudes que canalizan los conflictos entre distintos grupos, a partir de la resolución pacífica de controversias y desacuerdos y la construcción de identidad como grupo. Desde el reconocimiento del otro como un rival legítimo, dentro de unas reglas de competencia claras, se permite a los ciudadanos adquirir valores en torno a la diferencia y al respeto, como premisas de una sociedad democrática.13 Se puede afirmar que los equipamientos colectivos de recreación y deporte fortalecen el capital social en los siguientes aspectos:14 • En el capital social individual, al fomentar las posibilidades de generar hábitos y costumbres asociados al cuidado del cuerpo a partir de la competencia con pares. • En el capital social colectivo, porque permiten expresar por medio de la competencia grupal las diferencias que hay en la vida cotidiana. • En el capital social ciudadano, al incentivar la creación de valores en torno al juego limpio, a la sana competencia y a los derechos del otro, los cuales son de vital importancia en una sociedad democrática.

Segregación y sus consecuencias

15 Ibíd., 22.

Es necesario partir de unas consideraciones teóricas sobre la vinculación ontológica entre la estructura social y el espacio. Se comienza por entender que las relaciones sociales están inevitablemente ligadas a las relaciones espaciales y, por lo tanto, las distancias físicas son indicadores de distancias sociales. En consecuencia, el espacio social se presenta como la distribución en el espacio físico de diferentes bienes, servicios y también de agentes individuales y grupos localizados físicamente.15

16 Bourdieu, “Efectos del lugar”, 120.

Siguiendo a Bourdieu, se plantea que la posición de un individuo en el espacio social se expresa en el lugar del espacio físico donde está situado y, más concretamente, por medio de los desplazamientos y movimientos del cuerpo que, inscritos en unas estructuras sociales, se convierten en estructuras espaciales y, con ello, se naturalizan, por lo que se organizan y califican socialmente como de inclusión o exclusión de un espacio valorizado.16 Lo anterior lleva a concluir que la ciudad no puede ser apropiada de igual manera por los distintos grupos e individuos que habitan en esta, ya que el uso de sus lugares valorizados, como lo son los equipamientos

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colectivos, se establece en función de una estructura social que tiende hacia la diferenciación y hacia la segregación. Esto es precisamente lo que caracteriza la ciudad latinoamericana, una fuerza hacia la desigualdad y hacia la segregación de las distintas esferas de la vida pública. Si bien se entiende que uno de los mecanismos para mejorar la calidad de vida de la población y superar condiciones de pobreza radica en la generación de sentimientos de igualdad y reconocimiento del otro, y ello solo es posible en cuanto sean intensas y frecuentes las interacciones en el ámbito de lo público (las instituciones educativas, las canchas de fútbol, los espectáculos públicos, las expresiones culturales, etc.), es una constante en el contexto latinoamericano la segregación en el acceso a los equipamientos colectivos, y ello debilitan los espacios de interacción y la base estructural que sustenta la producción de capital social.17

17 Kaztman, “Seducidos y abandonados”, 185.

A medida que se profundizan las disparidades entre barrios socialmente homogéneos, se amplían las distancias entre los grupos sociales, según las posibilidades de acceso que tengan a equipamientos de educación, cultura y espacios de esparcimiento y recreación. La expresión física de este proceso de segregación de los servicios y lugares de encuentro es la escasez de equipamientos colectivos en aquellos desarrollos urbanos caracterizados por la pobreza. Las consecuencias de estos procesos de segregación son evidentes en las formas de acceso a servicios educativos, culturales y recreativos.

Segregación de los servicios educativos Uno de los mayores problemas que afrontan las ciudades en América Latina en la actualidad es la profunda crisis educativa, razón por la cual hay millones de jóvenes analfabetas y serias deficiencias en el cubrimiento espacial, acceso y permanencia en los distintos niveles del sistema educativo. Dado que es un problema que tiende a reproducirse, esta elevada proporción de jóvenes que hereda una educación insuficiente tendrá que afrontar durante el desarrollo de su vida situaciones de precariedad e inestabilidad laboral, con bajos salarios, acceso restringido a opciones de bienestar y pocas opciones de brindar a sus hijos una educación que permita cortar con el proceso de reproducción de la pobreza.18 Sintéticamente, si los ricos van a colegios de ricos, si la clase media va a colegios de clase media y los pobres a colegios de pobres, parece claro que el sistema educativo poco puede hacer para promover la integración social, pese a sus esfuerzos por mejorar las oportunidades educativas de los que tienen menos recursos.19

18 Mayorga, Planeación de equipamientos colectivos, 29.

19 Kaztman, “Seducidos y abandonados”, 177.

Segregación de los servicios culturales En el espacio de las ciudades latinoamericanas es posible constatar un claro contraste entre la existencia de equipamientos y escenarios para el desarrollo de expresiones culturales en las áreas centrales con ejes hacia las áreas de las clases altas de la ciudad y la ausencia de estas

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20 Mayorga, Planeación de equipamientos colectivos, 30.

21 Ibíd., 31.

estructuras en las periferias donde habitan los pobres urbanos. Por lo tanto, existe una separación social y física que impide el acceso de los pobres urbanos a equipamientos y escenarios de carácter cultural para llevar a cabo ejercicios de expresión artística. Su distribución espacial se constituye en una barrera que evita el uso de estos equipamientos a quienes se han localizado en las periferias.20 Estas barreras físicas que impiden el acceso a los equipamientos de carácter cultural dificultan que la población pobre de las ciudades adquiera conocimientos sobre las expresiones culturales y las corrientes artísticas que realizan distintos grupos sociales de diferentes contextos y latitudes. Así, se podría afirmar que esta población se encuentra sometida estructuralmente a cierto retraso, en cuanto al conocimiento acerca de las diferentes tendencias culturales que se van desarrollando en el mundo, dado que carecen de los espacios para acercarse y disfrutar de estas. El cine, el teatro, la danza, la literatura, la música, etc., se constituyen en expresiones artísticas a las cuales no se tiene acceso, aun cuando estos elementos sean de vital importancia para lo que se ha llamado el derecho a la ciudad. Con ello se impide la adquisición de los valores necesarios para entender, respetar, asimilar y reinterpretar distintas expresiones artísticas.21

Segregación de los servicios de recreación y deporte

22 Ibíd., 32.

Otro de los problemas que presentan las ciudades en Latinoamérica y que se constituyen en un factor de segregación física y social es la desigualdad entre sus distintas zonas en cuanto a la dotación de infraestructuras y espacios para el desarrollo de actividades de recreación y deporte de sus distintos habitantes. Teniendo en cuenta la composición socioeconómica de las distintas áreas de las ciudades, no es difícil advertir que la baja dotación de equipamientos deportivos y áreas libres es correlativa a aquellas zonas donde su población se encuentra en un estado de pobreza.22

23 Ibíd., 32.

Este tipo de segregación en el acceso a los equipamientos y áreas libres para el desarrollo del deporte se constituye en un problema, en la medida en que restringe las posibilidades de generar hábitos y costumbres asociados con el cuidado del cuerpo a partir de la competencia con pares. Igualmente, reduce la posibilidad de expresar, por medio de la competencia grupal, las diferencias que hay en la vida cotidiana y, en consecuencia, dificulta la generación de valores en torno al juego limpio, a la sana competencia y a los derechos del otro, los cuales son de vital importancia en una sociedad democrática.23

Conclusiones Al vincular los conceptos de capital social y equipamientos colectivos, se hace hincapié en la importancia de los segundos en la producción estructural del primero, siendo este un elemento sustancial para mejorar la calidad de vida de la población y la superación de estados de

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pobreza. Sin embargo, en la ciudad latinoamericana, la desigualdad en la distribución de capital social y económico se manifiesta en la ausencia de puntos de coincidencia entre distintos grupos sociales, pues, dicho sintéticamente, los pobres y los ricos asisten a distintas escuelas, viven en lugares separados, comen apartados unos de otros, practican sus cultos en momentos y lugares diferentes, contraen matrimonio con personas de su misma condición, se recrean y practican deporte en lugares aislados y asisten a presentaciones artísticas en distintos recintos. De tal forma, la tendencia a la segregación social y espacial afecta el capital social de los grupos de personas que comparten un estado de pobreza, en la medida en que: • Se limitan las interacciones entre la población en estado de pobreza a otros cuya situación, habilidades y hábitos son similares. Por lo tanto, se le impide conocer otros estilos de vida y enfocarse en modelos de rol que les brinden metas personales mayores.24 • Se minimizan las posibilidades de sostener interacciones con otros que estén en posibilidades de suministrar información sobre fuentes de trabajo, capacitación, negocios, oportunidades educativas, culturales o recreativas. Al sostenerse relaciones con otros en la misma condición de pobreza, los canales de información se ven reducidos a solucionar los problemas más urgentes de la vida cotidiana. • Se reduce la exposición a modelos de rol, esto es, a individuos que, por haber alcanzado buenos niveles de vida gracias a su dedicación, talento o disciplina, pueden constituir ejemplos positivos de asociación entre esfuerzos y logros, lo que debilita de ese modo el atractivo de los canales ilegítimos de movilidad social como vías para satisfacer las aspiraciones de consumo.25

24 Kaztman, “Seducidos y abandonados”, 185.

25 Ibíd., 185.

• Se suprimen los escenarios para compartir con otros grupos sociales experiencias que definan un horizonte de desarrollo común, pues no hay posibilidad de que surjan sentimientos de ciudadanía. En esa medida, una política para el mejoramiento de la calidad de vida en las ciudades latinoamericanas debe propender por fortalecer los espacios que permitan el cruce de horizontes cognitivos y la comunicación de los miembros de la sociedad en el ámbito de su vida cotidiana. A través de una política de equipamientos colectivos se deben generar procesos comunicativos que propicien el conocimiento entre distintos grupos de la sociedad, para interactuar y proponer respuestas a los problemas que presenta su espacio vecinal, en primer lugar, y el espacio de la ciudad, en segundo. Gracias a la comunicación, se genera el capital social como poder colectivo, para influir en procesos públicos y construir estructuras de participación reales. Lo que hace a la ciudadana y al ciudadano moderno no es simplemente habitar en una ciudad, sino formar parte de una colectividad en la cual se relaciona comunicativamente con los demás.26

26 Ibíd., 38.

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Desde este enfoque, los equipamientos colectivos se deben constituir en lugares de encuentro, de reconocimiento y, por lo tanto, en espacios donde el capital social se pueda reproducir. Se piensa así el equipamiento colectivo como un producto sociocultural, lugar de la interacción y de la vida pública, el lugar donde se lleva a cabo el funcionamiento de la ciudad y donde toman cuerpo sus expresiones. Así, pues, los equipamientos colectivos no son simplemente espacios físicos o materiales para una determinada función, sino, ante todo, lugares con un significado, donde se pueden construir historias y representaciones, a partir de la posibilidad del encuentro. Lugares que, para ser efectiva y eficazmente disfrutados, no pueden estar distribuidos casualmente, pues se debe buscar una cierta sistematicidad en su localización.

Bibliografía Bosque, Sendra. Ubicación óptima de equipamientos colectivos. Madrid: Rama, 2004. Bourdieu, Pierre. “Efectos del lugar”. En La miseria del mundo. Madrid: Akal, 1999. Bourdieu, Pierre. Poder, derecho y clases sociales. Bilbao: Deselece, 2000. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Capital social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: un nuevo paradigma. Santiago de Chile: Cepal, 2003. Kaztman, Rubén. “Seducidos y abandonados: el aislamiento social de los pobres urbanos”. Revista de la Cepal no. 75 (2001): 171-189. Mayorga, José Mario. Planeación de equipamientos colectivos. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2010.

[ 30 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 22-31. http://dearq.uniandes.edu.co


Colegio Juan Rey - San Cayetano, Bogotá. Fotografía: Hans Drews Ortiz

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Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo Contemporary Barcelona: the decline of a model Recibido: 10 de mayo de 2012. Aceptado: 24 de agosto de 2012

Antonio Pizza

Universidad Politécnica de Cataluña, España antonio.pizza@upc.edu Arquitecto, Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, Italia. Doctorado de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, Universidad Politécnica de Cataluña, España, donde actualmente es profesor. Su investigación se centra en la modernidad en la arquitectura española y catalana. Artículo de opinión publicado anteriormente en italiano: Pizza, Antonio. “Barcellona contemporanea: L’estinguersi di un modelo”. En La civiltà dei superluoghi, editado por Matteo Angoletto et ál., 144-177. Bologna: Damiani, 2007. Traducción: Mauricio Uribe González.

Resumen Barcelona es una ciudad que, a partir de la democratización del espacio público en la segunda mitad de la década de los setenta, se desarrolló con una marcada intención de equilibrar lo público y lo privado. Los esfuerzos de la municipalidad se volcaron hacia la planificación y recuperación de áreas degradadas y la construcción de estructuras nuevas para el bien común. Sin embargo, desde el 2007 se han evidenciado fenómenos que destacan problemáticas urbanas, en que los intereses públicos ceden a las iniciativas de inversión privada. Nuevas prioridades mercantiles, junto con turismo e inmigración desbordantes, ha conducido a una “expropiación” de la ciudad a sus habitantes. Palabras clave: Barcelona, espacio público, urbanismo socialdemócrata, intereses privados, transformación urbana.

Abstract Barcelona is a city, which through the democratization of public space in the second half of the seventies, developed with a noticeable intention of balancing the public and private. The municipalities’ efforts were focused towards the planification and regeneration of dilapidated spaces and the construction of new structures for public benefit. However, since 2007 new phenomena have come to light that emphasise urban problems in which public interests become less important than private investment initiatives. New market priorities, together with tourism and myriad immigration have caused an “expropriation” of the city from its inhabitants. Keywords: Barcelona, public space, socio-democratic urbanism, private interests, urban transformation.

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Dentro de las dinámicas actuales de transformación de la mayor parte de los centros habitados —de pequeña y de gran escala—, algunas ciudades poseen un rol protagónico debido a la concentración de fenómenos en curso que hacen destacar las problemáticas urbanas, posiblemente más decantado que en otras circunstancias. Es innegable que se asiste a una redefinición, no solo física, del ambiente construido; así mismo, muchas de las identidades conceptuales anteriormente compartidas sufren un necesario proceso de revisión y de inaplazable actualización, de frente a la metamorfosis de la realidad. Existen, con toda evidencia, algunas cuestiones particularmente imperiosas dentro de las evoluciones urbanas contemporáneas, sobre todo en relación con aquello que, a menudo cediendo a impulsos demagógicos, viene clasificado reductivamente como “espacio público”. En efecto, aunque es cierto que en la gestión del bien “ciudad”, hoy más que nunca una gran divergencia separa el ámbito de lo privado con el de lo público, es inevitable precisar que el carácter público de un lugar urbano, el hecho elemental de que todos los ciudadanos puedan resultar sus naturales destinatarios, no necesariamente hace factible una práctica existencial donde la interacción ciudadana se refleje en valores colectivos. En este sentido, es indudable que en el tejido de una urbe nos encontramos con distintos eventos como plazas, jardines, paseos, además obviamente con edificios e infraestructuras, y nos damos cuenta de que no siempre, o cada día con mayor dificultad, logramos reconocer una sociabilidad libre que conlleve un intercambio creativo entre miembros de una comunidad solidaria. Y todavía más cuando en estas propiedades se introduce hoy en día una actitud muy reiterada en la administración de las ciudades y, de manera particular, en el estudio de caso del cual nos ocuparemos brevemente en este artículo (aquel de la “premiada” Barcelona actual). Es de anotar, cuando nos encontramos ante varios episodios en los cuales el poder público a partir de condiciones preestablecidas cede a los privados la gestión de porciones de suelo edificables, cómo la explotación y el manejo de bienes municipales, destinados a toda la ciudadanía, son sometidos a una casuística de utilización que sin duda los envilece. Si en la actualidad, en la economía urbana, sobresale indiscutiblemente la generalización de los intereses privados, nos ayudará en la claridad el análisis de cómo tal mercantilización se ha ramificado en todos los aspectos de la cotidianidad, incluyendo también aquellos que, por su naturaleza, parecerían ajenos a los intereses especulativos. Al respecto, el caso de Barcelona puede considerarse, desde tantos puntos de vista, como ejemplar; de hecho, la reinstauración de la democracia en 1975 y el consiguiente crecimiento del poder (político y financiero) de las municipalidades españolas permitieron la puesta en

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo Antonio Pizza  [ 33 ]


marcha de un importantísimo programa de reformas del espacio público, bien sea desde su construcción como desde las modalidades de su utilización. A partir de 1980, el Ayuntamiento inauguró una serie de intervenciones, en el centro y en la periferia, identificables, además que por el promotor unitario, por el declarado intento de la municipalidad de “hacer ciudad”, comenzando precisamente desde el espacio público y no desde aquellas categorías funcionalistas que han orientado el destino de la disciplina en la segunda posguerra (vivienda, transporte e industria). Privilegiando las potencialidades del proyecto arquitectónico frente a lo irrealizable de un urbanismo teórico, se prefirió una planificación “por fragmentos”, extendida a todo el territorio edificado, que focaliza las inversiones tanto en la recuperación de las áreas degradadas existentes como en la creación de estructuras completamente nuevas, cuyo objetivo principal era la de la recuperación (funcional, social y simbólica) de los asentamientos. Como bien se sabe, el principal inspirador de esta política —el arquitecto Oriol Bohigas— fue el jefe durante varios años (de 1980 a 1984) del recién nacido organismo municipal Servei de Projectes Urbans. Las líneas directrices de su programa han sido divulgadas en repetidas ocasiones y, respecto a lo más consolidado y teniendo en cuenta, por contraste, los desarrollos contemporáneos, conviene volver a evocar un aspecto calificativo de aquellas reivindicaciones: No es que el Movimiento Moderno haya negado el espacio público como matriz de las actividades colectivas, sino que asignaba a cada espacio público un papel preseleccionado y exclusivo, negando las condiciones de interferencia y conflictividad de usos de partes urbanas fundamentales, como la calle y la plaza, espacios en los que sucede de todo, donde todo interactúa sin ninguna posibilidad de 1

Bohigas, Reconstrucció de Barcelona, 115.

clasificación.1

Una postura, por consiguiente, que sobrepasa el superproyecto estetizante, que renuncia, por principio, a una determinación artificiosa de las virtudes sociales mediante el unívoco recurso del lenguaje arquitectónico. No hay que dejar de lado, de ninguna manera, que esta política de ejecución se realizaba bajo un riguroso control público de las operaciones, sin perder de vista que la finalidad era satisfacer instancias colectivas compartidas, en especial aquellas relacionadas con la recuperación por parte de la ciudadanía de áreas urbanas que tradicionalmente estaban sujetas a irreparables procesos de degradación y abandono, para en cambio producir, gracias a intervenciones de saneamiento, polos de sociabilidad renovada. Los resultados de esta infatigable actividad, que duró al menos unos quince años, han sido ampliamente registrados por los canales publicitarios internacionales, al recibir además diversos reconocimientos honoríficos. En efecto, en 1999, la ciudad de Barcelona recibió del Royal Institute of British Architects (RIBA) la medalla de oro, concedida

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por primera vez a una entidad abstracta y no a una figura profesional. Pero no sería esta la única premiación: en realidad, en 1987, la ciudad había ya recibido un reconocimiento por parte de la Universidad de Harvard por el alto nivel alcanzado en el diseño urbano; mientras que en septiembre del 2002 lo obtuvo también en la Bienal de Arquitectura de Venecia. Sin embargo, la medalla del RIBA llegó probablemente al cierre de un ciclo de sucesos, que constituyen, sin duda, un distinguido sello. No por casualidad, entre las motivaciones expuestas, se cita “el empeño activo desde una óptica urbanística”, en que se resalta “la combinación de espectaculares proyectos urbanos y el mejoramiento en pequeña escala de plazas y calles”. La pregunta que surge, en este comienzo del 2007, es qué ha quedado de aquella experiencia extraordinaria promovida a partir de una sorprendente sinergia positiva entre política, cultura, arquitectura, urbanismo, uso democrático y vida asociativa. ¿Es posible encontrar elementos de continuidad en la actual política urbana que está transformando sensiblemente algunos territorios barceloneses, induciendo significativos cambios de ruta no solo en las propuestas, sino en la modalidad de uso de estas zonas? En verdad, desde el periodo posterior a la celebración de los juegos olímpicos de 1992, se asiste a un giro del anterior equilibrio entre público y privado, y se pasa a una fase en la que este último incrementa notablemente el propio peso decisional dentro de las lógicas de intervención en la ciudad. En la actualidad no es en absoluto difícil establecer cómo el tan decantado urbanismo del consenso, de inspiración socialdemócrata y generador de admirables resultados en el diseño y en el goce del bien público, haya sido sustituido por una lógica urbanística cruelmente “liberal”. No por casualidad las estrategias conciliadoras frente a los contrastes entre administradores, profesionales y ciudadanos, que eran oportunamente limados y mediados entre las partes, son ahora reemplazadas por enfrentamientos y conflictos, y hasta fastidiosos. Si en el pasado se nos llamaba la atención hacia un positivo “modelo Barcelona”, de indiscutible referencia internacional, ahora uno de sus principales paradigmas operativos parece más bien el de la difusa ciudad norteamericana, que favorece de manera servil los previsibles apetitos del capital inmobiliario. Por otra parte, la importante afluencia turística y la presencia masiva de inmigrantes europeos y no europeos han modificado radicalmente las modalidades de uso de los espacios urbanos, especialmente en el centro histórico. Gracias al turismo, convertido de lejos en la principal fuente de ingresos de la ciudad, Barcelona es ahora incapaz de sustraerse a su triste destino de “parque temático”, en el cual se ofrecen subrepticiamente elementos que no han pertenecido nunca a su cultura, mientras se la vende como un producto homogeneizado, a caravanas de visitantes que, para colmo de paradojas, vienen a buscar precisamente aquello que con su presencia están aniquilando.

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo Antonio Pizza  [ 35 ]


Los organismos competentes, por su parte, apoyándose en una muy eficiente campaña publicitaria, han trivializado la idea de Barcelona como “ciudad de la calidad de vida”. Lástima que las enormes masas de turistas low cost, llegadas en los últimos años, hayan leído allí una invitación expresa de “licencia, anarquía comportamental, disipación…”. Tal invasión, descompuesta y desaliñada, apabulla precisamente la intangible “calidad de vida”, insoportable por sus desapegados habitantes y por excursionistas dispuestos a embriagarse con penosos sucedáneos. Al tiempo que una desenfrenada economía de mercado invade en todos sus rincones la cotidianidad urbana, a su vez reivindicada por los lemas publicitarios de la municipalidad (¡“Barcelona es el mejor negocio del mundo”!), la “cultura” trata de dar una apariencia noble a las operaciones indiscutiblemente especulativas. Así, la participación de arquitectos de reconocido prestigio no logra del todo redimir algunas megaobras firmadas (L’Illa Diagonal, de Rafael Moneo y Manuel de Solá-Morales, 1986-1993; Complejo del Maremagnum, de Albert Viaplana-Helio Piñón y otros autores, 1990-1995; Complejo Heron City, de Juli Capella, 1999-2001), destinadas principalmente a actividades de diversión y de compras que, paralelamente a lo que sucede en otras conurbaciones del mundo, constelan el territorio metropolitano como verdaderas islas de semántica autógena. Por otro lado, entre los eventos que han marcado la historia de esta ciudad, el Fórum 2004 (denominado Fórum de la Cultura y declarado como ulterior megasitio barcelonés) ha constituido el momento de institucionalización de una cierta cultura, utilizada como integradora social para difundir ideas más bien vagas, más allá de la aceptación de un genérico ecumenismo y de una infinita solidaridad, tanto interclasista como interracial. Se trata de una práctica cultural que ya, desde hace algún tiempo, se ha impuesto en el gobierno de la ciudad: heterodirigida, patrocinada, impersonal, hecha para favorecer las celebraciones masivas (como festivales, fiestas y eventos lúdicos de toda clase), y para producir acontecimientos que restituyan al espacio urbano (antiguo y moderno) el papel vistoso y encomiástico de un escenario cinematográfico. A esto se une inevitablemente la perceptible banalización de los espacios públicos y de sus arquitecturas de revista ligera; lugares que se convierten en inductores de comportamientos preprogramados, en los que se empieza a advertir una cierta voluntad de exclusión, segregación y rebuscada conflictividad. La presencia de la diversidad, hoy hostigada, vuelve en cambio el espacio vivible, como lugar de desarrollo de las interacciones sociales extemporáneas. Barcelona, por lo tanto, se está configurando como una ciudad “expropiada” a sus habitantes, y ello ha motivado una sensible desafección por los bienes colectivos en unos ciudadanos que, al contrario, hasta ahora habían mostrado un gran sentimiento de orgullo respecto a su clima existencial, en manifiesta sintonía con un diseño que había sabido valorizar sus aspiraciones de bienestar público.

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Y mientras la globalización de las características urbanas invalida la posibilidad de una apropiación local del espacio, la ciudad de los “objetos singulares”, cuya engreída propaganda se exhibe en las más prestigiosas publicaciones a la moda, se confirma como el superficial escenario artístico de un urbanismo prevalentemente mercantil.

Bibliografía Bohigas, Oriol. Reconstrucció de Barcelona. Barcelona: Edicions 62, 1985.

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Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona Ten mixed-use facility complexes in Barcelona Recibido: 13 de noviembre de 2012. Aprobado: 17 de noviembre de 2012

Ricard Fayos Molet

Universidad Politécnica de Cataluña, España ricardo.fayos@upc.edu Arquitecto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, UPC. Profesor UPC de los Máster: Gestión Creativa y Transformación de la Ciudad, UPC-Iberoamericana de México; Proyectar el Lugar, DUOT-ETSAB-UPC, Barcelona, y Desarrollo Urbano y Territorial, DUOTETSAB-UPC, Sant Cugat de Vallés. Coordinador de Proyectos Estratégicos en Hàbitat Urbà Ajuntament de Barcelona. Artículo de opinión derivado de la experiencia profesional del autor, especializado en desarrollo urbano.

Resumen En Barcelona, los edificios públicos han ocupado lugares destacados en la estructuración de actividades sociales y la organización del espacio urbano. Dentro de este tipo de edificio, los equipamientos brindan servicios a la comunidad según sus diferentes necesidades, en procura de un desarrollo urbano equilibrado y donde se identifiquen deficiencias. Estos proyectos han mejorado el uso de espacios libres, ubicado usos en lugares estratégicos, ordenado conjuntos arquitectónicos, incorporado el uso de vivienda y contado con la participación activa de la comunidad para garantizar la compatibilidad y pertinencia del proyecto con los usuarios del sector. Palabras clave: Barcelona, equipamientos, edificios públicos, espacio urbano, planeación, participación comunitaria.

Absract Public buildings in Barcelona have been very important in the structuring of social activities and the organization of urban spaces. These types of buildings offer the facilities that provide services for the community according to their needs and in order to assure a balanced urban development in which differences can be identified. These projects can claim several achievements: improving the use of free spaces situated in strategic areas; organizing architectural complexes; integrating the use of the building; relying on the active participation of the community to guarantee the compatibility and relevance of the project in relation to the needs of the people who use the sector. Keywords: Barcelona, facilities, public buildings, urban space, planning, community participation.

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Edificios públicos A lo largo del siglo XX, el concepto de edificio público de uso colectivo varió, en la medida en que también cambiaba la sociedad y la propia actividad que estos edificios acogían, basada cada vez más en funciones de atención social bien específica. Hasta ese momento, la disposición, la forma y la presencia de los edificios públicos habían tenido siempre una gran importancia en la ciudad histórica, por estar siempre presentes en la composición urbana como elementos singulares de la estructura y representar un papel que iba mucho más allá de satisfacer algunas necesidades colectivas. Así es como los edificios públicos han cumplido una función de referencia, que permite a los ciudadanos o a algunos grupos sociales identificarse en ellos y definir hitos sobre los que se apoya gran parte de la estructura de una ciudad o de un sector. Barcelona no es una excepción y en su Centro Histórico, o en el proyecto de Ensanche de Ildefonso Cerdà, los edificios públicos han ocupado los puntos más singulares de la trama. En el caso de los tejidos medievales, han servido de base para organizar el crecimiento de forma coherente, apoyado en los antiguos edificios religiosos, o los que acogían la actividad política, cultural, académica o institucional. Es notable la importancia de estos edificios por la posición y singularidad con la que están concebidos, de tal forma que definen la imagen del centro de Barcelona. Los cambios en la sociedad y en su organización han dado paso a una nueva idea de las actividades colectivas, más basadas en la idea de servicio y en la configuración de sistemas que, por su organización, posición y escala de los elementos, den una mejor respuesta a las necesidades ciudadanas. La misma denominación moderna de equipamiento o de dotación son conceptos que sugieren una actividad que da servicio o que provee de lo necesario, y la idea de servicio obliga, de forma previa, a tratar de aproximarse a las necesidades de la población y, por lo tanto, a tratar de estudiar sus características en términos sociológicos, económicos y culturales.

Programar las dotaciones Las actuaciones urbanísticas en la ciudad de Barcelona, tanto públicas como privadas, se basan en el Plan General Metropolitano, aprobado en 1976 (PGM-76) que definió el marco urbanístico aún hoy vigente. El PGM-76 fue un plan avanzado en su tiempo que utilizaba los conceptos de estándar y de reserva de suelo destinado a espacios libres, equipamientos y demás sistemas de servicio, con el objetivo de garantizar el desarrollo urbano de forma equilibrada. Delimitaba claramente las fincas afectadas con ese fin, definía los instrumentos de gestión para su adquisición o cesión, establecía los regímenes transitorios (en cuanto no llevaba a cabo la actuación) y regulaba un proceso de planeamiento derivado, necesario para concretar su ordenación física y los usos dotacionales en detalle.

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona Ricard Fayos  [ 39 ]


Así, algunos de los grandes recintos de antiguas fábricas, edificios históricos de uso religioso, espacios de almacenamiento, instalaciones diversas o áreas en desuso o infrautilizadas se preservaron desde este planeamiento general, y muchas de las actuaciones importantes y emblemáticas de la acción municipal en la primera época democrática se basaron en esas reservas. El Ayuntamiento y también otras instituciones hicieron realidad los parques de la España industrial, de la Pegaso, del Clot, o los equipamientos culturales del Raval, de Can Dragó o de la Sedeta, que son ejemplos de la recalificación urbana, de la ciudad y de los barrios, en los primeros años de la democracia española a finales de los años setenta. Las reservas de suelo que se hicieron en 1976 fueron importantes y todavía hoy permiten proveer de terrenos a las actuaciones dotacionales. Basados en el interés de un conocimiento mejor de las necesidades de los colectivos sociales, nacen los planes de equipamientos, que superan el tradicional concepto de estándar, para entrar en un conocimiento detallado de los perfiles de la población y para construir y desarrollar programas que se apoyan en políticas urbanas determinadas.

D. A. DOCENTE

B. SANITARIO-ASISTENCIAL

C. CULTURAL-RECREATIVO

DEPOR- E. TIVO

FUERTE PIENC

2005

MERCADO DEL GUINARDÓ

2005

CANÓDROMO

2011

COCHERAS DE BORBÓN

2005

PRISIÓN MODELO

2008

PLACAS DE LAS COCHERAS DE SANT GENÍS (VALL D´HEBRON)

2008

FABRA I COATS

2008

ISLA FERRAN JUNOY

2009

CUARTELES DE SANT ANDREU

2006

BATLLÓ-MAGÒRIA

2006

Tabla 1. Diez conjuntos dotacionales en Barcelona

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F. ADMINISTRATIVO SEGURIDAD

G. VIVIENDA

Infraestructuras y servicios subterráneos

Uso a determinar

Aparcamiento subterráneo

Espacio libre

Terciario

Vivienda protegida

Vivienda libre

HD jóvenes / Tercera edad

Caserna mozos escuadra

Administrativo

Departamento generalitat

Mercado / Comercio

Complejo deportivo

Campos de fútbol

Otros culturales

Sala exposiciones

Biblioteca

Sala polivalente

Espacio entidades

Centro de jóvenes

Centro tercera edad

Centro cívico

Museo urbanismo

Complejo Canòdrom

Centro de barrio

Espacio de producción, ensayo y trabajo

Residencia de estudiantes

Albergue de jóvenes

Consultas externas

Centro servicios sociales

Taller ocupacional

Asistencia tercera edad

Centro asistencia primaria

Centro de día

Residencia discapacitados

Residencia tercera edad

Residencia sociosanitaria

Ciclos formativos

Guardería

Escuela

Instituto

EMPLAZAMIENTOS

Año aprobación planeamiento marco / estudio de ordenación

Los planes de equipamiento se comienzan a redactar a escala de distrito ya a finales de los años noventa. Más tarde, en la legislatura 20032007, se desarrolla finalmente el Plan de Equipamientos de Barcelona, en el que con la participación de todos los distritos y todas las áreas centrales municipales se redactan un conjunto de documentos, donde

H. SUBSUELO


Figura 1. Diez conjuntos dotacionales en Barcelona 1 Fuerte Pienc 2 Mercado del Guinardó 3 Canódromo 4 Cocheras de Borbón 5 Prisión Modelo 6 Placas Cocheras de Sant Genís (Vall d´Hebron) 7 Fabra i Coats 8 Isla Ferran Junoy 9 Cuarteles de Sant Andreu 10 Batlló-Magòria

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona Ricard Fayos  [ 41 ]


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Figura 2. Fuerte Pienc J. Llinàs / ProEixample / X. Sust / Sector d’Urbanisme i Infraestructures 1. Residencia de estudiantes 2. Residencia geriátrica 3. Mercado y comercio 4. Centro cívico 5. Biblioteca 6. Guardería 7. Escuela

por primera vez se sistematizan los conceptos básicos sobre las dotaciones, se analiza la situación en términos de servicio y de déficits, se evalúa la capacidad de respuesta en disponibilidad de suelo de reserva y se sugieren formas de actuación para afrontar los problemas detectados. El Plan de Equipamientos de BCN es un buen instrumento que ha permitido desarrollar, hoy, programas sectoriales de los diferentes tipos de equipamientos, establecer convenios con las administraciones no municipales, priorizar las adquisiciones de suelo y objetivar las necesidades y la demanda. En resumen, el PGM-76 establece las reservas de suelo, define los instrumentos para su desarrollo y legitima su adquisición, y mediante los planes de equipamientos se organiza la programación de actuaciones y, a la vez, se garantiza el servicio y la satisfacción a las aspiraciones ciudadanas.

La forma de los equipamientos Hablar de la ciudad y de su forma, lleva a abordar de manera bien diferente los elementos urbanos que la componen. Las dotaciones llevan

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a plantear, como se ha hecho hasta ahora en este escrito, cuestiones relativas a su función y a su carácter sistémico, y también a hablar de las escalas de los servicios, de los tipos de cada función o de la promoción y gestión de las actividades dotacionales. A diferencia de otros elementos que componen la ciudad, pocas veces actualmente se suele hablar de los equipamientos en términos referidos a su morfología, si no es para tratarlos de forma individual, proyecto a proyecto. Se observa y comenta la arquitectura de una escuela, de un hospital o de un polideportivo. Se discute su composición, su funcionalidad y los aspectos relativos a su diseño o incluso su capacidad de inserción en el entorno, sin ir más allá del edificio o de su parcela. No sucede así, por ejemplo, con la vivienda, en que además de la funcionalidad de su distribución, interesa la arquitectura del edificio y de sus opciones tipológicas, y también se discute sobre las formas de agregación, sobre las opciones morfológicas entre vías o sobre la capacidad de generar tejido. Igualmente, en el sistema viario, por ejemplo, se analiza el diseño de un tramo, pero también su identidad dentro de una red o en qué medida contribuye a la formación de una malla, cuál es su geometría o en qué modelo se basa para constituirse como soporte estructural de la ciudad o de sus partes. Esos diferentes tipos de análisis son, de hecho, las formas de aproximación que permiten la comprensión de la ciudad y se puede decir que cada una de ellas constituye una disciplina propia. En los equipamientos se diría que constituyen un caso bien diferente, pues es casi exclusivamente en la escala edificatoria, donde se centran los comentarios de tipo morfológico. Este artículo expone diez casos en que varios equipamientos de diferente función comparten una misma parcela, de forma compacta. En los casos expuestos se puede decir que el interés está en la elección de los componentes de conjunto, en sus formas de asociación, en la habilidad de articular usos compatibles, en la utilización del espacio libre como elemento estructurador y en la voluntad de proyectar el conjunto para llevar a buen término las actuaciones. En una ciudad compacta y densa como Barcelona, la obtención de suelo es una de las mayores dificultades para impulsar nuevos equipamientos, y precisamente en el campo de la gestión de suelo la actividad municipal ha destacado en las legislaturas precedentes. Una acción basada principalmente en la adquisición de fincas calificadas de equipamiento, pero también en convenios con otras administraciones y en sistemas de compensación y cesión gratuita. Esto último como consecuencia de los procesos urbanísticos de transformación privada realizados en el marco de la fuerte dinámica de los años precedentes a la crisis económica actual. El resultado de este proceso ha sido la disponibilidad en un breve periodo de importantes piezas de suelo con destino a equipamientos, que en muchos casos están caracterizadas por su gran dimensión. Piezas urbanas que oscilan entre 1 y 12 ha, y en las que se ha planteado una discusión sobre los criterios de ordenación de estos espacios. Los

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona Ricard Fayos  [ 43 ]


Figura 3. Mercado del Guinardó Bayona Valero Arquitectes. SLP. Cantallops Vicente Arquitectes SLP / Sector d’Urbanisme i Infraestructures 1. Centro de asistencia primaria 2. Mercado y torre del mercado 3. Residencia personas mayores y centro de día 4. Espacio para jóvenes 5. Guardería 6. Uso por definir en planta baja de Vivienda de protección 7. Vivienda dotacional para jóvenes 8. Espacio libre 9. Aparcamiento

casos más representativos son: las cocheras de Borbó, el Mercado del Guinardó, la antigua fábrica Batlló, los cuarteles de Sant Andreu, la industria de Fabra i Coats, el antiguo canódromo y la cárcel Modelo, la plataforma de cubierta de las cocheras de Sant Genis en el Valle de Hebron, entre otros. Los operadores públicos esperaban estos espacios para resolver servicios incluidos en su planificación de dotaciones, y hay que decir que también las asociaciones de vecinos, entidades de barrio y los colectivos residentes planteaban desde hace tiempo una fuerte reivindicación sobre estos espacios en una línea similar.

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Se puede decir que estos eran espacios en bruto donde, por su gran dimensión, el planeamiento general había hecho la opción de reserva; pero no había definido aún los usos dotacionales de forma precisa, ni su ordenación en detalle. A primera vista se observa que esas grandes fincas están por ordenar, a la espera de diseñar en cada caso su estructura interna y las piezas que componen cada conjunto y, más allá de eso, también reflexionar sobre la escala de los elementos y sobre la conveniencia de una utilización exclusivamente dotacional.

Figura 4. Canódromo X. Monteys - J.M. De Lecea / Sector d’Urbanisme i Infraestructures. J. Santamaria 1. Edificio del Canódromo 2. Residencia personas mayores y centro de día 3. Residencia de discapacitados 4. Pabellón deportivo 5. Centro cívico 6. Guardería 7. Uso por definir 8. Vivienda existente no regulada 9. Zona verde existente

Los estudios de necesidades citados, así como los programas de actuación de los operadores públicos atentos a las necesidades y demandas de la población, definieron los usos deseables, en términos de servicio. Se trataba de estudiar la compatibilidad entre estos usos, su coherencia con el entorno urbano y su ordenación de conjunto, más allá de los aspectos estrictamente funcionales. Aquí es donde se inicia un proceso complejo de proyecto, que intenta integrar como datos las necesidades de servicio, la temporalización de las actuaciones y los aspectos morfológicos propios del proyecto urbano.

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona Ricard Fayos  [ 45 ]


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Figura 5. Cocheras de Borbón J. Santamaría / Sector d’Urbanisme i Infraestructutes 1. Sede del Departamento de Bienestar Social y Familiar (antes Acción social y Ciudadanía) 2. Residencia socio-sanitaria, Centro de asistencia primaria y servicios 3. Biblioteca 4. Espacio para abuelos y sala polivalente 5. Complejo deportivo: pabellón deportivo, piscina cubierta y gimnasio 6. Taller ocupacional y centro de día 7. Centro de día 8. Aparcamiento 9. Subestación eléctrica de TMB

Se plantean en esos momentos algunas reflexiones, cuya conclusión habría de marcar una línea de trabajo en muchos de estos casos. ¿Las reservas de gran superficie deben acoger únicamente equipamientos grandes para aprovechar sus medidas? ¿Es posible y conveniente ocupar con pequeños equipamientos estos grandes recintos, con un tratamiento de lo que se podría llamar parque dotacional? ¿Es conveniente incluir los usos residenciales, o incluso terciarios, de forma equilibrada en la ordenación, compensando el equilibrio de sistemas en ámbitos más grandes o discontinuos? ¿Cuál es la importancia de los espacios libres en la definición de la estructura interna de cada pieza? Desde un primer momento se desecha la idea de una parcelación rápida con la que distribuir las partes entre los operadores públicos, buscando la mayor agilidad en la realización de los proyectos individuales, con la creencia de que no sería conveniente tratar estos recintos como una simple acumulación de pequeños equipamientos que podría llegar a entenderse como un parque temático dotacional.

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Figura 6. Cocheras de Borbón, localización

También desde un primer momento surge la idea de la conveniencia de combinar escalas de los diferentes tipos de uso. Desde los equipamientos de escala local a los de escala de ciudad, pasando por el nivel intermedio de distrito. Esta idea topa al comienzo con opiniones desconfiadas de algún colectivo de residentes, que temían una competencia entre los usos, que acabara relegando en el tiempo y en el espacio los usos vinculados con las necesidades locales; pero, enseguida, se impuso la opinión favorable a la combinación de escalas, debido al enorme interés que representa para un barrio la existencia de una actividad dinámica de escala urbana, que aporta flujos diarios e induce procesos de renovación y mejora, tanto en términos físicos como económicos en el entorno inmediato. En el caso de la inclusión del uso residencial o de vivienda en las piezas de mayor tamaño, se valoró especialmente la capacidad de estos usos de generar tejido urbano y de aportar presencia permanente a lo largo de todas las horas del día. La experiencia de otras actuaciones de

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transformación en Barcelona, donde la mixtura de usos ha sido una de las componentes principales del éxito de la operación, pesó también en esta decisión.

