De la Urbe 66

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MEDELLÍN, NOVIEMBRE DE 2013 ISSN16572556

P E R I O D I S M O U N I V E R S I TA R I O PA R A L A C I U D A D

AÑO 14

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E l éxo d o

FAC U LTA D D E C O M U N I C AC I O N E S / U N I V E R S I D A D D E A N T I O Q U I A


2 Ciudad

Construcción en Medellín: una montaña de dudas Fotografías: Juliana Echavarría Restrepo

Tras la tragedia provocada por la caída de la torre 6 de la unidad residencial Space, los medios y la opinión pública han planteado muchas dudas sobre la forma en que se construye en Medellín.

Se espera que para el año 2013 se muevan alrededor de 13 billones de pesos en el sector de la construcción en Medellín.

Yonatan Rodríguez alejandro.yonatan@gmail.com

C

ontante y sonante

La caída de la torre 6 ha puesto en jaque tanto el sector inmobiliario como a las grandes firmas constructoras que operan en la capital antioqueña, una ciudad que para el 2013 tenía proyectada la edificación de 21 mil soluciones de vivienda en complejos residenciales, la mayoría de ellos pensados para albergar a la clase media, con un costo que oscila entre los 80 y los 260 millones de pesos, como afirma el curador primero de Medellín, Luis Fernando Betancur Merino. Del total de viviendas estimadas a este año, un 60 por ciento está sin comenzar a construir, hecho que tendría en vilo, además, a la industria de los materiales. En septiembre pasado, Antioquia se había tragado un estimado de 147 mil toneladas de cemento. En comparación con otros departamentos, esta región solo es superada por Cundinamarca, con un consumo de 229 mil toneladas; seguido por Valle, con 75 mil, y Santander, con 68 mil. Estas cifras son del Informe Anual de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), las cuales resultan colosales a la luz de departamentos como Cauca, Huila y Magdalena, que no superan las 23 mil toneladas en consumo. Podría uno preguntarse dónde cabe tanto cemento, de no ser por la extensión territorial que se concede en licencias para el uso del material. En lo que va de 2013, 1 millón 933 mil 631 metros cuadrados de Medellín se han destinado para la construcción de viviendas, oficinas, bodegas, fábricas, comercios y otros, sin tener en cuenta los predios que ya están adjudicados y donde no ha habido desarrollo de construcciones. La ley permite que la finalización de las fases de estos proyectos pueda demorar hasta 40 años. El costo de la construcción en obras civiles como puentes, parques y vías, ascendió a 1.853 millardos (es decir miles de millones) de pesos en el año 2012; y otros 2.331 millardos en edificaciones. Todos estos proyectos necesitan mano de obra que ponga en pie las estructuras; es así como la construcción es uno de los

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sectores que más empleo genera en Colombia. En 2013, se han generado 6.898 empleos formales; además de las ocupaciones en el campo de la informalidad que, para el período de mayo a julio alcanzó un 49.2 por ciento sobre la cifra de trabajos informales que reportó el informe del DANE.

¿Un shock?

El colapso súbito de una edificación, ocupada por personas, ha generado pánico y estupor a lo largo de la historia. Desde la caída de la Torre de Babel, donde ocurrió la confusión de los idiomas, según el mito bíblico, hasta el ataque al Word Trade Center el 11 de septiembre de 2001, que ha cambiado políticas de inmigración e inclusive leyes aeronáuticas. En nuestro caso, el colapso de la torre 6 de la unidad residencial Space no obedeció a la cólera de Dios ni a la ira de Al Qaeda; pero, de igual manera, ha generado un pánico de dimensiones importantes en el mercado inmobiliario, que podría significar cierta alarma para la economía en Antioquia. Teniendo en cuenta que, según Camacol, la construcción aporta el 6,3 por ciento del Patrimonio Interno Bruto (PIB) del departamento -oscila entre los 47 millones de dólares según la Cámara de Comercio de Medellín-, la industria constructora además es el soporte de otras empresas como la cementera, la metalúrgica y el mercado de los bienes raíces, además de los servicios de transporte y almacenamiento. Cuando se adquiere una vivienda, se incurre en otros costos que no se terminan con el pago por el inmueble: • Certificado de Libertad y Tradición, que tiene un valor de 13 mil pesos por unidad en el 2013; • promesa de compraventa: 1.400 pesos por cada firma notarial; • gastos de crédito hipotecario: estudios de crédito con las entidades de riesgo; y • avalúos y estudio de los títulos: cobrados sobre

Por cada kilómetro cuadrado hay 5.820 habitantes en la ciudad de Medellín, según el censo del 2005.


3 Comprar los vecinos el 1 por ciento del valor del más cotizados de la ciudad. El Acuerdo 46 de 2006, en el que se Los planes no siempre salen como se espera, así inmueble según el estudio del Estos predios poseen un exsea el Estado quien los trace. Son muchos modelos de avaluador. celente transporte público y fundamenta el Plan de Ordenamiento ciudad los que se han propuesto durante estas dos décaSegún la compañía euroterrenos planos en donde la das en Medellín, desde la Ciudad Jardín, pasando por pea de seguros Allianz, el paconstrucción es mucho más Territorial (POT), busca un crecimiento una Ciudad Central, como la que propone actualmente trimonio promedio de un cobarata y segura, además el POT, hasta una Ciudad Lineal. Lo que deforma estos lombiano es de 1.505 euros, de inmejorables servicios hacia adentro, una ciudad compacta. diseños urbanísticos ha sido siempre las dinámicas que equivalente a 3 millones 800 públicos. Curiosamente, el adoptan los ciudadanos y que no fueron percibidas, en mil pesos, aproximadamencomprador de Medellín ha su momento, por la entidad responsable de la planifite. De esta suma, entre el 30 desarrollado un gusto por cación. y el 40 por ciento es destinalas periferias antes mencioEste tipo de fenómenos tiene gran impacto en la do al pago de la vivienda, y en caso de ser arrendatario, nadas, lo que genera una especie de deformación en la forma como se configuran las grandes urbes. Un secentre el 40 o 50 por ciento del ingreso mensual. Es por uniformidad de crecimiento urbanístico. “El Acuerdo tor, al calificarlo de habitable, puede valorizarse o devaesto que al comprometer la mitad de sus ingresos netos, 46 de 2006, en el que se fundamenta el Plan de Orluarse por circunstancias ajenas a la propiedad. Un clamuchos colombianos prefieren ser cautos con una de las denamiento Territorial (POT), busca un crecimiento ro ejemplo de este proceso es el sector Estadio, aledaño inversiones más importantes de su vida, especialmente hacia adentro, una ciudad compacta. Que se desdibuja a la Unidad Deportiva Atanasio Girardot que, gracias en momentos en los que se cuestionan los métodos de mucho en la realidad, ya que, por el contrario, la ciudad a los constantes enfrentamientos entre los hinchas y la construcción, por lo que el mercado inmobiliario puese está expandiendo hacia la periferia, de hecho la está Fuerza Pública, se ha devaluado hasta un 30 por ciento de ser muy susceptible con este tipo de tragedias, si se reventando”, observa el Curador Primero de Medellín. de su valor inicial. tiene en cuenta que la llamada “compra sobre planos” A este tipo de contratiempos del POT se han sumaAlfonso Álvarez, director ejecutivo de Asurbe (Asoes la principal forma de adquisición de vivienda en una do propuestas como la del concejal Bernardo Guerra, ciación de Propietarios, Arrendatarios y Administraciudad como Medellín. quien afirma que se deben suspender todas las licendores de Propiedad Horizontal de Colombia), afirma A este pánico en los mercados locales, se le suma la cias de construcción hasta que se verifique la concorque la responsabilidad de las firmas constructoras no zozobra de los habitantes de otras construcciones de la dancia de cada proyecto con el POT. Ante esta iniciapuede terminar en el momento de entregar el proyecto: firma Lérida CDO, la que construyó el edificio Space, tiva, el Curador responde que suspender las licencias “La propiedad horizontal se mira desde la infraestrucy que ha levantado en Colombia, aproximadamente, 31 de toda la ciudad sería como si un esposo vendiera el tura y el negocio; no son conscientes de lo que viene mil viviendas. Si bien la caída de la torre 6 fue un hesofá en el que la esposa le fue infiel, acotando que no de ahí para adelante. La constructora puede ser el cocho aislado, afirma la compañía Lérida CDO -creada es esa la solución al problema. Califica, además, como mienzo de los problemas en las unidades o el comienel 18 de marzo de 1994-, toda la publicidad negativa apresuradas varias de las decisiones que se han tomado zo de una vida agradable”. Álvarez menciona algunos que se ha generado se verá reflejada en las salas de en medio de la tragedia del Space. “En este momento problemas que pueden surgir luego de la construcción venta de sus numerosos proyectos, al igual que muchas lo que se necesita es una gran calma y revisar lo que de los edificios residenciales, por ejemplo, los acuerdos otras firmas constructoras. Mientras tanto, la demanrealmente ocurrió allí para tomar un direccionamiento de las zonas comunes, el pago de la administración y da, siempre tan alta en las zonas aledañas al Hotel Inadecuado”, dice. la adecuación de los espacios. De estas necesidades, las tercontinental, parece tener una baja histórica gracias La propuesta del concejal Guerra es un “imposiconstructoras no se hacen cargo, considerando que su a la evacuación de la unidad residencial Continental ble fáctico”, según la perspectiva de Betancur, ya que responsabilidad termina cuando entregan el edificio. Towers. Con esta, otras unidades residenciales ya son toda licencia tiene una presunción de legalidad que, a consideradas en riesgo: Space, Asensi y Continental, su vez, respalda inversiones de todas construidas por Lérida CDO, considerada por el miles de millones de pesos. De El curador Primero de Medellín, Luis Fernando Betancur, afirma que Dagrd (Departamento Administrativo de Gestión del ser aprobada, se condenaría a Riesgo de Desastres) como la única firma con problela quiebra a todas las firmas desde la tragedia los teléfonos no han parado de sonar, y que mumas estructurales en sus proyectos. constructoras de la ciudad, En entrevista concedida a De La Urbe, el curador que ya deben asumir las consechas personas han manifestado sentirse inseguras en sus casas; primero de Medellín, Luis Fernando Betancur, afirma cuencias de tipo político y ecoque desde la tragedia los teléfonos no han parado de nómico que deja el derrumbe hasta la más pequeña grieta ha sido motivo de sospechas. sonar y que muchas personas han manifestado sentirse de la torre en Space. “En este inseguras en sus casas: hasta la más pequeña grieta momento se siente una reaces motivo de sospechas. Resalta que lo ocurrido con ción de nerviosismo y reticenla torre 6 de Space no fue más que un hecho aislado y cia a los pisos altos. Pero, en que, especialmente Medellín, históricamente ha contaotro momento, la tendencia Asurbe le apuesta a la generación de una cultura do con una excelente ingeniería y buena mano de obra era construir torres altísimas, tanto así que se trató de de copropietario, la cual se sintetiza en la conciencia para el levantamiento de las estructuras. frenar este modelo de construcción decretando altos sobre el entorno que se habitará. Es decir, que las perimpuestos para la edificación de estas estructuras en el sonas al momento de comprar una casa busquen un Reventando la periferia sector de El Poblado”, comenta Betancur. concepto de hogar y no de una estructura. “Uno comLuego de conocer el ritmo de crecimiento urbanísPese a los altos impuestos que en su momento se pra tantos metros cuadrados, un gimnasio, unas zonas tico de la capital de Antioquia, es propicio acotar que decretaron para las torres altas en El Poblado y los socomunes y un jacuzzi, pero es necesario saber que uno no es una expansión uniforme o simétrica. Los centros brecostos que implicaba construir en terreno de ladera, también está comprando unos vecinos, un entorno, una de crecimiento urbano se están concentrando básicalos compradores siguen teniendo zonas privilegiadas vida”, afirma Alfonso Álvarez mente en las periferias de la ciudad, especialmente en para la compra de inmuebles, lo que hace imposible los sectores de Pilarica y El Poblado, comunas 7 y 14 direccionar adecuadamente un POT y termina siendo La casa: el escenario de la vida respectivamente, donde el mercado inmobiliario se ha la normatividad la que se acomoda a las dinámicas que Dentro de las necesidades vitales del ser humano desarrollado en los últimos años, dejando relegada la impone la ciudadanía. Situación que vivió, por ejemplo, están la comida, el refugio, el descanso y la recreación. zona central. La 33, hoy configurada como un corredor comercial Para todas, es fundamental contar con un espacio en Los sectores de Naranjales, La Bayadera, Corazón aun siendo planificada como una zona netamente reel que se puedan satisfacer estas demandas, un espacio de Jesús y todos aquellos predios que rodean el sector sidencial. suficiente en el que se logre convivir con más personas de La Alpujarra deberían ser, al menos en teoría, los y formar un hogar. Tiempo atrás, los infantes de la Villa de Medellín podían jugar escondidijo en las residencias y perderse entre amplios espacios; también, se pedía compañía para ir al baño, que se encontraba ubicado a varios metros de las habitaciones, o se reunía toda la familia en una extensa cocina alrededor de un fogón. En la actualidad, esas dimensiones son parte de los recuerdos. Ana Isabel Vélez, arquitecta jubilada de la Universidad Nacional, habla sobre la dinámica de reducir los espacios en las nuevas construcciones. “Han tenido que adaptarse más fácil todos los muebles y electrodomésticos a los tamaños de los apartamentos, que los apartamentos a los tamaños que necesitan los habitantes. Hoy día se consiguen camas de 1.78 metros”, comenta. Además, si bien las medidas del hombre no han cambiado, los tamaños y las calidades de las viviendas sí, respondiendo todo a un modelo desbordado de ganancias de las constructoras, que han generado un hacinamiento muy costoso. “Es un abuso social poner un solo ascensor para servir 22 pisos, donde son 80 apartamentos y 400 personas bajando casi al tiempo entre las 6 y las 7 de la mañana”, comenta Vélez. Ciertamente, las torres residenciales muestran cada vez una forma más esbelta, además de una edificación casi que instantánea. Más alto, más rápido, más ganancia parece ser la consigna de las compañías encargadas de vender los diminutos apartamentos publicitados como sueños de hogar, con familias sonrientes y zonas verdes que se endurecen y se colorean de gris para albergar carros en lugar de El 82 por ciento de las viviendas en El Poblado se ubican en la niños. ¿Es esto calidad de vida?

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categoría de apartamento.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


4 Editorial Comité editorial: Patricia Nieto Nieto, Jorge Alon-

so Sierra, Luis Carlos Hincapié, Raúl Osorio Vargas, Jaime Andrés Peralta Agudelo, Elvia Elena Acevedo Moreno, Gonzalo Medina Pérez.

Dirección: Juan Camilo Jaramillo Acevedo. Coordinación editorial: Juan David López Morales, Yonatan Rodríguez Álvarez, Juliana Echavarría Restrepo, Estefanía Carvajal Restrepo, Andrea Uribe Yepes. Redacción: Yonatan Rodríguez, Estefanía Carvajal Restrepo, Daniela Navarro Bohórquez, Eliana Castro Gaviria, Estefanía Henao Arboleda, Andrea Uribe Yepes, Lucy Fernández Mestizo, María Paula Rubiano, Juliana Echavarría Restrepo, Andrés Felipe Carrillo Alvear, Sara Arango García, Mateo Londoño Castaño, José Zapata, Daniela Jiménez González, Laura Carmona, Ana María Gómez Zapata, María Alejandra Echavarría, Daniela Ruiz Lozano, Juan Diego Posada, Alejandra Vergara, Ana María Martínez, Juliana Correa, Laura Ospina Montoya, John Byrón Muñoz, Daniela Orozco, Valentina Restrepo, Laura Corrales. Corrección de estilo: Alba Rocío Rojas. Colaboración: Édgar Picón Jácome, Gonzalo Medina Pérez, Natalia Botero Oliver, Producción Penas y Cadenas. Diseño: Julieta Duque H. Fotografía: Juliana Echavarría Restrepo, Lucy Fernández Mestizo, María Paula Rubiano, Julio Londoño. Ilustración: Elizabeth Builes Carmona, Laura Ospina, Tatiana Castañeda.

Caricatura: Ricardo Cortázar. Portada: Juliana Echavarría Restrepo.

Nunca más la Universidad cerrada E

l reciente cierre de las puertas de la Universidad a toda la comunidad académica durante quince días, no puede darnos sino un mensaje triste y desalentador: estamos fracasando, como estudiantes, como docentes, como empleados, como Universidad… como proyecto de sociedad. ¿Qué mensaje se puede leer en unas rejas con candado y una universidad vacía? Una universidad cerrada es un homenaje a la desidia, a la ignorancia, a la violencia; es una afrenta al conocimiento, a la capacidad de discutir, a la política como sitio de encuentro, a la posibilidad de construir desde el diálogo y el debate. La decisión de cerrar la Universidad como medida preventiva contra “posibles” medidas de hecho por parte de los estudiantes y como salvaguarda de la integridad de los integrantes de la comunidad universitaria, constituye una falacia que encubre la ausencia de la tan cacareada democracia al interior del campus. No es otra cosa que una medida de hecho institucionalizada, que niega la posibilidad de encuentro en las tensiones propias que representa lo político. Es grave que las actividades académicas de la Universidad se vean alteradas por la incapacidad de los distintos estamentos de encontrar vías de diálogo participativas, vinculantes y efectivas, pero aún más grave que todas las actividades se detengan para que la Universidad se convierta en un no-lugar, en un campus fantasma que no da lugar ni siquiera al encuentro como condición básica y necesaria para la construcción de una sociedad. En el fondo están las problemáticas estructurales de la educación pública del país, pero no se debe caer en el error fácil de restarnos responsabilidad porque

haya entes superiores que determinen el margen de actuación posible, y que tal margen no sea más que la posibilidad de hablar sin incidir. Deudas históricas del Estado, como la desfinanciación, la falta de planta docentes y el detrimento del bienestar universitario, originan un pliego de peticiones de los estudiantes que es legítimo desde sus intenciones. Pero es necesario discernir la relación entre los problemas que existen, las posibles soluciones y las competencias de la administración de la Universidad. Es decir, frente a los problemas de financiación, ¿de dónde esperamos que sea la Universidad la que contrate más profesores de planta? Sin duda, este tipo de demandas son responsabilidad del gobierno nacional, y requieren una forma de organización y actuación que supera las mallas de Ciudad Universitaria. Pero por otro lado, tampoco se debe permitir que la administración se escude en esto para hacerse de oídos sordos frente a otras solicitudes que bien pueden entrar en sus competencias y que se pueden adaptar a la realidad presupuestal de la Universidad, redefiniendo prioridades, es decir, revisando el proyecto de Universidad vigente. Con antecedentes cercanos como el cierre del 15 de septiembre de 2010 -que se ha venido sedimentando en la Universidad como el 15-S-, y, una vez más, con las puertas abiertas, conviene preguntarnos: ¿Qué estamos dispuestos a hacer para que esto no vuelva a suceder, para evitar que la vida política en la Universidad se convierta en un ciclo de cierres, reclamos, violencia, diálogos sin oídos y parquedad generalizada?

Impresión: La Patria, Manizales. Circulación: 10.000 ejemplares.

