AÑO 8 • No. 41 • MEDELLÍN, AGOSTO DE 2008• ISSN 1657-2556 • FACULTAD DE COMUNICACIONES • UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
“La nueva delincuencia es pura, solo traquetos sin ningún tinte antisubversivo”. La seguridad en Medellín, vista pos su Secretario de Gobierno.
P. 4 y 5
El 15 de agosto de 2000, seis niños fueron asesinados por el Ejército Nacional en Pueblorrico. Sus familias los recuerdan.
P. 12 Y 13
Foto: Katherine Fernández
A 15 años de su muerte, León Zuleta sigue siendo recordado por aquellos que ven en él un símbolo de lucha.
P. 18 Y 19
Carlos Framb, el poeta que ayudó a morir a su madre y fue absuelto por la justicia
P. 20 Y 21
Goles en fuera de lugar Cada año más de cien jóvenes salen de su natal Chocó con el sueño de convertirse en futbolistas profesionales, redimir de la pobreza a sus familias y convertirse en ídolos. En casa quedan las nuevas generaciones que juegan en canchas de tierra, descalzos y con balones de trapo al lado del río.
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EDITORIAL
Agosto de 2008
¿En manos de San Pedro? Colombia no se repone de la primera temporada invernal que dejó 60 muertos, cinco desaparecidos, 101 heridos, 300 mil personas afectadas, 27 mil 89 viviendas averiadas y 810 destruidas en el 90 por ciento del territorio. En dos semanas, el país estará expuesto a un nuevo periodo de lluvias que se extenderá, según los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), hasta noviembre. En lo que va de 2008, el gobierno entregó 40 mil millones de pesos para reubicación y mejoramiento de vivienda; el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres (Sinpad) destinó más de 15 mil millones para alimentación y utensilios de hogar entregados a los damnificados y para gastos operativos; los departamentos y municipios debieron asignar dineros para la atención de sus poblaciones damnificadas; el Ministerio de Agricultura activó fondos de garantías y ayudas millonarias para socorrer a los cultivadores, ganaderos y pescadores afectados; y por solidaridad de los colombianos se recaudaron 103 toneladas de ayudas materiales, y dinero en efectivo del cual no se tiene certeza de su monto ni de su destinación final. ¿Saben los colombianos quién vigila la correcta inversión de estos recursos?, ¿por qué no se coordina un plan nacional de prevención dirigido a la construcción masiva de vivienda para las poblaciones en riesgo?, ¿por qué un proyecto de vivienda como Colombiatón, para atender a los damnificados por el invierno de 2004 en Cartagena, tardó tres años en ser llevado a cabo?, ¿qué hace un damnificado que pierde su hogar y no recibe ayudas?, ¿por qué a un municipio como Rionegro, Santander, con mil 500 personas afectadas por una inundación el 26 de mayo de 2008, no se le destinaron dineros del Sinpad?, ¿a manos de quiénes van a parar los dineros donados solidariamente y cómo son invertidos?
El presente ha sido un año particularmente lluvioso. Según el Sistema de Alerta Temprana de Medellín (Siata), en mayo se registró el índice más alto de pluviosidad desde el año 1909; agosto, históricamente seco, ha sido temporada de precipitaciones a raíz de vientos cargados de humedad generados por el fenómeno de La Niña; y octubre será el mes de lluvias más fuertes de 2008. Así, sin solucionar la emergencia anterior, Colombia se enfrenta a un nuevo ciclo de lluvias que provocará la saturación de los suelos, el aumento en el nivel de las aguas y el deslizamiento de tierras. El drama en los pueblos ribereños será otra vez noticia; habrá otra teletón; se harán promesas; se darán soluciones parciales; y volveremos a oír los nombres de las poblaciones siempre con el agua al cuello: Bello, Yondó, Nechí, Caucasia, Ulloa, Honda, Barrancabermeja, La Virginia, El Charco, Puerto Parra, Belén de Umbría, Cartagena, Bocas de San Antonio, La Mojana sucreña, Lorica, Montería, Puerto Salgar, La Dorada, Quetame, El Calvario, San Juanito, Achí, Piedecuesta, Vélez, Cimitarra, Málaga, Muzo, Otanche, Puerto Wilches, Yopal, Paz de Ariporo. La lista será más larga y las tragedias, las mismas de siempre: deslizamientos, cultivos anegados, poblaciones bajo las aguas, carreteras obstruidas y casas en ruinas. Las personas que habitan zonas de alto riesgo serán las más vulnerables ante las consecuencias de los fenómenos climáticos acentuadas por la carencia de programas que, con base en estudios, planificación y ejecución de obras estructurales, prevengan la repetición de las tragedias. El panorama seguirá siendo poco alentador, pues parece ser que el caos que genera cada aguacero solo será atendido cuando haya goteras en la Casa de Nariño.
Y ahora ¿Quién podrá defendernos?
César Augusto Duque Buitrago cesdubu@gmail.com
En Medellín, a los nombres y alias de los delincuentes pareciera rendírseles un culto inconsciente. Tal vez sea la herencia dejada por los traquetos y su poderío de los años 80 y 90, que permeó muchas capas de nuestra sociedad. La figura del “patrón” en Antioquia y Colombia ha sido recurrente. Fueron patrones Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez alias El mexicano también lo fueron en su momento los cabecillas del Cartel de Cali y en los últimos años los jefes paramilitares, o si no, ¿cómo es llamado en muchas zonas de la ciudad, especialmente en la periférica, Diego Fernando Murillo Bejarano, comandante de los desmovilizados bloques Cacique Nutibara, Héroes de Tolová y Héroes de Granada? También es conocido como “Adolfo Paz”, “El Ñato”, “Patepalo” o “Don Berna”. La suerte y el futuro de Medellín, en materia de seguridad y orden público es incierta, aun después de la extradición de “Don Berna”, por su reincidencia en actividades ilícitas, pese a encontrarse sometido a la Ley de Justicia y Paz, y estar recluido en un centro penitenciario de máxima seguridad. En los últimos años la influencia del desmovilizado jefe paramilitar en la ciudad fue evidente. El transporte público, el control territorial, las vacunas a comerciantes, los ajustes de cuentas entre delincuentes a través de las bandas La Terraza y la Oficina de Envigado, incluso el manejo de la contratación pública en algunos estamentos oficiales por parte de Diego Fernando Murillo Bejarano, no se pueden desconocer. La semana en que fue extraditado el más destacado cabecilla paramilitar de los últimos años en Medellín (13 de mayo de 2008), fue asesinado Carlos Alberto Ospina Osorio, presidente de la Asocomunal Nororiental, un desmovilizado de las autodefensas dedicado al trabajo comunitario; igualmente fue judicializado John William López Echavarría, alias Memín, también desmovilizado, vinculado a la Corporación Democracia y edil de la Junta Administradora Local de la Comuna Ocho. Finalizando la misma semana, fue asesinado durante una reacción en una plaza de vicio del barrio Trinidad, más conocido como barrio Antioquia, el agente de policía Conrado Ospina Calderón, hecho que no se presentaba hacía varios años en la ciudad. A mediados de mayo fue detenido y judicializado Alirio Rendón alias El Cebollero, acusado de imponer su voluntad en la plaza mayorista gracias a su vinculación con el paramilitarismo. Esa misma semana se ofreció una recompensa de 50 millones de pesos por información sobre alias Rogelio, Carlos Mario Aguilar, señalado de ser el cabecilla de la Oficina de Envigado, quien de manera súbita apareció en Estados Unidos negociando con las autoridades de ese país, ¿Quién lo reemplazará?
Otro tema que preocupa tiene que ver con el incremento de los índices de homicidios en Medellín en los últimos meses, debido, de acuerdo con las autoridades municipales, a ajustes de cuentas entre delincuentes y bandas emergentes dedicadas al narcotráfico. Hay que preguntarse entonces: ¿Por qué fue extraditado “Don Berna” junto a otros 13 paramilitares desmovilizados? La respuesta es simple: por su participación en el negocio del narcotráfico. Pero, ¿son solo por ajustes entre “traquetos” las muertes en la ciudad? Otro muerto reciente fue el presidente de la Junta de Acción Comunal de Campo Valdés parte baja, Juan Manuel Uribe Gutiérrez, desmovilizado de las autodefensas. Un hecho más grave aún fue el asesinato de cuatro personas en la sede de una ong en San Javier, el 17 de julio: el subcomandante del Gaula Antioquia, capitán Gerardo Ramírez Blanco, el fiscal Javier Losada Guzmán, el abogado Nilson Miguel López y el conductor José Demetrio Oyola, en una operación que hace pensar en el resurgimiento de delincuencia organizada, a través de bandas con gran poder militar (La Terraza, Los Priscos, Los Triana). Las plazas de vicio en la ciudad son tan conocidas como La gorda de Botero en el Parque de Berrío. Lovaina y el sector de San Pedro, entre Prado Centro y Campo Valdés, el Parque del Periodista, la avenida la Playa entre Sucre y la Oriental, la carrera 51, entre calles 2 y 3 sur, en Cristo Rey Guayabal o los múltiples expendios de drogas de todo tipo en el barrio Trinidad, así como los expendios de la Floresta, Santander y la América, son sólo algunos ejemplos de cómo la ciudad no está completamente en manos de las autoridades y por el contrario, en estos y otros sectores, son los ilegales los encargados del control social y la seguridad. Y eso que las plazas de vicio son un asunto menor dentro del negocio del narcotráfico que aún persiste. Por lo tanto, el llamado a las autoridades es perentorio, controlar y acabar no sólo las plazas de vicio, sino las estructuras armadas que controlan amplias zonas de la ciudad, escudados en el reconocimiento y poderío de los patrones hoy extraditados. Pero otros nombres surgen en Medellín y lo urgente es evitar que se conviertan en los nuevos amos y señores de una ciudad acostumbrada a rendirle culto a los escaladores de todo tipo. ¿Habrán escuchado nuestras autoridades de “Carlos Pesebre”, quien, según comentarios de pasillo, domina el costado occidental de la ciudad cruzando el Río Medellín, o “Douglas” quien maneja la zona oriental, o del poder que ostentan en la ciudad algunos delincuentes de bajo perfil, pero de gran capacidad económica y militar como “El loco Barrera”?
FACULTAD DE COMUNICACIONES Número 41 Agosto de 2008 Comité Editorial Sistema De La Urbe Carlos Agudelo, Heiner Castañeda, Luis Carlos Hincapié, Patricia Nieto, Elvia Acevedo, Gonzalo Medina Coordinadora Sistema De La Urbe Patricia Nieto Dirección Comité Editorial Coordinación Editorial Anamaría Bedoya Builes Víctor Casas Mendoza Diagramación Carolina Londoño, Esteban Arenas, Javier Tabares,Santiago Orrego, Juan Fernando Gutiérrez Reporteros Juan Diego Urrea, Luisa Fernanda Toro, Heidi Acosta, Anamaría Bedoya, Jorge Adrián Atehortúa, Andrea Aldana, Camila Vera, Juan Diego Restrepo T., Juan Camilo Rengifo, Harrison Rentería, Katherine Fernández, Paula Camila Osorio, Alejandro Quiceno, Juan Esteban Maya Fotografía Isabel González, Luisa Fernanda Toro, Heidi Acosta, Juan Diego Urrea, Javier Tabares, Katherine Fernández, Julián Roldán, David Cardona, Alejandra Álvarez Ilustradores Pablo Pérez, Javier Tabares, Mauricio Hoyos Imagen Portada
Katherine Fernández
Correctores
Mario Aguiar, Katalina Vásquez
Colaboradores Yira Plaza O`Byrne, Natalia Botero, Juan José Obando. Impresión La Patria - Manizales UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Rector Alberto Uribe Correa Facultad de Comunicaciones Decano Edison Darío Neira Palacio Jefa Departamento de Comunicación Social Deisy Katherine García Franco Ciudad Universitaria Calle 67 Nº 53·108 Bloque 12, oficina 122 Teléfono 219 59 12 Fax 233 47 24 sistemadelaurbe@comunicaciones.udea.edu.co Medellín, Colombia Las opiniones expresadas por los autores no comprometen a la Universidad de Antioquia CIRCULACIÓN 10.000 EJEMPLARES
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OPINIÓN
El país de las maravillas
Víctor Vargas vivaxudea@yahoo.es
La historiadora Jenny Pierce resumía lapidariamente a principios de los noventa: “Hay un hilo conductor que atraviesa la historia de Colombia como ningún otro y que consiste en que la élite dominante identifica siempre el destino de la nación como el suyo propio”. El presidente Uribe, apoyado principalmente en los resultados militares, el aumento de la inversión extranjera (según Semana fue de 9 mil 28 millones de dólares en 2007) y un crecimiento económico mayor al 4% en los últimos tres años, hace creer que el país va por los caminos de la prosperidad y la paz. Lo creen él, los grandes empresarios, los capitalistas foráneos y bastantes colombianos. “Gracias general Uribe por salvar la patria”, rezaba la pancarta que algunos de sus seguidores presentaron en la marcha del 20 de julio de 2008. En la imagen vestía de Libertador y sonreía. Pero la era Uribe no ha sido favorable para el pueblo colombiano más allá del campo militar y del obsceno enriquecimiento de las élites nacionales y los inversionistas extranjeros. Para los amplios sectores populares del país la prosperidad económica no ha representado ningún cambio substancial en su vida cotidiana. Y es que en verdad le ha ido bien a los poderosos del país. Veamos algunos ejemplos: Bancolombia, el más grande de los bancos nacionales, alcanzó en el año 2007 utilidades por 1 billón 86 mil millones de pesos. Es decir que con las ganancias de Bancolombia se pueden construir, por ejemplo, 36 mil 200 Viviendas de Interés Prioritario (30 millones cada unidad). Paradójicamente, el Sindicato de Bancolombia en Antioquia relata que el banco ya no compra la leche para el café de sus empleados, ahora deben comprarla ellos. Con sus ganancias, el banco puede comprar más de 638 millones de litros de leche o puede aprovechar cuando la están regalando. Contradictoriamente, en 2007, la Asociación Nacional de Usuarios del Upac, (ANUPAC), informaba que 300 mil colombianos habían perdido sus casas por las deudas con los bancos. El Grupo Almacenes Éxito, ahora propiedad en su mayoría de capital extranjero, produjo una utilidad neta de 25 mil 592 millones de pesos en el segundo trimestre de 2008 y un acumulado de 45 mil 104 millones hasta el 30 de junio. Contradictoriamente, sus empacadores continúan derivando su remuneración a través de las propinas de los clientes. ¿Por qué no los contratan en propiedad? Al mismo tiempo el Anuario Estadístico de la Cepal 2007 estima que aproximadamente 5 millones 460 mil colombianos están por debajo del nivel mínimo de consumo de energía alimenticia. Por
supuesto no es responsabilidad de las empresas alimentar a los colombianos pero, ¿por qué no ganan un poco menos y contribuyen a la equidad social? Aquellos colombianos que erigen a Uribe como un salvador del país, deben hacer un pequeño ejercicio: tomen sus facturas de servicios públicos. Observen el apartado de energía eléctrica tomando un periodo de siete u ocho meses. Fíjense en el valor por KWH, es decir kilovatio/ hora. En el caso de Medellín, a noviembre de 2007, para un hogar de estrato cuatro, el valor era de 186 pesos con 77 centavos . En marzo de 2008 era de 200 psos con 53 centavos y para agosto de 228 pesos con 20 centavos. Esto significa un incremento cercano al 17 por ciento. ¿Cuánto le aumentaron a usted el sueldo en este mismo periodo. El mercado, la educación de sus hijos, el arriendo, los impuestos, los pasajes, le cuestan menos hoy? ¿Sabe usted cuánto ganó el sector telecomunicaciones en 2007? Casi 20 billones de pesos. Cifras maravillosas que no caben en cualquier calculadora: un dos con trece ceros a su derecha. Haciendo la conversión a viviendas, con este dinero se pueden erigir 666 mil casas de 30 millones de pesos o mejor aún, hogar para más de dos y medio millones de colombianos. Son cálculos que resultan más que fastidiosos comparados con las necesidades de un país que se mueve entre estas riquezas y las miserias más absurdas. Uno de los indicadores del progreso de un país es el nivel de educación de sus nacionales. Datos de la UNESCO citados por el diario económico Portafolio en el mes de junio, daban cuenta del bajo nivel de Colombia en cuanto a estudiantes inscritos en la universidad: México, 17 por ciento; Brasil, 28 por ciento; y Argentina, 14 por ciento. Colombia solo alcanza el siete por ciento. ¿Será prosperidad? El problema es creer que matar guerrilleros y liberar secuestrados es terminar con el conflicto y sus causas. El problema es creer que dignidad es recibir las migajas de la riqueza. El problema es creer que la Nación próspera son unos pocos poderosos saciados de dinero. El problema es creer que Uribe es un salvador y no un funcionario que cumple un mandato constitucional. Porque la paz de Colombia, la verdadera paz, comienza por un reparto justo de las riquezas que produce un país a través de las manos y espaldas de sus trabajadores. El ex diplomático Roberto Arenas Bonilla escribió hace pocos días: “La verdad es que para cumplir con la responsabilidad social se requiere más solidaridad y menos egoísmo”.
El patriotismo indecente
Santiago Higuita mcsagoh@hotmail.com
La revolución jamás será televisada y, si es así, me la perderé entonces porque no quiero ver como la caja tonta me guía hacia a un patriotismo desbordado e indecente. Es claro lo que han hecho la guerrilla y los paramilitares en los últimos 45 años de la historia de Colombia: tomas a pueblos con pipetas de gas, masacres, secuestros, muertes selectivas, minas antipersonas, asesinatos con balas perdidas y dirigidas, extorsiones, etc. Suficiente para que sean aborrecidos como una enfermedad venérea. Pero el río de gente que marchó el pasado 20 de julio, el día de independencia, no deja de tener algo de insensato. Quizá la gente se preguntó dónde están los indígenas del norte del Cauca que aún protestan por sus tierras arrasadas por la guerrilla en la masacre del Nilo en 1991 o por las multinacionales productores de cultivos de caña, tierras que el gobierno prometió devolver. También recuerdo las manifestaciones campesinas de los municipios de Valdivia y Tarazá, en Antioquia, que gritan al viento su inconformidad por la fumigación de la hoja de coca y las malas alternativas para su reemplazo. Recuerdo como en las noticias solo los muestran peleando, armando barricadas en las carreteras e incendiando llantas de camión, causando desorden. Y el Esmad, esos robocops enigmáticos sólo defendiéndose con sus escudos de la tormenta de piedras. Sí, eso es lo que muestran los noticieros. En el país donde la violencia es muda y la paz un grito, donde mataron la paloma de la paz de un tiro, hoy todos protestan a ritmo de música pop en un patriotismo
folclórico. Pero, ¿por qué los medios de comunicación no promueven la participación ciudadana y patriótica para convertir las manifestaciones campesinas e indígenas en un grito unánime? ¿No es un país pluralista? ¿No vale la pena? Si el patriotismo no fuera indecente también apoyaríamos estas causas, no solo las propias, o acaso ellos no son parte de la patria (o solo están para exhibirlos a los turistas y venderles las artesanías de los hijos de Uribe). El gobierno, con la ayuda de los medios, pretende crear una unidad nacional que confíe en los ideales morales, en la justicia y los cambios constitucionales que dicta el Presidente desde el púlpito de los consejos comunales. Pero siendo así, y después de escucharlo tantas veces, quiero declarar que no soy patriota porque no creo en el Congreso ni en sus leyes. No confío ni en mi vecino ni en los que merodean el barrio. ¿No han notado que ahora la policía no nos cuida, sino que nos vigila? En nuestro país las pancartas de los sindicatos siguen siendo censuradas, las cifras del desempleo maquilladas y la voz de muchos silenciada; ¿Quién se manifiesta ahora? Las banderas patrióticas ondean en los balcones hacia donde las lleve el viento político y mediático; derecha o izquierda. Cuando no hay quién indique por qué hay que manifestarse, se queda enrollada en su asta, en este patriotismo efervescente y efímero. Y ya que está de moda promover marchas, propongo la del “club de los olvidados”: campesinos, indígenas, afrodescendientes, pobres, desempleados, niños sin educación… Pero que no la televisen, a ver si se puede hacer la revolución.