Diez conjuntos de equipamientos en Barcelona El primer resultado de este proceso de reflexión es la manzana de Fort Pienc, inaugurada en 1999. Este conjunto equipado, que tiene una buena acogida por parte de los ciudadanos y una excelente valoración de los gestores, va a ser de una gran importancia para los conjuntos dotacionales que se desarrollaron posteriormente en relación con sus contenidos, el dimensionado de los usos y la función que el espacio público debe asumir en la articulación de los diferentes edificios. Sobre una hectárea de terreno delimitada por la cuadrícula Cerdà, descabezada por el antiguo camino de Ribes, se organiza un programa formado por un centro de enseñanza inicial y primaria (CEIP), una guardería, un pequeño mercado, un centro cívico, una biblioteca especializada en diseño, una residencia de estudiantes y apartamentos tutelados para personas mayores. La ordenación del conjunto persigue dos objetivos principales: la integración y dinamización del entorno y el aprovechamiento de la sinergia entre los diferentes usos. Se propone que los edificios que acogen los usos residenciales adopten la

Figura 7. Prisión Modelo E. Bonell J. M. Gil / ProEixample / Sector d’Urbanisme i Infraestructures 1. Escuela de dos líneas 2. Guardería 3. Residencia personas mayores 4. Espacio para jóvenes 5. Residencia de estudiantes 6. Espacio memorial 7. Patio polideportivo subterráneo 8. Terciario (actividades) 9. Aparcamiento en subsuelo

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disposición tradicional en el ensanche: frente de fachada sobre la alineación de la calle, regularidad de cornisa con la altura de seis plantas, chaflanes en las esquinas y composición de huecos y llenos según ejes verticales. El resto de las dotaciones obedece a una composición volumétrica más libre y variada que centra gran parte de los accesos de los edificios en una plazoleta creada por la forma cóncava de los cuerpos edificados, que se abre hacia la calle de Ribes. La conversión de esta calle en un eje peatonal conectado con otros espacios públicos del entorno ha colaborado de forma importante en la creación de un nuevo punto de encuentro y una nueva centralidad de barrio, donde antes existían actividades industriales y de almacenamiento de carácter precario y una nula aportación a la vida de barrio. La creación de la pequeña plaza que recoge los accesos principales de las dotaciones ha sido una opción acertada para definir el punto de referencia de una amplia área del barrio.

Figura 8. Placas de las Cocheras de Sant Genís (Vall d´Hebron) F-451 Arquitectura, SCP / Agència promoció del Carmel 1. 2. 3. 4.

Mercado municipal de Vall d´Hebron Centro de servicios sociales Espacio para jóvenes Reserva para equipamiento (1) consultas sanitarias externas 5. Reserva para equipamiento (2) 6. Administración 7. Vivienda de protección pública 8. Vivienda no regulada 9. Terciario (actividades) 10. Zona verde 11. Aparcamiento

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En este artículo se presentan diez actuaciones que toman como punto de partida la experiencia de Fort Pienc, aunque la mayor dimensión de algunas ha permitido introducir nuevos usos y una organización necesariamente más compleja. Es evidente, los proyectos no son directamente comparables entre sí, dada la diferencia de tamaño y la ubicación de los conjuntos, pero también es verdad que la referencia a los

1. Biblioteca 2. Espacio para entidades 3. Instituto 4. Espacio para el barrio 5. Equipamiento cultural 6. Cultural-Tres Tombs 7. Asistencia personas mayores 8. Espacio de exposición Fabra i Coats y espacio de creación para Escuela de Artes 9. Guardería 10. Sala polivalente 11. Escuela 12. Vivienda dotacional para jóvenes 13. Aparcamiento en subsuelo

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Figura 9. Fabra i Coats Sector d’Urbanisme i Infraestructures

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resultados obtenidos en el caso de Fort Pienc, en cuanto a la sinergia entre los elementos, la creación de centralidad, la dinamización de la relación comunitaria y la calidad arquitectónica del conjunto es inevitable. De algún modo, este grupo de proyectos participa en una forma de actuar que las hace miembros de una misma familia y de una misma etapa del urbanismo barcelonés. Por la dimensión de suelo de cada pieza, es posible hablar de un escalado de dimensiones que comienza con la hectárea de superficie de Fort Pienc y el Mercado del Guinardó: las dos hectáreas de las antiguas cocheras de autobuses de Borbón y el antiguo canódromo; las tres hectáreas de la prisión Modelo y la Losa del Valle de Hebrón; las cuatro o cinco hectáreas de la antigua fábrica Coats y la finca de Ferran Junoy, y, finalmente, los casos algo diferentes de Can Batlló y los cuarteles de Sant Andreu, tanto por la gran diferencia en su superficie respecto a las anteriores, con catorce y once hectáreas, respectivamente, como por el hecho de disponer ambas de un planeamiento que preveía techo para uso de vivienda, producto de permutas de calificación anteriores. El proyecto del Mercado del Guinardó dispone de un programa similar al de Fort Pienc: mercado pequeño y de concepción actual, guardería, uso docente en este caso privado concertado, centro de asistencia primaria de salud (CAP), residencia de tercera edad y una pequeña promoción pública de vivienda. Los espacios públicos se presentan fraccionados, en parte por la difícil topografía y también por la voluntad de los proyectistas de definir dos espacios públicos de diferente naturaleza. Por una parte, una plaza mineral vinculada a la actividad más dinámica del mercado y del CAP en la parte más elevada del conjunto y, por la otra, un sistema de terrazas ajardinadas dispuestas con habilidad a lo largo de la calle Teodoro Lorente, de fuerte pendiente, que es aquí la calle de tráfico rodado principal. Los proyectos de cocheras de Borbón y Canódromo se encuentran en un grado de desarrollo diferente: en el primer caso, con edificio sanitario, deportivo y social ya en servicio; en el segundo, con el edificio existente protegido rehabilitado. Cocheras de Borbón fue el primer caso donde se discutió la conveniencia de acoger un equipamiento de escala de ciudad como es la Conselleria de Acción Social y Ciudadanía (que sería en el Gobierno Autónomo Catalán el equivalente a un ministerio), junto con el resto de dotaciones de barrio o de distrito. La ubicación en el punto de encuentro del límite de tres distritos (Nou Barris, Horta y Sant Andreu), y en la confluencia de tres vías claramente articuladoras de barrios (Paseo Maragall / avenida de Borbón, Ronda del Guinardó y Felipe II) da sentido a la ubicación de un equipamiento de este nivel. El espacio público, situado en parte dentro de la manzana y en parte apoyado sobre la avenida de Borbó, supone con sus once mil metros cuadrados la mitad de la superficie del conjunto. El proyecto que estudia el Canódromo incluye el propio edificio, de valor singular por su tipología y por su calidad arquitectónica; la antigua pista de competición de galgos, y la superficie de suelo, reservado a

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sistemas de la manzana vecina, con destino a zona verde y equipamiento. El edificio es uno de los ejemplos bien conservados de la arquitectura de los años cincuenta y sesenta. En este caso, el valor arquitectónico y la singular relación entre el edificio y la pista obliga a pensar muy bien las dimensiones de entorno vacío que debe rodear al edificio, pues ubicar nuevos edificios excesivamente cerca de la grada dejarían sin sentido un proyecto diseñado para contemplar el espectáculo que se da en la pista. El edificio se ha beneficiado recientemente de una rehabilitación rigurosa que ha eliminado algunas partes añadidas con poca fortuna tiempo atrás y, así, se ha recuperado el estado original. El Canódromo vuelve a ser la construcción ligera, elegante y transparente que fue concebida en su origen. Aunque el uso final será el culturalexpositivo, no ha sido adaptado todavía a su nueva función. Una vez adquiridos los suelos adyacentes con destino a sistemas, se trabaja ahora en la ordenación y programación de inversiones para dar cabida a los equipamientos de escala local: centro cívico, residencia de tercera edad, guardería y un gran espacio público de urbanización blanda, que defina un gran espacio vacío entre el edificio histórico y los nuevos equipamientos. La llamada Losa de la Vall d’Hebró y la cárcel Modelo son el tercer escalón en las dimensiones con superficies de los recintos en torno a las tres hectáreas. En el último caso, se trata de conjuntos de edificios existentes en los que su valor arquitectónico hace indispensable su conservación. Se trabaja actualmente en la definición de una primera hipótesis de programa, que se discute con los operadores públicos y las comisiones vecinales. Este programa inicial es producto de las aproximaciones proyectuales llevadas a cabo durante el proceso de negociación para la firma de acuerdos y convenios entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Departamento de Justicia. En todo caso, las propuestas de ordenación no pueden obviar el interés del edificio panóptico y su memoria histórica llena de significados durante la dictadura, en que acogió a muchos de los defensores de la libertad y la democracia. La ordenación aprobada prevé también un 50 % de espacio libre, unos dieciocho mil metros cuadrados de equipamiento y, una vez más, una pieza de uso terciario que ayuda a controlar el espacio vacío y a definir una referencia desde la avenida Tarradellas. La Losa de la Vall d’Hebró supone el aprovechamiento de la losa de cobertura de las cocheras de Sant Genís en la línea de montaña de la ciudad, que combina una vez más equipamiento sanitario de escala territorial con un programa dotacional local. La posición de la pieza, apoyada en la Ronda de Dalt y ubicada en una cota que permite vistas excelentes sobre la ciudad, la presentan como una oportunidad de creación de un espacio de encuentro y relación de distrito. La antigua fábrica Coats y los terrenos de Ferran Junoy se sitúan en el cuarto lugar en tamaño, con superficies cercanas a las cuatro o cinco hectáreas. En el caso de la antigua fábrica Coats, el espacio libre vuelve a ser el protagonista y el soporte de la relación entre los

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Figura 10. Isla Ferran Junoy Bailo - Rull / Sector d’Urbanisme i Infraestructures

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1. Equipamiento técnico administrativo y de seguridad – programa 112 2. Ciclo formativo 3. Instituto 4. Escuela 5. Guardería 6. Ampliación del centro de recogida 7. Vivienda dotacional para jóvenes

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diferentes edificios rehabilitados para acoger los programas dotacionales, con una proporción aproximada del 50 % de espacio libre. El espacio público es estrictamente necesario, en este caso, para poner en valor el recinto industrial que se conserva prácticamente en su totalidad, y recrear el paisaje industrial tan presente en la historia de la sociedad catalana en la época de la primera industrialización. También en este caso, junto a los equipamientos de escala pequeña como es ahora la guardería, el centro asociativo vecinal, ya en uso actualmente, el Instituto de Enseñanza Secundaria y Centro de Enseñanza Primaria,

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se propone un elemento de escala de ciudad propuesto por el Área de Cultura Municipal. Se trata del primero de una serie de centros para artistas noveles, incluidos en el programa Fábricas para la Creación. Ocupa la nave central de mayor tamaño e interés tipológico que se encuentra ya actualmente en funcionamiento. También en este caso estará presente la vivienda, en forma de residencia para jóvenes. Los terrenos de Ferran Junoy, en el extremo norte de la ciudad, se proyectan como una nueva centralidad de distrito, que combina un programa escolar completo, con un centro de administración y de seguridad, competencia del Gobierno Autónomo de Catalunya. Can Batlló y cuarteles de Sant Andreu son ejemplos singulares en cuanto al resto de los que se comentan en este escrito. Tanto por su gran dimensión, que los hace diferentes por sus posibilidades de acoger un gran número de actividades dotacionales, como por la importante componente de uso de vivienda prevista en el planeamiento. Son proyectos que generarán tejido urbano nuevo, estructura urbana de 3 2

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Figura 11. Cuarteles de Sant Andreu M. de Solà-Morales / Sector d’Urnanisme i Infraestructures. J.A. Tajadura 1. Residencia personas mayores y discapacitados 2. Biblioteca 3. Albergue de jóvenes 4. Cuartel militar 5. Residencia estudiantes y uso por definir 6. Centro cívico 7. Polideportivo 8. Instituto 9. Guardería 10. Residencia socio-sanitaria 11. Administración 12. Vivienda dotacional para personas mayores 13. Vivienda dotacional para jóvenes y personas mayores 14. Vivienda dotacional para personas mayores 15. Vivienda dotacional para personas mayores 16. Vivienda de protección pública 17. Vivienda no regulada 18. Terciario (actividades) complementario a viviendas

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gran dimensión y un conjunto dotacional potente. Las sesenta hectáreas de parque urbano de Can Batlló y su esquema de nuevo viario ampliarán el ámbito de los barrios de Sants i la Bordeta y los dotarán de una nueva imagen y de los nuevos servicios necesarios. La nueva malla de soporte de los antiguos cuarteles, con la apuesta fuerte de usos mixtos de vivienda y equipamiento sobre la calle Torres i Bages, resolverá sin duda la discontinuidad entre el centro de San Andrés y el barrio de la Trinitat Vella. En los dos casos podemos destacar la capacidad de estructuración y completamiento de vacíos urbanos, de estas operaciones.

Definir los ingredientes y proyectar el conjunto Las diferencias entre los proyectos mencionados son importantes. Hay, en primer lugar, desigualdad en la dimensión de los ámbitos de intervención, como es posible apreciar observando el escalado de superficies expuesto anteriormente, que oscila entre una y catorce hectáreas.

Figura 12. Cuarteles de Sant Andreu, localización

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Figura 13. Batlló-Magòria E. Batlle / J. Roig / J. Carbonell / Sector d’Urbanisme i Infraestructures / J. Santamaria 1. Guardería 2. Escuela 3. Instituto 4. Uso por definir 5. Departamento de Medio Ambiente y Vivienda 6. Museo del Urbanismo 7. Cultural y promoción social: espacios cívicos, espacio para personas mayores, jóvenes y entidades 8. Deporte: instalaciones Magòria y complejo deportivo Bordeta 9. Residencia de discapacitados 10. Salud: Centro de asistencia primaria 11. Administración 12. Asistencial 13. Casa cívica antigua estación Magòria 14. Vivienda dotacional 15. Vivienda de protección pública 16. Vivienda no regulada 17. Depósito de aguas lluvias, centro de recogida, mantenimiento de parques y jardines 18. Subestación eléctrica Magòria 19. Aparcamiento por definir

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Es obvio que el efecto urbano y los procesos inducidos, producto de piezas urbanas tan dispares en el tamaño, habrán de ser necesariamente diferentes. También la existencia en algunos casos de dotaciones de escala de ciudad o la presencia importante de la vivienda marcan diferencias notables. Pero, así mismo, es cierto que algunas constantes se han podido identificar en todos los casos, hasta el punto de poder decir que se ha compartido un cierto método: 1. El uso de los espacios libres y las pequeñas redes viales de soporte para la articulación de los diferentes edificios de los conjuntos, que no se tratan como simples espacios intersticiales, sino como elementos que se proyectan con valor propio y que crean “sitios” nuevos para el desarrollo de la vida urbana. 2. La ubicación estratégica de los diferentes edificios en el interior de los ámbitos, con relación a la estructura urbana propia y del entorno y a la mejor compatibilidad entre los usos. 3. La definición de los parámetros básicos de la ordenación interna con el fin de asegurar la coherencia del conjunto en previsión de una actuación fraccionada, que lleva a distinguir entre los parámetros fijos y los flexibles en la ordenación global.

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4. La ampliación del concepto de equipamiento con la inclusión, en algún caso, de los usos residenciales dotacionales de promoción pública, lo que asegura la presencia de residentes y el control social del espacio y, a la vez, una responsabilidad de la Administración, incluso en la gestión de la vivienda. 5. La combinación de escalas, siempre que sea posible, buscando crear sinergias entre los elementos y niveles de servicio de los conjuntos. Con la inclusión de los equipamientos de gran escala se definen núcleos atractores de actividad notablemente positivos para los sectores donde se desarrolla la actuación. 6. El ajuste previo, en muchos casos, de las zonificaciones iniciales, excesivamente monouso, mediante la permuta equilibrada del zoning con otros emplazamientos, para combinar otros usos que aporten mayor mixtura al conjunto. 7. Los procesos participativos, necesarios en todos los procesos urbanísticos, pero especialmente determinantes en la concepción y el proyecto de los conjuntos dotacionales. Procesos largos e intensos en la mayor parte de los casos, a través de los cuales ha sido posible verificar las propuestas, recibir nuevos aportes y llegar a acuerdos con los futuros usuarios, en la mayoría de los casos. En todo caso, convencidos de que después de considerar diferentes alternativas, la que finalmente se adopta es la mejor entre las realmente viables. No obstante, por encima de todo está el convencimiento de la importancia del Proyecto Urbano y del Espacio Público, que aquí se escriben con mayúsculas, pese a ser en realidad nombres comunes. El primero, entendido como aquel que construye ciudad, independientemente de su tamaño, pues es consciente del papel urbano que representa y de que su acción trasciende la mera respuesta a un programa funcional o a una composición arquitectónica autónoma. El segundo, entendido como el lugar que es de todos y en el que es posible la relación y el encuentro social de todos. En todos los conjuntos comentados el proyecto de la ordenación de conjunto, vinculante en lo fundamental y flexible en aquello que precisa la reflexión arquitectónica, ha correspondido a un equipo, y los proyectos de cada edificio del conjunto, a algunos otros. Por eso ha sido siempre básico el método: definir los ingredientes y proyectar el conjunto. La frase parece casi el buen guión de una receta culinaria, a partir de la cual la calidad y el acierto de los cocineros determinan la calidad del plato. También es así en los proyectos expuestos, en los que observar las propuestas o pasear entre los edificios en los conjuntos ya construidos es una experiencia urbana, pero también una lección de arquitectura.

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Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España) Religious facilities as the configurators of urban space. The case of the Coya Housing Estate in Vigo (Spain) Recibido: 13 de abril de 2012. Aprobado: 24 de agosto de 2012

Esteban Fernández-Cobián

Universidade da Coruña, España efcobian@udc.es Arquitecto. Máster en Restauración Arquitectónica. Doctor Arquitecto. Profesor en el Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Coruña, Universidade da Coruña, España

Marta Vilas Rodríguez

Universidade da Coruña, España martavilas@coag.es Arquitecto, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Coruña, Universidade da Coruña, España Artículo de reflexión derivado de la investigación en curso por parte de la arquitecta Marta Vilas para la obtención del Doctorado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidade da Coruña. Investigación sobre fuentes originales, dirigida por Esteban Fernández-Cobián, dentro de su línea de investigación la Construcción del Espacio Sagrado en la Arquitectura Contemporánea.

Resumen Este artículo analiza el origen y la gestión de los equipamientos religiosos en España dentro del proceso de urbanización de las ciudades llevado a cabo durante los años sesenta y setenta con la promoción de los polígonos de vivienda, poniéndolos en relación con la evolución y desarrollo del concepto de dotación urbanística o edificación complementaria. Durante estas dos décadas, el creciente desarrollo industrial provocó la concentración de un importante contingente de población en las siete ciudades gallegas. El gran tamaño del polígono de Coya respecto a la población total de Vigo, su azarosa tramitación a lo largo de casi veinte años, debido a las fricciones entre la administración local y la estatal, y como consecuencia, su particular ordenación urbanística, le confieren un interés especial como caso de estudio. Palabras clave: equipamientos, polígono, Vigo, Coya, centro parroquial, edificación complementaria.

Abstract This paper analyses the origins and the management of religious facilities in Spain within a process of urbanization with the promotion of housing estates. The facilities are placed in relation to the evolution and development of the concept of urban facilities and additional building. This took place during the seventies and eighties during which the increase in industrial design led to the concentration of a significant part of the population in seven Galician cities. Various factors make the Coya Housing Estate particularly interesting as a case study: its huge size in relation to the population in Vigo, the difficult process it suffered for nearly twenty years due to tensions between the local and state administration, and as a result, its very specific urban planning. Keywords: facilities, housing estate, Vigo, Coya, parish centre, additional building.

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Durante los últimos años se han venido publicando diversos estudios que muestran el papel desempeñado por la arquitectura religiosa en la conformación de nuevos asentamientos, tanto en el ámbito rural como en el urbano. Estos trabajos han incidido en el valor de la arquitectura religiosa como aglutinador de unas comunidades a menudo desubicadas y necesitadas de un centro en torno al que volver a estructurarse. Sin embargo, a menudo, los ejemplos han sido repetidos, pues toman como base la arquitectura más publicada en su momento por las revistas profesionales. Este era un trabajo que había que hacer; y ahora estamos en condiciones de aportar nuevos datos y de estudiar casos, tal vez, no tan interesantes desde una angulación estrictamente arquitectónica, pero que aportan enfoques novedosos desde el punto de vista del planeamiento urbano y social. Este artículo pretende analizar el origen y la gestión de los equipamientos religiosos en España durante los años sesenta y setenta, dentro del proceso de urbanización de las ciudades llevado a cabo con la promoción de los polígonos de vivienda por el Gobierno central, poniéndolos en relación con la evolución y desarrollo del concepto de dotación urbanística o edificación complementaria, como se denominaba entonces. Para ello se ha tomado como caso de estudio el polígono de Coya, en Vigo (Pontevedra, Galicia), a fin de concretar el análisis en la ubicación urbana de los cuatro centros parroquiales que se edificaron en este (fig. 1).

Los polígonos residenciales en Galicia A principios de los años cincuenta, la industrialización y la reforma administrativa del Estado generaron una notable transformación socioeconómica de España. El crecimiento económico motivó una paulatina concentración de la población en las ciudades, a la que el Gobierno intentó responder con el primer Plan de Vivienda (1956-1960): Un Decreto-Ley del Ministerio de Trabajo, de 1 de julio de 1955, pondrá en marcha el primer Plan Nacional de Vivienda, con el objetivo de construir 550.000 viviendas entre 1956 y 1960, distribuidas

Figura 1. Desiderio Pernas Martínez, edificios de viviendas en el polígono de Coya (h. 1975). Fuente: Cendón Domínguez y Touceda Gómez, “Desiderio Pernas do detalle á cidade”

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geográficamente atendiendo a las áreas de mayor dinámica urbana. Para ello otro Decreto, de octubre de 1956, establece la línea de acuerdos entre el Instituto Nacional de la Vivienda y la Dirección General de Arquitectura y Urbanismo para la preparación de suelo urbanizado para el desarrollo de los programas de construcción de viviendas.

Con la transformación de la Dirección General de Arquitectura en Dirección General de Arquitectura y Urbanismo, esta pasó de ser un órgano meramente asesor, a contar con los medios suficientes para realizar una auténtica política urbanística y de suelo. En 1956, la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana impulsó tanto la construcción integral de nuevos polígonos como el desarrollo de suelo apto para la intervención de la iniciativa privada: A partir de este momento quedan atribuidas al nuevo Ministerio las competencias de dirección, estímulo, supervisión, inspección y tutela de los Ayuntamientos en materia urbanística, así como también la aprobación definitiva de los planes, mientras que la gestión directa a nivel local quedaba en manos de los Ayuntamientos, dependientes para todo lo demás del Ministerio de la Gobernación. Así, lo que pronto empezaría a manifestarse fue una gradual escisión en dos frentes no compenetrados, con objetivos no coincidentes, con muy diferente grado de comprensión y de aceptación de los nuevos derroteros que marcaba la Ley del Suelo y con muy diversa forma de entender, en definitiva, la tarea urbanística.

El deterioro de la práctica urbanística municipal al que se refiere Fernando de Terán Troyano se debió tanto a casos de corrupción administrativa como a interpretaciones indulgentes basadas en el desconocimiento, la falta de capacidad o la errónea imagen —a menudo idealizada— que los ayuntamientos se forjaban del futuro de su ciudad. El de Vigo fue uno de ellos. En la década de los sesenta, el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) aprobó para Galicia siete polígonos residenciales de gran tamaño en comparación con las ciudades consolidadas preexistentes. Todos sufrieron cambios en el periodo de vigencia de la Ley del Suelo, de 1956, y se encontraron terminados —salvo el polígono de Coya en Vigo (fig. 2)— con la entrada en vigor de la Ley del Suelo, de 1975. Esto se debió a que entre 1964 y 1975 se revisaron los planes generales de ordenación urbana de las ciudades gallegas. La confluencia de nuevos planes generales con los planes parciales en tramitación dio lugar a modificaciones de estos, que reajustaran sus parámetros a los de aquellos, de modo especial en lo referente a los requerimientos dotacionales. La exigencia de estos servicios fue incrementándose mediante modificaciones normativas y decretos que progresivamente incorporaron las demandas de los vecinos las figuras de planeamiento en tramitación las demandas de los vecinos, y conjuraron los déficits detectados en experiencias previas, provocando disminuciones de densidad y aumentos significativos de las superficies destinadas a equipamientos.

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Figura 2. Instituto Nacional de la Vivienda, polígono residencial de Coya. Fuente: elaboración propia sobre fotografía aérea de Google-Maps (2011)

Los polígonos gallegos se desarrollaron en el marco del segundo Plan Nacional de la Vivienda 1961-1976, que preveía la construcción de cerca de cuatro millones de viviendas. Su capítulo III establecía la normativa general en lo referente al enfoque del planeamiento urbano. Con una densidad media aconsejable de quinientos habitantes por hectárea, se fijaron diferentes tipos de unidades urbanas, a efectos de establecer los equipamientos necesarios, a los que se llamó edificaciones complementarias. Este plan fue el primero que cuantificó este tipo de dotaciones, ya que la Ley del Suelo de 1956 únicamente había contemplado como obligatorias las zonas verdes, cuantificándolas en un 10 % de la superficie total del polígono. Ahora, las edificaciones complementarias se determinan sobre una estructura conformada por unidades residenciales, unidades de barrio y unidades de distrito, distribución que se apoyaba en las reivindicaciones que habían sido planteadas en el IX Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), de Aix-en-Provence (1953). La menor de estas unidades, el núcleo residencial, tenía una extensión inferior a 10 ha y 5000 habitantes; la unidad de barrio, 40 ha y 20.000 habitantes, y la unidad de distrito 250 ha y 100.000 habitantes. Cuatro unidades residenciales formaban una unidad de barrio y cinco barrios una unidad de distrito, con una dotación de servicios complementarios acumulativa y de concepto laxo. Entre estos servicios complementarios se encontraba la arquitectura religiosa.

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La arquitectura religiosa y los nuevos problemas urbanos En efecto, en 1953, España firmó un nuevo Concordato con la Santa Sede, que ratificó la confesionalidad del Estado y el más completo reconocimiento de la Iglesia católica. Los lugares de culto surgieron dentro de este contexto como uno de los tipos de edificaciones complementarias previstos por el INV. El Decreto 736/1962 del 5 de abril sobre construcción de edificios religiosos desarrolló las previsiones del segundo Plan Nacional de la Vivienda 1961-1976 respecto a este tipo de servicios. El decreto había nacido con el fin de dotar de servicios religiosos a los núcleos de población formados, al menos, por el 50 % por viviendas acogidas a cualquier régimen de protección estatal (cfr. artículo 1). Los lugares de culto podían ser capillas o centros parroquiales. Si el Plan preveía una capilla (300 personas y 800 m2) por cada núcleo residencial, y dos complejos parroquiales (con capacidad del 10 % de los habitantes) por cada unidad de barrio; en cambio, el decreto establecía que para las capillas, la superficie no excedería de 800 m2 construidos (incluida una vivienda para el sacerdote), y para los centros parroquiales —que estarían integrados por iglesia, despachos parroquiales, salón de actos y viviendas en número no superior a cinco— la superficie máxima edificada sería de 1350 m2, dentro de una reserva de terreno de 3000 m2. El decreto también se ocupó de los promotores de estos edificios, de la aportación de los terrenos necesarios y de su financiación. Así, el artículo 3 contemplaba tres tipos de promotores posibles: los propios promotores de los núcleos de más de 1000 viviendas de protección estatal; el INV, a petición de los ordinarios diocesanos, o el INV, por iniciativa propia, previa aprobación del proyecto por el obispo. Los edificios religiosos tendrían la consideración de servicios complementarios de los grupos de viviendas de protección estatal a cuyo servicio estuvieran afectos, y por lo tanto, disfrutarían de los mismos beneficios fiscales. En cuanto a su financiación, si fueran construidos por los promotores del polígono, tendrían los mismos beneficios económicos que los correspondientes al grupo y categoría del mayor número de viviendas del núcleo al que servían, y se pondrían a disposición de la diócesis mediante un contrato de cesión aprobado previamente por el INV. Si fueran construidos por el INV, se financiarían con cargo a su presupuesto, aunque si la iniciativa proviniera del ordinario diocesano, la diócesis tendría que reintegrar las cantidades invertidas en el plazo máximo de veinticinco años, sin devengar intereses. En el caso de los terrenos, estos también podían ser aportados por los promotores de viviendas, por el INV o por los ordinarios diocesanos, pues el decreto determinó que, si la cesión fuera a título oneroso, el precio no podría superar el del precio protegible correspondiente a los diferentes grupos de viviendas a los que sirvieran. La obligación impuesta a

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los promotores consistía en la reserva de los terrenos; y si los edificios religiosos no fueran construidos por ellos, en la cesión de los terrenos a los ordinarios diocesanos o al INV. Finalmente, el decreto autorizaba al INV a realizar expropiaciones forzosas para la obtención de los terrenos destinados a este fin. De este entramado legal y de las sucesivas adaptaciones de los planes surgieron las dotaciones religiosas de los distintos polígonos residenciales gallegos (tabla 1 y fig. 3). Ante la necesidad de responder a la demanda de dotaciones religiosas generada por el nuevo planeamiento, se elaboraron unas directrices de actuación válidas para todo el territorio nacional. De repente, la Iglesia católica se encontró con una ingente tarea para desarrollar, y abrió un amplio debate interno desplegado en varios frentes. El primero de ellos fue el social. Tabla 1. Edificaciones complementarias religiosas en los siete polígonos residenciales gallegos

Polígono Elviña (A Coruña)

Superficie del polígono (m2)

Superficie del suelo dedicado a servicios (m2)

% sobre superficie total

Superficie dedicada a uso religioso (m2)

% sobre suelo dedicado a servicios

1.216.252

201.264

16,55

7.281

3,62

Vite (Santiago)

504.240

4.735

21,83

4.735

4,30

Caranza (Ferrol)*

724.712

189.563

26,16

-

-

Fingoi (Lugo)

414.321

76.555

18,48

4.635

6,05

As Lagoas (Ourense)

343.806

50.202

14,60

4.182

8,33

Coya (Vigo)

753.545

157.992

20,97

11.055

7,00

Campolongo (Pontevedra)

127.071

21.844

17,19

2.556

11,70

* En esta tabla no se contempla ningún centro parroquial en el polígono de Caranza, en Ferrol. Esto es así porque solo muchos años más tarde (2008) se construyó la iglesia de Santa María, proyectada por el arquitecto Antonio Bouza Pita.

a)

b)

c)

d)

e)

f)

Figura 3. Edificios religiosos en los polígonos residenciales del INV en Galicia (a escalas diversas). a) Elviña (A Coruña): 1. San Pedro de Mezonzo; 2. La Resurrección del Señor; 3. La Milagrosa. b) Vite (Santiago de Compostela): San Juan Apóstol. c) Fingoy/Fingoi (Lugo): El Buen Pastor. d) Las Lagunas/ As Lagoas (Ourense): Cristo Rey. e) Coya/Coia (Vigo): 1. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; 2. San Martín; 3. Virgen del Rocío; 4. Santísimo Cristo de la Victoria. f) Campolongo (Pontevedra): San José. Caranza (Ferrol) permaneció sin nueva iglesia hasta 2008. Fuente: elaboración propia a partir de fotografías aéreas de Google-Maps (2011)

Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España) Esteban Fernández, Marta Vilas  [ 63 ]


En efecto, durante los años sesenta se produjo un incremento de la sensibilidad eclesial hacia las necesidades sociales. Las comunidades parroquiales comenzaron a sentirse no solo responsables de la actividad religiosa —litúrgica, catequética o pastoral— de los fieles, muchos de ellos inmigrantes, sino también de su adecuada inserción en la sociedad, de su promoción humana e incluso de su salud física. Por eso se fueron incorporando al espacio de culto diversos locales, como jardines de infancia, centros juveniles, cines, bibliotecas, etc., hasta el punto de que se dejó de pensar la arquitectura religiosa como un objeto plástico que favorecía el encuentro con Dios, para pasar a entenderla como envolvente de sistemas y relaciones sociales. En otras palabras: las iglesias se empezaron a denominar centros parroquiales. Los edificios religiosos abordaron varios retos simultáneos y, a menudo, antagónicos: una nueva presencia social; la preservación de su imagen identitaria y simbólica, y la resolución de los problemas prácticos que todo equipamiento urbano conlleva, como la accesibilidad, el aparcamiento o la conectividad con la red de espacios públicos. De estas cuestiones será de lo que nos ocupemos a continuación, a través del análisis de los edificios religiosos realizados en el ámbito del polígono de Coya en Vigo.

El caso del polígono de Coya en Vigo La reforma administrativa del Estado que se acometió a partir de 1956 se concretó en los llamados polos de desarrollo. El polígono de Coya surgió dentro del polo de desarrollo Vigo-Porriño, uno de los siete que se pusieron en marcha (fig. 4). El Ministerio de la Vivienda aprobó el Plan Parcial del Polígono de Coya —redactado por J. Gallego Fernández—

Figura 4. Antiguas cocheras del tranvía en Las Traviesas (Vigo, 1968). Al fondo, el futuro polígono de Coya. Fuente: García Castro, Vigo por Magar

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Figura 5. J. Gallego Fernández, Plan Parcial del Polígono de Coya (1963). Plano ‘Estructura viaria’. Escala original 1:1000. Fuente: ADPSXU, Exp. 420-0

el 23 de junio de 1963, con una extensión de 75,03 ha y una previsión de 8883 viviendas (fig. 5). Su sistema de edificaciones complementarias basculaba en torno a un amplio parque de 40 m de ancho paralelo a la avenida de Samil, al que se añadieron zonas verdes secundarias y un conjunto de equipamientos de pequeña escala repartidos por todo el ámbito de actuación. Ocho años después (1971), la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Vigo —redactado por G. Blein Zarazaga— incidió en el Plan Parcial de Coya, principalmente en la necesidad de incrementar las zonas verdes, algunas de las cuales estaban ubicadas en terrenos ya edificados o destinados a edificación. Las fichas de características, aprobadas por el Ministerio de la Vivienda el mismo año 1971, no se adecuaban a las previsiones del Plan General, aunque suponían un incremento de las superficies destinadas a equipamiento en 53.858 m2 respecto a las previstas en el Plan Parcial. A pesar de todo, conforme a estas fichas, se desarrolló la mayor parte de la edificación del polígono, con diversas modificaciones y cambios de uso. Zonas verdes ocupadas por la edificación, edificios en altura construidos en zonas destinadas a vivienda unifamiliar, ocupación de zonas de protección de viales, déficit de aparcamientos y de dotaciones: esta era la situación del polígono tras varios años de gestión. Ante esta situación, en 1975 se decidió acometer la remodelación general de Coya conjuntamente con la modificación del PGOU de Vigo. Redactado por José Luis Pereiro Alonso y Francisco Taracido Fraga, el nuevo documento fue aprobado el 12 de junio de 1980 (fig. 6). El incremento de la superficie destinada a dotaciones entre ambas propuestas queda reflejada en la fig. 7.

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Figura 6. José Luis Pereiro Alonso y Francisco Taracido Fraga, polígono de Coya (Vigo). Modificación del Plan Parcial y del Plan General de Ordenación Urbana (1975). Plano de zonas verdes y equipamiento urbano. Escala original 1:1000. Fuente: AMV, carp. 26 (1997), núm. 27607

Figura 7. Esquemas comparativos entre las dotaciones de la remodelación de 1975 y el plan parcial original del polígono de Coya de 1963. Fuente: elaboración propia sobre gráficos de José Luis Pereiro Alonso, Desarrollo y deterioro urbano

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Según consta en la memoria del propio documento, la remodelación del polígono de 1975 asignó 10.784 m2 para equipamientos religiosos: se mantuvo, por lo tanto, la superficie prescrita en las fichas de características de 1971. Dentro de esta superficie se realizaron cuatro centros parroquiales: San Martín de Coya, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la Virgen del Rocío y el Santísimo Cristo de la Victoria. Conviene recordar que la parroquia es una forma de organización territorial clave en Galicia. Aunque en las ciudades ha perdido gran parte de su valor social y ha permanecido únicamente como organización religioso-administrativa, en Vigo la estructura parroquial sigue estando muy presente, con un grado de aceptación comparable con el ámbito rural. Quizá esto sea debido al componente rururbano o de ciudad difusa que caracteriza a esta ciudad. Precisamente, uno de los territorios más marcados por este fenómeno era la antigua parroquia de Coya, de la que el polígono tomó su nombre, al asentarse en buena parte de su circunscripción. Desde el punto de vista de la organización territorial de la diócesis de Tui-Vigo, los terrenos ocupados por el polígono de Coya se extendieron sobre la antigua demarcación de la parroquia de San Martín, que databa de 1752 (fig. 8). En 1958 se constituyeron las parroquias del Santísimo Cristo de la Victoria y de San Antonio de la Florida, que abarcaban parte de su territorio, y esta también ajustó sus límites con Sárdoma y Matamá. En 1970, el obispo José Delicado Baeza erigió dos nuevas parroquias: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y la Virgen del Rocío, la primera sobre territorio de Santo Tomé de Freixeiro y de San Martín, y la segunda sobre barrios desmembrados del núcleo marinero de Bouzas y Coya. En 1982 se volvieron a restructurar los límites de San Martín, de la Virgen del Rocío y de San Miguel de Bouzas, debido al ritmo

Figura 8. Demarcación parroquial de Coya sobre el territorio original de 1752. Fuente: elaboración propia sobre Rodríguez Otero, San Martín de Coya

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imparable de la transformación urbana de una zona originariamente de carácter rural. Al día de hoy, de los siete arciprestazgos en los que se divide la ciudad de Vigo, el de Vigo-Polígono está conformado por cinco parroquias: las cuatro citadas dentro del ámbito del polígono de Coya y la de San Miguel de Bouzas. Las posiciones de los edificios religiosos previstos en Coya variaron durante la tramitación y ejecución del polígono, por existir diferencias entre los planes de 1963 y de 1975 (figs. 9 y 10). En el plano de 1963 se ubica un centro parroquial en cada uno de los cuatro sectores en los que se divide el plan parcial, tal como indicaban las normas sobre servicios

Figura 9. Equipamientos religiosos del polígono de Coya. Ubicación de los equipamientos religiosos en el plan parcial de 1963

Figura 10. Equipamientos religiosos del polígono de Coya. Ubicación de los equipamientos religiosos en la revisión del plan parcial de 1975 (ubicación no prevista del centro parroquial del Santísimo Cristo de la Victoria). Fuente: elaboración propia sobre documentación del AIGVS y AHMV

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Figura 11. Iglesias y centros parroquiales de la ciudad de Vigo. En negro, los cuatro centros parroquiales del polígono de Coya (2011). Fuente: elaboración propia sobre un mapa callejero turístico del Ayuntamiento de Vigo

complementarios del Plan Nacional de la Vivienda 1961-1976, en las que se enmarcó esta actuación. En el plan de 1975 se observa un cambio, al conservarse la ubicación de la iglesia de San Martín y construirse el centro parroquial del Santísimo Cristo de la Victoria en una parcela vacante, no destinada inicialmente a equipamientos. Los cuatro edificios religiosos del polígono de Coya responden al tipo de centro parroquial, lo que significa que desarrollan una actividad que va más allá de su utilización como espacios de culto y se convierten en lugares de uso público o dotacional. Además, cumplen un papel importante en la red de equipamientos religiosos de la ciudad, pues el crecimiento de Vigo hacia el suroeste es escaso en este tipo de servicios (fig. 11). A pesar de constituirse como dotaciones locales, el ámbito de influencia de estos centros parroquiales excedió desde el principio sus límites físicos, por atender a una población de 38.430 parroquianos, frente a los cerca de 22.000 habitantes del polígono. Este hecho pone de relieve el papel desempeñado por los centros parroquiales como rótulas o articulaciones eficaces entre Coya y el resto de Vigo, al favorecer la relación entre ambos (figs. 12 a 14). Tres de los cuatro desempeñan exactamente este rol: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y la Virgen del Rocío ocupan una posición estratégica entre el polígono y la ciudad consolidada; y San Martín, entre el polígono y la trama suburbana que persiste todavía hoy, como corresponde a su carácter de centro de la parroquia matriz. A diferencia de estos, el Santísimo Cristo de la Victoria es el único cuyo ámbito parroquial está totalmente incluido en la delimitación del polígono, y por tanto el único que mantiene una relación casi exclusiva con su trama interior.