Director TV: Jorge Alonso Sierra. Director Radio: Luis Carlos Hincapié. Director Digital: Wálter Arias. Director Especiales: David Santos Gómez. Universidad de Antioquia. Rector: Alberto Uribe Correa. Decano Facultad de Comunicaciones: David Hernández García. Jefa Departamento de Comunicación Social: Deisy García Franco. Las opiniones expresadas por los autores no comprometen a la Universidad de Antioquia. Universidad de Antioquia, Bloque 12, oficina 122. delaurbe.udea.edu.co, delaurbe@comunicaciones.udea.net.co, delau.prensa@gmail.com, www.facebook.com/sistemadelaurbe, www.twitter.com/delaurbe Teléfono: 219 59 12 FACULTAD DE COMUNICACIONES Ciudad Universitaria-Calle 67 N° 53-108 Medellín - Colombia

Número 66 Noviembre de 2013

No. 66 Noviembre de 2013

Opinión José Guarnizo jose.guarnizo@gmail.com

H

ace algunos años que no leo a Eduardo Galeano. Aunque, para ser preciso, debería decir mejor que ya han pasado unos cuantos años desde que me aburrí de leer a Eduardo Galeano. Por eso es extraño, y a la vez incoherente de mi parte, que recuerde tanto sus cuentos. Hace unos días, por ejemplo, cuando estaba ante el computador y leía una noticia sobre los resultados de una encuesta que medía el optimismo de los colombianos, sentí venir, desde lo más vaporoso de mi memoria, uno de aquellos textos. El cuento breve “Los colores” pone en escena a los integrantes de un equipo de la televisión española que llega hasta El Chaco, en Uruguay, para filmar la vida cotidiana de los indios Ishir. Una niña de esa comunidad queda espantada al ver que el director de la producción tiene los ojos azules y comienza a perseguir a quien, seguramente, considera un fenómeno, pues nunca había visto que alguien tuviese los ojos del mismo color del cielo. Entonces, el director, al sentirse observado por la niña, decide abordarla; pero ella se apresura y le lanza una pregunta: –Yo quiero saber de qué color mira usted las cosas. –Pues del mismo que tú –le contesta el director.
 –¿Y cómo sabe usted de qué color veo yo las cosas? Algo muy parecido es lo que quisiera preguntarle a quienes hacen encuestas en este país: “¿Y usted qué sabe de qué color veo yo las cosas?”. Si es por el titular de la noticia que leí, me queda claro, de entrada, que los colombianos que contestaron la encuesta ven las cosas de un color muy distinto al que yo las veo: “Última encuesta de Gallup revela optimismo de los colombianos”. Líneas más adelante, la noticia se deshilvana así: “Esa percepción quedó reflejada en la encuesta bimestral, en la que el pesimismo tuvo una caída de 20 puntos: hace dos meses quienes creían que las cosas en el país iban mal constituían el 82%, hoy ese porcentaje bajó al 62. El porcentaje de los que consideran que las cosas en el país están mejorando también subió 15 puntos”. Pero lo que me parece una muestra de daltonismo es lo que significa para el sentido común que el presidente

Pesimismo y daltonismo Juan Manuel Santos aparezca con una imagen negativa del 63 por ciento y que, al mismo tiempo, no haya ningún candidato, salvo Germán Vargas, que le gane en caso de que decida lanzarse a la reelección. Lo que en últimas demuestra la encuesta es que, al menos por ahora, los colombianos elegirán a Santos, aun cuando lo rechazan. Una mirada hacia otros posibles presidentes explica un poco esa escala de grises desde la que hoy veo yo las cosas: un gris sombrío que me sitúa en el extremo del pesimismo. De derecha a izquierda, aparece el candidato del movimiento Uribe Centro Democrático, quien, en una muestra de sorprendente autonomía y pantalones bien puestos, promete hacer exactamente lo que le ordenen. Es decir, estamos ante un liderazgo pero con permiso del patrón. Valiente líder, valientes pantalones. Por el lado del verdadero centro aparece un candidato –uno tan sólido como los bolardos de Bogotá– que podría prometer, como lo indican sus acciones del pasado, ser independiente en el día pero uribista en la noche. Muy cerquita se asoma un valioso exguerrillero y exgobernador que, para su mala suerte, también es recordado como el más fugaz y casi invisible secretario de Gobierno de Bogotá. Un poco a su izquierda, es decir, en uno de los polos, está una candidata de origen noble, que promete hacer lo que no le hemos visto hacer ni a ella ni a su partido, una colectividad que tiene como medallas para mostrar las administraciones de Samuel Moreno y la de Gustavo Petro. Y se acabaron los candidatos. No sé si eso explique que los colombianos no quieran a Santos, pero que votarán por él. O que Santos ganará pese a quienes, sabiéndose arrepentidos desde ahora, lo elegirán a él. O que Santos será la mejor opción desfavorable para las próximas elecciones, según Invamer Gallup. O no sé si la explicación esté en un verso de Baudelaire que suele citar mucho Héctor Abad y que dice que “somos el puñal y la herida”, es decir, que somos los que votamos por la opción que sabemos que nos jode.


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El mundo según An-res

ZONA DE

l

N O I S N E T S I D Palabras mayores

Tras la tragedia en el edificio Space, que ha puesto la atención sobre la forma en que estamos construyendo en la ciudad, no sobra recordar las palabras del maestro Rogelio Salmona, uno de los arquitectos más importantes del país, fallecido en 2007. En una entrevista para el periódico Alma Máter en 2006, Salmona dijo: “En Medellín, una ciudad que yo he visto hace años, que he visto hace unos meses y que he visto ahora, hay una total insensibilidad con el medio geográfico. Lo que está ocurriendo en El Poblado es asustador. Eso hay que decirlo y hay que frenarlo. Como hay que decir que Medellín debe recuperar el centro, porque en el pasado fue un lugar activo y un lugar de encuentro, que se fue perdiendo en el momento en que se produjeron intervenciones insensibles con los lugares tradicionales como lo fueron La Playa y Junín. Allí la destrucción no se hizo porque la ciudadanía lo quiso sino porque se intervino bruscamente sin tener en cuenta la tradición y la historia. Y lo grave es que eso está pasando en todas las ciudades del país. Lo más delicioso que tienen las ciudades son sus ríos, sus quebradas y su pie de monte, pero aquí el urbanismo no los ha tenido en cuenta porque es un urbanismo atropellador. Un urbanismo especulativo que quiere ganar hasta el mínimo centavo por metro cuadrado. Hoy las ciudades están al servicio no de la gente sino de comerciantes”.

Universidad cerrada

“La Universidad de Antioquia sin actividad académica es lo mismo que tenerla cerrada”, dijo el gobernador Fajardo como si la actividad académica se limitara a calentar un puesto en un salón de clases y no fuera también poder prestar libros en la biblioteca, acceder a los laboratorios, practicar algún deporte, usar las salas de redacción para editar un periódico universitario y tener espacios para el diálogo y el debate, elementos cruciales en la situación por la que atraviesa hoy la Universidad. Y pretendían que los estudiantes levantaran el paro sin tener un espacio para contar los votos.

Opinión

Ese muchacho

muerto

Habitantes de calle

Los alrededores de la Plaza Minorista se convirtieron en el escampadero de los habitantes de calle de Medellín. Según las cifras de la Alcaldía, son alrededor de 2.500 personas en esta situación. Otros, como el concejal Luis Bernardo Vélez, afirman que la cifra supera las 5 mil personas, lo que significaría un incremento enorme en los últimos años. El caso es que tras el despeje de varias ollas de vicio, la problemática se ha hecho más visible en la ciudad. La solución de la Administración pareciera ser correrlos un poquito de aquí para allá, pasarlos de una glorieta a otra, esconderlos. Una solución que, a claras luces, no soluciona nada.

Porteros con poder

Margarita Isaza Velásquez margaisaza@gmail.com

Te miran con sospecha, te hacen sentir culpable de quién sabe qué. Nada más peligroso que un celador o un portero con poder. Dictadores de un pequeño espacio, cancerberos. Y ay si dejaste el carné en la casa. Hasta los espacios públicos terminan siendo celosamente controlados. Mientras tanto, los robos siguen igual.

T

enía 23 años. Era hincha fiel y resignado del Deportivo Independiente Medellín. En los partidos entre amigos, jugaba de lateral derecho. Había viajado por Suramérica, a pie, en tren, en bus, de frontera en frontera, hasta llegar a Argentina. Camino a Córdoba, se enteró del torneo Copa América Alternativa y le escribió al equipo Colonia Caroya para que lo dejaran jugar. Un día, con un litro de cerveza en la mano, así como puedo verlo en una fotografía, llegó al entrenamiento y quedado más que muchachos muertos o mutilados. Las conquistas han sido pocas. La se ganó el corazón de los demás futbolistas. Lo vieron como a un niño sonriente, de palabra, que siempre dirime los conflictos, se recupera por momentos, pero vuelve a pelo largo, desaliñado y dispuesto a compartir. Ese era el motivo de su viaje: conocer perderse cuando algunos, los bandos en que nos dividimos, recurren de nuevo a los ara otros, entenderlos, aprender de ellos. mados, sean de un lado los “capuchos” o, del otro, las fuerzas de seguridad del Estado. Bruno escribió esa historia en el blog de Hinchas Críticos Libertarios, un colectiJuan Camilo, a sus 23 años, en una búsqueda personal y colectiva, quedó atrapavo de muchachos que juegan fútbol y pertenecen a movimientos estudiantiles de toda do en medio del fuego. Era el hijo de alguien, el hermano de alguien, el sobrino favoLatinoamérica. Fue lo único que pude encontrar sobre él, sobre su vida, no sobre su rito de alguien, el novio de alguna muchacha que lo quería. Me duele su muerte y me muerte. El muchacho se llamaba Juan Camilo Aguduele el silencio. Celebro que él haya tenido el valor delo Posada y era estudiante de octavo semestre para creer en una idea y morir por ella; lamento de Sociología en la Universidad de Antioquia. No Celebro que él haya tenido el valor para creer en una que un arma explosiva le haya ganado la vida y nos pude saber dónde vivía, cuál era su comida favorita haya dejado a todos sin discutir lo que pasó. idea y morir por ella; lamento que un arma explosiva o qué tipo de libros le gustaba leer. Pero lo imagino. Esa cultura política en la que nos hemos forPuedo suponer que le apasionaban la política y los mado nos lleva a la ligereza de comentar que su le haya ganado la vida y nos haya dejado a todos sin temas sociales, puedo suponer que era un inconformuerte estaba bien justificada, que ese muchacho me y que se enojaba cuando le quitaban la razón. era —como tantos otros— un problema irresoluble discutir lo que pasó. Lo veo caminando por los pasillos del bloque 9 y para la universidad pública, que él era un potencial también reunido en la Asamblea Estudiantil como asesino, un bruto y, sencillamente, no pensaba. Esa uno más que interviene y vota. Lo veo inquieto, ligereza, multiplicada en medios de comunicación y aquí y allá, tratando de hacer algo para luchar por sus ideales; pero no sé cuáles eran redes sociales, le puso candado al debate irregular de por qué hay gente armada en sus ideales. las instituciones educativas, qué piden o qué quieren y qué significa que se cubran Él murió el 30 de octubre de 2013, antes del mediodía. Dicen que una ‘papa’ el rostro. bomba se le explotó entre las manos en la Universidad Nacional. Dicen que él la ¿Y ahora qué sigue? Tal vez más jóvenes muertos, tal vez el Esmad continúe como fabricaba. Dicen que él era un encapuchado. Todo concuerda. Pero no era, como tamPedro por su casa, tal vez un paro que se resuelve, una protesta por nuevos motivos, bién dicen, un terrorista, porque el mal de las ‘papas’ bombas, pese a los accidentes, unos directivos universitarios que juegan a la sordera, una comunidad académica no va dirigido contra la población civil. Juan Camilo, escribo su nombre y veo —por cada día más callada y estéril... Lo que le pasó a Juan Camilo puede servir ahora para fin— su rostro, era un resultado de la variable formación política que obtenemos, no llamar a la palabra, para que las voces hablen, con o sin capucha, y sean escuchadas en aulas, cafés y debates, sino a fuerza de bombazos, corrupciones y luchas armadas. para que volvamos a pensar en cómo discutimos y cuáles son nuestros argumentos, Las ‘papas’ bombas y los encapuchados son la forma más tradicional de protesta para que las ideas no desaparezcan. en la Universidad de Antioquia. En los últimos años, de esa herramienta no han

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Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


6 Crónica El pasado 25 de octubre, más de 300 campesinos desplazados por el megaproyecto Hidroituango, que durante casi ocho meses vivieron en el coliseo de la Universidad de Antioquia, regresaron a sus pueblos. Una historia de incertidumbre que aún no termina.

El 25 de octubre salieron del coliseo de la Universidad de Antioquia un total de 327 personas en caravana a 5 municipios del norte de Antioquia.

El éxodo hacia el cañón del río Cauca

Estefanía Carvajal Restrepo lacocinadeolivia@gmail.com Daniela Ruiz Lozano daniruizlo93@hotmail.com

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a mañana del jueves 24 de octubre, los campesinos dejaron el desayuno para más tardecito, aunque el fuego para hacer la aguapanela lo prendieron, como todos los días desde hacía casi ocho meses, con la salida del sol. Se congregaron los voceros en el escenario: una media luna de pupitres universitarios redomada por el equipo de sonido dispuesto a amplificar la voz de los campesinos obligados a abandonar sus tierras, que serán inundadas por las aguas del río Cauca. Era la última rueda de prensa de los campesinos de Ituango, Briceño, San Andrés de Cuerquia, Toledo y Sabanalarga en el coliseo de la Universidad de Antioquia. Era el último día en este lugar. La primera en hablar fue Mariana Giraldo Mazo, la líder de los niños. “Yo al gobernador le quería decir unas cositas, pero como le dio brega darnos la cara no se las pude decir”, comenzó la niña, de unos 11 años, trigueña y delgada. “Yo quiero que nos devuelvan el río, donde nosotros casi que a diario hemos estado”. Todos le aplaudieron, también los periodistas. En el coliseo el movimiento se había pausado, las mujeres y hombres dejaron la recogida de los corotos para más tarde y, en cambio, colgaron las pancartas pintadas a mano que estaban tumbadas en el suelo. Unas arengaban contra las Empresas Públicas de Medellín: “EPM Hidroituango, cartel de energía y arrasa la vida”. Otras proclamaban un objetivo político más allá de la coyuntura: “Lucha, no pares de luchar, por un gobierno obrero, campesino y popular”. Un hombre moreno de bigote en forma de candado se puso un peto blanco que rezaba: “SOY AFECTADO (A) POR HIDROITUANGO EPM”. Fueron casi veinte líderes de cada municipio los que hablaron. Y a pesar de la diversidad de voces el mensaje fue el mismo. Ruby Estela Posada Mazo, del municipio de San Andrés de Cuerquia, tomó el micrófono después de Mariana. Primero las damas. “Nosotros no nos vamos porque vayamos a renunciar a lo que estamos reclamando. Nos vamos a ir a recoger oxígeno al río Cauca para seguir en la lucha”, dijo. Y que eso les quede claro a los medios, pugnó. “Nosotros seguiremos en la lucha hasta el final. Somos un movimiento”. De los meses que vivieron juntos bajo un techo lleno de goteras lo más importante que queda es que ahora existe

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un grupo sólido de personas con un objetivo en común: recuperar el cañón del río Cauca en el que no solo tienen sus tierras sino su trabajo, bien sea como mineros, pescadores o agricultores. Sin embargo, los campesinos afectados por el megaproyecto Hidroituango se van prácticamente con las manos vacías. El 23 de octubre, en reunión con la Gobernación de Antioquia, acordaron que un total de 327 personas regresarían el viernes 25 de octubre a sus territorios en el norte del departamento. Entre los compromisos que asumió la gobernación se cuentan 263 mercados, uno por familia, durante tres meses desde la fecha del retorno; garantías de cupos escolares para los niños; brigadas de salud en cuatro municipios del norte; un subsidio de 50 mil pesos por persona o de 100 mil pesos por familia de más de dos personas durante tres meses; entre otros acuerdos como las precauciones de seguridad para el retorno, la creación de albergues y la inclusión de estas personas en los programas de educación, salud y emprendimiento que adelanten las administraciones de cada municipio. A pesar de los acuerdos, los campesinos no pasaron casi ocho meses durmiendo sobre el piso frío de un coliseo deportivo por un mercado o un subsidio de 100 mil pesos. Su lucha es, como la mayoría de conflictos del mundo, por la tenencia de la tierra.

Hidroituango

En total, Hidroituango represará 2.720 millones de metros cúbicos de agua y producirá, a 2019, 1.200 MW, el 10,5 por ciento del total de la demanda de energía en Colombia. Para el 2022, se proyecta que la represa abastezca el 18,2 por ciento. Esto la convierte en el proyecto hidroeléctrico más grande en Colombia. Para esto deberán inundarse 3.800 hectáreas alrededor del cauce de 79 kilómetros del río Cauca, uno de los más importantes ríos de Colombia, que baña siete departamentos y 180 municipios. Sin embargo, antes de represar el agua, las montañas del cañón del río que comprende los municipios de Briceño, Ituango, San Andrés de Cuerquia, Sabanalarga y Toledo deberán convertirse en desierto. Durante cinco años, animales y plantas serán retirados de la zona, por lo que EPM deberá destinar 18 mil hectáreas a crear un nuevo bosque alrededor del embalse.

Más de 50 personas no volvieron a sus territorios por cuestiones de seguridad.

Y claro, esto no se trata solo de animales y plantas. Decenas de familias, que sobreviven de actividades ancestrales como el barequeo, deberán abandonar la zona. O mejor dicho: ya lo hicieron. Fueron echadas a la fuerza.

El conflicto

Cuando la rueda de prensa terminó, muchos se dedicaron a empacar. De sus cambuches o carpas tipo iglú, que les regalaron profesores o estudiantes de la Universidad, sacaban sus pertenencias. Una muda de ropa, una olla, una muñeca… Mientras tanto, otros, que al fin de cuentas no tenían muchas cosas, iban llenando un formato que les había entregado el Movimiento Ríos Vivos y con el que se buscaba caracterizar la población afectada. En esas estaba Raúl Eduardo Arango Zapata, un campesino de 60 años que tuvo que abandonar su casa en la vereda El Mango, de San Andrés de Cuerquia. Solo que Raúl no sabía leer y miraba la hoja como a un criptograma. Intranquilo, recorría el coliseo, en el que cabían a lo sumo dos canchas de baloncesto. Un muchacho se le acercó y se ofreció a ayudarle, dictándole


7 las preguntas. Raúl respondía y el muchacho escribía. Otros campesinos, sin mucho que hacer a pesar del trasteo, se acercaron. ¿Desde qué fecha empezó a escuchar de Hidroituango? 30 años. Pero en serio, en serio, eso fue del 2000 pa’ acá. ¿Cómo se enteró? Decían que iban a hacer una hidroeléctrica pa’ otras naciones. Yo oía decir del papá mío, de los tíos míos, de los abuelos míos. Ya se murieron. ¿Alguna vez asistió a una reunión convocada por Hidroituango EPM? No. ¿Usted fue censado por EPM? Allá sí nos censaron, les pusieron un número a los ranchos, y de EPM llegó la vigilancia privada. Fueron los que llegaron allá a tumbarnos los ranchos y a estar poniéndonos cuidado y dañando los caminos para que no fuéramos a estar allá, dañaban el agua, la manguera la picaban. El agua que cogíamos para hacer la comida, de esas cañadas, la ensuciaban con la maquinaria por encima, los cables por donde cruzábamos el río los mochaban. ¿Qué conoce usted del proyecto Hidroiguango? Yo no sé. Es una represa. ¿Alguna vez le preguntaron si estaba de acuerdo o no que hicieran esa represa? No. ¿Usted cree que la gente de esa zona necesita una represa? No. ¿Pa’ qué? ¿Usted sabe qué es una licencia ambiental? No. ¿Cuál cree que es el impacto positivo o negativo de Hidroituango? Que nos tapan las playas y no podemos miniar. El pescado tampoco sube, ni la dorada, ni el bagre; no suben los pescados. El cambio climático… no se sabe cómo se va a poner. La violencia. Antes se quedaba uno por ahí en fiestas y ahora no porque de pronto lo coge una bomba.

De Toledo eran 45, Sabanalarga: 51, Ituango: 59, Briceño: 65 y San Andrés de Cuerquia: 107.