Metida de patas Dos cosas quedarán en la memoria de quienes disfrutaron la Feria de las Flores: la aparente tranquilidad con la cual transcurrieron las fiestas y la salida en falso de Jorge Melguizo, Secretario de Cultura Ciudadana, al reprochar el humor del desaparecido Guillermo Zuluaga,‘Montecristo’, y criticar el himno antioqueño, al no estar de acuerdo “con el hacha que nuestros mayores nos dejaron por herencia”. Parece que el Secretario ignora la mitad de su cargo y hay que dudar si comprende la otra mitad.
¿En qué país vive José Obdulio? Para que no se diga que en Colombia escasean quienes se dedican a la filosofía, José Obdulio Gaviria, asesor presidencial, se encargó de sacar un producto tipo exportación: el Centro de Pensamiento Primero Colombia que, aunque funciona “oficialmente” desde 2006, solo ahora publica sus postulados. Argumenta el asesor que Colombia no tiene desplazados, para él, se trata de una simple migración que ha llevado gente a las ciudades. Además, en su lucidez teórica, expresa que el paramilitarismo no existe, que las águilas negras son una marca inventada para fabricar amenazas, y oculta el genocidio de la Unión Patriótia diciendo que es un negocio de los abogados para cobrar por los cuatro mil casos de militantes asesinados. Todavía no queda claro si José Obdulio habla de la misma Colombia en la que nosotros vivimos.
Así de sencillo La quebrada La García se desborda y la historia de muros caídos y aguas negras salidas de su cauce se repite. “Proyectos, tenemos, muchos proyectos”, dice John Jairo Taborda funcionario de emergencias del municipio de Bello a la prensa. “Además es ilegal invertir allí y la erogación de dineros no es fácil”, agrega. Tampoco es fácil sacar el pantano de los pisos, de los electrodomésticos, de los cuadernos de los niños, ni de las vidas. No es para que ayuden a sacar pantano de las casas de sus coterráneos, es para que construyan de una vez por todos los muros que, desde hace años, están en mora de construir.
Colombia nazi Al mejor estilo Goebbels, el senador Oscar Reyes presentó un proyecto de ley que pretende instaurar como norma, la adopción de la postura firme de Uribe y la mano en el corazón a la hora de entonar los himnos. Con la excusa de venerar lo símbolos patrios, hemos tenido desde pulseritas en caña flecha comercializadas por los hijos del Presidente Uribe, hasta camisetas del Sagrado Corazón de Jesús, marca Colombia es Pasión. Por lo visto no se acabarán las ideas para ensalzar las ínfulas del führer criollo.
FACULTAD DE COMUNICACIONES UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
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ENTREVISTA
Agosto de 2008
Medellín,
el retorno de los traquetos
El Secretario de Gobierno de Medellín, Jesús María Ramírez, asegura que la ciudad sufre los daños colaterales de la guerra entre narcos que se libra en otros lugares de Antioquia. Dice que en Medellín ya no hay guerrilla estructurada y niega que la ciudad sea un territorio de disputa. Foto: Julián Roldán
Juan Diego Urrea juandiegourrea@yahoo.com.co A Jesús María Ramírez le tocó un momento difícil para ser Secretario de Gobierno de Medellín. Después de un lustro de descensos en la tasa de homicidios, al final del primer semestre de este año se registraron 326 asesinatos, 50 más que en el mismo período de 2007. También se registró, a mediados de julio de este año, un incremento del doce por ciento en el decomiso de armas ilegales. Además, el Secretario de Gobierno declaró que hay reiteradas denuncias de que los reinsertados están recibiendo tentadoras ofertas para volver a la clandestinidad y, quienes se niegan, son asesinados. La guerra de mafias parece haber regresado a la ciudad y Ramírez ahora tiene el reto de reducir, una vez más, las balas del narcotráfico por las que se distinguió Medellín hace un par de décadas. ¿Por qué la inseguridad y la guerra de bandas está volviendo a Medellín? Porque hay una guerra por el control de las rutas del narcotráfico, de los laboratorios y de los cultivos ilegales en Antioquia, Chocó y Córdoba. En esa disputa se enfrentan principalmente alias ‘Don Mario’ y ‘Los paisitas’, una estructura criminal muy cercana a lo que se denomina la “oficina de Envigado”. Ese enfrentamiento nos impacta severamente en criminalidad y se refleja en la tasa de homicidios. ¿Pero, por qué se ven aquí los efectos de esa guerra? Porque este es el centro administrativo y económico del departamento, es la ciudad con la mayor plataforma de comunicaciones y la de mayor infraestructura en toda la región. Aquí están las familias, las inversiones de los narcos y sus soldados, y por eso aquí transitan, se divierten y también se cobran las cuentas. Creemos que estamos siendo impactados por esa batalla y no que Medellín es territorio en disputa como dicen algunos. La disputa no se da en Medellín, se da por fuera de la ciudad, con grandes ejércitos.
¿Desde cuándo empezó a notarse ese fenómeno? Hay una tendencia creciente desde septiembre del año pasado, cuando empezó el alza en las cifras de homicidios.
gran señor del narcotráfico y, para serlo, tiene que pasar por encima de muchos narcos pequeños y medianos. Los que se dejan cooptar cambian de bando y se quedan con él, los que no simplemente son asesinados.
¿Cuáles son las principales causas de la violencia y específicamente de los homicidios en la ciudad? La primera, en relación con la disputa entre bandas, es que cuando cae un gran jefe de la mafia, ya sea encarcelado o asesinado, hay un botín muy grande en propiedades que es objeto de enfrentamientos por parte de sus sucesores; entonces viene lo que ellos llaman “recoger”, lo cual es básicamente intimidar a los testaferros para que pongan las propiedades del capo caído a disposición del nuevo jefe, en esa recogida mueren muchos que se niegan a hacerlo. También hay otros que entregan sus bienes pero los matan, y esa es una de las grandes causas en el aumento de homicidios. Otro factor preponderante es que aquí los grupos suelen reclutar jóvenes de algunos barrios, entonces, cuando se tiene la noticia de que una banda está acercándose a los pelaos de cierta comuna, llegan los otros combos y matan a los pelaos que querían reclutar. Un fenómeno nuevo que tenemos es el control de las plazas de vicio, alrededor de las cuales hay dominios territoriales que se van volviendo más importantes a medida que aumenta el consumo de drogas en la ciudad. También influyen mucho las peleas callejeras y los crímenes contra parejas infieles, esos dos tipos de homicidios deben ser prevenidos con mucho trabajo pedagógico.
¿El encarcelamiento, y posterior extradición de los grandes jefes del paramilitarismo que tanto ha influido? La información que tenemos es que Don Berna desde hace rato había sido relevado, el encarcelamiento de estos jefes paramilitares empezó a degenerar las lealtades que una vez hubo hacia un solo personaje, así que, desde que ellos entraron en la cárcel, empezaron a presentarse fraccionamientos y rupturas en esas estructuras criminales que estaban cohesionadas con el dinero y el terror.
¿Qué papel juega Don Mario? y ¿Él es el nuevo jefe? Hace varios años se acabaron todos los grandes capos, entonces hay una disputa muy fuerte entre bandas criminales por llegar al poder cada que hay asesinatos, capturas o extradiciones de los peces gordos. Nosotros calculamos que por cada jefe que cae, hay más o menos cinco muertos para sucederlo. Por su parte Don Mario quiere ser el
¿Es cierto que Don Berna mantenía cierto control que obligaba a una especie de convivencia entre las bandas? No, aquí en la ciudad hay todo tipo de bandidos, y aunque es posible que en torno a Don Berna confluyeran muchos, siempre hubo varios que no seguían sus órdenes, como es el caso de Los Triana quienes llevan 20 años delinquiendo y que en general no responden a ninguno de los grandes jefes paras. ¿Entonces, estos nuevos grupos están desligados del paramilitarismo? La nueva delincuencia es pura, solo traquetos sin ningún tinte antisubversivo, además llegan con mucha experiencia acumulada en la conformación de ejércitos, porque estos jefes fueron lugartenientes de los antiguos paramilitares. Están deslocalizados, manejan cuentas en el exterior y las comunicaciones a través de internet. Además tienen la posibilidad de irse a Estados Unidos para negociar con la justicia de ese país. Ya no existe la famosa frase de Pablo Escobar: “es preferible una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos”. Ahora el negocio es traquetear acá e irse para allá a entregar una parte de la fortuna y saldar cuentas.
5 ¿Este nuevo recambio en los jefes mafiosos demuestra que en la guerra contra las drogas se pueden derrotar personas pero no se puede controlar el fenómeno? El vacío que dejaron los paramilitares encarcelados y extraditados generó un nuevo boom del narcotráfico, un retorno de los traquetos del que da fe el informe de la ONU, donde se dice que en Colombia los cultivos ilícitos aumentaron en 25 mil hectáreas a pesar de las intensas tareas de erradicación. Además hay un agravante y es que el cuento de que mandamos la coca para el Norte y aquí solo la producimos se acabó. Nos estamos convirtiendo en un país consumidor. Por otra parte, mientras que la droga siga siendo ilegal va a seguir siendo un gran negocio y siempre va haber quien corra cualquier riesgo a cambio de recibir ese beneficio económico. Se habla mucho El Ronco, Yiyo, Douglas, Beto y Pacho entre otros, ¿son estos los herederos del poder de Don Berna y de El Cebollero en la ciudad? Esos son solo mandos de relevo provisional. En ese mundo de los delincuentes se habla mucho del cuarto de hora. Ellos están en su cuarto de hora y es cuestión de tiempo. Pueden ser asesinados, encarcelados o tal vez se irán para Estados Unidos a hablar como alias Rogelio. ¿Cómo va el proceso de reintegración a la sociedad de los ex combatientes? Este modelo nos ha permitido llegar a unos niveles de seguridad muy satisfactorios. Sin embargo, como ya lo reconoció el exalcalde Sergio Fajardo, entre los desmovilizados hay personas que le hacen trampa al proceso de la ciudad. Podemos reconocer que algunos desmovilizados han seguido delinquiendo y que las actividades a las que se dedican son iguales a las que hacían antes, es decir, extorsión a transportadores, manejo de plazas de vicio y vacunas a comerciantes. ¿En términos generales, los desmovilizados se están reintegrando en la sociedad o están volviendo a delinquir? Voy a resumir la situación como lo dijo el alcalde: los que estén cumpliendo tienen todo nuestro apoyo y todo nuestro respaldo, pero a los que se estén torciendo vamos a judicializarlos y a meterlos a la cárcel. Estamos enfrentando un problema y es que los desmovilizados son mano de obra interesante para los jefes mafiosos y les están ofreciendo sueldos y motos para volver a delinquir, y muchos de los que se niegan son asesinados. Sin embargo, la gran mayoría están comprometidos con el proceso y en un mes vamos a iniciar la graduación de los reinsertados. ¿Qué significa ser un desmovilizado? La condición de desmovilizado no puede ser eterna, la única condición que dura toda la vida es la de ciudadano. El ser desplazado, víctima y reinsertado tiene que ser un apelativo transitorio y temporal. Entonces, después de cuatro años y medio de reinserción, ya es hora de que muchos de estos muchachos se integren al flujo normal de actividades cotidianas, se quiten esa chapa de desmovilizados y sean ciudadanos comunes y corrientes. ¿El hecho de que los desmovilizados dejen de recibir los beneficios del Estado, al mismo tiempo que son mano de obra apetecida por las bandas violentas, no podría constituir un peligro potencial? Si después de cuatro años y medio de intervención psicosocial, familiar, ayuda humanitaria, nivelación de primaria y bachillerato, esos desmovilizados deciden delinquir otra vez, pues ahí esta la ley. Nosotros hemos hecho todo, y un poquito más para que el proceso se dé con todas las garantías. Se les ha ayudado a crear empresa, se les ha formado para el empleo, alrededor de mil 800 tienen sus empresas, hacen parte de proyectos productivos o están en compañías de importancia en la ciudad. Nosotros hemos cumplido nuestra labor, de manera que, quien vuelva a delinquir, lo único que merece es la cárcel.
¿Por qué confiar como interlocutor en alguien sobre quien recaen este tipo de sospechas? Porque nadie es culpable hasta que no lo condenen. Existe un principio que se llama la presunción de inocencia y mientras a una persona no le prueben la comisión de un delito y la condenen, es inocente. Además nosotros tenemos listados de grupos delincuenciales y combos con personas individualizadas en relación con actividades ilícitas, sin embargo, de ahí a poder elevar esas denuncias ante un fiscal y que el proceso pueda tener éxito hay un trecho muy largo. ¿Pero el hecho de que el sospechoso sea justamente uno de los voceros de los desmovilizados, no es jugar con candela en un proceso tan crítico como el de reinserción? El tema es que había indicios pero no había pruebas, ni condenas, y el proceso de reinserción tiene unas normas a través de las cuales pierden la calidad de desmovilizados quienes las rompen. Con este señor, según tengo entendido, no se habían cumplido esos requisitos, así que nos veíamos obligados a hablar con él. ¿Por qué la Corporación Democracia dice que Alonso Salazar y él eran amigos cercanos? El Alcalde ya explicó que en el barrio en el que pasó sus primeros años conoció a muchas personas que después fueron curas, bandidos, guerrilleros o profesionales. Entre ellos estaba Antonio López, de manera que no hay nada raro ahí. ¿Pero los dos mantuvieron una relación estrecha hasta los últimos días? El Alcalde ha sido claro y dice que no tenía una relación cercana con él. Ahora, una persona como el Alcalde, que fue Secretario de Gobierno y que le tocó lidiar con los primeros días del proceso de reinserción, obviamente tuvo que haber hablado con mucha gente en el proceso, y este señor era un vocero “de mucho pulmón”, por decirlo de alguna manera, y el Alcalde, en ejercicio de su labor de gobierno, se reunió con él en varias ocasiones. El Alcalde ha reconocido que le gusta patrullar con la Policía. Hace un par de meses un desmovilizado lo denunció porque supuestamente había sido detenido ilegalmente y retenido por el mandatario, ¿esto ha generado alguna reflexión al interior de la administración sobre ese estilo? Ese tema lo está investigando la Fiscalía y hay que esperar su decisión. En cuanto al estilo del Alcalde, él no anda todo el tiempo peleando con personas. Cuando él habla de patrullar, significa que hace recorridos por la ciudad, específicamente por los sitios de mayor problemática urbana, acompañado siempre de la fuerza pública, cerciorándose en terreno de lo que se está haciendo, corrigiendo asuntos anómalos y sobre todo manteniendo un contacto muy cercano con la gente. El asunto es que este es un alcalde que es pueblito y le gusta el pueblito.
y cumplidamente, se dé una sanción y se aclare este asunto, porque fue una situación que causó gran impacto ya que en la ciudad hacía mucho tiempo no se veían hechos de este tipo y, con todo el respeto, le rogamos a los organismos de investigación que pongan todo su empeño y conocimiento en estos hechos, pues la ciudad merece saber lo que allí pasó. Hay indicios de infiltración de la mafia en organismos de investigación. ¿Qué tiene que ver con el caso del director de la Fiscalía Guillermo León Valencia Cossio? Sobre esa investigación, que nos apena mucho, al igual que con las otras investigaciones, esperamos que se aclare prontamente la situación y que si hay responsabilidades, se puedan determinar. ¿Queda guerrilla en Medellín? Aquí no hay presencia organizada de ninguna agrupación guerrillera. Entiéndase por eso que no existen estructuras armadas con control territorial y ejercicio de poder. En Medellín no hay un sólo rincón controlado por la guerrilla. Existen, sí, algunos apoyos y trabajo de las Farc a través del Partido Comunista Clandestino (PC3), pero no controlan un solo metro de territorio de la ciudad. ¿Qué hay del caso de la Universidad de Antioquia, donde, hace unos meses, alrededor de 30 personas con brazaletes del PC3 hicieron una especie de demostración y lanzaron consignas? Significa que debe haber una presencia de ellos, fue una situación preocupante pero igual estamos a la espera de que los organismos de seguridad puedan dar cuenta o no de esa presencia. ¿Después de casi cinco años del proyecto político que inició con Sergio Fajardo y continúa ahora con Alonso Salazar, qué ha significado esto para Medellín y cuál es el balance? Por sus obras los conoceréis, dicen. Que sea la opinión la que juzgue el esfuerzo que se ha realizado en Medellín, el esfuerzo que se ha realizado en torno de la transformación de la ciudad, porque esto es un ejemplo y un modelo para muchas ciudades del país. ¿Estaría usted dispuesto a encabezar un proyecto para suceder estas políticas? No. Absolutamente, no. Yo tengo un trabajo que hacer y hasta ahí va mi responsabilidad. ¿Ni siquiera si el que antecedió a Fajardo quiere volver? Yo no soy la piedra para parar esa aplanadora. ¿Y la candidatura presidencial de Sergio Fajardo? Esa va.
¿Y usted también patrulla? De vez en cuando. Yo también soy pueblito, por ahora me detiene es mi bebé recién nacido, pero en cuanto esté un poquito más crecidito espero seguir haciéndolo. Pasemos al múltiple asesinato en la supuesta ONG de la comuna 13, donde murieron un fiscal y un oficial del Ejército, ¿ese crimen revela una posible infiltración de las bandas armadas al interior de la fuerza pública? La penetración de delincuentes en organismos de seguridad y judiciales nadie la puede negar. Sobre el caso concreto nosotros no tenemos acceso a la investigación, pues está siendo llevada por la Fiscalía y el CTI, y está cobijada por la reserva correspondiente. Esperamos que, pronta
¿Está confirmado que el recién asesinado vocero de los reinsertados, Antonio López, seguía delinquiendo? Eso es algo que solo lo puede decir la justicia, sin embargo, por informes que teníamos y denuncias que recibía el Alcalde por parte de la Personería, todo apunta a que seguía delinquiendo. ¿Qué tipo de delitos cometía? Los usuales: extorsión, manejo de plazas de vicio, amenazas, homicidios, desplazamiento forzado. Esas son las denuncias de las que tenemos conocimiento y que llegaron a la Personería.
Foto: Julián Roldán
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INFORME
Agosto de 2008
Luisa Fernanda Toro fernandatoro@gmail.com Heidi Acosta heidijohannaacosta@gmail.com
Foto: Heidi Acosta
¿Medellín para quién?
Si una familia promedio en Medellín, conformada por madre, padre y dos hijos, desea disfrutar de los espacios de recreación y cultura ubicados en las zonas centro y norte de la ciudad, debe contar con un alto presupuesto. Para acceder al Parque Norte necesitará aproximadamente 65 mil pesos; al Parque Explora 48 mil pesos; al Museo Interactivo 20 mil pesos y para visitar el Planetario necesitará doce mil. Con estos costos ¿Medellín para quién?