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Figura 12. Los cuatro proyectos sobre la trama urbana actual (2011). Fuente: elaboración propia sobre cartografía del PXOM 2008/09 y datos del AHMV

Figura 13. Relación de los cuatro centros parroquiales con la ciudad. Fuente: elaboración propia sobre plano turístico del Ayuntamiento de Vigo

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3

2

4 1

Figura 14. Conexión de los cuatro centros parroquiales con las líneas de transporte urbano (autobús) del polígono de Coya (2011): 1) Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; 2) San Martín; 3) Virgen del Rocío; 4) Santísimo Cristo de la Victoria. Fuente: elaboración propia sobre plano de la compañía de transporte urbano de Vigo (Vitrasa)

Cualquier visitante de Coya puede constatar que estos edificios parroquiales son verdaderos centros de actividad administrativa y social, y han sabido mantener la identidad de la adscripción parroquial dentro de un tejido urbano que inicialmente no tenía un carácter definido. Su cualidad de edificios de usos múltiples se apoya en unas arquitecturas que se proyectaron inicialmente abiertas, con accesos diferenciados para los distintos usos y con una relación con el espacio urbano que les permite absorber grandes flujos de personas. Esta manera de determinar la arquitectura desde lo urbano también se traslada a la organización de los espacios internos de culto, donde lejos de prevalecer cualquier tipo de norma litúrgica establecida —la orientación tradicional, por ejemplo—, las soluciones espaciales se subordinan a la relación del edificio con las condiciones de borde de cada parcela. Del mismo modo, cada uno de los edificios resuelve sus elementos identificativos —cruces o campanarios— según las condiciones de contorno de la edificación (figs. 15 y 16). Sin embargo, las relaciones con el espacio público planteadas en sus proyectos por los arquitectos se han visto modificadas a lo largo de las últimas décadas por las actuaciones de delimitación y acotación de las parcelas mediante los cierres perimetrales realizados. Durante los años ochenta, la reconversión industrial de Vigo la convirtió en una de las ciudades más conflictivas de España, y a Coya, en uno de sus barrios más peligrosos. Así, unos edificios que se proyectaron abiertos aparecen en la actualidad separados de sus espacios públicos adyacentes. Las transiciones planteadas están interrumpidas, y los centros parroquiales han perdido gran parte de su relevancia urbana (fig. 17). Lo que, por otro lado, no deja de poner de manifiesto que la configuración sociológica de un determinado ámbito urbano puede modificar sustancialmente arquitecturas tan coyunturales como estas.

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Figura 15. Accesos y ubicación de las dependencias parroquiales en los cuatro edificios. Fuente: elaboración propia

Figura 16. Esquemas de funcionamiento interno de las cuatro iglesias. Fuente: elaboración propia

Figura 17. Relación de los cuatro centros parroquiales con la trama urbana más próxima. Fuente: elaboración propia sobre cartografía del PXOM 2008/09 de Vigo

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Conclusiones Tal vez uno de los aspectos más interesantes del polígono de Coya sea la ubicación de sus equipamientos dentro de su planificación general y, en concreto, de los equipamientos religiosos. En efecto, su afortunada consideración como dotaciones urbanísticas o edificaciones complementarias, establecida a través de la legislación que a lo largo de los años fue desarrollando y aplicando el Concordato firmado por el Estado español y la Santa Sede, en 1953, permitió que estos edificios comenzaran a funcionar como nodos sociales, intensificando así el uso estrictamente cultural o litúrgico que le era propio hasta el momento. Aunque estos centros parroquiales tuvieron un origen difícil, por sus largos procesos de tramitación burocrática y de obtención de recursos para su construcción, su influencia desbordó —y sigue desbordando— el ámbito del polígono residencial en el que se insertan. Son elementos que colaboran en la fusión la nueva pieza urbana con los distintos tejidos de la ciudad y contribuyen a paliar sus déficits espaciales y sociales, tanto desde el punto de vista físico como identitario, a pesar de que en la actualidad este papel se ha visto alterado por la incorporación de barreras arquitectónicas que dificultan el encuentro con su entorno más inmediato, oscureciendo en buena medida los objetivos que tanto los planificadores de Coya como los arquitectos pretendieron alcanzar. El estudio concreto —sin duda necesario— de cómo cada uno de los edificios fue respondiendo a las demandas que se le pidieron en cada momento excedería los límites de este artículo. Queda, por lo tanto, para una próxima ocasión.

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Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia Rafael Maldonado Tapias: a symbol of school architecture in Colombia Recibido: 23 de agosto de 2012. Aprobado: 2 de octubre de 2012

Camilo Augusto Muñoz Cadena

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia arquiurbano@hotmail.com Arquitecto, Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Arquitectura con énfasis en Diseño Urbano, Politècnico di Torino, Italia. Profesor asociado, Escuela de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia

Orlando Martínez Castro

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia martinezcastro@hotmail.com Arquitecto, Universidad Nacional de Colombia. Máster Historia: Arte, Arquitectura, Ciudad, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España. Arquitecto, Universidad Nacional de Colombia. Profesor asociado, Escuela de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia

Resumen Rafael Maldonado Tapias, arquitecto egresado de la Universidad Nacional de Colombia y profesor de la cátedra de Diseño Arquitectónico, realizó un posgrado en arquitectura escolar, cuyo trabajo de grado Edificios para la enseñanza primaria en Colombia se convirtió en la semilla de una carrera profesional dedicada, ante todo, al estudio de la arquitectura escolar. Producto de ello realizó la premiada investigación Historia de la arquitectura escolar en Colombia, que se ha convertido en referencia para arquitectos e investigadores. En su actividad profesional desarrolló varios proyectos educativos, entre ellos el Centro Educativo Integral Colsubsidio en Bogotá, el Instituto Caldas y la Universidad Autónoma en Bucaramanga. Palabras clave: arquitectura escolar, educación, pedagogía, historia.

Abstract Rafael Maldonado Tapias: architect and graduate of the Universidad Nacional de Colombia, and lecturer in Architectural Design. He completed his postgraduate degree in school architecture and wrote his dissertation on Buildings for primary school teaching in Colombia, which turned out to lay the foundations for a career that has been dedicated to, above all, the study of school architecture. This led to his undertaking of the prize-winning research History of school architecture in Colombia, which is used as reference for both architects and researchers. He has developed several educational projects over the duration of his career in institutions such as the Centro Educativo Integral Colsubsidio in Bogotá, the Instituto Caldas, and the Universidad Autónoma in Bucaramanga. Key words: school architecture, education, history.

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La escuela se originó en el momento en que un hombre que no sabía que era maestro se reunió bajo un árbol a discutir sus conocimientos con otros hombres que no sabían su condición de alumnos. Los alumnos aprendieron y desearon parecerse a su maestro. También quisieron instruir a sus hijos. A tal efecto se creó un espacio adecuado y allí surgió la escuela. Este hecho inevitable era la consecuencia de las aspiraciones humanas. Louis Kahn, tomado del libro Historia de la arquitectura escolar en Colombia, de Rafael Maldonado Tapias

El legado olvidado de nuestra historia arquitectónica La historia de nuestra arquitectura y la de muchas otras latitudes se ha construido, en la mayoría de las ocasiones, sobre la base de mostrar el legado de algunos destacados representantes de nuestra disciplina, y es importante que ese aporte haya sido reconocido. Sin embargo, esa misma historia tiene una enorme deuda con muchos arquitectos que, habiendo dejado un legado, todavía no han sido distinguidos conforme sería necesario y, sobre todo, justo. Contribuir en la escritura de ese capítulo, en el cual sin ninguna duda podrían ser referenciados un amplio número de arquitectos de pasadas épocas, tendría el enorme beneficio, al menos en el ámbito local, de no dejar en el olvido las enseñanzas de nuestros maestros y de paso, además, hacerlos visibles a las nuevas generaciones tanto de profesores como de estudiantes. Como aporte a ese encargo que la historia tiene por escribir, el presente documento busca de una manera sucinta recordar, reconocer y presentar a uno de esos maestros, esperando que en el futuro otros tantos también sean igualmente reconocidos.

El arquitecto, el maestro, el investigador Rafael Maldonado nació en Bucaramanga, estudió arquitectura en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (1963) y algunos años más tarde fundó una oficina de diseño donde ejerció la profesión hasta el 2001. El origen de su interés hacia los temas educativos surge cuando, con el apoyo de quien fuera su maestro, el arquitecto Arturo Robledo, se vincula como jefe de la Sección de Arquitectura del Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE), en 1968, donde permaneció hasta 1973. Gracias a una beca que obtuvo del Consejo Británico, realizó un posgrado en Arquitectura Escolar en la Architectural Association, de Londres,

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia Camilo Muñoz, Orlando Martínez  [ 77 ]


1 Maldonado, Historia de la arquitectura escolar, 15.

cuyo trabajo de grado en 1970 se tituló Edificios para la enseñanza primaria en Colombia, trabajo en conjunto con su compañero indio Kaizer Talib, y en el cual, según reposa en su libro Historia de la arquitectura escolar en Colombia, “recogía una serie de normas y recomendaciones de diseño que culminaba con una propuesta arquitectónica para un prototipo escolar”.1 A su regreso a Colombia luego de sus estudios de posgrado, se reincorpora a sus labores en el ICCE y a su cátedra de Diseño Arquitectónico en la Universidad Nacional, cátedra que había iniciado en 1967 y desde donde impartió sus conocimientos durante los siguientes treinta años. Más adelante, en el ejercicio de su práctica profesional y docente, surge la inquietud de abordar un estudio más amplio sobre la arquitectura escolar, cuya semilla había sido su tesis de posgrado, y en 1986 elabora una primera propuesta de aproximación al tema. Luego de muchos años de trabajo investigativo, su libro fue publicado en 1999. Este documento, premiado con Mención de Honor en la XV Bienal Colombiana de Arquitectura, es hoy fuente de información y apoyo para arquitectos e investigadores interesados en temas educativos. En principio, la investigación de Maldonado aborda una escala pequeña, a través de un inventario de los proyectos escolares realizados en Bogotá. Con el desarrollo del trabajo esta escala se amplió hasta contemplar una parte importante de territorio colombiano. De igual manera, el periodo inicialmente planteado para el estudio que comprendía medio siglo se fue extendiendo en lapsos más amplios, hasta llegar a abarcar el periodo comprendido entre las instituciones precolombinas y el final del siglo XX. El inventario supuso la revisión de planos, autores y normas y, posteriormente, la necesidad de graficar los proyectos, labor hecha con el apoyo de monitores, quienes fueron consignando la información en más de 2500 fichas.

2 Ibíd., 16

El proceso de investigación dio cuenta de una necesidad inaplazable de estudiar un contexto más amplio, en el cual incorporar el tema escolar en relación con otros de los cuales dependía de manera directa. Esta necesidad la relata así Rafael en un aparte de su libro: “Dar una mirada a los edificios escolares sin ubicarlos en el contexto histórico y político del país, me empezó a parecer sin mayor sentido”.2 Así, entran en el escenario de la investigación asesores en el área de historia, política y pedagogía, que de esta manera dieron una mirada interdisciplinar al tema de estudio. En un ámbito ya muy propio de la disciplina arquitectónica, un aparte de la investigación comenta de manera breve las relaciones directas entre el edificio escolar y las formas de enseñanza-aprendizaje, y para tal efecto presenta seis tipologías que hacen referencia a esa relación .

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y que, en sus propias palabras, son las “más significativas en el proceso colombiano”. Estas tipologías se presentan en un orden cronológico, asumiendo en primera instancia el claustro tradicional, del cual hace una mirada desde el punto de vista compositivo, entendiendo el patio, según comenta como el “centro de actividades del edificio”, y planteando de manera sucinta las posibilidades de circulación perimetral y el control de entradas y salidas a los diferentes espacios. Hace, además, una rápida reflexión que vincula al claustro con la tradición educativa y religiosa en Colombia. En segundo lugar se refiere a la escuela de un solo espacio, que se fundamenta en la conformación de un espacio único del que Maldonado afirma: “la importancia visual está centrada en la tarima del profesor”.3 Esta condición establece una estrategia fundamental en la relación profesor-alumnos, enfatizada espacialmente en algunas ocasiones por una leve pendiente.

3 Ibíd., 172.

El tercer tipo, la escuela graduada, surge ante la necesidad de dividir al grupo general de estudiantes en grupos más pequeños y especializados, debido a la implantación de nuevos escenarios pedagógicos. Tal sistema estuvo asociado de manera directa a esquemas arquitectónicos, de los cuales Rafael hace referencia en la página 172 de la siguiente manera: “Aparecieron entonces las aulas independientes localizadas por lo general, en forma lineal y relacionadas por una circulación”.4

4 Ibíd., 172.

La escuela unitaria, en la que se modifica el sistema de escuela graduada, da paso a un escenario en el cual se necesita un espacio “para trabajar simultáneamente con grupos de niños de diferente edad y nivel de conocimiento”. Aquí la figura del tutor toma relevancia en el sentido de que apoyan la labor del profesor luego de que este da “la explicación magistral”.5

5 Ibíd., 172.

La siguiente tipología es la escuela abierta, de la cual Rafael explica: “las galerías de circulación se convierten en espacio útil de trabajo, disponiendo así de un área permanente para actividades libres y cambiantes”. Este sistema propende según se explica por “una forma de trabajo completamente libre, para lo cual fue necesario concebir un modelo arquitectónico flexible e integrado en sus espacios”.6

6 Ibíd., 173.

Finalmente, “La tipología de Campus se originó en el esquema de educación en áreas relacionadas con el aprendizaje y experiencias en el campo”.7 Aquí existe una relación amplia y directa entre los espacios interiores de los edificios y los espacios abiertos externos a ellos.

7 Ibíd., 173.

Los proyectos Rafael Maldonado construyó sus colegios principalmente en Bogotá y Bucaramanga. Los espacios diseñados por él para la educación

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia Camilo Muñoz, Orlando Martínez  [ 79 ]


abarcaron desde la enseñanza prescolar hasta edificios universitarios para pregrado y posgrado. Algunos de los primeros encargos relativos a la arquitectura para la educación fueron la Biblioteca Central y la Cafetería de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (1978-1979), el Edificio de Bachillerato y el plan general del Instituto Caldas de Bucaramanga (1984). A estos siguieron, el prescolar, la sala múltiple y el gimnasio también para el Instituto Caldas (1987 y 1991). El edificio de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (1988) se convirtió en ícono de la institución, especialmente la torre que flanquea la Plaza de los Fundadores. En Bogotá realiza el Centro Educativo Integral Colsubsidio, con espacios para primaria y secundaria (1990-1992). En adelante predominaron los encargos de edificios para facultades y usos institucionales de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, como el Centro Multimedios y el Edificio de Posgrados (1993-1994), la Facultad de Medicina (19951996) y los Laboratorios de Ingeniería (1999-2000). Entre sus muchas realizaciones se destacan dos de gran importancia: por una parte, el Instituto Caldas, en Bucaramanga; por la otra, el Colegio Colsubsidio (CEIC), en Bogotá, los cuales representan de forma importante sus ideas y propuestas en torno al tema educativo. Al respecto, y de manera sucinta, se puede plantear que el Instituto Caldas es el proyecto que quizá mejor condensa los intereses proyectuales de Rafael Maldonado en el ámbito de la arquitectura escolar. Este colegio propone tres ambientes educativos (prescolar, primaria y bachillerato) claramente diferenciados tanto en su estructura formal como en su escala; pero lo más importante es que creó una atmósfera de escuela, que se reconoce no solo por su carácter de edificio público, sino por su imagen. Así mismo, se interesó en que la arquitectura fuera también instrumento formativo para los futuros ciudadanos. En el Colegio Colsubsidio de Bogotá plantea una pequeña ciudad con calles y plazas, con la que crea una “atmósfera urbana” y una cualificación del espacio arquitectónico en función del estudiante, tal como lo promulgaba la teoría de la Escuela Nueva, instituida en el país a principios del siglo XX, por Agustín Nieto Caballero. Estos proyectos son los pioneros de los actuales estándares arquitectónicos de edificaciones escolares que, en el caso de Bogotá, están comprendidos en el Plan Maestro de Equipamientos Educativos PMEE, con los cuales se han diseñado y construido la última generación de colegios distritales reconocidos por su calidad espacial e integración urbana.

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Bibliografía Maldonado Tapias, Rafael. Historia de la arquitectura escolar en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia-Unibiblos, 1999. Maldonado, Lucas; J. Zalamea y J. Loboguerrero. Rafael Maldonado Tapias (1936-2001): arquitectura escolar. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2012.

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia Camilo Muñoz, Orlando Martínez  [ 81 ]


El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez: equipamientos para una vivencia significativa Universidad Adolfo Ibáñez’s new campus: a facility to promote a meaningful experience Recibido: 28 de marzo de 2012. Aceptado: 24 de agosto de 2012

Rodrigo García Alvarado

Resumen

Análisis de proyecto

El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez, localizado en los faldeos de la bahía de Valparaíso, en Chile, es una expresión de arquitectura diseñada para intensificar la vivencia cotidiana. Con una compleja volumetría que remite a las casas tradicionales de este puerto, establece en su interior una espacialidad dinámica que divisa el paisaje urbano y natural, y motiva una errante reflexión. Esta obra, del arquitecto José Cruz Ovalle, reconoce la creciente tendencia arquitectónica que desarrolla la experiencia espacial con una significativa diversidad formal.

Universidad del Bío-Bío, Chile  rgarcia@pegasus.dci.ubiobio.cl Arquitecto y académico del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura, Universidad del Bío-Bío, Chile

Palabras clave: arquitectura contemporánea, arquitectura chilena, edificios públicos, campus universitarios, Valparaíso, José Cruz Ovalle.

Abstract Universidad Adolfo Ibáñez’s new campus, located on the mountainside of Valparaíso Bay, Chile, is an expression of architecture that is well-defined to intensify daily experiences. It has a volumetric complex that makes the viewer contemplate the port’s traditional houses, establishing a dynamic spatiality within its interior that draws attention to the urban and natural landscapes and creates a distant reflexion. This work by the architect José Cruz Ovalle acknowledges the ever more popular architectural trend that understands the spatial experience with a meaningful formal diversity. Keywords: contemporary architecture, Chilean architecture, public buildings, university campuses, Valparaíso, José Cruz Ovalle.

NUEVO CAMPUS DE LA UNIVERSIDAD ADOLFO IBÁÑEZ Localización: Valparaíso, Chile Año de construcción: 2010-2011 Arquitecto: José Cruz Ovalle Arquitectos asociados: Juan Purcell, Ana Turell y Hernán Cruz Fotografías del autor Figura 1. Vista del patio interior. Fotografía del autor

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L

a instalación del nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez en los faldeos de la bahía de Valparaíso es un hecho significativo para esta institución, ya que se originó a mediados de siglo como una pequeña escuela de negocios en este puerto y ahora se extiende por todo el continente, como un selectivo consorcio de educación superior, con diversas especialidades y sedes. También es una obra relevante para su arquitecto, José Cruz Ovalle quien ha sido reconocido como un exponente de la corriente arquitectónica que surgió en la Escuela de la Universidad Católica de Valparaíso y la Ciudad Abierta de Ritoque. De modo que este edificio, tanto para la institución como para el arquitecto, parece envolver un retorno a sus orígenes, después de extensos periplos laborales. Así, la obra puede ser reconocida como la maduración de un desarrollo creativo, tanto institucional como personal. Ello se advierte en su peculiar diseño, que desarrolla una ambivalente serenidad y vigor en sus espacios (figs. 1 y 2). El conjunto se localiza en las laderas del sector del Hipódromo (Sporting Club) de Viña de Mar, en la cuenca de la bahía a Valparaíso, en la periferia de la ciudad que vio nacer esta institución, y que mira plácidamente el paisaje del puerto y el horizonte del mar, un teatro natural que cautiva a residentes y a visitantes. Por estar instalado en una falda de expansión verde de la zona urbana, ha motivado áridas disputas para su protección ambiental, razón por la que la institución se ha comprometido a preservar con jardines y una mínima construcción. Los edificios poseen acceso desde un nuevo sistema de vías que ascienden a los cerros colindantes, aunque las construcciones apenas se advierten desde la calle. La vista desde arriba expone levemente los volúmenes, cubiertos con sencillos revestimientos metálicos. Esta postura anónima contrasta con la exhibición espectacular que es habitual en estas instituciones emergentes, que suelen instalarse en lugares muy visibles, con volúmenes de mucha presencia urbana y que utilizan sus construcciones como manifestaciones públicas de esplendor. En este caso, sorprende encontrar una variedad de pabellones anodinos, escondidos detrás de una leve arborización y plataformas de estacionamientos, revestidos en planchas oscuras que dificultan su reconocimiento, y sin grandes entradas a la vista (fig. 3).

1

2

Bennet y Crispiani, José Cruz Ovalle; García Alvarado et al., “La gestación de la obra”; Muñoz, “La teoría de la obra”; García Alvarado, “Construindo a abstração”. Crispiani, Aproximaciones; Liernur, Industrias.

Esta disposición, casi disimulada, se relaciona con la actitud asumida por José Cruz Ovalle en sus anteriores proyectos institucionales, y en la sede de la misma universidad en Santiago. El arquitecto declara que rehúye el valor simbólico de la arquitectura, para valorar la vivencia cotidiana. Además de esquivar la ciudad, por reconocerla saturada en su artificio, este profesional plantea encontrar el verdadero sentido de la arquitectura en su acontecer y situación,1 por lo que prácticamente no ha realizado obras urbanas, sino mayormente edificios rurales o periféricos. Afirma que sus instalaciones de oficinas o industriales evocan la actividad y sus condiciones locales, antes que pretender representaciones sociales.2 Plantea reconocer en la cultura latinoamericana un desarrollo incipiente o trasplantado de la urbanidad, que lo obliga a recoger

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Figura 2. Vista general del conjunto. Fotografía del autor

Figura 3. Vista del Acceso. Fotografía del autor

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sentido en lo doméstico y natural. Por esta razón Cruz Ovalle rechaza las fachadas rotundas y simbólicas, y privilegia emplazamientos distantes que se valoren por los actos que ocurren. Esta misma razón puede explicar que los volúmenes del campus se distinguen tardíamente en la llegada, como una aglomeración desordenada de apariencia trivial, casi como extraviadas bodegas industriales, que representan, más que instituciones, una dedicación diaria y expectante a la bahía.

De los edificios En general, el conjunto se compone de diversos edificios horizontales en torno a un patio central; una estructura arquitectónica muy diferente al bloque vertical que caracteriza a los edificios de servicios, y también distante de los pabellones regulares que suelen desplegar los campus educacionales. Más bien se vincula a los apretados claustros medievales, dispuestos en torno a un espacio abierto común, contiguo a las catedrales. Ese vacío construido, en alguna medida, también remeda el patio de armas de los castillos, la plaza de los mercados o la misma ágora griega —el ámbito social, en que se forjó la universidad contemporánea, a la sombra de la espiritualidad pero abierta a la sociedad, a lo colectivo—. Esta lectura se dificulta por su organización extendida y desmembrada, que desciende por la ladera y que está tensionada por el paisaje. Primero se identifican los volúmenes dispersos, que van dejando rendijas de paisaje o amplitudes de permanencia, en que el marco de formas atenazantes cautivan la mirada inicial, para que progresivamente el desplazamiento corporal y la prolongación del estar vaya percibiendo, poco a poco, el albergue espacial. Esto a partir de un primer umbral en la esquina suroriental, que se distingue por un tenso puente superior que insinúa la condición de acceso. Así, baja desde los estacionamientos y la entrada peatonal, es decir, remarca apenas un sentido de interior, como si cualquiera pudiera pasar por ahí (fig. 4).

Figura 4. Vista del patio interior. Fotografía del autor

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Figura 5. Aberturas hacia la bahía. Fotografía del autor

De este modo, se advierte casi inconscientemente el ingreso al conjunto, como un pequeño poblado que descubre su interior, para disponer de un patio central paralelo a la pendiente. En esta explanada, que se prolonga de norte a sur, se distinguen levemente un ámbito inicial más reducido y dedicado al visitante ocasional y un ámbito mayor, hacia el norte, más propio de los ocupantes frecuentes. Tales espacios están tensamente contenidos entre los pliegues de los volúmenes y las aberturas. Algunos bloques se prolongan desafiantes hacia el patio interior, exponiendo grandes ventanales interiores que parecen señalar la actividad reinante. Un pabellón extenso de administración, que se prolonga al suroeste, y el auditorio principal, que cruza el patio de acceso, animan la situación de entrada. De este modo, reservan un derrotero para los usuarios ocasionales, algo diferenciados de los bloques de aulas y servicios hacia el norte; pero que conserva, eso sí, un tratamiento similar y continuidad espacial que le da integridad y vinculación al conjunto en su ocupación regular (fig. 5). Los pabellones que se despliegan convergiendo hacia el norte albergan oficinas docentes en el costado oriente, con algunas aulas hacia el patio. En el poniente, mayormente salas de clases, se culmina con bibliotecas y otros servicios de apoyo interno, organizados en pasillos que se entrelazan comenzando por amplios hall de ingreso en cada pabellón; además, con puentes peatonales que se aparecen en las rendijas al paisaje, paralelos al horizonte y que enmarcan el encuentro de la ciudad y el mar. Finalmente, se dispone de una estructura casi ojival, erizada de volúmenes y circulaciones que fragmentan su lectura visual interior y exterior, pero que establecen un lenguaje formal y espacial consecuente, desde el cual se reconoce a institucionalidad y la totalidad del acontecer, asomándose constantemente entre sí y al entorno circundante. De este modo se logra una experiencia cotidiana similar, pero siempre distinta (fig. 6).

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Figura 6. Circulación principal. Fotografía del autor

Figura 7. Encuentro del cielo interior. Fotografía del autor

Los edificios están hechos de hormigón armado monolítico y tienen un revestimiento exterior metálico de plancha estriada gris, interrumpida por aleatorios ventanales blancos. Se dejaron estucados, también en color blanco, los primeros niveles, así como las caras inferiores de las losas y los puentes, lo que les otorga un tratamiento continuo a los bloques y que remarca los diferencias de iluminación, pero levantándolos del suelo y separando los pabellones entre sí. Los interiores reciben un revestimiento homogéneo de estuco blanco en muros, cielos y puentes, con algunos paneles de entablados de madera clara en costados de balcones interiores y tramos inferiores de circulaciones, en una disposición vertical segmentada que incrementa la disparidad de las formas y la extensión de los espacios, especialmente a través de los leves reflejos, barandas vidriadas y aberturas parciales al paisaje. Los pisos vinílicos y gradas interiores, así como el mobiliario general, reciben una coloración semejante a los paneles, que ensalza la calidez de la tonalidad natural en contraste con la severidad exterior y el etéreo interior. Los patios y jardines también han recibido una meticulosa atención, con materiales simples y vegetación desértica: pisos de piedras con gravillas, mezclados con arborización, arbustos y prados de fácil mantención en el clima temperado de la ladera (fig. 7).

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De la situación Indudablemente, el conjunto de volúmenes fragmentados de la Universidad Adolfo Ibáñez evoca el paisaje construido en la bahía, de pequeñas edificaciones dispersas por los cerros de Valparaíso. Una arquitectura tradicional valorada como patrimonio de la humanidad. Ello sugiere, entonces, que se habría aplicado una inspiración recurrente en la arquitectura actual de imitación de referentes del contexto inmediato, como una reinterpretación contemporánea de tradiciones vernáculas. Esta lectura parece consistente con una institución originaria de la zona y de un arquitecto que adhiere a la cultura del lugar. Sin embargo, esta interpretación de actitudes miméticas o preservacionistas se tropieza con la trayectoria profesional del autor y la condición intelectual de la entidad que aloja. De hecho, su configuración mantiene similitudes con la sede realizada en Santiago, que consiste también una agrupación conectada de pabellones en una disposición equivalente de ladera. Aunque difícilmente se pueda reprochar al arquitecto haber repetido su obra, ya que la diferente y compleja geometría revela una exhaustiva elaboración, se puede inducir la postura adoptada en esta obra a partir de las definiciones conceptuales planteadas en ese mismo proyecto; por cuanto en ambos casos se albergan actividades similares que sustentan la propuesta de diseño. Fundamenta esa obra la búsqueda del encuentro social que motiva el desarrollo intelectual, remontada en los orígenes institucionales3 con una estructura compositiva que realza este dinamismo y, además, se vincula parcialmente con el entorno circundante, como una referencia sustancial a la necesaria acción reflexiva de una organización educacional. De modo que la particular configuración de esta obra parece sustentarse, más bien, en sutiles propiedades espaciales de las actividades que alberga, más que en reflejos formales.

3

Pérez y Pérez, Escuela de Valparaíso.

En rigor, los patios centrales extendidos y de vistas reguladas, y los entrelazados pasillos interiores, aunque pueden remedar los recovecos de las calles de los cerros y sus particulares vistas superiores, son espacios sustancialmente distintos, en este caso, destinados a una contención variada, cuando en la ciudad tradicional poseen una función más bien de tránsito y relación distante. Por ello se puede reconocer el diseño de esta obra como una particular valoración de la actividad cotidiana, y del sentido más relevante de la institución educativa, como un ámbito de desarrollo colectivo de su entorno, alejado de simbolismos comerciales o repeticiones constructivas, que simplemente debilitan la funcionalidad diaria. Así, se funda en un trabajo arquitectónico concienzudo, en una actitud sensible al desempeño regular y la proyección de sus ocupantes (fig. 8). La inusitada complejidad formal del conjunto, que desafía las regularidades constructivas por ligeros desplazamientos angulares, que culminan entrelazando recorridos y miradas, conforman un continuo

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Figura 8. Volúmenes al patio interior. Fotografía del autor

encuentro entre personas y entorno. En la vida cotidiana, que asume prontamente hábitos y jerarquías, estos intrincados volúmenes y espacios provocan persistentes vistas inesperadas, cruces de actividades, al divisarse labores variadas, al incitar cambios de altura, al entremezclarse situaciones administrativas y académicas o al remarcarse la dedicación a una sociedad y a un ambiente natural que se asoma reiteradamente. Así, la reflexión intelectual que la educación superior incita pierde algo de sus arraigados convencionalismos y promueve las conexiones creativas y las visiones colectivas que la sociedad contemporánea requiere, al entregar espacios que acogen cabalmente sus funciones convencionales, pero también al provocar nuevas aristas de desarrollo, relacionadas con el encuentro social y el paisaje urbano-natural.

De la arquitectura chilena Como gran parte del mundo, Chile recibió a mediados del siglo pasado el fuerte influjo de la arquitectura moderna y, a partir de ahí, desarrolló una cultura constructiva algo más sobria que el resto de Latinoamérica, por las veleidades sísmicas y estrecheces económicas del país. Además, su condición insular y particularidad geográfica motivó a algunos profesionales, como José Ricardo Morales y Juan Borchers, a

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intentar sesudos textos de refundación de la disciplina. En particular, un grupo de profesores se empeñó desde la década de los sesenta en forjar una nueva escuela de arquitectura en Valparaíso que revisara profundamente el quehacer de la disciplina, con un sentido poético que desdeñaba la tradición profesional. Este grupo, aunque se ha mantenido en el ámbito académico, ha tenido una fuerte incidencia en el quehacer local, pues ha motivado senderos propios y fomentado la atención por la singularidad del lugar y las actividades que se acogen.4 Una primera expresión fue el concepto de modernidad apropiada, acuñado en los años ochenta por jóvenes profesionales de Santiago, para salir al paso del posmodernismo que se dejaba caer por el continente, mezclando la racionalidad constructiva con los albores de la reflexión simbólica y la distinción cultural, así como remarcando un sentido propio en distintos territorios geográficos y tradiciones históricas. Aunque esta corriente devino en una disparidad de interpretaciones, entre el mercantilismo local y la recuperación vernácula, incitó una preocupación por la propia identidad y desarrollo.5

4

Ibíd.

5

García Alvarado, “Esbozos de teoría”.

6

Benett y Cripiani, José Cruz Ovalle.

Luego inspiró, finalmente, a nuevas generaciones de profesionales en los años noventa, como Mathias Klotz, Smiljan Radic y Martín Hurtado, que ejecutaron obras sencillas atendiendo el formidable paisaje local, y que han alcanzado una gran notoriedad internacional. En esta cohorte también se encuentra la producción de José Cruz Ovalle, quien aunque se educó en Santiago y Barcelona, es sobrino del fundador de la Escuela de Valparaíso, por lo que afirma haber recibido su influjo desde el ambiente familiar, y haberse distanciado expresamente para su formación. Cruz Ovalle retornó al país luego de iniciar un trabajo teórico y de escultor, reconociendo una profunda vinculación con los planteamientos de la Escuela de Valparaíso. Una de las obras fundacionales de la generación de la década de los noventa es precisamente el pabellón de Chile, en Sevilla de 1992, que realiza junto a Germán del Sol. Luego algunos hoteles, establecimientos escolares y plantas industriales le han valido un relevante reconocimiento,6 pero ha insistido en mantener una práctica reducida y tampoco ha consentido dar clases o realizar escritos. Eso sí, ha convocado una singularidad en su grupo generacional, al utilizar formalidades complejas en relación con los volúmenes severos que caracterizan a los arquitectos chilenos emergentes. Vinculados en la prestancia de materiales sencillos y las esplendorosas localizaciones naturales, se diferencia por las geometrías recónditas, como este conjunto de la Universidad Adolfo Ibáñez, con un manejo sorprendente de las curvas compuestas, que se expresan en la sede en Santiago o la Viña Pérez Cruz; intersección de circunferencias, en las oficinas de Arauco y el Hotel en la isla de Pascua, o los trazados angulares, en esta sede en Valparaíso (figs. 9, 10 y 11).

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Figura 9. Modelo digital del proyecto

Figura 10. Maqueta de desarrollo del proyecto

7

Liernur, Industrias.

8

Muñoz, “La teoría de la obra”.

Figura 11. Planos del conjunto

Aunque, más allá de elaboraciones gráficas u operaciones instrumentales, aboga por una reflexión vivencial de las obras, explica sus inusitadas formas a partir de la experiencia del lugar y de la actividad, así como a veces de los materiales con los que los ejecuta y sus capacidades resistentes.7 Manifiesta un fuerte compromiso con la ejecución de la obra y su ocupación, sin atender mayormente a los estilos, agrupaciones o corrientes de moda. Sus planteamientos se expresan en detallados esquemas manuales y breves notas de cuidadosa redacción, que hacen referencia a observaciones espaciales, revisiones de la actividad y sus relaciones con el entorno, actitudes corporales, sensaciones y estructuras arquitectónicas.8 Esta conformación del proyecto, ajena a tipologías u organizaciones geométricas, hacen surgir, casi por azar, pero con sesudas fundamentaciones vivenciales, las figuras que las componen. Aun cuando se advierte en su desarrollo la conciliación con aspectos constructivos, sistemas informáticos y coherencias compositivas, aparecen con una libertad inicial solo atada a sus futuras actividades.

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Conclusión En esta sede de la Universidad Adolfo Ibáñez se advierten singulares características que alumbran el panorama de los equipamientos públicos: una organización que privilegia el acontecer por sobre la presencia urbana e institucional y que refuta el artificio simbólico valorando la experiencia sensible; de este modo evoca las situaciones vernáculas, con un sentido propio a la actividad que le brinda un adecuado albergue, así como proyección cultural. En relación con el ambiente profesional nacional (al igual que, en buena medida, con el latinoamericano), afanados en la pregnancia de las formas y la figuración social, este arquitecto surge como una postura refrescante pero algo enrevesada. Recupera un sentido esencial de la arquitectura, alejada del concierto gremial y los impactos mediales y, más bien, preocupada de la ocupación cotidiana. Intenta darle al permanecer una profundidad significativa a través de la organización espacial que promueve el encuentro interno y el atisbo del entorno. Invita en su conjunto universitario a reflexionar sobre la realidad, en un recorrido que insinúa la vinculación con los otros y su ambiente. Utiliza los recursos arquitectónicos al servicio de las labores habituales, antes que a los discursos. Logra ambientes sorprendentes y situaciones inusitadas, para enaltecer las experiencias regulares. Por último, nos recuerda que la misión del arquitecto, y del edificio público, es fundamentalmente acoger la vida en común.

Bibliografía Benett, Elizabeth y Alejandro Crispiani (eds.). José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción. Santiago de Chile: ARQ, 2004. Crispiani, Alejandro (ed.). Aproximaciones: de la arquitectura al detalle. Santiago de Chile: ARQ, 2001. García Alvarado, Rodrigo. “Construindo a abstração: Campus Peñalolen de Jose Cruz Ovalle”. Vitruvius Arquitextos 93, no. 1 (2008). http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/08.093/164/es. García Alvarado, Rodrigo. “Esbozos de teoría de la arquitectura en Chile”. Arquitecturas del Sur 32 (2006): 62-69. García Alvarado, Rodrigo, Jorge Harris, Rubén Muñoz y Jessica Fuentealba. “La gestación de la obra en Cruz y Browne”. Revista De Arquitectura no. 30 (2007). Liernur, Jorge. Industrias: obras de arquitectos chilenos contemporáneos. Santiago de Chile: ARQ, 1998. Muñoz, Rubén. “La teoría de la obra: José Cruz Ovalle en las oficinas de Paneles Arauco. Pensamiento, obra y omisión”. Arquiteturarevista 3, no. 1 (2007): 42-56. Pérez de Arce, Rodrigo y Fernando Pérez Oyarzun. Escuela de Valparaíso: Grupo Ciudad Abierta. Madrid: Tanais, 2003.

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2012: una odisea urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete 2012: An urban odyssey. The Confederation of Albacete Businessmen’s new head office Recibido: 15 de abril de 2012. Aprobado: 12 de septiembre de 2012

Joaquín Arnau Amo

Universidad Politécnica de Valencia  jarnaua@gmail.com Doctor Arquitecto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, España. Catedrático de Estética y Composición en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, España. Musicólogo y crítico

María Elia Gutiérrez Mozo

Universidad de Alicante  eliagmozo@ua.es Arquitecta, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Pamplona, Universidad de Navarra, España. Doctora en Arquitectura, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la Universidad Politécnica de Madrid, España. Máster en Gestión del Patrimonio por la Universidad de Alicante, España Análisis de proyecto

Resumen La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA), 2007-2011, es un edificio del equipo de arquitectos COR & Asociados, formado por Jesús Olivares y Miguel Rodenas, titulados por la Universidad de Alicante. Situado en un retal de la ciudad de Albacete (España), con 3800 m2 y un coste de poco menos de 1000 €/m2, este equipamiento público, de manifiesta calidad como pieza arquitectónica, suscita a los autores del presente artículo una reflexión en profundidad sobre el alcance de su impacto en el medio indeciso en que se inserta y sobre su capacidad para urbanizar un entorno falto de carácter. Palabras clave: equipamiento público, no lugares, hito, Albacete, confederación de empresarios, regeneración urbana.

Abstract The Confederation of Albacete Businessmen’s (FEDA) new head office, 2007-2011, is a building designed by the architects COR & Asociados, created by the Alicante graduates Jesús Olivares and Miguel Rodenas. It is situated in a corner of Albacete (Spain), is 3800 m2, and cost slightly less than 1000 €/m2. The authors were provoked to undertake this in-depth paper in order to manifest its architectural worth, to show the scope of its impact in relation with the indecisive manner in which it is located, and about its ability to urbanise an environment that lacks character. Key words: public facility, non-places, landmark, Albacete, Confederation of Businessmen, urban regeneration.

NUEVA SEDE DE LA CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE ALBACETE (FEDA) Localización: Albacete, España Año de construcción: 2007-2011 Arquitectos: Jesús Olivares y Miguel Rodenas COR & Asociados Fotografías: David Frutos Ruiz

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Cabrán en la voluntad, que tiene infinito espacio. Lope de Vega

Figura 1. Vista exterior en un atardecer de las fachadas suroriental y nororiental. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

2012: una odiesa urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA) Joaquín Arnau, María Elia Gutiérrez  [ 95 ]


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i hay un arte en el cual la voluntad (la que Alois Riegl llamó hace un siglo Kunstwollen) se emplea a fondo, ese es, sin duda, el de la arquitectura. Eric Mendelsohn, que había iluminado la desolación de la primera gran posguerra con un faro llamado la Einsteinturm, reclamaba para ella libertad de espacio para desplegarse, libre voluntad constructiva para imponerse. La arquitectura, desde luego, se impone. Y, si tiene pleno sentido, impone. Ella es todo un acto de voluntad. Y no tanto por la fábrica que enarbola cuanto por el espacio que libera. Adentro y alrededor. Doméstico y urbano. La civitas minima (así se refiere Leon Battista Alberti a la casa) remite a la ciudad como domus maxima. Y entre ambas se entabla un juego recíproco. De suerte que, en ocasiones, arquitecturas de mérito dan pie, y altos vuelos, a ciudades de mediano rango a ras de suelo. Que la arquitectura se adelante a la ciudad es un síntoma que hace un siglo, en el primer tercio del vigésimo, se daba como de curso ordinario. Que otro tanto suceda, sin embargo, ahora, en el primer tercio de este siglo vigésimo primero, no nos deja de sorprender. Parece como que, de nuevo, el edificio se anticipa a la urbe. Y en ello apercibimos un gesto de voluntad. Porque voluntarioso es, en primer lugar, el inmueble (que no quiere serlo) edificado para la nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA), por parte del equipo de jóvenes arquitectos COR & Asociados, que con él responde a un encargo alicorto, sito en un área residual (fig. 1). Albacete, capital de la provincia de su mismo nombre en el sureste de la península Ibérica, ha sido y es ciudad de tránsito, donde edificios notables han de habérselas con un planeamiento prácticamente ausente. Prendida a la línea del ferrocarril que discurre del centro al levante peninsular, creció en abanico de noroccidente a suroriente, sobre una trama improvisada y como a salto de mata, y con el efímero límite de una ronda pronto desbordada. Episodios singulares aparte (la feria y su recinto) de todo ello sola la línea férrea dejó huella perdurable. De su traslación da fe todavía el Parque Lineal, que la recorre en la dirección dicha y sin otro límite al noroccidente que los lazos que trenzan las autopistas. Y es el residuo que estos obsequian al indeciso trazado urbano donde se implanta, como meteorito venido del espacio, la sede empresarial objeto de este estudio (fig. 2). El edificio, concebido para un multiuso (como lo es el género de las empresas que congrega: agricultura, industria, comercio, construcción, transportes y servicios), se erige con voluntad de emblema empresarial, donde, como se ha dicho, el entorno en modo alguno acompaña. Pero habrá que creer a Lope: “cabrán en la voluntad…” (fig. 3). Se recomienda, por consiguiente, entrar en su interior cuanto antes para poder corroborar con el poeta “…que tiene infinito espacio”. Partiendo de su matriz cúbica, una sección clara y diáfana irradia sus

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Figura 2. Plano de situación. Fuente: COR & Asociados

Figura 3. Vista interior del espacio de acceso en planta baja. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

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Figura 4. Sección longitudinal por acceso y espacio de circulación entre niveles. Fuente: COR & Asociados

generosas luces sobre las plantas, asimismo diáfanas y claras, alrededor de unas escaleras-ascensor quebradas y bien administradas (fig. 4). Sin un ápice de sobrecarga estilística, la lección del espacio barroco (luz y escaleras) ha sido asimilada (es el argumento de Argan, en El concepto del espacio…). De construir el programa desde la oportunidad que lo adjetiva, hablan los arquitectos autores en su memoria. Es un principio clásico, vitruviano incluso, del que los modernos decían haberse liberado. Hoy sabemos (ellos lo sabían pero no lo creían, o no querían creerlo) que necesito lo que creo que necesito: las llamamos necesidades (el mercado lo sabe) pero son más bien deseos (fig. 5). Y en el deseo hay vanagloria (con la que hay que contar) y contradicciones (que hemos de asumir). En su memoria, los artífices dejan caer unas cuantas cuando aluden a horizontalidad de la jerarquía, procesos y no tareas, equipos y no personas, la mano invisible… Y hay retórica de última generación que habla de gestión emocional, nada sin valor añadido, la información lo es todo (fig. 6). Pero campea, y se constata, la voluntad de espacios altamente emocionales que los autores proclaman. Y una estética del trabajo, contraria al espíritu romántico que ve en el reposo contemplativo el esplendor de la belleza (Ruskin, “The Lamp of Beauty” en: Las siete lámparas de la arquitectura). Es dudoso que tales emociones conmuevan a otros que los propios arquitectos (algunos) y sus adláteres. Pero la voluntad es esa y, como

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tal, inefable. Y se sustancia en supuesta atmósfera de trabajo (las cursivas son citas literales de la memoria del proyecto). Y da lugar a urnas transparentes, impolutas, que inducen paz y sosiego. Cierto (fig. 7). No se engañan, por otra parte, los responsables de tales delicados diseños acerca de la siembra futura que los usuarios harán de sus utensilios (el museo y el mausoleo que pronosticaba Campo Baeza en una ya lejana mesa redonda sobre los nuevos modos de habitar). Con lo que lo neutro que ellos alaban deja de serlo.