De pronto, el cuestionario fue interrumpido por una muchedumbre que gritó enérgicamente. El coliseo, maestro del eco, amplificó la radiante algarabía de los campesinos. “Es que llegó Genaro. Ese era el líder de Ituango al que la semana pasada le colocaron una bomba en la puerta de la casa, le tumbaron las puertas. Y él no sabía qué había pasado porque se metió entre las camas. Es que cualquiera se mete. A uno no le ha tocado todo eso”, dijo una de las mujeres que se había congregado alrededor de Raúl, que, pensativo, seguía respondiendo preguntas. ¿Cuándo le dijeron que se fuera? ¿Cómo le dijeron? Me dijeron que me tenía que ir porque eso no era mío sino que lo había comprado EPM. Que eso lo habían pagado y que tenían escrituras de esas playas del Cauca y que todos se tenían que ir de ahí así fuera a las malas. ¿Había más conflicto armado hace quince años o ahora? Ahora es que está peor. El día que llegaron a desalojar la playa del Plan del Cura, en la que Raúl trabajaba, no opuso resistencia. Él mismo tumbó su rancho, recogió sus corotos y se fue. No se quedó, como otros lo hicieron, por miedo. Eso

fue por allá en diciembre de 2010. El 16 de ese mes los trabajadores de EPM, custodiados por un Escuadrón Móvil Anti Disturbios, también desalojaron la playa Tenche, cercana al municipio de Ituango. A su lado, una mujer contó cómo ese día de los aguinaldos “a nosotros nos tiraron los colchones, rompieron los plásticos, hasta la leña que yo tenía secando para el fogón la tiraron de ahí para abajo. El baño, todo eso lo tiraron. Se nos perdió una cobija, como ocho kilos de frisol y dos libras de chocolate. Y todas las herramientas que teníamos para trabajar también se perdieron.” ¿Y todo eso cuánto valía?, preguntó el muchacho. “¡Pues imagínese! Por ejemplo nosotros vamos a ser tres años el 16 de diciembre, que nos sacaron de allá y no nos han dado ni un confite siquiera. Que bien ellos nos podrían reconocer ese tiempo que llevamos por fuera.”

El éxodo

Raúl Eduardo continuó con la idea de la señora, que es la misma de Ruby Estela Posada de San Andrés de Cuerquia, que es la misma idea de la niña Mariana Giraldo: “No debieron habernos sacado sabiendo que eso es un patrimonio que tenemos nosotros de hace años. Esas playas que son de nosotros”. Una historia que se repitió en decenas de familias, desalojadas en diferentes momentos. Por eso, en marzo de este año, se realizó la primera gran movilización hacia el Valle de Toledo. La idea era que los vieran, que los escucharan. Alrededor de 500 personas construyeron una especie de albergue y se alojaron allí para hacer un plantón. “Pero apenas llegaron comenzó la presión, el miedo –según lo denunció Liliana María Uribe, abogada de la Corporación Jurídica Libertad y asesora legal de Ríos Vivos–. Porque, por un lado, esa es una zona de conflicto armado, entonces había ataques de la guerrilla al ejército y el ejército reaccionaba contra la guerrilla desde el albergue donde estaba concentrada la gente, lo que asustaba mucho a las personas. Y por otra parte, el Esmad los hostigaba constantemente, les tiraba gases lacrimógenos, los golpeaba, los amenazaba

tos. Definieron los turnos en los baños. Lograron, desde el principio, lo que parecía difícil: una convivencia sana en un espacio tan pequeño que reunía gentes de varios municipios. Algunos trataron de trabajar en lo que fuera, mientras tanto. Otros salían en la mañana a conseguir comida para todos, que les regalaban en la Plaza Minorista. Ciertos se iban a caminar por el campus, aburridos. Lejos de su casa, sin trabajar la tierra o sacar oro, la sensación era extraña. Por un lado la relación con muchos estudiantes era cordial, por otro lado el vacío de estar lejos de todo. Tener hambre. Sentir nostalgia. Extrañar el río. Con los días, fueron acomodando su cultura al entorno. Colgaron cuadros, imágenes religiosas. Recibían misa cada ocho días. Algunos niños aprendieron de computadores. Iban a las salas de sistemas de la universidad. Escucharon tronar las papas bomba, varias veces. Recorrieron el campus, lo conocieron. Encontraron amigos. “Sé que voy a extrañar mucho a los estudiantes”, comentó, al lado de Raúl, una señora. Solo que ahora era el momento de la partida, otra vez. Volver sin tener muy claro el futuro. Aún no lo sabían, pero este nuevo éxodo no sería mucho mejor. Según el comunicado publicado en el blog Debate ciudadano sobre Hidroituango (http://debatehidroituango.blogspot.com), las condiciones del regreso de las comunidades a sus territorios fueron humillantes. “Todos, incluso niños y niñas, salieron de la ciudad sin haber recibido ningún tipo de alimento, esto ocasionó incluso que una de las mujeres se desmayara en el camino y tuviera que ser internada en el hospital de Santa Rosa de Osos. Todos llegaron a altas horas de la noche del viernes e incluso al día siguiente. Sin en dónde pernoctar algunos fueron dejados a la deriva, a otros se les improvisó lugares que no contaban con las mínimas condiciones. (…) La salida del último vehículo se dio después de las dos de la tarde, a pesar de las múltiples ocasiones en las que las comunidades insistieron en la necesidad de llegar temprano por la

En los primeros días de noviembre inició el desmonte del antiguo coliseo, donde vivieron los campesinos, para construir placas polideportivas que serán parte de la zona deportiva que se ha venido renovando.

y les decían que ellos eran guerrilleros y que ya sabían lo que hay que hacer con la guerrilla”. El 16 de marzo, cuando los campesinos estaban en el plantón tuvieron el ataque de la fuerza pública más fuerte que se les había presentado hasta entonces. Capturaron a 77 personas, entre ellos un niño, y los llevaron hacia el comando de policía de Toledo. 12 de los capturados fueron trasladados en helicópteros hacia Santa Rosa de Osos y luego los liberaron porque las capturas fueron ilegales. Algunas personas agobiadas por la experiencia en el Valle se devolvieron para sus municipios. Los que se quedaron decidieron caminar hasta Medellín en busca del gobernador Sergio Fajardo Valderrama. Se quedaron amaneciendo primero en el Hatillo y luego en Bello, hasta que pactando con algunos estudiantes acordaron llegar a la Universidad de Antioquia el 20 de marzo. El día en que llegaron, en la universidad había un concierto. 380 campesinos, entre los que se incluían niños, se acomodaron en el coliseo. Cuando llovía, caían goteras por montones. Con ayuda de estudiantes y profesores, que desde un principio les dieron la mano, se organizaron, consiguieron comida, algunas carpas. Se repartieron en grupos de aseo y preparación de alimen-

delicada situación de orden público en la zona. Hasta el día siguiente sábado 26 de octubre a las 5:00 p.m. estaban llegando las últimas familias a sus sitios de destino, después de haber vivido la varada del vehículo que los transportaba. Además, no los llevaron hasta el sitio que se comprometieron, más de 15 personas fueron dejadas a su merced en el corregimiento El Valle de Toledo y cuando la justa molestia del líder del grupo fue expresada por el evidente incumplimiento la inmediata respuesta de los funcionarios públicos fue llamar a la Policía”, dice el comunicado. Por ahora, es poco más del mediodía. Faltan horas para que lleguen los buses. Apenas el muchacho terminó de llenar el formulario, alguien gritó que ya iba a empezar la transmisión de Hora 13 noticias. Hombres, mujeres y niños se reunieron en torno al único televisor que tenían en el coliseo, esperando ver en pantalla las declaraciones que dieron esa mañana en la rueda de prensa. Comenzaron las noticias: “Barequeros y campesinos afectados por el proyecto Hidroituango afirman que su retorno se da por desgaste, más no por haber logrado su objetivo”, dijo el locutor.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


8 Letras

Con voz de mujer Tres escritoras de la ciudad que recién publican su primer libro. Tres estilos diferentes que, de alguna forma, dan cuenta de la literatura antioqueña de hoy.

Mujeres de úteros vacíos: Alejandra Arcila Yepes Danielle Navarro danijh16@hotmail.com

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Algunos de los textos de Alejandra se han publicado en antologías literarias: Narrativa BINARIUS (Universidad EAFIT) donde ganó en las categorías de relato corto (2011) y fotografía (2011) y en ediciones virtuales.

l leer cada uno de los 19 textos del libro Mujeres de úteros vacíos y percibir las voces de esas mujeres, uno puede preguntarse cuál es la voz de Alejandra: si es ella siempre la protagonista, si los cuentos son un reflejo de su realidad o solo son un eco de sus pensamientos. Y no resulta tan absurdo preguntarlo porque esa voz que, entre las páginas, se muestra con dureza y sin escrúpulos, es ella –la autora– y no es ella, al mismo tiempo. Con sus propias palabras: “No soy yo, pero estoy ahí sin estarlo al pie de la letra”. Alejandra Arcila Yepes es una escritora novel nacida en Medellín. Tiene 26 años y recientemente el Grupo Planeta le publicó su primer libro, con el cual ganó en 2012 una de las Becas para la Creación Artística, en Cuento, que otorga la Alcaldía de Medellín. Sus primeros pasos los dio en Medellín, en el barrio Belén. De niña, disfrutaba tanto escribir en papelitos como jugar ajedrez. Incluso tiene medallas. Fue su padre, León Jairo Arcila, quien le dio las primeras bases y le enseñó a mover las fichas. Al graduarse del colegio La Inmaculada, de Itagüí, le gustaba el Derecho. Aún le gusta, pero finalmente se decidió por la comunicación. Y no se equivocó. El paso por la universidad le dejó la sensibilidad necesaria para escribir con delicadeza palabras que desgarran. En 2009 se tituló como Comunicadora en Lenguajes Audiovisuales en la Universidad de Medellín; ese mismo año escribió “Juego”, el primer relato de su libro, como resultado de una tarea del Taller de Escritores al que empezó a asistir cuando aún no había conseguido trabajo. Así, pasó de elaborar ensayos y críticas literarias en la universidad a crear sus propios relatos en el Taller. La comunicación le enseñó a ser precisa, a decir solamente lo justo; el taller, a aplicar en la literatura, de manera creativa, su formación profesional: concebir ideas claras que retrataran, con pocas palabras, todas esas experiencias que ha logrado condensar en las historias. Alejandra le tiene un cariño especial al primer cuento del libro, no solo por ser el primero que escribió en su vida, sino porque en ese juego erótico en el que una mujer deja que su pareja abuse de ella, la escritora convierte en ficción uno de sus más grandes miedos. Incluso se le quiebra la voz cuando habla sobre esto. Otro de los temores es perder a su madre. No escribe sobre este tema ni sobre cualquiera que hable de la relación madre-hijo. La única vez que lo intenta, en “Del tamaño de una uña”, el niño no nace. De hecho, el título Mujeres de úteros vacíos corresponde a esa incapacidad de llenarlos durante todo el libro. Ninguna de esas mujeres es madre. Ella tampoco. Disfruta del cine, las películas de Woody Allen, y de la literatura, los libros de Alejandra Pizarnik. Para relajarse, le gusta escuchar rock; para descansar, procura buscar espacios verdes y lugares que le permitan tener contacto con la naturaleza. Escribir le apasiona. Ha encontrado en sus cuentos una manera de convertir en ficción su propia realidad. No pretende criticar, juzgar ni agregar ningún comentario; simplemente ilustrar con palabras, unas veces, sus miedos; otras, sus experiencias; y las demás, situaciones, emociones y dolores que viven con frecuencia las mujeres de hoy y que se expresan a través del cuerpo, con la piel reseca, con la orina oscura o con la caída del cabello. Las 19 historias están escritas en un monólogo que tiene voz de mujer. Una voz que se escucha a veces triste, a veces con dolor, a veces con rabia; pero es siempre una voz femenina la que narra experiencias que podría vivir cualquier mujer de esta generación. Quizás, en la mayoría de estas mujeres hay vestigios de la voz Alejandra Arcila Yepes y, en todas ellas, los rasgos de la voz de la literatura antioqueña de esta época.

¡Mira lo que trajo el Mar!: Marcela Velásquez Guiral Estefanía Henao Arboleda estefaníahenao.a2@gmail.com provenía de Medellín, porque su padre era profesor en Andrea Uribe Yepes el colegio del corregimiento. Creció protegida por los andreauribeyepes@gmail.com

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lguna vez, la novelista y ensayista norteamericana Susan Sontag declaró su amor a las limitaciones porque en ellas encontraba la inspiración para sus escritos. Este es el caso de Marcela Velásquez Guiral, autora del libro ¡Mira lo que trajo el mar!, quien no sabe nadar y no conoció el mar hasta “ya vieja”, pero cuando mira las olas, el sol y el agua salada encuentra la inspiración para sus cuentos. Marcela nació en Yolombó (Antioquia), en el corregimiento La Floresta. Vivía allí, aunque su familia

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libros y por las voces que contaban solo historias: “En mi casa había una gran biblioteca que era de mi papá. Uno a él lo veía siempre estudiando porque para ser docente, antes había que hacer la Normal, una tecnología, luego la licenciatura. Entonces, era pegadito a los libros”. Y de verlo, algo se le pegó. Cuando cumplió 16 años y se vino para Medellín, con su hermana y su mamá, empezó a estudiar Bibliotecología. En esta carrera encontró su vocación y su pasión. La vocación en la promoción de la lectura y la escritura, sobre todo con los niños, y la pasión en la escritura, aunque esto último venía de antes.

“Cuando pequeña, escribía poemitas por encargo a las amigas, aunque ya no me atrevo. Pero estando en la Universidad fue que me dediqué a la narrativa. En clases de Literatura empecé a escribir muchos cuentos, pero nada publicable, más para uno. Yo escribía para pulirme porque me gustaba, nunca pensando en publicar”. Marcela es inventora, desarrolla proyectos en su cabeza que pasa a libretitas que luego transcribe y terminan en cuentos. Ella escribe historias para ella, escribe las historias como a ella le gustaría que se las contaran y cree que el motivo es que más que música, que aire, escuchó historias de su madre o de un vecino que los sentaba a ella y a sus amigos en la acera a que escucharan su pasado.


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Aún no era grande: Estefanía Uribe Wolff Eliana Castro Gaviria ecastrogaviria@yahoo.es

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enía cuatro años cuando se fueron El Miamor, Rosita y Angélica. Aún no era grande y sus amigos imaginarios se fueron con su tío Juan a la Guajira: Rosita, de vestido azul; Angélica, con el rosadito, y El Miamor, siempre de rojo. Muchos años pasaron hasta su regreso, cuando Estefanía Uribe Wolff empezó a escribir los diez relatos de su primer libro. Estefanía tiembla, todo el tiempo. Por las pastillas, el cigarro, el café, la vida, por lo que sea. Sonríe, también, pero con menos frecuencia. Lo hace traviesa, insolente, cuando dice esas cosas que a la gente no le suele gustar. Como que detesta a los periodistas o que en la Universidad de Antioquia le decían ‘Tabanito’ y en Eafit, ‘Reina de Corazones’ porque le tenían miedo. Es escritora, a secas, sin ninguno de esos títulos que clasifica a las personas. Es un espíritu libre que solo respeta las normas de la Real Academia Española. Son las paradojas de la vida, las obsesiones. Dos amores que vienen ligados, su abuela y las palabras. A los nueve meses aprendió a hablar: “Yo tengo un espíritu libertario, a pesar de que me ponga muchas cadenas; yo tenía que llegar rápido a conquistar la palabra”. Otro día encontró en la casa de la abuela un libro de Fernando Ávila, Español correcto para dummies, y se lo leyó todo. “Luego me convertiría en una obsesiva de las palabras, de las letras, de la manera de juntarlas y conjugar los verbos, de sus significados y de quienes trabajan con ellas”, dice en su libro. Estefanía Uribe Wolff fue redactora del suplemento Palabra y Obra, del perióA los 13 años comenzó a escribir, desdico El Mundo, y columnista de El Tiempo. pués de leer Mientras llueve, de Fernando Soto Aparicio. En el libro, Celina Valdivia estaba injustamente en la cárcel y tenía un diario porque era la única forma de soportar tal situación. “Yo también estaba injustamente en el colegio, muy sola, y empecé un diario; no sé si me servía pero me ayudó para ser lo que soy ahora”. Cuando pasa mucho tiempo sin leer y necesita escribir, busca a Serrat. Vuelve, porque cuando aún no era grande, su papá y su abuela la arrullaban con esas canciones. A Saramago y a Serrat debe el tono del libro. Aún no era grande significa una sola cosa, la conquista de la ficción. Estefanía necesitaba escribir algo que estuviera menos ligado a ella, menos mártir; y en ese proceso su siquiatra tuvo mucho que ver: “La doctora Irene,

a quien está dedicado el libro, sabe mucho de literatura infantil, y uno en las terapias regresa a la niñez. Ella fue la que me dijo ‘Vos escribís muy bien, Estefanía, ¿por qué te tenés que tratar mal? Eso es tuyo’”. Por eso, estos diez relatos son un viaje hacia a la infancia, con la sorpresa y la naturalidad que ese viaje implica cuando es sincero, sin poses. Porque más que el afán por publicar un libro, la autora tenía en mente cerrar sus cicatrices. Son los amigos imaginarios, los objetos transicionales, los deseos infantiles que la acompañan toda la vida, las paletas de limón, los primeros amores y los definitivos. México, Frida, Chavela. Todos los amores, que son absurdos siempre. Y Justina, su amiga, la grande, la que sabe todos los misterios del mundo que ella admira, como las tristezas. Pero, ¿qué son estos textos?, ¿cuentos, ensayos, crónicas? Ni Antonio Caballero ni Carolina Sanín lo saben, pero les gustó el libro, y eso hace feliz a Estefanía, que ya había dicho algo en el primer relato que escribió, “Pastillitas”: “Bonito fuera: tomar pastillas de ciencia ficción, futuristas, y así, de la nada, volverse cuentista”. Entre tanto, también está la política. O estaba porque después de pertenecer al partido Liberal, se retiró. Por ser hija del rector de la Universidad de Antioquia le han sobrevenido más de mil problemas por lo que hace o dice; ya hasta perdió la cuenta de las veces que la han llamado ‘comunista’: “Ya quisiera yo, pero ni mis circunstancias ni mi medio me lo permiten”, le escribió alguna a vez a un profesor. Por ser Uribe, cuando acompañaba a Piedad Córdoba y hacía las veces de escudera, tuvo más líos. Hasta que algún día, Piedad dijo que era uribista: “Sí, uribista por Estefanía”. Tiene un blog con un amigo, Constantino Villegas, sobre ortografía. Un blog que debería ser de consulta diaria precisamente para periodistas, para todos: Prole.es, prole que significa descendencia, y porque es un Proyecto de Lengua Española. Ya no es tan radical como antes con estos asuntos, aunque con las tildes sigue siendo implacable. En uno de sus últimos sueños, se casó con Borges. Jorge Luis tenía 101 años y cuando se casó con Estefanía empezó a ver. Él quería leer su libro, pero ella no quería dárselo porque se le acababa la vista. “Fue un sueño bonito y la gente nos miraba raro”, concluye Estefanía. Y como en alguno de los relatos, repite: “Algo de inocencia infantil guardo o será que en algo debo crecer”.

Con ¡Mira lo que trajo el mar!, Marcela fue ganadora de una Beca de Creación en Literatura Infantil, en la categoría Cuento, otorgada por la Alcaldía de Medellín en 2012. El libro está ilustrado por el artista argentino Gusti.