En Medellín viven dos millones 223 habitantes de acuerdo con el censo hecho por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en el 2005. De ellos, un millón 180 mil personas pertenecen a los estratos uno, dos y tres, la mayoría residen en el Centro Oriente y Norte de la ciudad y sus ingresos mensuales no superan los 461 mil pesos del salario mínimo. Esta cantidad de dinero no es suficiente aun para suplir las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y educación. Por esto, los nuevos espacios de entretenimiento que brinda hoy Medellín, excluyen a las familias que no tienen las posibilidades económicas para asumir sus costos. Laura Arboleda vive en la comuna Nororiental de Medellín junto con su esposo y sus dos hijos. Visita el Parque de los Deseos frecuentemente, los domingos, “para que los niños vean una cosa diferente a lo que ven el resto de la semana”, pero admite que no le alcanza para entrar a sus hijos al Parque Explora o al Parque Norte. “A uno no le da, porque igual con el mínimo se paga arriendo, servicios, comida, el estudio, y es difícil cuando una sola persona trabaja. No se puede dejar de pagar estas cosas por irse a pasear”, dice. Laura pertenece al estrato dos, pero no tiene Sisben, (Sistema de Identificación de Beneficiarios de Programas Sociales). Por esta razón no puede acceder a las tarifas gratuitas que ofrece el Parque Explora a los inscritos en ese sistema.
parque fueron gratis y hubo descuentos para colegios. en espacios, incorporación de nuevos servicios, creación Aun así la idea es favorecer más gente, por eso pueden de plazoletas, senderos ecológicos, nuevas y mejoradas llamar para que conozcamos sus casos y realizar el des- atracciones y un mantenimiento completo al lago. Las cuento. Deben tener en cuenta que la zona Nororiental, tarifas también cambiaron y en ellas se ven reflejados los que es la nuestra, tiene el privilegio de tener esta opción altos costos invertidos en la recuperación del parque. novedosa de esparcimiento inigualable. Ya que la anteJohn Jairo González, gerente de Metroparques, enrior administración destinó, sabiamente, el 40 por ciento tidad que administra el parque, admite que las tarifas del presupuesto a educación”, son altas, pero igualmente afirma la comunicadora. hace un llamado a la comuAún así, hogares como el “Es necesario que los convenios se amplíen a alimentación, nidad y a los vecinos de la de Laura Arboleda, ya sea por pues entra esa pobre gente y no tienen qué comer, yo no zona para que se enteren de desconocimiento o por no te- puedo recrearlos con hambre”, dice John Jairo González. los beneficios que brinda el ner un régimen subsidiado en Municipio y de los diversos convenio con el parque, o simconvenios con las cajas de plemente por falta de dinero, disfrutan del Parque Explo- compensación. “Más que la empresa, el Municipio es ra desde fuera. “Muy buena la propuesta, la comodidad, consciente de que hay personas que no pueden entrar los parques para uno recrearse, pero es que tiraron muy y por eso hacen programas”, recalca González. Aun alto, deben pensar en la gente del norte y ser un poquito así el parque sigue siendo costoso. El inconveniente, incluyentes”, expresa. según González, se da porque: “el parque se puede Giomara Cuartas y su esposo Mauricio Higuita per- mantener de las tarifas, pero tiene que subsidiar otros tenecen al estrato cinco, ingresaron al Parque Explora parques que no dan plata, sino pérdidas económicas. junto con sus dos hijos, asumiendo los costos de cuatro Es un error inyectar todo el dinero en un sólo lugar y entradas cada una por doce mil pesos, ya que su caja de olvidar los demás”. compensación no tiene convenio con el parque, “nosoLaura Gil, estudiante del Politécnico Jaime Isaza Catros no tenemos inconveniente en pagarlos, pero si cree- david, aprovechó sus vacaciones y visitó por primera vez mos que debería ser más económico para familias más el Parque Norte con su familia y siete amigas: “Por todos numerosas y de escasos recursos”, manifestaron. Al somos diez, pero ninguno conocía los convenios. Nos respecto Ana Ochoa asegura que los convenios con las gastamos como cien mil pesos en entradas y la comida Medellín solidaria demás cajas de compensación se nos tocó entrarla escondida porque si alcanza para una El Parque Explora abrió sus irán pactando paulatinamente cosa no alcanza para otra”, dice. “La anterior administración destinó, sabiamente, el 40 por puertas al público el 8 de dicomenta que “de igual manera John Jairo González expone que aún falta mucho para ciento del presupuesto a educación”, dice Ana Ochoa. ciembre de 2007. En su constodas las salas están patrocina- que el Parque Norte sea un lugar incluyente para todas trucción se invirtieron 71 mil das por empresas privadas, és- las personas de Medellín, “es necesario que los convemillones de pesos y tiene un área de intervención de 37 tas con la Alcaldía ya hicieron un esfuerzo muy grande nios se amplíen a alimentación, pues entra esa pobre mil metros cuadrados. Sus tarifas resultan costosas para para que el parque fuera un espacio incluyente desde lo gente y no tiene qué comer, yo no puedo recrearlos con algunas personas que deben pagar entre siete mil y doce cultural”. Familias como la de Laura deben pagar por in- hambre”, dice. También resalta que el Parque Norte no mil pesos para ingresar. Ana Ochoa, comunicadora del gresar a Explora hasta 48 mil pesos. es sólo un lugar de atracciones mecánicas, “las personas parque, advierte que al cobijar los estratos uno, dos y tres A uno de los costados del Parque Explora se encuen- deben mirar el parque con otros ojos, nosotros también del Sisben muchas personas de escasos recursos pueden tra otro atractivo: el Parque Norte, que después de meses brindamos servicios de caminata ecológica y recreación acceder gratis. “Además tenemos programas especiales reabrió sus puertas el 25 de agosto de 2007. Su remode- pasiva; tenemos una concha acústica que no se ha usado como el día del maestro donde todas las atracciones del lación costó 23 mil millones de pesos que se invirtieron y una plazoleta para eventos al aire libre de la que nadie
7 se ha apropiado”. Para disfrutar de las nuevas atracciones del Parque Norte, Laura Arboleda y su familia deben pagar sólo en entradas hasta 65 mil pesos, es decir más del diez por ciento de lo que gana en un mes de trabajo.
ubicación cercana al centro administrativo, muchas familias se abstienen de visitarlo al pensar que sus costos son elevados. Por ejemplo, la entrada para adultos cuenta seis mil pesos. “El Museo Interactivo es un lugar para soñar, descubrir y aprender divirtiéndose y si alguien quiere entrar, de ninguna manera se lo negamos; Espacios que permanecen grupos, familias y personas nos pueden contactar para El Planetario Jesús Emilio Ramírez González consti- que disfruten de esta maravilla que es de todos”, dice tuye un patrimonio invaluable para la ciudad. A pesar Francisco Cardona Troll, Ingeniero Creativo. del incendio del pasado 25 de enero tiene abiertas sus Johana Londoño visita el Museo Interactivo con sus puertas en actividades de astronomía y ciencias natu- dos hijos, María José y Emanuel, y expresa que para ella rales. “La concurrencia del público ha disminuido por “los precios del museo son asequibles, pero para persoel incendio, pero estamos abriendo y seguimos pres- nas de estrato uno y dos no lo son. Una familia de cinco tando servicios”, dice el gerente del miembros de esos estratos no puede planetario Francisco Gómez. costear la entrada, además de la co“Nos gastamos como cien mil pesos en El Planetario es uno de los espamida y los pasajes.” Familias como la entradas y la comida nos tocó entrarla cios del norte de Medellín que ofrece de Laura Arboleda deben pagar solo tarifas más económicas y asequibles escondida porque si alcanza para una cosa para ingresar hasta 20 mil pesos. con eventos recreativos y educatiSobre esto Johana Jaramillo Pano alcanza para otra”, dice Laura Gil. vos. Francisco Gómez espera que lacio, líder de comunicación y eduesté completo, renovado y habilitacación, y Francisco Rubén Cardona, do al público en diciembre, con funciones listas y todo ingeniero creativo de Fundación EPM, argumentan que el espacio museográfico dispuesto para recibir usua- la idea no es excluir a nadie y por el contrario, con prorios. “Obviamente las tarifas subirán, pero tenemos gramas como “Una ruta por mi ciudad y mi región”, y convenios con la fundación Terpel para que entren algunos convenios con la Alcaldía de Medellín, logran los niños de la escuelas y con UNE para traer a sus que todos tengan acceso al museo. “El desconocimiento usuarios. Este espacio es y seguirá siendo para todos”, de los convenios es lo que hace que la gente no se acerargumenta. Además el Planetario tiene convenios con que. Nosotros ya hemos bajado las tarifas hasta lo que Fundación EPM para hacer actividades conjuntas en el nos es posible, además se debe tener en cuenta que el Parque de los Deseos de manera gratuita cada semana. Parque Explora es una competencia y que el museo, por Laura Arboleda y su familia deben pagar 12 mil pesos su carácter, necesita estar en constante renovación para para ingresar al planetario. que la gente vuelva”, concluyen. El Museo Interactivo también hace parte de los serAsí pues, con el boom de la nueva Medellín, cosmovicios que ofrece la Fundación EPM. Desde hace ocho polita, bella y turística, de edificaciones modernas, sisaños este espacio muestra una visión educativa y di- temas de transportes masivos, novedosos, parques bidáctica acerca de los servicios públicos en la ciudad. bliotecas, museos didácticos e interactivos, aún existen Ubicado en el Parque de los Pies Descalzos, se destaca brechas sociales y económicas que no se superan solo por haber sido construido por ingenieros colombianos. con el auge urbanístico que tiene como propósito camSus tarifas tienen un costo moderado, aunque, por su biar la cara a la ciudad.
Parque Norte Sólo entrada sin ingreso a atracciones en semana: $4.000 Sólo entrada sin ingreso a atracciones fin de semana: $4.200 Ingreso al parque y varias atracciones una sola vez: $10.000 Múltiple adultos, martes a viernes: $20.000 Múltiple niños, martes a viernes: $11.000 Múltiple adultos, fin de semana y después de las 5pm: $21.000 Múltiple niños, fin de semana y después de las 5pm: $11.500
Parque Explora Ruta 1: $7.000 Ruta 2: $12.000 Ruta 1: Afiliados a Comfama: $3.000 Ruta 2: Afiliados a Comfama: $8.000 Personas de los niveles 1,2 y 3 del Sisbén: Gratis Mayores de 62 años pertenecientes a niveles 1, 2,3: Gratis Sala 3D: $5.000 adicionales para los que entran gratis.
Planetario Adultos: $3.500 Niños: $2.500 Escolares: $1.000 Astronomía para niños y otros cursos: $20.000 Robótica para niños: $70.000
Museo Interactivo Foto: Isabel González
Adultos: $6.000 Niños, estudiantes, personas de tercera edad: $4.000
Estas son las únicas canchas de tenis ubicadas en la zona norte de la ciudad. Jugar en ellas una hora cuesta cinco mil pesos por persona.
Parques fuera de las políticas públicas “Si estos espacios de recreación se construyen con impuestos públicos y en espacios públicos, lo más lógico sería que fueran gratis o con tarifas mínimas que estuvieran al alcance de todos”. Luz María Tobón, periodista experta en asuntos públicos. “El plan tarifario no ha estado dentro de un política pública donde logremos un equilibrio de costos y beneficios para todos, por ahora, en el Concejo hemos estado discutiendo cosas más prioritarias. Pero hay propuestas como entregar una tarjeta especial con subsidios a los estratos bajos o a los estudiantes. Muchas veces estos parques terminan siendo para una élite y para hacer política por medio de ellos”. Carlos Ballesteros, concejal por el Polo Democrático. “En Medellín no hay parques, pues parque es donde se recrea el contexto rural en el área urbana. Lo que hay en Medellín son centros temáticos con actividades específicas; son museos que cumplen labores pedagógicas importantes y es bueno para la ciudad. Hacen falta parques de verdad, para una ciudad contaminada como Medellín. El parque es un lugar abierto donde la gente se dedica al ocio y a la familia y va cuando quiere descansar de la ciudad”. Luis Fernando Arbeláez, urbanista asesor en la Corporación UR. “El Parque Norte es de la ciudad, y debe ser disfrutado o consumido por toda la gente. Se han establecido estrategias, algunas propiciadas por la Corporación Concejo de Medellín en el tema de los estudiantes, personas de la tercera edad, grupos poblacionales que tienen descuento hasta del cincuenta por ciento, pero no hay un proyecto de acuerdo para propiciar que la rentabilidad sea puramente social, eso no se ha hecho porque pensamos que la gerencia de Metroparques tiene que apuntar tanto a lo social como a lo económico”. Santiago Martínez Mendoza, concejal de Medellín. Una de las nuevas atracciones del Parque Norte es el “viaje al centro de la tierra”, la primera montaña rusa acuática de la ciudad.
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Adiós Pekín
Agosto de 2008
RETRATOS
Juan Guillermo Urán
Los doce deportistas de Medellín que participaron en los Juegos Olímpicos de Pekín regresaron a casa llenos de recuerdos y experiencias. DE LA URBE habló con ellos sobre su participación, sus metas y el inicio de un nuevo ciclo olímpico. Además revelaron datos de su personalidad y rutina. Anamaría Bedoya bedoya.ana@gmail.com Jorge Adrián Atehortúa jorgeaat4@hotmail.com
Cortesía Club Alcatraz
Muchas anécdotas tiene para contar doña Amparo, la mamá de Juan Guillermo Urán, acerca de los momentos que ha compartido con su hijo durante su vida como clavadista. Describe a Juan Guillermo como un joven fuerte y luchador. A sus 25 años de edad reúne una cantidad innumerable de trofeos, medallas, fotografías y recortes de periódicos que destacan su carrera deportiva. Cada vez que puede, pasa sus ratos libres con sus amigos del barrio Congolo en el municipio de Bello, de la liga de natación o, con su familia, sin dejar atrás una pasión imparable por los clavados. Ha realizado estudios de Diseño industrial en la Universidad San Buenaventura y de Contaduría en la Universidad de Antioquia, pero actualmente están suspendidos por su apretada agenda de viajes y competencias. Logró ubicarse décimo en el trampolín de tres metros y avanzar en la plataforma de diez metros a la final, algo histórico para un clavadista en Colombia.
Sergio Ignacio Salazar
“Hace cinco años nadie se imaginaba que el Bicicross llegara a los Olímpicos”, dice Sergio Ignacio Giraldo, un joven de 22 años que desde niño declaró su pasión por la bicicleta, la velocidad y las alturas. Llegar a la final de las tres últimas versiones del Campeonato Mundial Élite había sido su mayor logro, en los catorce años que lleva practicando bicicross, hasta que le informaron que este deporte debutaba por primera vez en los Juegos Olímpicos de Pekín y que él representaría a Colombia. Ocupó el quinto puesto en su grupo semifinal. Sergio vive en el barrio El Poblado, le gusta ir al cine e ir a comer con sus amigos más cercanos. No sabe nada de rumba desde hace cuatro años por la disciplina que exige el entrenamiento y porque, según él, quien sacrifica gana.
Archivo personal
Jorge Hugo Giraldo
Archivo personal
Durante los cuatro meses de quietud que tuvo que pasar Jorge Hugo Giraldo, en su casa en el barrio Robledo, por una fractura en el pie, en 2004, solo pensaba en recuperarse para volver entrenar. Vive prácticamente en el gimnasio, el resto del tiempo lo dedica a su hijo y a su esposa. Con su empeño ganó el único cupo de gimnasia artística de Colombia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En su primera experiencia estuvo ansioso, quedó en el puesto 32. Para ir a Pekín, Jorge Hugo se armó de paciencia y tranquilidad, quería gozarse los juegos y su meta personal era estar entre los diez mejores del mundo. Compitió en 5 modalidades, su mejor desempeño fue en la modalidad de suelo. Ha dedicado 21 de sus 28 años a este deporte, que lo ha llevado a participar en torneos nacionales e internacionales. En los últimos Juegos Suramericanos de 2002 y 2006 se llevó el primer lugar.
Natalia Sánchez
Natalia Sánchez tiene 24 años, vive en el barrio Calasanz, trabaja como sicóloga en el Instituto de Recración y Deportes (Inder). Es aficionada a la lectura; habla con convicción y seguridad, dice que esos rasgos de su personalidad los ha logrado en gran parte por el deporte que aprendió y heredó de su padre: la arquería. Estaba emocionada por haber clasificado a los juegos Olímpicos de Pekín, era la primera vez que Colombia participaba en este deporte.Ocupó el puesto 48 en la prueba individual femenina. Dice que en los días previos recordaba sus primeros campeonatos en los Juegos Juveniles y los Juegos Panamericanos, que le dieron una medalla de oro. Su preparación estuvo a cargode Myun Know Park, un entrenador coreano con el que ha perfeccionado la arquería. Natalia está convencida de que Colombia estuvo bien representada en este deporte.
Carolina Colorado
Archivo personal
Santiago Botero
Cortesía de la Liga de Ciclismo de Antioquia
Archivo personal
Carolina Colorado fue la única representación femenina en natación de Colombia para los Juegos Olímpicos de Pekín, a los que clasificó después de romper marcas sudamericanas en tres importantes pruebas en estilo mariposa, libre y espalda. Allí logró romper marcas nacionales a pesar de no clasificar a las rondas semifinales. Esta estudiante de negocios internacionales de la Universidad de Medellín, de 20 años de edad, ha perdido la cuenta de las piscinas que ha visitado en el mundo. Se ha convertido en uno de los orgullos de la Liga de Natación de Antioquia. Es una joven sencilla y sonriente, la consentida de su familia con la que vive en el municipio de Caldas. Durante unas vacaciones en San Andrés, dieron casi por desaparecida a la pequeña Carolina, quien contaba apenas con tres años; la encontraron nadando en el mar y allí comprendieron que era necesario que ingresara en este deporte. Después de esto, todo ha sido una gran historia.
Santiago Botero es, sin duda, uno de los mayores expositores del ciclismo en la historia de Colombia. A sus 35 años ha pedaleado y triunfado por algunos de los más importantes eventos y clubes de este deporte a nivel mundial, gracias a su trabajo como ciclista independiente. Su nombre aparece en las principales listas del ranking mundial y su imagen ha servido como publicidad de productos comerciales en los ámbitos nacional e internacional, conservando una sencillez y amabilidad que lo caracterizan y que todos sus allegados destacan. Su participación en los Olímpicos de Pekín se vió debatida entre el sí y el no, y fue una de las más esperadas este año. Este administrador de empresas de Eafit es además campeón mundial de la prueba contra reloj, triunfo por el que más se le recuerda. Su mayor logro en Pekín fue terminar séptimo en la carrera en ruta masculina.
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María Luisa Calle
Ana María Rendón
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Para Ana María Rendón, estudiante de tercer semestre de ingeniería de productividad y calidad, la arquería es algo mágico que implica concentración, diversión y satisfacción. Conoció este deporte a los ocho años, cuando su familia la llevaba a un club deportivo, desde entonces lleva catorce años entrenado intensamente. Con el apoyo de su familia ha participado en diferentes torneos nacionales e internacionales, ella recuerda con mucha emoción los Juegos Panamericanos de 2007, donde se llevó el primer puesto, y también los Juegos de la Copa Mundial en Alemania, que le permitió clasificar a los juegos Olímpicos de Pekín, donde ocupó el puesto 16 en la prueba de tiro con arco individual. Hace grandes esfuerzos para repartir su tiempo entre el estudio, el entrenamiento y el ocio. A ella le gusta ir al cine con su novio, descansar en su casa en el barrio El Poblado, colorear y ver caricaturas.
Cortesía de la Liga de Ciclismo de Antioquia
Cortesía Club Alcatraz
Víctor Ortega
Augusto Castro
Archivo personal
“Tin” Castro, como le dicen a Augusto desde niño, está feliz de participar en los Olímpicos de Pekín representando el deporte que se ha convertido en su profesión desde sus cinco años: el bicicross. En Pekín terminó quinto en su ronda de cuartos de final. “El deporte me ha formado como persona, me ha ensañado la responsabilidad y las bases para salir adelante en la vida” dice “Tin”, quien entrena todos los días con la intención de ser el mejor. Este joven de 21 años, se ha llevado el primer lugar de torneos nacionales e internacionales, en 2004 el Campeonato Mundial de Holanda y en 2005 los Juegos Bolivarianos. A “Tin” le encanta ir a comer con su familia, salir con su novia y pasear en su finca, no le gusta la rumba.