Figura 5. Vista interior desde el tramo de escalera de planta baja a primera. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

Figura 6. Planta baja. Fuente: COR & Asociados

Figura 7. Vista interior de espacios para oficinas en planta primera. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

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Tal vez a la larga, ¿quién sabe?, el usuario, rodeado de objetos a su medida, acabe sabiendo lo que, de momento, como mucho intuye, y entienda que el mínimo que ahora se le obsequia, como detalle de discreción, cortesía y buen gusto, es un bien en sí que no necesita florituras. Al arquitecto, en todo caso, no le cabe sino cerrar los ojos a ese presunto futuro descontrol (fig. 8). En algo tan definitivo y definidor (en la Re Aedificatoria alababa Alberti la finición) como son las fábricas edificadas, se agradece una cierta y prudente voluntad de indefinición. El riesgo es que (como sostiene Josep Quetglas, en Pasado a limpio, a propósito de la casa Farnsworth) lo difuso de afuera y adentro que los arquitectos argumentan se torne, por intocable, hermético. Otro es el beneficio, sin embargo, considerablemente más sólido y estable, y de más seguro rendimiento, que este espacio voluntarioso provee. Los autores nos lo hacen notar y no es ocioso que lo hagan. Está demostrado: en un recinto de acústica controlada los usuarios, empleados o visitantes, bajan espontáneamente la voz, lo que contribuye con probada eficacia al equilibrio y al bienestar emocional de unos y otros. Generosas luces y sonidos apagados (lo supo y nos lo hizo saber Aalto en Paimio hace casi un siglo) propician terapias infalibles (fig. 9). Son cualidades ambas de este apacible hueco interior. El espacio acústico es, por otra parte, menos vulnerable que el espacio visual. Más aún, vulnerado, mejora. Es decir que, invadido por diversas gentes y cosas, se apacigua y templa, y puede llegar a ser el instrumento bien afinado al que Louis Kahn aspiraba en sus creaciones ejemplares.

Figura 8. Planta primera. Fuente: COR & Asociados

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Figura 9. Vista interior de sala de actos en planta tercera. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

Figura 10. Vista interior de espacios de circulación en planta tercera. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

Colaboran los suelos. Y se apunta al mismo efecto anecoico la distancia visual de cualesquiera paramentos, respondiendo una vez más al conjuro de la voluntad, que tiene infinito espacio. Es lógico que, en el empeño por alejar un entorno tan desabrido, el interior del inmueble apele al mismo recurso (el que repele toda vecindad) (fig. 10). Un cierto ensimismamiento se hace, como consecuencia, inevitable. Y el espíritu de la utopía (tan afecto a la arquitectura del momento) se apodera del acontecimiento. La razón de ello, en este caso, no obstante, habrá que indagarla fuera, en la ciudad ausente. Pues es en ese terreno, en el forzado desplazamiento de esta sede (con sus 3800 m2) y su no correspondida vocación urbana donde nuestras incertidumbres asoman y el desconcierto nos asalta. Así, lo que de dentro a fuera (como el maestro Frank Lloyd Wright nos recomienda, pero contando como él contaba con un bosque frondoso y una rumorosa cascada alrededor) es convincente sin reservas, las suscita en cambio de fuera a dentro. A repensar el concepto de hito nos invitan los autores, pues es un plausible deseo el de la Confederación el que la reunión de su aparato disperso en una nueva sede asuma cualidades de emblema. Ahora bien, ¿cabe un emblema descolocado? Nótese que el hito lo es no tanto por la marca que pone, sino por el sitio (locus) que marca (fig. 11).

Figura 11. Vista exterior desde la prolongación del Paseo de la Cuba. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

Salvo que… el hito sea de tal desmesura que, viéndose descolocado, descoloque a su vez a quienes mudos de asombro lo descubren, lo cual no es (no puede ser) de ningún modo indiferente a la dimensión o, mejor dicho, a su inmensidad. No es este el caso. Descartado el centro urbano y descartadas asimismo sus periferias consolidadas, este supuesto hito se instala en lo que algún estudioso del asunto ha dado en llamar un no lugar. De modo que su decidida voluntad urbana se disuelve (y lo sabe y lo registra) en intenciones sutiles y ardides de un ingenio quizá delicado, pero no contundente.

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No podemos, claro está, ni menos debemos apuntar malos augurios (a ellos los griegos llamaban blasfemias) a este entorno hoy por hoy interrogante. Un primer paso es nada más, pero nada menos, que un primer paso. La primera parte para el convenio de arquitectura y ciudad se ha cumplido. El espacio (interior) de la sede denota una voluntad cívica. Su talante es el de la casa de todos los empresarios, grandes y pequeños. Posee la dignidad de las antiguas logias o lonjas (de las que el levante español conserva algunas muestras y entre las que descuella la de Valencia, con su salón columnario) (fig. 12). Ahora bien, la segunda parte, aquella por la cual el edificio domestica la ciudad, ¿se cumple, asimismo, como sería de desear y esperar? ¿Irradia el edificio alrededor, a lo ancho, o a lo alto, o en ambos sentidos? ¿Es el hito que se proclama? Sí y no. Que un edificio digno (y este lo es) dignifica su entorno no se discute. De que lo redima, el futuro dirá. A nosotros, como mucho, se nos ofrece hacer conjeturas que, en este caso, son lo que su nombre indica (juicio por indicios y observaciones) y poco más, como adivinaciones. El porvenir siempre es incierto pero, sin un Plan, lo es mucho más. Entendemos que el patrón de esta sede se somete a un canon de dimensiones estrictamente urbanas, ni más ni menos. En una trama de ciu-

Figura 12. Vista exterior de la fachada suroriental. Fotógrafo: David Frutos Ruiz

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dad burguesa, tradicional, su presencia no avasalladora no desdeciría un ápice. En su circunstancia suburbial, sin embargo, sencillamente es insólito, lo que acaso favorece, pero no le favorece. Pese a todo y a guisa de pionero, podría desde luego haber establecido una pauta de orden y discreción con su buen ejemplo. Pero sus autores han desdeñado esa opción, modesta y firme a la vez, y se han dejado llevar, ¿para agradar a sus comitentes quizá?, por una cultura de la imagen que es enseña reconocida de la aldea global (y mercantil). Puesto que ningún récord juega a nuestro favor (el de la torre casi kilométrica en Dubái sería un paradigma en la aurora de este milenio), hagamos algo que asegure el impacto desde el ingenio y la sutileza. Observan los arquitectos el precepto cinematográfico de Wilder (si hablamos de una dinámica de imágenes, la lección del séptimo arte es ineludible) a propósito de las sutilezas que el gran público está en situación de asimilar: usted, joven cineasta, puede ser sutil si gusta, pero procure por Dios bendito que sus sutilezas sean siempre obvias. La sutileza, en el caso que nos ocupa, obvia desde luego (es lo primero que se ve y lo último que se vuelve a ver), consiste en el vestido, o revestimiento, de la obra. Quiso la Modernidad que sus edificios posaran desnudos (y, en ocasiones, como el san Bartolomé del Juicio final, de Miguel Ángel, desollados). Lo que cierta posmodernidad, menos corpórea y más cosmética, tradujo en una apología de la piel. Los ojos de la piel es el título de un relativamente reciente opúsculo del arquitecto Juhani Pallasmaa. Pero la piel no siempre es tersa y bella, por lo que el vestido hace su papel a menudo. Y como a Adán y Eva abrumados por la culpa, el vestido socorre (un arquitecto de vieja escuela, moderno por tanto, recomendaba en los años sesenta a sus alumnos la yedra, mucho más afín con el arquetipo paradisíaco). Haga usted lo que le plazca, pero vístalo (fig. 13). No es que los arquitectos de la sede empresarial hayan practicado, sin más, un juego aleatorio. Sus plantas y sus secciones irreprochables y abiertas a una saludable y útil combinatoria de usos múltiples (aulas, despachos, salas de reunión, salas de estudio, seminarios, áreas de recreo) los acreditan. Porque esa versatilidad es posible. Pero ¿hasta qué punto puede un alzado ser aleatorio? (fig. 14). Una posible solución a ese dilema (la moneda de César) consiste en dar a la fábrica lo que es suyo, e inmueble, y dejar al libre albedrío de los postizos (celosías y filtros varios, estores y mamparas) la seducción mobiliaria. Otras opciones al uso barajan reflejos a la voluntad de diversos estímulos transeúntes. Nuestros arquitectos (ni modernos, ni posmodernos, y ambas cosas tal vez a la vez) han sido más radicales a este respecto, otorgando a la fábrica el régimen aleatorio de huecos libremente dispuestos y revistiéndola con un llamativo envoltorio.

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Figura 13. Planta segunda. Fuente: COR & Asociados

Se trata (dice la memoria) de “revestir el volumen del edificio con una piel” (metáfora, en este caso, inadecuada por su inadherencia) “capaz de difuminarlo y de hacerlo cambiar en función de sus brillos y texturas”, para producir una “forma carnosa […] de modo que el observador no pueda medirse con respecto a ella”. Es un polimetilmetacrilato que, además, no precisa (dicen sus diseñadores) de mantenimiento alguno. Lo que nos licencia de la noble y amorosa tarea de conservar (como quería Ruskin, en The Lamp of Memory) nuestras fábricas. Pero llama, sobre todo nuestra atención, el empeño puesto por los arquitectos para ahuyentar la tentación de la medida, real, a favor de lo desmedido, fantástico. Algo que el espacio virtual consiente, pero la habitación cotidiana desmiente. De nuevo, se nos invita a tomar distancia, lo que dentro se agradece, pero fuera nos desconcierta. Ya que no imponente (no lo es), los autores han resuelto que el hito (al que no se renuncia a pesar de los pesares) lo sea por inasible y difuso: un recurso que los Bernini y Borromini habrían suscrito de buen grado y que Heinrich Wölfflin describe en sus Conceptos fundamentales, como puro-visual. Como con la gelatina que arropa ciertos dulces, se apela, en efecto, a sus brillos y texturas, a la vez que se hace paradójicamente alusión a una cualidad comestible (forma carnosa). El envoltorio (más que vestido

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Figura 14. Planta tercera. Fuente: COR & Asociados

o revestido, el edificio se nos aparece como empaquetado para regalo) lo aleja y lo hace al mismo tiempo apetecible. Será seductor sin duda para ciertos paladares, como será goloso a los ojos de algunos. Más que puro-visual y en el polo opuesto de lo visualtáctil (las líneas han sido barridas por el difumino), esta arquitectura es un objeto vistoso-gustoso. Y hay un efecto final (las imágenes se conocen por sus efectos), deliberado, por supuesto, que el reportaje fotográfico oficial del inmueble hace esplender contrastando (como enseña Étienne-Louis Boullée, el visionario ilustrado, en sus estampas) el día y la noche. No es ocioso (entre paréntesis), como se verá, invocar ese origen. De día, el supuesto glamour del polimetilmetacrilato lo envuelve todo. Es un puro objeto que el ojo distante supone frágil a juzgar por las burbujas de su envoltorio acolchado. Carece de rostro, dado que sus fachadas (la frons aedis) lo esconden, como la mujer musulmana esconde el suyo. De noche, por el contrario, cae el velo celador y una combinación aleatoria de huecos luminosos improvisa un paisaje de guiños fugaces, como el que encienden y apagan en las autopistas (lo hacía observar a sus alumnos el maestro Alejandro de la Sota) los faros de los vehículos a su paso (fig. 15).

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Figura 15. Vista exterior nocturna desde terraza en planta tercera. Fotógrafo: David Frutos Ruiz.

A una cierta visión irreal sucede otra no menos irreal, que es como su negativo fotográfico, y desde luego fotogénico. Son visiones alternas, una y otra, que responden ambas al ámbito de lo virtual. Una vez más, la cosa se asemeja a su imagen y se funde literalmente (se licúa) con ella. Es la umbram, non rem a la que alude Vitruvio en el primer libro de su tratado. El edificio se comporta con una doble vida, como la protagonista de Belle de jour, la película de Luis Buñuel, en clave surrealista, pues hay algo de surrealista en este ejercicio de arquitectura: algo que continúa la estirpe de los visionarios de hace más de dos siglos (recuérdese la estampa de Claude-Nicolas Ledoux que representa el Cementerio de la ciudad de Chaux como un espacio sideral). Su permanente sudario, por otra parte, sugiriéndonos un estado de perpetua autorrehabilitación, le confiere una naturaleza fantasmal, envuelto a la luz del pleno día en su obligada sábana difusa, como corresponde a un fantasma clásico, y fosforescente en la oscuridad de la noche cerrada en la no ciudad. Sería el contrapunto irónico a ciertos barrios-fantasma (lo son porque, edificados entera y flamantemente, apenas han sido habitados) que salpican los antípodas al suroriente de esta misma ciudad. Acaso sea verdad que “vale más honra sin barcos que barcos sin honra”. Al fin y al cabo, la sede de los empresarios pone, aun en su condición de ente con apariencia virtual, su punto de honor (o pundonor) en un territorio a espera. Relanza así a día de hoy la odisea urbana de una ciudad amable y voluntariosa.

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Bibliografía Argan, Giulio Carlo. El concepto del espacio arquitectónico desde el Barroco a nuestros días. Buenos Aires: Nueva Visión, 1966. Arnau Amo, Joaquín. La teoría de la arquitectura en sus tratados: I) Vitruvio, II) Alberti, III) Filarete, di Giorgio, Serlio y Palladio. Madrid: Tébar Flores, 1987. Arnau Amo, Joaquín (ed.). 70 años de arquitectura en Albacete. 1936-2006. Albacete: Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla La Mancha, 2010. Boullée, Étienne-Louis. Arquitectura: ensayo sobre el arte. Barcelona: Gustavo Gili, 1985. Gutiérrez Mozo, Elia. El despertar de una ciudad: Albacete 1898-1936. Madrid: Celeste, 2001. Marchán, Simón. Arquitectura siglo XX: textos. Madrid: Alberto Corazón, 1974. Montaner, Josep María. Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Barcelona: Gustavo Gili, 2008. Pallasmaa, Juhani. Los ojos de la piel. Barcelona: Gustavo Gili, 2006. Quetglas, Josep. Pasado a limpio I/II. Valencia: Pre-Textos, 2002. Riegl, Alois. Problemas de estilo. Barcelona: Gustavo Gili, 1980. Ruskin, John. Las siete lámparas de la arquitectura. Barcelona: Alta Fulla, 1987. Wölfflin, Heinrich. Conceptos fundamentales en la historia del arte. Madrid: Espasa-Calpe, 1976.

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El Centro Cultural Gabriel García Márquez The Gabriel García Márquez Cultural Centre Recibido: 23 de agosto de 2012. Aprobado: 2 de octubre de 2012

Benjamin Barney Caldas

 benjaminbarneycaldas@gmail.com

Arquitecto, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Magíster en Historia de Universidad del Valle, Cali, Colombia. Profesor e investigador de la Universidad los Andes; de la Universidad del Valle; del Instituto Superior de Arquitectura y Diseño (ISAD), Chihuahua, México; de la Universidad la Gran Colombia, Armenia, Colombia; de la Escuela de Arquitectura y Diseño de América Latina y el Caribe, Isthmus, Panamá; de la Universidad de San Buenaventura (USB), y la Javeriana, ambas en Cali, Colombia. Coautor de varios libros y columnista de varios medios en Colombia. Su obra ha recibido distinciones nacionales e internacionales y ha sido publicada en libros y revistas. Centro Cultural Gabriel García Márquez

Resumen A partir de las características presentes en obras anteriores del arquitecto Rogelio Salmona, este artículo describe los atributos formales, espaciales y materiales del Centro Cultural Gabriel García Márquez, su última obra construida. Ubicado en el centro histórico de Bogotá, Colombia, este edificio dialoga con su entorno urbano y contexto histórico, lo que invita sutilmente al recorrido de sus espacios, a la experimentación de sensaciones y a la contemplación del lugar donde se encuentra. Palabras clave: Rogelio Salmona, Centro Cultural Gabriel García Márquez, arquitectura colombiana, centro histórico de Bogotá.

Abstract Through an analysis of characteristics that are present in previous works by Rogelio Salmona, this article describes the formal features, spatial dimensions, and materials used in the Gabriel García Márquez Cultural Centre. Located in Bogota’s historic quarter, this building enters into dialogue with its urban environment and historical context. The result is a subtle invitation to enter its spaces, experiment sensations, and contemplate the surroundings. Keywords: Rogelio Salmona, Gabriel García Márquez Cultural Centre, Colombian architecture, Bogota’s historic quarter.

Cliente: Ediciones Fondo de Cultura Económica Ltda. Años: 2004-2008 Autores: Rogelio Salmona y María Elvira Madriñán Colaboradores: Fernando Amado Zárate Construcción: De Valdenebro Ingenieros Ltda. Ing. Francisco de Valdenebro Ing. Agueda García Estudios técnicos: Cálculo estructural: Ing. Francisco de Valdenebro Hidrosanitarios y gas: Ing. Alveiro Téllez y Alba Lucía Rojas Eléctricos: Ing. Julio César García Presupuesto: Ing. Álvaro León Acústico: Ing. Gonzalo Durán Estudio de suelos: Ing. Jairo Eduardo Higuera Iluminación: Arq. María Teresa Sierra Interventoría: Arq. Eduardo Sánchez y Arq. Rocío Chaves Fotografías: Sylvia Patiño

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1 Téllez, Rogelio Salmona: obra completa.

Rogelio Salmona logra una síntesis casi cada diez años,

y las dos primeras se suman en la tercera y la cuarta, y esta anticipa la quinta. La primera son las plantas curvas de las Torres del Parque, en Bogotá (1964-1970) y su preocupación por el paisaje andino y nuestras ciudades, la que nunca abandonará. Las Torres se curvan sobre la neomudéjar Plaza de Toros de Bogotá y responden al entorno urbano con el escalonamiento y abaniqueo de sus terrazas. 1

Posteriormente, en la Casa de Huéspedes (1980-1982), los patios son coloniales pero de tropicales muros de vanos mayas, y estanques y atarjeas que recuerdan La Alhambra; mientras la piedra, la rampa y las bóvedas rebajadas son de la arquitectura militar de Cartagena, ciudad a la que redoblan. En el Archivo General de la Nación (1988-1989) repite nuestras manzanas coloniales de La Candelaria en Bogotá, pero el patio es circular y se cruza en diagonal, y tiene, invertidos, los grandes arcos de Louis Khan. Todo lo anterior está en la Biblioteca Virgilio Barco (2002), también en la capital, y aunque es nuevo el hormigón a la vista, las cubiertas son inclinadas como en sus casas iniciales.

2 Salmona, “Notas sobre el concurso”.

3 Gladwell, Outliner: The Story of Success, 49.

En el Centro Cultural Gabriel García Márquez (2008), en pleno Centro Histórico de Santa Fe de Bogotá, está todo lo anterior, pero las rampas que rodean sus patios circulares, uno de agua como en un “carmen” granadino, se enroscan en el cielo y un mágico paramento porticado continúa una calle colonial. Esta sede del Fondo de Cultura Económica de México es el quinto y último edificio que jalona la obra de Salmona. A la vez que termina una etapa, continúa otra, iniciada con las casas Altos del Chicó (2003) y Altazor (2004), caracterizadas no solo por el hormigón a la vista, sino por su sencillez, al haber prescindido allí de buena parte de los recursos proyectuales anteriores. Pero, finalmente, con este edificio junta todo de nuevo: geometría, paisaje, luz, viento, agua y vegetación; ejes de composición no paralelos ni ortogonales, cubiertas inclinadas, espacios de más de cuatro lados, muros en diagonal, retranqueos, abaniqueos, ladrillo aparente, plantas curvas… En fin, la interpretación de la pertenencia a un lugar. Como ya lo pensaba al inicio de su carrera, si bien ciertos ejes de composición son la base para organizar una planta, un volumen o el espacio interno, son insuficientes para lograr el espacio total, y mucho menos para crear una nueva sensación espacial.2 Son casi cincuenta años de experiencia y, como dice Malcom Gladwell, “la práctica no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno”.3 Otra vez Salmona junta lo de antes con lo nuevo. Lo sencillo y lo abigarrado. Lo recto con lo curvo. Lo repetitivo y lo puntual. Lo inclinado y lo plano. Lo lejano con lo cercano. Lo abierto y lo cerrado. Rampas y escaleras. Claustros y patios. Muros y celosías. Vistas axiales y al tiempo laterales. El ladrillo y el hormigón visto. Hierro, madera y vidrio. Es su última etapa, la que terminó en el pequeño y muy acertado Centro de Desarrollo Cultural del barrio Moravia en Medellín (2008), y que muestra que su arquitectura tenía aún mucho más que darnos de la mano de su inteligencia, cultura, sensibilidad, viajes

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y experiencia, en un momento crucial de la arquitectura en Colombia, lo que habría mantenido para bien el rumbo que llevaba. Pero el Centro Cultural Gabriel García Márquez no queda como una estética de revista para copiar buscando lo meramente espectacular, tan de moda hoy en día, como sostiene Mario Vargas Llosa en su último ensayo,4 pero en el que curiosamente no habla de la arquitectura espectáculo, la que aquí apenas se inició hace unos pocos años; mientras que en Europa está llamada a su desaparición como lo cree, entre otros, Arturo G. de Terán.5 Este magnífico edificio de Salmona queda como un ejemplo ético para los arquitectos sensibles, cultos y observadores que lo sepan ver en cuanto una alternativa de diseño contextual y un recurso para la invención de nuevas formas ricas poéticamente, “con las cuales el arquitecto tiende a posesionarse del espacio” como decía él,6 y en este caso de toda una ciudad: de su geografía e historia, presentes en una de sus más importantes esquinas, a una cuadra de la Plaza de Bolívar y diagonal a la Catedral por su parte de atrás.

4 Vargas Llosa, Civilización del espectáculo.

5 Terán, Arte en la arquitectura de hoy.

6 Salmona, “Notas sobre el concurso”.

Sin embargo, hay que señalar la dificultad evidente del empate del edificio con los predios inmediatamente vecinos, tan diferentes entre sí que precisaban soluciones muy distintas. Con la casa colonial colindante habría que haber continuado simplemente su volumen, cosa que tampoco se hizo en la Fundación para la Educación Superior (FES), en 1987, hoy Centro Cultural de Cali, lo cual hubiera implicado tener en

El centro Cultural Gabriel García Márquez Benjamín Barney  [ 111 ]


7 Ibíd.

8 Castro, Rogelio Salmona: tributo.

ese extremo un cuerpo diferente, que permitiera esa solución convencional, y en el de Bogotá además no se contaba con suficiente espacio. Pero en el otro costado sí se hubiera podido concentrar sobre las altas “culatas” del edificio moderno de vivienda existente, la parte más elevada del Centro Cultural Gabriel García Márquez. Ello sin duda, habría ayudado además a dirigir mejor la vista hacia los cerros desde su patio principal, pues aquí el paisaje es un elemento plástico primordial, que se debe compartimentar a medida que se circula por él.7 Pero la verdad es que lo más importante y lo más sugestivo y logrado es el inspirado manejo del paramento en esa importante esquina de la “ciudad fundacional” como la llamaba Salmona.8 Como en toda calle de tradición colonial, su entorno está determinado por los muros alineados con pocos vanos de las viejas casas, adyacentes y en frente. Pero mientras evita continuar el paramento simplemente con el reflejo de una vidriera, por ejemplo, como Jean Nouvel en la Fundation Cartier en París (1994), Salmona lo logra con el vacío plano y muy angosto y, por supuesto, totalmente transparente de los grandes y repetidos vanos de columnas muy finas de la galería que presenta allí su edificio. Esta sencilla pero rotunda sutileza permite que la calle se prolongue a su gran patio circular, y que este se salga hasta ella, logrando que el edificio termine en los vecinos al otro lado, y se extienda por el viejo barrio de La Candelaria, marcando además una diagonal entre la Catedral, detrás de la cual se presiente la Plaza de Bolívar, y Monserrate y Guadalupe, esos maravillosos cerros de Bogotá que él comenzó a mirar desde las Torres del Parque casi medio siglo antes, pues lo que prima en este edificio son sus espacios exteriores fuertemente entrelazados con los que ya existían allí, más que sus volúmenes. Pero el Centro Cultural Gabriel García Márquez viene de un pasado aún más remoto: su recuerdo de la Villa Savoye, consciente o no. Le Corbusier nos invita a recorrerla mirando cómo los pilares de la planta

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baja parten el paisaje regularmente suprimiendo la noción de adelante, atrás o lado: “la casa es una caja en el aire, abierta todo el perímetro, sin interrupción, […] en medio de las praderas que dominan el vergel”. Su recorrido, centrado en una rampa “suave” (que no lo es), que lleva desde el vestíbulo al segundo piso “casi sin darse cuenta”, y después al solarium, en la cubierta, donde un vano apaisado permite ver el valle del Sena.9 Invitación superada por Salmona con una gran promenade architectural que, como una cinta de Moebius, sube al gran claustro y alrededor de este llega de sorpresa a un pequeño patio de agua, mirándose a sí misma todo el tiempo, al tiempo que la vista se fuga por todo su perímetro, a los cerros, el cielo y la ciudad, pues este edificio es ante todo un corredor en el aire (como no recordar la canción de Rafael Escalona), por lo que es posible seguir mentalmente el recorrido, anticiparlo o recordarlo. Más que un “barroco intemporal”, como lo llama Ricardo Castro,10 es el arte del tiempo en el espacio, por lo que Salmona piensa que “es necesario analizar la invención formal en relación con la intención espacial, para determinar las consecuencias de la obra en el campo de las ideas y, así apreciar sus cualidades plásticas”.11 Pero como él mismo lo decía, la arquitectura no solamente es arte. Aparte de que el emplazamiento de este edificio en ese lugar depara no pocas emociones, lo que lo hace plenamente identificable, su relación con el clima frío de nuestro trópico andino es ya probada y discreta. Además es modular, funcional, seguro y, por supuesto, cumple con las normas de sismorresistencia obligatorias en Bogotá. Y así como el edificio de la FES, originalmente destinado a oficinas, se convirtió en el Centro Cultural de Cali, esta sede del Fondo de Cultura Económica de México podría ser, sin mayor problema, y aunque parezca sorprendente, la de casi cualquier otra institución similar. De hecho, no se ocupó, como estaba previsto, lo que garantiza su futuro más allá de su función original, tal como sucede con los claustros coloniales.

9 Le Corbusier, Précisions sur un état présent, 136-138.

10 Castro, Rogelio Salmona: tributo, 153.

11 Salmona, “Notas sobre el concurso”.

El centro Cultural Gabriel García Márquez Benjamín Barney  [ 113 ]


12 Kruft, “Geschiche der Architektheorie”, 58.

Leon Battista Alberti subraya, en De re ædificatoria (1450), la importancia de cómo hay que mezclar lo antiguo y lo moderno propugnando de ese modo por la praxis que había iniciado Filippo Brunelleschi con el Hospital de los Inocentes y su relación con el espacio de la plaza de Santa Annunziata, en Florencia, comenzando el siglo XV. Según Alberti, un “arquitecto ha de poseer un espíritu elevado, una inagotable capacidad de trabajo, la más rica erudición y un máximo de experiencia, pero sobre todo ha de contar con una seria y bien fundada capacidad de juicio y con entendimiento”.12 No es un simple artesano, sino un intelectual preparado en todas las disciplinas y en todos los terrenos. Esta idea del enciclopedismo medieval, adoptada por el humanismo, se echa de menos en la mayoría de los que han (des)orientado nuestras ciudades, pues aún no hemos aprendido a mezclar lo moderno con lo antiguo, ni a ver la nobleza y gracia de sus comprobadas formas, geográfica e históricamente, que son la manera más segura de encontrar nuevas expresiones que lo sean realmente, y una constante en la obra de Salmona.

13 Glaeser, Triunfo de las ciudades, 310.

14 Kruft, “Geschiche der Architektheorie”, 751.

Y esto es muy importante para Bogotá, pues como escribe el economista Edward Glaeser: “Para prosperar, una ciudad tiene que atraer a personas inteligentes y permitir que colaboren unas con otras”.13 Es lo que han permitido desde siempre las ciudades que son tales: permitir que los ciudadanos se relacionen físicamente (y hoy no apenas por internet), con otros en calles, plazas y parques, y especialmente permitir que interactúen en esos edificios públicos donde se dan actividades intelectuales puramente urbanas. Desde el encuentro en restaurantes, cafés, bares y tiendas de esquina, compartiendo “una mesa, una sonrisa o un beso”, hasta en los museos, bibliotecas, teatros, salas de música, aulas universitarias y centros culturales. Justamente lo que Salmona logra con creces en el Centro Cultural García Márquez, lo que es usual en sus edificios, que invita ineludiblemente a los que pasan por ahí a recorrerlo sonriendo y con él la ciudad misma, y ocasionalmente terminar en una de las mesas de su cafetería compartiendo su experiencia con otros o leyendo algún libro adquirido en su magnífica librería, sin duda, la mejor del país. Poco más de veinte años antes de haberse construido el Centro García Márquez, Hanno-Walter Kruft había advertido que la alternativa al funcionalismo no podía encontrarse en una vuelta a las apariencias tradicionales ni otras formas del eclecticismo histórico, y que solo “el estudio de la historia de la arquitectura y de su teoría […] es capaz de mostrar cuáles puntos de vista pueden ser útiles para un presente cuya estética, cuya fe en la tecnología y cuya ecología se hallan trastornados hasta sus raíces”.14 De ahí la importancia y actualidad de poner en su justo valor este quinto y último edificio que jalona la obra de Salmona, más que quedarse apenas en discutir la riqueza y belleza de sus espacios, pues sus volúmenes casi no se ven, y ni siquiera en señalar la magia de sus recorridos, los que no se circunscriben al edificio mismo, sino que salen hacia el barrio, la ciudad y sus cerros. Como dice Ger-

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mán Téllez, parafraseando a Federico Fellini (No cognosciamo niente. Tutto è imaginazione): “en este proyecto […] todo lo podríamos o lo podemos imaginar”.15 Sus pequeños problemas de habitabilidad, como es frecuente en los edificios de Salmona, sin duda están plenamente compensados por su inteligente propuesta arquitectónica, cuya riqueza espacial en nada afecta su flexibilidad. Son errores que, en general, se pueden solucionar sin afectar su arquitectura, ni mucho menos sus búsquedas y encuentros. Lo corrobora plenamente el hecho de la buena conservación de la mayoría de sus edificios, pues como ya se ha dicho, la belleza repele la vandalización con la que se destruye tanta arquitectura al “solucionarle” sus problemas cotidianos. Sin duda, los usuarios de los edificios de Salmona respetan su arquitectura, o se ven compelidos a ello, o sencillamente estas intervenciones no logran dañarla, como tampoco han dañado nuestra arquitectura tradicional, lo cual por supuesto tiene que ver con su fuerte composición, sus materiales nobles y el sólido lugar que ocupan en la cultura. Ya lo dijo Alberti: “nada protege tanto a una obra de la violencia de los hombres como la nobleza y la gracia de sus formas”.16

15 Téllez, Rogelio Salmona: obra completa, 691.

16 Kruft, “Geschiche der Architektheorie”, 57.

Bibliografía Castro, Ricardo. Rogelio Salmona: tributo. Bogotá: Villegas, 2008. Gladwell, Malcolm. Outliner: The Story of Success. Bogotá: Prisa, 2012. Glaeser, Edward. El triunfo de las ciudades. Madrid: Santillana, 2011. Le Corbusier. Précisions sur un état présent de l›architecture et de l›urbanisme. París: Crès, 1930. Kruft, Hanno-Walter. “Geschichte der Architektheorie”. En Historia de la teoría de la arquitectura, 2 tomos. Madrid: Alianza, 1990. Salmona, Rogelio. “Notas sobre el concurso para el colegio ‘Emilio Cifuentes’”. En Rogelio Salmona: obra completa 1959/2005, editado por Germán Téllez. Bogotá: Fondo Editorial Escala. Primera publicación en la Revista Semana, 1959. Téllez, Germán. Rogelio Salmona: obra completa 1959/2005. Bogotá: Fondo Editorial Escala, 2006. Terán, Arturo G. de. El arte en la arquitectura de hoy hacia mañana. Oviedo: La Voz de Asturias, 2008. Vargas Llosa, Mario. La civilización del espectáculo. Madrid: Santillana, 2012.

El centro Cultural Gabriel García Márquez Benjamín Barney  [ 115 ]


Evocación poética de un refugio: Pabellón “Gimme Shelter!” Poetic evocation of a pavilion refuge “Gimme Shelter!” Recibido: 18 de septiembre de 2012. Aprobado: 17 de octubre de 2012

Tatiana Urrea Uyabán

Resumen

Universidad Nacional de Colombia y Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia  tatianaurrea@gmail.com Arquitecta Universidad Nacional de Colombia. Profesora titular de la misma universidad y doctoranda de Teoría e Historia de la Arquitectura de la Universidad Politécnica de Catalunya, ETSAB

El arquitecto colombiano Hugo Mondragón, junto con su socio chileno Sebastián Irarrázabal, compuso esta propuesta para representar a Chile en la Bienal de Urbanismo de Shenzhen y Hong Kong en el 2011. Se presenta aquí una lectura del pabellón, que ha sido inspirada más en la idea original que construye el proyecto, que en la forma de la arquitectura. El material dispuesto por los arquitectos está conformado por los planos de la fase de construcción, los enlaces a revistas y notas de prensa que registraron su propuesta en el momento mismo de la exposición, así como las fotografías tomadas por Cristóbal Palma durante la puesta en escena del experimento.

Análisis de proyecto.

Palabras clave: refugio, albergue, casa, pabellón, Bienal de Urbanismo de Shenzhen y Hong Kong, arquitecto Hugo Mondragón.

Abstract

Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Shenzhen y Hong Kong, 2011 Diseño y curaduría: arquitectos Hugo Mondragón (Cali, Colombia, 1966) y Sebastián Irarrázaval (Santiago de Chile, Chile, 1967) Dirección de arte: Patricio Pozo Música: Carlos Cabezas Video: Smog, Cristóbal Palma, 0300TV Fotografías: Cristóbal Palma Producción: Anne-Laure Guillet y Gigi Lueng Colaboradores: Macarena Burdiles, Pierina Benvenuto, Pilar Bunster, Fernando Carvajal, Alfonso Díaz, Sonia Dinamarca, Elisa Gil, Constance Neumann, Catalina Recabarren, Sergio Recabarren, Mariana Sanfuentes Cliente: Consejo Nacional de Cultura y Arte de Chile Superficie construida: 235 m2

Colombian architecture Hugo Mondragón, together with his Chilean partner Sebastián Irarrázabal put together a proposal to represent Chile en the 2011 Hong Kong and Shenzhen Bi-City Biennale of Urbanism. This paper presents a reading of the pavilion, which has been inspired more by the original idea that the project was based on than by the architecture. The material used by the architects is shaped by the plans of the construction phase, the links to magazines and press releases that their proposal registers in the exhibition, as well as photographs taken by Cristóbal Palma during the performance of the experiment. Keywords: refuge, shelter, house, pavilion, Hong Kong and Shenzhen BiCity Biennale of Urbanism, the architect Hugo Mondragón.

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Ooh, a storm is threatening my very life today if I don’t get some shelter, oh yeah I’m gonna fade away
war, children, it’s just a shot away. “Gimme Shelter”, Rolling Stones

Figura 1. Foto: Cristóbal Palma

Evocación poética de un refugio. Pabellón "Gimme Shelter!" Tatiana Urrea  [ 117 ]


Figura 2. Foto: Cristóbal Palma Ooh, a storm is threatening my very life today if i don’t get some shelter oh yeah i’m gonna fade away
war, children, it’s just a shot away, Gimme Shelter. Rolling Stones

Chile es un país que registra una actividad sísmica fuerte y frecuente. En febrero del 2010, sus centros urbanos sufrieron a causa de un terremoto de 8,8 grados de magnitud, seguido por un tsunami que a su paso destruyó vastas áreas, principalmente costeras. Durante las semanas posteriores a este desastre y como viene siendo una costumbre no deseada para los chilenos, los albergues se convirtieron en los lugares de encuentro y contingencia para acoger a los damnificados. Mondragón e Irarrázabal proyectaron este pabellón partiendo de la idea emotiva y simbólica del refugio como el lugar donde es posible “soñar un nuevo comienzo”. Así, a pesar de su naturaleza temporal, demostrativa y experimental, esta obra plantea interrogantes permanentes y prácticos; pero, sobre todo, profundos sobre el papel de la arquitectura y la responsabilidad social del arquitecto frente al tema del hábitat en situaciones de emergencia. El significado que puede contener este espacio para los acogidos —más allá de su carácter potencialmente público y realmente colectivo— hace de esta pieza la materialización de reflexiones acerca de lo que significa pertenecer a un lugar, tener memoria de él, habitarlo, poseer lo fundamental, formar parte de una cultura, sentir el desarraigo que significa perderlo todo y, así mismo, tener la posibilidad de superar esta contingencia, mediante la solidaridad y la fuerza de una sociedad. Shigeru Ban (Tokio, 1957), en 1995, desarrolló en Turquía una obra que ha inspirado a Mondragón e Irarrázabal. Después del terremoto de Kobe, el arquitecto japonés diseñó una versión contemporánea de la cabaña mítica: unas casas modulares construidas por los mismos damnificados sin contar con una mano de obra cualificada. La cimentación estaba armada con canastas de cerveza rellenas de bolsas de tierra. Los muros se levantaron con tubos de cartón repletos de papel,

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impermeabilizados y pegados entre sí. El techo, de lona abatible, permitía su apertura y cerramiento de acuerdo con el calor en su interior. Todos los materiales fueron cedidos por empresas turcas, solidarias con la emergencia de la ciudad, y posteriormente Ban los reutilizó para otras construcciones.

La idea de albergue como pabellón Un albergue es una casa, un lugar donde se pueden alojar temporalmente grupos de personas afectadas por algún tipo de inclemencia o peligro. Por lo tanto, su uso es provisional y estratégico y dispuesto con lo indispensable: sin lujos, diferencias o excepciones. En general, es un espacio bajo, vasto, llano, ordenado y tranquilo, con camas, dispuesto para hacer frente a la incertidumbre, lo violento o extraño que ha expulsado de su casa a quienes acuden allí. (fig. 3). Un pabellón es un edifico que forma parte de un conjunto, creado como un espacio de representación. Los primeros pabellones eran tiendas de campaña sujetas al terreno con cuerdas y estacas. En las exposiciones internacionales, los pabellones alojan propuestas teóricas y prácticas, o proyectos ideales), donde se expone lo mejor como muestra para que el mundo tenga una impresión positiva del anfitrión. Coincide con el albergue en que es temporal y en que ambos expresan el espíritu de su época, debido a lo relativamente fugaz de su existencia. El ejercicio que conjuga ambas intenciones es interesante, pues los valores confrontados se expresan con sencillez a través de la labor de equipo entre Mondragón e Irarrázabal. Aquí está representado Chile frente al mundo, a través de una situación en la que se le exige las mejores cualidades con los recursos más básicos y en el menor tiempo posible. Tiene entonces tanta importancia la economía y calidad de las soluciones técnicas y de la elección de los materiales como la capacidad de invención de los arquitectos para relacionar “lo que se tiene a la mano”.

Todo, sobre la cama Este montaje es posible gracias a la reflexión sobre lo que puede simbolizar esencialmente la idea de habitar un lugar: dejar huellas, encontrar un espacio donde el hábito de recogimiento se pueda ejercer. Un rincón en el mundo donde nos podamos sentir a salvo. En este sentido, el pabellón es todo interior, calidez, descanso, el lugar último al que puedo acudir cuando me quede sin el mínimo espacio vital de mi habitación, mi cama, mis sueños, nuestro nido, nuestra esperanza. El interior representa un “paisaje de albergue […] ninguno en particular, pero todos al tiempo”. Por haberse construido para una muestra, este pequeño pabellón presenta la posibilidad de convertirse en un modelo, cuyo exterior anodino ofrecería un interior adaptado a diferentes lugares, pero a un único estado de emergencia (fig. 4).