“Ella se dedicaba a cuidarnos, a contarnos historias. En el pueblo, se iba mucho la luz. Cuando la guerrilla se iba a entrar, por ejemplo, a Yalí, que era un municipio cercano, casi siempre quitaban la energía. Mi mamá tiene 15 hermanos, entonces tenía muchas historias para contar: las travesuras de los hermanos o de ella y nos las contaba en la oscuridad”. A Marcela, las historias que le gusta contar son, sobre todo, para niños. Aunque dice que eso de decir que son para niños o adultos son etiquetas de las editoriales y producto del consumismo porque un niño no va a leer Cien años de soledad, pero un adulto puede divertirse mucho con Las Aventuras de Tom Sawyer. Entonces, mejor dice que escribe para ella, pero lo que ella escribe lo leen los niños. En ¡Mira lo que trajo el mar!, los hechos y los personajes son contados con un lenguaje simple, aunque algunas de las historias tengan un trasfondo complejo. Para ella, en los cuentos para niños no deben de estar ausentes los temas cotidianos, por más crueles que sean. “Hay muchos que se asustan cuando uno habla de muerte o de desaparición, pero los niños están inmersos en eso. Es sabérselos contar; no es el tema, sino saber cómo se les cuenta”.

Actualmente trabaja en dos proyectos en la Universidad de Antioquia. Uno, sobre la formación de lectores, y otro, como asesora en un Plan de Lectores para todos los colegios de Itagüí. En los tiempos libres, también en los ocupados, busca historias con los oídos, la vista, el tacto: “Para encontrar historias uno se vuelve como una parabólica. Uno está pendiente, lo que dicen en el bus, en todas partes. Uno no es chismoso, pero sí curioso y se inventa hasta lo que están hablando. Y eso es lo que se quiere con la literatura, que las personas sean muy sensibles a la vida y uno, de pequeñas cositas, escribe algo”. ¡Mira lo que trajo el mar! es producto de la caza de esas pequeñas historias. Niños que viven en el mar y aprovechan el agua salada para hacer sus travesuras. Animales disfrazados de otros animales o niños que se creen animales crean pequeñas historias entrelazadas que forman como una “pequeña novelita” que puede ser leída por quien quiera en un ratito de brisa costera acompañado de historias “algunas dulces como el mango maduro. Otras saladas como el agua de mar”.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


10 Entrevista Fotografía: Julio Londoño

Alfredo Molano:

un viaje al nervio del país Alfredo Molano Bravo es, ante todo, escritor, también sociólogo y periodista: recorre, escucha y escribe. Le gusta meterse en la zona rural de Colombia y encontrar personajes que cuenten sin ínfulas sus vivencias en una época de guerra, violencia, desplazamiento o cualquiera de estos temas que, tristemente, hacen parte del paisaje colombiano.

Andrea Uribe Yepes andreauribeyepes@gmail.com

A Julio, gracias.

A

quí, en su casa, de ventanas grandes por donde entra la luz a raudales, Alfredo Molano viste camisa color lila y chaleco amarillo que hacen juego con una sudadera negra, desgastada, y unos zapatos blancos pequeños. Tiene el cabello cano hasta el cuello, desprolijo, con algunos pelos negros que no quieren envejecer y que se asoman en su peinado. –Rápido que no tengo mucho tiempo –dice mientras se toma algo caliente. Es una mañana de frío en Bogotá. Alfredo se sienta en un mueble amarillo, en la sala, al lado de una oveja de madera; también hay varios objetos que parecen recuerdos. Más allá se ve una cocina amplia, cerca del comedor. Apenas si comienzo a explicar qué hago acá, cuando Alfredo vuelve a apurar. Entonces, sin más, empiezo:

¿Cuál considera que es su método?

Yo hago entrevistas con la gente. Desde que llego a una región, voy conversando con la gente. Voy entrevistándola en dirección al tema que me interesa. Ya no hago casi grabaciones; tomo notas y trato de redactar inmediatamente las impresiones que tenga y, sobre esas impresiones, voy construyendo un texto que luego redacto... Así que reportería estricta, de ir a hacer un reportaje, casi no hago. Diferencio entre la crónica y el reportaje en que la crónica tiene más subjetividad. Y yo considero que eso es válido porque uno es parte del tema que está tratando, que si es la lucha armada, la cuestión agraria, uno está metido ahí de todas maneras. Cuando uno entra en el mundo de lo cotidiano social, no necesita lo académico para entender el mundo. O no necesita esos marcos teóricos ni esas grandes estructuras conceptuales, me parece que sobran. La persona que está relatando y el relatado son la misma. Ahí se rompe la dicotomía del de allá y el de acá, de lo objetivo y lo subjetivo, esa es la idea.

¿Qué cree que le falta al periodismo actualmente?

Pasión: eso es lo que le falta al periodismo hoy, y aventura, libertad, independencia. Ahora es muy jodido porque los medios tienen sus propias formas de subordinar a los periodistas y las empresas de subordinar a los medios porque, finalmente, los medios son empresas regidas por la ley del valor, la ganancia, la rentabilidad.

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¿Esto aplica incluso para el periodismo informativo, del día a día?

Yo sí creo que debe tener pasión y, cuando digo pasión, es subjetividad. De todas maneras, la objetividad es una selección subjetiva, es una trampa que se hace, que se presentan las cosas como sobrias, ajenas, como lo verdadero. Cuando un periodista escoge determinado acontecimiento, lo hace subjetivamente, entonces ¡para qué nos dicen mentiras! Lo objetivo no es una realidad que se halla escondida en el mundo, que uno la encuentre y esa es la que debe contar. Es decir, lo subjetivo es un camino también para encontrar la verdad y la verdad puede ser subjetiva. ¿Eso de objetivo qué quiere decir? ¿Lo esencial?, ¿lo central?, ¿lo trascendente?, ¿lo oficial?

¿Cuál cree que es la mayor falla del periodista?

El periodista no escucha. Debe preguntar menos y oír mejor. Hay una manera muy antipática de los periodistas y es que no preguntan, sino que interrogan, que es algo venido de la inteligencia militar o de los juzgados, que buscan la objetividad y coger a la gente en la trampa. Al periodismo le pasa que confunde la realidad judicial por la realidad social, nos volvieron agentes institucionales. El pueblo lo baja a uno duro…, lo baja del golpazo. Métase un mes con la gente y verá cómo le tumban a uno todos esos andamiajes; es necesario pasar por esa experiencia.

¿Cree que uno escoge las historias y los temas según su pasado?

Es muy válido lo que dice Sábato: “Los fantasmas lo escogen a uno”; es decir, los temas lo escogen a uno, le van llegando por su formación, por su historia, por sus condiciones, por sus peleas, por su personalidad. Y eso es lo que hay que desarrollar, eso es lo que el mundo le pone a uno a la mano. Lo otro, es decir, esa posibilidad de que uno sea universal y escoja con libertad, eso no es verdad.

¿Qué es para usted el camino, el salir, el recorrer? El irse para afuera tiene que ser irse también para adentro… Lo que quiero decir es que lo que llamamos lo de afuera, el mundo social, político y económico, no puede ser entendido si no hay una búsqueda espiritual interior, no religiosa ni tampoco psicoanalítica. El periodismo es la feria de las vanidades, por eso es tan importante el camino interior porque a usted el camino interior lo baja de la vanidad.

¿Cuál fue su experiencia en la Universidad de Antioquia?

Pasé tres años en la Universidad de Antioquia, fui profesor de Sociología, pero lo más interesante de ese proceso es que estuve esos tres años con Estanislao Zuleta. Terminé siendo parte del grupo íntimo de Zuleta… Ahí leímos El Capital, Nietzsche, Freud, y aprendí más en esos tres años que en toda la universidad. Si a mí me dicen que hay una visión conceptual detrás de mi mirada periodística, digo que es cierto, pero esa es la de Zuleta, que finalmente nos enseñó fue a desprendernos de esa estructura conceptual… Actuar con ella pero no a reproducirla en lo que miramos.

¿Cree que el periodismo deba tener lugar en la academia?

Yo ese lenguaje que ustedes usan no lo entiendo mucho, pero les cuento con sinceridad: yo no soy académico en periodismo ni en nada; eso lo dejé hace muchos años. Abandoné la academia, las metodologías, las epistemologías y demás pendejadas. Tampoco hago reportería. Yo hago crónicas, relatos que tienen la diferencia de ser más subjetivos, más literarios si se quiere, menos científicos. Yo no estudié periodismo en la academia: yo soy empírico como se llama, yo me formé solo. Los periodistas antes no eran profesionales, por lo menos hasta los años 60, 70 y, de alguna manera, la academia congela el oficio, lo somete a normas, a metodologías que llaman ahora, a caminos. Y eso le quita interés, aventura, diversión, profundidad. Entonces, yo considero que la academia es un lastre para el periodismo y para todo lo que no sea una ciencia. En las humanidades, sacar a la persona del mundo donde vive, trabaja, sufre y sueña no solamente es una pretensión, sino una imposibilidad. La academia y las instituciones tienen su propio lenguaje para los que hablan y comparten ese lenguaje, que son conceptos y miradas sobre el mundo. Entonces, trasladar una investigación jurídica, sociológica o política al lenguaje popular es una cosa que no se hace porque hay un círculo de escogidos a los cuales están dirigidos esos textos, como los médicos o los abogados; eso es un círculo ahí cerrado.

¿Por qué cree que genera a la academia cierta incomodidad la voz del pueblo, la mirada social?

Porque les quitan el andamio donde están subidos. La formación académica es un andamiaje donde uno va subiendo, una especie de pódium, y si a usted se lo remueven no le gusta porque usted cree que está, que hizo un camino valioso que le costó dinero y sacrificio y se cree poseedor de una cierta verdad. Si a usted le mueven el andamiaje, queda descompuesto.


Teatro

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Penas y Cadenas [En la ciudad del pecado, el crimen no es casualidad] Uno de los libros más importantes de Alfredo Molano es llevado ahora al teatro. Una mirada a la difícil vida, para muchos colombianos, en las cárceles.

El dolor, producto del encierro, se pone casi al margen cuando los cuerpos son también maltratados dentro del penal. El hambre y los golpes son las formas más comunes de violencia.

Varias historias convergen y crean algo parecido a una sinfonía de la miseria. Hombres con manos manchadas, mujeres con crímenes heredados, otras que atenúan su voz ronca para llenar vacíos creados por el pasado. Pequeños en el lugar equivocado y otros que completan los pocos espacios en blanco que hay en cualquiera de las cárceles del país, crean una obra de teatro que es libro y realidad. La obra cuenta cinco historias de personajes que, dentro y fuera del penal, retratan lo que se vive estando a merced del sistema penitencial colombiano. Al ritmo de hip hop, tango, corrido y ranchera en el espectáculo de cabaret, se mira y se piensa lo que es carecer de derechos humanos en un recinto donde todos los han violado. La representación teatral de Penas y Cadenas, adaptación de César Morales Figueroa y Natalia Torres con estudiantes del Arte Dramático de la Universidad Central y el Teatro Libre (Bogotá), muestra lo imperdible en el show del sistema carcelario colombiano, por medio de voces que, a la mejor manera de Molano, asumen su tono real para retratar toda una historia nacional.

La realidad

Fotografías: cortesía producción Penas y Cadenas

En Penas y Cadenas se ve cómo dentro de la cárcel el que tiene más poder es al que menos le tiembla para matar, lastimar, robar.

Andrea Uribe Yepes andreauribeyepes@gmail.com

Para Emmanuel. De día y de noche, ¡para toda la vida!

S

uena un pito y comienza la obra. Suena como suena el comienzo de un día en la cárcel y de la misma manera en que se pautan las rutinas del suplicio en las paredes espejo del país. En el Teatro Libre Sede Centro (Bogotá), a las 11 de la mañana, muy temprano para este tipo de encuentros, todo parece demasiado oscuro. Se presenta la obra de teatro Penas y Cadenas, adaptación del libro homónimo del escritor e investigador Alfredo Molano.

En Holanda existe un serio problema carcelario: no hay presos y las cárceles desoladas lloran por inútiles. A pesar de que en los años 90 la cantidad de reos superaba la capacidad de las cárceles de ese país, el ministro de justicia, Nebahat Albayrak, anunció que está por cerrar ocho cárceles porque desde que legalizaron la marihuana no hay a quién encerrar. Tal vez esta sea también una de las soluciones para las cárceles en Colombia donde, a diferencia de Holanda, los presos no caben. Hace 10 años, las prisiones en el país albergaban unos 35 mil internos, hoy más de 85 mil se encuentran hacinados, en condiciones deplorables y con el espacio vital reducido a la asfixia. Sin embargo, no parece haber una solución inmediata. Según declaraciones del director general del Inpec, Gustavo Adolfo Ricaurte, “Mientras en lo corrido de enero ingresaron 2.740 personas, en el mismo periodo solamente salieron 700”. Y a los que entran, les vale tener un lugar donde sufrir. Carcelero: ¿Usted es rolo o paisa? Bombillo: ¿Cómo así? C: ¿Rolo o paisa? B: Paisa, y paisa de los de mazamorra. C: Patio número tres, con su gente. ¿Celda o pasillo? B: Pues, celda. C: Son novecientos mil… Es que cual billar o multinacional, la cárcel se rige bajo una lista de precios y una tabla de preferidos que, según calibre y quilates, pueden o no acceder a ciertas comodidades. Hay desde patios cinco estrellas hasta multas por no dormir en el calabozo. Cobran una cuota por tener acceso a una cama y hasta por un pedazo de suelo dentro de una celda. Veinte mil por la bandeja de comida –la bandeja–, 150 mil por recuperar un celular incautado, 20 mil pesitos por borrar una falta y se cobra hasta seis veces más de lo que vale un cuarto de aguardiente en la calle. Hay un peaje para poder salir del pabellón y se paga una mensualidad escuelera para evitar la requisa. ¿A cómo la lloradita? ¿A cómo el orgasmo de domingo? ¿A cómo el silencio? Pero mejor se paga porque en la cárcel lo que no se cobra con plata se deduce a tiros.

El Barne: en la cárcel se paga por todo, se le paga a los ‘carros’ que son los mensajeros que a su vez le pagan a los ‘caciques’. La Modelo: que a su vez le pagan a la guardia, que su vez le paga a la dirección. La Picota: que a su vez le paga el Inpec, que a su vez le paga al Ministerio de Justicia. El Barne: la cárcel es una gran plaza de mercado.

La denuncia

Penas y Cadenas es un ‘chivatazo’ sin pliego de peticiones. Es un recorrido de acusaciones implícitas para el Gobierno que no se sabe si se ha hecho el bobo o se le ha ido de largo el problema que tiene tras las rejas. Porque no solo es que se maneje la cárcel como una plaza de mercado o que la fuerza la siga teniendo el más rico, el más malo, el más temido. Es que los penales no están cumpliendo su labor “civilizadora y educativa” que tanto pregonan algunos; están, más bien, convertidos en huecos hondos de desigualdad, maltrato e injusticia. La Picota: esto jamás va a ser un lugar de rehabilitación. La Modelo: las cárceles, más que un lugar de rehabilitación, son un lugar de investigación, aquí se investiga la frontera entre la normalidad y la locura. Isidro: ¡Compañeros! Es imposible que desde la cárcel se pueda cambiar la sociedad, pero aunque difícil, el poder político puede imponer la vigencia de los derechos humanos, como una manera de rehabilitar al penado, que es plenamente consciente de que su delito fue precisamente la violación de esos derechos. Estado que se respete, no puede adoptar la violación de los derechos humanos dentro de su sistema porque eso es condenar doblemente al preso y legalizar la Ley del Talión que, como ustedes saben, solo termina cuando todos quedemos ciegos.

El reflejo

Alfredo Molano lo dice mejor que cualquiera: la cárcel, más que un panóptico, es un reflejo de lo que hay afuera. “Es que esa gente tan jodida es el reflejo exacto de lo que es esta sociedad, es un espejo. Es una realidad chiquita que contiene todos los elementos que en la grande existen, es el país metido entre cuatro paredes, eso es lo que yo quiero mostrar, un país es tan asqueroso como una cárcel”. Por eso es que Penas y Cadenas no es solo una denuncia, sino que es una interpretación del país. “No es que las cárceles sean un infierno en medio de un océano de bondades, como dicen en este país”. Es que de todo lo que arde es el lugar más inflamable.

Nota de la autora: Los diálogos dentro del texto son extractos del libreto de la obra Penas y Cadenas, del autor Alfredo Molano, adaptado por el director César Morales Figueroa.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


12 Reportaje gráfico

En busca del árbol sagrado En el departamento del Cauca, al suroccidente de Colombia, se encuentra asentada gran parte de la comunidad indígena Nasa, un pueblo que lucha por mantener vivas sus tradiciones. Entre estas, el Ritual de las Semillas.

Lucy Fernández Mestizo lucyfaifer16@hotmail.com

Desde muy temprano, al lado de la carretera de la vereda La Palma, del Resguardo de Jambaló, norte del Cauca, la comunidad reunida se alista para ir en busca del árbol de Saakhelu.

A

penas caen los primeros rayos de luz del día, un grupo de hombres indígenas, con ruanas, sombreros, flautas y tambores, se alista para ir en busca de un árbol al que llaman Saakhelu, en las montañas del Resguardo de Jambaló, en el departamento del Cauca, donde vive la comunidad Nasa. Al son de las flautas y tambores, los indígenas caminan hacia el lugar donde está el árbol que será cortado. Son aproximadamente 250 personas, entre jóvenes y adultos, quienes se reúnen para cargar aquel árbol sagrado. La mañana es fría. Los tambores no dejan de sonar, el sonido de las chirimías es parte del ritual, al igual que la chicha, una bebida de caña que es tradicional en esta zona. Es un momento de mucho respeto, sagrado. Todos esperan las indicaciones del sabio y médico tradicional, autoridad espiritual, llamado Thê’h wala. Él hace el ritual de limpieza con el fin de armonizar las energías con la naturaleza para que, de este modo, no haya un descontrol y ningún tipo de accidente. El árbol del Saakhelu mide aproximadamente 17 metros; en el momento de cortarlo, todos deben participar. Primero, empieza Thê’h wala; luego, cada persona asesta un machetazo hasta que el árbol cae al suelo; después, se levanta y se lleva al lugar del ritual, sin estropearlo ni dejarlo arrastrar o tocar el suelo, pues, según los mayores, si este se deja caer se volvería más pesado al levantarlo. El Saakhelu, acorde con las señales de los espíritus, puede ser macho o hembra. Entonces, el médico tradicional es quien dice cuáles personas pueden ir a cortar el árbol. Si esta especie es macho, las mujeres son las encargadas de llevar el árbol al lugar del ritual. En este caso, el árbol es hembra, por lo tanto es cargado y llevado por los hombres. Dentro del universo Nasa, con este árbol se realiza el Ritual de las Semillas que consiste en ofrendar a los espíritus de la naturaleza, el sol, la luna, el cóndor y el colibrí, las semillas de las plantas para que haya cosecha en abundancia y evitar la hambruna.

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Thê’h wala, Mariano Pilcué, es el encargado de abrir camino, equilibrando las energías con la naturaleza. Cuando llega al árbol de Saakhelu, alza su mirada en señal de saludo y respeto, buscando el permiso del árbol para poder cortarlo y transportarlo.

Durante el recorrido, hay un tiempo para descansar. En éste se reparte la chicha o chaguasgua, bebida que es llevada en calabazas. Aunque las personas se sientan, no hay rostros cansados; se refleja alegría, es un momento para compartir. Están celebrando un ritual que los identifica y los une en torno a sus costumbres. Al cabo de un tiempo, continúan cargando el árbol al sitio destinado para el ritual. En el lugar, las mujeres y demás personas que no acompañaron el corte del árbol están esperando. Todos deben tener, previamente, la cabeza bañada por los Thê’h wala, quienes emplean remedios frescos para armonizar la llegada del árbol. Al llegar al punto elegido, el árbol se recibe con alegría, que a su vez llena de fuerzas a los que lo carga-

ron. Las personas hacen su último esfuerzo, siembran el tronco en el lugar destinado por el Thê’h wala, quien previamente ha realizado rituales para armonizar el punto de siembra. ¡Todo está listo! Empieza la danza de bienvenida al árbol sagrado; el sonido de los tambores y las flautas no para. Entonces, se escuchan los gritos ¡Saakhelu we’we!, que significa ¡Viva el Saakhelu!, y las mujeres empiezan la danza de bienvenida alrededor del árbol. Es una cadena que poco a poco va creciendo. Allí participan todos; nadie se puede quedar mirando, pues ha empezado la parte más importante del ritual.