Pekín fue el primer escenario olímpico al que asistió el clavadista paisa Víctor Ortega. De sus 20 años de vida, le ha dedicado diez a la natación y a los clavados, y desde sus inicios competitivos ha logrado triunfos y reconocimientos en las plataformas más importantes del continente, como en los Juegos Panamericanos de Río, los Juegos Centroamericanos de Cartagena y los Bolivarianos en Armenia. Su estadía es impredecible ya que vive entre Medellín, Rionegro y los múltiples viajes que realiza compitiendo y entrenando. Su familia, vive en Rionegro y no para de hablar del orgullo que les ha causado Víctor durante su vida deportiva. Compitió en la plataforma de diez metros sincronizada junto a Juan Guillermo Urán logrando el sexto lugar. Esta fue la primera vez que Colombia participó en esta modalidad.
Diana Pineda
Juan Esteban Arango
La primera bicicleta que tuvo Juan Esteban Arango fue un regalo de navidad que le dieron a los ocho años, de allí su sueño de ciclista comenzó a transformarse paso a paso. En el Club Orgullo Paisa afirman que este joven de 22 años está cambiando la historia del ciclismo de pista en Colombia. Luego de ocupar el tercer lugar en la última Copa Mundo, su clasificación para los Olímpicos de Pekín era segura. Compitió en los cuatro mil metros persecución por equipos llegando en el décimo lugar. Vive en el barrio Estadio cerca de la Liga de Ciclismo de Antioquia donde se sienten orgullosos de él, lo tratan como un integrante de su familia, porque así se definen ellos, como una familia. Después de todos los triunfos que ha obtenido Juan Esteban y de pasar por importantes clubes de ciclismo en el mundo, la sencillez y la humildad es lo que más destacan quienes rodean a este estudiante de Deportes del Politécnico Jaime Isaza Cadavid. Cortesía de la Liga de Ciclismo de Antioquia
La ciclista María Luisa Calle luchó por demostrar que la acusación de dopaje, que le arrebató la medalla de bronce en los juegos olímpicos de Atenas 2004, era falsa. Un año después recuperó el galardón. Lleva trece de sus 39 años dedicados al ciclismo, se ha llevado en más de una ocasión el primer puesto en torneos como: Juegos Panamericanos, Juegos Suramericanos, Juegos Bolivarianos y Campeonato Mundial. Por tercera vez consecutiva, la ciclista representó a Colombia en los Juegos Olímpicos en la prueba por puntos y persecución individual. En la primera alcanzó el cuarto lugar, mientras que en la segunda ternimó décima. Antes de viajar a Pekín entrenó muy fuerte, sus ratos libres los aprovechó para lo que más le gusta: contemplar los perros, descansar en su casa de campo en el municipio de Envigado y montar en caballo. Ahora cuando regrese quiere seguir participando de los distintos campeonatos y repetir por cuarta vez los Juegos Olímpicos.
En la familia de Diana Pineda nunca se imaginaron lo lejos que llegaría esta joven clavadista. Por eso todos en su cuadra del barrio Manrique y en el club Alcatraz de Clavados hablan de ella como un ídolo. Con solo 23 años de edad y una carrera deportiva intachable, Diana ha visitado más de 15 países haciendo lo que más le gusta. Es una mujer seria, carismática y disciplinada, tanto en los clavados como en sus estudios de Ingeniería Civil. Le encanta “mecatear” y compartir con sus amigos de la liga, además de estar con su familia en los pocos momentos que permanece en Medellín. Esta fue su segunda vez en unos Juegos Olímpicos donde logró la posición 20. Por el momento solo quiere superar sus marcas y su posición en el ranking mundial.
Archivo personal
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Agosto de 2008
INFORME
Mujer:
botín de guerra El embarazo forzado, la esterilización forzada, las mutilaciones sexuales y la desnudez forzada son conductas consideradas como crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional. Sin embargo, Colombia omite la tipificación de estos delitos ocultándolos e impidiendo determinar la responsabilidad penal de los autores.
Andrea Aldana andreaaldanap@hotmail.com En el conflicto armado colombiano, los actores tan- 160805.VAW, en su página web www.omct.org, es ejemto ilegales como oficiales, han cometido innumerables plo de lo anterior. El informe dice que el martes 9 de violaciones contra el género femenino, entre ellas, la agosto de 2005, en el Alto, casco urbano de Coconuco, a violencia sexual. La sociedad carece de cifras exactas y poca distancia de una instalación de la Policía Nacional, documentación porque esta conducta no se denuncia ya la estudiante indígena fue abordada por dos militares del sea por miedo, vergüenza, sentimientos de culpa, desco- Batallón José Hilario López. Los uniformados cubiertos nocimiento de la violencia sexual como un delito grave con pasamontañas amenazaron e intimidaron a la joven internacionalmente, y en el peor de los casos, porque las verbalmente, con el uso de sus armas y su fuerza corporal. víctimas saben que no habrá justicia. Luego, uno de ellos, en presencia de un niño indígena, la El comunicado de prensa, El conflicto armado agrava violó sexualmente mientras ambos militares afirmaban: la discriminación y violencia contra las mujeres colombianas “hacemos esto contigo porque sos una guerrillera”. (2005), a cargo de la Comisión Interamericana de DereAl día siguiente, el 10 de agosto, varios indígenas chos Humanos (Cidh) informó que “dentro del conflicto del resguardo al que pertenece la joven solicitaron a armado colombiano la violencia contra la mujer es un los mandos militares que reconocieran públicamente problema estructural en donde la mujer se convierte en sus responsabilidades y la necesidad de reparar los daun botín de guerra para los actores armados, en su lucha ños causados. Sin embargo, el mismo documento de la por controlar comunidades y territorio”, además, cons- Omct indica que un oficial expresó que “los presuntos tató que “son víctimas de homicidios, secuestros, deten- violadores no podían ser miembros de la institución, ciones masivas, reclutamiento forzado, señalamientos y pues a esa hora, los implicados se encontraban en las amenazas, sumándose a ello una especial modalidad de labores de rancho”. También relata que solo el jueves violencia asociada a delitos de carácter sexual como la 11 de agosto, un militar de apellido Vélez reconoció que violación, trata de personas, y prostitución forzada, des- un hombre de la institución había sido el responsable de tinados a deshumanizarlas”. la violación, pero se negó a identificarlo, agregando que Para la Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado, “éste se había fugado”, y que “el caso es grave pero suesegún el VI Informe sobre violencia sociopolítica contra muje- len suceder este tipo de casos”, afirmando además que él res, jóvenes y niñas en Colombia (2006), la violencia sexual “no podía ofrecer disculpas”. Como muchas situaciones, suele usarse como forma de “castigo contra las mujeres, este suceso no ha sido reconocido por las autoridades y para la cual se aducen razones tales como tener relacio- solo fue denunciado y reportado por la Omct. nes afectivas con personas del ‘bando contrario’, desUn alto grado de impunidad de los crímenes de vioobedecer las normas de comlencia sexual se da en países portamiento impuestas por los Este delito está quedando en la impunidad porque las mujeres con conflicto armado. Un afectadas no creen en la justicia actores armados, o participar ejemplo es Perú, donde la en organizaciones”. Comisión de la Verdad y ReEn el Derecho Penal Internacional, las diferentes for- conciliación constató que el 80 por ciento de los crímenes mas de violencias de género y violencia sexual son consi- de violencia sexual documentados fueron cometidos por deradas crímenes contra la humanidad y crímenes de gue- integrantes de las Fuerzas Armadas y Policiales. En estos rra de obligatoria investigación, justicia y reparación, aun casos, las denuncias de crímenes sexuales a menudo no se si son perpetrados por agentes estatales. Sin embargo, en investigan porque los perpetradores se encuentran ampaColombia la posibilidad real de la reparación sólo la tienen rados por el Estado. las víctimas de desmovilizados acogidos a la Ley de JustiEn el Informe sobre tortura, tratos crueles, inhumanos y decia y Paz. Las víctimas de violencia sexual por parte del gradantes en Colombia, publicado en junio de 2008 por la Estado y grupos ilegales en el conflicto armado no cuen- Coalición Colombiana contra la Tortura, se denunciaron tan con una política definida para ser reparadas, lo que no 97 casos reportados en el 2007, de los cuales 18 se infrinconcuerda con la normatividad internacional. Ellas, esca- gieron sobre mujeres, la mayoría sometidas a violencia samente, pueden acceder a un proceso de judicialización. sexual, de estos se responsabilizó al Estado en un 90,1 El delito de violencia sexual está quedando en la impu- por ciento: 70,4 por ciento por “perpetración directa de nidad porque las mujeres afectadas no creen en la justi- agentes estatales” y 19,7 por ciento por “tolerancia o apocia. Según Natalia Buenahora, coordinadora de la Corpo- yo a violaciones cometidas por paramilitares”. También ración Humanas Centro Regional de Derechos Humanos se vieron implicadas las guerrillas en un 9,8 por ciento de y Justicia de Género, “son tres las principales causas por los casos documentados. las que guardan silencio: desconfían de las instituciones, En los últimos años los organismos de Derechos Huno tienen claras las garantías de protección, y muchos manos y de Derecho Internacional Humanitario se han casos de violencia sexual son desconocidos hasta por sus manifestado a favor de las mujeres y de la justicia de géfamiliares. Es comprensible, muchas víctimas pusieron nero, pero estos avances no se sienten en las instancias en conocimiento los hechos y sus casos quedaron en la judiciales de Colombia. impunidad”. La reglamentación penal del país no tipifica el delito La violación de la indígena Emérita Guauña, de dieci- de violencia sexual o de género, solo impone sanciones nueve años, por miembros del Ejército en la zona rural a delitos incluidos en ésta, como acceso carnal violento del municipio Puracé, Cauca, denunciada por la Orga- en persona protegida y acto carnal violento en persona nización Mundial contra la Tortura (Omtc), Caso COL protegida. Según la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación (Cnrr), en su Manual para abordar la temática de la violencia sexual y de género, se entiende por este tipo de violencia “todo acto, omisión, amenaza o control que se ejerce contra la mujer en todas las esferas y cuyos resultados pueden reflejarse en daños físicos, psicológicos, sexuales, intelectuales o patrimoniales. La violencia de género se ejerce además con el fin de intimidarlas, humillarlas, subordinarlas y decidir sobre su sexualidad y su integridad personal”. Además, establece que la violencia sexual puede ser llevada a cabo dentro de la familia, dentro de la comunidad, por grupos armados al margen de la ley y puede también ser perpetrada o tolerada por parte del Estado. Según el texto Recomendaciones para garantizar los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, publicado en 2008, por el grupo de trabajo Mujer y Género por la Verdad, la Justicia, la Reparación y la Reconciliación, “la mayoría de víctimas sobrevivientes a crímenes de lesa humanidad son mujeres. A pesar de esto, son muy pocas las denuncias presentadas en relación con violencia de género, y en particular, con violencia sexual. Más aún, los desmovilizados a quienes se les ha recibido versiones libres, no han confesado haber ordenado o participado en la comisión de hechos que puedan constituir violencia de género”. La falta de denuncias y confesiones son un obstáculo para acceder a la justicia, pero según Natalia Buenahora “existe otro grave problema y es la normatividad penal colombiana que no contempla delitos plasmados en el Estatuto de Roma, el cual ratificó Colombia, como la desnudez forzada y el embarazo forzado. Entonces, para lograr una reparación, las víctimas tienen que acomodarse en otros delitos como la tortura, pues hay carencias en nuestra legislación”. El informe Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas del Conflicto Armado en Colombia, de la Cidh, a cargo de Susana Villarán, publicado el 16 de octubre de 2006, consignó que existen evidencias de casos de violencia sexual en el país, además señaló las agresiones cometidas por las partes en conflicto contra organizaciones que defienden los derechos de las mujeres, denunciando que sus miembros y familiares son sometidos a “intimidación sistemática, persecución, secuestro, tortura y abuso sexual”. Por otra parte, en su Misión a Colombia, la relatora especial de Naciones Unidas, Radica Coomaraswamy, publicó en su informe Violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, que en el conflicto armado el Estado “no investiga, enjuicia [ni] castiga a los responsables de violaciones y otras formas de violencia basadas en el género, situación que ha contribuido a un entorno de impunidad que perpetúa la violencia contra la mujer”. El país no reconoce las violaciones a los derechos humanos de las mujeres como asunto a ser prevenido, penalizado y reparado; y las mujeres sufren una clara desventaja en el acceso a la justicia penal de una manera igualitaria estando lejos de una garantía de sus derechos de género, porque en materia de violencia sexual Colombia es un paraíso de la impunidad.
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INFORME
La tierra del olvido Dos años y medio después de la apertura del Túnel de Occidente Fernando Gómez Martínez pocos se acuerdan de Palmitas. Este corregimiento que durante 76 años vivió de los vehículos que se dirigían a Urabá y al occidente antioqueño hoy está en la desolación. A la falta de agua potable, analfabetismo y pobreza se le sumó inseguridad, desempleo, pésimas rutas de acceso y transporte caro y escaso desde la apertura de la nueva vía al mar. Foto: Juan Diego Urrea
Maria Camila Vera camyvera8@gmail.com San Sebastián de Palmitas, corregimiento de Medellín desde 1963, trata de resistir el abandono. Cuando se abrió el Túnel de Occidente, y se inauguró la nueva vía al mar, en el año 2006, 500 metros por debajo de su ubicación original, pasaron nueve horas para que un carro transitara, otra vez, por la ruta vieja. Con la vía, además de los carros también bajaron los ingresos de la mayoría de los habitantes del sector. Palmitas es el corregimiento más alejado de Medellín. Su población es de aproximadamente siete mil 600 personas. El 65,3 porciento pertenece al estrato dos, el 25, 7 porciento pertenece al uno y el porcentaje restante no llega al estrato cuatro. El corregimiento está divido en ocho veredas: Urquitá, Potrera Miserenga, Sector Central, La Volcana Guayabala, La Sucia, La Suiza, La Frisola y La Aldea. Los problemas viales y la dificultad para comunicarse entre ellas hacen que cada vereda tenga un mundo aparte. “La unión interveredal es mínima y los únicos medios de comunicación, con alguna efectividad, son el párroco y losperiódicos murales”, dice Olivier Tabares, funcionario de la Alcaldía de Medellín, que ha trabajado como técnico social del corregimiento. A esto se le suman los problemas de transporte; por la vía vieja, otrora de gran importancia y tráfico, hoy pasan solo cuatro buses al día. El transporte se concentra por la vía del túnel donde los pasajes tienen altos costos; cada viaje vale cuatro mil 500 pesos. Si alguien necesita ir de una vereda a otra debe utilizar el servicio de mototaxi. La carrera puede llegar a valer hasta ocho mil pesos. La población de Palmitas, en consecuencia, enfrenta una nueva realidad: el desplazamiento. Al ser un lugar donde la mayoría de la gente vive de trabajo esporádico y a tiempo indefinido en las construcciones de la zona, o de cultivos agrícolas que se han ido deteriorando por las obras de la conexión vial Aburrá-Río Cauca, los habitantes han tenido que buscar en otros lugares lo que el corregimiento no les da. Ese es el caso de Ramón Muñoz y su esposa, quienes después de vivir toda su vida en la vieja vía al mar, ahora están vendiendo su finca, ubicada a orillas de la carretera. Muñoz asegura que mientras en el pasado podía subsistir de las ventas de arepa de chócolo, queso y chorizos, hoy no vende ni un paquete de arepas al día. “Me tocará negociar esta finquita e irme a otro lugar donde no tenga que pasar necesidades”, cuenta. Según Tabares, esta situación no es tan extraña y la historia de los Muñoz se repite en casi todas las viviendas a lo largo de la carretera. “Después de la apertura del túnel los que tenían plata pasaron sus negocios para la vía nueva y allá les va mucho mejor, pero los otros han tenido que dejar todo, porque en medio de la soledad del corregimiento no hay de donde hacer dinero para vivir”, dice. La gente que antes vivía de los negocios a lado de la carretera debe buscar nuevas formas de trabajo, pero si eso significa pagar pasajes diarios que oscilan entre los siete y diez mil pesos, “la plata no alcanza”, como dice
Patricia Rodríguez, mesera de uno de los pocos negocios que sobreviven a orillas de la carretera vieja. Ella, para poder ir a trabajar tiene que coger un bus que va de Ebéjico a Medellín a las seis de la mañana, mientras que en la noche debe pagar un pasaje de cinco mil pesos para que una moto la lleve hasta su casa. Los de arriba A los habitantes de la parte superior del corregimiento el progreso parece haberles dado la espalda. Quienes viven en las veredas Urquitá, Potrera Miseranga, La Volcana Guayabala y sector entral fueron los más afectados por la construcción del túnel. Sus fuentes de ingreso ahora son locales vacíos con letreros que dicen “Se vende”. Miler Bedoya Echavarría, propietario de una pequeña farmacia en sector central, recuerda cómo antes de la construcción de mega proyecto “el corregimiento era próspero y el negocio manejaba buena platica, la gente tenía que venir acá por el comercio, la salud y la educación, después del túnel ya tienen la opción de ir a otras partes, más que todo a San Cristóbal, el corregimiento se fragmentó y la construcción afectó directamente el comercio”. En el casco urbano del corregimiento la situación no es muy diferente y no es raro ver la mayoría de tiendas y almacenes ocupados únicamente por sus propietarios y empleados, así pueden pasar varias horas sin que se vea un carro atravesar la vía principal. Para Bedoya, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín no tuvieron en cuenta el impacto socioeconómico del proyecto en la zona. “A los habitantes de Palmitas, la gobernación nos dijo que el proyecto de Aburrá-Río Cauca no se hizo pensando en el corregimiento”, afirma. Como explica Oliver Tabares: “para mitigar las consecuencias del mega proyecto en la población afectada no se hizo nada hasta nueve años después del inicio de su construcción”. Solo en 2006 se empezaron hacer actividades de sensibilización para los habitantes, entre ellas, la creación de una mesa de trabajo que reúne a la comunidad, la Procuradora Agrícola, la Casa de Gobierno y representantes del Túnel de Occidente, con el fin de llegar a un acuerdo frente a los impactos ambientales y sociales que ha traído la vía, y así establecer compromisos entre las diferentes entidades para solucionar los diferentes problemas. Sin embargo, Jesús María Hidalgo, funcionario de Gestión Social del Túnel de Occidente, dice que en un país de desempleados al mega proyecto Aburrrá-Río Cauca no lo pueden ubicar como único responsable de lo sucedido. Con respecto a la tardanza para realizar programas de socialización frente al túnel, Hidalgo dice que se hicieron desde el inicio de la construcción, pero que solo se formalizaron en 2006 con la realización de un inventario de daños y la implementación de actividades concretas, como la mesa de trabajo con la comunidad. Frente, a esto Miler Bedoya asegura que las actividades desarrolladas no han sido significativas, que
no hubo indemnización para los afectados y de un día para otro perdieron sus clientes. Hoy una acción popular, liderada por la comunidad, en conjunto con un grupo de abogados de Medellín, se lleva a cabo en contra el Área Metropolitana, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín; los de arriba esperan que esto pueda compensar, de algún modo, el daño causado por el Túnel de Occidente. A los reclamos de la comunidad por las pérdidas económicas, Hidalgo responde diciendo que “el proyecto indemnizó a los propietarios de las tierras por donde se construyó el Túnel. Legalmente solo nos corresponde pagar a los propietarios de predios, viviendas y cultivos afectados por la conexión vial”. Los de abajo A los habitantes de las veredas La Aldea, La Suiza, La Frisola y La Sucia les atravesaron el proyecto AburráRío Cauca por sus casas. Más que un problema se volvió otra opción de vida. Neiro Patiño, que vive en La Aldea, dice que “arriba ya no hay nada”. Ahora, en este sector de Palmitas se está construyendo un teleférico con el propósito de unir las veredas La Aldea, La Frisola y la Sucia, y que en un futuro subirá hasta Sector Central, donde está el casco urbano del corregimiento. Cuando empezaron a hacer el Túnel de Occidente los cultivos y trapiches del sector se vinieron abajo. La agricultura, principal fuente de ingreso de esa zona, fue reemplazada por trabajos esporádicos en la construcción del Túnel y, ahora, del teleférico. Dora Lucía Ospina, secretaria de la junta de acción comunal y habitante de la vereda La Aldea cree que el mayor problema es el desempleo. Pero, para ella, los de abajo tienen un agravante: lo que alguna vez fueron sus cultivos, ahora son botaderos de material de construcción. “Con el teleférico va a haber mucho turismo, pero ahora hay mucha contaminación” asegura. Con respecto a la vía que ahora les pasa por sus cabezas, dice que ellos nunca imaginaron que esta fuera a ser tan grande. A ellos les mostraron el proyecto cuando estaba casi listo para la inauguración, la sensibilización pertinente nunca sucedió. Dora exalta la labor de la Casa de Gobierno, pues desde allá han logrado visibilizar más a Palmitas frente a la ciudad y contrarrestar la falta de oportunidades que impacta en el desarrollo de todos los ámbitos de la sociedad: desde el transporte hasta el acceso a la educación superior, pasando por la generación de empleo y los comportamientos sociales. A la labor de la alcaldía le ve una falla “son solo capacitaciones, no hay práctica”. Hoy los habitantes de San Sebastián de Palmitas tienen la poca esperanza que les queda en los proyectos que genere el presupuesto participativo, iniciativa a la que Tabares dice, la comunidad ha dado una respuesta muy positiva. Pero la mayoría de los habitantes son pesimistas frente a la situación actual del corregimiento, el túnel, al que no le quitó los clientes, le quitó lo cultivos.