Figura 3. Mirada al interior desde la puerta de entrada al pabellón-albergue. Los conos de señalización invertidos y dispuestos como lámparas reciben a los visitantes de la expo. Foto: Cristóbal Palma

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Figura 4. El interior del pabellón representa un refugio: “ninguno en paticular, pero todos al tiempo”. En este sentido, debe contener los valores propios de un lugar neutro, universal y a la vez propicio para habitar temporalmente. Foto: Cristóbal Palma

Su centro lo forma una cama franca que invita al descanso comunitario. Los dispositivos tecnológicos (Ipads y Ipods) que están dispuestos sobre esta superficie gigante exhiben las imágenes seleccionadas para la muestra, por el productor artístico. El repertorio lo conforman imágenes experimentales, proyectos de arte urbano gestado por comunidades de habitantes de Santiago, fotografías de arquitecturas anónimas y periferias urbanas, comedores comunitarios sobre bucólicos paisajes de viñedos y fragmentos del cine más representativo de este país. Estas piezas visuales contienen, en resumen, un fuerte enraizamiento con los paisajes y el patrimonio urbano y natural de Chile. Los cojines y frazadas se ubican como objetos de nostalgia bajo las luces tenues reflejadas por los botellones reutilizados, con la intención de imprimir un ambiente reconfortante, acogedor y protector (fig. 5).

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Más allá de presentar los objetos —colchones, cintas de poliéster para delimitar riesgos, conos reflectivos de advertencia, botellones de policarbonato para agua y lámparas para trabajo de emergencia—, es sugerente cómo en este escenario las cosas se ha transfigurado en un mundo donde cada una remite a nuevos usos, gracias al ejercicio ingenioso de translación de significados hecho por los arquitectos: las pantallasparedes donde se proyectan las imágenes son también colchones; las lámparas están hechas con botellas plásticas y conos de seguridad, y los escaparates están construidos con estos mismos recipientes que surten de agua a los caminantes al final de su recorrido. Las cintas que determinan las áreas de catástrofe son los tensores para equilibrar las pilas de colchones y soportan contrapesos de equilibrio (fig. 6).

El alivio del espacio no deseado Los pabellones de cristal europeos del siglo XIX, construidos con los nuevos materiales de la industrialización, acogían al también nuevo público que asistía a la representación de paisajes selváticos, mundos lejanos y utopías tropicales. Bruno Taut, en 1914, demostró cómo el vidrio coloreado y el recorrido introvertido dentro de su pequeño pabellón era capaz de provocar una conmoción en el ánimo del hombre moderno, al enfrentarse a la materialización de una idea que provenía de la fuerza del Expresionismo alemán. El Pabellón de Chile hace lo propio, al involucrar los materiales de la época, para representar una situación a la que todos podemos estar sometidos en este tiempo de catástrofes, vacío y desamparo; nos prepara para un futuro cada vez más frecuente de emergencia, en el que suponemos disponer del existenzminimum del siglo XXI: nuestra cama, mínimo refugio antes de llegar a la piel; un botellón de agua; la luz suficiente para reconocernos y encontrar el “alivio esencial” (fig. 7). Se comprende por qué esta pieza ha recibido el premio del público en la Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Shenzhen y Hong Kong. A través de este ejercicio de creatividad artística y trabajo en grupo, “Gimme Shelter!” nos cuestiona sobre las posibilidades de la arquitectura de contingencia en entornos urbanos actuales; revitaliza el viejo significado de equipamiento urbano y lo aligera demostrando su carácter efímero, emergente, adaptable, replicable y elemental. Además de materializar una idea profunda sobre el estado de vulnerabilidad de una sociedad en emergencia, presentó ante el mundo un Chile imaginativo al momento de resolver un problema frecuente, debido a su geomorfología y localización. Pero, además, permitió a los visitantes representar el papel para el cual fue creado el pabellón: miles de personas pasaron por allí y encontraron un lugar temporalmente suyo, pero esencialmente de todos, porque indiferentemente de dónde procedieran estos visitantes, los hizo evocar en el centro de la multitud, del calor, de la terrible torre de Babel que supone un evento como una Bienal, el rincón de su habitación y de los mínimos objetos y situaciones que requerimos para estar solos, desnudos y bajo el abrigo y la protección de la luz tenue de nuestra casa (figs. 8 a 10).

Figura 5. El refugio enchufado de Shenzhen y Hong Kong rememora los experimentos de la ciudad enchufada de la década de los sesenta. Aquí se logra, mediante dispositivos de última tecnología, alimentar la memoria visual y auditiva de los huéspedes, transportándolos a un contexto construido con referentes muy claros de la identidad chilena. Foto: Cristóbal Palma

Figura 6. Uso de objetos, herramientas, contenedores y contenidos esenciales para la vida. Aquí cumplen funciones estructurales y simbólicas para construir escena del Pabellón. Foto: Cristóbal Palma

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Figura 7. “Los arquitectos llaman a la cama ‘el hábitat mínimo’, el mínimo espacio necesario para que habite una persona. En consecuencia es la unidad básica alrededor de la cual debe proyectarse cualquier edificio comunal que haya de albergar gran número de personas, sea un hospital, una cárcel, un colegio, un hotel, unos barracones […] En estos edificios, una cama no es solo el lugar de descanso de una persona, sino también su casa, y casi todos, en tales circunstancias, procurarán dar a ese territorio un carácter especial, personal, aunque su entorno pueda ser muy anónimo”. Burgess, Todo sobre la cama. Foto: Cristóbal Palma

Figura 8. Planta y secciones generales del Pabellón. En archivo: Planos JPG Pabellón Chile/PLANS AND SECTIONS 2011.09.27-general plans.jpg

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Figura 9. Planta y secciones del pabellón con especificación de los elementos y detalles compositivos. En archivo: Planos JPG Pabellón Chile/PLANS AND SECTIONS 2011.09.27-groundfloor plan.jpg

Figura 10. Detalle de las lámparas de conos de señalización, en planos JPG Pabellón Chile/archivo: PLANS AND SECTIONS 2011.09.jpg

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Bibliografía Artishock. Revista de Arte Contemporáneo. “Pabellón chileno premiado en Bienal de Arquitectura de China”, 20 de febrero del 2012, http://www.artishock.cl/2012/02/pabellon-chileno-premiado-en-bienal-de-arquitectura-dechina/ Basulto, David. “Pabellón de Chile en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Shenzhen & Hong Kong”. Plataforma Arquitectura, 21 de diciembre del 2011, http://www.plataformaarquitectura.cl/2011/12/21/pabellon-de-chile-en-la-bienal-de-arquitectura-y-urbanismo-de-shenzhen-hong-kong/. Burgess, Antony. Todo sobre la cama. Barcelona: Seix Barral, 1982. Cardemil, Sergio. “Con su arquitectura para emergencias, Chile deslumbra en Shenzhen”. China Files, 22 de febrero del 2012, http://china-files.com/ es/link/15076/con-su-arquitectura-para-emergencias-chile-deslumbra-enshenzhen. Cardemil, Sergio. “Chile trae su experiencia en arquitectura para emergencias a Shenzhen”. China Files, 21 de diciembre del 2011, http://china-files.com/ es/link/13598/la-arquitectura-chilena-reflexiona-sobre-los-desastres-naturales. Davis, Loreto. “Gimme Shelter!”. MásDeco, http://masdecoracion.latercera. com/2012/03/31/01/contenido/10_2411_9.shtml. Dezeen Magazine. “Gimme Shelter! by Sebastián Irrazábal and Hugo Mondragón”, 17 de febrero del 2012, http://www.dezeen.com/2012/02/17/gimmeshelter-by-sebastian-irarrazaval-and-hugo-mondragon/. Equipo Plataforma Urbana. “Chile inaugura pabellón en Bienal de Arquitectura en China”. Plataforma Urbana, 9 de diciembre del 2011, http://www. plataformaurbana.cl/archive/2011/12/09/chile-inaugura-pabellon-en-bienal-de-arquitectura-de-china/. Globalasia.com. “Chile inaugura su pabellón propio en la Bienal de Arquitectura de Shenzhen”, 15 de diciembre del 2001, http://www.globalasia. com/actualidad/chile-inaugura-su-pabellon-propio-en-la-bienal-de-arquitectura-de-shenzhen-en-china. La Tercera. “Pabellón chileno obtiene importante premio en bienal arquitectónica asiática”, 19 de febrero del 2012, http://latercera.com/ noticia/cultura/2012/02/1453-431728-9-pabellon-chileno-obtiene-importante-premio-en-bienal-arquitectonica-asiatica.shtml?media=print. Oficina del Consejero Económico y Comercial de la Embajada de la República Popular China en la República de Chile. “Chile participa en la Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Shenzhen”. 13 de diciembre del 2011, http:// cl2.mofcom.gov.cn/aarticle/bilateralvisits/201112/20111207877171.html.

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DOSSIER DE INVESTIGACIÓN


La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña The pivoting staircase in Antioquia’s traditional architecture Recibido: 15 de noviembre de 2011. Aprobado: 24 de agosto de 2012

Cristian Andrés Berrío Osorio

Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín caberriooso@unal.edu.co Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, y estudiante en la Especialización en Interventoría de Proyectos y Obras, de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín

Artículo producto del trabajo de grado para optar por el título de arquitecto en la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales. GTA de Patrimonio Urbanístico y Arquitectónico. Director trabajo de grado: Arq. Juan Pablo Duque Cañas. Este trabajo fue reconocido con la Mención Especial en la Categoría Estudiantes de la V versión del Premio Caldense de Arquitectura 2011. Todas las imágenes son del autor, excepto donde se indique lo contrario.

Resumen

En la arquitectura de tradición antioqueña se implementó un tipo particular de escalera móvil a comienzos del siglo XX en el Departamento de Caldas. La investigación analiza este elemento, denominado escalera pivotante. Se presentan las condiciones dadas para su aparición y evolución, se estudian sus diferentes tipologías, se describen sus piezas mediante representaciones gráficas y se analizan las diferencias tecnológicas, formales y funcionales encontradas en sus variaciones. Se deja testimonio de este ingenioso componente tecnológico, el cual debería formar parte del legado memorial y material del país, considerando que quedan pocos ejemplos en pie y por tener plena vigencia para solucionar problemas de accesibilidad en las arquitecturas contemporáneas. Palabras clave: escalera pivotante, escalera mecánica, escalera levadiza, arquitectura de la colonización antioqueña, elementos arquitectónicos móviles, arquitectura en Caldas.

Abstract

At the beginning of the twentieth century a type of particular mobile staircase was introduced in the style of Antioquia’s traditional architecture in the Department of Caldas. What is known as the pivoting staircase is analysed in this research. The given conditions for its arrival and evolution are presented, and its different typologies are studied. Its composition is described by way of graphic representations, and the different technologies are analysed –both formal and functional– that are used in variations. This paper is a testimonial to this ingenious technological element, which should constitute part of the country’s legacy both in terms of material and memory, considering that only very few existing examples remain. The pivoting staircase should also be fully used to solve accessibility problems in contemporary architectures.

Keywords: pivoting staircase, mechanical staircase, staircase that can be raised and lowered, traditional architecture from Antioquia, mobile architectural elements, architecture in Caldas.

[ 126 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp.126-137. http://dearq.uniandes.edu.co


El artículo es una síntesis de la investigación de pregrado La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña,1 realizada a lo largo del 2010. Sus objetivos se centraron en analizar una estructura singular de escaleras observadas en el territorio del departamento de Caldas, para determinar sus características formales y tecnológico-constructivas, además de reconocer que fueron inseparables en el proceso de evolución y transformación de la región, y que aún hoy son importantes en la consolidación de la identidad arquitectónica y cultural caldense. El trabajo teórico-práctico se dividió en tres partes: la primera de ellas analiza las causas que produjeron su aparición, mediante la explicación de cada una de ellas y de cómo pudieron inducir tan novedosa solución. La segunda consiste en la identificación tipológica, a través del estudio físico del caso con la observación, comprensión y análisis para determinar las características propias de esta tecnología mediante la reconstrucción digital de esquemas, planimetrías y modelos que ayudaron a reconocer sus variables. La última concluye respecto a la investigación y el alcance de los objetivos propuestos, además de dejar

material gráfico y de consulta sobre un elemento arquitectónico del cual existía poca evidencia (fig. 1). Juan sí recuerda haber visto animado a Rafael durante la construcción de esta casa que esos señores de Bogotá llamaron palacio, pues nos traían casi todos los días, especialmente cuando papá les mostró a los arquitectos italianos, al doctor de la Cruz y a los otros accionistas del banco, el funcionamiento de la escalera bascular que le instaló don Pedro Ramírez. Levantarla, entrar el carro o las bestias para desensillarlas y guardar en el cuarto aperos, calzarnos los estribos de cobre y bronce, quedarnos en el patio, nos divertía mucho, sobre todo al principio.2

Por lo general, los espacios arquitectónicos toman forma para responder a cambios sociales y económicos, formas de vida, necesidades personales o colectivas e implementación de nuevos materiales. En la región de la colonización antioqueña surgió la necesidad de dividir dos espacios domésticos que difieren en su oficio y su uso : uno público y el otro privado. Así mismo, uno usado para actividades comerciales

Figura 1. Localización general del sitio de la investigación

1 Arquitectura de tradición antioqueña: es la arquitectura realizada a partir de las nociones y elementos arquitectónicos que se trasmitieron de la Antioquia de la primera parte del siglo XIX a los territorios donde se desarrolló la llamada colonización antioqueña, mediante la mezcla de los materiales propios de cada lugar con las soluciones dadas a la adaptación de la topografía, como ocurrió en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima y norte del Valle.

2 Salazar Patiño, “Secreto de niño”, 130.

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Berrío  [ 127 ]


y el otro para la habitabilidad. Dicha necesidad se solucionó mediante la adición de mecanismos móviles a la escalera tradicional, a cuya función habitual de relacionar espacios con diferentes niveles se le suma la de puerta de acceso a las zonas posteriores del primer nivel de las edificaciones. La escalera pivotante es una estructura móvil ubicada generalmente en la parte del zaguán de las viviendas; posee un sistema de contrapesos y un eje de giro que permiten su elevación para propiciar el paso bajo esta. Sus elementos fundamentales son: escalera en madera, pivote metálico y contrapesos en materiales diversos, como madera, adobe, piedra, concreto o metal. Se reconoce la escalera móvil como uno de los elementos que transformó características esenciales de las viviendas tradicionales —las cuales tenían la zona habitable en el segundo nivel y actividades de comercio o almacenaje en sus bajos—, al permitir, por un mismo acceso, el ingreso a las zonas posteriores del predio (solar) y, a su vez, a los niveles superiores de la edificación, transformación que hizo innecesario el antiguo acceso de servidumbre, propiciando un aprovechamiento más eficaz del primer piso (fig. 2).

Algunos antecedentes Los procesos de concepción de una idea, por lo general, son largos y están asociados a un conocimiento acumulado que sirve de base en la búsqueda de una solución apropiada para unas necesidades específicas. Es conveniente ilustrar, mediante un recuento de la historia de la zona del Viejo Caldas, cómo se dio su proceso de conformación de asentamientos urbanos, con el objeto de lograr entender la mezcla de factores que determinaron el hilo conductor que incitó el desarrollo de la escalera pivotante. El territorio caldense en tiempos prehispánicos estuvo habitado por la cultura indígena quimbaya, luego sometida por los conquistadores españoles que, motivados por el hallazgo de oro en la región, exploraron la zona y sometieron y convirtieron en aliadas algunas tribus. El conquistador español Jorge Robledo fundó poblaciones por toda la región, como la villa de Anserma, Cartago y Arma, siguiendo una traza reticular; esta última en 1542 y suprimida en 1786.

Figura 2. Vista desde la calle: escalera izada que permite el paso debajo de ella. Casa Mercedes Dávila. Aguadas, Caldas

Los pocos armeños que quedaron en el poblado aprendieron a manejar el hacha y abrieron camino hacia la montaña. Así se establecieron donde actualmente se encuentra el casco urbano de Aguadas y fundaron el poblado hacia 1808; un sitio de paso obligado para los colonizadores antioqueños que venían de Abejorral y principalmente de Sonsón. Son importantes estos pueblos, ya que de estos derivan los conocimientos a priori sobre arquitectura que usaron los colonos en sus fundaciones del Viejo Caldas (figs. 3 y 4). Colonos como Fermín López, que venían de tierras antioqueñas y que pasaron por Aguadas, abrían paso hacia el sur y allanaban camino para los futuros colonizadores. En su trayecto, este colonizador fundó nuevos poblados, entre los que se destaca Salamina. Su actividad colonizadora lo llevó hasta la región de San Cancio (actual ciudad de Manizales). “Aquí los colonos levantaron ranchos de ‘vara en tierra’ o de ‘palo parao’, organizaron rozas (cultivos de maíz y fríjol) y plantaron sementeras (cultivos

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de plátano y yuca)”.3 Un número importante de colonizadores se establecieron en este sector y después de varios tanteos localizaron el poblado donde hoy se encuentra la catedral de la ciudad de Manizales, población fundada en 1848 sobre un terreno accidentado incompatible con el sistema reticular usado para construirla. Para hacer viable la traza en damero fue necesario implementar un sistema de banqueos y rellenos que permitieron suavizar lo escabroso del terreno. (fig. 5) Las ciudades de la región del Viejo Caldas adquirieron estatus estratégico en el marco de las guerras civiles que enfrentaba el estado de Antioquia con el estado de Cauca. Esta situación propició que estas se convirtieran en un fortín no solo de guerra, sino de producción económica. En cuanto se refiere a las condiciones naturales de la región, es importante mencionar los constantes movimientos sísmicos que exigieron una particular respuesta estructural para las viviendas, la cual se ha denominado estilo temblorero, una solución donde básicamente se construía la planta baja en tapia o ladrillo y la planta alta en madera (fig. 6).

Figura 4. Balcón en Salamina. Sitio de paso y establecimiento de la colonización antioqueña. Fotografía: Santiago Rincón Leuro

Figura 3. Vista nocturna de una calle en Aguadas. Se aprecia la arquitectura heredada de los antioqueños, balcones, aleros y tribunas. Aguadas sitio de paso obligado de la colonización antioqueña. Fotografía: Pablo Uribe Vargas

Figura 5. Ganando un piso. Gracias a lo liviano del bahareque se ganó un piso hacia abajo. Fuente: tomado de Robledo Castillo, La ciudad en la colonización antioqueña, 80

Figura 6. Bahareque en Aguadas

3 Valencia Llano, “…Su historia”, 12.

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Berrío  [ 129 ]


Figura 7. Vivienda de patio central: plantas y corte. Esquema básico de la vivienda antes de los cambios sociales y económicos; una vivienda de arraigo rural. Fuente: tomados de Robledo Castillo, La ciudad en la colonización antioqueña, 199

Figura 8. Vivienda de vestíbulo: plantas y cortes. En estos esquemas se observa cómo la vivienda fue sufriendo modificaciones por los cambios sociales y económicos. Aparece el vestíbulo, locales comerciales, cuartos o piezas de arriendo y la escalera pivotante en la parte del zaguán. Fuente: tomados de Robledo Castillo, La ciudad en la colonización antioqueña, 203-204

Se puede afirmar que, por lo menos, fueron tres los factores que incidieron particularmente en la concepción de la escalera pivotante: el clima, los banqueos y el auge comercial: (figs. 7 y 8)

y el piso o pisos ganados se dispusieron para locales comerciales o viviendas para inquilinos.

• Las constantes lluvias (doscientos días por año) obligaron a que el modelo de la vivienda se adaptara a ellas. La consecuencia principal se vio plasmada en la transformación del patio, el cual se cubrió aprovechando la aparición de nuevos materiales como el vidrio. El antiguo vacío central de la casa pasó de ser un patio abierto a un lujoso vestíbulo en el segundo nivel. • Los banqueos y rellenos realizados para normalizar el sistema vial de la ciudad dieron pie a que las viviendas ganaran uno o dos pisos inferiores. En consecuencia, la zona habitable de la casas quedó localizada en un segundo o tercer nivel,

• El valor de los predios urbanos aumentaba considerablemente en cuanto estuvieran más cerca del centro de la población, en razón del comercio que se ubicaba allí. Esto incitó a los propietarios de las viviendas a un aprovechamiento óptimo de sus pisos bajos con el objeto de generar rentas mediante el alquiler o usufructo de locales comerciales, bodegas e inquilinatos. A consecuencia de esta dinámica se fusionaron los accesos, antes separados, de la vivienda y del solar, en uno solo.

La escalera pivotante Aún hoy sorprende encontrar unas escaleras que hasta un niño, con un mínimo de esfuerzo, podría

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izar. En la actualidad quedan pocos vestigios de este ingenioso artilugio. Las pocas escaleras pivotantes restantes, en su mayoría, no son utilizadas para sus propósitos iniciales. No obstante, en algunos municipios de la región caldense todavía es posible hallar ejemplos intactos, especialmente en Aguadas, Chinchiná, Aranzazu y Manizales. Rufino Gutiérrez, en 1917, en su visita a Manizales describió esta solución así: Inventada por un mecánico raizal, Pedro Ramírez, es usada en todas las casas de dos y tres pisos que tienen interior y poco frente a la calle, o que ese frente es muy valioso para almacenes y oficinas, una escalera automática o levadiza, la cual se coloca en el zaguán con resortes que no se notan a primera vista, y con los cuales sin el menor esfuerzo puede un niño levantarlas para que pasen al patio o interior bajo las personas de la servidumbre y las caballerías. Creo que a medida que se vayan

Figura 9. Escalera pivotante. Escalera cerrada vista desde el acceso (desmontada en la actualidad). Casa cural de la Catedral de Manizales, Caldas

conociendo serán usadas estas económicas y cómodas escaleras en todo el país para casas que estén en las mismas condiciones.4

Su sistema es simple, y consta de tres partes fundamentales: la escalera, el pivote y el contrapeso. La escalera está hecha principalmente de madera común. Sus huellas y contrahuellas están ancladas a dos largueros ubicados, a veces, en sus partes laterales o a, eventualmente, bajo el sistema de peldaños. En muchos casos estos largueros se arriostraban entre sí para darle mayor estabilidad a la estructura (figs. 9 y 10). El pivote es el elemento que permite girar la escalera para elevarla. Está hecho en hierro y puede tener dos variaciones: la primera es una barra que se ancla a la parte superior de la escalera o su contrapeso, generalmente ubicada bajo la última huella

Figura 10. Escalera pivotante abierta: vista desde el acceso. Se puede ver el pasillo hacia el interior de las bodegas, y en la parte superior, el vestíbulo y la marquesina. Casa de Mercedes Dávila Aguadas, Caldas

4 Gutiérrez, “Manizales parte 13”.

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Berrío  [ 131 ]


y embebida en los muros que confinan el zaguán. La segunda es una bisagra con un componente fijo y otro móvil, el primero de los cuales se encuentra en un soporte de madera adosado al muro; en tanto que el segundo se coloca en un pie de amigo ensamblado a los largueros que dan estructura a la escalera (figs. 11 y 12).

El contrapeso es la estructura encargada de elevar la escalera. Va unido a los largueros estructurales de dicha escalera y en otros casos también a un pie de amigo. Está elaborado en madera y cargado con elementos como perfiles metálicos, madera, piedra, adobes o concreto (figs. 13 y 14).

Figura 11. Pivote tipo barra: se observa el pivote en barra anclado a la pared, Aguadas, Caldas

Figura 13. Contrapeso de cajón de madera. Un cajón de madera alberga adobes de arcilla que funcionan como lastre para que la escalera se ponga en funcionamiento, Aguadas, Caldas

Figura 12. Pivote tipo bisagra: se muestra la bisagra adherida a un trípode y al pie de amigo, Manizales, Caldas

Figura 14. Contrapeso de segmentos de madera, forrado en lata de cinc para evitar el deterioro por el roce con los muros, Manizales, Caldas

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Historiadores y académicos se han referido a la escalera pivotante con estos nombres: • Escaleras automáticas: Pedro Ramírez (inventor),5 Rufino Gutiérrez6 y Jorge Enrique Robledo.7 • Escaleras levadizas: Rufino Gutiérrez8 y José Fernando Muñoz.9 • Escaleras de levantar: Jorge Enrique Robledo.10 • Escaleras removibles: Juan Manuel Sarmiento11 y Jorge Enrique Esguerra Leongómez.12 • Escaleras movibles: Jorge Enrique Esguerra Leongómez.13 • Escalera bascular: Hernando Salazar Patiño.14 • Escalera rebatible: Hernán Giraldo Mejía.15

Identificación y clasificación tipológica Existen dos tipologías principales y su diferencia se encuentra en la clase de pivote. En la primera clase el pivote aparece como un dispositivo muy básico, compuesto por un solo elemento que permite la rotación de la escalera. La segunda clase, realizada con mayor elaboración y planeamiento, al pivote se le incorporan dos piezas para solucionar los problemas de vibración detectados en los ejemplos más primitivos. Tipología barra Su característica principal reside en que toda su estructura gira en torno a una barra de hierro anclada a la pared en su punto de pivote. Este elemento, encargado del giro, generalmente se localiza en la misma estructura de la escalera, pero también, con frecuencia, vinculada a la estructura del contrapeso; en ambos casos el pivote va siempre embebido en la pared. Su estructura principal se compone de largueros, pivote en barra y contrapeso. Eventualmente la barra de pivote se reemplaza por dos barras de menor dimensión ubicadas en sus dos extremos laterales. Las huellas y contrahuellas van adosadas a los 5 6 7 8 9 10

La Voz de Caldas, “Triunfo de un arquitecto manizaleño”, 5-6. Gutiérrez, “Manizales parte 13”. Robledo Castillo, “La ciudad en la colonización antioqueña”. La Voz de Caldas, “Triunfo de un arquitecto manizaleño”. Muñoz, Cultura técnica y tecnológica. Robledo Castillo, “La ciudad en la colonización antioqueña”.

largueros, los cuales, a su vez, pueden estar arriostrados entre sí mediante travesaños en madera ensamblados diagonalmente. Los largueros se unen en su punto final (superior) con los contrapesos, formando un ángulo mayor a 90° pero inferior a 180°. Esta unión se realiza mediante clavado, anclado o amarre. Los contrapesos son cajas en madera en las cuales se introducen elementos de gran peso como bloques de arcilla o perfiles de hierro (figs. 15 y 16). Tipología bisagra Su característica principal reside en que la barra de pivote es reemplazada por dos bisagras de hierro colocadas a los costados de la sección de la escalera. Estos elementos, encargados del giro, se localizan generalmente debajo de la huella más alta de esta. La parte inferior de la bisagra se acopla a un perfil de madera que puede ser también un trípode adosado a la pared. Su parte superior se ancla al pie de amigo que une los largueros estructurales con el contrapeso. Su estructura principal se compone de largueros, pie de amigo, pivote en bisagras y contrapeso. Las huellas y contrahuellas van adosadas a los largueros, los cuales, a su vez, como en el anterior caso, también pueden estar arriostrados entre ellos para disminuir la vibración. Los largueros se unen en su punto final (superior) con los contrapesos, formando un ángulo mayor a 90° pero inferior a 180°. Esta unión se realiza mediante clavado, anclado o amarre. El pie de amigo se ancla al punto medio de los largueros por su parte inferior y se prolonga hasta la sección central del contrapeso, formando un ángulo más abierto, cercano a los 180°. Los contrapesos son piezas enmarcadas en madera cuyos espacios vacíos son llenados con retazos de la misma madera o con piezas en concreto. Se observó que con frecuencia los contrapesos se forraban en lámina de cinc para evitar su desgaste a causa del roce con los muros de confinamiento del zaguán. Los contrapesos, además de su función de lastre, servían como tope del giro, gracias a su trazado que encajaba con la rasante del piso (figs. 17 y 18). 11 12 13 14 15

Sarmiento Nova, Manual de materiales y técnicas. Esguerra Leongómez, “Manizales, su arquitectura”, 78. Ibíd., p. 85. Salazar Patiño, “Secreto de niño”, 130. Giraldo Mejía, Aproximación de Manizales.

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Berrío  [ 133 ]


Estructura fija. Son las escaleras que están pegadas a la pared sin ningún movimiento. Contrapeso. Caja en madera y en su interior bloques de adobe. Amarres. Con láminas de hierro. Pivote. Barra de hierro. Larguero. Exterior en madera. Estructura móvil. Es la escalera pivotante que se levanta.

Figura 15. Modelo tipología barra

Contrapeso. Caja en madera y en su interior bloques de adobe. Pivote. De barra metálica que se ancla a la pared. Larguero. En su punto final se une con el contrapeso.

Freno. Logra que la parte móvil de la escalera se mantenga firme. Pivote. Barra de hierro.

Larguero. Exterior en madera. Huellas. En madera común. Amarres. Con láminas de hierro. Adose. Elemento de madera que adosa el larguero con el contrapeso. Caja del contrapeso. Sus partes están elaboradas en madera. Contrapeso. Caja en madera y en su interior bloques de adobe.

Huellas. En madera común. Larguero. Exterior en madera. Pivote. Barra de hierro. Amarres. Con láminas de hierro. Contrapesos.

Pivote. Barra de hierro. Amarres. Con láminas de hierro. Adose. Elemento de madera que adosa el larguero con el contrapeso. Caja del contrapeso. Sus partes están elaboradas en madera. Contrapeso. Caja en madera y en su interior bloques de adobe.

Figura 16. Dibujos isométricos tipología barra. Esquemas descriptivos de sus componentes

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Estructura fija. Son las escaleras que están pegadas a la pared sin ningún movimiento. Contrapeso. En madera y forrado con lata de cinc.

Figura 17. Modelo tipología bisagra

Pivote. Bisagra. Larguero. Inferior en madera. Estructura móvil. Es la escalera pivotante que se levanta.

Contrapeso. En madera recubierto de lata de cinc. Pivote. Bisagra metálica que se adosa a un trípode en madera. Ménsula. Aparece este nuevo elemento que une el contrapeso con el larguero. Larguero. Ubicado en la parte inferior de las huellas y contrahuellas.

Estructura móvil, huellas. Es la escalera pivotante que se levanta. Riostras. Amarres en madera. Ménsula. Aparece este nuevo elemento que une el contrapeso con el larguero. Lata de cinc. Forra el contrapeso. Trípode. Allí se pega la bisagra. Contrapeso. En madera y forrado con lata de cinc. Bisagra superior. Se pega de la ménsula. Bisagra inferior. Se adosa del trípode.

Huellas. En madera común. Larguero. Exterior en madera. Ménsula. Aparece este nuevo elemento que une el contrapeso con el larguero. Pivote. Barra de hierro. Contrapesos.

Contrapeso. en madera y forrado con lata de cinc. Lata de cinc. Forra el contrapeso. Trípode. Allí se pega la bisagra. Bisagra superior. Se pega de la ménsula. Larguero. Inferior en madera.

Figura 18. Dibujos isométricos tipología bisagra. Esquemas descriptivos de sus componentes

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Berrío  [ 135 ]


Variables tipológicas Aunque se pueden encontrar variables en su construcción la escalera pivotante conserva en esencia las dos tipologías descritas (tabla 1). Tabla 1. Variables tipológicas

Elementos

Variables Barra

Tipo de pivotes

Descripción La estructura de la escalera gira mediante una barra anclada a la pared

Tipología

Tipología

barra

bisagra

X

La estructura de la escalera gira mediante una bisagra en hierro, su parte inferior se Bisagra

ancla a un soporte de madera adosado a la pared, y la superior, a la estructura de la

X

escalera (pie de amigo) Punto de pivotes

Final Medio Cajones

Contrapesos

descanso

X X

Es el mismo tipo de segmentos de madera, pero su contrapeso tiene un bloque de

X

concreto pernado a la estructura de madera Escalera completa sin descanso para llegar al siguiente piso

X

X

La escalera móvil al final tiene un descanso que conecta con una escalera fija

X

X

X

X

Al final la escalera móvil se enlaza inmediatamente con una escalera fija sin tener transición

Laterales

Se localizan en las partes laterales de la escalera siendo visibles

X

X

Se ubican debajo de las escaleras, siendo visibles al levantarlas

X

X

Medio

Al levantar las escaleras hay que descender medio nivel a través de rampa o escalón

X

X

Se accede directamente al nivel de bodegas, caballerizas o talleres

X

X

Completo Pie de amigo

Apoyo de pivotes Trípode Clavado Anclado

Amarre

Llenos Riostras Dentro de la

Pasamanos

X

Bajos

Perfil

Riostras

depositan bloques macizos de arcilla o elementos de gran peso

conformar toda la estructura unos perfiles de madera que cierran el contrapeso

Medios

Llenos

X

de madera

Completos

Agarres

X

Los largueros se unen con el contrapeso mediante un pie de amigo, terminado de

Con

Pie de amigo

Su punto de giro se ubica antes del final de la escalera, unas tres o cuatro huellas antes Una estructura de cajón se construye en la viga principal del contrapeso; en ella se

De la viga del contrapeso se amarran y anclan unos perfiles de hierro

con concreto

Niveles

X

Segmentos

de madera

Largueros

X

Perfiles

Segmentos

Tramos

Su punto de giro se ubica debajo del final de la escalera (última huella)

escalera Fuera de la escalera

Elemento donde se ensambla la bisagra superior y que además une el larguero con el

X

contrapeso en su punto medio. Propio tipo bisagra Perfil de madera colocado verticalmente y embebido en la pared, en el cual se coloca la parte inferior de la bisagra

X

Perfil embebido en la pared con dos perfiles más colocados de forma diagonal a cada

X

uno de sus lados El larguero y la viga del contrapeso se unen mediante clavos o puntillas El larguero y la viga del contrapeso se unen mediante un machihembrado. El pie de amigo también puede utilizar el mismo agarre El larguero y la viga del contrapeso se amarran mediante unas bandas en hierro que forran los perfiles y los mantienen juntos

X

X

X

X

X

X

Rellenos de madera en los espacios entre el larguero y el pie de amigo para que no

X

sufran deformaciones Arriostramiento en la parte inferior de la escalera móvil que une los dos largueros

X

X

Los pasamanos hacen parte de la estructura móvil. Característica inicial

X

X

Los pasamanos se ubican embebidos en la pared, ya no hacen parte de la estructura

X

X

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Conclusiones

Bibliografía

Los pobladores de la colonización antioqueña se enfrentaron a un territorio con grandes limitantes topográficas, climáticas y de accesibilidad. En este territorio debieron establecer los hábitos y formas de vida a los cuales estaban acostumbrados, como la tradición de la huerta y el vínculo con las caballerizas y los corrales. Estas actividades establecieron los elementos y los espacios que configurarían la vivienda de la colonización antioqueña. La recursividad sobrepasó los problemas y desarrolló una arquitectura que sumó a los gestos heredados de los ancestros antioqueños invenciones constructivas empíricas, las cuales hicieron posible la hazaña de urbanizar territorios escarpados con el sistema poco apropiado de la retícula española.

Esguerra Leongómez, Jorge Enrique. “Manizales, su arquitectura republicana en el contexto nacional”. Revista de Arquitectura El Cable no. 1 (1999): 75-85.

La investigación llevada a cabo sobre la escalera pivotante permite concluir que esta fue un elemento trascendental para el desarrollo la arquitectura caldense de tradición antioqueña, y que su presencia determinó cambios sustanciales en la espacialidad de la vivienda. Esta afirmación queda refrendada por las numerosas reproducciones de este elemento encontradas en la región del Viejo Caldas. En cada población que se implementaba esta novedosa solución se encontraban limitantes en los materiales, la mano de obra y las herramientas. Esto propició modificaciones y adaptaciones que derivaron en la constitución de dos tipologías principales: la de barra y la de bisagra, cada una abarca ricas variaciones formales y estructurales, las cuales fueron posibles a cuenta de sutiles diferencias presentadas en los componentes de cada caso. El método de análisis y descripción gráfica permitió comprender con mayor profundidad un sistema que, a simple vista, no era posible reconocer en su complejidad. El objeto de precisar los resultados de la investigación mediante graficas digitalizadas fue hacer accesibles, para un público más amplio, los conocimientos adquiridos sobre un objeto arquitectónico que desempeñó un papel relevante en la configuración del hábitat de una vasta región del país. Igualmente, poner a disposición de los arquitectos información tecnológica precisa de este elemento, con el ánimo de que sirva de sustento a futuras aplicaciones.

La Voz de Caldas. Triunfo de un arquitecto manizaleño: la escalera automática Ramírez. Manizales: Imprenta Departamental, 1934. Muñoz, José Fernando. Cultura técnica y tecnológica de las meso-arquitecturas del municipio de Manizales. Manizales: Universidad Nacional de Colombia, 2010. Giraldo Mejía, Hernán. Aproximación de Manizales en la arquitectura nacional colombiana: 1848-1925. Manizales: Universidad Nacional de Colombia, 1991. Gutiérrez, Rufino. “Manizales parte 13”. En Monografías de Rufino Gutiérrez: tomo II. Bogotá: Imprenta Nacional, 1921. Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/dos/dos2m.htm, consulta 15 de abril de 2010. Robledo Castillo, Jorge Enrique. La ciudad en la colonización antioqueña: Manizales. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1996. Salazar Patiño, Hernando. “Secreto de niño”. En Arquitectura republicana en Manizales. Editado por Matilde Santander y Jorge Eduardo Arango. Manizales: Nomos, 1997. Sarmiento Nova, Juan Manuel. Manual de materiales y técnicas constructivas tradicionales. Manizales: s. e., 2003. Valencia Llano, Albeiro. “…Su historia”. En Manizales: fin de siglo. Editado por Matilde Santander y Germán Velásquez Ángel. Manizales: Compañía Litográfica Nacional, 1994.

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El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes Urbanism and the urban in the Bogotá transformation. Expert discourse and a word from the residents Recibido: 15 de abril de 2012. Aprobado: 24 de agosto de 2012

Camilo Andrés Cifuentes Quin

Resumen

Universidad Politécnica de Cataluña camilo.andres.cifuentes@estudiant.upc.edu Arquitecto egresado de la Universidad de los Andes. Titular de un DEA Ambiances Architecturales et Urbaines (Laboratorio Cresson). Actualmente es estudiante del Doctorado en Arquitectura en la ETSAB-Universidad Politécnica de Cataluña y profesor asociado del Máster Architectures et Cultures Sensibles de L’environement, en la Ecole National Superieure d’architecture de Grenoble

Uno de los aspectos más visibles de las transformaciones recientes de Bogotá ha sido la construcción y renovación de espacios públicos. Este trabajo de investigación aspiró a comprender las causas objetivas del cambio, entender los modelos que han orientado el desarrollo de Bogotá e incluir en el estudio la experiencia de los habitantes. Este conocimiento, confrontado con la observación de dinámicas emergentes en algunas áreas renovadas, permitió observar que los habitantes han adoptado en gran medida los discursos oficiales, aunque esto no impide reconocer desacuerdos y controversias. Este ejercicio permite extraer ciertas lecciones del caso de Bogotá, particularmente respecto a las garantías necesarias para asegurar un balance adecuado entre transformación urbana y desarrollo local. Palabras clave: Bogotá, desarrollo urbano, espacio público, discursos expertos, narrativas urbanas.

Sandra Fiori

Abstract

Ecole Nationale Supérieure d’Architecture de Lyon-Laboratorio Cresson sandra.fiori@club-internet.fr Urbanista. Doctora en Arquitectura, École Polytechnique de L’Université de Nantes, y etnóloga. Profesora en la École Nationale Supérieure d’Architecture de Lyon e investigadora en el Laboratorio Cresson

Artículo de investigación derivado del trabajo de campo y entrevistas realizadas en Bogotá, Colombia, dentro del marco de estudio del desarrollo de la ciudad.

One of the most visible aspects of the recent transformations of Bogotá has been the building and renovation of public spaces. This research project aims to understand the objective causes of the change, the models that have guided development in Bogotá and includes a study of residents’ experiences. This knowledge, compared with the observation of emerging dynamics in some renovated areas, allows us to witness that the residents have, for the large part, adopted the official discourses. It does not however, impede the observing of disagreements and arguments. This exercise allows lessons to be learned from the Bogotá case, particularly with respect to the guarantees required to assure an adequate balance between urban transformation and local development. Keywords: Bogotá, urban development, public space, expert discourse, urban narratives.

Todas las figuras fueron creadas por los autores específicamente para este artículo. Las leyendas que acompañan las figuras son extractos de las entrevistas realizadas con los habitantes en los sitios estudiados.

[ 138 ]  dearq 11. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 138-147. http://dearq.uniandes.edu.co


Introducción El reconocimiento del desarrollo urbano de Bogotá ha fomentado la consolidación de narrativas de transformación urbana rápida y eficiente promovidas por la administración misma, los círculos de planeación urbana, los medios y los organismos multilaterales. Estos discursos han dado una lógica global a la transformación de la ciudad, cuyo poder explicativo ha contribuido a eclipsar la complejidad del proceso. Frente a este panorama planteamos un análisis del desarrollo urbano de Bogotá entre 1990 y 2008,1 teniendo en cuenta diversos aspectos: los factores del cambio, los discursos y modelos promovidos por los expertos, la imagen de la ciudad resultante de las narrativas fomentadas por diferentes actores y el impacto de las transformaciones para los habitantes. Nuestro trabajo comprendió una amplia investigación documental acompañada de un trabajo de campo en tres zonas donde se llevaron a cabo proyectos de renovación: la Avenida Jiménez, el parque del Tercer milenio y el parque y biblioteca El Tintal (fig. 1). La especificidad de nuestra aproximación consiste en reintroducir la experiencia de los habitantes en la evaluación de los procesos de transformación urbana. Nos preguntamos de qué manera las transformaciones del espacio urbano son percibidas por los ciudadanos-usuarios del espacio público y cómo ellos relativizan los discursos expertos sobre el desarrollo de la ciudad. Nuestro interés tanto por los discursos de los expertos como por los relatos de los habitantes nace de considerar el contraste entre la ciudad y lo urbano expuesto por Manuel Delgado. Para Delgado, “la ciudad es un sitio”,2 mientras que lo urbano es considerado, siguiendo a Henri Lefebvre, la “obra perpetua de los habitantes, a su vez móviles y movilizados por y para esa obra”.3 Delgado

1 Investigación desarrollada con el Centre de Recherche sur l’Environnement Sonore Urbain (Cresson), centro de investigación francés afiliado al Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), que se enfoca en estudios interdisciplinares del espacio y los “ambientes” arquitectónicos y urbanos. Este proyecto fue premiado por la convocatoria 2009-2010 Grants for Research in Architecture, de la firma Rafael Viñoly Architects. Las ideas expuestas aquí son producto de este trabajo colectivo. Véase al resecto: Assefa et al., “The Recuperation of Public Space”. 2 Delgado, “De la ciudad concebida”, 7-12. 3 Lefebvre, Espacio y política, 70-71.