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Thê’h wala armoniza las energías de los participantes a través de plantas frescas. Es un ritual que los ancestros de la comunidad indígena Nasa dedican a la Madre Tierra, en especial, por sus semillas.

Al ritmo de la flauta y los tambores, se empieza a cortar el árbol para luego trasladarlo al lugar donde será enterrado. Es importante que todos los hombres, desde los niños hasta los ancianos, le den machetazos al tronco porque simboliza unidad y vitalidad. Esto se hace en minga y guiados en cada momento por Thê’h wala.

El árbol, que mide aproximadamente 17 m, es llevado por cerca de 250 personas. Desde los niños hasta los ancianos participan cargando el árbol para que haya unión de fuerzas y así poder transportarlo. Thê’h wala no ayuda a cargar el Saakhelu porque va adelante, atrayéndolo con los remedios para que no se llene de malas energías y no sea tan difícil su movilización.

Para el ser Nasa, todas las plantas tienen vida y espíritu. Y al igual que nosotros, deben armonizarse para mantener el equilibrio hombre-naturaleza.

A pesar de la dificultad para bajar el árbol desde la montaña, hay un tiempo para descansar: se comparte la chicha o chaguasgua y es un momento para recuperar las energías para continuar, pues el recorrido apenas empieza.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


14 Crónica

María Paula Rubiano maparubiano93@gmail.com

S

olo una vela ilumina las paredes de uno de los salones del Bachillerato Nocturno de la Universidad de Antioquia. Sentado en un pupitre, al fondo de la habitación, un hombre adulto mira absorto esa única vela pegada al suelo con plastilina de colores. Afuera, en el corredor del patio interno, varios estudiantes se fijan también en la luz de otra vela que alcanza a iluminar un pizarrón donde se lee: PREMIO NOBEL DE LITERATURA: Alice Munro, PREMIO NOBEL DE FÍSICA: Peter Higgs. Se abre la puerta de otro salón, y la luz eléctrica ahoga la luz amarillenta de la vela. “¡Ah, profe, dígales que no abran que nos dañan el experimento!”. Guillermo, el profesor de Física, de manera cordial les pide a los estudiantes del segundo salón que, si ya terminaron, mantengan la puerta cerrada. “Es que estamos haciendo un experimento sobre la reflexión de la luz, seguro que ustedes lo hicieron en el colegio” me dice Abel Ramírez Pérez, el rector de la institución. Yo solo atino a pensar que ningún salón de mi colegio podría llegar a ser tan oscuro para que la vela fuera la única visible. Pero entiendo que, en el universo cotidiano de este hombre, la oscuridad necesaria para realizar este experimento no le resulta ser un inconveniente. Entre las caras de los jóvenes que miden las distancias de la luz proyectada por una pantalla de papel, se distinguen tres rostros de adultos. Uno de ellos, el del hombre que está absorto con la luz de la vela, Miguel Valencia, es quien escribe en los tableros del Nocturno y también en los de las porterías de la Universidad de Antioquia. Miguel es un estudiante sui géneris. No pasó el examen de admisión para ingresar al bachillerato, pero por llamadas del Vicerrector de la Universidad de Antioquia le abrieron un cupo hace cinco años. Perdió décimo y lo repitió, y aunque estaba a punto de perderlo una vez más, los profesores de Física, Matemáticas y Química le permitieron continuar. Miguel cursó undécimo, no aprobó y se ausentó durante un año del colegio Nocturno. En 2013, pidió reingreso para poder graduarse en el Paraninfo y no por ventanilla: “Él tiene la Universidad encarnada en las venas, entonces le dijimos que sí”, dice Guillermo Tabares. “Pero si él solo estaba como incompleto, ¿eso no es como… ilegal?”. Guillermo se ríe. “Aquí nosotros vivimos en un ‘limbo legal’”. Y es cierto. Abel, el rector del Colegio Nocturno, hoy da las clases de Inglés porque la Universidad nunca nombró un reemplazo cuando la profesora de esa materia se jubiló hace tres años. A pesar de que los docentes tienen contratos para dictar 18 horas de clase semanales, solo dictan seis, pues no hay suficientes estudiantes, son 28 en total, para cubrir los horarios. “Nosotros venimos acá porque es la labor, pero los días que no tenemos clases venimos a leer o a jugar ajedrez”, afirma Guillermo. Además, la jubilación ha sido todo un pleito con la Universidad: al ser profesores de secundaria, tendrían derecho a jubilarse a los 55 años por el Fondo de Prestaciones del Magisterio; pero como simultáneamente figuran como docentes de la Universidad de Antioquia,

No. 66 Noviembre de 2013

En 2002, el Colegio Nocturno de Bachillerato de la Universidad contaba con 850 estudiantes en 17 grupos. Hoy hay un once y un décimo.

La

larga noche del

Nocturno Muchos no lo saben, pero existe un Colegio Nocturno de Bachillerato de la Universidad de Antioquia, que ya cumplió 60 años. Sin embargo, el que antes fuera una institución de luz vive ahora su momento más oscuro.

la institución les exige retirarse a los 62 años por el Seguro Social, hoy Colpensiones. Dora Restrepo, la profesora de Español, complementa el panorama, cuando dice que “desde lo jurídico hay muchos problemas. A mí eso me duele y me da rabia también porque yo amo a la Universidad de Antioquia con toda mi alma… Pero esta situación es muy grave. Aquí hay muchos menores de edad, y ni siquiera hay primeros auxilios, ¿qué pasa si alguno se accidenta?”. Desde 2008, se admiten menores de edad con 17 años cumplidos, a pesar de que el objetivo inicial del Nocturno era la educación del adulto trabajador: la programación de las clases de 6:00 a 9:30 de la noche respondía a esta necesidad. En el año de su inauguración, 1953, ingresaron 228 hombres mayores de edad que presentaban una carta donde se comprobaba que trabajaban en el día. De esa primera generación, se graduaron 22 alumnos. “Hoy nos estamos quedando sin estudiantes. De 20 estudiantes que ingresaron este año al grado décimo, hoy tenemos ocho; y de 25 que iniciaron once, quedan 20”, cuenta Guillermo. Dora nos refiere que la deserción es un fenómeno normal en la institución, pero que este año ocurrió mucho más rápido que en otros. “Es que después de Semana Santa se nos fueron todos”. Guillermo, Dora y Abel saben que los estudiantes no vuelven por lo que implica estudiar de noche un año completo, cuando en muchos ‘garajes’ les sacan el grado a los jóvenes en seis meses. “Hoy nos toca casi que pescar a la gente para que se inscriba, y claro, el nivel académico es muy bajo”, cuenta Dora, entre la risa y la indignación. Pero no siempre fue así. El Nocturno tuvo cierto renombre, en la misma época en la que el Liceo de la Universidad de Antioquia era reconocido como el mejor colegio de bachillerato diurno de Colombia. Cuando en 1988 se cerraron las puertas del Liceo, fue el Nocturno a donde fueron a parar muchos de los profesores de esa institución, entre ellos Dora y Guillermo. Cuando llegaron, en 1994, había examen de admisión y entrevista para entrar a estudiar al bachillerato. Con la sede en el Paraninfo, el Bachillerato contaba con aproximadamente 300 estudiantes y 35 profesores de planta, de los cuales hoy quedan tres. Hay otros tres profesores de tiempo parcial, y las materias de Educación Física, Química y Sistemas son dictadas por practicantes que cambian cada seis meses. En dos salones, que en realidad son dos dormitorios de una casa habilitados para dictar clase, los docentes imparten las clases; los borradores y los marcadores los compran ellos. “Tampoco tenemos teléfono ni computador, solo la secretaria tiene”, cuenta Dora. “Es que, realmente, esto no existe”, afirma la docente. Y si se va al Estatuto General de la Universidad de Antioquia, no parece estar exagerando: no se asoma por ninguna parte el Bachillerato Nocturno: “Somos N.N”, dice. Guillermo recuerda aquella vez cuando casi no le prestan un libro en la Biblioteca Central porque no le creyeron que la Universidad tuviera un Nocturno. Hoy expresa que tal vez la única que se acuerda de la existencia de los dos salones del Colegio Nocturno de Bachillerato de la Universidad de Antioquia, con sus pocos estudiantes, es la computadora que todos los meses le genera la colilla de pago a sus docentes.


Perfil

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La confianza de Santiago Santiago Uribe Rocha en el Hotel Intercontinental comunica las decisiones y acciones que se toman en relación con la tragedia.

Perderlo todo, varias veces, y aun así reivindicar cada día lo esencial, el viaje ligero y los valores afectivos. Son los aprendizajes que la vida le han dado a Santiago Uribe Rocha, vocero de los afectados por el desplome de la torre 6 del edificio Space en Medellín. Un hombre que sabe que, en la vida, hay que levantarse siempre. Juliana Echavarría Restrepo juliechavarriarestrepo@gmail.com Andrés Felipe Carrillo Alvear andfelipe@gmail.com

C

omo si una tormenta de concreto lloviera sobre Medellín, los vecinos del edificio Space, en El Poblado, sintieron a su alrededor el olor a cemento que ponía en suspenso ese instante de sus vidas. Cuando la torre 6 terminó de caerse, la tragedia apenas comenzaba. Santiago, fanático de practicar deportes, propietario del apartamento 507 de la torre 5 y frustrado futuro habitante del 801 de la torre 6, recibió una llamada al celular. Todavía no sabía que su vida estaba a punto de cambiar, otra vez. Asustado, decidió volver de la finca en la que estaba con unos amigos, junto a Sara Vieira, su esposa. La estructura estaba en ruinas y, en ellos, cada uno de los afectados, esas fisuras que vienen con la perplejidad se empezaban a producir. Santiago y Sara llegaron al edificio caído, donde una nube de polvo era reemplazada por la de personas confundidas, que entre gestos de angustia y reclamos intentaban comprender cómo era posible que acabara de irse al piso la nueva vida que comenzaban a imaginar. Llegó, con su esposa, veinte minutos después de la llamada. No había luz, solo confusión y gritos que buscaban a Juan Esteban Cantor, el joven estudiante que perecería, junto con otras diez personas, bajo los escombros. Hacia las dos y media de la madrugada empezó a llover: “Algunos nos fuimos quedando, yo escuchando a la gente. Antes de las cuatro, nos marchamos y volvimos temprano”. A cada afectado lo llamó su angustia y la incertidumbre de no saber qué hacer. Así llegaron ese domingo en la mañana a la unidad residencial; con la luz del día se fueron aclarando las ideas. Sin proponérselo, Santiago se encontró, en la Iglesia del Padre Marianito, parado frente a un grupo de indignados interrogándose a sí mismo, mientras, frente al micrófono, les preguntaba a los demás: ¿qué nos pasó?, ¿quiénes somos?, ¿qué estamos haciendo? Las respuestas iban llegando con la velocidad de los hechos. Fue así como al llegar Claudia Restrepo, la vicealcaldesa, y los representantes de la Secretaría de Inclusión Social de la Alcaldía de Medellín, se enteraron de que una parte de su tarea ya estaba hecha: ya había un grupo de víctimas organizadas y, a pesar de las circunstancias, tranquilas, con un censo completo, bien hecho, y con un representante tácito, Santiago Uribe Rocha, un hombre de 40 años, con la piel un poco bronceada a causa de su vida al aire libre y los deportes al sol. Iba vestido con la ropa más sencilla que tenía, pues se fue de su apartamento imaginando que muy pronto volvería a entrar. Salió para tomar aire, para estar con su esposa y sus amigos, para jugar con Rita y Rigo, sus dos perros adoptados. Mucho tiempo antes, con diez años de edad, el mismo día del enfrentamiento entre Argentina y Bélgica en España 82, a la finca donde estaban iba a llegar la noticia de que, debido a un grave revés económico, su familia, conformada por su mamá y su hermana, dos años menor,

lo iba a perder todo. Así se dice: todo. Pero, en realidad, de recibir ese donativo porque es caridad y eso signifilo que estaban perdiendo eran las cosas materiales; la ca que todavía son pobres. Porque el dinero, no importa familia seguía en pie y tenía que volver a empezar. cuánto, al final de todas las cuentas no hace rico a nadie. En esa época, y desde el principio, estudió en el ColeDe esa misma persona, Mandela, capaz de hablarle gio San Ignacio. Los directivos, al enterarse de dicho rede esa forma a los dueños del mundo, Santiago recibió vés, le permitieron seguir estudiando con una beca. Más una carta con la firma del Presidente. En una esquela tarde, en sexto de bachillerato, los profesores le iban a personal, Mandela le agradece por haber coordinado un informar a su mamá que, por ir perdiendo ocho materias, campamento y un taller en temas ambientales para niños las probabilidades indicaban que perdería el año. Entonen Kruger Park, la reserva de caza más grande de Sudces Santiago, sin saber cómo contener las lágrimas de su áfrica. Una carta que está secuestrada en la torre 5 –la mamá, decidió que no lo iba a perder todo esa vez, que no misma que pronto será derribada–, y que termina agradeiba a perder más. Y nunca, a lo largo de su vida académiciéndole por haber ayudado y contribuido a demostrarle ca, volvió a sacar malas notas. a los niños de Sudáfrica que eran ciudadanos valiosos de Durante esos años, los hechos más relevantes de su una democracia naciente. Igual que esa carta, hay allí, vida fueron todos académicos. En Matemáticas no era en su apartamento, otros objetos de incalculable valor muy bueno, hasta que en octavo, cuando comenzaron a emocional. Una historia que se repite en muchos de los ponerle letras a los números, lo empezó a entender todo damnificados por esta tragedia. Allí dejaron sus cosas, muy bien, volviéndose cada vez mejor. A tal punto que, al parte de su historia, de su vida. Pero eso no importa, dice recibir la beca en la Universidad Nacional por obtener el Santiago, porque la vida le enseñó que no son las pruebas primer puesto en el examen de admisión, ya había decidio los tesoros los que guardan las verdaderas huellas de sus do estudiar Ingeniería de Minas. experiencias imborrables en el mundo. En 1993, después de tres años de universidad, sintió Gracias a su labor en África, a Santiago lo convoque la carrera empezaba a perder sentido, quizá porque caron para reconstruir siete escuelas del Eje Cafetero los números lo alejaban de la gente: en el fondo, uno de afectadas por el terremoto de Armenia el 25 de enero de los elementos esenciales de su curiosidad. Entonces, se 1999; allí trabajó ocho años. Ahora, en Space, cuya torre decidió por Antropología en la Universidad de Antioquia. 6 se cayó el 12 de octubre de 2013, sigue haciendo lo misDe la Universidad resalta lo afortunado que fue por la mo: reconstruyendo como vocero de las familias damnifiposibilidad que se le otorgó cuando, por ser uno de los cadas. Sin embargo, siente que es una experiencia difícil: mejores estudiantes de la carrera, logró pertenecer a un la gente delega y olvida su responsabilidad para dejársela grupo de estudiantes que, por ser monitores, tenían la a él: “Tengo que responder y yo no me postulé, a mí nadie obligación de leer los nuevos libros de Antropología –o de me eligió; yo terminé ahí de una manera natural; de la otras ciencias humanas– que adquiría la Biblioteca para que no me arrepiento ni me aburro”. clasificarlos después: un placer. Con esa obligación tamA partir de la tragedia en Space, quienes lo conobién vino el acceso a las nuecieron en estos momentos divas tecnologías: los computafíciles nos dicen, como Isabel dores y el correo electrónico, La vida le enseñó que no son las prueCristina Bedoya, que lo que que eran avances extraños. más impacta de Santiago es bas o los tesoros los que guardan las Gracias a sus nuevos prisu conciencia social, su identivilegios, utilizó el correo elecdad y su relación con la gente. verdaderas huellas de sus experientrónico que encontró en uno Le preguntamos por lo que de los libros leídos por su trasueña y nos dice que quiere cias imborrables en el mundo. bajo y le escribió a un profesor vivir bien: pasar bueno en la en Sudáfrica. De allí surgió vida, viajar, disfrutar de las una relación que lo llevaría cosas de verdad, de las couna vez más, en intercambio, a dejar todas sus cosas, las sas que tienen valor afectivo. Es la filosofía de alguien a materiales, y viajar, como volvería a hacerlo, en el futuro, quien le gusta –porque lo aprendió– viajar ligero. dos veces más, con una maleta chiquita en la que llevaba La vida de Santiago, la de una persona que está acossu casa a cuestas, como un caracol con su caparazón. tumbrada a empezar una y otra vez, no acaba nunca, se re-crea constantemente, se alimenta de otras cosas y, soLa vida afuera bre todo, se basa en la confianza. Es la vida de una perHay gente, todavía viva, de la que se habla como si sona que está acostumbrada a empezar una y otra vez de fueran leyendas, personas cuyos nombres se vuelven más nuevo, consiste en una forma profunda de crear relaciograndes aun que ellos mismos. Una de esas personas es nes, en creer en el sagrado vínculo de los lazos humanos Nelson Mandela. Junto a él, y cerca de los presidentes y de la palabra. Nos lo dice Juan Esteban Mesa, quien lo y dueños de las empresas más grandes del mundo, Sanconoció luego del derrumbe: de Santiago le gustaría lletiago recibió una lección de humildad, de este líder que, varse la estampa de su calidad humana y, para el futuro, después de recibir más de 2000 millones de dólares para una relación permanente con él, como si Santiago fuese invertir en su país, les recuerda a sus donantes la tristeza la confianza.

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Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


16 País Ilustraciones: Tatiana Castañeda

Parapolítica en Antioquia: luces y sombras L

a aparición cíclica de denuncias contra notables jefes políticos, por lo general pertenecientes a las colectividades tradicionales liberales y conservadores, y ahora contra integrantes del Uribe Nuevo Centro Democrático, cuyo jefe máximo es el expresidente Álvaro Uribe Vélez, abren serias dudas sobre la forma de hacer política en el país. Sobre todo en Antioquia, de donde son oriundos condenados como Óscar Suárez Mira, Humberto Builes Correa, Rubén Darío Quintero, Rocío Arias, Mario Uribe Escobar, entre otros. En esta edición de De La Urbe queremos ofrecer una mirada a esta problemática, basados en las investigaciones a que se hallan sometidos dos miembros del Congreso por Antioquia, Óscar Arboleda Palacio y Antonio Valencia Duque. Además, abordamos de manera más detenida el pronunciamiento de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, que concluyó en recomendarle a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes abrirle investigación por paramilitarismo al expresidente Uribe Vélez. Al mismo tiempo, pretendemos contextualizar, en el caso de Antioquia, el fenómeno de la parapolítica, incluyendo antecedentes y elementos afines pero de carácter nacional. Un trabajo realizado por estudiantes del curso de Periodismo Político, primer semestre, bajo la tutoría del profesor Gonzalo Medina Pérez.