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CRÓNICA
Agosto de 2008
Chocó: el carnaval de los pies desnudos
Foto: Katherine Fernández
Harrison Rentería Rentería rentegol@hotmail.com Katherine Fernández Albornoz Kathyfer02@yahoo.com En el pacífico colombiano, los niños se suben en árboles de marañón y desde allí observan a sus compañeros juguetear con maltratados balones de trapo que por errores de cálculo, disparos fallidos, o simples accidentes, se extravían en aguas de los ríos o en la selva circundante. Otros infantes desean convertirse en ídolos; algún día migrarán buscando oportunidades sin advertir regreso. Finalmente, los menos afortunados olvidan sus promesas, mientras ven cómo sus amigos de infancia celebran afamados goles en la televisión. El fútbol lo entienden como una salida a la precaria situación económica; en él, los niños cifran un mejor porvenir. “Cuando yo sea grande quiero ser futbolista para sacar adelante a los niños que les gusta el fútbol”, manifiesta José Luis Mosquera, natural de Tutunendo, ubicado a 17 kilómetros de Quibdó; quien, a sus doce años, se destaca por su dominio del balón y por sus particulares celebraciones al son de la chirimía. José Luis quiere ser como el ídolo de su pueblo, Carmelo Valencia, futbolista profesional que juega con el Atlético Nacional. “Cuando uno escucha en las noticias cosas buenas de él, uno se llena de emoción y le dan muchas ganas de seguir jugando, para llegar a ser alguien en la vida, como él”, cuenta el niño mientras reposa sobre un balón. José Luis comprende que el fútbol es una posibilidad para remediar la pobreza. “Yo quiero apoyar al máximo a mi madre, mi padre y a mis hermanos con lo que ellos quieran hacer, apoyarlos para que vivamos en otras condiciones, que vivamos mejor, que vivamos en una casa más grande, más amplia, que podamos estar más cómodos”, dice. Para el escritor y analista deportivo Nelson Rendón, el fútbol es un método por el cual los habitantes
El fútbol en el Chocó es esencial para el bienestar de sus habitantes. La cantidad y calidad de sus futbolistas evidencian la importancia de esta práctica que se vitaliza en un escenario de pobreza. de estos sectores deprimidos buscan solventar su endeble economía; un jugador de estas regiones va al profesionalismo y gracias a esto desplaza a su familia a la ciudad, donde las condiciones educativas y laborales son más estables. Los niños identifican la crisis económica originada por la falta de responsabilidad administrativa en su región, y encuentran en el fútbol, además de satisfacción y alegría, un factor transformador para sus familias y comunidades. Muchos jugadores, pocos escenarios deportivos Los sábados y domingos más de cien niños de distintas escuelas, barrios, veredas y corregimientos de Quibdó llegan a compartir el suelo pantanoso de su estadio; se ubican en los extremos, entre la hierba, improvisan arquerías y líneas de campo. El paisaje es desolador, el moho corroe las agrietadas y arruinadas graderías, que a punto del colapso, sirven de camerinos; el sonido de los silbatos confunde las instrucciones de los técnicos, los jugadores se arman para la disputa con sandalias, botas de caucho recortadas hasta los tobillos y guayos rotos. Carmen Chaverra, madre de Carmelo Valencia, cuenta que su hijo “jugaba descalzo, se bañaba todo el día en el río, de ahí subía y se metía en la cancha a jugar con los amiguitos. La pelota la hacían de trapo y enseguida la forraban con papel y la amarraban con una pita y con eso jugaban todos los pelaítos. Eran niñitos de dos a tres años”. “Jugábamos descalzos, a veces con botas que nos llegaban hasta las rodillas y las mochábamos hasta que después comprábamos los guallytos”, recuerda
Jonathan Moreno Palacio, futbolista que salió hace cinco años del corregimiento San José de Purré, del municipio de Atrato, dejando a su familia y amigos para llegar al fútbol profesional. Hoy juega en la división menor del Itagüí Fútbol Club. Para el atacante Carmelo Valencia, los jugadores chocoanos “tienen todo el talento, que es lo más importante que uno debe tener. Lo que no hay es infraestructura para sacar una gran cantidad de futbolistas, no hay canchas, ni quien apoye el deporte; hay personas que dicen que la plata se va por otro destino, en realidad no me consta, solo sé que el talento que hay en el Chocó no lo hay en ninguna parte de Colombia”. El sociólogo Juan Guillermo Molina considera que “es muy lamentable que con ese capital biológico y con ese biotipo tan extraordinario de futbolistas, el Chocó esté en esta tristeza y miseria de no poder contar con un buen estadio ni participar en los campeonatos de fútbol”. Cincuenta y siete millones de pesos destinó en 2008, el gobierno municipal de Quibdó, para labores lúdicas en fútbol, microfútbol y baloncesto. “En el año se realizan muy pocos torneos por la falta de apoyo y de recursos. Organizamos aproximadamente diez torneos en la medida en que conseguimos los recursos”, precisa Elkin Arce Mena, presidente de la Liga de Fútbol de Quibdó. Así mismo, afirma que “la falta de colaboración a nivel departamental y nacional se ve reflejada en que muy pocas escuelas estén constituidas”, pues solo existen 23 clubes oficiales y ocho escuelas de fútbol con reconocimiento deportivo en la ciudad. Año tras año los quibdoceños esperan que su estadio sea remodelado, y ven lejos la posibilidad de tener uno
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similar al Atanasio Girardot de Medellín, al Nemesio Camacho El Campín de Bogotá o al Estadio Olímpico Pascual Guerrero de Cali. No existe un consenso para la construcción de un nuevo estadio: la administración departamental propone edificarlo en Yuto, municipio a 20 Kilómetros de Quibdó, mientras la Universidad Tecnológica del Chocó plantea que existen terrenos aptos para edificarlo en la capital. “Nos hemos enfrascado en una discusión que no ha llegado a un fin común que es el estadio de Quibdó. En estos momentos no debemos estar discutiendo si realmente se hace en una población cercana o si se hace en Quibdó, sino que la administración nacional nos haga la obra”, precisa Arce Mena. El analista Nelson Rendón, quien define el fútbol como “la armonía de una geografía invisible”, señala que “hace falta que las autoridades políticas del Chocó legislen en dirección del fútbol y construyan escenarios deportivos, lleven técnicos de calidad a sus regiones para que el futbolista adquiera una formación inicial en su pueblo y si quiere desplazarse a otras regiones, por un contrato o porque es transferido a otros clubes de fútbol, lo pueda hacer”. Los ídolos La llamada cantera de futbolistas o cuna de los mejores deportitas de Colombia aporta anualmente una cantidad significativa de jugadores; entre 100 y 150 salen del Chocó y aunque no todos llegan a ser profesionales, esas cifras ratifican la fuerza, velocidad y potencia de los futbolistas de estas tierras. Wason Rentería, Tressor Moreno, Carmelo Valencia, Carlos Sánchez, Hamilton Ricard, Jackson Martínez, Danilson Córdoba, César Valoyes, Libis Arenas y Bonner Mosquera son algunos de los jugadores que sufrieron la
negligencia de las autoridades encargadas de la recreación y el deporte y que hoy son ídolos de pueblos chocoanos como Tagachí, Río Sucio, Bahía Solano y Condoto. “El fútbol es la alegría de unos aficionados, de un jugador que llega al profesionalismo y logra jugar ante mil espectadores y es aplaudido por un público, a su vez es la alegría de una población o un caserío, porque ahí tienen a un ídolo de su región y lo pueden aplaudir y rodear cuando él vuelve. Todos quieren hablar con él, prácticamente es un dios para su comunidad”, afirma Nelson Rendón. Carmelo Valencia puso en boca del mundo el nombre de Tutunendo, su tierra amada. Su amigo de infancia Isaías Robledo ve en él la única alternativa de progreso del pueblo. “Es como si tuviéramos a un ministro allá, porque de él dependen muchas cosas. Del comportamiento de él, pueden salir muchos más talentos, pelaítos muy buenos, pelaítos mejores que el mismo Carmelo”, asegura. “La inclusión de un futbolista en el campo profesional, por ejemplo Carmelo Valencia en el Atlético Nacional, es la oportunidad para que toda una región, que se llama Tutunendo, en el departamento del Chocó, salga del anonimato y establezca una relación directa con todo el país. Carmelo Valencia hace el gol y la tribuna corea; no solo hace el gol Carmelo Valencia, sino su región Tutunendo”, precisa Rendón. De la misma forma, se espera que cuando Jhonatan Moreno alcance el profesionalismio, San José de Purré pierda su anonimato y se incluya en la geografía nacional. Purré es un caserio en medio de la selva, atiborrado de casas humildes, una iglesia pequeña, la algarabía de los equipos de sonido, la sonrisa de sus habitantes y una cancha de microfútbol, que convirtió en micro los sueños de los que
se quedan sin un lugar donde darle patadas al balón. “Si Jhonatan se convierte en profesional, los purreceños nos sentiríamos grandísimos. Porque esa fama que recibe él, la estaríamos recibiendo nosotros, con los televisores viendo a ese purreceño que está jugando en la selección Colombia o en cualquier selección del país”, expresa José Isabelino Mosquera, conocido entre los suyos como Chalino, mientras eleva sus manos y trata de abarcar con ellas lo que no pudo decir con palabras. Queda en evidencia la implicación social del fútbol; el jugador adquiere un compromiso con su lugar de origen, que supera el hecho de proporcionar numerosas jornadas de alegría, él hace visible su comunidad, de recordarle al país que el Chocó pertenece a Colombia y de evidenciar los problemas que enraizan sus penurias. Por supuesto el futbolista no redimirá la pobreza, no es labor que le corresponda, pero cualquier acto que derive en el bienestar de su grupo social es intensamente agradecido. A pesar de que los chocoanos se sienten abandonados, le hacen gambetas a la pobreza y se obstinan en perpetuar al fútbol como una práctica cultural que los enaltece en el escenario de un país que los relega. *Este artículo hace parte de una investigación para el documental Fuera de lugar realizado por estudiantes de Periodismo en el año 2008. Katherine Fernández Harrison Rentería Camilo Pérez Ana Carolina Moná
Realización Elizabeth Correa Fernanda Cañas Juan Esteban Maya
Fotos: Katherine Fernández
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CRÓNICA
El oasis de piedra y hojalata Un triángulo de menos de 30 metros cuadrados separa el caspete de Freddy Agudelo del resto del mundo. Allí, en medio de algunas de las vías más transitadas de Medellín, no importan los buses que pasan resoplando, los policías que buscan al criminal de turno, ni los insultos de los conductores que se odian a muerte por unos pocos segundos o un par de metros. Foto: Isabel González
Juan Diego Urrea juandiegourrea@yahoo.com.co Lo mejor del negocio de Freddy no son los jugos de naranjas exprimidos al instante, ni las gaseosas frías que cortan el sofoco del sol feroz que en ocasiones ataca a Medellín, ni siquiera lo son los pasteles de pollo que sue-len agotarse a diario horas antes de cerrar. La particularidad de este negocio no tiene nada que ver con lo que allí se vende. Quien se sienta en una de las piedras de río que sirven de bancas en este caspete parece olvidarse de las cosas del mundo. El que se para inmóvil sobre la suave gravilla que sostiene este triángulo irreal y empieza a hacer dibujos con la punta de su pie parece liberado de todas sus cargas. Igual sucede con el que se queda contemplando los sinsontes y los pájaros carpinteros que llegan al cebadero de guadua lleno de papayas y plátanos. Del embrujo ni siquiera se salva Freddy Agudelo que cuando se queda abstraído, mirando sus piedras y oyendo el sonido de la quebrada Jabalcona al fondo, parece recordar su niñez del suroeste antioqueño, los baños que se daba en el río con sus hermanos después de llegar de la lejana escuela que quedaba a una hora de camino de donde su papá estaba jornaleando. Luego con un palustre en la mano y la frente brillante de sudor Freddy se sienta, en un ‘cuarzo lechoso’ que pesa más de 90 kilos. “Esta es mi piedra favorita”, dice. Frente a sus ojos reposan cerca de 20 piedras talladas con formas de mujeres, ahuyamas, guanábanas, esferas y santos puestas sobre gravilla y adornadas con flores y frutas. Atrás suyo queda una docena de pequeñas palmeras que él mismo plantó hace unos meses y que crecen en la pendiente que va a dar a la quebrada. Freddy mira a la derecha, a su caspete rojo, la razón de ser tanto del jardín de palmas donde pasa sus horas y se relaja, como del jardín de piedras donde sus clientes, que se cuentan por cientos cada día, conversan con sus com-
Foto: Isabel González
pañeros, o con ellos mismos, senta-dos en piedras planas que junto con su hermano ha venido sacando del lecho de los ríos del suroeste durante los últimos tres años. Ahí entre las piedras tercamente talladas, la gravilla, los árboles y la compañía de los pájaros que comen en los cebaderos, todos parecen olvidar que están en medio de una zona muy transitada, en un pequeño separador en el borde de la Avenida 80, del puente de la Aguacatala y a unos metros de la Regional. Hace cuatro años Freddy no tenía caspete y durante una década fue de aquí para allá en un pequeño triciclo atiborrado de dulces, frutas, cigarrillos y parva. Sin embargo, ese triangulito que hoy cuida y ocupa, en medio de las bodegas y las avenidas, era su favorito y fue allí donde decidió montar algo más estable y que le permitiera ofrecer más productos a su fiel clientela. En ese entonces, con poco dinero y algunas ideas Freddy montó su caspete y puso un par de sillas con sus mesas. No transcurrió mucho tiempo antes de que funcionarios de Espacio Público lo visitara y le hiciera saber que no podía tener nada por fuera del el cubo de lata en el que tenía permitido trabajar. A pesar de que Freddy y su familia le han cambiado la cara al lugar, no han escapado a la persecución de los funcionarios que argumentan que el caspete no puede tener frutas ni flores en los alrededores, curiosa restricción en una ciudad donde el espacio público está confinado dentro de unidades residenciales y centros comerciales. “Lo único que quiero es que este sea un lugar agradable porque paso todo el día aquí, además sé que la gente lo disfruta y se alegra de sentarse aquí por unos minutos, o incluso si sólo pasa por acá y lo ve” dice tranquilo, sin dejar de mirar a sus clientes que son atendidos en el caspete que le da sustento a él, a su hija y a su esposa. “No me gustaban las piedras” La solución al asunto de las bancas y de la invasión al espacio público la trajo desde Jericó su hermano Carlos Mario, un tallador de piedras empírico que aprendió a lidiar con las rocas que suenan en los ríos de su tierra cuando todavía era un niño. Carlos le llevó a Freddy varias piedras a las que les había dado formas planas que simulaban taburetes. En esta ocasión los de Espacio Público, guardaron silencio. Si el permiso tácito fue producto del asombro de los funcionarios ante lo insólito del mobiliario o la aceptación de que las piedras son parte del paisaje y como tales no pueden ser consideradas una invasión, tal como lo dice Carlos Mario, nunca se sabrá. Sin embargo, éstas no solo fueron una alternativa que le trajo comodidad al lugar sino que empezaron a hacer de
‘La aldea de piedra’, como bautizaron el caspete, un sitio único. Freddy, que toda la vida había mirado con cierto desdén las piedras con las que su hermano trabajaba, empezó a entusiasmarse con la idea. “A los pocos meses le puse la gravilla y empecé a plantar palmeras, al mismo tiempo mi hermano seguía trayendo otras rocas talladas del pueblo” recuerda. Hoy, ‘La aldea de piedra’ se convirtió en un referente de la zona de Guayabal. A cualquier hora es común ver en el lugar tumultos de personas comprando cualquier cosa y sentados en las piedras. Para Freddy esto en gran parte se debe a la identidad que ha logrado construir al brindarle un espacio diferente a la gente. Por eso desde que su negocio esta lleno de ornamentos ‘valiosos’, contrató un vigilante que todas las noches se para frente al cubo de lata roja para evitar que se lleven una piedra o que intenten entrar en el caspete. Dice haber conocido buenos amigos allí y piensa que podría pasar muchos años en este lugar antes de buscar nuevos rumbos. “Nunca me imagine en un lugar así, pero ahora que lo tengo, quiero quedarme aquí por muchos años” dice. Unos segundos después ya está, una vez más con su palustre rodeado de palmeras, en su jardín trasero.
