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Pandemia

Medicina laboral, presencialidad y obligatoriedad en la vacunación

La pandemia mundial ocasionada por el virus SarsCoV-2 ha revelado nuevamente en nuestro país la importancia de la medicina laboral. El rol de quienes acompañan a las empresas en relación a esta temática es fundamental, ya que son quienes velan por la seguridad laboral de los trabajadores. “La realidad de hoy en día implica asumir de manera urgente, la tarea de generar sinergia entre las empresas y el personal, instaurando una cultura de prevención y seguridad, donde todos sean protagonistas” expresó daMián BuenaRd, Jefe Comercial del Centro Médico Integral Fitz Roy. “En este último tiempo hemos visto un incremento considerable en el caudal de pedidos de asesoramiento por parte de las empresas, para garantizar el cumplimiento de todas las medidas sanitarias que se exigen en este escenario”.

La medicina laboral sin dudas, está actuando como protagonista de la escena para brindar con éxito las medidas de control. El especialista afirma que esta es la clave secreta que permitirá traer tranquilidad y confianza a los empleadores y a sus empleados, para así poder paulatinamente, ir retomando la productividad anterior a la pandemia. iván schusteRhoFF, especialista en Medicina Laboral, opina que si bien es cierto que la obligatoriedad de la vacuna puede resultar antipático, es necesario partir desde el análisis del contexto. “Estamos transitando una pandemia que a nivel mundial ha dejado y aún deja una cantidad de muertos como nunca antes hemos vivido. Es por eso, que podría establecerse la obligatoriedad de la vacuna como una medida para lograr la tan esperada inmunidad de rebaño”.

Para el especialista sería clave que las empresas pudiesen proveer un sistema de control, asesoramiento y seguimiento a sus empleados vacunados o no vacunados, entendiendo también como es su actividad dentro de la compañía. Es decir, a qué se dedica, con cuántas personas trabaja, cuál es la distancia que puede tener con sus compañeros, el entorno de esa persona en la empresa, etc. Schusterhoff afirma que “en este momento hay una especie de “vacío legal” frente a la posibilidad de vacunarse y la vuelta al trabajo presencial, que entorpece la relación

entre los empleados y los empleadores”.

El especialista asegura que es necesario atender ese tema y trabajarlo. “Tenemos en cuenta que hay algunas compañías que empiezan a analizar la posibilidad de obligar a sus empleados a vacunarse contra el Covid, una iniciativa que por ahora solo pertenece a dos gigantes tecnológicos como Google y Facebook y, por el momento, solo contempla a su dotación de personal de los Estados Unidos, aunque prometen extender esa condición hacia otros países, siempre dependiendo mucho de las condiciones locales de cada país y región y también contemplando situaciones particulares de los colaboradores (aquellos que no se vacunen por motivos de salud u otras razones)”. Buenard considera que el médico en planta no sólo ofrece atención médica al personal, sino que también gestiona y audita el control agentes de riesgo dentro de la empresa. “Desde el Centro Médico Integral Fitz Roy brindamos un servicio integral 360° y ofrecemos soluciones reales a las problemáticas de las empresas. Nuestro programa de gestión de la salud para empresas de dos posibles modalidades: presencial y online. Además, ofrecemos charlas y capacitaciones sobre vacunación, covid19, sedentarismo, alimentación, entre otras temáticas”. Ambos especialistas concluyen que la obligatoriedad de las empresas de instaurar un retorno seguro para los trabajadores del país es una tarea de todos. “Lo mejor es contar con profesionales que guíen a los empleadores y brinden la mejor solución integral para el retorno de los empleados a las instituciones”.

Opinión

Dra. Sofía Burgos

Asesora Médica de la ACLA, Médica Hematóloga.

Las fases iniciales se parecen mucho a las de otras enfermedades y el retraso en el diagnóstico impide que los pacientes se traten adecuadamente. ¿Cómo reconocer y tratar esta afección?

El linfoma cutáneo de células T (CTCL) es un tipo de cáncer poco frecuente que comienza en los glóbulos blancos llamados linfocitos T. Estas células normalmente ayudan al sistema inmunitario del cuerpo a luchar contra los gérmenes. En este tipo de linfoma, los linfocitos T desarrollan alteraciones que los hacen atacar la piel, pero pueden afectar de forma secundaria a la sangre, los ganglios linfáticos y las vísceras. Los CTCL son una forma rara, grave y potencialmente mortal de linfomas no Hodgkin. Constituyen el 2% de todos los linfomas y es el segundo grupo más frecuente de linfomas no Hodgkin extraganglionares. La CTLC suele afectar mayoritariamente a personas de sexo masculino y edad entre 50 y 60 años. La incidencia es de 4 casos por millón de habitantes por año. Hay dos tipos de linfomas cutáneos: los de tipo T (CTCL) y los de tipo B. Los primeros representan un 75% del total de casos, dentro de los cuales el 50% pertenece al subtipo Micosis Fungoide (MF) y el 25% restante al subtipo Síndrome de Sézary (SS). Los del subtipo MF se localizan y mantienen en la piel, son de curso indolente y las lesiones son persistentes. Los del subtipo SS representan un compromiso de tipo leucémico, con menor potencial de remisión y menor expectativa de vida. El CTLC suele presentar signos como: manchas redondas en la piel que pueden estar elevadas o ser escamosas, manchas más claras que la piel que la rodea, protuberancias que se forman en el tejido cutáneo, agrandamiento de los ganglios linfáticos, pérdida del cabello, engrosamiento de la piel de la palma de las manos y de la planta de los pies y picazón intenso. Las pruebas y los procedimientos que se utilizan para el diagnóstico de CTCL comprenden los siguientes: • Exploración física para detectar manchas, regiones escamosas o sólidas y crecimientos en relieve, así como también el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos u otros órganos. • Análisis de sangre para comprender mejor la afección. • Biopsias de piel. • Pruebas de diagnóstico por imágenes para observar si las células cancerosas se propagaron a otras partes del cuerpo. No existe un único tratamiento; la elección de una u otra terapia depende de los síntomas particulares que presente la enfermedad en cada caso y la extensión o la etapa del linfoma. La mayoría de las personas reciben una combinación de tratamientos. Entre ellos se encuentran: cremas y ungüentos para la piel, fototerapia, radioterapia, medicamentos, exposición de las células sanguíneas a la luz y trasplante de médula ósea. Desde ACLA, en el marco de nuestra campaña de concientización permanente “Los linfomas no se tomas vacaciones”, continuamos brindando información y acompañamiento a los pacientes agrupados a nuestra asociación.

Linfoma T cutáneo: el diagnóstico precoz es crucial

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