Procesos judiciales contra senadores, representantes y exfuncionarios públicos en general, con la acusación de estar vinculados a la parapolítica, se han vuelto corrientes en el país. Antioquia no está libre de estos procesos. ¿Qué tan alta es la influencia de la parapolítica en nuestro departamento? ¿Qué significado tiene a la hora de las votaciones? Les presentamos una visión actualizada sobre este fenómeno.

tección y cuidado de los negocios ilícitos, se convierte en el caldo de cultivo para que los grupos paramilitares pudieran organizarse y movilizarse en territorios determinados. Analistas como Pedro Medellín (Medellín, 2005) describen cómo la descentralización fue la clave también para explicar la consolidación de grupos paramilitares en el territorio colombiano. Es así como a mediados de la década del 80 y con la reforma municipal de John Byron Muñoz 1986, que permitió avanzar en la elección popular de alcaldes a partir de 1988, se produce el surgimiento de jhomba79@yahoo.es nuevas alternativas políticas. Daniela Orozco danielaorozcogomez@gmail.com Según F.C. Velásquez (Velásquez, 2006), “la descentralización ha producido en estas dos décadas un Valentina Restrepo cambio significativo del mapa político territorial. Aunvalenrestret1116@gmail.com que este es un proceso inacabado, ya se destacan alLaura Corrales gunas tendencias importantes, entre ellas la aparición lcorralesc1@gmail.com de nuevas fuerzas políticas de estirpe ideológica muy variada, que han desbancado a los partidos tradicionales de su hegemonía secular y dibujan en conjunto El paramilitarismo ha permeado las más imporun panorama variopinto que mezcla partidos nuevos tantes instancias de la institucionalidad del Estado code carácter nacional, los partidos liberal y conservador lombiano, con unos alcances que aún hoy, después de y nuevas fuerzas regionales y locales que han surgido al ocho años de finalizar el proceso de “desmovilización calor de la elección popular de alcaldes y gobernadores’’. paramilitar’’, siguen develándose. ¿Cuándo y cómo se Esta descentralización suponía garantizar la autogeneraron estos vínculos que sustentan la relación ennomía de los municipios y departamentos para el ejertre políticos y paramilitares y su desenlace en lo que cicio del poder, más participación política y gobernabiposteriormente se denominó “parapolítica”? lidad fundamentada en principios de legitimidad polítiLa influencia del paramilitarismo en la clase poca y democrática; sin embargo, este contexto favoreció lítica colombiana no puede ubicarse en un momento la disputa del poder local y regional por los diferentes histórico preciso, según lo han afirmado algunos invesactores armados ilegales. La estructura descentralizatigadores de la Corporación Nuevo Arco Iris. Aun así, da tuvo como contracara la débil fuerza orgánica y de de acuerdo con analistas como Claudia López y León estructura financiera del Estado. Valencia, entre 1999 y 2003 el paramilitarismo deja de Según Claudia López (López, 2007), para acceder ser el ejército privado de los ganaderos y terratenientes al poder político local se utilizaba el clientelismo arcon intenciones de salvar al país del dominio guerrimado, la apropiación privada de los bienes públicos a llero para convertirse en una organización con ideolotravés de la utilización de las armas. De allí que “las gía propia, que se lanza al expansionismo territorial y formas que adoptó este tipo de clientelismo eran las político, influenciando a 26 de los 32 departamentos habituales del clientelismo tradicional: contratación de Colombia y con presencia en 712 municipios de los en cargos públicos de personal recomendado por pa1101 que están inscritos en el Ministerio del Interior ramilitares, retención de un porcentaje de sus sueldos, y el Dane. concesión de contratos de obras públicas, entre otras” La incapacidad del Estado colombiano para garan(Rangel, 2001). tizar los derechos y libertades básicas, la fragmentaEste clientelismo armado solo podría tener mayoción y polarización de la sociedad más el crecimiento res efectos si se combinaba con el uso violento de las del narcotráfico, que vio en las Autodefensas el aliado armas, enmarcado en el conflicto armado que ha dejapara la conformación de ejércitos propios para la prodo, según la Consultoría para los Derechos Humanos y

Parapolítica: ¿por qué su persistencia en Antioquia?

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el Desplazamiento, Codhes, 6,63 millones de hectáreas usurpadas y/o despojadas entre los periodos de 1980 y mediados del año 2010; 5,2 millones de colombianos víctimas del desplazamiento forzado; 2.500 líderes sindicales y sociales asesinados; más de 50 mil personas asesinadas en el territorio nacional con el propósito de ejercer control territorial y así cambiar el mapa político y económico. En Antioquia, esas alianzas políticas y electorales de mutuo beneficio entre una organización criminal, narcotraficantes, élites políticas y gremios económicos, que terminaron configurando la parapolítica, tuvieron asiento en regiones donde históricamente hay más explotación de recursos naturales y económicos. Según López, “las elecciones del año 2003 fueron las del fin del bipartidismo y la consolidación de los partidos emergentes en Antioquia, de los cuales los partidos emergentes de mayor éxito fueron Equipo Alas Colombia, presidido por el entonces senador Luis Alfredo Ramos Botero, quien posee medida de aseguramiento por el delito de concierto para delinquir agravado por promoción de grupos paramilitares y que obtuvo 23 alcaldías; Colombia Democrática, liderado por el entonces senador Mario Uribe Escobar, quien fue condenado por el mismo delito, el cual obtuvo diez alcaldías, además de Cambio Radical, que alcanzó cuatro”. No es difícil concluir que la parapolítica sigue vigente, si tenemos en cuenta que actualmente las estructuras armadas paramilitares desmovilizadas bajo el marco de un modelo de justicia transicional prevista en la Ley 975 de 2005 se reacomodan y mutan a las hoy denominadas bandas criminales, o bacrim, conservando el control territorial y su correspondiente relación cercana con el conflicto armado y el poder político. Hoy nos preguntamos sobre el camino de los desmovilizados de estructuras paramilitares que están cerca de recobrar su libertad: ¿Vendrán a unirse a nuevas estructuras escuetamente llamadas criminales? ¿Podrá garantizarse la no continuidad del conflicto armado bajo este escenario? ¿La judicialización, verdad y justicia en la investigación de las estructuras paramilitares, y bacrim en Antioquia, podrán conducir al develamiento de las fuerzas del Estado, empresarios, congresistas y los concejales constituidos en autores intelectuales y financiadores de tales organizaciones? Parafraseando a Kung Fu, el fenómeno paramilitar continúa.


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El Tribunal Superior de Medellín y Álvaro Uribe Vélez: ¿proceso

constitucional o político?

De las buenas intenciones a los actos puede haber mucho trecho, más cuando se trata de la política –y la justicia– en Colombia. Veamos el último caso que involucra al expresidente Uribe.

A C I T I OL UIA P A PAR NTIOQ EN A

magistrado es el de ser totalmente serio e imparcial, sin incidencias políticas de ninguna índole. “Conozco al magistrado y sé que es una persona sería y profesional”, agrega el especialista.

¿Cómo quedaría la imagen de Uribe?

Sara Arango García mesara_313@hotmail.com Mateo Londoño Castaño José Zapata jose_amigo48@hotmail.com

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n el pronunciamiento expedido en septiembre de 2013 por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, en cabeza de los magistrados María Consuelo Rincón Jaramillo y Rubén Darío Pinilla Cogollo, presidente de la corporación, se solicita a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes investigar al excongresista, exgobernador de Antioquia y expresidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, por presunto protagonismo y promoción de distintos grupos paramilitares durante sus mandatos. El documento, que parte de un amplio proceso que puede llegar a los 500 folios, realiza un análisis de la época paramilitar que, durante las últimas dos décadas, vivió el departamento de Antioquia. Se explica allí que en el surgimiento y expansión de los grupos paramilitares el Estado no fue ajeno, en particular, el poder ejecutivo; por el contrario, aquellos fueron creados en presencia de este y de las Fuerzas Militares. Puesto que, siendo gobernador de Antioquia, Uribe Vélez, a través de la promoción de las Convivir (Cooperativas de Vigilancia para la Protección de Territorios), dio paso al afianzamiento de las Autodefensas en su región. Además, se evidencian las piezas claves en las que se basó la Sala de Justicia y Paz, del Tribunal Superior de Medellín, para solicitar la investigación contra el expresidente, como son los testimonios de los excomandantes de varios grupos paramilitares que señalan a Uribe Vélez como uno de los dirigentes de las actividades que estos realizaban. Al mismo tiempo, se hace énfasis en que, al estar los colaboradores políticos y militares más cercanos a Uribe Vélez implicados directamente con estos grupos, en especial las Convivir, no era posible que todo sucediera a espaldas del mandatario, ya fuera como Gobernador de Antioquia o como Presidente de la República. Por ende, la Sala de Justicia y Paz asume que “la cuestión no es de testimonios. Es de lógica y lógicas.

Como en alguna ocasión dijo el director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza, no es posible estar dentro de una piscina y no mojarse”. Y por esto solicita ante el Congreso de la República realizar las investigaciones pertinentes sobre el caso. ¿En qué consiste el proceso? Para darles cuerpo a las acusaciones, el Tribunal Superior de Medellín, como primera instancia, emitió copias a los jueces respectivos de cada uno de los acusados en el comunicado. Según lo explica el abogado constitucionalista y docente de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Ramón Elejalde Arbeláez, en el caso específico del expresidente Uribe Vélez pasaría primero por el Congreso de la República; específicamente, la Cámara de Representantes haría de fiscal y el Senado, de juez. Esto llegaría a la Comisión de Acusaciones, que se encargaría de instruir el proceso y ver si existen elementos de juicio para continuar con la investigación. Acto seguido, si se llegaran a encontrar elementos de juicio, la Comisión debería llevar un proyecto de resolución a la Plenaria de la Cámara, que lo aprobará o desaprobará según las pruebas que se adjunten. Si prospera y se tratara de materia penal, la acusación pasaría al Senado, que entraría a concluir si hay lugar para investigar penalmente al expresidente. En conclusión, el Congreso haría de “filtro” para que el caso pase a manos de la Corte Suprema de Justicia. En el momento, debe primar el derecho a creer en la inocencia de los sindicados hasta que se pruebe lo contrario. Es por esto que, como lo explica Elejalde Arbeláez, “los magistrados no están acusando a Uribe de que sea un delincuente directamente, están afirmando que hay una posibilidad de que esté implicado en estos casos”. Ahora bien, basándonos en la realidad política actual de Colombia, surge un interrogante: ¿Por qué todo esto se da estando cercanas las elecciones al Congreso y a la Presidencia de la República, que se realizarán entre marzo y mayo de 2014? Para el docente de la Universidad de Antioquia y magíster en Ciencia Política, Jaime López Castro, es algo “curioso” y “extraño” que estos requerimientos sean tardíos y no se hayan investigado antes; opinión de la que difiere Elejalde Arbeláez, al afirmar que puede tratarse de una “infeliz coincidencia” ya que, desde su punto de vista, el deber ser de un

Partiendo de la fuerte imagen que posee Uribe Vélez, es difícil creer que este pronunciamiento prospere seriamente. Ramón Elejalde Arbeláez y el docente López Castro coinciden en que el exmandatario tiene buena acogida en varios sectores de la opinión pública y este caso solo abrirá un debate polarizado entre sus aliados y los que están en su contra. También se ven implicadas las reacciones que podría tomar Uribe Vélez; por ejemplo, después de conocer el comunicado que implica investigarlo, el expresidente dijo que demandaría a los magistrados por injuria y calumnia. Jugada errónea, según la posición del abogado Elejalde, quien dice que la respuesta de Uribe, al ser demócrata, es aceptar que todo civil puede ser investigado, posición de la que Uribe, días después, hizo alusión al decir que demostraría su inocencia. Para el politólogo López Castro, la imagen ya está implantada: “Los que van a votar por Uribe no lo hacen por conciencia política, sino por dogma; él ya tiene garantizado el voto de sus adeptos sin importar que se busque empañar su imagen”. Corresponde preguntarse, entonces, si la investigación propuesta por la Sala de Justicia y Paz es viable. López Castro afirma que “este proceso lo ‘entierran’ porque Uribe tiene mucho poder”. Sin embargo, otro factor que puede hundir este proceso es que el expresidente se “inmunizó”, es decir, se rodeó de personas con altos cargos para protegerse en todos los aspectos: “Esa jugada fue muy inteligente”. Asimismo, asegura que en poco tiempo este caso se olvidará, se archivará y no tendrá mayor alcance, teniendo en cuenta el poco despliegue que ha tenido en los medios de comunicación, generalmente influyentes en las políticas del país. “Este caso debería ser tapa de todos los días en los periódicos, pero no lo es y por esto mismo podría quedar en la impunidad”. La profesora universitaria y constitucionalista Bernardita Pérez afirma que no será fácil llevar a cabo el proceso ya que Uribe, a futuro, con su poder podrá controlar parte del Congreso. “La Constitución Política nos dio el aliento para un modelo plural y democrático de Estado. Sin embargo, en los tres últimos gobiernos hay una polarización política muy peligrosa”, sustenta. Por su parte, López Castro concluye: “Yo celebro que haya ocurrido y que haya personas valientes porque yo creo que eso es muy necesario; pero como están las cosas en este país, todavía no van a permitir que un juicio como este se haga”.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


18 País

Óscar Arboleda Palacio y Antonio Valencia Duque: la parapolítica

suma y sigue

Surge con claridad otro interrogante: ¿Es realmente esta problemática más frecuente en Antioquia que en otras regiones del país? Manuel Alberto Alonso Espinal, docente investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, aclara que las grandes agencias sobre la vinculación entre políticos y paramilitares no han tenido por escenario exclusivo a Antioquia: “Los vínculos entre el paramilitarismo y la clase política antioqueña fueron de una naturaleza distinta a los del resto del país. En Antioquia no existió el vínculo profundamente orgánico que hubo entre la clase política y los paramilitares. Hubo regiones donde los políticos formaban parte de las estructuras paramilitares. Es decir, políticos que los paramilitares pusieron para que les hicieran el favor”. Para Manuel Alberto Alonso Espinal, “en Antioquia la mayoría de políticos que tuvieron vínculos con los paramilitares establecieron alianzas estratégicas de Arboleda Palacio en las elecciones se debe a fuentes por la gobernabilidad: para mantener la seguridad en de poder estables: “Ha movido una gran masa electoral sus regiones, para poder bajar los índices de criminalia partir de prebendas, intereses políticos, clientelismo y dad, establecer control sobre otro actor armado; pero patronazgo”, afirma. no fue esta relación tan orgánica como la que hubo La asociación de Óscar Arboleda Palacio con granen otras regiones”. Asimismo, Didier Vargas afirma des personalidades del ámbito político, como Luis Alque la parapolítica no solo es fuerte en Antioquia, sino fredo Ramos Botero, le ha permitido impulsar su carretambién en la Costa, dado que la gente consintió su ra; aunque genera controversia la vinculación que se le presencia durante mucho tiempo: “Lo corrupto de sus atribuye con paramilitares. Al respeto, Didier Vargas mañas siempre ha sido vox populi: yo sé que la gente añade: “Parece ser que no fue por sus virtudes personaque ha recibido mercados y tejas, los que se han deleiles como político que logró ascender a tan altos niveles tado con los plataos de sancocho y lechona, y los que de poder (alcanzó a ser Presidente de la Cámara); sino se han bailado las encendidas juergas preelectorales, que su grandeza y poderío fueron directamente proporsabían que toda la plata que pagaba los agasajos no cionales a las dádivas o apoyos recibidos por los grupos venía de los diezmos de la parroquia, del peculio del paramilitares, quienes tienen en común con los ‘conpolítico o de los empresarios de la región; llenos, boservadores puros y duros’ (como Arboleda Palacio) un rrachos o con techo nuevo, en su mente retumbaba, pensamiento político de ultraderecha y una concepción sin hacer eco, la idea de que la campaña estaba siendo vertical, hegemónica y arribista de la política”. financiada por los paras. Hay que saber elegir mejor a los gobernantes”. Antonio Valencia Duque Otro de los debates presentes, en medio de dichas Por su parte, la carrera política de Antonio Valenimplicaciones, es si este tipo de investigaciones reprecia Duque, nacido en Marinilla, municipio donde fue senta algún peligro para el Uribe Nuevo Centro Demoalcalde, se ve salpicada por la parapolítica debido, princrático. Manuel Alberto Alonso Espinal indica que “en cipalmente, a sus vínculos con el pacto Por una Urabá términos electorales, tiene mucho más peso y mucho grande, unida y en paz. Sin embargo, su proceso se difemás arrastre todavía la figura de Álvaro Uribe que la rencia de los demás señalados en que Valencia admite de cualquiera de los otros miembros que estén en la su culpabilidad, lo que le permite rebajar su condena a colectividad. Por eso, lo que les pasa a los miembros no tres años y nueve meses de prisión. El caso de Antonio afecta a la estructura como tal”. Valencia Duque es similar al de Arboleda Palacio, en De igual forma, Armando Calle, doctor en Derecuanto a que se le puede considerar, igualmente, como un cho y docente de la Universidad de Antioquia, considepersonaje de bajo perfil, con poderío en ámbitos políticos. ra que hay una confusión entre uribismo y parapolítiBajo estas nuevas implicaciones, ambos excongreca. “Que hoy se diga que un miembro importante del sistas entran a conformar el listado de dirigentes antiouribismo ha resultado tocado por acusaciones que lo queños que en distintos momentos han sido investigavincularían con el paramilitarismo, en esta sociedad dos por la Sala Peeso no representa ningunal de la Corte Suna degradación o amiprema de Justicia. El excongresista enfrenta las acusaciones del extranoramiento de los renDentro de esta lisdimientos del uribismo”. ditado narcotraficante Juan Carlos Sierra, alias ‘El ta, se encuentran Para Didier Vargas, el Olga Suárez Mira Centro Democrático Tuso’, por la presunta financiación de su campaña. y su hermano Óstiene muchos retos qué car, José Ignacio afrontar. “Lo malo es Mesa, William que si hay algo que ellos Vélez y Mario Urisaben hacer es ganar vobe Escobar, entre otros. Además, figuran también la tos al precio que sea y puede que hasta salgan fortaleexrepresentante Rocío Arias y el ya mencionado Luis cidos de este escollo judicial que involucra a algunos Alfredo Ramos Botero. Ante la notable presencia de de sus miembros más importantes; quizá hasta logren congresistas antioqueños implicados, cabe preguntarse aplastar a sus contendores políticos en las urnas. ¡Qué por la fuerza y por la causa de la influencia que ejerce lástima!, yo no quisiera más de lo mismo”, concluye. la parapolítica en Antioquia.

La lista de dirigentes antioqueños involucrados en la parapolítica es larga. ¿Cuántos casos más faltarán por conocerse? Daniela Jiménez González Laura Carmona lauracar4@hotmail.com Ana María Gómez Zapata anagomza@hotmail.com María Alejandra Echavarría aleja950325@hotmail.com

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l fenómeno de la parapolítica, un flagelo que permanece constante en la agenda pública de Colombia, continúa revelando acusaciones de relaciones ilícitas entre los paramilitares y la clase política. Recientemente, las investigaciones sobre Óscar Arboleda Palacio y Antonio Valencia Duque han atraído la atención de los medios de comunicación, que han seguido con detalle los procesos que la Corte Suprema de Justicia ha determinado.