Figura 1. Plano de localización de los tres sitios estudiados. Fuente: Assefa et al., “The Recuperation of Public Space”

asocia esta distinción a la diferencia fundamental entre la ciudad concebida, la ciudad proyectada por los urbanistas y la ciudad practicada, es decir, “las otras formas de espacialidad que caracterizan la práctica de la urbanidad como forma de vida: espacio percibido, vivido, usado…”.4 De esta diferenciación se desprendió nuestra primera hipótesis: que junto con los procesos de transformación de Bogotá debían resultar importantes contrastes entre los discursos del urbanismo y la realidad de lo urbano.5 4 Delgado, “De la ciudad concebida”, 7. 5 La distinción entre el urbanismo y lo urbano movilizada por Lefebvre contrasta con la visión expuesta por Françoise Choay. Esta última se pregunta si “el urbanismo no es simultáneamente teoría y práctica, solidario del proyecto de sociedad tanto en su institución imaginaria como en sus instituciones reales, tributario de saberes múltiples, científicos o no, de experiencias, tradicionales o innovadoras, de costumbres y de habitudes”. A pesar de esta diferencia de enfoque, al reconocer el carácter ideológico, simplificador y totalitario de las teorías del urbanismo desde Cerdà hasta los años sesenta, y al promover la construcción de un aparato crítico y de un saber común a todos los actores implicados en los procesos urbanos, la visión de Choay coincide con la crítica del urbanismo que se desprende de la distinción propuesta por Lefebvre. Véase al respecto Choay y Merlin, Dictionnaire de l’urbanisme, ix.

El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes Camilo Cifuentes, Sandra Fiori  [ 139 ]


Al confrontar diferentes puntos de vista, aspiramos a comprender globalmente las transformaciones de Bogotá, manteniendo una distancia prudente frente a los discursos institucionales, y de esta manera tratar de restituir una imagen más compleja del proceso. Este ejercicio permite extraer del caso de Bogotá lecciones sobre el manejo del proyecto urbano, concretamente sobre “las garantías necesarias para asegurar un balance adecuado entre transformación urbana y desarrollo local”.6

Una necesaria deconstrucción de los discursos expertos Los factores del cambio De manera general, se admite que las transformaciones urbanas emprendidas en Bogotá produjeron avances en diversos aspectos: reducción de la violencia, transporte público, movilidad, educación, servicios públicos e inclusión social, sin olvidar las importantes transformaciones del espacio público, que han constituido uno de los principales ejes de las políticas de desarrollo. De acuerdo con Alan Gilbert, lo realmente remarcable del caso de Bogotá es que se trata de una de las pocas ciudades latinoamericanas que han mostrado avances excepcionales en aspectos como gobernabilidad y desarrollo.7 Gilbert es, no obstante, el primero en señalar la necesidad de tomar precauciones frente al análisis de la influencia del “buen gobierno”, ya que el discurso neoliberal asume que la gobernabilidad es una consecuencia directa de la democratización y la descentralización. De hecho, varios investigadores señalan el modelo neoliberal como el responsable de la emergencia de nuevas formas de exclusión social.8 En Bogotá se observan avances que no pueden explicarse simplemente por la democratización y, aún menos, por las reformas neoliberales, pero tampoco puede argumentarse que bajo el modelo neoliberal la situación ha empeorado.

identificaron cuatro factores como los más significativos para la transformación urbana de Bogotá: la reforma constitucional de 1991, la democratización de los gobiernos municipales, la nueva legislación de planeación urbana9 y los planes de desarrollo de los alcaldes Enrique Peñalosa, Antanas Mockus y Luis Eduardo Garzón. El alcance de este artículo no permite analizar la gran cantidad de aspectos que se desprenden de estos cuatro factores; sin embargo, es importante anotar que ninguno de estos podría haber desencadenado independientemente las condiciones para un cambio crítico. Entonces el caso de la transformación de Bogotá debe entenderse como un proceso en curso (y accidentado) que no ha sido solamente el producto de un puñado de políticos inspirados, de una visión particular de la ciudad o de la juiciosa aplicación de las recomendaciones de las organizaciones multilaterales de crédito. En este proceso han desempeñado un rol importante la reforma del Estado, profundas transformaciones en la cultura urbanística de la ciudad y una serie de políticas que pusieron el relieve en diversos aspectos del desarrollo social. En términos generales, gracias a este proceso es posible reconocer importantes avances en términos de la gestión urbana. Sin embargo, nuestro análisis muestra que el proceso no ha estado libre de ambigüedades y contradicciones. Entender lo anterior nos parece fundamental para fomentar una visión crítica del proceso. Entre la ciudad inclusiva y la ciudad competitiva Una mirada a las políticas nacionales de desarrollo y de los planes de desarrollo local evidencia que detrás de los discursos más visibles de las administraciones municipales —cultura ciudadana, integración espacial como condición de la integración social, reducción de la inequidad y la exclusión— ha habido un discurso, menos protagónico, sobre la productividad y la competitividad que, según Brand y Prada, ha dirigido el desarrollo urbano de las ciudades colombianas desde la década de los noventa.10

En Bogotá no hubo un punto de quiebre singular como la democratización. En nuestro análisis, se

En los planes de desarrollo local han coexistido el modelo neoliberal y el énfasis en aspectos como el

6 Cifuentes y Tixier, “An Inside Look at Bogotá’s”. 7 Gilbert y Garcés, Bogotá: progreso, gobernabilidad y pobreza. 8 Véase al respecto: Brand, La ciudad latinoamericana.

9 Ley 388 de 1997. 10 Brand y Prada, Invención de futuros urbanos.

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desarrollo social, la renovación del espacio público y la cultura —modelo cuyo origen puede buscarse entre el modelo Barcelona, los discursos de la sociología urbana y los objetivos del mundo urbanizado representados en la Declaración de Estambul—. Es relevante anotar que la importancia asignada al incremento de los impuestos y del gasto social ha asegurado que el énfasis dado al desarrollo social no ha sido solamente una cuestión retórica. De hecho, es posible afirmar que, gracias a algunas de las iniciativas exitosas de las administraciones recientes, la influencia del modelo neoliberal de planeación urbana ha tenido un impacto diferente en Bogotá que en otras ciudades. Esto no implica la ausencia de las mencionadas ambigüedades y contradicciones; estas aparecen más claramente si se piensa en el desarrollo de la ciudad como un esfuerzo por hacer de Bogotá una ciudad competitiva. Benko argumenta que la clasificación geopolítica de las ciudades es una consecuencia de la globalización, y que la competitividad de la ciudad está determinada tanto por factores físicos, económicos y demográficos como por las representaciones del espacio urbano. En este sentido, las políticas culturales, urbanísticas y sociales participan directamente en el desarrollo económico de la ciudad.11 Desde esta perspectiva, las recientes transformaciones de Bogotá pueden entenderse como parte de una estrategia para mejorar la competitividad local. Esta visión es, sin duda, compartida en los círculos de planeación nacional, donde la inversión extranjera y la apertura económica son consideradas importantes instrumentos para promover el desarrollo social y económico. Prueba de lo anterior es el rol asignado a la agencia de promoción de inversión de la ciudad Invest in Bogotá. La estrategia de mercadeo de Bogotá es la representación de las políticas orientadas al comercio internacional y la liberalización de los mercados; así, mientras los políticos y urbanistas difunden una visión de la ciudad basada en la importancia del desarrollo social, el marketing urbano ofrece los recursos de la ciudad como mercancía barata. En la página

11 Benko, “Estrategias de comunicación”.

web de Invest in Bogotá los inversionistas son invitados a favorecerse de una de las regulaciones laborales más flexibles en Latinoamérica, de salarios competitivos,12 de deducciones de impuestos, entre otros beneficios.13 Esta contradicción entre la ciudad inclusiva de los discursos políticos y la ciudad competitiva de la agenda económica, a veces, se materializa en los conflictos que surgen con los proyectos de renovación urbana. ¿Bogotá como modelo? En la construcción de la imagen de Bogotá, la atención que la ciudad ha suscitado en los medios internacionales (recuperada con orgullo por los medios locales) ha desempeñado un rol determinante. Varios temas han surgido: Bogotá como paradigma de compromiso cívico, como modelo de desarrollo sostenible, como inspiración para ciudades que enfrentan retos similares, y la prominencia de Mockus y Peñalosa como personalidades sobresalientes (en narrativas que eclipsan la naturaleza compleja de sus labores). Al hablar de los logros de Bogotá, estas narraciones han presentado la ciudad como una isla de progreso y paz en medio del conflicto, y se han enfocado en las historias de ciudadanos impactados positivamente, creando así una narrativa unidimensional y romantizada, olvidando sistemáticamente la complejidad de las dinámicas urbanas y, especialmente, a los perdedores de tales procesos.14 Algunos de los discursos promovidos en los círculos de planeación urbana también presentan una visión mistificada. Para Gerard Martin, la ciudad ha sido la escena de un proceso de “transformación radical”, el producto de “políticas urbanas innovadoras”, de intervenciones físicas “espectaculares” y de una “excelente administración pública”. Para el autor la cultura urbanística de Bogotá representa un conjunto de prácticas que “trascienden los discursos tradicionales de planeación urbana” y que han redefinido el proceso de construcción de la ciudad, no solamente como espacio físico, sino también en términos sociales y mentales.15

12 13 14 15

Eufemismo para mano de obra barata. Invest in Bogotá. . Véase al respecto Assefa et al., “The Recuperation of Public Space”. Martin, “Invención de lo público en Bogotá”.

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Los organismos multilaterales también han alimentado una imagen de Bogotá como modelo, insistiendo particularmente en el tema del “buen gobierno”. Por ejemplo, un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presenta a Bogotá como “uno de los mejores ejemplos de gobernabilidad local y desarrollo urbano”, al recalcar que alcanzar el desarrollo en los países emergentes depende de promover políticas que incentiven el gobierno democrático y la gobernabilidad local eficiente;16 la misma fórmula preconizada en los reportes del Banco Mundial.17 Este enfoque merece ser leído con precaución, pues la evidencia de los beneficios del modelo neoliberal en Latinoamérica permanece, en el mejor de los casos, ambigua. En Bogotá la democracia aún enfrenta importantes retos,18 mientras que la descentralización deja serias dudas respecto al impacto social de la privatización. La discusión de los discursos expertos nos parece relevante, pues las simplificaciones o contradicciones que resultan de estos oscurecen la naturaleza compleja de los procesos urbanos. Así mismo, es relevante contrastar estas narrativas con el estudio in situ de los proyectos urbanos, que han generado significativas transformaciones del espacio público. Las entrevistas realizadas con los usuarios de la Avenida Jiménez, del parque del Tercer Milenio y del parque El Tintal aportan luces interesantes respecto a la percepción entre los habitantes de estas transformaciones. La discusión pública de estas historias puede ser una valiosa herramienta para la gestión urbana.

Percepciones de los habitantes Interrogadas in situ,19 las personas entrevistadas pertenecen a diferentes categorías sociales20 y testifican sobre una diversidad de usos del espacio público. Si sus discursos no constituyen una narrativa estructurada y uniforme, estas dan cuenta, como una pintura puntillista, de la complejidad de situaciones y tensiones a las que el espacio urbano

16 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Bogotá: una experiencia. 17 Véase al respecto Campbell y Fuhr, Leadership and Innovation. 18 Véase al respecto Gilbert y Garcés, Bogotá: progreso, gobernabilidad y pobreza. 19 Alrededor de cuarenta entrevistas semidirectivas fueron realizadas en abril del 2009 con habitantes de las zonas estudiadas y usuarios del espacio público. La realización in situ de estas entrevistas es concebida como una

está sometido. Estas narraciones constituyen representaciones y vivencias urbanas que relativizan los discursos expertos y les dan espesor. Apropiación de los proyectos De manera general, estos discursos parecen confirmar el consenso que ha existido entre la opinión pública sobre el impacto positivo de los proyectos de renovación (figs. 2, 3 y 4). Los testimonios recogidos también consolidan la dimensión metropolitana acordada por los planificadores a los nuevos equipamientos. Por ejemplo, el paisaje urbano de la Avenida Jiménez y el contraste que nace de la diversidad de actividades comerciales y de la interacción entre personas provenientes de diferentes sectores sociales aparecen como signos de la renovada identidad urbana de Bogotá. El parque del Tercer Milenio, descrito por sus visitantes asiduos como un espacio de lo cotidiano, es percibido también como un territorio metropolitano. Asociado a otros proyectos y espacios públicos realizados a la escala de la ciudad (fig. 5) el parque es considerado un lugar abierto a la ciudad, visitado por habitantes de otros sectores y atractivo para “gente de todas las clases”. Los entrevistados también se muestran sensibles a las comodidades que ofrecen los espacios renovados. En la biblioteca El Tintal los visitantes reconocen su carácter metropolitano y su función educativa y de recreación para los jóvenes; de manera general, los habitantes de la zona ven los proyectos implementados (TransMilenio, parques de barrio, colegios, ciclorrutas y comedores comunitarios) como una atención prestada a sus necesidades y como factores que dan un estatus urbano al sector (fig. 6). En el caso del parque del Tercer Milenio, los calificativos empleados traducen el placer de disponer de un espacio para el descanso, alejado de la agitación que reina en los sectores aledaños, y propicio para el intercambio de personas de diferentes generaciones. Globalmente, los espacios públicos

manera de contextualizar los relatos recogidos, así como de privilegiar la expresión de la percepción directa del espacio y los ambientes sobre las representaciones sociales a priori. Véase al respecto Thibaud, “La méthode des parcours commentés”. 20 Profesionales, estudiantes, trabajadores, vendedores ambulantes y habitantes de la calle.

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Figura 2. Avenida Jiménez. Espacio renovado frente al Centro Colombo Americano

Figura 5. Valla de promoción de un centro comercial contiguo al parque del Tercer Milenio

"Yo creo que la convivencia se da en el espacio público. Este es el valor de estos espacios. No importa si se estudia en la Universidad de los Andes, o si se es indigente, o lo que sea, se tienen las mismas oportunidades y los mismos beneficios y ahí es donde se da la convivencia".

"Hoy en día ha cambiado bastante, uno puede caminar por acá más tranquilo. Ha sido muy bueno este parque y muy chévere ahorita el proyecto que tienen. No sé qué van hacer allá (San Victorino), creo que un centro comercial. Y creo que con el tiempo va a quedar muy bien este sector, va mejorar bastante."

Figura 3. Avenida Jiménez

Figura 6. Parque El Tintal

"Esto lo hicieron porque antes la Avenida Jiménez era un antiguo río que pasaba por la ciudad, y que se llamaba el río San Francisco. Este proyecto es de Salmona y otras personas. Propusieron el proyecto como un rescate de la memoria de la ciudad."

"Claro... con todo esto (el barrio) ha cambiado mucho. Yo me atrevería a decir que el cien por ciento... Porque por este sitio caminar era terrible. Uno por este lado no se atrevía a venir. Primero porque no había acceso de entrada. Eso eran potreros. La calidad de vida para mí ha cambiado demasiado."

Figura 4. Avenida Jiménez. Frente a la iglesia de San Francisco

Figura 7. Parque del Tercer Milenio

"Al estar ahí la gente genera seguridad, la seguridad no es solo de la policía, sino de la gente que se cuida unos a otros. Esto lo tiene el Eje Ambiental, si no estuviera esta renovación, nadie caminaría por ahí y entonces sería peligroso... Y eso es el espacio público: llevar a la gente a que se cuiden unos a otros a través de la convivencia."

"El alcalde en esa época, Peñalosa, lo recuperó y se lo entregó a la ciudadanía para este tipo de eventos... para disfrutar del parque, lo que ha sido una excelente opción... Porque eso era la famosa olla."

“recuperados” son percibidos como más seguros que antes. Para algunas personas este factor ha hecho estos sitios más atractivos y ha permitido una mayor convivencia social (fig. 7).

En el parque El Tintal, la fuerza de este recuerdo se expresa mediante el contraste entre el presente “digno” del lugar y el pasado de un territorio semirrural y relegado. Especialmente el recuerdo de la planta de tratamiento de basura, convertida en biblioteca, marca este contraste (fig. 8). En la Avenida Jiménez se hace referencia insistentemente a un recuerdo de

No obstante, los nuevos desarrollos no han borrado por completo los imaginarios negativos del pasado.

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de modo bastante polémico: esto es lo que llamamos controversias situadas. Así, los puntos de vista recogidos en los tres sitios permiten relativizar la imagen del espacio público pacificado y favorable para la cohabitación social fomentada por los discursos oficiales.

Figura 8. Biblioteca El Tintal Manuel Zapata Olivella "Este espacio antes era una planta de tratamiento de basura y era del Estado, y no sé por qué motivo se cerró, y la decidieron recuperar... y pues crearon este parque alrededor, y esto cambió el área totalmente, porque antes aquí no había nada, no había ni vivienda de interés social, no había nada. A mí me parece que quedó muy bonita".

Figura 9. Parque del Tercer Milenio "Yo puedo opinar que el cambio que ha generado este parque en la sociedad actualmente ha sido asombroso, porque tenemos que reconocer que esto era un muladar de perdición, de drogadicción".

inseguridad, caos y polución, en contraste con percepciones de urbanidad y comodidad asociadas a la renovación de este importante eje del centro de la ciudad. Sin duda, el recuerdo del “cartucho”21 es el que permanece más presente y el que da lugar a las representaciones más severas. Descrito como “una de las peores calles que se recuperaron en la ciudad” o como lugar de “miseria absoluta”, el recuerdo del sector de Santa Inés permanece ligado a un pasado marcado por la delincuencia y la marginalidad (fig. 9). La emergencia de controversias situadas Sin criticar profundamente los cambios introducidos por los proyectos de renovación, los comentarios de los habitantes permiten discutirlos, a veces 21 En el lugar que hoy ocupa el parque del Tercer Milenio se encontraba anteriormente el barrio de Santa Inés, un área de casi veinte hectáreas que fue completamente demolida. Más conocido entre los habitantes de Bogotá como el “Cartucho”, este sector de la ciudad es recordado por su concentración de actividades ilegales y sus tasas elevadas de violencia, indigencia y pobreza.

Con frecuencia, la Avenida Jiménez es descrita desde el ángulo de su apropiación por actividades y grupos particulares, o por la presencia de vendedores ambulantes y mendigos que atraen especial atención. Aunque el contacto con estos últimos es considerado “normal” en las calles de Bogotá, su presencia indigna e incomoda. Así, surgen una serie de representaciones ambivalentes entre tolerancia y reprobación. Por ejemplo, el comercio informal aparece como una suerte de fatalidad, un mal necesario que absorbe el desempleo estructural, pero también una fuente de inseguridad y desorden “cuando este no es reglamentado”. La insistencia en el pasado también nos parece significativa porque, aunque han dado origen a nuevas narrativas, los proyectos urbanos no siempre han borrado las condiciones de su implementación. Por ejemplo, con la demolición del sector de Santa Inés la marginalidad no desapareció. Tras la renovación de los espacios públicos (que incluyó el desalojo de las actividades informales), la mayoría de los vendedores ambulantes no entraron a la economía formal y siguen ejerciendo su labor en función de la interpretación de la prohibición de las diferentes administraciones. Los entrevistados comentan esto; todos saben que la demolición del Cartucho no constituyó una respuesta al problema de la indigencia y que los vendedores necesitan trabajar; pero, al tiempo que parecen preocupados por la suerte de los menos favorecidos, los ciudadanos temen su regreso al espacio público en números que incomodan (fig. 10). Por lo tanto, el espacio público sigue siendo un lugar de fuerte demarcación social, esto por el hecho mismo de la visibilidad de ciertas “figuras”,22 y una desconfianza mutua subsiste entre diversas categorías de población. La presencia poli22 Policías, vigilantes y militares, vendedores ambulantes e indigentes.

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cial, fuente de seguridad para unos, se convierte en fuente de intranquilidad para otros. Las palabras de los entrevistados que viven o trabajan en la calle dan fe de una mirada diferente. Percibidos por los demás con desconfianza, ellos testifican experiencias personales de inseguridad (expulsión del espacio público y confiscación del material de trabajo) asociadas a la vigilancia omnipresente. Estas narraciones ofrecen una visión del espacio “bajo dominación” (figs. 11 y 12).

los proyectos de renovación. Para algunos de ellos parece claro que no todos los futuros desarrollos están destinados a los habitantes de los sectores concernidos y expresan así inquietud por la eliminación de la diversidad social (fig. 13). Al evocar la remoción o el desplazamiento de usos anteriores, la vigilancia reforzada y la codificación más rigurosa de ciertas actividades, los entrevistados ponen de relieve los múltiples intereses que se juegan en los procesos de renovación urbana.

Entre los entrevistados también encontramos algunos que han sufrido directamente las consecuencias negativas de la implementación de los proyectos —pérdida de la fuente de trabajo, desplazamiento y ausencia de reparación— y otros tantos que expresan su preocupación por la evolución de

Este punto es significativo porque la interpretación de conceptos como orden e interés público —inherentes al discurso sobre el espacio público— ha creado las condiciones para legitimar sistemáticamente las acciones, independientemente de sus impactos negativos para algunos sectores sociales.23

Figura 10. Vendedores ambulantes en la plaza de San Victorino

Figura 12. Parque Germania, frente a la Universidad de los Andes

"Pero sí se presenta inseguridad a veces. Por los informes que dan en Caracol Noticias y RCN de que cuando hay una venta ambulante organizada no hay inseguridad pero cuando es desorganizada hay caos y hay inseguridad".

"Aquí a veces nos saca la universidad. Hay vigilantes que nos tratan feo. Entonces nos ha tocado, pues, que pena con ustedes, pero hasta tratarlos mal. Yo ayer, por lo menos, insulté a uno y le dije: deje trabajar, no sea, hijo de no sé qué. Porque a ustedes les pagan es para que cuiden a los estudiantes".

Figura 11. Intersección la carrera séptima y la Avenida Jiménez

Figura 13. Parque del Tercer Milenio

"Hay vigilantes por todas partes, incluso en los baños hay vigilantes".

"Pues a mí me parece bueno lo del parque, pero al igual deja mucha gente sin trabajo. Saca mucha gente. Los que se rebuscan se quedan sin trabajo... Queríamos quedarnos, porque igual uno criándose por acá, qué se va querer uno ir. Pero ya era obligación irse. Compraron las casa y las iban tumbando

23 Véase al respecto Durán, Discursos que reconstruyen el centro.

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Por ejemplo, tras la implementación de los proyectos es evidente la contradicción que ha surgido entre la defensa del espacio público como protección del interés general y el endurecimiento de la prohibición de las ventas callejeras, que vulnera el derecho al trabajo de miles de personas. En el caso del parque del Tercer Milenio es un hecho polémico el desplazamiento de todos los habitantes del sector. Según la investigadora Magali Castro,24 aunque el proyecto incluyó un plan social de acompañamiento, este presentó falencias en la comunicación, el seguimiento y la reparación, y muchos de los antiguos habitantes del Cartucho se encontraron en peores condiciones después de la demolición del sector.25 La renovación de la Avenida Jiménez ha dado paso a un cambio paulatino en los usos y dinámicas urbanas. Teniendo en cuenta los resultados de diversas experiencias internacionales, cabe preguntarse cuál será el efecto para los habitantes del sector de los proyectos inmobiliarios y planes parciales en curso en la zona; la misma reflexión debe plantearse sobre el futuro desarrollo de planes de renovación en el sector de San Bernardo (fig. 14). Nuestro interés es señalar la importancia de reconocer las dinámicas emergentes y valorar tanto sus ventajas como sus desventajas. De este modo, siguiendo a Michael Cernea, se puede llamar a las administraciones locales a reconocer que la distribución injusta de ganancias y pérdidas no debe ser una consecuencia inevitable del desarrollo urbano.26 Creemos que uno de los caminos posibles para evitar una repartición inequitativa es mirar hacia lo local, hacia las narrativas de los habitantes, y consultar sus experiencias cotidianas. Estamos convencidos de que la discusión pública de los asuntos públicos puede ayudar a los actores a apropiarse los procesos de transformación urbana para el beneficio de todos los implicados.

24 Castro Cabrera, Gestión del desplazamiento. 25 Castro también critica que la implementación del proyecto no tuvo en cuenta el costo social de la desaparición de las redes sociales establecidas por los habitantes durante años. 26 Cernea, “El modelo de riesgos y reconstrucción”.

Figura 14. Dos planes de renovación en estudio en zonas adyacentes a la Avenida Jiménez y el parque del Tercer Milenio

Conclusión: el interés público de las historias urbanas El análisis de los discursos que han dirigido el desarrollo de Bogotá muestra la coexistencia de visiones divergentes sobre el desarrollo urbano que dan origen a ambigüedades y contradicciones que se reflejan en algunos de los conflictos que surgen con la implementación de los proyectos de renovación.27 Por otra parte, creemos que la mistificación de la transformación de Bogotá ha contribuido a eclipsar esta realidad compleja. De ahí la necesidad de analizar los discursos expertos y las historias de los habitantes. Estas últimas, aunque con frecuencia corroboran los discursos oficiales —especialmente el de la recuperación del espacio público— y demuestran que un gran número de personas aprueban y aprecian los proyectos, también dejan entrever desacuerdos y controversias sobre diversos puntos. Las observaciones de nuestro trabajo de campo proveen una mejor comprensión de tales controversias y un contexto en el cual entenderlas. Estas confirman nuestra convicción de que una mirada más cercana es necesaria; que es necesario consultar las experiencias de los habitantes y llevar a cabo observaciones para anclar estas narrativas en la realidad urbana. Igualmente, que el camino hacia un balance

27 El mejor ejemplo es la renovación del centro de Bogotá. Presentada como un proyecto de interés general difícil de cuestionar, la renovación del centro se orienta hacia la productividad, el turismo y el desarrollo de operaciones inmobiliarias. Múltiples experiencias internacionales demuestran que con frecuencia los procesos de renovación conducen al desplazamiento de los residentes más pobres de las zonas intervenidas. Este ya ha sido el caso en el centro de Bogotá con el desarrollo del parque del Tercer Milenio; efectos similares pueden esperarse de los planes parciales en estudio en el sector.

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adecuado entre transformación urbana y desarrollo local debe pasar a través de la realidad social y la implicación de todos los actores concernidos.

económica y sostenibilidad ambiental en las cuatro principales ciudades de Colombia. Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2003.

La vida urbana exige un diálogo entre diferentes historias, un diálogo que no niegue o esconda las controversias, sino que las admita en el debate. Si se toman en serio los discursos políticos sobre la importancia de la participación, entonces debe admitirse que el desarrollo de las ciudades no debe ser el producto de la imposición de una historia desconectada con la realidad de lo urbano. Es necesario entonces construir una realidad colectiva que incluya la experiencia de los habitantes, su conocimiento de la ciudad y el intercambio de esta información. Solamente así es posible pensar en permitir a los habitantes transformar la ciudad, en vez de convertirlos en espectadores de la transformación urbana (fig. 15).

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Figura 15. Apropiación de espacios públicos en el sector de El Tintal

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Movilidad urbana y redes biológicas sistémicas Urban mobility and biological systemic networks Recibido: 18 de noviembre de 2011. Aprobado: 24 de agosto de 2012.

Andrés Hernando Valencia Escobar andres.valencia@upb.edu.co Ingeniero mecánico. Magíster en Ingeniería Área de Nuevos Materiales. Docente investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), Colombia

Elizabeth María Jiménez Rojo elizabethmaria.jimenez@alfa.upb.edu.co

Juliana Gallego López juliana.gallego@alfa.upb.edu.co

Juan David Franco Muñetón juandavid.franco@alfa.upb.edu.co Estudiantes de pregrado del Programa de Diseño Industrial de la UPB y miembros del Semillero de Investigación Morfolab de la Línea de Investigación en Morfología Experimental

Resumen

El mejoramiento de la movilidad urbana se considera uno de los principales retos para desarrollar las localidades de todo el mundo, debido al incremento constante de medios, sujetos e intenciones de desplazamiento. Dado que el espacio disponible no se incrementa de manera proporcional a estos elementos, se genera una tensión que implica problemáticas importantes. Este trabajo está enfocado en la búsqueda de oportunidades de solución para los problemas de movilidad vial del Valle de Aburrá y se sustenta en la biomimética como estrategia metodológica que reconoce a la naturaleza como sistema articulado que ajusta y perfecciona sus componentes y procesos según sus requerimientos.

Palabras clave: movilidad urbana, biónica, red sistémica, sistema de venación de las hojas,

diseño.

Abstract

Due to the constant increase of methods of transportation, people, and reasons for travel, the improving of urban transportation is considered to be one of the major challenges in developing local areas world over. Given that the space available has not increased in a manner that is proportional to its elements, a tension has resulted that involves important problems. This paper focuses on the search for opportunities to solve transport issues on the Valle de Aburrá road and support is given to biomimicry as a methodological strategy that takes nature into consideration as a structured system that adjusts and perfects its components and processes according to their requirements. Key words: urban mobility, bionics, systematic network, leaf venation system, design.

Artículo de investigación derivado del trabajo adelantado por el Semillero de Investigación Morfolab, UPB Todas las imágenes son de los autores, excepto donde se indique lo contrario.

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Actualmente se pueden identificar falencias en la dinámica de movilidad del Valle de Aburrá, asociadas —en parte y de forma directa— con un crecimiento exponencial de los sujetos que se desplazan y de los medios a través de los cuales lo hacen, sin que esto se contrarreste con un aumento proporcional del número y el tamaño de las vías y espacios para ello. Esto parece dar como resultado una respuesta ineficiente del sistema vial, al no estar concebido para adaptarse y responder a dichos aumentos, lo que genera una situación crítica frente a lo que se debería tener para la actualidad y para el futuro. Lo anterior en términos, por ejemplo, de la ocurrencia de un accidente que genere una interrupción que puede ser parcial o permanente en una vía. Esta situación hace que el sistema colapse, ya que muchas de las vías principales del Valle no tienen rutas alternativas suficientemente eficaces como para evacuar los automóviles que se estancan. El análisis de dicha problemática, que caracteriza a las redes urbanas de movilidad del Valle de Aburrá, se presenta como una constante temática de estudio, la cual ha sido abordada desde múltiples disciplinas como el urbanismo, la arquitectura, el diseño, la ingeniería civil, entre otras. Esta investigación se basa en el modelo metodológico de la biomimética, para el cual se propone identificar principios de funcionamiento naturales que puedan interpretarse o traducirse como referentes de diseño.1 Se trabaja desde el concepto de redes biológicas sistémicas y adaptables como punto de partida para la búsqueda de modelos de trabajo que permitan subsanar la carencia de conocimiento, iniciativas e intervenciones realizadas en el contexto local de movilidad. Las redes naturales que transportan sustancias se caracterizan por haber evolucionado de manera que el manejo de los flujos y las presiones se optimiza, a fin de usar eficientemente la energía. Dentro de ellas, los sistemas vasculares de las plantas representan un foco de estudio importante, por cuanto de su eficiencia depende la vida de estos organismos y, por ello, debe ser muy alta la confiabilidad y la capacidad de adaptación que tienen. Además, estos

1 Vincent et al., “Biomimetics: Its Practice and Theory”.

sistemas naturales están expuestos a variaciones constantes en sus condiciones de funcionamiento, lo que los obliga a reaccionar de manera oportuna y efectiva para mantener sus funciones. A partir de lo anterior se justifica la intención de comparar los sistemas vasculares vegetales con los sistemas viales urbanos. Los sistemas de venación de las hojas dicotiledóneas representan una oportunidad de trabajo en el marco del mejoramiento de los trazados de las redes viales urbanas, en la medida en que se observan como un conjunto de vías que toman los fluidos que se mueven en el interior de este órgano de planta, de manera que puedan abarcar la mayor cantidad de área posible recorriendo el mínimo espacio. De esta manera, el concepto de caminos mínimos, trabajado por ejemplo por Frei Otto y Bodo Rash, aparece como un esquema que puede aportar desde un cambio en el paradigma de los trazados ortogonales a la dinamización de la movilidad urbana, por cuanto, incluso en presencia de alteraciones drásticas en uno o varios de los elementos constitutivos de la “red de caminos”, las hojas deben garantizar el acceso al agua para su evaporación en el proceso de fotosíntesis y el transporte de líquidos cargados con alimento hacia las demás partes de la planta.2 La revisión bibliográfica realizada permitió establecer como punto de referencia el sistema de venación de las hojas de las plantas dicotiledóneas, el cual funciona como una red biológica compleja que se caracteriza por cumplir dos funciones importantes asociadas a la resistencia estructural y al transporte y distribución interna de sustancias y nutrientes.3 Además, se presenta como un modelo jerárquico de organización que forma una retícula cerrada en el cual se presenta un patrón geométrico que proporciona la dimensión de cada segmento respecto a su radio.4 Bajo estas características, este modelo se puede comparar con el trazado vial de una ciudad, como se muestra en la figura 1, y por ello representa una oportunidad de trabajo que posibilita el estudio de su funcionamiento y comportamiento tanto en condiciones normales como en presencia de alteraciones que amenacen su actividad

2 Otto y Rasch, Finding Form. 3 Roth-Nebelsick et al., “Evolution and Function of Leaf”. 4 Bohn et al., “Constitutive Property of the Local Organization”.

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transporte de nutrientes y sustancias, tanto en condiciones normales como en presencia de alteraciones internas, bajo un esquema que tiene en cuenta el tiempo como variable determinante, en función de su aplicabilidad como referente que permita el mejoramiento y estructuración futura de una red de movilidad sistémica y adaptable en el Valle de Aburrá. El análisis del sistema de venación de las hojas ha sido ampliamente desarrollado tanto desde el punto de vista biológico como desde el físico y matemático; sin embargo, no se evidenció ningún trabajo que tomara sus características y las transfiriera hacia esquemas que mejoraran la movilidad, aunque sí se menciona esta oportunidad como una posible ruta de trabajo.5 Los antecedentes sobre el proceso de adaptación del sistema de venación de las hojas ante alteraciones aluden solo a la hoja de limón y a cómo ella distribuye el fluido a través de su sistema ante la presencia de una interrupción en la trayectoria del flujo, usando circuitos cerrados que optimizan la función;6 pero esta aproximación no tiene en cuenta el tiempo que le toma a la planta adaptarse, que es una variable importante a la hora de transferir los resultados al modelo artificial.

Figura 1. Arriba: sistema de venación de la hoja de una planta dicotiledónea. Abajo: mapa vial de la ciudad de Medellín. Fuente: Municipio-deMedellín 2009

natural. Su análisis permite comprender cómo esta se adapta en pro de su supervivencia, y de esta forma abstraer modelos de funcionamiento que puedan ser implementados en posibles situaciones hipotéticas de perturbación en las redes urbanas de movilidad. Por lo tanto, con el fin de abstraer una serie de principios naturales que conformen bases conceptuales que mitiguen la problemática real y cotidiana de la movilidad vial, esta investigación tuvo como objetivo principal determinar las características y estrategias naturales utilizadas por el sistema de venación de las hojas de las plantas dicotiledóneas para el

Este proyecto se desarrolló en el marco del Sistema de Formación en Investigación, de la Facultad de Diseño Industrial de la Universidad Pontificia Bolivariana, dentro del cual la línea de investigación en Morfología Experimental lidera la ejecución de proyectos de investigación formativa por medio de los cuales se hacen aproximaciones científicas a través de la biomimética para solucionar problemas humanos reales. Estos proyectos tienen una duración de tres semestres académicos, por lo cual es profunda la rigurosidad científica que se alcanza. El enfoque utilizado hace hincapié en la comprensión y posterior abstracción de los principios y patrones naturales, para con ello plantear como trabajos futuros las transferencias tecnológicas de los resultados del proyecto. Lo anterior implica que los resultados presentados no incluyen su aplicación directa en el entorno artificial, aunque su origen sí está basado en una problemática real identificada y caracterizada.

5 Biomimicry-Institute, “Vein System Resilient”. 6 Katifori, Szöllösi y Magnasco, “Damage and Fluctuations”.

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Materiales y métodos Inicialmente, y con el fin de caracterizar la red que configura el sistema de venación de la hoja y los principales componentes y características de su estructura, se llevó a cabo un estudio y definición de posibles especies potenciales, dentro de las cuales se contemplaron algunas con diferentes tipos de ramificación y niveles de distribución, tanto monocotiledóneas como dicotiledóneas. Mediante un escaneo digital de alta definición, proporcionado por el Herbario del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe de la ciudad de Medellín, se identificaron cada una de sus particularidades formales y estructurales, lo que posteriormente condujo a la elección de la especie Epipremnum aureum, comúnmente conocida como potus, como un adecuado elemento de estudio, debido no solo a sus componentes físicos, sino a su facilidad de adaptación a diversos ambientes y condiciones. De la especie Epipremnum aureum (fig. 2) se tomaron hojas maduras con longitudes entre los seis y los ocho centímetros con el peciolo completo. Estas muestras se coleccionaron con ayuda de un bisturí y puestas de inmediato en contacto con un fluido fluorescente para disminuir los efectos de la deshidratación. La caracterización anatómica del sistema de venación de la hoja se hizo a partir de un escáner digital de alta definición con el que se obtuvo una imagen detallada de la superficie de la hoja que luego fue digitalizada por medio del software Rhinoceros versión 4.0. Se utilizó un montaje de observación construido localmente, en el cual se posicionó la hoja de manera que absorbiera una sustancia líquida fluorescente dispuesta en un tubo de ensayo en el que se sumergía el peciolo de la hoja. La hoja fue iluminada por una lámpara ultavioleta GE F40BLB 40 watts que permitía ver el desplazamiento de la sustancia en su interior. Se tomó un registro fotográfico con una cámara digital Canon EOS Rebel T3 y se registró el tiempo de llenado del sistema completo con un cronómetro digital Casio H-3. Las intervenciones sobre el sistema de venación se hicieron con un punzón de madera de cinco milímetros de diámetro. Luego de haber realizado dicha selección, se procedió a reconocer y referenciar geométricamente la red, a través tanto de una caracterización anatómica

de sus partes principales como del sometimiento de una muestra a un proceso de secado controlado sin pérdida de la flexibilidad y una siguiente digitalización por medio de vectores utilizando el software Rhinoceros 4.0. Posteriormente, con el fin de identificar las trayectorias en el interior de la red empleadas para el flujo de sustancias, se realizó una toma y preparación de muestras de la especie que se iba a analizar, las cuales —con el fin de estandarizar y optimizar la observación— se cortaron con una longitud aproximada de seis u ocho centímetros, e inmediatamente fueron sumergidas en siete mililitros de una solución de líquido fluorescente, para inducir un proceso de absorción y distribución, tal y como se observa en la figura 3. Dichas muestras se expusieron a la luz de una lámpara UV, la cual proporcionó una óptima observación por medio del contraste generado tras el recorrido de la sustancia. Este proceso fue documentado mediante un registro fotográfico con una cámara de alta definición a un intervalo de tres minutos, en un montaje que se puede observar en la figura 4.

Figura 2. Hoja de la Epipremnum aureum

Figura 3. Toma y preparación de muestras

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• Ubicación del orificio: posición específica dentro del tejido vascular en el cual se encuentra ubicada la alteración. Esta puede ser al 10 % o al 50 % del nervio central. • Tiempo de llenado: tiempo total medido en minutos tomado por la muestra para absorber y distribuir la sustancia a lo largo de toda su extensión, partiendo desde la base hasta su punta. • Trayectoria: reúne la serie de rutas y nervios utilizados por la hoja para realizar el proceso de transporte y distribución de nutrientes.

Figura 4. Proceso de experimentación

Luego de observar el proceso de absorción y transporte de sustancias en condiciones normales a través de todo el tejido vascular, se elaboraron una serie de alteraciones ubicadas al 10 % y al 50 % de la longitud del nervio central de cada una de las muestras, como se indica en la figura 5, y que después, de forma similar, se sometieron al proceso mencionado. Ello permitió reconocer el mecanismo de adaptación que presenta la red en una situación de interrupción de flujo. Con el fin de comparar objetivamente el comportamiento del flujo de sustancias en la red, tanto en condiciones normales como al intervenir su estructura, se definieron las variables que se presentan a continuación: • Presencia de alteraciones: existencia en la muestra de alteraciones artificiales elaboradas en puntos específicos y que conducen a un cambio en la dinámica de transporte de sustancias en la red de venación de la hoja.

