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Enciclopedia odontológica
Caso clínico
Paciente femenina de 37 años acudió a consulta por la aparición repentina de una ampolla en cavidad oral. La historia clínica no reveló antecedentes médicos de enfermedades sistémicas relevantes ni traumatismo reciente en cavidad oral. En la revisión clínica se observó una lesión ampollosa asintomática de coloración roja brillosa de consistencia blanda, de 5 mm de tamaño en espacio de zona retromolar del cuadrante cuatro (Figura 1).
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La evolución de la lesión al segundo día se observó con cambio de coloración a rojo oscuro casi negro (Figura 2). La lesión se reventó al tercer día de su aparición expulsando todo el contenido hemático dejando bordes irregulares de color rojizo correspondientes a la ampolla (Figura 3). Al cuarto día la zona se observaba con tejido irregular y de coloración blanquecina (Figura 4). La lesión sanó por completo al octavo día, el área se observaba con coloración normal.
Para establecer el diagnóstico se realizaron análisis clínicos completos de sangre que incluyeron glucosa, coagulación (tiempo de protrombina (TP) y tiempo de tromboplastina parcial activada (PTT)). Los resultados arrojaron cifras bajas en niveles de hierro, lo referente a coagulación y demás datos se ubicaron dentro de los rangos normales. Con base en las características de la lesión y los resultados de los análisis clínicos se diagnosticó como ampolla bullosa hemorrágica.
Discusión
Beguerie y González reportaron la ABH como un trastorno poco común, como una lesión ampollosa de contenido hemorrágico de repentina aparición que suele ser asintomática. Yadav et al. señalan que puede presentarse dolor o sensación de asfixia. Por otro lado, Rani et al. mencionan que cuando la lesión se encuentra más profunda y con posibilidad de obstruir vías respiratorias podría ser necesaria la intubación o traqueotomía.8,6,9 Cuando se rompe la ampolla, como medida de prevención se recomienda el uso de enjuague bucal con gluconato de clorhexidina al 0.12% o al 0.35%.9 El tamaño de la lesión puede variar entre 0.4 y 3 cm, con un tamaño promedio de 0.7 a 1 cm de acuerdo a lo reportado por Silva-Cunha et al. en su estudio.5
En el caso aquí reportado, la localización de la ABH fue en el área posterior a los molares, lo que resulta poco común, ya que de acuerdo a la literatura la localización más frecuente de la ABH es en el paladar blando, seguido del borde lateral de la lengua y la mucosa oral.1,2,3 Esto concuerda con lo reportado por Beguerie en su informe de 11 casos, donde el paladar fue la zona de mayor frecuencia, pero también reportaron lesiones en mucosa yugal y encía, estas 2 últimas, a su vez, concuerdan con lo reportado por Molano-Valencia et al. en el caso de un paciente que presentó lesión en encía. Por otro lado Yadav et al. reportaron el otro caso donde la zona afectada fue la mucosa yugal.8,4,6
Silva-Cunha et al. realizaron un estudio retrospectivo de 14 años en el que mencionan que el paladar blando fue la zona de mayor frecuencia, seguido del borde lateral de la lengua y en menor frecuencia el piso de boca y úvula.5 Estos mismos autores señalan que la lesión se presenta con mayor prevalencia en hombres que en mujeres, contrario a lo mencionado por Hernández-Aragüés et al. quienes indican que la prevalencia es más predominante en mujeres. Sin embargo, en el estudio de Iftikhar et al. se indica que las diferencias entre géneros es independiente, lo que concuerda con Alberdi-Navarro et al., que observaron mayor prevalencia en mujeres, otros autores mencionan que no es significativa la diferencia de género.5,7,2 La ABH tiene una recidiva del 30% según lo reportado por Hernández-Aregüés et al. y por Beguerie et al. en sus respectivos estudios.8,7
Es importante conocer las diversas patologías de carácter ampolloso para realizar un diagnóstico diferencial, diversos autores concuerdan con las enfermedades que deben incluirse, como enfermedades hematológicas, enfermedades mucocutáneas de base inmunológica como penfigoide de las membranas mucosas, enfermedad IgA lineal; ya que presentan lesión ampollosa-vesicular subepitelial, o aquellas enfermedades donde existe una lesión ampollosa subepitelial como son la epidermólisis ampollosa adquirida, la amiloidosis ampollosa, o el pénfigo vulgar que presentan lesión ampollosa-vesicular intraepitelial. Recientemente, Molano-Valencia et al. agregaron a la lista, las enfermedades hemorrágicas como la trombocitopenia.2,8,4
Conclusión
La angina bullosa hemorrágica es una lesión poco frecuente y con mayor prevalencia en paladar; sin embargo, puede aparecer en cualquier zona de cavidad oral y orofaringe como ha sido reportado en este caso. Aun cuando el diagnóstico se basa principalmente en la observación clínica de la lesión, resulta de gran importancia que el odontólogo posea los conocimientos indispensables para diferenciar y descartar enfermedades de gravedad, así como el poder establecer un diagnóstico acertado sin causar alarma en el paciente.