Óscar Arboleda Palacio

El excongresista Óscar Arboleda Palacio, oriundo del municipio San Pedro de Los Milagros, inicia su trayectoria política amparado por el Movimiento Alas Equipo Colombia. Entre sus cargos públicos más relevantes figuran: Diputado de la Asamblea Departamental de Antioquia, representante a la cámara, concejal en diferentes municipios y Secretario de Transporte y Tránsito de Medellín. También, Secretario de Educación y Cultura, Secretario de Hacienda, Vicepresidente del Directorio Conservador, Secretario de la Confederación Andina de Ganaderos y gobernador encargado de Antioquia en varias oportunidades. La Corte Suprema de Justicia emitió una orden de captura y, posteriormente, una medida de aseguramiento contra el parlamentario antioqueño por participar en supuestas reuniones con grupos paramilitares. Además, el excongresista enfrenta las acusaciones del extraditado narcotraficante Juan Carlos Sierra, alias ‘El Tuso’, por la presunta financiación de su campaña para el Congreso de la República. La carrera política de Arboleda Palacio se ha caracterizado por el manejo de un bajo perfil que, a pesar de su poca figuración mediática, le ha permitido ocupar cargos destacables. Didier Vargas, estudiante de sexto semestre de Derecho de la Universidad de Antioquia, se refiere a Arboleda como un respetado político antioqueño y un caudillo electoral, que “si bien no es muy reconocido por los electores y los medios a nivel nacional, en Antioquia, y muy particularmente en municipios del Urabá y el Oriente antioqueño, ha gozado de la popularidad suficiente como para ser catapultado hasta la Cámara de Representantes en varias oportunidades. Conservador a ultranza, Arboleda le dio un giro a su carrera política lanzándose al Parlamento Andino”. Néstor Julián Restrepo Echavarría, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, explica que el éxito

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A C I T I L O P A A I R U A Q P O I T N EN A En el Cantón Norte de Bogotá, quien fuera precandidato presidencial del partido Uribe Centro Democrático espera la decisión final de la Corte Suprema. Juan Diego Posada jdposadap@gmail.com Alejandra Vergara aleja.vergara@hotmail.com Ana María Martínez anita-95_@hotmail.com Juliana Correa july-1194@hotmail.com

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l 28 de agosto de 2013 la Corte Suprema de Justicia expidió medida de aseguramiento contra el político antioqueño Luis Alfredo Ramos Botero, uno de los precandidatos presidenciales por el Uribe Centro Democrático, por presuntos nexos con el paramilitarismo. Ramos Botero, quien ha ocupado cargos públicos de gran importancia desde su inicio como concejal del municipio de Sonsón, en 1970, está siendo investigado por la supuesta participación en una reunión con jefes paramilitares en 2005, momento en el cual se desempeñaba como Senador de la República. Además, se le acusa por la posible recepción de aportes económicos, por parte de personas al margen de la ley, para sus campañas políticas en 1998. Ramos Botero se constituyó en una de las figuras visibles del movimiento político Equipo Alas Colombia, algunos de cuyos miembros también fueron procesados y condenados en años anteriores, como es el caso de los congresistas Álvaro Araujo Castro a y de Antonio Valencia, este último actualmente a disposición de la Corte Suprema de Justicia. A la reunión que presuntamente tuviera lugar en el municipio de Bello en enero de 2005, asistieron diferentes jefes paramilitares, al igual que algunos políticos, entre los que se encontraba el exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, Luis Alfredo Ramos Botero, quien reconoce haber participado de la misma, pero sólo en calidad de congresista y limitándose a escuchar las propuestas e inquietudes de los “paras” con respecto a la Ley de Justicia y Paz que, por ese tiempo, se desarrollaba en el país. Con base en los testimonios de algunos cabecillas paramilitares, entre los que se destaca Carlos “El Tuso” Sierra, quien asegura la participación de Ramos Botero en la reunión con paramilitares, y Daniel Rendón Herrera, alias “El Alemán”, quien afirma que hizo un aporte de 10 millones de pesos para la campaña política que el exsenador llevaba a cabo a finales de los 90, la Corte tomó la decisión de privar al político antioqueño de su libertad, pues sus nexos con grupos al margen de la ley lo convierten en “persona de alto riesgo para la sociedad”. Las opiniones sobre este caso no se han hecho esperar. El exasesor presidencial, José Obdulio Gaviria, manifestó que este es “el peor daño que se le puede hacer a la democracia”, pues causa curiosidad dentro del uribismo que, justo en este momento de coyuntura política y estando cerca de las elecciones, salgan a la luz pública estos hechos y se inicie este proceso contra Ramos Botero, quien pudo haber sido el candidato que mayor contrapeso le haría al actual jefe de gobierno en las próximas elecciones presidenciales.

Momento preelectoral

Asumiendo que un gran número de políticos del país ha sido relacionado con paramilitares, el abogado y exdiputado Luis Javier Castaño afirma que “si vamos a decir que hablar con un paramilitar lo convierte a uno en su amigo o también en paramilitar, entonces muchos de los políticos de este país deberían estar en

la cárcel”; y concluye: “No se debe confiar en el testimonio de alias “Guerrero”, tampoco en el de “Ernesto Báez” y en el de “El Tuso” Sierra, si se tiene en cuenta que algunos de ellos purgan, entre otras, condenas por falso testimonio; ellos se aprovechan de todo lo que huela a rebaja de pena”. Para Francisco Ramírez Vélez*, profesor y abogado penalista, “el paramilitarismo es el fenómeno con más influencia en la actual política antioqueña. Con la mano de los paramilitares en la región y varias figuras políticas involucradas, en algún momento permearían a Ramos Botero”. La justicia colombiana, continúa el docente, responde a intereses particulares de la política y, en este caso, a un juego de poder frente a los próximos comicios en mayo del 2014. De igual forma, reconoce la injerencia del otro lado de la situación: “La parajudicialidad también ha desempeñado un rol en la justicia, beneficiando a otras personas públicas, e incluso el uribismo contesta desde la Procuraduría”. Por otra parte, Armando Calle, abogado penalista, considera que el hecho de que este proceso judicial salga a la luz justo cuando el doctor Ramos es anunciado como posible candidato presidencial es simplemente una coincidencia, pues los tiempos han sido prudentes y las determinaciones acertadas. Calle aseguró que, sin embargo, las jugadas políticas a favor del exgobernador se van a presentar sin importar la medida de aseguramiento: “No creo que le sea más difícil dentro de la cárcel que fuera de ella”, explicando el apoyo que puede recibir Ramos Botero desde su reclusión. Por lo pronto, mientras se realizan los procesos pertinentes del caso, el que fuera precandidato del uribismo tendrá que olvidarse de sus aspiraciones políticas y, por ende, de una posible candidatura para la presidencia de Colombia. Entre tanto, su hijo Alfredo Ramos Maya, quien en defensa de su padre ha entrado en una guerra virtual con la investigadora Claudia López, hará parte de la lista al Senado por el partido Uribe Centro Democrático que dirige el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Luis Alfredo Ramos Botero: en

el ojo de la justicia

*Nombre modificado a petición de la fuente.

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20 Efeméride

El día en que fue asesinado

John F. Kennedy (II)

John Fitzgerald Kennedy (Brookline, Massachusetts, 29 de mayo de 1917 – Dallas, Texas, 22 de noviembre de 1963) fue el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos. Fue conocido como John F. Kennedy, Jack Kennedy por sus amigos y popularmente como JFK.

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ientras el Air Force One se dirigía a Dallas, la última de las nubes se esfumó. “El clima Kennedy” lo llamaba O’Brien. Parecía que iba a ser un día Kennedy. Todo se veía reluciente bajo el sol de Texas y su cielo sin nubes: el inmenso avión brillando mientras se estacionaba junto a una multitud aglomerada contra una cerca; la limusina presidencial tan reluciente que la luz del sol resplandecía sobre su capó azul medianoche, que se alargaba hacia dos banderitas sobre las aletas delanteras. La puerta se abrió y, a la luz del sol, salieron las dos figuras esperadas por la multitud: Jackie primero, joven, elegante, de amplia sonrisa, en un traje rosa y un sombrerito radiante; detrás de ella el Presidente, joven, elegante, la mata de pelo castaño brillante, una mano revisando el botón de su chaqueta en gesto familiar. Bajando las escalas, giró hacia los lados suavemente para aliviar su espalda. Un bouquet de rosas rojas, que vino a hacer juego con el rosado y la sonrisa, le fue entregado a Jackie por el comité de bienvenida. No se había planeado tiempo en la agenda para que el Presidente y su esposa saludaran a la multitud, ¡pero quién podría haberse resistido! Tan adorables y emocionadas eran las caras frente a ellos, tan implorantes las manos que se tendían; caminaron a lo largo de la cerca, sonriendo, aún riéndose de las cosas que la gente les gritaba mientras estiraba las manos con la esperanza de tocar las suyas. “Nunca hubo un punto en la vida pública de los Kennedy, en cierta forma, que fuera tan alto como aquel momento en Dallas,” diría después un reportero que cubría la Presidencia Kennedy. Tomando a su esposa, Lady Bird, por un brazo, Lyndon Johnson caminó hacia la cerca y comenzó a seguir a los Kennedy; pero las caras se mantuvieron

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El 22 de noviembre de 2013 se rememoran 50 años del asesinato de uno de los más populares presidentes de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy. Por ello, les compartimos la segunda entrega de la traducción realizada por el profesor Édgar Picón, de la Escuela de Idiomas, Universidad de Antioquia, basada en el libro escrito por Robert A. Caro. Un recorrido minucioso por el último día de JFK. volteadas y los brazos tendidos hacia estos últimos, aun después de que estos hubieran pasado, y Johnson regresó rápidamente hacia el convertible gris que había sido rentado para él. Yarborough se sentó en el puesto trasero al lado izquierdo, detrás del chofer, un patrullero del estado de Texas llamado Hurchel Jacks; el Vicepresidente a la derecha, detrás de Rufus Youngblood, un agente secreto asignado a él. Lady Bird, sentada entre Yarborough y su esposo, trataba de entablar conversación, pero pronto desistiría. Los dos hombres no se hablaban ni se miraban; en tanto, la caravana se empezaba a mover. Las primeras millas de la procesión presidencial atravesaron una avenida alineada por fábricas pequeñas de industria ligera, y, relativamente, poca gente observaba pasar la caravana: en el frente un carro de policía blanco sin marcas y policías motorizados con cascos; luego los Kennedy, el Gobernador y la Señora Connally, en la limusina presidencial, con las banderitas ondeando en las aletas y cuatro escoltas en motocicletas flanqueándola; después un carro, pesada-

mente blindado, al que los agentes del Servicio Secreto se referían como el “Queen Mary”; luego, a setenta y cinco pies de cuidadosa distancia, venían el carro gris convertible de la Vicepresidencia y su carro escolta, los vehículos de la prensa y los buses, y el resto de la larga caravana. Pero luego la procesión llegó al centro de Dallas y giró sobre la calle Main Street. Un buen trecho de Main estaba flanqueado de edificios altos a ambos lados, de tal manera que los carros podrían, entre ellos, sentirse como conduciendo entre las paredes de un cañón, y las ventanas de los edificios estaban llenas, piso tras piso, edificio tras edificio, con gente que se asomaba y ovacionaba, y sobre las aceras la multitud llegaba a tener ocho y diez personas de profundidad. Hacia adelante, cada cincuenta yardas, más o menos, una fila de banderas colgaba de cables tendidos sobre la calle, y, al final del cañón, donde terminaban los edificios, había un rectángulo de cielo abierto. A medida que la procesión se internaba en el cañón, el ruido aumentaba y se intensificaba, haciéndose más y más fuerte, como si la caravana se moviera


21 dentro de un cañón de ovaciones. Cada vez que el Presidente ondeaba su mano, la multitud en la acera se movía hacía él en olas, empujando la línea de policías y estrechando el paso de los carros, y el carro líder era forzado a reducir su velocidad de veinte millas por hora a quince, a diez, a cinco. Cada vez que Jackie ondeaba su mano blanca enguantada, chillidos de “¡Jackie!” llenaban el aire. Cuando el gobernador Connally ondeaba su inmenso sombrero Stetson, revelando una cabeza leonina canosa, las ovaciones crecían también para él. Los cuatro pasajeros en la limusina presidencial se sonreían entre sí placenteramente. “¡Señor Presidente, ciertamente usted no puede decir que Dallas no lo ama!”, le decía Nellie Connally. Los ojos del Presidente “se encontraron con los míos y su sonrisa se hizo aún más amplía”, recordó luego. A la zaga de ellos, en el carro rentado, conduciendo entre multitudes de gentes que ovacionaban —pero no a él— compartiendo el asiento con un hombre que lo había humillado, Lyndon Johnson estaba a una distancia tal de la limusina presidencial, que las ovaciones por los Kennedy y los Connally morían en el momento en que su carro pasaba, y la mayoría de las caras entre la gente todavía estaban volteadas hacia el carro presidencial mientras éste se alejaba. De manera que, mientras el carro de Lyndon Johnson se adentraba despacio en el El matrimonio de John y Jackie Kennedy tuvo cuatro hijos, de los cuales su primera hija, Arabella Kennedy, falleció antes de nacer cañón, lo que se mostraba delante de él en aquella ca(mortinato) en 1956. Su segunda hija fue Caroline Kennedy, nacida en 1957, y luego tuvieron a su primer varón, John F. Kennedy, ravana podría, de alguna manera, haber sido visto por Jr., nacido en 1960, quien falleció en un accidente con su avión en 1999. Su último hijo, Patrick Bouvier Kennedy, nació el mismo alguien que observara su vida, como una prueba de lo año del asesinato de Kennedy, pero falleció dos días después de su nacimiento debido a problemas respiratorios. que pudiera establecerse más adelante si él continuaba como Vicepresidente: cinco años a la zaga de otro hombre, humillado, casi ignorado y sin poder. La Vicepresidencia, “llena de viajes… choferes, hombres saludando, gente aplaudiendo… al final no es nada”, él mismo lo había echado; pero John Connally, quien había diría después. Había negociado el poder de líder de la cazado toda su vida, supo en el mismo instante mayoría del Senado, el líder de la mayoría más poderoque lo oyó, que había sido el disparo de un rifle sa en años, por el limbo de la Vicepresidencia, porque de alta potencia. pensaba que al final podría ser la presidencia. Ahora Rufus Youngblood, el agente de la Policía había otro hombre que podría querer la presidencia: el Secreta que iba en el carro de Johnson, no sabía hermano menor, Robert F., Kennedy, el Fiscal General, lo que era, pero vio movimientos “anormales” en el carro presidencial —el Presidente Kennedy cuyo disgusto y animadversión hacia él eran bien conoparecía estarse inclinando sobre su izquierda— y cidos en Washington. Y en cinco años, Bobby Kennedy en el Queen Mary, inmediatamente delante de tendría tiempo de construir un récord, de sustentar él, uno de los agentes se levantaba inesperadaotros cargos, además del de Fiscal General: Secretario de Defensa, quizás. mente con un rifle automático en sus manos. ¿Y qué si su Vicepresidencia no fuera de cinco años Revolviéndose en su asiento, Youngblood gritó más sino solo de uno?, ¿qué si saliera de la foto en —en “un tono de voz que nunca antes le había 1964? Él había estado diciendo por algún tiempo —se escuchado usar”, Lady Bird recordaría— “¡Agáhabía convencido, aparentemente— de que esa era la chense, agáchense!” y, tomando a Johnson por el probabilidad. En los últimos meses, había comenzado hombro derecho, lo empujó rudamente hacia el a aconsejar a algunos partidarios que lo apoyaban, a piso en el centro del auto, mientras casi saltando quienes hubiera querido mantener de su lado en caso sobre el asiento delantero echó su cuerpo sobre de lanzarse a la presidencia o llegar a ser Presidente, el del Vicepresidente, gritando de nuevo, “¡AgáDiferentes teorías se lanzaron tras la muerte de Kennedy. que abandonaran su equipo. “Mi futuro está detrás de chense, agáchense!”. Johnson no podía ver otra Se llegó a rumorar que su asesinato se debió a una conspiramí”, le dijo a uno. “Vete”, le dijo a otro, “estoy acabado”. cosa que los zapatos y las piernas de Lady Bird ción criminal masiva en la que participaron organizaciones Dejando atrás la multitud en “Main Street”, el ca—ella y Yarborough se agachaban hacia el piso tan variadas como la CIA, grupos de exiliados cubanos rro líder, la policía motorizatanto como podían. Soanticastristas y la mafia. da y la limusina presidencial bre él escuchaba a Por un momento sólo hubo ruidos dieron vuelta a la derecha en Youngblood gritarle a la calle Houston y luego a Hurchel Jacks, “¡Acéren el transmisor, y luego Johnson la izquierda en la calle Elm, quese, acérquese!”. Él gritaba sobre él. El radio de onda corta todavía estaba que se deslizaba suavemente sabía que la mejor esperanza escuchó a alguien decir, “¡Está heriatado al hombro de Youngblood, casi sobre la oreja de colina abajo hacia un amplio de protección era mantenerse Johnson. Se hallaba ajustado en la frecuencia del servipaso de ferrocarril, a través cerca del carro frente a él, que do, apúrense, está herido!”. cio secreto de Baker, quien mantenía a Youngblood en de un campo abierto lleno de estaba repleto de hombres y contacto con el carro escolta de la vicepresidencia, pero espectadores dispersos llamaarmas. Lyndon Johnson sinahora Johnson escuchó la voz del agente sobre él diciendo Dealay Plaza. Delante del tió que el carro saltaba hacia do, “Estoy cambiando a Charlie” —la frecuencia que carro vicepresidencial, los espectadores comenzaron a adelante mientras Jack presionaba el acelerador “terrilo conectaría con el Queen Mary, frente a él. Por un aplaudir a los Kennedy y a los Connally, mientras Joblemente rápido,” diría Lady Bird; “recuerdo la forma momento solo hubo ruidos en el transmisor, y luego Johnson los seguía. en que aquel carro se… disparó,” recordó Johnson— y hnson escuchó a alguien decir, “¡Está herido, apúrense, Se escuchó un ruido rasgado y seco que lo “sobreentonces los frenos fueron pisados bruscamente, y la está herido!” y luego “¡Salgamos de aquí!”— y entonces saltó”, diría Johnson luego; sonó como una “explosión”, llantas le chirriaron casi en las orejas mientras el cacantidades de gritos ininteligibles, de los que una palay él no supo qué era. Otros en la caravana pensaron rro giraba a la derecha mucho más rápido, chillando bra emergió claramente: “¡Hospital!, ¡hospital!”. que era un escape de una de las motocicletas de la poestruendosamente sobre la rampa hacia una vía rápida. licía, o un fuego artificial que alguien entre la gente “¡Quédate con ellos y mantente cerca!”, Youngblood

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Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


22 Patrimonio En Jericó, Suroeste antioqueño, abundan las aves: pequeñas, grandes, de mil colores. Y a su alrededor, las historias. Bienvenidos a un viaje alado donde los augurios de muerte y los presagios de libertad vienen en clave de pájaro. Un vuelo por el universo de las creencias y la tradición oral.

Los “misterios” de los

pájaros y los cuentos

de “los antiguas” en Jericó Laura Ospina Montoya laura141@gmail.com

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l Parque Natural Las Nubes, en Jericó, es una zona de reserva ecológica ubicada aproximadamente a 2.250 msnm que aún conserva buena parte de la biodiversidad local no solo de aves, sino de venados y primates. Por mucho tiempo aquel escenario natural fue un lugar de asiduas jornadas de cacería, pero también de amables historias entre hombres y animales. Sus detalles todavía se encuentran vivos en la memoria de muchos. “Pajareros” y campesinos refieren agüeros y “misterios” en los que creían “los antiguas” y que han sido transmitidos de generación en generación, a través de la oralidad. Y aunque el escepticismo se apodera de estos tiempos, todavía se cuentan relatos donde el avistamiento o los cantos de tal o cual pájaro ha sido muy “efectivo” para entender y afrontar acontecimientos cotidianos de la existencia humana. En este grupo de aves que vaticinan o anuncian eventos futuros, por lo general de corte fatal, encabezando la lista se encuentra la Tortola castaña (Columbina tapalcoti), también llamada “Palomita Colorada”, “Torcacita Colorada” y “Tortolita Rojiza”. Mide de 15 a 17 cm, habita en las selvas tropicales de tierras bajas y de montañas, en las selvas de galería, en las sabanas donde hay algunos árboles, en los llanos, en regiones semiáridas donde hay arbustos, en los terrenos de cultivo y en zonas urbanas. Es muy común en diversos ambientes urbanos y rurales de Colombia; su distribución se extiende desde México hasta Argentina y en Trinidad y Tobago. Cuenta José Leonardo González, de la vereda Castalia, que el agüero más común que se le atribuye en

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la zona a esta tortolita es que cuando canta “Se fue, se fue, se fue” algo trágico va a acontecer. Ello sucedió, por ejemplo, hace 10 años, cuando falleció su hermana Aurora González, de 62 años, en Medellín. El día antes, durante toda la jornada, una de estas palomitas le avisó con su ‘estribillo’ sonoro que alguien iba a morir. “Eso es preciso”, así fue como al mediodía lo llamaron de la ciudad a contarle la infausta noticia. En esta misma línea de corte fatal, se encuentra el Trespiés (Tapera naevia), también conocido como el crespín, crispín o cuco rayado. Es una especie propia de Centro y Suramérica, cuco de color café, de unos 28 cm, buche blanco y cola larga. “Es saraviadito, copetón y tiene tres paticas, por eso se llama así”, dice Luis Arcadio Molina, un campesino de 64 años dedicado a la producción de carbón vegetal. Además de bello, el pajarito “es misterioso” porque un día, hace 30 años, empezó a cantar a la una de la mañana en la barranca, hasta que, tres horas más tarde, murió su suegro Miguel Ángel Palacio. Pero así como anuncia la muerte, este pájaro Trespiés previene a los cazadores y caminantes de las selvas o las montañas del peligro que representan algunos animales silvestres. Como lo confirma uno de los pajareros más experimentados de Jericó, Martín Emilio Gutiérrez, de 83 años, este pájaro “siempre anuncia los problemas. Siempre se para en los árboles con un pie alzado. Él ahí es donde está observando y da el canto”, que es “‘Trespiés, trespiés’. Ese es el canto de él”.