Orificio al 10 %

Figura 5. Tipos de alteraciones

Orificio al 50 %

Resultados y discusión En primera instancia se pudo identificar que el sistema de venación de las hojas de la Epipremnum aureum se encuentra conformado por dos diferentes estructuras en su interior. Su estructura principal es una red ramificada bidimensional de tipo fractal y su estructura interna es una red dendrítica con características similares a una de tipo Voronoi (fig. 6). Esta configuración genera un conjunto de circuitos cerrados que permiten que el flujo de sustancias tome diferentes caminos en caso de alguna alteración.7 La manera en que se configuran e interconectan estos dos modelos de redes difiere de una especie de plantas a otra;8 sin embargo, todas se estructuran en circuitos cerrados (fig. 7). A diferencia de las redes viales, donde los ángulos rectos son un patrón común, en las redes biológicas las rutas se configuran desde un modelo jerárquico que combina diferentes patrones geométricos que no usa los ángulos rectos, de manera que optimiza el flujo de nutrientes, aun en condiciones que alteren el recorrido. Se evidenció la presencia de una serie de partes estratégicas organizadas de manera jerárquica para la distribución de sustancias en la estructura de la hoja, las cuales dieron lugar a una caracterización anatómica clave durante el proceso de observación (fig. 8): la estructura central o nervio central que parte de la zona distal del peciolo y que va disminuyendo de tamaño a lo largo de su longitud. En el mismo punto en el que el peciolo se convierte en el nervio central o base inician los nervios periféricos,

7 Ibíd. 8 Price et al., “Leaf Extraction and Analysis”.

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en condiciones normales y aquellas que cuentan con algún tipo de alteración, entre las cuales es pertinente mencionar las siguientes:

Figura 6. Configuraciones estructurales presentes en la Epipremnum aureum

Figura 7. Configuraciones de las redes dendríticas en dos especies de plantas dicotiledóneas

Nervio periférico Nervio principal

Peciolo Punta

Base

Nervio secundario

Figura 8. Caracterización anatómica

Las muestras que no presentan ningún tipo de alteración llevan a cabo un proceso de llenado de forma estructurada y secuencial: se llena primero el nervio central y, posteriormente, los nervios secundarios, terciarios y el periférico (fig. 9). La zona basal de la lámina de la hoja se empieza a llenar por completo más rápido que la zona distal cercana a la punta. Esto da cuenta de un modelo jerárquico de funcionamiento en el cual el orden de llenado de cada una de las partes obedece a la presión interna en los conductos. Por el contrario, las muestras que presentan algún tipo de alteración, tanto la realizada al 10 % como al 50 % de la longitud de la hoja, hacen un uso relativamente rápido de los nervios periféricos como rutas alternas principales para continuar el proceso de llenado (fig. 10). En las muestras sin alteración, este nervio solo se ve lleno cuando los demás elementos del sistema se han llenado. Además, en presencia de una alteración, el nervio central se llena primero que los demás, como lo muestra la figura 11. La presencia de un orificio ubicado ya sea al 10 % o al 50 % de la longitud de la hoja implica un proceso de llenado más rápido del nervio central cuando se compara con una muestra sin alteración. En la muestra con alteración al 10 %, el nervio central toma un tiempo 37 % menor para llenarse; mientras que en la muestra con alteración al 50 %, el nervio central toma un 26 % menos de tiempo para llenarse.

que son menores en tamaño al central y se visualizan como simétricos respecto al nervio principal. Los nervios secundarios componen la red ramificada fractal que se divide secuencialmente desde el nervio central hasta llegar al nervio periférico. Dentro de cada uno de los espacios dejados por las ramificaciones de los nervios secundarios se configuran las redes dendríticas que interconectan todo el sistema. Tanto el nervio central como los nervios periféricos terminan en la punta de la hoja. Por otra parte, y de forma concreta durante el proceso de experimentación, se evidenciaron grandes diferencias entre el comportamiento de las muestras

Figura 9. Llenado de muestra sin alteraciones

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Figura 10. Llenado de muestra con alteraciones que evidencia el uso de los nervios periféricos como ruta alterna

Figura 11. Derecha: nervio periférico lleno primero que los demás nervios. Izquierda: nervios secundarios y periférico llenos luego del central

Contrario a esto, en los nervios secundarios la presencia de dicha alteración en las muestras implica un retardo en su proceso de llenado. En la muestra con alteración al 10 %, el tiempo de llenado fue un 21 % mayor, y en la muestra con alteración al 50 % el tiempo de llenado fue 39 % mayor. Esto podría significar que la hoja usa las redes dendríticas cercanas a la alteración para distribuir el flujo de manera que rápidamente pueda volver a encausarse en la vía principal.

Conclusiones Las plantas evolucionaron de manera que el sistema de venación de sus hojas fuera capaz de adaptarse

ante la presencia de alteraciones drásticas generadas por insectos, semillas que caen o factores ambientales como el granizo, que impidieran el normal suministro de fluidos. El sistema vascular de la hoja de la Epipremnum aureum reacciona de manera inmediata ante una alteración drástica de su estructura sistémica, usando vías alternas que abren y cierran circuitos de movimiento adicionales. Con esto, propicia que el movimiento interno de los fluidos se dé en los nervios periféricos y secundarios como apoyo de comunicación y garantiza el suministro de líquido a la totalidad de la hoja. Además, la disminución del tiempo de llenado del nervio central de la hoja manifiesta que la planta mejora sus condiciones de flujo ante la presencia de una alteración. Estos hechos, asociados a la manera como se organiza jerárquicamente el sistema, pueden compararse con el trazado vial de una ciudad, por lo que es probable que el uso de este modelo geométrico en el diseño de una maya vial genere una alternativa para el manejo del flujo vehicular urbano cuando en este se presente una alteración. Es posible afirmar que una malla vial urbana cuya configuración se base en la combinación de una red ramificada bidimensional de tipo fractal como estructura principal interconectada con una red dendrítica con características similares a una de tipo Voronoi —que rellene los espacios entre las ramas de la red principal y en la que se mantengan las relaciones entre los tamaños de cada una de las vías de transporte— podría dar pie para que el estancamiento de vehículos automotores —provocado por acción del aumento de flujo en las horas pico o por la presencia de una interrupción súbita de la vía— disminuya en función de la posibilidad que tendrían los vehículos para usar vías alternas de circulación que liberen el espacio. Esta conclusión no tiene en cuenta factores como la eficiencia urbanística que se tendría en los espacios que esta red permitiría o variables como la semaforización de la malla vial; sin embargo, establece un cambio total del paradigma del trazado vial actual. Ello podría significar una oportunidad de innovación social, en términos del mejoramiento de la movilidad. La observación objetiva de la naturaleza y, con ella, la interpretación de sus modelos y principios de funcionamiento —en términos por medio de los cuales

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el diseño pueda acercarse— posibilitan el planteamiento de proyectos que mejoren las condiciones actuales de la artificialidad humana, al darse por hecho que todo sistema natural no es más que el resultado de una serie de interacciones entre lo interno y lo externo a través de millones de años. Según lo anterior, se establecen las líneas de trabajo futuro que se desprenden de los resultados de este proyecto. Dentro de ellas se presenta como una de las principales el escalado de los patrones geométricos encontrados hacia un tamaño en el cual se puedan relacionar no solo las condiciones del flujo vehicular, sino factores como las redes de servicios, los peatones y las construcciones civiles que dependen, en última instancia, de los trazados de la malla vial. Con esto se esperaría ratificar que la abstracción de las trayectorias usadas por las plantas dicotiledóneas en la distribución de los fluidos en sus hojas representa una oportunidad real de mejoramiento urbano.

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deuniandes Una red pública de abastecimiento para Bogotá: oportunidad para reorganizar el territorio Eduardo Ochoa Ochoa Estudiante de Arquitectura, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia  e.ochoa34@uniandes.edu.co

Ineficiencia y altos costos en el abastecimiento alimenticio Los modelos actuales de ciudad ocupan una gran cantidad de territorio. Los bordes de las urbes han cambiado, pues las industrias y los suburbios han reemplazado los campos, donde anteriormente se producía un importante porcentaje de los alimentos para el consumo y comercio de la ciudad. Además de esto, las sociedades de nuestros días, favorecidas por la globalización y otros factores, han expandido considerablemente la variedad de alimentos que consumen, muchos de los cuales no son producidos localmente y requieren su transporte desde lugares lejanos con implicaciones graves para el abastecimiento de las ciudades.

Teniendo esto en cuenta, se puede comprender el impacto de la ineficiente política, infraestructura y sistemas de distribución en el aumento de los precios finales de los alimentos y su peso en la economía familiar. Según un estudio realizado por la firma Radar, publicado por Portafolio,1 la compra de comestibles representa el 32 % del consumo de los hogares colombianos. Comparado con países como Estados Unidos, donde ese gasto representa el 14,16 %, la cifra en Colombia parece alta, pero no significa que aquí se compre o se coma más, sino que los altos precios representan mucho más respecto a los bajos salarios. La deficiente infraestructura vial del país, por ejemplo, hace que mover una tonelada de carga de Bogotá a Medellín cueste $65 048. Por otra parte, las temporadas de lluvias afectan los precios finales de los alimentos incluso antes de que estos sean cosechados. En el 2011, un millón ochocientas mil hectáreas se vieron afectas por el clima, y por ello se redujo la oferta, lo que obligó a la importación de algunos productos básicos.

Los productos primarios, de origen agrícola y animal, y no procesados, siguen haciendo parte importante de la dieta de muchas culturas, incluida la de Bogotá. Estos alimentos son consumidos a diario por cerca de los ocho millones de sus habitantes y su abastecimiento depende de una frágil red de distribución, en la que muchas variables intervienen en el largo camino que los alimentos deben atravesar para pasar de la cosecha a la mesa.

El modelo Corabastos

Anteriormente la ciudad suplía buena parte de sus necesidades de alimentos de la sabana y la región que la rodea. Debido al desbordante crecimiento urbano de las últimas décadas, nuevos usos se han ido apropiando de las tierras cultivables, que han reducido las áreas productivas mientras aumentan las bocas que alimentar. Desde hace años se perdió el equilibrio y ahora Bogotá trae sus alimentos desde regiones apartadas.

En 1972, cuando Bogotá rondaba los tres millones de habitantes, se construyó Corabastos, un gran equipamiento de 420 000 m2 dotado con 57 bodegas para venta y almacenaje de los productos alimenticios, red de fríos para conservación de frutas y verduras, cámaras de congelación y refrigeración y un túnel de congelación rápida. La gran central de abastos fue construida en el límite de la ciudad, sin prever el crecimiento futuro de ese sector. Las 1 Gómez, “Así gastan los hogares de América”.

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características con las que contaba en ese momento se suponían suficientes para el abastecimiento de Bogotá y sus municipios vecinos; pero el crecimiento y deficiente planificación han hecho difícil mantener una eficiente distribución de alimentos en las diferentes escalas. Corabastos ahora se encuentra en medio de barrios residenciales densamente poblados. Sus vías de acceso son insuficientes, y los grandes camiones que las usan generan congestión y deterioro significativos. La actividad en la central de abastos se desarrolla durante veinticuatro horas al día y su servicio se extiende a gran parte del país, pues un importante porcentaje de los productos de regiones vecinas llegan allí para ser redistribuidos, no solo en Bogotá, sino en otras partes de Colombia. Aun con esta magnitud de intercambio, la sabana de Bogotá no cuenta con la infraestructura de centros de acopio y despacho regional que sirva para esta función, de manera que toda la carga entra a la ciudad, para luego salir en camiones a los demás departamentos que se surten de la central de abastos de la capital. Adicionalmente, los tenderos —distribuidores minoristas de toda la ciudad— asisten a Corabastos para surtirse de frutas y verduras. Allí adquieren productos que tienen precios que varían todos los días debido a los factores mencionados y ajustados según las diferentes calidades que se ofrecen en la central. Los tenderos de los barrios más vulnerables quedan sujetos a comprar productos de calidad inferior para ofrecerlos a precios que sus clientes están en capacidad de pagar. Como parte de la infraestructura física con la que cuenta Bogotá para garantizar su abastecimiento alimenticio hay diecinueve plazas de mercado distritales. A estas llegan dos tipos de camiones para el abastecimiento: los que vienen de Corabastos, generalmente con productos a mayor precio y menor calidad, y los que vienen de fuera de la ciudad con alimentos enviados por intermediarios rurales que han comprado a los agricultores en los pueblos. Estos pedidos pequeños tienen buena calidad, pero sus precios no son bajos.

El auge de las grandes superficies En una condición aparte se encuentra el abastecimiento de alimentos que realizan las llamadas grandes superficies, supermercados de cadena que cuentan con una infraestructura compuesta de grandes puntos de venta y centros de distribución que los mantiene surtidos de sus productos, entre ellos frutas y verduras. Estos almacenes pueden lograr buenos precios finales para sus clientes, pues dominan prácticamente todas las etapas del proceso de distribución. Compran directamente el producto a los agricultores, en la mayoría de los casos se encargan de llevarlo a los centros de distribución (CEDI) que se encuentran en las ciudades importantes, y distribuyen los productos a sus almacenes dentro de su radio de alcance donde los consumidores los obtienen a buen precio. Esta cadena es altamente eficiente en sus procesos y beneficia a sus clientes, pero pone en riesgo la infraestructura pública que existe para este fin. En los últimos años, las grandes superficies han aumentado considerablemente su presencia en la ciudad. Su poder económico (están constituidas principalmente por multinacionales) les ha permitido crear un monopolio para controlar los precios y hacer imposible que los tenderos y las plazas de mercado compitan contra ellas. La forma tradicional de abasto de alimentos se ha visto en riesgo por las políticas de mercadeo que están utilizando los supermercados para competir con los pequeños comerciantes. Su última estrategia son los puntos “express”, versiones pequeñas de un supermercado en escala similar a las tiendas de barrio, pero con el respaldo de la infraestructura de los CEDI y el control de los precios que solo los grandes capitales pueden lograr. Con estas estructuras de negocio las dos partes no compiten de forma pareja y equitativa, sino que los supermercados están desplazando el modelo que debería ser público, con una red completa de abastecimiento en todas las escalas.

Función social de las plazas de mercado Antiguamente, el mercado era una actividad temporal que se instalaba en las plazas mayores de

deuniandes   [ 157 ]


cada pueblo. Estos lugares se transformaban para que la gente asistiera para comprar y vender, pero también servían como espacios de expresión y congregación; el hecho de que se ubicara sobre el espacio público más importante de la población evidencia la importancia de esta actividad en la vida de sus habitantes. Al crecer las poblaciones, se vio la necesidad de construir lugares permanentes de comercio para reemplazar los mercados de fin de semana con instalaciones transitorias para albergar la actividad. Durante décadas, estas plazas fueron un importante espacio público y arquitectos importantes proyectaron este tipo de espacios, pues entendían su relevancia en la vida urbana. En ellas se daban también funciones sociales que trascienden el abastecimiento de alimentos. Con la llegada de los supermercados, comenzó la decadencia de las plazas de mercado. Sus impresionantes estructuras fueron reemplazadas por simples bodegas en las que prima la eficiencia en el movimiento de mercancías y eficacia de la venta, y en las que desaparecieron las relaciones sociales y el espacio público al servicio de la comunidad. Solo por referenciar un caso europeo, donde las actividades asociadas al mercado siguen teniendo un valor en la estructura y vida urbana, la ciudad de Barcelona entiende la importancia de las plazas de mercado y cuenta con 39 de ellas para el abastecimiento de todos sus barrios. La mayoría de ellas tiene espacios de comercio que complementan la oferta de alimentos perecederos y tienen servicios como restaurantes, bancos, oficinas y estacionamientos. En algunas no solo se realiza la compra y venta de alimentos, sino que también se programan conciertos, obras de teatro y otras actividades culturales que congregan a la ciudadanía. Infortunadamente, Bogotá ha abandonado sus plazas de mercado durante muchos años. Plazas tan importantes como la Central fueron destruidas el siglo pasado en función de la modernidad. En este caso, el edificio se atravesaba en el recorrido de la carrera décima. Otras, como la de San Carlos, en Tunjuelito, y la Santander, en Antonio Nariño, siguen funcionando pero en malas condiciones. De las plazas más antiguas recientemente fue restaurada la del barrio Las Cruces, que con una inversión de $3500 millones renovó su estructura, fachada y

sus noventa puestos de venta. Sin embargo, de las diecinueve plazas existentes, casi ninguna cuenta con instalaciones nuevas que permitan su funcionamiento con las mejores condiciones técnicas, operativas e higiénicas y la posibilidad de prestar servicios complementarios al mercadeo de alimentos. Adicionalmente, presentan deterioro de zonas aledañas por la informalidad con que se resuelven necesidades de crecimiento, estacionamiento y usos adicionales.

Una red pública de abastecimiento alimenticio para Bogotá Entendiendo la trascendencia del suministro de productos primarios de la ciudad y el papel social que podría llegar a desempeñar una red de distribución pública, se propone desarrollar un plan que reúna estos propósitos y que logre soluciones a los problemas actuales, aprovechando lo existente y planteando nuevos elementos. El primer paso para lograr que el sector público y los privados que lo complementan se conviertan en la mejor opción para garantizar la seguridad alimentaria es regularizar la presencia de los agentes privados y su infraestructura en la ciudad. En la actualidad, la única condición para que se pueda establecer un supermercado de gran tamaño es que en un radio determinado no hayan más competidores de este tipo, pero no se tienen en cuenta las demás formas de comercio como tiendas de barrio y plazas de mercado. En España, a manera de ejemplo, existen leyes que prohíben la construcción y la operación de grandes supermercados en el perímetro urbano denso, con el fin de proteger los comercios de menor escala. No se puede pretender que los supermercados existentes desaparezcan. Colombia es un país donde las restricciones comerciales no son comunes, pero sí se debe moderar la aparición de nuevos espacios de este tipo, sobre todo en los lugares donde prevalecen las tiendas de barrio. Un plan eficiente para Bogotá debería contar con cuatro o cinco centrales de acopio y redistribución en varios puntos de su perímetro, para garantizar la llegada de alimentos perecederos a la ciudad, sin depender de Corabastos. Adicionalmente, repartir las funciones de Corabastos evita que, en un even-

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tual siniestro, se dependa de un solo punto de ingreso de alimentos, como sucede actualmente, y los camiones no tendrían que entrar a la ciudad. La intención de organizar los dos agentes en grupos responde a planes que ya se aplican en la ciudad para que los vendedores compren grandes cantidades a buenos precios y los “agricultores puedan vender directamente sus productos a vendedores finales y no al primer camión que pasa por sus tierras, como sucede en la mayoría de los casos”, como dice Ángela Matiz, de Alimenta Bogotá.2 A estas plataformas llegarían productos procedentes del campo ya negociados entre agricultores y tenderos y vendedores de plazas de mercado. No se desarrollarían actividades comerciales en las plataformas, sino que los productos llegarían para ser desagregados, lavados y reempacados. También se contaría con bodegas de almacenamiento con condiciones controladas para productos con tendencia al alza para evitar especulación y con la capacidad de manejar la sobreoferta de productos para reducir el desplome de los precios. Una vez que los productos hayan pasado por las transformaciones necesarias, saldrían en camiones más pequeños hacia los puntos de distribución sin generar la congestión y el daño que los camiones grandes causan actualmente en la malla vial. Haciendo los procesos en estos lugares se evita también la proliferación de equipamientos transformadores de alimentos en el interior de la ciudad, que generan desechos en las zonas urbanas donde no es fácil procesarlos o eliminarlos. Al salir de las plataformas logísticas, los alimentos tendrían básicamente dos destinos: las tiendas barriales y las plazas de mercado. Las primeras están compuestas por puntos de venta de abarrotes, graneros y los denominados puestos fruver (frutas y verduras). En la organización de un barrio, las tiendas cumplen un papel importante que se debe preservar. Los tenderos conocen a sus clientes, que son sus vecinos en la mayoría de los casos. Por esta razón están dispuestos a vender productos en cantidades y con sistemas de pago no convencionales (la cucharada de aceite, la porción de arroz y el fiado), que constituyen una importante función social;

pero para que esto pueda mantenerse, los tenderos también deben estar en condiciones de competir con los supermercados en términos de calidad. Sus tiendas deben contar con la infraestructura que les permita almacenar, exhibir y manipular productos de calidad.

Transformación de las plazas de mercado Las plazas de mercado deberán sufrir una transformación para que se conviertan en lugares significativos de la vida urbana. Si a las plazas se les otorgara un significado aún mayor, podrían ser centros de actividades culturales, centros de reunión y centros de comercio de uso continuo que aporten al fortalecimiento de las relaciones de los habitantes de su entorno. Podría pensarse que, además de hacer parte de una red de abastecimiento de alimentos, hicieran parte de una red de equipamientos urbanos de diferentes escalas, como bibliotecas o salones comunales. Fortalecer el modelo público para hacerlo más competitivo implica, entre otras cosas, la adecuación de toda la infraestructura que tiene la ciudad para la distribución de alimentos en las diferentes escalas, y pasar de las diecinueve plazas de mercado actuales a un mercado cada dos o tres barrios, para que alimentarse con calidad y buenos precios sea una opción viable para los habitantes del sector y sea posible aprovechar lo que podrían llegar a ofrecer estos equipamientos públicos incluyentes de gran calidad. Este cambio significa la posibilidad de crear espacios públicos versátiles dentro de la ciudad, con una nueva oferta de servicios, en los que la comunidad encuentre un lugar de congregación, un nodo cultural que complemente las funciones comerciales que se desarrollan paralelamente en función de los alimentos. Cambiar el esquema que existe desde la creación de Corabastos hace más de medio siglo no es fácil, pero en Bogotá se ve la necesidad urgente de hacerlo, pues se está llegando al punto en la que la seguridad alimenticia está en riesgo en algunas partes de la ciudad. Alimenta Bogotá y diversos estudios de mercado realizan diagnósticos

2 Matiz, “Diversos artículos, noticias, diagnósticos y planos”.

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deuniandes para determinar la viabilidad de proyectos de este tipo, pero infortunadamente continúan viendo el problema desde el punto de vista económico y desaprovechan esta oportunidad única para reorganizar el territorio y aportarle a la ciudad lugares de calidad que mitiguen el problema y generen oportunidades nuevas de integración y equidad social.

Hernández, Amado. “Un día en el CEDI más grande del país”. Revista de Logística, 12 de mayo de 2012, http:// www.revistadelogistica.com/n7_cedi.asp. Matiz, Ángela. “Diversos artículos, noticias, diagnósticos y planos”. Alimenta Bogotá, Instituto de Desarrollo Económico, 12 de mayo de 2012, http://www.alimentabogota.gov.co/.

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CaixaForum Barcelona: una intervención contemporánea en un edificio enigmático* Daniel Becerra Sinuco Estudiante de Arquitectura y Ciencia Política, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia  jd.becerra243@uniandes.edu.co

Los avatares de la historia dan a conocer edificios que han sobrevivido al paso del tiempo, cambiando de usos, alterando su estructura o, incluso, incorporando elementos contemporáneos. Tanto en su desarrollo técnico como en la incorporación de actividades o la interacción con su entorno, traen consigo enseñanzas sobre la arquitectura y dan a conocer una evolución que evidencia la superación de obstáculos. Barcelona, capital de Cataluña, alberga un edificio sin muchas suntuosidades, pero con una evolución que transmite un aprendizaje valioso. Se trata de CaixaForum, el centro cultural de la Fundación La Caixa, ubicado en la ladera de Montjuïc y establecido en una antigua fábrica textil. A través de un recorrido por las huellas de las intervenciones y las intenciones de sus autores, se comprenden los mensajes atemporales que la arquitectura transmite en silencio a través de este tipo de edificios.

La conquista de un nuevo territorio En 1907, la industria fundada por Casimir Casarramona, especializada en mantas y sábanas de algodón, compró una amplia zona en la ladera de la montaña de Montjuïc, en ese tiempo una zona inhóspita de Barcelona.1 Josep Puig i Cadafalch recibió el encargo de construir la nueva fábrica sin desconocer que su intervención generaría una posterior aparición de una urbanización. Con un terreno

*

Este texto fue escogido para publicación en esta revista entre los escritos producidos en el marco del viaje de estudio a España organizado por la Maestría en Arquitectura de la Universidad de los Andes en 2012. 1 Permanyer, “Casimir Casarramona Factory”.

de 6801 m2, enmarcado en un rectángulo de 83 m × 75 m, concibe su obra en una superficie total cubierta de 7589 m2 que incluye la planta baja, la primera planta, dos torres y un soterramiento.2 La fábrica está formada por pabellones comunicados entre sí por calles, las cuales funcionan como contrafuegos.3 Mientras las naves de los extremos oriental y occidental se destinaron para el tejido y el hilado, en el centro se erigieron tres módulos de funciones distintas: almacén, tienda y taller de reparación de maquinaria.4 “Es como una especie de ciudadela, con sus propias relaciones […] A pesar de tratarse de un edificio modernista, su organización es muy racional […]”, comenta Roberto Luna, uno de los futuros interventores.5 Casarramona le pidió a Puig i Cadafalch que levantara una fábrica segura e innovadora. Ello dio como resultado una de las instalaciones industriales más modernas de la Barcelona de su época y un modelo por seguir. Casarramona siempre veló por los intereses de su personal y el arquitecto pudo lograr esa fusión entre los elementos técnicos de construcción con el mismo uso de la fábrica incorporada a las necesidades de habitabilidad. En esta búsqueda de sanidad es de destacar que Casarramona fue una de las primeras fábricas de Barcelona que utilizó energía eléctrica6 y eliminó la figura de las chimeneas (fig. 1). 2 Fundació La Caixa, Restauració patrimoni industrial. 3 Fundació La Caixa, CaixaForum: “Un edifici-fàbrica artistich”. 4 Fundació La Caixa, Restauració patrimoni industrial. 5 Brufau, Rehabilitación del edificio Can, 4. 6 Fundació La Caixa, Restauració patrimoni industrial.

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Figura 1. Postal circulada en 1914 con la imagen de la fábrica Casarramona y de fondo la ciudad de Barcelona. Fuente: Museo de la Tarjeta Postal de Cataluña, Construcciones Modernas, Colección Jorge Venini, Barcelona

La fachada principal de la fábrica se orienta hacia Barcelona, y con ello se da respuesta a la ciudad. El eje de todo el conjunto de Puig i Cadafalch, a pesar de su aislamiento, intenta dialogar con elementos del entorno y los convierte en componentes determinantes. Por ejemplo, el proyecto sigue una dirección paralela a la Gran Vía de les Corts Catalanes y se ubica de tal manera que no interfiere en los trazados del Ensanche de Cerdá, anticipándose a la futura urbanización de su entorno. Dos torres de treinta metros —una torre del reloj y una torre de agua, ambas prolongadas por finas agujas— sobresalen en el paisaje, pronunciándose sobre Barcelona y marcando la conquista del hombre y la industria. La obra recibió el premio a la mejor obra arquitectónica de Barcelona en 1912, y le ganó a La Pedrera,

obra de Antonio Gaudí (Gausa, Cervelló and Pla 2002). Sin lugar a dudas, este es un reconocimiento a los esfuerzos del arquitecto por construir un edificio de carácter industrial sin descuidar la arquitectura como creadora de no solo espacios físicos sino habitables, útiles y armoniosos dentro de la conquista de un territorio nuevo.

La recuperación: un diálogo con la historia Pocos años después de su inauguración, la fábrica cae en quiebra y en 1919 debe cerrar sus puertas. Relegada dentro de la trama urbana a un segundo término tras la construcción de los edificios de la Exposición Universal de 1929, el edificio se convierte en almacén.7 Es increíble que en ese mismo momento de decadencia a pocos metros se estaba

7 Rovira, “Spazi Rinnovati: su e giù”.

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erigiendo el pabellón alemán de Mies van der Rohe. Antes de que la antigua fábrica fuera declarada Monumento Nacional, en 1976,8 por el edificio pasaron ocupantes como la Policía Armada y la Policía Nacional. En 1993, al recibir la antigua fábrica, La Caixa inicia “obras de refuerzo y consolidación estructural […] para evitar la degradación y frenar las patologías que la construcción presentaba”,9 para decidir posteriormente (1997) convertir la edificación en la nueva sede principal de las actividades lúdicas y culturales de la Fundación La Caixa, CaixaForum.

muro pantalla perimetral acompañado por unas grandes dobles vigas de hormigón armado y cientos de micropilotes sobre los que se posaban los viejos muros de cimentación del edificio original. Cuando se tiene la estructura y la fachada de la vieja fábrica sobre esas nuevas vigas, se inicia la construcción de los pilares que sostendrían la estructura. No hay ningún elemento del edificio histórico, exceptuando

El cambio de uso impone nuevos desafíos. Como centro cultural requiere salas de exposición, mediateca, auditorio, servicios de conservación, entre otros. La reconstrucción incorporaba aproximadamente 5000 m2 a los más de 7000 m2 ya existentes, para un total de 12 000 m2.10 Para ello, La Caixa encarga el proyecto museístico al arquitecto Roberto Luna y posteriormente incorpora al arquitecto japonés Arata Isozaki para proyectar el acceso. Roberto Brufau y Francisco Asarta se encargan de los aspectos constructivos y estructurales (figs. 2 y 3).11 Para iniciar se toma la organización del lugar como regente. Las naves de la antigua fábrica son aprovechadas como salas de exposiciones, pero, como comenta Roberto Luna:

Figura 2. Entrada a CaixaForum, desde donde se puede ver la nueva intervención del sótano y el edificio histórico de Puig i Cadafalch. Fotografía: Rovira, “Spazi Rinnovati: su e giù”

[…] de todos modos un centro cultural como CaixaForum debía acoger también otros tipo de servicios: un gran auditorio, una mediateca, salas de reunión, etc. […] La única manera de ampliar el espacio era construyendo una nueva planta subterránea, con todos los problemas de espacio que ello comporta […].12

Se debía vaciar el suelo sin destruir el patrimonio. Después de coser las grietas, engrosar las fachadas y reforzar los pilares, las vigas y las bóvedas catalanas de ladrillo plano, se inicia el complejo proceso de construcción del nuevo sótano. Se construye un

Figura 3. Cubiertas de la antigua fábrica Casarramona, reforzadas para permitir el tránsito de personas y utilización para las exposiciones. Fotografía: archivo personal

8 Fundació La Caixa, CaixaForum: “Un edifici-fàbrica artistich”. 9 Fundació La Caixa, Restauració patrimoni industrial, 4. 10 Brufau, Rehabilitación del edificio Can, 2. 11 Fundació La Caixa, CaixaForum: “Un edifici-fàbrica artistich”. 12 Brufau, Rehabilitación del edificio Can, 4.

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el viejo sótano donde está la mediateca, que llegue directamente al suelo tras la intervención. De esta manera, se crea un relleno arquitectónico para hacer que un edificio histórico se pose sobre este como si siempre hubiera estado allí. La obra contemporánea no estaría completa sin el acceso, creado por el arquitecto japonés Arata Isozaki, que lo convierte aún más en un edificio emblemático de la ciudad de Barcelona. La fachada principal había perdido su significado al quedar rezagada a la espalda de otros edificios y una nueva calle a uno de los costados del naciente CaixaForum tomó fuerza por su gran conectividad con todo el desarrollo de la montaña. De ahí que Isozaki plantee en ese lugar el nuevo acceso y vestíbulo del centro cultural. El arquitecto, en esta intervención, toma decisiones importantes para considerar en ese diálogo entre pasado y presente. En primer lugar, Isozaki no interrumpe ninguna parte de la fachada de la fábrica original. Segundo, el arquitecto invita a iniciar un recorrido al subsuelo y con ello al vestíbulo, que más allá de ser un sótano es un patio iluminado y ventilado. El mismo material de los muros y pisos del exterior, piedra calcárea, continua al interior del edificio. Finalmente, Isozaki resuelve que su intervención dialogue con uno de sus más próximos: el pabellón alemán de Mies van der Rohe: “Mientras observaba el estilo discreto de la construcción de Mies van der Rohe pensé que la mejor manera de trabajar tenia que ser aún más discreta. ¿Cómo lo conseguiría? Podía invertir la forma del Pabellón de Mies y enterrarla […]”.13 Dentro de su intervención se proyectan los únicos dos elementos que sobresalen en la superficie: dos arboles de acero de techo acristalado que configuran un umbral o portal de acceso que busca mantener una relación con la naturaleza de Montjuïc, así como los árboles existentes sobre las calles adyacentes.14 Con ellos, el arquitecto jugó con un elemento simbólico que invita al interior del patio. Con esta última parte de la transformación arquitectónica se termina la obra en CaixaForum para poder abrir sus puertas en el 2002 (fig. 4).

Figura 4. Los dos árboles de acero que configuran el umbral de entrada a CaixaForum. Fotografía: archivo personal

Aprendizaje de la historia Sin lugar a dudas, el edificio CaixaForum deja importantes enseñanzas y aportes a la labor del arquitecto, especialmente desde la perspectiva de un estudiante. La recuperación de un edificio de importancia, por su concepción innovadora en su momento y su simbología, plantea desafíos para la arquitectura que no son obstáculos sino oportunidades de aprovechamiento para hacer crecer la disciplina. Este edificio demuestra un despliegue de desarrollo de la técnica, desde la implantación de la fábrica Casarramona, que busca la habitabilidad de los trabajadores, la funcionalidad de la industria y la prevención de incendio hasta la preservación del edificio histórico, el vaciado de terreno para llenarlo de arquitectura y la búsqueda de la incorporación de nuevos usos. Así mismo, este edificio da una valiosa lección sobre el diálogo entre el pasado y el presente. Normalmente, la contraposición de dos elementos de distinto tiempo ha llegado a generar diferencias que no les permite interactuar entre sí, pero lo que demuestra la intervención contemporánea en el CaixaForum es que esos límites se pueden disolver. Encontrar que un edificio no se fragmenta, a pesar de que sus elementos son creados en diferente época, es un claro ejemplo de la armonía dentro de la arquitectura que busca mostrar el pasar del tiempo como algo fluido.

13 Ibíd., 5. 14 “Access for Caixa Forum”.

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Como operación dentro de una ciudad y un contexto puntual como Montjuïc, el edificio también da una lección sobre la búsqueda de tejer ciudad. La operación de Arata Isozaki, que busca incorporar el edificio a un tejido, es el ejemplo de esa intencionalidad, así como al regresar a la construcción original de Puig i Cadafalch se entiende que el edificio quiso dialogar con la ciudad, al basarse en concepciones que dividen un futuro desarrollo. Esto recuerda la importancia de trabajar en escalas diversas que incorporen el proyecto a sí mismo, sus vecinos y la ciudad, aportando a la trama urbana. Finalmente, CaixaForum, en los ojos del arquitecto, reafirma la misión y el compromiso de los arquitectos hacia encarar desafíos y retos que comprendan el tiempo y el espacio para que lo imposible cada vez sea más posible.

De Solà-Morales, Manuel. Diez lecciones sobre Barcelona. Barcelona: Coleggi d’Architectes de Cataluya, 2008. Fonollà, Francesc. “Espais per a Tothom”. Información y Debate (abril 2005): 50-51. Fundació La Caixa. CaixaForum: “Un edifici-fàbrica artistich”. Barcelona, 2002. Fundació La Caixa. Restauració patrimoni industrial: antiga fàbrica Casaramona [CaixaForum]. 1911-2001. Barcelona, 2001. Gausa, Manuel; Cervelló, Marta y Pla, Maurici. “Fábrica de Hilados Casarramona”. En Barcelona: guía de arquitectura moderna 1860-2002. D4. Barcelona: Actar, 2002. Martín, Ángel, entrevista de Grupo de Viaje de Estudio. Conferencia sobre el desarrollo de Montjüic (20 de junio de 2012). Oshima, Ken Tadashi. Arata Isozaki. Phaidon, 2009.

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deuniandes La caída de la piedra en el desierto Daniel Ronderos Estudiante de la Maestría en Arquitectura y asistente de proyectos Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia  d-ronder@uniandes.edu.co Texto producto del viaje de estudio a España organizado por la Maestría en Arquitectura de la Universidad de los Andes, en julio de 2012.

Nadie lo ha visto pero en medio del desierto ha caído una piedra gigantesca. Sus aristas son rectas y definen seis planos rugosos, donde solo tres reciben la luz del sol, y el resto se oculta bajo la sombra. La piedra es blanca y está firmemente apoyada sobre el suelo. Es una escena silenciosa, plácida e impertérrita. De repente, un hombre se acerca al monolito, se recuesta contra una de las caras que proporciona sombra para descansar. Conforme pasa el tiempo, el hombre que busca el aire frío que proporciona la penumbra empieza a dar vueltas alrededor de la gigantesca roca. Al ver esto, otros hombres sin propósito o destino que deambulaban por el desierto se acercan para encontrar sosiego al calor que propone el cielo y la arena. Con el pasar de los días, los hombres que dan vueltas persiguiendo la sombra que proporciona la piedra dibujan círculos sobre el suelo. Esto continua hasta que uno de ellos propone perforar una de las caras para evitar caminar continuamente. Pronto, las perforaciones se convierten en cuevas donde los hombres permanecen; las cuevas se prolongan, se transforman en túneles que atraviesan la masa; los túneles se cruzan y forman pasadizos intercomunicados, y en cada uno de los cruces que forman los pasadizos se encuentran los hombres que viven en las cuevas, se

saludan y siguen su camino. En ese momento, dentro de la piedra que cayó del cielo en medio del desierto, hubo permeabilidad, simultaneidad y respeto.1 Y es que, al estar dichas tres condiciones presentes, existe una distinción en la cual en la “materialidad concreta, en sus sensaciones físicas y en sus sugerencias, está el origen y la forma de cualquier urbanidad”,2 porque es la evidencia de que la arquitectura es la consecuencia que se tiene cuando se construye ciudad y, por consiguiente, la arquitectura debe servir a la construcción de ciudad.3 Para demostrar esto, L’illa Diagonal, en Barcelona. Un edificio que, a pesar de ser un centro comercial, logra integrarse al tejido urbano sin generar ningún tipo de barrera física o perceptual. El proyecto se vincula a su contexto mediante la prolongación de los ejes viales y peatonales del sector. Los extiende de tal manera que se convierten en los trazos rectores que disponen la volumetría en primer piso, generan recorridos y proponen diversidad de usos y temporalidades (entendiendo que el edificio no se cierra completamente en las noches) que no solo son beneficiosos para la arquitectura de la edificación, sino también para la permeabilidad de la fibra urbana. De esta manera se constituye un esbozo de la noción que dicta que: 1 Sesión magistral sobre L’illla, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB). 2 Manuel Solá-Morales, “De cosas urbanas”, citado en Isabel Arteaga Arredondo. Construir ciudad en territorios urbanizados: transformaciones en la primera periferia (Bogotá: inédito, 2010). 3 Francesc Peremiquel, Recorrido frente marítimo, junio de 2012.

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Las buenas ciudades tienen urbanidad y las actuaciones urbanas deben alcanzar valores como la temporalidad, la simultaneidad y la diversidad. Estos valores, traducidos a los entornos físicos representan dimensiones de dominio: la disolución y la superposición de lo público y lo privado, de carácter: las referencias superpuestas de un lugar; de dinámica: la intensidad y valor de uso de un lugar, la utilización real de los usuarios.4

Ya que, al igual que la roca, que fue horadada por los hombres que quisieron dejar de caminar a su alrededor, la arquitectura solo tiene sentido si responde a las circunstancias de su entorno, a las necesidades de sus habitantes y al reconocimiento a las huellas que precedieron su existencia, porque, de otra forma, bien podría ser una gigantesca piedra que nadie vio caer en la mitad de un desierto.

Figura 1. Manuel Solá-Morales. Planta de ordenación a nivel de la Diagonal (Barcelona, 1986). Fuente: Ayuntamiento de Barcelona, 1992, 138

4 Extraído de Isabel Arteaga Arredondo, Construir ciudad en territorios urbanizados.

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deuniandes Cerdà y la Barcelona del futuro: realidad vs. proyecto Reseña de la exposición realizada del 5 al 20 de septiembre de 2012 en la Universidad de los Andes

María Cecilia O’Byrne Universidad de los Andes, Colombia, Bogotá, Colombia  mobyrne@uniandes.edu.co Arquitecta, Universidad de los Andes. Magíster en Historia: Arte, Arquitectura y Ciudad, y doctora en Proyectos Arquitectónicos, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España. Profesora asociada, Departamento de Arquitectura, Universidad de los Andes

Créditos: Exposición organizada por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y producida por el Ayuntamiento de Barcelona con la colaboración de la Fundación Caixa Sabadell. Sus comisarios son Joan Busquets y Miquel Corominas. Los coordinadores para el montaje en Bogotá fueron Camilo Salazar Ferro, Tatiana Urrea Uyabán y Manuel Felipe Woodcock, del Laboratorio Bogotá (LabBog), del Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes.

La Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes presentó entre el 5 y el 20 de septiembre del 2012 la versión itinerante de la exposición Cerdà y la Barcelona del futuro: realidad vs. proyecto, en sala de exposiciones Julio Mario Santo Domingo de la Universidad de los Andes. Originalmente, esta se presentó en Barcelona, en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB), en el 2009, con motivo de la celebración del Año Cerdà, por los 150 años del proyecto de ensanche de Cerdá para Barcelona. La muestra busca resaltar la riqueza urbanística del Proyecto Cerdà, mostrando cómo ha sido capaz de transformarse a lo largo de 150 años y haciendo una apuesta por el entendimiento de la realidad actual y futura de la ciudad de Barcelona desde la perspectiva del ensanche. Es bien conocido que el ingeniero Ildefons Cerdà es llamado por el gobierno de España a realizar una propuesta de reforma y ensanche de la ciudad de Barcelona hacia 1860. Su propuesta fue elemental y compleja a la vez, a partir de una idea fuerte y racional: proponer sobre la gran superficie que estaba

libre entre la ciudad de Barcelona y un grupo de barrios que se desarrollaron alrededor de lo que se consideraba una zona militar estratégica, una cuadrícula continua de manzanas de 113,3 metros desde el río Besós hasta Montjuic, con calles de 20, 30 y 60 metros con una altura máxima de construcción de 16 metros. Estas manzanas tenían una característica especial, respecto a cualquier trama en retícula o damero que se hubiera propuesto hasta entonces en el mundo: las esquinas estaban cortadas a 45 grados y formaban lo que se ha dado a conocer como un chaflán. La suma de cuatro chaflanes hace que cada esquina del ensanche tenga la estructura espacial de una plaza. Frente a la manera en que hasta entonces se había pensado la ciudad y con la experiencia casi en paralelo de barón Haussmann en París, se definen entre los dos proyectos los dos modelos básicos sobre los cuales se funda, en el siglo XIX, lo que hoy se da a conocer como urbanismo. La muestra no pretende ser únicamente una apología al proyecto original de Cerdà, del cual básicamente quedó la estructura vial general. Todo el

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proceso de construcción del ensanche ha sido de gran complejidad, y aunque algunos claman por una mirada nostálgica frente a lo que habría podido ser Barcelona de seguirse al pie de la letra todas las ideas propuestas en el plan, sin duda, los comisarios de la exposición optaron por evidenciar la flexibilidad del proyecto que ha resistido durante 150 años todo tipo de intervenciones —desde las más reconocidas, como las realizadas a principios del siglo XX por Gaudí, hasta las más especulativas, por los mercados inmobiliarios de cada tiempo—, que han dado como resultado una ciudad, como pocas en el mundo, rica en matices, variedad y calidad de lo público. Sin duda, como lo expresa la exposición, la fama de Barcelona va de la mano del plan Cerdà. Barcelona es el ensanche y el ensanche es Barcelona. Tal y como dicen sus comisarios: “Cerdà y la Barcelona del futuro propone una inmersión dentro de la realidad actual con el fin de descubrir e interpretar unas determinadas formas de organización urbana que han producido una ciudad compacta y confortable, con una forma de urbanidad muy apreciada”. Así mismo, en el panel de presentación de la versión itinerante traída a Bogotá se establecía que “Los grandes proyectos urbanísticos necesitan tiempo para lograr su demostración práctica. El ensanche

se ha ido construyendo desde hace más de 150 años y ha producido una ciudad compleja y rica en matices, con una cultura sustentada en la forma y el contenido de la ciudad”. Para esto se utilizó material de diferente índole, como los planos originales del proyecto de Cerdà, como levantamientos de cómo se ha desarrollado la vida subterránea del ensanche, los patios interiores de muchas manzanas que hasta ahora eran desconocidos, las manzanas más pobladas y las que presentan mayor actividad económica. Esto, acompañado de audiovisuales, estadísticas y de ejemplos de otras ciudades en el mundo que desarrollaron modelos urbanísticos similares, hace de esta exposición itinerante un excelente ejemplo didáctico que permite a muchos conocer de cerca un modelo que no solo continúa siendo vigente sino, y sobre todo, que dificilmente ha sido superado. Entender el modelo Cerdà es un reto tanto para los barceloneses que planean el futuro de su ciudad como para todos aquellos estudiosos de la ciudad que intentan rescatar y utilizar el modelo en sus propuestas actuales. Barcelona fue, es y seguirá siendo un referente para todos aquellos interesados en entender la manera como ciudad y arquitectura forman una unidad indisoluble.

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Indicaciones para autores dearq considera para publicación trabajos originales e inéditos. Su estructura editorial se divide en cuatro secciones: • • • •

Sección temática (según convocatoria vigente). Dossier de investigación (tema libre, recepción permanente). Reseñas bibliográficas (tema libre, recepción permanente). deuniandes (convocatoria interna Universidad de los Andes).

Proceso editorial En el momento de someter un artículo, se le pedirá al autor diligenciar un formato con información personal y académica, además de declarar que el artículo es un texto original que no se ha publicado en otros medios ni está en proceso de revisión en otras revistas. Después de una revisión para verificar el cumplimiento de las normas de publicación, se le confirmará al autor que el artículo entró a la fase de evaluación.

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Dentro de la estructura editorial mencionada, se aceptan las siguientes tiopologías de artículos:

Todo artículo que entre a la fase de evaluación, con excepción de las tipologías 5 y 6, será enviado a, mínimo, un árbitro anónimo externo a la Universidad de los Andes, quien recomendará sobre la aceptación del artículo y los eventuales cambios que se le deben hacer. Posteriormente, será enviado a un miembro del Comité Editorial de la revista, quien dará su concepto sobre la pertinencia de la publicación del artículo. Con base en los conceptos del árbitro y del Comité Editorial, el director de la revista decidirá, en conjunto con el editor y los eventuales editores invitados, sobre su aceptación. El autor será notificado sobre esta decisión. Las siguientes son las posibles determinaciones:

1. Artículo de investigación. Documento que presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación. La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones. Extensión máxima: 4000 palabras. 2. Artículo de reflexión. Documento que presenta resultados de investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales. Extensión máxima: 4000 palabras. 3. Artículo de revisión. Documento resultado de una investigación terminada donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en ciencia o tecnología, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de, por lo menos, cincuenta referencias. Extensión máxima: 4000 palabras. 4. Análisis de proyecto*. Artículo en el que se describe, analiza o interpreta —desde una posición independiente— y crítica una obra específica —arquitectónica, urbanística o de disciplinas afines—. El objeto del análisis puede o no estar construido/ejecutado. El texto se apoya en material gráfico de alta calidad. Extensión máxima: 4000 palabras. 5. Opinión, crítica o entrevista*. Se caracteriza por presentar la postura del(los) autor(es) o entrevistado(s) frente a un tema relevante para la publicación, sustentando esta postura con argumentos sólidos y apoyándose en bibliografía pertinente. Extensión máxima: 4000 palabras. 6. Reseña bibliográfica. Documento en el que se reseña de manera crítica uno o varios libros de temática similar. En una extensión no mayor a 700 palabras, se debe presentar el tema general sobre el cual trata el libro, y luego desarrollar el texto de manera argumentativa a partir de las ideas contenidas en el documento reseñado. Para finalizar, quien hace la reseña puede concluir y aportar una idea nueva, con una reflexión personal o asociación que establezca entre el tema tratado en el libro reseñado y otra publicación o concepto académico pertinente. * Estas tipologías de artículos únicamente se pueden presentar para la sección temática de la revista (según la convocatoria vigente).

1. 2.

3.

4.

El artículo es aceptado sin condiciones. El artículo es aceptado con la condición de que se realicen ligeras modificaciones según las sugerencias del par académico y del Comité Editorial. El artículo necesita de importantes modificaciones; se invita al autor a realizarlas según las sugerencias del par académico y del Comité Editorial. Cuando se hayan realizado las modificaciones, el documento será evaluado de nuevo. El artículo no es aceptado.

Con esta notificación, se le enviará al autor también el informe del árbitro con comentarios específicos sobre el artículo. Las contribuciones de los tipos 5 y 6 serán leídos por el Comité Editorial únicamente, y sus autores recibirán una notificación de aceptación o rechazo. Todas las decisiones son tomadas autónomamente por el director con base en los informes presentados por los evaluadores y el Comité Editorial. La revista no asume el compromiso de mantener correspondencia con los autores sobre las decisiones adoptadas.

Autorización Una vez aceptado, el artículo pasará por una corrección de estilo. Para la publicación, será necesario que los autores verifiquen y autoricen la maquetación final del artículo. Para esto, se les enviará un archivo en PDF de este. Una vez aprobada la maquetación final del artículo, el autor tendrá que firmar un documento en el que autoriza a la Universidad de los Andes a distribuir y comercializar el artículo en medios impresos y digitales, mientras la propiedad intelectual quedará en manos del autor.


Normas de publicación

Referencias bibliográficas

El material debe redactarse según las siguientes indicaciones. El que no cumpla con estas condiciones será devuelto al autor y no podrá participar en el proceso de evaluación.

Las referencias bibliográficas deben seguir el Manual de estilo de Chicago. En el texto, se debe usar referencias en nota al pie, usando la forma corta de citación. Ejemplos:

Los artículos se deben presentar en documento Word sin formatear, en fuente Times New Roman, 12 puntos e interlineado doble, con márgenes superior, inferior, izquierdo y derecho de 2,5 cm. El documento se debe estructurar de la siguiente manera:

Libro: Martí Aris, Variaciones de la identidad, 67.

1. Título. Toda aclaración con respecto al trabajo se consignará en la primera página, en nota al pie, mediante un asterisco remitido desde el título del trabajo. 2. Nombre del(los) autor(es). dearq maneja un máximo de seis autores. El orden de los autores debe ser definido por todos ellos en conjunto previo al envío del material; la revista dearq seguirá el orden dado en el documento sometido. 3. Resumen analítico del artículo de máximo 100 palabras, que describa el contenido del artículo incluyendo sus conclusiones. 4. Entre tres y siete palabras clave. 5. Texto del artículo. Se debe indicar el lugar de inserción del material gráfico y sus respectivos pies de figura. 6. Bibliografía, que consiste en la información bibliográfica completa de los títulos referenciados en el texto.

Artículo en revista Sanín Santamaría, “Configuraciones del hábitat informal”, 112.

La extensión total del documento, incluidos la bibliografía y los pies de figura, no debe exceder las 4000 palabras.

Tablas y figuras Las tablas deben ir incluidas en el texto, de tal manera que la información sea editable en el proceso de diagramación. Deberán tener un título, precedido por la palabra Tabla y el número consecutivo que le corresponda. Debajo de la tabla se debe indicar la fuente de la información presentada. Las figuras deberán tener una resolución mínima de 300 dpi en formato de 9 × 13 cm. El número máximo de figuras será 20, de las cuales se publicará una selección. En el caso de los análisis de proyectos, se debe enviar una fotografía de formato vertical de muy alta calidad gráfica de tamaño mínimo 18 × 24 cm. Todas las figuras deberán tener una descripción incluida en el texto del artículo, precedida por la palabra Figura y el número consecutivo que le corresponda. En este pie de figura se debe indicar la fuente o autoría de la imagen. Deberán enviarse por separado en formato .jpg o .tiff, y ser los nombres de los archivos FIG1, FIG2, etcétera. Los gráficos y los mapas se deberán presentar realizados para su reproducción directa.

Capítulo en libro: Montoya Arango, “El gobierno del sol”, 196.

Al final del texto se debe incluir una bibliografía que reúna la información bibliográfica completa de las fuentes referenciadas en el texto. Ejemplos: Libro: Martí Aris, Carlos. Las variaciones de la identidad: ensayos sobre el tipo en arquitectura. Barcelona: Serbal, 1993. Capítulo en libro: Montoya Arango, Nathalie. “El gobierno del sol: naturaleza y programa en el hospital moderno”. En: Arquitectura moderna en Medellín 1947-1970, Eds. Cristina Vélez Ortiz et ál., 193-99. Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2010. Artículo en revista: Sanín Santamaría, Juan Diego. “Configuraciones del hábitat informal en el sector El Morro del barrio Moravia”. Bitácora Urbano Territorial 2, no. 15 (2009): 109-26.

Envío del material El material a enviar consiste en: •

El documento que contiene el artículo.

El paquete de imágenes en formato .zip.

Certificación de originalidad y no presentación simultánea (descargar formato de http://dearq.uniandes.edu.co/documentos).

Autorizaciones de uso de imágenes, en caso de que los derechos sean propiedad de terceros (descargar formato de http://dearq.uniandes.edu.co/documentos).

El documento y los archivos de material gráfico deberán enviarse a través de http://dearq.uniandes.edu.co/someter-articulo. Para la correspondencia con el equipo editorial de la revista servirá la siguiente dirección únicamente:

dearq@uniandes.edu.co

http://dearq.uniandes.edu.co


Author guidelines dearq will take into consideration papers that are both original and previously unpublished. The editorial requirements are divided into four sections: • • • •

Theme section (current call for papers). Research dossier (research-based work, permanent call for papers). Book reviews (permanent call for papers). deuniandes (for Universidad de los Andes students and teaching staff only).

Papers that will be considered for publication: 1. Research paper. Text (no longer than 4000 words) must include detailed, original results from a completed research project. The structure should generally follow the standard format: introduction, method, results and conclusion. 2. Discussion paper. An article (no longer than 4000 words) that analytically presents the results of a piece of completed research. It should be written in an interpretive or critical style about a specific topic, using original sources. 3. Review paper. A paper (no longer than 4000 words) based on both published and unpublished research, with the aim of reporting advances and development trends within a field. The paper should present a judicious bibliographical review of no less than fifty sources. 4. Project analysis*. This paper should detail, analyse and/or independently elucidate and critique a specific work, relating to architecture, town-planning, or a relating subject. Whatever is being analysed does not have to necessarily already be built. The text should be accompanied by graphics of the highest quality. Paper no longer than 4000 words. 5. Opinion, critique or interview*. This should detail an opinion on a subject that is pertinent to the journal. The opinion should be supported with conclusive arguments and be based on a conclusive bibliography. 6. Book review. This document should be a critical review of either one or several books written on a similar subject, no longer than 700 words. It should include the book’s main theme, and should present an argumentative stance relating to the work. The paper should conclude with either a new thought on the subject, with a personal opinion, or a relationship that the book has with another publication or relevant academic concept. * Types 4 and 5 are acceptable for the theme section only.

The editorial process On submitting an article for publishing, we ask that the author complete a form, which includes information about personal details, academic qualifications, and the originality of the material. The work must be the author’s own, and previously unpublished. When the paper has been reviewed, to check that it complies with the rules of publication, the author will be informed regarding its evaluation.

Peer reviews Every article that is submitted for evaluation, with the exception of types 5 and 6, will be reviewed by at least one anonymous referee. This referee will advise as to whether the paper should be considered for publication, and also any changes that they consider should be made. After this process has been completed the paper will be sent to a member of the journal’s editorial board who will advise as to the suitableness of the paper for publication. Based on the recommendations of the judge and the editorial board, the director of the journal, as well as the editor and the guest editors, will make the final decision as to whether the article will be published. The author will be duly notified of one of the following decisions: 1.

The article is accepted without any changes required.

2. The article is accepted under the condition that slight changes are made based on suggestions from the peer reviewers and editorial committee. 3. The article needs substantial modification. The author is invited to redraft the article, taking into account the suggestions made by the peer reviewers and editorial committee. The improved document will be reviewed again, following the same procedure. 4.

The article is not to be accepted.

As well as the relevant notification, the author will also receive the referee’s report containing pertinent comments. Contributions of types 5 and 6 will be reviewed solely by the editorial board. The author will receive a letter of acceptance or rejection. All decisions are made autonomously by the journal’s director, based on the judgements of the editorial committee and the peer reviewers. Dearq will not be under any obligation to divulge any further information to the authors regarding the aforementioned decisions.

Authorization of the publication If accepted, the article will be subject to editing. Before being published, the article will be sent to the author in PDF format. It is mandatory that this final edited layout is authorized for publication. Once approving the final layout the author will sign a document that authorizes Universidad de los Andes to market and distribute the article both electronically and in print. The article however, will remain the intellectual property of the author.

Manuscript preparation guidelines Articles must be sent in Word, without having been formatted, in Times New Roman font size 12, with double line spacing and margin sizes: 2.5 × 2.5 × 2.5 × 2.5 cm. The following must be included: 1. Title, with a footnote on the first page, explaining the work undertaken.


2.

Author(s’) name(s). For each article, dearq accepts a maximum of six authors. The order of author must be established before submitting the paper for publication. Dearq will name the authors in accordance with the order submitted.

Books: Ochsendorf, Guastavino Vaulting, 127.

3. An analytical abstract of the article (no longer than 100 words) describing its content and including conclusions.

Journals: Lending, “Negotiating Absence”, 569.

4.

Three to seven keywords.

5. The article itself. Text should include captions and indications of where they are to be inserted. 6. Bibliography. Complete bibliographical information of the referenced sources. The document, including bibliography and captions should not exceed 4000 words.

Tables and figures Tables should be included in the text in such a manner that allows data editing during the layout process. They should be titled (preceded by the word Table) and must be numbered consecutively. Below each table the source(s) of data used should be included. Figures should have a minimum resolution of 300 dpi and a minimum size of 9 × 13 cm. The maximum number of photographs for submission is 20, of which a selection will be chosen for publication. In the case of project analysis, a high-resolution portrait photograph (minimum size 18 × 24 cm) must be submitted. Figures must have a caption, (included in the text and preceded by the word Figure), and be consecutively numbered. Captions should include the source or authorship of the image. Figures need to be sent separately in either .jpg or .tiff format, labeled FIG1, FIG2 etc. Any graphic material and maps should be submitted ready to be directly replicated.

Bibliographical references Bibliographical references must be in accordance with The Chicago Manual of Style. Footnotes should be used and citations should follow the shortened form. Examples:

Chapters in books: Casciato, “Documenting Modern Architecture”, 9.

At the end of the text a bibliography should be included that summarizes all the bibliographical information that is referenced. Examples: Books Ochsendorf, John. Guastavino Vaulting: The Art of Structural Tile. New York: Princeton Architectural Press, 2010. Chapters in books: Casciato, Maristella. “Documenting Modern Architecture”. In The Modern Movement in Architecture. Selections from the DOCOMOMO Registers, edited by Dennis Sharp and Catherine Cook, 8-9. Rotterdam: 010 Publishers, 2000. Journals: Lending, Mari. “Negotiating Absence: Bernard Tschumi’s New Acropolis Museum in Athens.” The Journal of Architecture 14, no. 5 (2009): 567-89.

Submitting material The material to be sent should consist of: •

The document containing the article.

A folder that contains the images.

Certification of originality and exclusivity (please download the relevant form from http://dearq.uniandes.edu.co/ documentos).

The right to use images, if the images are property of third parties, (please download form from http://dearq.uniandes.edu.co/documentos).

Please send all material in a compressed folder (.zip file) to dearq@uniandes.edu.co. To contact the editorial team, please use the following email address:

dearq@uniandes.edu.co

http://dearq.uniandes.edu.co


dearq 12: Urbanismo moderno en América Latina En circulación julio de 2013

Convocatoria dearq 13: Universidad y territorio • •

Foro académico y exposición: Universidad de los Andes, Colombia, 28 a 31 de octubre de 2013. Edición temática de DEARQ. Revista de Arquitectura / Journal of Architecture, número 13, diciembre de 2013.

Fecha límite para enviar resúmenes y proyectos: 15 de febrero de 2013. DEARQ. Revista de Arquitectura / Journal of Architecture y el Observatorio Comparativo de Aspectos Físicos, Ambientales y Socioculturales de Universidades y Territorio, de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes, abren convocatoria para la postulación de ponencias y proyectos alrededor del tema universidades y territorio. La reflexión que se propone gira en torno a las interacciones entre los campus universitarios y el ambiente físico y humano que los acogió, y como estas interacciones se han desarrollado en el tiempo. En esta relación entre universidad y territorios es posible identificar determinantes arquitectónicas, urbanas, ambientales, históricas, sociales o culturales. Esta perspectiva hace evidente que la cuestión es comprender los límites entre universidad y territorio como sistema habitable. Este sistema se manifiesta como un campo útil para generar modelos de actuación con las comunidades y en los territorios usando como cimiento la investigación y la experimentación académica. La realidad documentada sobre el tema concluye que es fundamental que los estudiantes y los profesores salgan y aprendan de la calle y que las comunidades aprendan, a su vez, de los campus universitarios. Entre los posibles tipos de trabajos se encuentran ponencias que: •

• • •

Construyan marcos conceptuales o reflexiones sobre campus universitarios, en aspectos físicos, sociales o medioambientales. Reúnan, organicen y valoren información o que identifiquen y enuncien indicadores necesarios para el diagnóstico de los campus y su entorno. Presenten diagnósticos del desempeño e impacto de campus universitarios y sus comunidades. Estudien y documenten el desarrollo espacial, social e histórico de los campus y sus contextos. Analicen proyectos arquitectónicos, espaciales o urbanos en contextos universitarios a la luz de las relaciones entre campus y territorio.

Adicionalmente, se invita a arquitectos y gestores de proyectos arquitectónicos, espaciales o urbanos en contextos universitarios a postularlos. De ser seleccionados, harán parte de una exposición y serán publicados en DEARQ 13.

Información que se debe presentar Ponencias: un resumen de máximo 500 palabras. Proyectos: archivo en PDF con planimetría, fotografías exteriores e interiores y memoria descriptiva (máximo 300 palabras). Máximo 5 MB. El material debe ser enviado a dearq@uniandes.edu.co

Proceso de selección de ponencias y proyectos Ponencias: 1.

15 de febrero de 2013: fecha límite envío resúmenes. Los resúmenes recibidos serán evaluados por un comité integrado por representantes de DEARQ y del Observatorio.

2.

1 de marzo de 2013: notificación de aceptación preliminar a los autores.

3.

1 de mayo de 2013: fecha límite envío de artículo completo para publicación en DEARQ 13. El texto será sometido a una evaluación por pares de la cual depende su aceptación definitiva.

Proyectos: 1.

15 de febrero de 2013: fecha límite envío documentación básica del proyecto.

2.

1 de marzo de 2013: notificación de aceptación y envío instrucciones de entrega material completo.

3.

1 de mayo de 2013: fecha límite envío del material completo según instrucciones. Los proyectos seleccionados harán parte de la exposición que se realizará durante el Foro Académico, y serán publicados en DEARQ 13.

Convocatoria permanente dossier de investigación y reseñas bibliográficas Aparte de las convocatorias temáticas como la presente, DEARQ recibe permanentemente artículos producto de investigación en arquitectura y áreas afines, sin restricción temática alguna. De aprobarse, estos artículos son publicados en el “Dossier de investigación”. Asimismo, recibe reseñas de libros, exposiciones y eventos académicos.


dearq 12: Modernist urbanism in Latin America In circulation july 2013

Call for Papers dearq 13: Universities and their surroundings • •

Academic forum and exhibition: Universidad de los Andes, Colombia 28th – 31st October 2013. DEARQ Revista de Arquitectura / Journal of Architecture, themed issue, edition number 13, December 2013.

15th February 2013: deadline for the submission of summaries and projects. DEARQ. Revista de Arquitectura / Journal of Architecture and the Comparative Observatory of the Physical, Environmental, and Sociocultural for Universities and their Surroundings, part of the Faculty of Architecture and Design, Universidad de los Andes, are opening a call for papers for the proposal of articles and projects centred around the topic, universities and their surroundings. The topic to be considered is centred around the interactions between university campuses, the physical and human environment surrounding them, and how these interactions have developed over time. When observing this relationship between the university and their surroundings it should be possible to identify the following determinants: architectural, urban, environmental, historical, social, and cultural. It is of key importance to understand the limits between the university and their surroundings as inhabitable systems. This system is a useful field to generate models within the communities and in the surrounding land, being a foundation for research and academic experimentation. The reality that has been documented on the topic concludes that it is fundamental that students and teachers go learn from the streets and that, in turn, communities learn from university campuses. The kind of work that could be undertaken includes the following: •

• •

The construction of conceptual frameworks of reflections about university campuses, in terms of the physical, social, or environmental. The gathering, organisation, and assessing of information or identification and statement of the indicators necessary to analyse the campus and its surroundings. The presentation of diagnostics regarding the performance and impact that the university campus and its communities have. The studying and documentation of the campus and its surroundings’ spatial, social, and historical development. Analysis of architectural, spatial, or urban projects in a

university context in light of the relationship between the campus and its surroundings. Moreover, architects and architectural project managers (either spatial or urban and within a university context) are invited to nominate work. If selected the entries will form part of an exhibition and also be published in DEARQ 13.

Guidelines for submission Proposal: a summary of maximum 500 words. Projects: PDF file (maximum of 5 MB) including planimetry, photographs of both the interior and exterior, and project narrative (maximum of 300 words). All information should be sent to dearq@uniandes.edu.co

Selection process for proposals and projects Proposals: 1.

15th February 2013: deadline for submission of summaries. The summaries received will be evaluated by a committee formed of representatives from DEARQ and the Observatory.

2.

1st March 2013: author notification of preliminary acceptance.

3.

1st May 2013: deadline for submission of final article for publication in DEARQ 13. The text will be subject to peer review, which will determine its final acceptance.

Projects: 1.

15th February 2013: deadline for the submission of the essential project documentation.

2.

1st March 2013: acceptance notification and instructions regarding the submission of the final project to be sent.

3.

1st May 2013: deadline for the submission of the completed project as per the instructions. The selected projects will be part of the exhibition that will take place during the Academic Forum, and will also be published in DEARQ 13.

Permanent call for papers: research dossier and bibliographic review Apart from themed call for papers such as this one, DEARQ also permanently receives articles that result form architectural and related research on any topic. If approved these articles will be published in the “Research dossier”. The journal also receives reviews of books, exhibitions, and academic events.


http://dearq.uniandes.edu.co Para leer ediciones anteriores de dearq, consultar las instrucciones para los autores o inscribirse como un รกrbitro: visite nuestra pรกgina web. In order to read previous editions of dearq, find instructions for authors or to register as a referee: visit our web page.


MATERIALIZAR LA ARQUITECTURA

El diagrama en la arquitectura / Stan van der Maas Los materiales como medio para estimular procesos de creación / Camilo Ayala, Amparo Quijano, Claudia Marcela Ruge

Devenir histórico de la materialidad de los objetos y sus efectos en la dimensión estética / Augusto Solórzano

Las relaciones compositivas entre cine y arquitectura / Luis Villarreal Ugarte Cuestión de forma: una reflexión sobre el medio como lenguaje / María Clara Salive Puyana

Proyectos Txatarra: vivienda transitoria con buses de transporte público / Javier Ricardo Mejía Sarmiento, Juan Pablo Arenas Vargas, Pedro Juan Jaramillo Carling

Spacefighter: el medio como inspiración / Camilo Pinilla

Reflexión sobre el intermedio entre danza y diseño / Catalina Quijano Silva Medio metal: instrumento de innovación para el diseño / Samira Kadamani Abiyomaa, Freddy Zapata Vanegas

Dossier de investigación La persistencia del surrealismo en la arquitectura religiosa española del siglo XX / Esteban Fernández Cobián, Eduardo Delgado Orusco

Análisis de la sentencia de la Corte Constitucional (C-871-10) sobre los derechos de autor de la obra de arquitectura construida, los proyectos arquitectónicos y los planos / Wilson Rafael Ríos Ruiz

deuniandes La vanguardia es así: ansiedades paramétricas en ­­From Control to Design / Daniel Cardoso

N.o 11. Diciembre de 2012

El prototipo en el diseño: actitud creativa de cambio / Mario Alberto Pinilla, Carolina Parra, Edilsa Rojas

Aprender de la educación en arquitectura / Necdet Teymur La experiencia de la ENHSA: ¿cuál será el futuro en la formación de los arquitectos? / Samuel Ricardo Vélez González La cartografía como medio investigativo y pedagógico / Henry Osorio Campillo, Edilsa Rojas Sánchez Por una urbanidad metropolitana: ingeniería y arquitectura en la enseñanza del urbanismo / Miguel Y. Mayorga Cárdenas La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca: un modelo de educación / José Luis Uribe Ortiz Casas estudio: alternativa pedagógica para el proyecto de fin de carrera / Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal Computing through holistic systems design method: material formations workshop / Sevil Yazici La docencia de la historia de la arquitectura en la Universidad de los Andes, Colombia / Roberto José Londoño Niño

Proyectos

Equipamientos. Nuevos desafíos

La experiencia del espacio académico flexible. BK-City, Universidad Técnica de Delft, laboratorio espacial de una facultad de arquitectura / Andreia Peñaloza Caicedo, Flavia Curvelo Magdaniel La escuela de Arquitectura de Chandigarh (1961-1965) / María Cecilia O’Byrne, Santiago Medina Duque, Martín Villegas Salazar La Escuela de Oporto: teoría y práctica del proyecto / María Pía Fontana, Daniel de Castro El edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de São Paulo, y la formación de los arquitectos / Mônica Junqueira de Camargo

Dossier de investigación

El espacio urbano moderno: el conjunto TequendamaBavaria en Bogotá / María Pía Fontana La forma como contenido: itinerario de una hipotesis sobre el aprendizaje de la composición arquitectónica / Rafael Francesconi

deuniandes

Últimas publicaciones / Departamento de Arquitectura Reseña sobre la exposición Casa + Casa + Casa = ¿Ciudad? / Jaime Enrique Gómez

¿Qué es Wiring? (http://wiring.com.co) / Hernando

Barragán

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Capital social, segregación y equipamientos colectivos

22

José Mario Mayorga

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo

2

Antonio Pizza

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona

  

2012: una odisea urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA) Joaquín Arnau Amo, María Elia Gutiérrez Mozo

El Centro Cultural Gabriel García Márquez

108

Benjamín Barney Caldas

Evocación poética de un refugio: Pabellón “Gimme Shelter!” 38

94

116

Tatiana Urrea Uyabán

Ricard Fayos Molet

Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España)

Dossier de investigación 58

Esteban Fernández-Cobián, Marta Vilas Rodríguez

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia

76

126

El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes

138

Camilo Andrés Cifuentes Quin, Sandra Fiori

Proyectos El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez: equipamientos para una vivencia significativa

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Andrés Berrío Osorio

Camilo Augusto Muñoz Cadena, Orlando Martínez Castro

Rodrigo García Alvarado

http://dearq.uniandes.edu.co

10

Ángela María Franco, Sandra Karime Zabala

ISSN 2011-3188 Departamento de Arquitectura, Universidad de los Andes http://arquitectura.uniandes.edu.co

Art, design, science,and technology: the necessary melding / Mónica Tavares

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

EDUCACIÓN EN ARQUITECTURA

Movilidad urbana y redes biológicas sistémicas 82

Andrés Hernando Valencia, Elizabeth María Jiménez, Juliana Gallego, Juan David Franco Muñetón

148

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture. Universidad de los Andes

dearq10

Diciembre de 2012

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes

Pablo Navas Sanz de Santamaría

ISSN 2011-3188

Rector Universidad de los Andes

Alberto Miani

Decano Facultad de Arquitectura y Diseño

Rafael Villazón

Director Departamento de Arquitectura

Maarten Goossens Director

11

Eduardo Mazuera Nieto Editor

Isabel Cristina Arteaga Tatiana Urrea Editoras invitadas

Isabel Arteaga

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Juan Pablo Aschner Beatriz García

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

María Cecilia O’Byrne

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Camilo Pinilla

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

Patricia Schnitter

Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, Colombia

Rafael Villazón

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia Comité editorial

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

dearq es una revista arbitrada e indexada que es publicada dos veces al año (julio y diciembre) por la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia) de forma impresa y digital (acceso abierto) paralelamente. Es un espacio académico abierto a la investigación, el análisis y la crítica sobre la arquitectura y la ciudad. Está dirigida a los profesionales, estudiantes y demás interesados en la ciudad, la arquitectura y sus áreas afines. dearq (journal of architecture), peer-reviewed and indexed in international information services, is published semiannually (July and December) both print and online (open access). It seeks to be an academic platform for the publication and discussion of research, opinions, and critiques of architecture and the city, It is aimed at professionals, students and others interested in the city, architecture and related subjects.

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Maristella Casciato

Universidad de Bolonia, Bolonia, Italia

Ricardo Castro

McGill University, Montreal, Canadá

Carlos García Vásquez

Universidad de Sevilla, Sevilla, España

Margarita González

Indexaciones:

dearq está actualmente incluida en los siguientes directorios y servicios de indexación y resumen: Art Index / Art Full Text / Art Abstracts (The H.W. Wilson Company, Estados Unidos) Art & Architecture Index / Art & Architecture Complete (EBSCO Host, Estados Unidos) Fuente Académica Premier (EBSCO Host, Estados Unidos) Latindex (Universidad Nacional Autónoma de México) Publindex (Colciencias, Colombia) Dialnet (Universidad de La Rioja, España) Directory of Open Acces Journals (DOAJ) (Universidad de Lund, Suecia) Oceano

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

e-revistas (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España)

Juan José Lahuerta

Electronic Journals Library (Universidad de Regensburg, Alemania)

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Jorge Francisco Liernur

Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, Argentina

Camilo Salazar

Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Ton Salvadó Cabré

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Tatiana Urrea

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia Comité científico

Angélica Ramos y Adriana Páramo

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Diseño y diagramación

Ella Suárez

Corrección de estilo

Jaimie Brzezinski Traducción al inglés

Sergio Vieda Monitor

Juan David Contreras

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Fotografía de carátula

Panamericana Formas e Impresos Impresión

Comité de lectura para este número

dearq

dearq09

dearq 11: EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes. Colombia. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188

Jesús Llamazares Castro Edna Hernández González María Cristina Rojas Eberhard Adriana Hurtado Tarazona Carlos Lara Aspeé Mar Loren Méndez Cecilia López Jorge Perez Jaramillo Santiago Paredes Cisneros Carlos Felipe Pardo

dearq

Universidad de los Andes Departamento de Arquitectura Carrera 1 a núm. 18A-70, bloque K, piso 2 Tel. +(571)332 4511 - 339 4949, ext. 2485 Bogotá, Colombia http://dearq.uniandes.edu.co dearq@uniandes.edu.co ISSN 2011-3188 $20.000 pesos (Colombia) Ediciones Uniandes

Carrera 1 a núm. 19-27 Edificio AU, piso 2 Tel. +(571) 339 4949, ext. 2133-2181. Fax: 2158 Bogotá, Colombia http://ediciones.uniandes.edu.co infeduni@uniandes.edu.co Suscripciones

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MATERIALIZAR LA ARQUITECTURA

El diagrama en la arquitectura / Stan van der Maas Los materiales como medio para estimular procesos de creación / Camilo Ayala, Amparo Quijano, Claudia Marcela Ruge

Devenir histórico de la materialidad de los objetos y sus efectos en la dimensión estética / Augusto Solórzano

Las relaciones compositivas entre cine y arquitectura / Luis Villarreal Ugarte Cuestión de forma: una reflexión sobre el medio como lenguaje / María Clara Salive Puyana

Proyectos Txatarra: vivienda transitoria con buses de transporte público / Javier Ricardo Mejía Sarmiento, Juan Pablo Arenas Vargas, Pedro Juan Jaramillo Carling

Spacefighter: el medio como inspiración / Camilo Pinilla

Reflexión sobre el intermedio entre danza y diseño / Catalina Quijano Silva Medio metal: instrumento de innovación para el diseño / Samira Kadamani Abiyomaa, Freddy Zapata Vanegas

Dossier de investigación La persistencia del surrealismo en la arquitectura religiosa española del siglo XX / Esteban Fernández Cobián, Eduardo Delgado Orusco

Análisis de la sentencia de la Corte Constitucional (C-871-10) sobre los derechos de autor de la obra de arquitectura construida, los proyectos arquitectónicos y los planos / Wilson Rafael Ríos Ruiz

deuniandes La vanguardia es así: ansiedades paramétricas en ­­From Control to Design / Daniel Cardoso

N.o 11. Diciembre de 2012

El prototipo en el diseño: actitud creativa de cambio / Mario Alberto Pinilla, Carolina Parra, Edilsa Rojas

Aprender de la educación en arquitectura / Necdet Teymur La experiencia de la ENHSA: ¿cuál será el futuro en la formación de los arquitectos? / Samuel Ricardo Vélez González La cartografía como medio investigativo y pedagógico / Henry Osorio Campillo, Edilsa Rojas Sánchez Por una urbanidad metropolitana: ingeniería y arquitectura en la enseñanza del urbanismo / Miguel Y. Mayorga Cárdenas La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca: un modelo de educación / José Luis Uribe Ortiz Casas estudio: alternativa pedagógica para el proyecto de fin de carrera / Isabel Llanos Chaparro, Edison Henao Carvajal Computing through holistic systems design method: material formations workshop / Sevil Yazici La docencia de la historia de la arquitectura en la Universidad de los Andes, Colombia / Roberto José Londoño Niño

Proyectos

Equipamientos. Nuevos desafíos

La experiencia del espacio académico flexible. BK-City, Universidad Técnica de Delft, laboratorio espacial de una facultad de arquitectura / Andreia Peñaloza Caicedo, Flavia Curvelo Magdaniel La escuela de Arquitectura de Chandigarh (1961-1965) / María Cecilia O’Byrne, Santiago Medina Duque, Martín Villegas Salazar La Escuela de Oporto: teoría y práctica del proyecto / María Pía Fontana, Daniel de Castro El edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de São Paulo, y la formación de los arquitectos / Mônica Junqueira de Camargo

Dossier de investigación

El espacio urbano moderno: el conjunto TequendamaBavaria en Bogotá / María Pía Fontana La forma como contenido: itinerario de una hipotesis sobre el aprendizaje de la composición arquitectónica / Rafael Francesconi

deuniandes

Últimas publicaciones / Departamento de Arquitectura Reseña sobre la exposición Casa + Casa + Casa = ¿Ciudad? / Jaime Enrique Gómez

¿Qué es Wiring? (http://wiring.com.co) / Hernando

Barragán

Los equipamientos urbanos como instrumentos para la construcción de ciudad y ciudadanía Capital social, segregación y equipamientos colectivos

22

José Mario Mayorga

Barcelona contemporánea: el ocaso de un modelo

2

Antonio Pizza

Equipamientos multifuncionales: diez conjuntos dotacionales en Barcelona

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2012: una odisea urbana. La nueva sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA) Joaquín Arnau Amo, María Elia Gutiérrez Mozo

El Centro Cultural Gabriel García Márquez

108

Benjamín Barney Caldas

Evocación poética de un refugio: Pabellón “Gimme Shelter!” 38

94

116

Tatiana Urrea Uyabán

Ricard Fayos Molet

Los equipamientos religiosos como configuradores del espacio urbano. El caso del polígono de Coya en Vigo (España)

Dossier de investigación 58

Esteban Fernández-Cobián, Marta Vilas Rodríguez

Rafael Maldonado Tapias: un símbolo de la arquitectura escolar en Colombia

76

126

El urbanismo y lo urbano en la transformación de Bogotá. Discursos expertos y palabras de los habitantes

138

Camilo Andrés Cifuentes Quin, Sandra Fiori

Proyectos El nuevo campus de la Universidad Adolfo Ibáñez: equipamientos para una vivencia significativa

La escalera pivotante en la arquitectura de tradición antioqueña Cristian Andrés Berrío Osorio

Camilo Augusto Muñoz Cadena, Orlando Martínez Castro

Rodrigo García Alvarado

http://dearq.uniandes.edu.co

10

Ángela María Franco, Sandra Karime Zabala

ISSN 2011-3188 Departamento de Arquitectura, Universidad de los Andes http://arquitectura.uniandes.edu.co

Art, design, science,and technology: the necessary melding / Mónica Tavares

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

EDUCACIÓN EN ARQUITECTURA

Movilidad urbana y redes biológicas sistémicas 82

Andrés Hernando Valencia, Elizabeth María Jiménez, Juliana Gallego, Juan David Franco Muñetón

148

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture. Universidad de los Andes

dearq10

Diciembre de 2012

Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes

Pablo Navas Sanz de Santamaría

ISSN 2011-3188

Rector Universidad de los Andes

Alberto Miani

Decano Facultad de Arquitectura y Diseño

Rafael Villazón

Director Departamento de Arquitectura

Maarten Goossens Director

11

Eduardo Mazuera Nieto Editor

Isabel Cristina Arteaga Tatiana Urrea Editoras invitadas

Isabel Arteaga

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Juan Pablo Aschner Beatriz García

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

María Cecilia O’Byrne

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Camilo Pinilla

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia

Patricia Schnitter

Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, Colombia

Rafael Villazón

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia Comité editorial

EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS

dearq es una revista arbitrada e indexada que es publicada dos veces al año (julio y diciembre) por la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia) de forma impresa y digital (acceso abierto) paralelamente. Es un espacio académico abierto a la investigación, el análisis y la crítica sobre la arquitectura y la ciudad. Está dirigida a los profesionales, estudiantes y demás interesados en la ciudad, la arquitectura y sus áreas afines. dearq (journal of architecture), peer-reviewed and indexed in international information services, is published semiannually (July and December) both print and online (open access). It seeks to be an academic platform for the publication and discussion of research, opinions, and critiques of architecture and the city, It is aimed at professionals, students and others interested in the city, architecture and related subjects.

Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia

Maristella Casciato

Universidad de Bolonia, Bolonia, Italia

Ricardo Castro

McGill University, Montreal, Canadá

Carlos García Vásquez

Universidad de Sevilla, Sevilla, España

Margarita González

Indexaciones:

dearq está actualmente incluida en los siguientes directorios y servicios de indexación y resumen: Art Index / Art Full Text / Art Abstracts (The H.W. Wilson Company, Estados Unidos) Art & Architecture Index / Art & Architecture Complete (EBSCO Host, Estados Unidos) Fuente Académica Premier (EBSCO Host, Estados Unidos) Latindex (Universidad Nacional Autónoma de México) Publindex (Colciencias, Colombia) Dialnet (Universidad de La Rioja, España) Directory of Open Acces Journals (DOAJ) (Universidad de Lund, Suecia) Oceano

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

e-revistas (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España)

Juan José Lahuerta

Electronic Journals Library (Universidad de Regensburg, Alemania)

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Jorge Francisco Liernur

Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, Argentina

Camilo Salazar

Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

Ton Salvadó Cabré

Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España

Tatiana Urrea

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia Comité científico

Angélica Ramos y Adriana Páramo

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Diseño y diagramación

Ella Suárez

Corrección de estilo

Jaimie Brzezinski Traducción al inglés

Sergio Vieda Monitor

Juan David Contreras

Taller de Medios - Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad de los Andes Fotografía de carátula

Panamericana Formas e Impresos Impresión

Comité de lectura para este número

dearq

dearq09

dearq 11: EQUIPAMIENTOS. NUEVOS DESAFÍOS Revista de Arquitectura / Journal of Architecture Universidad de los Andes. Colombia. Diciembre de 2012. ISSN 2011-3188

Jesús Llamazares Castro Edna Hernández González María Cristina Rojas Eberhard Adriana Hurtado Tarazona Carlos Lara Aspeé Mar Loren Méndez Cecilia López Jorge Perez Jaramillo Santiago Paredes Cisneros Carlos Felipe Pardo

dearq

Universidad de los Andes Departamento de Arquitectura Carrera 1 a núm. 18A-70, bloque K, piso 2 Tel. +(571)332 4511 - 339 4949, ext. 2485 Bogotá, Colombia http://dearq.uniandes.edu.co dearq@uniandes.edu.co ISSN 2011-3188 $20.000 pesos (Colombia) Ediciones Uniandes

Carrera 1 a núm. 19-27 Edificio AU, piso 2 Tel. +(571) 339 4949, ext. 2133-2181. Fax: 2158 Bogotá, Colombia http://ediciones.uniandes.edu.co infeduni@uniandes.edu.co Suscripciones

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Se autoriza la reproducción total o parcial de la obra para fines educativos siempre y cuando se cite la fuente.


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