Foto: Isabel González
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MEDIO AMBIENTE
Eco-diseñar está de
Medellín se ha ido acoplando lentamente al diseño ecológico, una iniciativa mundial creada en los últimos años para promover el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y los recursos naturales. Aunque escasa, la oferta de productos sostenibles en la ciudad está creciendo.
moda
Crisálida, lámpara de fabricación artesanal a partir de reutilización de encendedores desechables gastados. Diseño de Juan Sebastián Sánchez y Lucas Restrepo, Eafit
Maria Camila Vera camyvera8@gmail.com Para convertir parte de las mil toneladas de residuos En tiempos de alarma por calentamiento global y altas tasas de contaminación que afectan nuestras ciudades, que se reciclan mensualmente en Medellín en una bisurge la opción de mercado verde. Su propósito es dis- lletera, Mopa Mopa realiza un proceso de lavado que minuir el impacto que tienen la producción y el consumo permite resaltar de nuevo las propiedades del material, en el medio ambiente, así como fomentar el desarrollo “en este punto nos damos cuenta del desgaste del objeto y decidimos si se puede garantizar la calidad en el sostenible. Bolsas biodegradables a base de almidón de maíz producto y certificar que los objetos no volverán a ser que al entrar en contacto con material orgánico se basura fácilmente”, señala Rincón. Después de pasar por descomponen y no generan residuos, vehículos que este primer control, se inicia un proceso de manufactura funcionan con energía eléctrica y tienen bajos niveles donde se agregan otros materiales que contextualizan a de contaminación, carteras hechas a partir de papel y esta pieza en su nueva función, en algunos casos pueden cargadores solares para equipos digitales que evitan ser cojines, vidrio o cerámica, dependiendo de la función emisiones de CO2 a la atmósfera, son algunos de los del objeto. Proyecto DC, que actualmente se encuentra en una ejemplos. La expresión ecodiseño o diseño sostenible se refie- fase de exploración de materiales, está elaborando re a la creación de productos cuyos ciclos de vida ten- para una compañía de la ciudad una propuesta de gan menor impacto en el ambiente en comparación con navidad sostenible. Está basada en un estilo de vida otros similares. Clara Barreto, Coordinadora de la lí- sostenible, a través del cual busca replantear paradigmas de diseño, creando objetos con el menor impacnea de énfasis en Diseño Sostenible del Departa- “No es fácil para un inversionista creer en una empresa de objetos de to ambiental posible que tengan un componente mento de Ingeniería de decoración elaborados a partir del reciclaje”, David Rincón. de inserción social. Diseño de Producto, de la Universidad Eafit, aseguEcopolíticas ra que hablar de sostenibilidad significa mantener un Con el fin de motivar el ecodiseño y la producción equilibrio. Cuando se aplica este concepto al diseño se trabaja en una o varias de las cinco etapas que hacen ecológica, el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desaparte del ciclo de vida de un objeto: materia prima, pro- rrollo Territorial, promueve el tema a través del Plan Esducción, uso y disposición final, entre cada una de estas tratégico Nacional de Mercados Verdes (Penmv), que tiese encuentra la quinta etapa que corresponde al trans- ne como objetivo, según el documento de presentación, porte. Barreto sostiene que “el diseño sostenible tiene “consolidar la producción nacional de bienes y servicios varias perspectivas y no solamente se refiere al reciclaje ambientales y aprovechar las ventajas comparativas que como cree mucha gente. Si yo utilizo una materia prima tiene Colombia en estos sectores, con el fin de responmenos contaminante o economizo energía durante la der a la creciente demanda internacional y nacional por producción, estoy haciendo un diseño sostenible”. Decoración reciclada Proyecto DC de Medellín, bajo la marca Mopa Mopa, comercializa productos ecológicos, hechos en su gran mayoría con material reciclado. La empresa incluye entre sus áreas de trabajo “un componente ambiental como eje transversal en todos los proyectos, logrando equilibrar nuestras propuestas de productos con altos niveles de diferenciación, estética y funcionalidad en aras de mantener y construir entornos socio-ambientales más justos” explica David Rincón, uno de los propietarios. Liderada por los diseñadores industriales Marcos Vallejo y Ana Isabel Palacios, Mopa Mopa fabrica recipientes, billeteras, lámparas y otros objetos para el hogar con aparentes residuos (papel, plástico, vidrio y cartón, entre otros), adquiridos en acopios de reciclaje o empresas que compran excedentes industriales y se transforman bajo la idea de “no restaurar, sino refuncionalizar, rediseñar”.
Eco-candelabro hecho con conos para hilo industrial. Diseño de Andrea Piedrahita y Clara Merecedes Niño, Universidad Eafit.
Comercio justo Los productos ambientales o ecológicos están regidos bajo la política de comercio justo, una forma alternativa de mercado que promueve la relación justa entre productores y consumidores, defendiendo principios como rechazo a la explotación infantil, productores miembros de cooperativas u organizaciones con estructuras democráticas, respeto a los derechos humanos, el precio pagado por los consumidores permite a los productores condiciones de vida digna, respeto al medio ambiente y valoración de producción ecológica. Promovido por la ONU y varias ong’s, el comercio justo se lleva a cabo principalmente en países del tercer mundo y en vía de desarrollo y tiene como objetivos garantizar a los trabajadores un salario justo, mejorar las condiciones de seguridad e higiene del lugar de trabajo, fomentar la igualdad de oportunidades para las mujeres, proteger los derechos de los niños, salvaguardar las minorías étnicas y preservar el medio ambiente.
productos más naturales, saludables y amigables con el medio ambiente”. El Penmv busca promover los mercados verdes donde comercialicen productos y servicios que no tengan tanto impacto negativo en el medio ambiente y los recursos naturales, al fundamentarse en prácticas productivas menos contaminantes que las tradicionales. El documento enmarca la aparición de los mercados verdes como respuesta a “las problemáticas ambientales y de conservación de los recursos naturales, y a los importantes retos y planteamientos sociales en las principales cumbres mundiales sobre medio ambiente y desarrollo sostenible”. Uno de los proveedores de material reciclado en Medellín es la Fundación Codesarrollo, organización que tiene tres plantas de reciclaje: plásticos, vidrios y PET (material plástico inerte derivado del petróleo, técnicamente denominado Poli-Etilen-Tereftalato). Las tres plantas, a partir de residuos, producen materias primas que son comercializadas de nuevo, y en comparación con otras, tienen menor riesgo de contaminación. John Darío Longas, funcionario de la planta para reciclaje de PET, explica que el proceso de recolección de este, inicia en las calles, con envases plásticos que son separados y prensados para lavarlos y molerlos, por último, a través de un proceso industrial y granulado, se obtienen nuevos envases, fibra de poliéster para ropa, tejas, madera, láminas plásticas, y alfombras. “Cada kilo de PET se comercializa entre dos mil y dos mil doscientos pesos”. Pero la comercialización de un productos ecológico no es fácil. Se enfrenta a la oferta tradicional, en muchos casos más económica y abundante, la falta de conocimiento sobre las ventajas de un producto ecológico y la desconfianza del mercado para abrirles un espacio, “no es fácil para un inversionista creer en una empresa de objetos de decoración elaborados a partir del reciclaje, culturalmente aún no hay apertura para permitir que un objeto que estaba en la basura se transforme totalmente y entre a un hogar. También hay que crear normas de trabajo más justas, pero a veces la lógica del mercado pone muchísimos obstáculos para un nuevo método en términos empresariales y económicos”, dice Rincón. Clara Barreto le suma a estas dificultades el desconocimiento sobre el tema “culturalmente se asocia la ecología solo con reciclaje, y el ecodiseño no solo es eso. Está la opción de rediseñar un producto o evaluar la situación ambiental de una empresa y aplicar correctivos, entre otros”. Sobre los retos que enfrenta el mercado verde, Barreto dice que los diseñadores deben adquirir una responsabilidad ambiental más contundente, y buscar métodos para hacer los ecoproductos más atractivos a los consumidores. Como parte del módulo de cinco semanas, Diseño para el Medio Ambiente, los estudiantes de sexto semestre de Ingeniería de Diseño de la Universidad Eafit, tienen como tarea realizar un producto nuevo a partir de desechos. Barreto explica que se trata de encontrarle un nuevo uso a la basura, al hacerlo, en vez de un desperdicio se obtiene un nuevo material. Lámparas, cartucheras y porta revistas son algunos de los productos verdes resultantes. Posteriormente los estudiantes pueden optar por una línea de énfasis en ecodiseño y realizar proyectos de más largo aliento. Así pues, el mercado verde surge como una opción de desarrollo sostenible donde se unen componentes sociales, ambientales y económicos alrededor de un producto, con el fin de lograr disminuir el impacto ambiental de la producción de objetos y mejorar la eficiencia de los procesos.
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CRÓN
Los niños Juan Diego Restrepo Toro jdiegorestrepo@gmail.com
mi niño mayor. Cuando vi el estado en que se encontraba Gustavo Adolfo, bañado en sangre, en brazos de su papá, ahí perdí las esperanzas”. La vereda Ocho años después, la escuela rural se conserva como en la época: dos salones de clase, un salón comedor, un corredor con materas florecidas y una placa deportiva. Desde allí, los niños caminarían tres kilómetros hasta el hermoso paisaje de la finca La Amarilla, donde harían un sancocho y juegos de integración. Asistieron 47 de los 60 niños matriculados. La vereda La Pica está a seis kilómetros del casco urbano del municipio de Pueblorrico. Para llegar a ella hay que recorrer durante cincuenta minutos un camino terciario, sin pavimentar, en pésimas condiciones. Sus habitantes son cultivadores de café que dependen de los buenos precios y del buen tiempo para sobrevivir. Poseen pequeñas parcelas en las que también se cultiva un poco de plátano o fríjol. En La Pica, los niños suelen ayudar en las labores de la finca. Siembran, cultivan o recogen el café, alimentan los animales o ayudan en las tareas de la casa. La única opción de educación es la escuela de la vereda en la que estudian la primaria. Para cursar el bachillerato deben desplazarse hasta el pueblo. “Todas las familias nos terminamos conociendo mucho después de la tragedia. Gloria Tamayo, que era muy amiga mía desde antes, perdió a su niño Harold que era el mejor amigo de Cristian, el mío. Ella alcanzó a llegar hasta el lugar de los hechos y se encontró con los soldados. Cuenta que algunos de los militares lloraban y tiraban las armas al suelo. ¡Asesinamos unos niños!, ¡asesinamos unos niños!, decían. Otros respondieron con agresividad a los reclamos que les hacían los padres de familia y los vecinos. Desde ese momento comenzaron a justificarse con mentiras. A Gloria, después de encontrar a su niño muerto, le dijeron que guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) estaban mezclados con la guerrilla, que los habían usado de escudos humanos. Ella les contestó que eso no era así, que si querían que la mataran a ella también pero que los niños no andaban con ellos.
Foto tomada desde el lugar donde cayeron los niños, a seis kilómetros del casco urbano de Pueblorrico.
A Nora Marulanda y a Fernando Sánchez, que perdieron a su niña Marcela, de seis años, les pasó algo peor: los soldados dijeron que su otra hija, Andrea, de 15 años, era guerrillera. Nosotros mismos, todos los vecinos que estábamos en el hospital, tuvimos que desmentir esa versión. Las mismas familias llevamos a los niños al hospital. Mi suegro bajó a un niño herido a caballo porque en la vereda no había carros. Algunos de ellos murieron en el camino, como Paula Andrea, la hija de Ángela Rúa y Hernando Arboleda. Murió sin una gota de sangre, pálida, pálida. En el entierro estuvimos muy acompañados por la comunidad. Todo el pueblo se hizo presente. En la iglesia no cabía un alma. La gente de las veredas bajó y se solidarizó con nosotros. De las autoridades, en cambio, no puedo decir lo mismo. Por acá no apareció nadie. El presidente Pastrana prometió venir a dar las condolencias pero no lo hizo. Y mientras enfrentábamos ese duelo tuvimos que asumir otro sufrimiento. En la televisión y en los diarios vimos cómo los altos políticos mentían. Imagínese el dolor de nosotros al ver que decían que los niños murieron en medio de un enfrentamiento con la guerrilla, que el Ejército disparó defendiéndose de ellos, cosas que no fueron ciertas. Desde ese momento comenzó nuestra pelea con el Estado para lograr justicia. Esperábamos que el responsable de la tropa, un sargento cuyo nombre no olvidaré jamás, Jorge Enrique Mina, nos respondiera con la verdad. En últimas, él fue quién dio la orden de disparar. Aún esperamos esa respuesta, esa pelea no la pudimos ganar”.
Foto: Javier Tabares
Los hechos ocurrieron en una vereda cafetera de Pueblorrico, 118 kilómetros al Suroeste de Medellín, mientras los niños asistían a un paseo escolar. Ninguno había cumplido los doce años. El Ejército dio versiones contradictorias que impidieron establecer la verdad. Andrés Pastrana, quien era Presidente de Colombia en ese entonces, se comprometió con encabezar una exhaustiva investigación. Hoy, ocho años después, dicha investigación continúa pendiente, archivada en el olvido. “Mi nombre es Argemira Carmona y soy la madre de Gustavo Adolfo, uno de los niños asesinados por el Ejército hace ocho años. La mayoría de la gente no recuerda esta tragedia. En esa época todos tuvieron que ver con nosotros: ministros, periodistas, políticos, hasta el presidente. Prometieron justicia. Sin embargo, el tiempo pasó, y hoy yo no le puedo decir a usted qué fue lo que realmente sucedió para que la tropa matara los seis niños. Yo estaba en la cocina de la casa cuando escuché los primeros balazos. Primero pensé que eran la guerrilla y los paramilitares los que se estaban enfrentando. Todo se me pasó por la cabeza menos que disparaban contra los niños ¿Qué me iba a imaginar? Cuando ellos salieron les advertí de todos los peligros típicos de un paseo, de las caídas, del sol, de los golpes, lo que uno le dice a sus hijos. Salimos corriendo de la casa. Los vecinos gritaban: ¡los niños! ¡los niños! Con el mero recuerdo siento mucho dolor, pero no es ni una parte de lo que sentí en ese momento. Pensaba en lo contentos que habían salido mis dos hijos con su lonchera para ese paseo. Me decía a mí misma que no les podía pasar nada malo, que Dios me evitaría la tragedia, no paraba de rezar. Corrí siguiendo el camino por dónde irían los niños. Mi esposo se adelantó, estaba desesperado. Los vecinos que encontré me dijeron que sí había niños muertos. Las balas seguían cayendo, y todos tratábamos de subir mientras nos protegíamos. Unos se arrastraban por el suelo. Gritábamos: ¡dejen de disparar!, ¡dejen de disparar! No alcancé a llegar al lugar en el que cayeron los niños. Cuando iba, me encontré con mi hijo Cristian de cinco años. Ya estaban bajando los cuerpos de los heridos. Tenía mucha sangre pero a simple vista se veía que no era grave. Yo continuaba rezando y rezando por
La mañana del 15 de agosto de 2000, los medios de comunicación sorprendieron al país con una noticia trágica: cuatro niños y dos niñas de una escuela rural fueron asesinados por soldados del Ejército Nacional.
La injusticia La vereda La Tolda, donde cayeron los niños, está a 12 kilómetros del casco urbano de Pueblorrico. Para llevar los heridos al hospital, los padres tardaron dos horas. Ninguno de los soldados los auxilió. Tres niños murieron en el camino. Los hechos impactaron la opinión pública de Colombia y el mundo. Andrés Pastrana anunció visitar la población para dar las condolencias a las familias. Sin embargo, esto nunca sucedió. El Presidente sí viajó a Antioquia esa semana, pero para asistir a uno de los eventos más glamorosos del país: Colombiamoda. El Ministro de la Defensa, Luis Fernando Ramírez, se pronunció en los medios de comunicación para defenderse de las fuertes críticas que le hicieron al Ejército. Así lo hicieron sus subalternos el General Herrera Verbel, comandante de la Cuarta Brigada y el General Mora Rangel, comandante del Ejército Nacional. Esa semana, Herrera le dijo a El Espectador: “En la persecución de los guerrilleros, estos se metieron entre una excursión de niños de la escuela y dispararon a la tropa. Ésta reaccionó y hay un balance de seis niños muertos”. Mora le dijo al mismo diario: “Lo que sucedió es que se presentó un intercambio de disparos, los guerrilleros venían adelante y se mezclaron con los niños, el Ejército no los vio y ahí murieron”. La investigación judicial confirmó la versión de los padres de familia en el sentido de que no hubo presencia de hombres del ELN. Tampoco se encontraron evidencias de disparos en dirección contraria a la tropa. Varias ong’s conformaron una Comisión Defensora de los Derechos Humanos que estudió este caso. Las conclusiones del informe aún están publicadas en Internet. Una de ellas fue la siguiente: “No decir la verdad, modificarla, ocultarla o presentarla a medias es un acto tan o más criminal que el cometido por la tropa en la loma de la vereda La Tolda, el 15 de agosto de 2000”. Sin embargo, y a pesar
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NICA
de Pueblorrico Alejandro Arboleda Rúa
de las evidencias y los testimonios de los testigos, los soldados fueron absueltos por la Justicia Penal Militar, el 15 de febrero de 2003. El Estado indemnizó a las familias por medio de la Defensoría del Pueblo en noviembre de 2003. Cerca de cincuenta personas, entre familiares y heridos, fueron reparadas económicamente. A pesar de esto, los padres no se sienten totalmente reparados. La responsabilidad de los hechos no fue asumida ni por el Estado, ni por el Ejército, ni por los altos mandos militares. Además, sienten que nada se hizo para impedir que esta tragedia quedara en el olvido. “Años después revivimos esa tragedia, cuando fuimos llevados a una reconstrucción de los hechos. Esta vez la zona estaba acordonada por los militares y no nos dejaron pasar desde cierto punto. Allí se encontraba Jorge Enrique Mina, el responsable de la tropa. Él debió acercarse a nosotros, pedirnos perdón, disculparse. Si fue un error, y no tenía nada que esconder, nos debió haber explicado, “señores pasó esto”, “nosotros no queríamos matar unos niños”. Pero ni siquiera lo hizo. ¿Por qué no fue capaz de darnos la cara? Una explicación es lo que uno espera para vivir tranquilo. La justicia cree que con darnos la bicoca de dinero que nos dio va a reparar el daño. A mi hijo le dieron un valor de mil gramos oro ¿Cómo creen que mi hijo tenga un valor en oro? Pedimos justicia, porque ni con toda la plata del mundo estaremos en paz. Gastar ese dinero es muy duro para nosotros. Más de lo que usted se puede imaginar. Todas las familias lo recibimos y compramos una casita o una tierrita. Con cada peso que gasto recuerdo la sangre que Gustavo derramó. La fortaleza mía ha sido la confianza en Dios. Él me dio las fuerzas para aceptar los hechos, comenzar de nuevo, levantar a mi hijo Cristian, pedir sin cansancio por justicia y seguir viviendo”.
Cursaba quinto de primaria y tenía diez años de edad. Era uno de los mejores estudiantes de su curso. Jugaba a interpretar a grandes personajes: cantantes, actores, políticos… Su madre, Ángela Rúa, recuerda que uno de sus programas de televisión favoritos era Hombres de Honor.
La mañana del paseo Los niños se despertaron muy temprano para empacar y organizarse para el paseo. Los padres recuerdan las últimas palabras que les dijeron: “La Virgen lo acompañe”, “mucho cuidado con todo”, “pase bien bueno, disfrute mucho”, “encomiéndese al Señor”, “le hace caso a los profesores”, “por la tarde me trae el sobrado del almuerzo”. Todos se reunieron a las ocho de la mañana en la escuela. Cuatro adultos los acompañarían. Además de la lonchera, llevaban los ingredientes para hacer el sancocho. Salieron a las ocho y treinta de la mañana camino a la finca La Amarilla en la vereda La Tolda. Comenzaron a ascender una loma empinada. El trayecto estuvo lleno de risas, juegos, cantos. Un pequeño grupo se adelantó para alcanzar una colina. En ese momento sonaron los primeros tiros. Una patrulla del Ejército Nacional, al mando del sargento Jorge Enrique Mina, estaba apostada en la parte alta de la vereda. Desde allí tenía una vista panorámica del pueblo y del camino por el que los niños hicieron el ascenso. Aparentemente buscaban tropas de la Columna Ernesto Che Guevara, del ELN. El día estaba soleado, pleno agosto. La tropa suele estar equipada con binoculares y radios de comunicación. La colina por la que subían los niños tenía unos cuantos árboles plantados, de 50 centímetros de altura, que no impedían la visibilidad. Después de la orden de fuego, los soldados dispararon durante 40 minutos sin interrupción.