Previsoras alertas

Pero de los peligros del monte, el búho rayado (Pseudoscops clamator) también pre-

viene. Este ‘lechuzón orejudo’ es una especie de búho de tamaño mediano con largas plumas que parecen pelos en su cabeza, aparenta unas orejas y un disco facial amarronado-blanco con un borde negro. Su pico es negro, y ojos de color canela, alas redondeadas más cortas que las que poseen muchos de sus parientes. Su dorso es de color canela con tonalidades negras y gruesas barras. Su zona ventral es de color pálido con rayas. Se encuentra en varios tipos de hábitat: bosques, zonas anegadizas, pastizales, campos y bosques húmedos tropicales. Vive en Suramérica y partes de América Central. Este búho rayado “es ojizarco, como con orejitas de gato y cabeza plancha. Siempre vive encogidito, quieto en los árboles”. De él también se podría decir que mide unos 36 cm, con pico agudo, como todo buen cazador, y de hábitos nocturnos. Su coloración más bien negruzca le permite capturar de forma más fácil a sus presas, entre las cuales se destacan roedores, pichones, reptiles y pequeños artrópodos. Roberto, un amigo de Martín Emilio, que vivía en Tarso, hace “El gallo es un animal 15 años estaba en el Parque Natural Las bendito, viene desde la Nubes cuando uno de aquellos búhos le pasión de Nuestro Seavisó que había una “pantera” muy adeñor Jesucristo; cuando lante esperando y se tuvo que devolver. En negaron a Nuestro Seese tiempo todavía había mucha “fiera” en ñor cantó el gallo y ahí “esa selva”, pero con los años “ya se fueron los hizo quedar mal.” derrotando”. Este solo lo hace para anunciar

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23 al hombre la inminencia de algún peligro cercano. Y este no es el único “misterio” que tiene el ‘lechuzón orejudo’, ya que cuando canta en invierno es porque va a hacer verano. Según Martín Emilio, esta ave es confundida a menudo con el Currucutú (Megascops choliba), que es más pequeño y, a diferencia del anterior, canta toda la noche “currucutuuú, currucutuuú”. Este pequeño habitante de la noche es de plumaje saraviado y tiene “orejitas”. Posee, además, la facultad de contestarle a quien imita el sonido de su canto. Así, tal como lo precisa Jesús Montoya, “si uno canta ‘currucutuuú’, él le responde de la misma manera”. Con rasgos similares, se encuentra la Lechuza común (Tyto alba). Es un ave de color blanco y café, de unos 38 cm, que tiene un disco facial en forma de corazón. El área de distribución es en los cinco continentes. Tiene hábitos nocturnos y los sitios habituales de anidación y residencia son las construcciones altas y viejas de los cascos urbanos. A esta característica se le debe su apelativo popular de “lechuza del campanario”. Sobre este particular, don Jesús recuerda cuando, hace mucho tiempo, aquellas aves de vuelo silencioso se metían furtivamente en la Catedral de Jericó, desde arriba del campanario “por cualquier huequito” para ‘robarse’ el aceite de las lámparas. “Se embuchaban bien y volvían y salían”.

Otros mensajeros

En este mismo grupo de aves que, con su presencia “avizoran eventos futuros” se encuentra la Gallina ciega (Nyctidromus albicollis). Es de tamaño mediano (22– 28 cm), cola muy larga, alas largas con la punta redondeada, es el chotacabras (creencia equivocada de que chupan la leche de las cabras [chotar significa mamar]) común de los caminos rurales. Es de color grisáceo, negro y blanco entreverado, y leonado por encima, picos o patas fuscos (oscuros); su vuelo es errático y a corta altura. La especie se extiende desde Argentina hasta Texas (E.U.) y su hábitat es de bosques tropicales y subtropicales, manglares, matorrales, pastizales y plantaciones hasta una altura de 1,600 msnm. Por lo general, se la puede divisar cuando llega la noche o al amanecer. Martín Emilio afirma que si a estas horas el viajero la percibe claramente es señal de mala suerte. Sin embargo, Jesús Montoya dice que el único “misterio” que tiene aquella ave es el anunciar la llegada de la Semana Santa, pues canta únicamente en tiempo de Cuaresma. Esta ambigüedad en las apreciaciones también está vigente en otras especies, por ejemplo, el Gallo común (Gallus gallus domesticus). Para don Leonardo, “un gallo que cante después de las seis de la tarde ya eso tiene su agüero”, sin importar si el ave es de cualquier color (colorado, saraviado o negro). “Con tal de que cante después de las seis de la tarde” y que sea criolla porque “el fino canta a cualquier hora”, ahí ya se intuye un misterioso presagio. Agrega que el criollo ya ni canta a las cinco de la mañana; aunque antes cantaba sagradamente a esa hora, lo que lo atribuye a que “ya estamos en un mundo moderno”. Para Martín Emilio, “el gallo tiene el misterio que cuando canta a las 12:00 trae mala suerte y lo llaman el ‘Gallo de la Pasión’. Dicen que siempre anuncia peligro o que va a faltar alguna persona”. En sentido contrario, Jesús Montoya cree que “el gallo es un animal bendito, viene desde la pasión de Nuestro Señor Jesucristo; cuando negaron a Nuestro Señor cantó el gallo y ahí los hizo quedar mal. Eso sí ocurrió en la vida de Nuestro Señor”. Y así como el gallo, también está el buitre negro americano, zopilote o jote de cabeza negra (Coragyps atratus), denominado chulo, golero o gallinazo (en Colombia y Perú), como una figura que cobra un doble sentido para los habitantes de esta subregión antioqueña. Se extiende desde el sur de los Estados Unidos hasta el sur de Suramérica. De unos 60 cm de largo, tiene la cabeza y el cuello grises y desprovistas de plumaje, posee una envergadura de alas de 1,67 m, plumaje negro uniforme, pico corto y en forma de gancho. Es carroñero, pero también consume huevos y animales recién nacidos; en lugares poblados por el hombre, se alimenta en basureros. Encuentra su alimento usando su aguda vista o siguiendo a otros buitres que poseen un buen sentido del olfato. Comúnmente se lo ve en los basureros, pero en ocasiones puede apreciarse posado en el techo de las cárceles. Allí se tiene el agüero, dice Leonardo, de que “cuando usted ve un gallinazo parado en todo el caba-

llete de la cárcel, es que sale una persona o va a entrar otra… Yo sé porque yo estuve allá”. Este mismo augur lo confirma la señora María de los Ángeles Palacio, esposa de Luis Arcadio Molina, al decir que “si el gallinazo está con la cabeza para la calle, es porque el preso va a salir, y si no es que va a entrar”. De igual manera, el gallinazo, tal como las especies antes nombradas, se encuentra ligado a los relatos que confirman una experiencia alrededor de la muerte. Cuenta Uriel Antonio Montoya que un gallinazo asentado en la cruz de su casa anunció la muerte, en 1979, de María del Carmen Jiménez. En la memoria de esta población también existen aves que adquieren propiedades humanas. Mario Jaramillo, jericoano de 63 años, cuenta que hace unos 20 años un sinsonte tropical, cenzontle tropical o paraulata llanera (Mimus gilvus) pasó por la casa de su tío Libardo Jaramillo. En ese instante, la familia se encontraba reunida; en pleno evento, “el pajarito fue cayendo muerto”. Al otro día, Libardo, quien en ese entonces tenía 65 años, se infartó, pero días más tarde se recuperó y su sorprendente recuperación fue atribuida al hecho de que el ave había asumido la muerte del dueño de la casa.

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Así, tal como lo precisa Jesús Montoya, “si uno canta ‘currucutuuú’, él le responde de la misma manera”.

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De otra parte, no sobra anotar que el sinsonte tropical, un pájaro de unos 25 cm, de color gris y negro, es muy apetecido como animal doméstico por su capacidad de imitar cantos y silbidos de otros pájaros y melodías que les son enseñadas por sus dueños. Ahí se da otro intercambio entre humanos y aves, pues muchas personas se dedican a enseñarle palabras y tonadas. Y en esta transmisión de la facultad del habla, también ocupa un lugar preponderante el Pinche o Afrechero (Zonotrichia capensis), un ave pequeña de 14 cm, de color café entreverado, con dos franjas negras sobre gris y blanco con una pequeña cresta en la cabeza (en los machos). Habita alrededor de las casas del casco urbano y de las veredas. De este pequeño pájaro los habitantes del municipio afirman que “tiene un misterio, y es que dicen que cuando hay un niño que está duro para hablar, le meten el piquito del Pinche en la lengüita para que lo muerda y creo que así el niño empieza a hablar ligero”. De igual manera, también figuran las aves que advierten sobre cambio en el clima de la zona. El ya mencionado Currucutú se halla en esta clasificación, pero también aparecen aquí las golondrinas y la aguililla. A las golondrinas, sobre todo a las de color blanco y negro (Pygochelidon cyanoleuca) se les asigna la facultad de traer “el invierno y traer el verano”. Dice Juan Camilo Sepúlveda, un pajarero reconocido del pueblo, que cuando “se amontonan muy seguido es que va a llover”. A su vez, la Aguililla o Vencejo (Streptoprocne rutila), tal como lo afirma Uriel Montoya, también sirve para avizorar eventos meteorológicos. Tanto es así que ellas “son las mensajeras del invierno. Son negras, grandes y vuelan en la noche. O cuando salen en la tardecita, cuando está nubado, es porque va a hacer tempestad”. De esta manera las aves que revolotean por los campos y las casas de Jericó han brindado referentes de capital importancia para entender y actuar frente a diferentes aspectos de la existencia diaria como la muerte, el aviso de noticias buenas o malas, el clima, la enfermedad o la suerte. Todos estos significados integran una valiosa parte de una tradición cultural que aún pervive y que seguirá vigente hasta que la magia de la palabra contada siga siendo invitada de honor a las tertulias cotidianas de los habitantes de aquella población.

País de aves Colombia es el país con el mayor número de especies de aves en el mundo. Con cerca de 2.000 reportadas en 2012, este patrimonio biológico es uno de los más grandes del planeta y se constituye en una de las mayores riquezas de la biodiversidad de nuestro país. Las montañas andinas de Colombia albergan gran cantidad de aquellas aladas criaturas; los últimos registros indican que en los piedemontes, mesetas y cumbres habitan alrededor de 800 especies que encuentran en sus variados ecosistemas grandes alternativas de refugio, alimentación y reproducción. El Suroeste antioqueño se enmarca entre la parte oriental de la Cordillera Occidental de los Andes y la parte occidental de la Cordillera Central que forma el cañón del río Cauca. Esta región posee distintos pisos térmicos,. En pocos kilómetros es posible ir del frío al calor y de una altura a otra, lo cual posibilita la existencia de diversas especies de aves en extensiones cortas de territorio. Y, precisamente, en esta región geográfica es donde se ubica Jericó, municipio con una extensión de 193 km2, de los cuales 191,8 km2 pertenecen al área rural; el casco urbano se halla a 1.950 msnm.

Ilustraciones: Laura Ospina.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


24 Perfil A veces, un momento basta para llevarnos una impresión, un buen recuerdo. Más cuando se trata de escritores amados. Eliana Castro Gaviria ecastrogaviria@yahoo.es

U

n fragmento de Fernando Vallejo fue mío una noche, días atrás, por una hora. A las siete en punto llegué al Café Vallejo, por tercera vez. La primera había encontrado a Aníbal –alto, elegante, muy parecido a su hermano, pero más joven–. La segunda había buscado al mismísimo Fernando. La tercera debía encontrarlo. Estaba, además, segura de que no me recordaría, no recordaría los cinco minutos prometidos; sería preciso volver a empezar y esa era la última noche que él pasaría en Medellín. Era ahí o no sería. Días antes, tres exactamente, habíamos sostenido un primer diálogo: –¿Fernando Vallejo tiene tiempo para una historia larga? –No –esbozó una sonrisa inocente, de niño–. Imposible. A esta edad no me queda tiempo para historias. Menos si son largas. –¿Diez minutos? –Cinco. Acepté volver tres días después, un lunes, sin inconvenientes. Fernando viene unas tres veces al año a Medellín y antes de que comience a llegar el público al Café, o sea, antes de las cuatro de la tarde, toca el piano. No le gusta hacerlo cuando hay gente; no le gusta demostrar sus destrezas, nunca le gustó ser figura. Ni le gusta ni le importa nada. Pero esta vez no estaba. Había salido con dos hermanos –Aníbal y Carlos, el alcalde– a caminar por los alrededores, en el barrio Laureles. Antes de que alcanzara a hacer mi siguiente conjetura, o a imaginarme su fuga de la conversación prometida, apareció. Apareció como un fantasma al que nadie más volteó a ver, solo yo. Con sus canas, con alguna sonrisa, con su corta vista buscando a alguien. ¡Apareció, me recordó y recordó los cinco minutos! Alistó una mesa aparte, esperó con paciencia que pasara mis cosas e insistió en la siguiente parte del trato: ni grabadoras ni apuntes. Empezamos a hablar. De muchos temas, de los de siempre, en presente. Empezamos por su muerte, no muy clara aún, hace veinte años, en la Rambla paralela. Volvemos a la frase del Fuego secreto porque la vida cuando se empieza a poner sobre el papel se hace novela. Su vida, sus personajes, están en sus libros; están con ese viejo loco. Es su verdad, más o menos: está la esencia, el papel le pone otras ciertas cosas. Le cuento de un artículo en el que no hablan muy bien de ese libro, y él me responde que es quizás uno de los mejores por el ritmo, la sintaxis, el manejo del lenguaje. Estoy de acuerdo: ese libro tiene fuego, tiene la cadencia de la juventud. Por esta razón, hablamos de los tratados que se han hecho sobre su literatura; unos cuatro ha leído él. Para Fernando hacer análisis y biografías de autores no es un asunto sencillo, no se trata de llenar hojas y hojas con llamados a pie de página, sino de decir lo que una lectura genera en el lector. Se trata de ver una obra, un autor, y saberlos contar. Seguimos conversando de la Medellín que encuentra cada vez que viene, la Medellín con nuevos y más edificios, la cultura paisa con su alma de comerciante. En la que no hay respeto por la vida: “Antes, al menos estaba la familia, no era la mejor de las instituciones; pero unía. Ya no hay nada”. Hablamos de Colombia, y su actuación miserable en los años de sus películas y primeros libros. Ataques fueron y vinieron. Pero siempre contó con el amor de su padre, un hombre honorable, muy culto, que antes de morir fue su primer lector. Fernando le enviaba fragmentos de sus novelas, de a poquito, unas quince páginas a medida que iba avanzando, y Papi las leía y corregía datos históricos, si era el caso. Nunca juzgó, siempre permitió. Su mamá también leía los fragmentos.

No. 66 Noviembre de 2013

Ilustración: Elizabeth Builes Carmona

Cinco minutos con

Fernando Vallejo No recuerda el libro en el que afirma que El río del tiempo debió llamarse La derrota. Yo sí, le insisto que es en Entre fantasmas, pero hace mucho que lo escribió y ya no hay memoria. Dice que lo que sí quiso fue hacer una película con ese título. Le pregunto si todo ha sido una derrota y él responde que no: “Soy un tipo muy solidario conmigo mismo”. Me cuenta que volverá a México a escribir otro último libro: “Mañana mismo empiezo”. No me cuenta sobre qué, se niega, dice que es enredado. Lo que sí es que espera escribirlo en un mes y medio como Mi hermano el alcalde. Por los periódicos me entero que hace poco ha dicho algo sobre un posible título: El desastre. No insisto en saber sobre qué. El ritmo de la conversación es algo frenético. En cualquier momento pueden acabarse sus cinco minutos. Le pregunto por qué si no existe el amor, solo los momentos de amor, tantos de sus libros van para un mismo David Antón. ¿Qué significa ese hombre en su vida? Y consigo una sonrisa. Me sonríe. Mejor dicho, le sonríe a la distancia a David: –David Antón es lo más importante de mi vida. Quise mucho a mi abuelita Raquel, pero David, mi compañero, me ha acompañado los últimos cuarenta años de vida. Cada tanto busca a Carlos, el alcalde, su hermano. Me lo presenta con entusiasmo, asimismo: “Él es Carlos, el alcalde”. Lo busca para saber quién lo llevará en la mañana al aeropuerto. En un descuido, Carlos se va y no volvemos a saber de él. Porque entonces las circunstancias en el Café cambian el ritmo de la conversación, los temas, y aparece otro Fernando, otro más vivo, menos fantasma. De pronto, mientras hablamos sobre el documental de Luis Ospina, un silencio invade el bar. No es precisamente la falta de palabras, es alguien que toca el piano. Fernando se apura a saber qué obra es, cree reconocerla y le pide a Nora –su cuñada, esposa de Aníbal–, que lo confirme. Nora habla con Natalia, y Fernando acierta: “Balada para piano número 4” de Chopin. No dice nada más, mueve levemente los dedos, y sonríe. Sonríe como uno nunca imaginaría que podría sonreír Fernando Vallejo: sincero, feliz, sorprendido, encantado. Todo el Café observa, escucha, disfruta; nadie se

mueve. Al final de la interpretación musical, aplaudimos. El primero de esos aplausos viene de Fernando, animado, extrañado por la brillante interpretación. Eso repite una y otra vez. Para Fernando todo Chopin es bueno. No soporta, por ejemplo, a los chinos y sus muecas en el piano. No las concibe cuando tocar el piano debe ser de lo más sencillo y sutil. Por supuesto que algunas muecas sirven para memorizar, esas se permiten, pero el abuso de ellas para llamar la atención no tiene presentación. Se me ocurre, mientras él vuelve a aplaudir, que lo mismo sucede con las repeticiones en sus libros, sirven para memorizar, para llevar el ritmo. Nunca para llamar la atención. Porque a él no le interesa nada de eso. Nunca. –José Barros, Pachón Galán: esa sí es la música colombiana. No esos pasillos y bambucos fáciles con su tónica, dominante, tónica. En la montaña somos negados y malos para la música; en la costa sí supieron hacer sus porros. “Boquita salada” es la mejor cumbia que dio este país. E insiste en la sencillez, y que por eso son mejores los sonetos. E insiste en su amor por los boleros y los porros. Fernando, con la música, vio que no era bueno; no como él quería, no podría componer nunca. Mientras estudiaba en Bogotá veía que los profesores no sabían mucho, tampoco, y que él no podría ir más allá. Lo que sí ocurrió con la escritura. Lo del cine, esa fue otra historia, un lenguaje menor. Hablamos un poco más. El chico del piano, que no debe haber dormido aquella noche, nos acompaña. Nos cuenta su historia; es cucuteño y comenzó a tocar el piano a los 18 años. Eso es bastante extraño, la historia con la música para que vaya bien debe empezar en la niñez. Fernando lo felicita y anima para el recital que está próximo a presentar. Llega el final de la hora, sus cinco minutos. Lo noto cansado, noto que cada vez me escucha menos; le pregunto qué siente que ha logrado como escritor y, entonces, repite: –No me considero escritor. Por lo menos no únicamente escritor; soy más cosas. Me parece muy poco ser una sola cosa. No me interesa, no me interesa, no me interesa.


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