David Andrés Ramírez Tenía once años y cursaba quinto de primaria. Soñaba con ser piloto y trabajar en la NASA. Era el personerito de la escuela. Su madre, doña Miriam López, recuerda que no le decía mamá sino niña. Se había ganado el reconocimiento de toda la escuela después de interpretar un personaje muy gracioso llamado Martín, en una obra de teatro, el día de la madre. Había enterrado a su perro, Bam Bam, una semana antes de la tragedia.
*Este artículo hace parte de una investigación para el documental La inocencia que perdimos realizado por estudiantes de Periodismo en el año 2008.
Paola Andrea Arboleda Rúa Sus padres recuerdan lo especial que era su niña. Tenía ocho años y estaba en tercero de primaria. Casi no durmió la noche anterior al paseo, llevaba una semana hablando de lo que haría en la finca La Amarilla. Murió junto con su hermanito Alejandro.
Gustavo Adolfo Isaza Le ayudaba a sus padres con los oficios de la finca. Tenía nueve años y estaba en quinto de primaria. El último regalo que le dio a su mamá fue una planta que en la región se conoce como Glosinia, que echa unas flores blancas con púrpura. Su madre, Argemira, la sembró y no la ha dejado acabar. Gustavo jugaba fútbol todo el día. Incluso dentro de la casa. Soñaba con ser futbolista profesional.
Realización Juan Diego Restrepo Toro Foto: Alejandra Álvarez
Marcela Sánchez
El monumento que las familias le hicieron a las víctimas se ha convertido en lugar de peregrinaje. Doña Argemira Carmona recuerda a su hijo con una oración.
Jugaba a ser reina de belleza. Paseaba en bicicleta por los senderos de la vereda. En las mañanas, montaba en caballito en los hombros de su papá, Fernando, mientras le pedía chocolatinas para cuando éste regresara del trabajo. Tenía sólo seis años cuando fue asesinada. No estaba estudiando. Fue invitada al paseo con su hermana mayor, Andrea, de 15 años, quién en medio de los disparos la cargó y abrazó, y que resultó herida por la misma bala que mató a su hermanita.
Harold Giovanni Tabares Era el mayor de sus hermanos, el hombrecito de la casa. Estaba en primero de primaria, tenía siete años. Hacía casitas de juguete que le mostraba a sus abuelos, y siempre les decía que les faltaba el agua y la luz eléctrica, como a la casa en la que vivían.
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OBITUARIO
¿Por qué a usted,
señor
Foto: Archivo particular
Zuleta?
Siendo León Zuleta un marica odiado por muchos, llegó a ser líder. Él fue esperanza para los excluidos y estorbo para quienes odiaban a los diferentes.
Foto: Archivo particular
León Zuleta el día de su primera comunión. Inocente mirada que aguarda al león feroz que años después emprendería su lucha por los Derechos Humanos.
Juan Camilo Rengifo Garcés jcamiloudea@gmail.com Después de quince años de su asesinato, aún le recuerdan: algunos aún le lloran, otros aún le escriben y muchos todavía le aman. Del puñal que lo despojó de su vida aún no se sabe nada; de las manos que lo empuñaron, menos; del odio con que lo hicieron, sí. De ese se sabe que sigue proliferando en la ciudad; de hecho, después de su muerte, los crímenes de odio son constantes. Su muerte fue imprevista pero predecible por las constantes amenazas que lo acechaban. A usted le propiciaron más de veinte puñaladas la madrugada del 22 de agosto de 1993 en su apartamento, su asesino quería matar y volver a matar su cuerpo. ¿Por qué a usted, señor Zuleta? ¿Por ser homosexual? ¿Por ser de izquierda? ¿Por sus borracheras? ¿Por su consumo de marihuana?
Primera marcha gay en 1983. Promovida y realizada en Bogotá gracias a la tenacidad de su organizador: León Zuleta.
¿Por qué a usted, señor Zuleta? ¿A caso por ser fundador del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia, o por promover la primera marcha gay del país en 1983, o por haber hecho parte de la Juventud Comunista (JUCO), o por haber trabajado en el Instituto Popular de Capacitación y en la Escuela Nacional Sindical? Lo cierto aquí es que usted fue un aguijón para muchos digno de desterrar, con muchos “méritos” para acecharlo, desaparecerlo o aniquilarlo. Usted que fue filósofo, profesor, intelectual, poeta; que llegó a ser ángel, demonio, luz, sombra, se convirtió en “un referente político y académico, empecinado en los Derechos Humanos” y fiel amigo de los sectores sociales. Así lo denomina David Ramírez Montoya, miem-
bro de la Corporación El Solar, institución que recoge sus pensamientos. Era un hombre de avanzada, usted mismo lo afirmaba en una de esas borracheras con Piedad Morales, la poeta, donde se mezclaban la cerveza y el ron, las palabras y el afecto, el desamor y la risa: “Piedad, somos seres nacidos fuera de nuestro tiempo, somos seres que nos adelantamos a nuestro tiempo”, le confesabas. “Por eso fue tan difícil para muchos escucharlo, entenderlo, y ese fue el pretexto de esta sociedad para hacerse “la de la oreja mocha” cuando él hablaba de Derechos Humanos y de humanismo”, dice Piedad Morales su amiga, la compañera de tantas noches de ebriedad. Usted, un hombre de “noches intensas”, que comenzaban en el bar Serenata o en cualquier otro ubicado en
19 Foto: Archivo particular Esta es la fotografía que acompaña el artículo de El Colombiano del 26 de agosto de 1993 que informa sobre el asesinato de Zuleta, cuatro días después de su muerte.
Un hada, un demonio y un ángel Sin duda alguna era usted un desaforado en el amor. Su fiebre de amar era constante y excesiva. Carecía de aquello que obstaculiza la voluntad humana: el límite. No había límite en su amor. Piedad Morales recuerda como usted le engrandeció el espíritu, como le abrió el apetito de amar, de vivir, de escribir: “Piedad, si usted quiere que lo que escribe se parezca a la realidad, le hable a la realidad, tiene que escribir con las tripas, usted no escribe ni con la cabeza y con la habilidad”. Fue usted el hada madrina de Piedad, ella misma lo reconoce. También fue el ángel de muchos. El amor para usted carecía de dificultad, era fácil y sencillo. Amar a
usted le trajo problemas, discusiones, críticas. La misma Piedad lo recuerda: “León veía un indigente y lo quería abrazar, cargar, darle de comer, sentía un amor tan intenso, se exageraba tanto que en ocasiones discutimos, yo le decía a León que pensara que eran personas desconocidas y que, a veces, no eran tan confiables, pero entendí que el amor que León tenía por las personas marginadas no contenía límites”. Usted que amó al hombre hambriento, a la lesbiana, al policía, al transgenerista, a la mujer vulnerada, al marica, al prisionero de la calle, al homosexual, a la prostituta, al de altos ingresos, al hombre corrupto, al individuo ignorante, al marihuanero, al obrero, al borracho; que caminó con los sindicalistas, las feministas, los comunistas, las juventudes; que respetó al otro, al que le era diferente, lo escuchó, lo entendió, lo amó; que se empecinó con los Derechos Humanos; que se condenó al amor y lo condenaron al rechazo; que se convirtió en un demonio por no comulgar con el patriarcado, con el sistema, con el autoritarismo y la exclusión; fue entonces el hereje al que odiaron, expulsaron, desterraron, exiliaron, asesinaron, silenciaron. El hombre al que le irritaba la injusticia, que no contemplaba salir de Medellín, pero que con tristeza debió abandonar dos veces por las ya comunes amenazas; el ángel al que le angustiaba hablar o escribir para un público distinto al de Medellín es el mismo demonio que detestaba la sociedad jerárquica, autoritaria, patriarcal, excluyente, dominante, capitalista; el mismo que promulgaba por una estructura social de igualdad. David Ramírez aún comenta el memorando que usted mandó a sus compañeros del Instituto Popular de Capacitación donde “muy bellamente los invita para el solar de la casa a hacer un espacio de diálogo más horizontal, don-
La supresión de León Usted en sus días de intelectual enumeró tres formas por las cuales el Estado domina a la sociedad: la represión, la opresión y la supresión. “La represión es cuando el Estado te oprime por medio de la fuerza; la opresión es cuando el sistema se mete en tu cabeza y en tu forma de pensar y te domina; y la supresión es cuando eres demasiado conflictivo para el sistema y te eliminan físicamente”, explica Ramírez. A usted, señor León, le aplicaron la tercera forma, a las demás usted ya las había derrotado, sus contradictores no contemplaron otra opción más que la muerte. Recuerda Piedad que usted no le tenía miedo a la muerte, “como buen filósofo la asumía como una parte de la vida”. Usted murió solo, lo asesinaron “porque estamos en una sociedad violenta, asesina, que es incapaz de reconocer la diferencia, de reconocer que el otro o la otra pueden pensar diferente, que pueden sentir diferente”, opina Róbinson Sánchez vocero nacional del Polo de Rosa. Para David Ramírez a usted lo mataron “por marica, por coqueto, porque le encantaban los pillos, todo el mundo andante, lo ataron por la homofobia de esta sociedad”. Su asesinato, señor Zuleta, es producto de “la incapacidad de amar y reconocer en el otro alguien con quien interactuar desde el amor y el afecto”, así lo hace sentir Elkin Naranjo, miembro de la Corporación El Solar. Aquí en la tierra todavía conmemoran su muerte. En la Universidad de Antioquia aún le esperan en “Tronquitos” para iniciar otra de esas tertulias. A Manuel Bermúdez aún le apasiona hablar de usted. Piedad todavía le ama. A la mayoría de su legado se lo come la polilla mientras que muchos aún nos preguntamos, ¿por qué a usted, señor Zuleta? Foto: Archivo particular
las calles del centro de Medellín, lejos de la farándula y con la compañía de Piedad. Frecuentes borracheras que iniciaban después de las seis de la tarde y que al igual que Piedad se esfumaban a media noche para dar paso a los consumos de marihuana, al disfrute de lo erótico, a la libertad total del cuerpo. Un ser noctámbulo, por eso le irritaba que lo llamaran antes del medio día. “Un día lo llamé a las once de la mañana y se me emputó por teléfono y me dijo: ¡Qué son esas horas de llamarme, a la madrugada!”, relata Manuel José Bermúdez, conocido como el ciudadano gay de Medellín, quien en 1993 trataba de concretar una cita con León. Bermúdez se había interesado por el tema de la lucha homosexual y ya muchos le habían recomendado entrevistarse con él. De la entrevista, que no duró más de media hora, Manuel siempre recuerda las palabras frustrantes de León que frenaron por un tiempo su proyecto político: “Usted es un pelao muy joven, no se ponga a meterse en este cuento que por las locas no vale la pena trabajar”.
de la lúdica, el arte, el amor y el afecto sean comunes”. Entendida a finales de los ochentas y principios de los noventas como una propuesta informal, que no era nada más que su posición política ante la sociedad que quería edificar.
A su izquierda Fernando Alivar, acompañado de “el hombre de la risa” como era conocido León Zuleta.
¿Cuál fue la lucha de León Zuleta y cuál es la lucha actual? Róbinson Sánchez Vocero nacional del Polo de Rosa
Yo pienso que los movimientos de liberación homosexual son en esencia absolutamente diferentes a los movimientos LGTB o reivindicatorios que hoy se están desarrollando en Colombia y en el mundo. Es una diferencia que va desde el objetivo mismo. Para los movimientos de liberación homosexual el objetivo se concentraba en la revolución, es decir, en la transformación de una sociedad que consideraban injusta; en cambio para los movimientos LGTB o reivindicatorios, el objetivo se centra en la lucha por la reivindicación de derechos. Por ello se busca la transformación de las estructuras del poder y el cambio de concepciones estatales, ya que de esta manera se concibe y se otorga derechos a una población que ha sido históricamente discriminada.
David Ramírez Miembro de la Corporación El Solar
Manuel José Bermúdez Líder del proyecto Ciudadano Gay de Medellín
No ha cambiado mucho. Que sea más agresiva la sociedad o no, no significa que el control y la discriminación no perduren. El corazón del problema es que nos han oprimido. Los movimientos pasados se caracterizaban por ser agresivos, por tener un espíritu de resistencia. Pero ¿qué hizo el sistema? Muy inteligentemente comenzó a construir formas de sometimiento pasivo: el mercado, el consumo, la discoteca, la ciudadanía restringida. Por tanto, el sistema recogió ese tipo de necesidades vitales de todos los seres humanos para constreñirnos en esa necesidad vital. Nos han controlado de la manera más eficaz. El sector LGTB es el hazmerreír de la derecha, porque no generamos problemas ni temores a ningún sector político.
Creo que por una dignidad de la vida no hay otra razón de lucha, aun cuando son tiempos y espacios diferentes. Por ella lucharon y estamos luchando, pero no por una dignidad excluyente, sino común. Nosotros los humanos merecemos los mismos derechos y la condición de ser marica es una condición íntima y soñamos con que algún día termine allá. Por ahora nos toca sacarlo a la luz o ser parte de la luz. Anhelamos que para nadie sea sorpresa que te estén cogiendo de la mano o que te estén dando un beso; que el nombrarme homosexual no importe, sino lo que estoy haciendo por una sociedad.
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Solo yo puedo absolverme: Framb
Foto: Isabel González
A mediados de diciembre de 2007 un semanario reseñó que un escritor había prestado su ayuda al suicidio de su madre en un apartamento en la Floresta, intentando luego suicidarse también. El hecho, de grandes connotaciones morales y sin ningún precedente conocido en el país, sucedió el 21 de octubre de 2007. Y Carlos Framb, sin haberlo previsto ni deseado, sobrevivió para ser acusado por homicidio agravado, y juzgado luego en un proceso que terminó con una absolución no esperada. Paula Camila Osorio Lema paulacamila.dragonverde@gmail.com
Tai es la compañia de Carlos Framb en su retiro de escritor.
Los hechos La noche del sábado 20 de octubre, Carlos Framb preparó un coctel de morfina, benzodiacepina y vodka que en la madrugada del domingo, su madre, Luz Mila Alzate Henao, ingirió voluntariamente con el objetivo de poner fin a su vida y detener, de una vez, los dolores físicos y emocionales que desde hacía varios años padecía. Tenía 82 años de edad, estaba prácticamente ciega por efecto de tres enfermedades ¬–degeneración de retina, glaucoma y cataratas–, sufría de osteoporosis y de una osteoartritis dolorosa por la que estaba siendo medicada con opiáceos. Con miras al acto final, almacenó durante varios meses una de las dos dosis diarias de benzodiacepina que le habían sido prescritas para tratar la depresión y el insomnio. Llegado el momento, bebió el brebaje sin drama ni arrepentimiento, para quedarse luego dormida en lo que Carlos Framb describe como una muerte apacible. No está de más aclarar que a pesar de su inamovible fe y religiosidad, era la madre una mujer de mente abierta y una posición muy liberal con respecto a temas controversiales como el aborto, la eutanasia y la anticoncepción, capaz de escandalizar a cualquier joven pacato, según anécdotas y opiniones de sus dos hijos. Hasta hacía cerca de seis años, había vivido con su esposo, sus dos hijos y dos hermanas mayores. Pero la muerte, en el lapso de tres años, de las hermanas y el esposo, la dejaron en una soledad que convirtió el deseo de morirse en un pensamiento de todos los días: “¿Por qué Dios no se acordará de mí?”, solía preguntarse, mientras pedía a sus hijos que la ayudaran a salir de la vida angustiosa que llevaba. El hijo es, por definición, un hombre liberal, que luego de lo sucedido jamás se vio agobiado por sentimientos de culpa, en consecuencia con lo que considera un acto racional, y por demás amoroso: “Solo yo, que sé todo lo que pasó, puedo absolverme, y saber que mi madre tuvo un final sereno, que dejó de sufrir, me produce cierta alegría”. Carlos, poeta de vocación y docente de profesión, ha prescindido de Dios y de la fe y no cree en los premios y castigos que suceden a la muerte: “eso me despoja del miedo a desaparecer”. Una suerte de desapego y la sensación de que con la muerte de la madre su vida quedaba despojada de sentido, lo motivaron a decidir la suya. Pero por la providencia o el azar, sobrevivió a su propia decisión, y se vio obligado a asumir las consecuencias de haber desafiado la moralidad de este pueblo rezandero y
21 mojigato, que cree que la vida es propiedad divina y teme la responsabilidad de saberla propia. Para él, lo sucedido “respondió sencillamente a la conjunción de una anciana enferma, limitada, que quería poner fin a su vida y sentía temor al sufrimiento físico y a una enfermedad que la postrara, con mis ideas sobre el suicidio, y el sufrimiento que me causaba verla así”. Lo sucedido fue producto de meses de conversación con la madre, con quien mantenía una relación de amor y de dependencia tal –“yo vivía con ella y para ella”–, que provocó, durante todo el proceso legal, la repetida aparición de aquel complejo freudiano sacado de la conocida tragedia griega. En un proceso de alguna manera pedagógico, iniciado meses antes de que todo sucediera, con la ayuda de películas, libros y charlas, logró que la madre comprendiera que el suicidio era una puerta abierta para ella, y para cualquiera que en medio de dolores y sufrimientos fuera incapaz de encontrar sentido a la vida. Fue Iván, el hijo mayor, quien encontró a la madre y al hijo, que reposaban lado a lado en la cama. Ella yacía muerta, y Carlos Framb, consciente pero drogado, tenía una bolsa plástica en la frente, presta a ser usada si el primer método no daba resultado. Cuando Iván regresó al apartamento, después de haber salido a buscar ayuda, ya Carlos estaba inconsciente. Y así fue hallado por los medicos y los miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), que llegaron una hora después del descubrimiento de Iván. En la pared del estudio se leía en letras grandes, escritas con marcador, la frase: “Sin odio, sin armas, sin violencia”. Sobre el escritorio reposaban El último recurso, una suerte de manual para suicidas en potencia, y una carta destinada a Iván. El libro escrito por el periodista británico Derek Humphry, defensor de la causa eutanásica en el mundo, es una descripción de las diversas formas en que puede provocarse, de manera voluntaria, una muerte dulce. También Humphry, en 1975, ayudó a morir a su esposa, enferma terminal de cáncer: “El derecho a morir, a elegir la muerte, es una libertad civil esencial”, opina el periodista. La carta fue leída a Iván Framb por el jefe de investigadores del CTI y tomada luego como evidencia de la parte acusadora. En ella, Carlos le explicaba a Iván que “este acto eutanásico es un acto de amor”, luego de soli- Ilustración: Mauricio Hoyos citarle, vaya paradoja, que ayudara a morir a la mascota, un perro viejo al que a pesar de su deteriorado estado de salud fue incapaz de matar. “La vida debe obedecer a un deseo, no a una obligación”, concluía la carta, cuya mención de la eutanasia fue durante el proceso legal, la principal evidencia de la Fiscalía para acusar a Carlos de homicidio. Frente a esto, opina Carlos Mario González, docente de la Universidad Nacional de Colombia –sede Medellín– y gestor de un gran movimiento de solidaridad para con Framb, que “la noción griega del buen morir, la eutanasia, ha sido muy pervertida por esta sociedad, y se refiere a ese tercero que asiste el suicidio, como un ejecutor”. Cinco meses duró el juicio, y Carlos, en el papel de verdugo, estuvo detenido en la cárcel de Yarumito, municipio de Itagüí, hasta el día del fallo. El proceso Una a una se sucedieron las audiencias, y pese a la ausencia de pruebas que demostraran su teoría, la Fiscalía se negó a cambiar la imputación de homicidio por la de “inducción y ayuda al suicidio” contemplada en el artículo 107 del Código Penal: “El que eficazmente induzca a otro al suicidio, o le preste una ayuda efectiva para su realización, incurrirá en prisión de dos a seis años. Cuando la inducción o ayuda esté dirigida a poner fin a intensos sufrimientos provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable, se incurrirá en prisión de uno a dos años”. Para Santiago Sierra, abogado defensor titular, esto demostró “una tendencia moralizante”, por la que fue imposible establecer un acuerdo entre las partes. Como evidencia, la Fiscalía presentó la carta de suicidio, que por intervención de la defensa fue excluida como prueba, pues su incautación se constituye, como declara Sierra, en “una violación al derecho a la intimidad, dado que era comunicación privada a la que solo
podía acceder el cuerpo técnico con la autorización de un Juez de Garantía, con la que no contaba el CTI al momento de incautar la carta”. En diciembre fueron las primeras dos audiencias de acusación y de presentación de pruebas, y se efectuó también la audiencia anticipada de Iván Framb, que por razones personales no podía permanecer en el país hasta el día de su declaración como testigo. Fotos del cadáver de la madre acompañaron el interrogatorio al que fue sometido durante tres horas el hermano. Para Carlos, fue una audiencia innecesariamente larga en la que la Fiscalía buscó, mediante métodos más bien cuestionables, el agotamiento de Iván. Luego de la solicitud de la Fiscal de que imitara el sonido del timbre del teléfono –nunca se supo con qué fin–, fue evidente la favorabilidad del testimonio de Iván. El hermano, que pudo haberse declarado víctima y exigido reparación, no hizo más que confirmar lo que la defensa había argüido desde el principio: el estrecho lazo que unía a la madre con el hijo, la desesperación de la madre por su estado de salud, y el deseo recurrente de poner fin a su vida. “En la carta estaba muy claro que no era un homicidio sino un acto de clemencia”, cuenta Iván, a quien, además, lo espantaba la posibilidad de que Carlos fuera declarado culpable: “Él no se habría quedado cuarenta años esperando por su libertad”. Mientras el juicio seguía su curso, un gran movimiento de solidaridad se gestaba alrededor de Framb. El derecho a la muerte digna fue tema de varias charlas y conversaciones, organizadas por amigos de Carlos para abrir espacios de reflexión en torno a su caso. Los honorarios del abogado y demás gastos fueron también cubiertos gracias a los amigos que desde afuera lo acompañaban. “En Yarumito, sentí mucho la amistad –cuenta–. Me sentí bañado como por una ola de afecto. No es solo que alguien te conoce, sino que te lleva ahí…” El juicio El juicio duró tres días y cerca de 25 horas. Uno a uno desfilaron los testigos llamados por la defensa y la Fiscalía: dos médicos tratantes de doña Luz Mila, su sobrina, la empleada doméstica, y un par de amigos de Carlos. Todos reconfirmaron lo que la defensa, a esas alturas, ya había repetido hasta el cansancio: la señora sufría, un llanto constante acompañaba cualquier conversación, la vida había dejado de ser algo deseado. El resultado, en abril, fue una absolución parcial. Cada una de las partes sustentó su decisión: el Juez de Conocimiento absolvió totalmente por el cargo de homicidio agravado, y condenó a diez meses excarcelables, por el de inducción y ayuda al suicidio para poner fin a intensos sufrimientos. El abogado del Ministerio Público solicitó la absolución total y, al no ser esta concedida, notificó su decisión de apelar basado en el principio de congruencia, según el cual nadie puede ser juzgado por un delito y condenado por otro. También la Fiscalía apeló, y ambas solicitudes fueron llevadas al Tribunal de Antioquia, en junio, y el caso, examinado por los magistrados durante un mes. Esta vez, la absolución fue total: la petición de la Fiscalía fue rechazada, y la apelación del Ministerio Público, aceptada. Y así terminaron para Carlos nueve meses de incertidumbre, que sin embargo vivió con la serenidad de quien ha hecho lo correcto y se siente tranquilo con su conciencia. Para él, la decisión fue una reivindicación de sus ideas, y la experiencia fue una oportunidad para vivir una historia única desde adentro, como protagonista, pero también como el observador curioso que es. “Nadie puede determinar la frontera de lo que es deseable para alguien –concluye–. Sé que la vida vale la pena si es deseada, si las condiciones son dignas. Y saber que en términos cósmicos no somos más que partículas, que puedo dejarla sin pathos, que la puerta está abierta y que no hay que dejarse acorralar por la miseria, por la enfermedad, me mantiene tranquilo. Yo no pedí vivir, no fui consultado, la vida me fue impuesta. Pero no siento ni creo que mi vida le pertenezca a alguien excepto a mí mismo…”
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TESTIMONIO
La casa de don Tomás La casa que otrora cobijara a un hombre muy especial para la cultural antioqueña, y a su familia, sirvió años después como centro de diversión para una comunidad anónima, especial y diversa a su modo. Desafortunadamente no pudo con la incontrolada evolución urbana, perdiéndose para siempre del haber histórico y cultural de la ciudad.
Alejandro Quiceno Rendón alejoquiceno@hotmail.com Para un joven que empezaba a involucrarse tímidamente en el ambiente gay de la capital antioqueña, las experiencias se sucedían una tras otra, alimentando un apetito insaciable por lo novedoso. Era una cita a ciegas, concertada a través de Internet; su nombre era Fernando. El punto de encuentro era la esquina de La Playa con la Oriental, justo después de la hora de finalización de la jornada laboral. Después del apretón de manos y el saludo inicial, me invitó a tomar algo. Caminamos unas pocas cuadras por la Oriental en dirección norte hasta que llegamos a una clínica de traumatología, ahí volteamos hacia la derecha. Pude observar a unos metros de distancia un grupo de hombres sentados en una jardinera arruinada. Caminamos hacia ellos y cuando los alcanzamos, justo en mitad de la cuadra, nos detuvimos frente a una casa vieja resguardada por una reja desvencijada y algunas plantas. Atravesamos un jardín pequeño y luego, un modesto soportal que a su vez conducía a un zaguán en el que se encontraba la puerta principal, al lado de la cual se apreciaba una placa conmemorativa, que de primer momento pasaba desapercibida para muchos, y que compartía protagonismo con un gran jarrón lleno de flores. Al traspasar la puerta, fuimos recibidos por un salón amplio donde estaba instalada una barra, de forma semicircular, y con candelabros ubicados en diversos lugares que hacían que la luz del sitio fuera algo mortecina y misteriosa. Nos sentamos juntos en dos de los varios puestos que ofrecía la barra, ordenamos y conversamos largo rato. La cita terminó bien, y nos despedimos; pero a mí me había capturado el lugar, más que la compañía. En esta casa, ubicada sobre Bolivia, entre El Palo y la Oriental, encontraban muchos un pequeño oasis de sosiego frente al desierto hostil que ofrecía la sociedad, un lugar en el cual sus caricias no eran motivo de vergüenza, señalamientos ni ataques, donde además podían escuchar un poco de música y beber algo en compañía de amigos o alguna conquista más o menos reciente. La entrada no era precisamente atractiva. El paso de los años y la falta de cuidado habían hecho mella en la fachada de la casa. La jardinera exterior estaba marcada por varias grietas, si bien era muy usada por los clientes del lugar: en ella se sentaban los indecisos un rato antes de entrar –si se animaban a hacerlo– o quienes ya habían entrado salían por un poco de aire, cuando no a llorar algún desamor. Las plantas que poblaban el pequeño jardín lograban sobrevivir en convivencia con la maleza, afincadas todas en materas de varios tamaños. En el interior, la luz solía mantenerse al mínimo, justo lo suficiente para saber dónde se ponía el vaso y de qué valor eran los billetes con que se cancelaba la cuenta. La música que ambientaba el lugar era una mezcla de pop y baladas, en español e inglés, en buena parte programada por los clientes que se acercaban al puesto del dj. En nuevas visitas tuve la oportunidad de apreciar los espacios: el
salón principal, donde se encontraba la barra, había sido adecuado a este fin luego de servir como patio central cuando la casa servía de vivienda. Así pues, y siguiendo la norma de las viejas casas antioqueñas, estaba el otrora patio flanqueado por varias puertas que llevaban a lo que antes había sido las habitaciones de la casa y que luego se había convertido en espacios llenos de mesas y sillas, a excepción del primer salón del ala izquierda, el cual curiosamente se destinaba a los clientes más jóvenes y sólo estaba adecuado con cojines distribuidos por los rincones. Los baños, dos, estaban en salas opuestas, el de la izquierda servía a los hombres, mientras que el de la derecha fue destinado a las mujeres, tal vez por ello esta área de la casa era más frecuentada por mujeres que por hombres. La parte posterior, a la cual se tenía acceso por un largo corredor, era un patio secundario que hacía las veces de bodega. La sorpresa la encontré una noche, en una de mis visitas subsiguientes, en el zaguán. Antes de entrar al lugar contemplé la placa conmemorativa asegurada a la pared; resultó rendir honores a un gran escritor colombiano: Tomás Carrasquilla, ni más ni menos. Era precisamente esta la casa en la que el escritor y su familia habían vivido en Medellín, y en la que pasó sus últimos días lidiando con la gangrena, en compañía de su familia, misma que a su muerte quedó como titular de la propiedad. Eran pues los descendientes de don Tomás quienes rentaban la casa en la década de los 80 para que sirviera de escenario a La posada de las flores, lugar de rumba gay, bastante discreto, que vivió su gloria durante buena parte de la década pero que al acercarse los 90 cerró sus puertas. Allí la rumba se
vivía a puerta cerrada, producto de la fuerte clandestinidad que rodeaba el tema en esa época en la ciudad. Los asiduos y numerosos clientes sabían que debían acercarse a la puerta, tocar, esperar a ser vistos a través de una ventanilla entramada en la puerta y, si el visto bueno era dado, entonces, ingresar. Pocos años después del cierre de La posada de las flores, Marcos, quien trabajara como mesero allí, busca en un amigo, Mario, el apoyo financiero para embarcarse en una empresa del mismo tipo pero con sello propio: el bar gay Ébano y marfil, mismo que marcó una época para la comunidad paisa de lesbianas, gays, transgeneristas y bisexuales (LGTB). El mobiliario del nuevo centro de encuentro tuvo un origen particular, gracias a los oficios del sacerdote José Luis Arroyave, asesinado en 2002 y cuyo nombre lleva la biblioteca de San Javier. En sus funciones como capellán de la cárcel de Bellavista, y gracias a sus buenos oficios y disposición, logró un acuerdo para que los reclusos del centro penitenciario fabricaran los muebles –mesas y sillas– que serían usados en el nuevo bar. ¿Se enterarían alguna vez los detenidos que sus obras estaban destinadas a un bar para homosexuales? Mientras la casa de Carrasquilla vistió el traje de Ébano y marfil, sirvió de lugar de encuentro para el naciente grupo espiritual El discípulo amado, orientado por un sacerdote paisa, quien empezara la experiencia en Bogotá, con el ánimo de dar una respuesta desde la religión católica a las personas LGTB que, a pesar de albergar un alto sentido religioso, se sentían apartados por los sacerdotes tradicionales y sus posturas homofóbicas. El grupo empieza sus tradicionales reuniones de los jueves, el último del mes de noviembre de 1998. En la misma casa, los últimos sábados de cada mes, celebraban una misa dirigida por el sacerdote fundador y a la cual solía acudir un número importante de fieles no heterosexuales. Para finales de 1999, la casa es pedida por sus dueños, descendientes del escritor. Marcos no tiene otra opción que entregarla. Tenían la intención de venderla, y así lo hicieron. Tiempo después fue demolida, a pesar de estar inventariada como bien de interés cultural, siendo reemplazada por un edificio en el que ahora funciona un modesto hotel de paso. Con las ruinas demolidas de la casa del escritor de Santo Domingo no sólo se perdió parte de su historia personal, afectando la cultura de los antioqueños, sino que se esfumaron años de recuerdos de todas las experiencias, las buenas y las malas, vividas en su interior cuando acogió a una comunidad de excluidos sociales que se sintió segura y tranquila entre las paredes que décadas atrás dieron cobijo a un ilustre hijo de Antioquia y que, además, fueron testigos silenciosos de los dictados que de sus obras hacía don Tomás, a quien poco le gustaba escribir.
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arte arte Cristal de Agua fue la foto ganadora del premio Emisión 10 en la categoría fotografía artística. Su autor, David Ricardo Cardona Gómez, estudiante de quinto semestre de Comunicación Audiovisual y Multimedial, capturó con su lente el movimiento de las aguas del río Atrato en el Urabá antioqueño.
Según Elena Correa Builes, jurado de esta categoría, se trata de una obra con “gran fuerza compositiva, y mucho dinamismo”. Por su parte, Diego Fernando González Torres, otro de los jurados, expresó que “de las fotografías que se presentaron al concurso, Cristal de Agua es la mejor obra en composición fotográfica y técnica. Con una gran imagen estética, el autor nos llevó a sentir la belleza, rapidez y peligro de las olas a través de su singular punto de vista”. David Cardona estuvo nominado en tres categorías más.
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RESEÑA
Ágatha,
Agosto de 2008
la subversión de la moda
Foto: Cortesia Natalia Botero
Ágatha Ruiz de la Prada expuso sus coloridas prendas en el Museo de Antioquia. El transtorno de la moda hecho arte.
Juan Esteban Maya juanestaya1@gmail.com
Ágatha de visita en zona rural de Antioquia.
“No me importa si dicen que esta exposición es una locura, pero al menos que sea una locura de la que se puede aprender algo”, dijo la diseñadora española Ágatha Ruiz de la Prada en la inauguración de la exposición Arte y/o Moda, que el Museo de Antioquia ofreció hasta el 24 de agosto. La reflexión actual sobre el valor artístico de la moda no es superflua. Así lo expresan los sesenta atuendos y bocetos que, llenaron de color tres salas del Museo, un lugar que enamoró a la diseñadora desde la primera vez que vino al país para clausurar Colombiamoda en 2004. Se puede afirmar así que el arte y la moda están cada vez más unidos, por eso ahora es común que la moda esté en los museos y los artistas trabajen sobre el cuerpo y los trajes. La retrospectiva de Ruiz de la Prada ha estado desde 1998 en diversos museos de Europa como el Reina Sofía, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (Ivam) y el Centro Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos. Es la primera vez que la muestra llega a América y, por fortuna, le tocó a Colombia, en especial a Medellín, capital de la moda latinoamericana. La relación entre arte y moda genera importantes discusiones en la creación contemporánea, lo que justificó esta exposición en la ciudad. “Nos habla de esa pérdida de límites entre las mismas; ellas se entremezclan y es donde se puede interpretar desde diferentes puntos, desde el diseño, desde el arte incluso, la misma arquitectura, y es eso lo que realmente la hace tan valiosa”, comenta Cristina Cardona, coordinadora de curaduría del Museo de Antioquia. La diferencia entre los dos conceptos que hacen parte de la exposición es cada vez más subjetiva, ya que
comparten sensibilidades, códigos de lectura e influencia social convergentes. Como nexo entre ambas disciplinas se encuentra Ágatha Ruiz de la Prada, “que libera un mundo personal de deseos para representar una iconografía que reivindica un universo atrevido, con un punto de partida que arranca en el arte”, asegura la coordinadora. La idea es que la exposición, que incluye muchos de los vestidos de su armario personal, provocara algo a quienes la visiten. Para Julián Posada, columnista de moda del periódico El Espectador, “interpretar las piezas de esta colección es mirar más allá los homenajes a diferentes artistas, pero hay algo que tener en cuenta: a Ágatha no le importan las interpretaciones que se pueden hacer de sus vestidos”. Al fin y al cabo, esta creadora busca despertar emociones con su propuesta creativa. Y vaya que lo logra. Ella misma llama la atención desde que entra a un recinto, con sus vestidos multicolor, con actitud y pensamiento que se reflejan en sus creaciones: colores sin límites, volúmenes increíbles, siluetas que parecen imposibles y un tono que por más que se busque no aparece jamás: el negro.
Conceptos de la arquitectura corporal hacen parte de esta muestra, que despiertan emociones.
“Torta” es pieza única que recrea la festividad e impacta la vista de los espectadores.
Fotos: Julián Roldán
Diseño, arte y democratización Uno de los valores fundamentales del ejercicio de diseño que hace Ágatha Ruíz de la Prada es el tema de la democratización, que implica una postura política consecuente con los momentos históricos que ha vivido. La diseñadora se formó en el mundo de la moda en el momento de transición entre la España franquista y la España actual que se abre al mundo. “Ahora esta mujer de 47 años, que ha mantenido su posición política de denuncia, de ética y sobre todo social, muy fuerte, se puede evidenciar en sus vestidos, donde ha realizado el
diseño como un ejercicio político”, afirma el columnista. Cristina Cardona considera “que toda la producción artística y creativa de Ágatha tiene una posición social, política y ética desde la cual puede mostrarse su manera de estar en el mundo y su manera quizá de criticar al mismo, en el caso de esta exposición, y en este caso aboga más por el cuidado de la naturaleza, la vida y los demás seres humanos”. Precisamente, sus vestidos son un homenaje a los artistas y una traducción para todo el mundo de las ideas sofisticadas. “No me gusta ser elitista, he intentado ser una diseñadora democrática que hace la traducción para muchos”, dice Ruíz de la Prada. ¿Ponérmelo o verlo? Esta exposición fue un cuestionamiento a ver el mundo desde otros ojos; ojos llenos de color que divierten y que a la vez hacen un llamado para que el espectador se atreva y experimente, tal como lo hace la misma diseñadora, quien no se cohibe en combinaciones de colores y telas, mezclas posibles que dejan como resultado piezas de arte, rompiendo con los parámetros sociales y artísticos. “Creo que la exposición de Ágatha es una exposición muy divertida y ella misma lo decía. Ella lo que quiere es que la gente se divierta y se asombre al ver sus vestidos, que son diseños surrealistas, donde la gente piense o me lo pongo o lo veo, y en esa dicotomía se pueden emplear el uso de los vestidos como la misma Ágatha los ha usado en diferentes ocasiones”, expresa Cristina Cardona. Aunque Medellín no está acostumbrada a exposiciones de moda, el contexto social y cultural que ha adquirido la ciudad en los últimos años permitió a los espectadores observar estas piezas de colección. Es así como se puede apreciar una obra de acuerdo a nuestras costumbres, al clima y a la misma tipología en comparación con el resto del mundo. Además, “es válido entender que la ciudad ha perdido un cierto carácter tradicionalista y con algunos valores en el vestir, ahora nos podemos dar cuenta de que estamos abriéndonos un poco al experimentar nuevas prendas y lograr esto aquí, ya justifica un cambio como ejercicio de transformación social importante”, opina Julián Posada. Fernando Aguirre Roldán, director general de la artista y diseñadora, considera que “sus colores, sus íconos, sus diseños como sus ilusiones, recrean un entorno de alegría, de ‘compromiso con la vida y sus valores’. Trajes con ruedas, íconos pop fabricados en seda multicolor, homenajes a los artistas contemporáneos que más han influido en su peripecia creativa, vestidos inacabados que ofrecen mil posibilidades a la imaginación”, hacen parte de su creación. El universo de la creadora responde a una forma de ser y de sentir. Lejos de convertir a la gente en víctima de la moda, su ilusión es que la persona se sienta libre, cómoda y felíz cuando se vista de Ágatha, cuando coma en una mesa con platos y cubiertos de Ágatha, cuando duerma y se enamore entre sábanas diseñadas por ella. Toda su vida profesional es una incesante búsqueda de nuevos medios y nuevas formas. Unas búsquedas que están muy lejos de ser anecdóticas: nacidas de la efervescencia “prospectiva” de los años 70, donde todavía hoy asombran por su reflexión en una época en que las artes están cambiando: los pintores dejan los lienzos y los escultores la piedra, para explorar mundos más tecnológicos, ayudados por una sociedad que mira de frente al futuro, como lo hace nuestra ciudad desde la cultura.